Universidad del Aconcagua-Facultad de Psicología 2014

Ejercicio Preliminar al desarrollo de la Autobiografía

Elizabeth Lukas

Este ejercicio puede ser realizado de manera individual o en un grupo

pequeño. En caso de aplicarse grupalmente es recomendable que los integrantes se
sientan cómodos entre ellos. Para lograr un clima de concentración reflexiva es
conveniente realizar al principio una fase de unos minutos de silencio. Luego se
realizan los siguientes pasos:

a) Cada participante comenta brevemente algún suceso que haya tenido

lugar en los últimos doce meses de su vida.
b) Cada uno debe reflexionar acerca de si el suceso por él informado
representa algo relacionado con un valor, ya sea con la realización de un
valor, con la vivencia de un valor o con la pérdida de un valor.
c) Cado uno reflexiona sobre las siguientes preguntas: ¿Cómo sería mi vida
hoy si este suceso no hubiera tenido lugar?; ¿Cómo sería mi vida si este
suceso se hubiera desarrollado en forma diferente, qué hubiera pasado
entonces?. Cada uno busca probables consecuencias.
d) A continuación se intenta encontrar un sentido a los sucesos relatados:
¿Para qué ha entrado este suceso en mi vida? ¿Tuvo el suceso un
sentido? ¿Se percibe en la actualidad un llamado de sentido?
e) ¿Existe un eco presente del suceso? ¿Qué consecuencias tuvo el suceso
para mi vida?
f) Momento de elaboración: ¿Qué me gustaría hacer a partir de ese suceso?
Cada uno toma una decisión personal. Las decisiones de cada uno de los
participantes no se discuten o interrogan, se respetan mutuamente.

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Autobiografía: Elizabeth Lukas

Elizabeth Lukas plantea la importancia de aceptar nuestro trayecto de vida,

que se desarrolla como algo “único en el universo”, una sola vez e irrepetible con
nosotros; así como también vivenciar nuestra propia personalidad, tal como se ha
realizado, como se está realizando y con una perspectiva de futuro.

La persona se revela, se descubre en su biografía, se encuentra con su ser

así, con su inconfundible ser.

La autobiografía no es finalmente otra cosa que la explicación temporal de la

persona, en este sentido a cada fecha biográfica, a cada detalle de la trayectoria de
vida le corresponde una valoración biográfica y junto con ello un valor de expresión
personal.
Estructura de la Autobiografía:
La autobiografía se divide en nueve secciones cuyos títulos son los
siguientes:

1- Mis padres.
2- Mi tiempo pre-escolar.
Visión Retrospectiva 3- Mi escolaridad.
4- Mi madurez hasta hoy.

Visión Presente 5- Mi situación actual.

6- Mi futuro próximo.
7- Mi futuro lejano.
Visión Futura 8- Mi morir.
9- Mis huellas en este mundo.

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Partiendo de la situación actual se intenta abarcar tanto una visión

retrospectiva como futura: cuatro capítulos del pasado y cuatro capítulos del
futuro enmarcan el presente.
Así cada una de las nueve secciones es un fragmento de la “explicación
temporal de la persona” en su tiempo propio y un fragmento de la “confrontación
de la existencia con el sentido” en el aquí y ahora.

Desarrollo de la autobiografía: lado izquierdo.

Las hojas que se utilizan para la autobiografía se dividen en dos mitades: a la

mitad izquierda se confía el informe biográfico. Se trata de un relato del pasado,
que debe ser realizado lo más objetivamente posible. Toda valoración comentada
corresponde al lado derecho de la hoja.

Los primeros cuatro capítulos se mueven en el “reino de la realidad”, lo que

ya no puede modificarse, contienen relatos acerca de los padres, descripción de la
niñez temprana, los años escolares y los siguientes caminos profesionales y
familiares.

Cada persona escribe su autobiografía según su propio estilo, algunos lo

hacen con un estilo de diario cronológico, otros prefieren utilizar fotos para hacer
resaltar situaciones esenciales, otros se centran en los recuerdos.

Debe ser contemplada una pequeña guía en lo que respecta a la relación con
nuestros semejantes. El aspecto “¿qué hizo una determinada persona para mí?”
sería unilateral si no fuese complementado con el aspecto ¿qué hice yo para una
determinada persona? Lo recibido que colocamos en un lado de la balanza de
nuestra información, reclama la revelación de lo entregado (se consigna del lado
derecho de la hoja).

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Ya durante el ejercicio previo nos habremos dado cuenta de que la selección

de lo relatado, tomado desde una inmensa cantidad de sucesos ocurridos que no
pueden ser relatados, descubre por sí misma y por medio de sí, algo acerca de
nuestros valores y valorizaciones. Es ineludible: no sólo cómo una persona describe
algo, sino también qué describe, descubre aspectos de ella.

Paulatinamente llegamos al quinto capítulo, el hoy. Aquí especialmente se

necesita honestidad, porque ningún sector está con tanta claridad ante nuestra
vista como el presente. Ahora sobretodo golpean realidades y posibilidades
fuertemente unas contra otras, continuamente son elegidas determinadas
posibilidades y son realizadas, y continuamente nos carcome la duda acerca de si
hemos elegido las mejores de ellas para llevarlas a cabo, o si con nuestra elección
hemos condenado a la nada a otras mejores. Porque cada elección deja sin ser
elegida una mayor cantidad y mucho más que lo realizado permanece sin hacer.

A partir de este quinto capítulo muy activo y lleno de tensiones entramos en

el “reino de lo posible”. No conocemos nuestro futuro, pero tenemos ideas acerca
de él: ¿Qué ideas? ¿Agradables, desagradables? ¿Realistas, no realistas?
¿Orientadas hacia un objetivo? ¿Vagas? ¿Cómo podría desarrollarse nuestro futuro
próximo y lejano?.

En el “reino de lo posible” existen factores previsibles y no previsibles. Lo

previsible es lo que nos ha sido entregado. Nos encontramos con alternativas que
nos saludan desde el futuro y nosotros enfrentamos una visión anticipada interior,
allí podemos examinarlas y vivir una prueba en nuestra fantasía, allí podemos
hacer planes y soñar. Ese proyecto tentativo para el futuro está guardado como una
vela envuelta en un cajón, con cera y mecha intactas, sin haber sido dañada por
ninguna mano, ni fósforo. Una vela que todavía no alumbra, algo tentativo que
todavía no cumple su sentido. Lo imprevisible es lo que no nos ha sido entregado.

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En el capítulo ocho nos enfrentamos con la muerte, el saber de la muerte es

saber que nada puede ser guardado en el espacio y el tiempo. Basándonos en este
descubrimiento describimos nuestro morir, tal como nosotros lo vislumbramos.
Cada uno vive su vida y muere su muerte. Sólo cuando hemos realizado el duelo
con respecto a todo lo que no puede ser guardado, estamos abiertos para lo
imperecedero más allá de las categorías temporales.

Desarrollo de la autobiografía: lado derecho.

El lado derecho está dedicado al “juzgar y discutir”. Le toca el turno a la

persona que vivencia palpar el sentido profundo de lo experimentado, su
existencia se vuelve hacia el sentido. Esto se realiza a través de tres rieles, a los
nueve capítulos se oponen tres interrogantes:
• ¿Qué siento acerca de esto?
• ¿Qué pienso acerca de esto?
• ¿Cómo lo elaboro? La existencia humana tiene la característica de
respuesta, y el dar respuesta es como un “documento de identidad”
con el que nos damos a conocer.

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Bibliografía: “Una Vida Fascinante”, de Elizabeth Lukas, Ediciones Paulinas.
Buenos Aires, 1994. Págs. 177-193
Apunte elaborado para la Cátedra Clínica Psicológica Existencial por la Prof. Mag. María
Laura Asid Cardigni.

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