Cuanto más burocrática sea la sociedad, más marcada estará la división entre los
controladores y los controlados. La democracia se hace casi imposible allí donde el
rendimiento económico se fía a unos mecanismos de control. Otra consecuencia del
triunfo de la burocracia es una empecinada oposición al cambio. En este quinto
estadio, la organización ha pasado a ser más importante que el individuo. El hombre
está ahora al servicio de la organización. Durante esta etapa de la vida de la
organización se producen cinco movimientos que son característicos: la centralización
del poder, el de especialización y la creación de contra estructuras.
Se controla desde cómo hay que contestar el teléfono hasta el empleo del tiempo por
parte de los inspectores, eso es centralizar el poder, a diferencia de la
descentralización, que permite que uno se ocupe de lo que tiene entre manos, ese es
un mecanismo esencial para conservar las cualidades del profeta y del bárbaro, la
visión y la capacidad de actuar con decisión.