Moreno fue extraditado el 17 de mayo del año pasado, justo después de que
fuera avalado su principio de oportunidad (presentado por cuarta vez) para
concretar su colaboración con la justicia colombiana y así desmantelar el
conocido ‘Cartel de la Toga’, en la que participaban por lo menos 26
personalidades de la justicia y la política, entre ellos los exmagistrados Leonidas
Bustos y Francisco Ricaurte y el magistrado Gustavo Malo.
Una vez en Estados Unidos, el exfiscal se declaró inocente ante una Corte Federal
del Sur de Florida, cuando aseguró que “nada tuvo que ver con los delitos
imputados”; pero tres meses más tarde, cuando la defensa tuvo en su poder todo
el material probatorio que la justicia tenía en su contra, se declaró culpable.
Lo que no sabía Moreno, quien pensó que había cerrado el negocio, era que
Lyons estaba colaborando con la justicia norteamericana y que tenía un micrófono
pegado al cuerpo para dejarlo en evidencia como el fiscal corrupto.
Por haber pedido dinero a Lyons, la Corte Suprema de Justicia condenó a Moreno
a 4 años, 10 meses y 15 días de prisión (delitos de concusión y utilización
indebida de información privilegiada), y gracias al principio de oportunidad no será
juzgado por los delitos de cohecho por dar u ofrecer, concierto para delinquir y
tráfico de influencias.
Cuando Moreno quede a paz y salvo con la justicia norteamericana deberá volver
a Colombia a purgar la pena que le queda.