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Acerca de Las Bacantes de Eurípides

Andrea Juan Gámez
Mitología Grecorromana
5/Diciembre/2018
En esta obra, Dionisio explica su origen, hijo de Zeus pero no de Hera, y

que por venganza la diosa destruyó el templo de Dionisio en Tebas, y cómo su

madre por engaño de Hera pidió a Zeus que le mostrara su forma real y murió por

los rayos de Zeus, aun sin dar a luz a Dionisio, por lo que Zeus lo mantuvo en su

muslo hasta que estuvo listo para nacer. Ya por ser Dionisio el hijo de Zeus, está

dotado de divinidad, pero de alguna manera Zeus jugó el papel de madre al gestar

en su pierna a Dionisio, y eso le da un papel aún más importante y más divinidad,

por así decirlo. También encontramos aquí el primer aspecto de dualidad o

contradicción en el dios, al tener un padre que actuó como madre a la vez, y al ser

hijo de un dios y una mortal.

Aunque en otras versiones Zeus forma un fantasma de Dionisio y hace que Hera

lo geste, pero por la similitud que existe entre las palabras rehén y muslo en

griego, surgió el mito. Aún en esta versión, se atenúa el hecho de que Dionisio es

hijo en parte de una mortal.

Tiresias es un adivino, por lo que conoce el futuro y la verdad, y por eso mismo es

de los pocos que le rinden honor a Dionisio, pero Penteo se niega rotundamente a

hacerle honores pues niega que sea un dios y lo rechaza en parte, por ser un dios

extranjero.

Las Bacantes, que son las seguidoras de Dionisio, nos hacen saber que catan al

compás que pusieron los sátiros, es decir versos elegiacos. También nos hacen
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saber cómo se hace el ritual a Dionisio, subiendo a un monte para inmolar la

sangre de un cabrito y devorar su carne.

En la obra se nos hace notar que esta corrompida la visión que se tiene de

Dionisio y de su culto, pues algunas mujeres borrachas usan de pretexto a

Dionisio para cometer fechorías, pero en realidad es por qué estas mujeres son de

ese carácter, y no es que el vino se los dote, si no que saca a relucir lo que

realmente son. Y es que de alguna manera parece ser contradictorio el culto a

Dionisio, que es salvaje pero a la vez civilizador, porque pretende civilizar a través

del salvajismo, entendiendo que la naturaleza humana necesita de este lado

salvaje, e intentando reservar lo civilizado para la sociedad y el día a día.

Eurípides denota el carácter dual juguetón pero también vengativo a Dionisio, al

hacer que Penteo se disfrace de mujer y se pasee por toda la cuidad, para poder

ver el rito de las bacantes, lo que al final resulta en su muerte por la mano de su

propia madre.

Se nos hace saber que Dionisio es un dios relacionado con la abundancia, al

proveer a las bacantes de vino, leche y miel del suelo y las rocas, y por esto se

suele malinterpretar también su culto, pues en ningún motivo, ni en la abundancia,

es bueno abusar de estos dones, especialmente del vino, recordándonos la

leyenda griega: μηδέν άγαν. Aquí hallamos la contradicción en Dionisio como un

dios de la abundancia pero también de la mesura.