educativo, por cuanto apoya la formación de actitudes, virtudes y hábitos, tales como
lectura y la investigación, de ahí que es necesario seguir promoviendo su difusión y
uso, así como crear los mecanismos de motivación a fin de que la población escolar y
la comunidad tomen conciencia de su importancia y coadyuven a su desarrollo.
Hoy en día, las bibliotecas no son la mismas de hace una década o siglo atráz. Los
cambios son constantes en la educación y estos centros de estudio e investigación
también han cambiado. Ahora la tecnología ha ayudado a mejorar y a dfundir esta
actividad educativa.
La tecnología no debe ser condiderada algo negativo para las bibliotecas, sino como
complemento para el mejor desarrollo de las actividades que se llevan a cabo dentro
de ella.
El 10 de noviembre de 1922, se realizó por primera vez en todo el país la llamada “Fiesta
del Libro”, a mérito de una resolución gubernativa de agosto del mismo año elaborada
por el Sr. Ciro Napanga Agüero, donde se expedía el establecimiento de la Fiesta del
Libro, con carácter oficial con el propósito de recolectar libros o dinero para fundar
Bibliotecas Escolares a falta departida presupuestal destinada a satisfacer esta
necesidad.
Esta situación se debe a varios factores, entre los que podemos mencionar la
promulgación de un decreto que derogó el 20% de los ingresos de las
Asociaciones de Padres de Familia (Apafa) que se destinaban al mantenimiento
de las bibliotecas, la aparición de diversos soportes tecnológicos de información y
las posibilidades de acceso al Internet o a fuentes de información digital, entre
otras. Todo ello ha originado el abandono de estos espacios importantes para el
apoyo de las acciones pedagógicas en el proceso de enseñanza y aprendizaje, lo
que se traduce en fondos bibliográficos obsoletos que no responden al currículo
actual, personal improvisado y poco motivado, así como mobiliarios y ambientes
poco adecuados.
Un 10 de noviembre del año 1922 don Ciro Napanga Agüero, entonces director de museos y bibliotecas
escolares, realizó la Fiesta del Libro para procurar fondos que hicieran posible crear algunas bibliotecas en los
centros educativos, esto por la carencia de presupuesto por parte del gobierno central para este fin. Por esa
razón el MINEDU, recién en el año 1978 (después de haberse estado celebrando diversas fechas, como
"Fiesta del Libro", "Feria del Libro", "Festival del Libro", etc), y como un reconocimiento a don Ciro, expide la
R.M. Nº 1795-78-ED, mediante la cual se establece la fecha del 10 de noviembre como el "Día de la Biblioteca
Escolar". En la actualidad la mayoría de las instituciones educativas mantienen funcionando sus bibliotecas,
pero estas no están todavía ubicadas como una necesidad vital y prioritaria dentro de los planes de desarrollo
institucional, lo cual debería suceder porque esos ambientes son los que impulsan el desarrollo de hábitos de
lectura que inciden directamente en la comprensión lectora; y por otro lado incentivan la capacidad de
investigación de los usuarios de las escuelas y colegios. Tampoco debemos ser tremendistas en decir que
nada se ha hecho, he visto importantes esfuerzos de algunos directores y profesores del área de
comunicación por fortalecer y potenciar las bibliotecas, y esa preocupación se ve reflejada en la participación
de sus alumnos en actividades de tipo cultural. Por lo regular el docente que no está ligado a la actividad
literaria, o de identificación con la lectura, se encierra en el aula y solo conoce el camino de sus programas
curriculares, entonces cercena, les niega el derecho a sus alumnos de participar en actividades culturales, lo
cual significa un tremendo atentado contra su desarrollo integral. Todo lo contrario sucede con la institución
educativa cuyos profesores siempre están preocupados por involucrar a los alumnos con la lectura, la
creación o la investigación. Como la contemporaneidad lo exige las bibliotecas escolares deben ir camino a la
modernización virtual - recomendándose el uso regulado de la tecnología para evitar el automatismo por
exceso - lo cual implicaría una afluencia importante de los estudiantes debido a que no podemos evitar, u
omitir, la época en la cual vivimos. En consecuencia las bibliotecas escolares deben gozar del interés de las
más altas esferas del ministerio de educación, de los gobernadores regionales, alcaldes y directores de
instituciones educativas para que se conviertan en verdaderos impulsores de su continuidad y modernización,
debido a que son una herramienta complementaria importante para el desarrollo de capacidades y hábitos
que optimizan el servicio educativo. Particularmente trabajar en una biblioteca escolar me representa una
enorme satisfacción, y observar cómo va creciendo el número de lectores en la institución educativa para la
cual laboro, "Gonzalo Ugás Salcedo" de Pacasmayo, nos compromete a seguir en el empeño. La satisfacción
también deviene por haber recibido donaciones de familiares y amigos para poder entregar un servicio cada
vez más amplio, sin dejar de reconocer, por parte de quien ejerce la dirección, al poyo pertinente y la libertad
para poder trabajar con creatividad y entusiasmo. Espero que día a día el ánimo por tener bibliotecas
escolares concurridas se vaya contagiando, sobre la base del concepto que esos lugares son verdaderas
armas para conseguir un sistema educativo donde los principios de libertad, solidaridad y respeto por la
humanidad, se conviertan en verdaderas columnas de sostenimiento de una sociedad justa y desarrollada.
Todo ello me obliga a desearles a todos los bibliotecarios escolares un feliz día