Definición - Significado
Procedimiento que permite, mediante tratamientos de varios tipos, dar a una pieza
metálica una dureza superficial especial.
Los ejemplos más extendidos de este tipo de elaboración son los engranajes y los
árboles de levas, en los cuales, también por motivos de economía, tan sólo se tratan las
zonas superficiales sometidas a desgaste.
Vamos a empezar explicando que es el embrague, que tipos existen, cómo funcionan
cada uno de la clasificación y porque se avería.
esta separación debe efectuarse tanto si los ejes están en movimiento como si están
parados. En nuestros coches, este elemento tiene como función transmitir el movimiento
que proviene del motor a nuestras ruedas a nuestra voluntad. Éste es muy necesario ya
que para iniciar el movimiento de nuestros coches hay que transmitir el par del motor a
bajo régimen de una forma progresiva por resbalamiento mecánico o viscoso hasta que
consigamos el acoplamiento completo.
Además, en los coches equipados con cambio manual es necesario tener un embrague que
desconecte el movimiento del motor del de las ruedas al cambiar de marcha.
Ahora que ya sabemos que es un embrague os proponemos un poco de historia para que
nos hagamos una idea de cómo ha evolucionado este elemento.
Todo comenzó en 1.885 con la adopción del primer embrague utilizado por Benz en su
primer automóvil
El sistema que empleó era un primitivo elemento compuesto por una correa de cuero
que transmitía el movimiento desde una polea libre a una polea conectada al cigüeñal.
Ambas poleas estaban muy próximas de modo que a medida que se desplazaba la correa
se producía el movimiento.
A los pocos años aparecieron los primeros embragues de conos, con una configuración
de dos clases, cono derecho y cono invertido. Se trataba de dos conos colocados
concéntricamente recubiertos por una capa de cuero.
Estos embragues tenían un problema con el cuero, ya que, lo primero es que necesitaban
volantes de gran tamaño, repercutiendo en el peso y por tanto limitando el número de
revoluciones.
No fue hasta principio del siglo pasado con la aparición de forros de embrague de aglomerado
de amianto lo que permitió elevar el coeficiente de rozamiento en los discos, y así alcanzar
temperaturas elevadas sin que se perjudiquen los forros, lo que permitió el éxito definitivo de
un tipo de embrague que se introdujo en 1.920 por la De Dion Bouton y que no se generalizó
hasta 1.926.
Funcionamiento y componentes
A continuación os proponemos una imagen para que observéis las dos posiciones que
en las que suelen estar los embragues; que son embragado y desembragado.
Cuando embragamos (momento que soltamos el pedal), los propios resortes del plato
de presión, son los que nos van a acoplar el disco de embrague al volante motor, sin que
tengamos que hacer nada más.
Vamos ahora con los diferentes elementos que componen nuestros embragues. Los
sistemas de embrague que tenemos en nuestros vehículos contienen dos partes muy
diferenciadas, como son: el disco de embrague y el plato de presión.
Éste último está formado por un disco de acero, donde se sujetan los forros por medio
de unos remaches embutidos para evitar que rocen en el asiento del volante.
Por su parte, el disco de acero posee unos cortes en su parte externa, a modo de
lengüeta que pueden doblarse en ambos sentidos de giro por la inercia de la fricción.
Comentar también que entre dicho disco de presión y la carcasa se montan unos sistemas de
presión que pueden ser muelles o un diafragma.
plato y disco de presión
Ahora que tenemos claro cómo funciona y que elementos contiene, os vamos a
clasificar estos sistemas de transmisión de movimiento en cuatro grupos diferentes:
Embrague de fricción.
Embrague hidráulico.
Embrague electromagnético.
Embrague mixto.
Generalmente los discos de embrague utilizados suelen ser metálicos, además de estar
sumergidos en baño de aceite.
Embrague multidisco
Vamos a pasar a hablar ahora de otro de los sistemas de embrague que se suelen utilizar
en caja de cambios automática, los embragues hidráulicos. Estos son sistemas de
acoplamiento que actúan como un embrague automático o semiautomático, en el que
una masa líquida es la que transmite el movimiento.
La parte que conecta con el motor se llama corona motriz y la que conecta con el eje
primario de la caja de cambios turbina o corona conducida.
Embrague hidráulico
Por el contrario sus ventajas son una mayor suavidad de marcha y comodidad, una
duración ilimitada, ausencia de vibraciones, bajo coste de mantenimiento y un
arranque muy suave gracias a la progresividad en el deslizamiento.
Del resto de los embragues, comentaros que existen pero no se suelen utilizar
demasiado en automoción, por lo que no vamos a entrar en detalle.
Donde sí vamos a entrar en detalle es en el diagnóstico para averiguar cuando nuestro
embrague esta en mal estado. Para ello os proponemos una lista en la que podáis
diferencia de una forma rápida cuál o cuáles pueden ser los síntomas.
Como sabéis, los embragues, por lo general, se someten a un trabajo que contiene
mucha fatiga. Tanto arranque y parada del trafico conlleva un desgaste en todo el
sistema, por lo que puede comenzar a generarse desgastes, vibraciones o ruidos extraños
en el embrague.
A parte del propio desgaste del los elementos, existen otros agentes externos que
pueden ayudar a que se nos estropee el embrague, como puede ser aceite del motor o
de la propia transmisión; problemas con el sistema hidráulico que acciona el embrague,
cable en mal estado o roto, posibles ruidos producidos por cojinetes y/o casquillos en
mal estado.
Síntoma Causa
– desgaste de los forros
– mantener el pedal
pisado.
-fugas de aceite de un
retén de cigüeñal o caja
de cambios.
Embrague patina – volante motor bi-
masa de mala calidad.
(utilizado debido a la
gran cantidad de par
motor de los vehículos
modernos)
-excesiva temperatura
de trabajo de los forros
del embrague.
-mala alineación entre
chasis y caja de cambios.
-juntas desgastadas
-montantes de motor y
Vibración en el trasmisión sueltos
embrague
-falta de pasadores del
volante
-tapa de embrague
suelta
-eje primario
desgastado.
Existen otros síntomas diferentes como por ejemplo si notamos que el embrague no
termina de desembragar. Esto lo notaremos si notamos que “rasca” al pasar de punto
muerto a marcha o simplemente notamos que el motor llega a pararse cuando estamos
casi llegando a parar. Estas situaciones puede ser producidas principalmente por el
cable que este defectuoso o quebradizo o que el cilindro maestro del embrague este
desgastado.
Por último tenemos un síntoma que notaremos enseguida, y es el endurecimiento del pedal al
pisarlo. Esto puede ser por un desgaste en el propio sistema hidráulico.
Si por el contrario observamos que las láminas del diafragma se usan de manera
desigual, significa que el embrague estaba deformado cuando se instaló porque no se
realiza un apriete uniforme de la tapa en el volante.