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Para responder las preguntas planteadas, debemos posicionar como punto de partida el entendimiento

que el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios.

En Génesis 1:26 nos dice que desde el principio Dios estableció que nosotros, como seres creados por él,
manifestáramos su semejanza en carácter en toda la creación.

1) ¿Por qué el hombre es uno en cuerpo y alma?

El término alma designa en las Escrituras la totalidad de la persona humana. Pero designa también lo
íntimo en el hombre y de más valor en él, es aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: "alma"
significa el principio espiritual en el hombre.

El cuerpo del hombre participa de la dignidad de la "imagen de Dios": es cuerpo humano precisamente
porque está animado por el alma espiritual.

Juan Luis Ruiz de la Peña lo expresa de la siguiente manera:

[…El hombre entero es, en definitiva, alma y, a la vez, cuerpo; pero no como mera contigüidad defacto de
ambos, según pensaba el cartesianismo. Es alma en tanto que esa totalidad una está dotada de una
interioridad, densidad y profundidad tales que no se agotan en la superficialidad del hecho físico-
biológico. Es cuerpo en tanto que dicha interioridad se visibiliza, se comunica y se auto elabora
históricamente en el tiempo y en el espacio. Volveremos más detenidamente sobre esto…] pág131

Es por ello que el entendimiento antropológico bíblico no deja posibilidad a una separación existencial
entre cuerpo y alma.

2) ¿Por qué el hombre es persona?

La Biblia no posee el término de persona, pero si la idea; ésta se contiene en la descripción bíblica del
hombre como ser relacional.

Cada hombre, es algo único e irrepetible y posee el valor propio de Dios. Y es en este valor único que la
persona tiene un rostro definido que puede relacionarse con el yo-tú.

Juan Luis Ruiz de la Peña lo expresa de la siguiente manera:

[… Al ser Dios el fundamento del ser personal del hombre, es a la vez el fundamento de las relaciones yo-
tú como relaciones interpersonales. Desde él cabe decir con entera verdad que «el hombre es una manera
finita de ser Dios» o que «hombre es el diminutivo de la divinidad y la divinidad es el superlativo de
hombre». Y que, por tanto, el hombre merece al hombre el mismo respeto sacro que merece Dios…]
pág183

Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo,
sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras
personas.
3) ¿Por qué el hombre es libertad?

«La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina en el hombre» (GS 17).

Tradicionalmente, la libertad ha solido ser entendida como facultad electiva, pero la libertad bíblica no
quiere decir que puedo hacer lo que quiera; en el sentido pleno de la palabra, significa más bien que debo
llegar a ser lo que soy, esto es, Imagen de Dios.

Juan Luis Ruiz de la Peña lo expresa de la siguiente manera:

[…Libertad no es, pues, primariamente, capacidad de elección de este o aquel objeto, sino de este o aquel
modelo de existencia, a cuya realización se subordina la elección de los objetos, a saber, la selección del
material indispensable para la acuñación de la mismidad personal…] pág189

La libertad así entendida implica la responsabilidad de elegir entre el bien y el mal.

A su vez, podemos mencionar que no hay libertad individual sin libertad social; en un mundo en el que,
cada vez más, todos dependemos de todos, mi libertad será delimitada por la libertad del otro, en donde
nuevamente, surge la dignidad de la persona humana en nuestra relación yo-tú.

Jorge Betancur Díaz


Respuesta a preguntas planteadas en base del libro “Imagen de Dios, Antropología teológica
fundamental” de Juan Luis Ruiz de la Peña
Curso de Antropología Cristiana – Profesora Soledad Aravena.

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