2. Un contraejemplo.
Dado que este conflicto es como una guerra entre Dios (Super Ego) y
Lucifer (el Id) el conflicto tiene que terminar con la victoria de Dios
(la norma-ley) y la derrota del Maligno (la vida de pulsiones, la vida
de los deseos). En una batalla de este género no tiene espacio lo que
sería la
acción mediadora del Yo critico y autónomo: toda «disobediencia»
está prohibida por el
magisterio intolerante del Super Yo.
Este dinamismo se refleja en la noción de Dios que la religión católica
difunde.