Nuestro país atraviesa una crisis moral y ética, se ha perdido los principios y los
valores en la sociedad. Según un estudio de Pro ética los tres principales problemas
que afronta el Perú son: En primer lugar la delincuencia y la falta de seguridad, le
sigue la corrupción y las coimas en el sector público y el desempleo.
Si el Gobierno sabe muy bien cuáles son los puntos frágiles que afronta nuestro país,
debería iniciar a combatir estos males que están en el estado. En el Poder Ejecutivo a través
de sus Ministerios, los gobierno regionales y locales. Todos sabemos los delitos que
cometen los funcionarios públicos y servidores del estado, que son: Concusión, peculado,
malversación, cohecho, tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito.
Ante esta crisis moral y corrupción lo que propongo es que el Gobierno de turno debe luchar
frontalmente para combatir la corrupción y la delincuencia, dos puntos que hasta el
momento nos está venciendo ante la ineptitud del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Esto preocupa y debemos actuar en forma rápida.
La única manera de combatir la corrupción en el país valga la redundancia es la total
transparencia y principios de educación.
También interesarse por aspectos de política ya que si no conocemos nuestros derechos
no podremos defenderlos solo así acabaremos con un problema grave en nuestro país que
es la corrupción.financiamiento ilegal de partidos políticos en busca de favores indebidos.
Periodo colonial tardío (1750-1820), la corrupción en el Perú se vuelve tarea de todos los
días a pesar de los intentos por desviar la corrupción los intereses locales pudieron
sobrellevar estas reformas.
El desorden de la Republica temprana (1821-1859), redes de caudillos militares que por
herencia asumieron el patronazgo virreinal pues cometieron transgresiones similares en
materia de finanzas públicas, saqueos y expropiaciones en condiciones de guerra.
Ciclo del guano (1860-1883), con los costos de corrupción más altos del siglo,
específicamente durante el gobierno de José Balta (1868-1872) y la dictadura de Nicolás
de Piérola en la guerra con Chile (1879-1881). En este periodo, la creciente y mal
gestionada deuda pública y los sobornos en los contratos guaneros y de obras públicas
fueron los principales medios de corrupción.
En el Oncenio de Augusto B. Leguía. El lapso más corrupto de esta etapa a causa del mal
manejo de la deuda externa, así como por el soborno en las compras civiles y militares y
en las inmensas obras públicas.
(1931-1962) el ascenso del APRA como actor político relevante y el Ochenio de Manuel A.
Odría. El soborno en la compra de armas se volvió importante en un momento en que el rol
político de los militares adquiría predominancia (mediante los gobiernos de Luis M. Sánchez
Cerro, Óscar R. Benavides y Manuel A. Odría).
Los diversos asaltos al sistema democrático (1963-1989), en este tiempo el costo de la
corrupción aumento de una manera consistente. El régimen militar es el más corrupto de
este periodo, seguido por el gobierno de Alan García.
(1990-2000) los gobiernos peruanos más autoritarios fueron los más corruptos
principalmente durante el gobierno de Alberto Fujimori.
La corrupción en el Perú aparece desde tiempos de la conquista española (1532) en donde
la clase dominante y gobernante es corrupta. Dejándonos caudillistas, jefes, cúpulas
militares, cúpulas religiosas y no Líderes honestos, patriotas, capaces.
El poder reside y emana del pueblo, ante la falta de una adecuada educación cívica
patriótica, filosófica, de ética moral, etc. Renovación de la sociedad apoyada en valores
éticos, en principios como el de la democracia del pueblo, como la defensa de los derechos
humanos como el valor del medio ambiente genera la ausencia de ciudadanos capaces de
sentirse sujeto de derechos y de obligaciones.
De actuar de exigir y cumplir como tal actuando con indiferencia ante el autoritarismo, ante
esto se aprovecha la clase política que ve al estado como fuente de riqueza, clase política
que ante la oportunidad de realizar la Reforma Constitucional, clama por la Asamblea
Constituyente, como si los nuevos congresistas serían los sabios idóneos para tal finalidad.
Muchas veces hemos escuchado decir en nuestro país Perú, que el problema de nuestro
país es la corrupción y que ésta ha invadido al Estado. De esta forma, sostienen, se ha
conformado un Estado perverso, manejado por una clase política también perversa
cuyo objetivo es llenarse los bolsillos y estafar a la sociedad. Sostenemos aquí en cambio,
que estas proposiciones nos dejan una imagen distorsionada de la realidad. Una imagen
en la que nuestra sociedad, ingenua y pasiva, se encuentra condenada al fracaso debido
al mal manejo que de ella hacen un grupo "los políticos" y a una institución "el Estado".
Como parásitos que viven y manipulan a nuestra sociedad, esta "clase" política no ha
sabido llevar a la sociedad al puerto que merece.
Los niveles de pobreza, la bajísima calidad de la educación que se brinda en el país y los
elevados índices de corrupción son reflejo de ese largo camino por recorrer y, a la vez,
constituyen tres elementos indesligables.
La corrupción en el país en la principal causa de la pobreza ya que son muy altos los índices
de estos. Al respecto, Se considera que “con todo lo valiosa que es la democracia como
principal fuente de oportunidades sociales, también es necesario analizar las formas y los
medios para que funcione bien, para realizar su potencial.
El logro de la justicia social depende no solo de las formas institucionales sino también de
que éstas se pongan verdaderamente en práctica”.
En otras palabras, para afirmar que, por ejemplo, en Perú rige una verdadera democracia,
no basta con que se lleven a cabo procesos electorales, sino que también resulta necesario
que el Estado garantice el ejercicio de los derechos de los ciudadanos de cara a la
satisfacción de, al menos, sus necesidades más básicas.
Esto sucede por la poca información de los ciudadanos al momento de elegir a los
mandatarios por ello tenemos un gobierno corrupto sin mencionar al congreso que se le
paga mucho y ellos no elaboran bien su trabajo algunos hasta se llegan a dormir en sus
reuniones.
Por otro lado tenemos a los que “compran botos para llegar al poder” o se alianza con gente
de poder llegando a acuerdos o en las campañas presidenciales cuando se ven campañas
extraordinarias de dudosa procedencia con elevadísimos costos.
En el caso de Toledo, él podría haber disipado toda duda si inmediatamente hubiera salido
a los medios a explicar de manera didáctica y con documentos irrefutables cómo su suegra
ha podido gastar unos 5 millones de dólares en propiedades ubicadas en suelo peruano,
donde no vive. El que no lo haya hecho es una mala señal.
Respecto al actual gobierno, no hay casos que se vinculen directamente a la pareja
presidencial, aunque no se puede olvidar que los humalistas blindaron a Omar Chehade
para que no fuera investigado penalmente y que no se tomaron las medidas que
correspondían a la gravedad de lo sucedido con Alexis Humala.
A otro nivel, la Procuraduría Anticorrupción viene haciendo un monitoreo de los casos que
recibe, lo que ha aportado información empírica de algo que se intuía. El mayor número de
denuncias que le llegan se vincula con los municipios distritales y provinciales, y, en cuarto
lugar, con los gobiernos regionales. De ahí la importancia de cómo terminen las denuncias
de Comunicore o las que tiene Burgos, alcalde de San Juan de Lurigancho.
Si el Gobierno sabe muy bien cuáles son los puntos frágiles que afronta nuestro país,
debería iniciar a combatir estos males que están en el estado. En el Poder Ejecutivo a través
de sus Ministerios, los gobierno regionales y locales. Todos sabemos los delitos que
cometen los funcionarios públicos y servidores del estado, que son: Concusión, peculado,
malversación, cohecho, tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito.
Ante esta crisis moral y corrupción lo que propongo es que el Gobierno de turno debe luchar
frontalmente para combatir la corrupción y la delincuencia, dos puntos que hasta el
momento nos está venciendo ante la ineptitud del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Esto preocupa y debemos actuar en forma rápida.