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Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones - 1998

Volumen 14, n.º 2 - Págs. 141-154

Artículo
¿Diferencias sexuales en los estilos de dirección en la
administración pública?
EMILIO SÁNCHEZ SANTA-BÁRBARA
JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ GONZÁLEZ
Dpto. Psicología Social y Metodología de las Ciencias del Comportamiento . Universidad de Granada

RESUMEN

En este artículo se hace una revisión de la Teoría del Liderazgo Situacional de Hersey y
Blanchard (1982) y a partir de ella se analizan los estilos de dirección de 43 mandos de la
Administración Pública. A estos directivos se les administró el LEAD-Self, con el fin de
determinar sus estilos de dirección así como su efectividad. Los resultados sugieren que exis-
te un estilo bastante homogéneo en todos ellos, que se caracteriza por asumir el control en
gran medida, permitiendo en ocasiones una mayor participación de sus subordinados, así
como la ausencia de diferencias sexuales significativas en cuanto al estilo preferido y a la
efectividad. Estos resultados pueden orientar a los responsables políticos acerca de las nece-
sidades de formación del personal directivo.

ABSTRACT

This paper reviews Hersey and Blanchard's Situational Leadership Theory (1982). Then,
LEAD-Self, a questionnaire by these authors, is administered to 43 managers of the Public
Administration in order to get their management styles and effectiveness. Results show the
existence of a very homogeneous style, the most relevant features of which being the
assumption of control to a great extent, allowing sometimes a greater participation of subor-
dinates, and the lack of significant gender differences in their preferred styles and effective-
ness. Results also suggest the need to train managers.

Dirección: Facultad de Psicología


Campus Universitario de Cartuja
18071 GRANADA

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¿Diferencias sexuales en los estilos de dirección de la administración pública?

PALABRAS CLAVE
Teoría del liderazgo situacional, estilos de dirección,
efectividad del liderazgo, diferencias sexuales, adminis-
tración pública.

KEY WORDS
Situational leadership theory, management styles, gender
differences, public administration.

INTRODUCCIÓN ción de una línea de investigación ya ini-


ciada.
Desde hace décadas, los responsables de
organizaciones y de instituciones diversas En esta Teoría, la efectividad del lide-
(empresas privadas, Administraciones razgo se explica por la conjunción de la
Públicas, instituciones sanitarias, educati- orientación por la tarea y la orientación
vas, militares, organizaciones no guberna- por las relaciones con la dimensión de la
mentales, etc.) han tomado conciencia de madurez del subordinado. Conforme
la relevancia de los estilos de dirección. aumenta el nivel de madurez del subordi-
Esa relevancia no acaba en los resultados nado, la conducta efectiva del líder debe
del trabajo de los integrantes de esas orga- implicar menos estructuración (u orienta-
nizaciones, sino que también se refleja en ción por la tarea) y menos apoyo socio-
la cultura y en la imagen corporativa que emocional (orientación por las relacio-
transmiten más allá de los propios límites nes).
de la actividad laboral.
De las tres variables, la decisiva son los
En el presente artículo, nos centrare- seguidores, puesto que a pesar de que la
mos en la Teoría del Liderazgo Situacio- situación sea favorable y el estilo de lide-
nal (Hersey y Blanchard, 1982) por dos razgo apropiado, si los seguidores no están
motivos principales: por una parte, coin- dispuestos a realizar el trabajo no hay nada
cidimos con distintos autores (De Miguel que hacer. No se niega la existencia de
et al., 1996; Moorhead y Griffin, 1995; otros factores situacionales, pero se pone
Molander, 1989; Vecchio, 1987) en reco- el énfasis en los subordinados o seguidores
nocer el gran atractivo que presenta este ya que éstos son, en definitiva, los que
modelo teórico y su amplia utilización aceptarán o no al líder y aún más, los que
entre los directivos; por otra, es notoria la determinarán el poder personal que el líder
escasez de investigaciones que den apoyo pueda alcanzar.
a sus supuestos (Graeff, 1983, Vecchio,
1987). Por ambas razones, decidimos Pasemos a definir los conceptos clave de
abordar una exploración de los estilos de la Teoría del Liderazgo Situacional -TLS-,
dirección en la Administración Pública al tal como Hersey y Blanchard (1982) los
amparo de esta Teoría, como continua- emplearon:

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Emilio Sánchez Santa-Bárbara, José María González González

• Conducta de Tarea “es el grado en en la conducta real del líder sino en lo


que el líder da orientación a las personas: apropiado de esta conducta para el
diciéndoles qué hacer, cuándo, dónde y ambiente en que se utiliza... Lo que ocasio -
cómo hacerlo. Significa establecer objeti - na el grado de efectividad o de inefectivi -
vos para ellas y definir sus roles”. dad es la interacción del estilo básico con
el ambiente” (p.97). Dicho en otras pala-
• Conducta de Relación “es el grado bras, la efectividad del liderazgo debe
en que el líder se implica en una comuni - entenderse como la adaptabilidad del
cación bidireccional con las personas: estilo. Por adaptabilidad nos referiremos al
dando apoyo, ánimo, ‘caricias psicológi - “grado en que los líderes son capaces de
cas’ y conductas facilitadoras. Significa modificar su estilo adecuadamente a las
escuchar activamente a las personas y demandas de una situación concreta según
apoyar sus esfuerzos”. (p.152). el Liderazgo Situacional” (p.234).

• Madurez “se define en el Liderazgo A continuación, analizaremos la rela-


Situacional como la capacidad y la dispo - ción que existe entre los estilos de lideraz-
sición de las personas para asumir la res - go y el género del mando, es decir, revisa-
ponsabilidad de dirigir su propia conduc - remos la literatura acerca del tema tanto en
ta”. (p. 151). los aspectos de posibles diferencias sexua-
les en los estilos de dirección como en la
Al igual que en el modelo de la Rejilla efectividad de los mandos. Como veremos
Gerencial de Blake y Mouton (1964), Her- es una cuestión compleja, ya que en las
sey y Blanchard consideran independientes conclusiones de distintos meta-análisis
estas dimensiones y así elaboran una cuadrí-
cula, a la que dividen en cuatro sectores o
cuadrantes, y definen sendos estilos de lide- Figura 1
razgo: E1 (Ordenar), E2 (Persuadir), E3 Liderazgo Situacional
(Participar) y E4 (Delegar). La TLS estable-
ce que la madurez es un continuo que se
divide en cuatro niveles: M1 (bajo), M2 (de
bajo a moderado), M3 (de moderado a alto)
y M4 (alto). El estilo de dirección apropiado
para un nivel concreto de madurez del
subordinado se representa en lo que se ha
denominado ‘curva prescriptiva’. La pres-
cripción del modelo afirma que el estilo de
dirección adecuado para cada uno de los
cuatro niveles de madurez implica una com-
binación correcta de conducta de tarea
(dirección) y de conducta de relación
(apoyo), del modo siguiente (Ver Fig. 1):

Hersey y Blanchard (1982 ) mantienen


que “la diferencia entre los estilos efecti -
vos y los inefectivos con frecuencia no está

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¿Diferencias sexuales en los estilos de dirección de la administración pública?

indican que existe una cantidad de estudios de en la racionalidad. Por su parte, el este-
que apoyan la existencia de diferencias reotipo masculino coincide en gran medida
sexuales prácticamente tan elevada como con el estereotipo del comportamiento
la cantidad de estudios que niegan la exis- esperado de un mando, es decir, incluye
tencia de esas diferencias. Remitimos al cualidades como la competitividad, la
lector interesado a analizar los meta-anali- autoridad jerárquica, un alto control ejerci-
sis realizados por Eagly et al. sobre la rela- do por el líder y una solución de problemas
ción entre el género y el estilo de liderazgo analítica y desprovista de emociones.
(1990), la emergencia como líderes (1991),
la evaluación de los líderes (1992) y la Esa influencia del estereotipo queda
efectividad de los líderes (1995). Antes de reflejada también en los procesos de socia-
abordar esta cuestión, tal vez sea éste el lización. Parsons y Bales (1950) se refirie-
momento de marcar la diferencia entre los ron a la masculinidad como orientación
términos “sexo” y “género”. De acuerdo instrumental, con un énfasis cognitivo en
con Eagly et al. (1995), sexo debe emplear- la solución de problemas y en la realiza-
se para el agrupamiento de las personas en ción de tareas. En cambio, asociaron la
las categorías de varón y mujer, y así es feminidad con una orientación expresiva,
correcto mencionar ‘semejanzas o diferen- que implica una preocupación afectiva por
cias sexuales’, mientras que género es el conseguir el bienestar de los demás y la
término apropiado para aplicarlo a los pro- armonía del grupo.
ductos de la cultura, como por ejemplo los
‘estereotipos de género’ o los ‘roles de Por su parte, Miner (1965) reflejó el
género’. estereotipo aceptado de que existen reque-
rimientos de rol paralelos para ser un
Desde el comienzo de los estudios cien- directivo y para ser un hombre. Ambos
tíficos acerca del liderazgo y la efectividad necesitan tomar el control, adoptar decisio-
de la dirección en contextos de laboratorio nes, ser asertivos y emprender acciones
o en contextos organizacionales, ha surgi- disciplinarias. El estereotipo de gerente
do la cuestión de si existían diferencias efectivo se ajusta al estereotipo masculino
sexuales en el modo de ejercer la función de competencia y de mayor distancia emo-
directiva. cional, por lo que se espera que las muje-
res en puestos directivos sigan patrones de
Esa cuestión se basó en la influencia del conducta masculinos.
estereotipo de género, que asignaba a la
mujer unas cualidades distintas a las del Esta imagen estereotipada de la mujer, y
hombre. Esas diferencias se manifestarían concretamente de la mujer en la dirección,
también en el modo en que hombres y dificultó el acceso de ésta a los puestos de
mujeres dirigen a otras personas. De este mayor responsabilidad en la jerarquía
modo, el estereotipo del género femenino organizacional. Concretamente, Eagly
aplicado al liderazgo incluye característi- (1995, p. 125) habla del ‘techo de cristal’
cas como la cooperación, la colaboración para referirse a las barreras discriminato-
entre mandos y subordinados, el ejercicio rias –más o menos sutiles– para el acceso
de un menor control por parte de la líder, y de la mujer a los roles de liderazgo. Sin
un enfoque de solución de problemas basa- embargo, a pesar de que pueden permane-
do en la intuición y en la empatía además cer ciertas actitudes en la sociedad, tam-

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bién es cierto que en las últimas décadas se que la efectividad del estilo de dirección
ha producido un aumento considerable de depende de las contingencias ambientales,
la presencia de la mujer en el mundo labo- en determinadas circunstancias, el estilo
ral, en general, y en lo que respecta a la más democrático de las mujeres puede ser
ocupación de puestos directivos, en parti- más efectivo que el estilo más autocrático
cular. de los hombres y viceversa.

Como hemos mencionado, según la ima- Griffin (1992), en un estudio en el que


gen estereotipada de la función del mando, se analizaban los efectos del género de los
el rol de dirección se ajusta mejor al rol mandos sobre la percepción del estilo de
masculino (orientado a la tarea) que al liderazgo, encontró que los varones reci-
femenino (orientado a las relaciones). Sin bían valoraciones más positivas cuando
embargo, las pruebas empíricas no apoyan eran autoritarios y las mujeres cuando eran
esta concepción. En el meta-análisis de participativas. La condición peor valorada
Eagly y Johnson (1990), en el que se inclu- era la mujer autoritaria. En conclusión, los
yeron estudios que comparaban los estilos resultados indicaron que los líderes eran
de dirección de hombres y mujeres, se con- valorados de forma más positiva cuando
cluyó que las mujeres tienden a comportar- empleaban un estilo de liderazgo que era
se de acuerdo con el estereotipo (orienta- típico de (y consistente con) su género.
ción interpersonal) sólo en situaciones de Como vemos, son muchos los matices que
laboratorio, pero cuando las mujeres ocu- rodean a la relación entre el género y el
pan puestos directivos en contextos organi- liderazgo.
zacionales, el estereotipo no se cumple. La
explicación de estas autoras es que, por un En lo que respecta a la efectividad de los
lado, es posible que en el contexto organi- líderes, recientemente Eagly et al. (1995)
zacional, existan demandas ambientales realizó otro meta-análisis que aportó unas
para que hombres y mujeres adopten un conclusiones dignas de mención. En su
estilo de dirección similar; por otro, tal vez investigación, incluyeron estudios en con-
sólo alcancen los puestos de dirección textos organizacionales y experimentos de
aquellas mujeres que muestran un estilo de laboratorio. En general, los hombres y las
liderazgo más similar al de los hombres. mujeres eran igualmente efectivos. Esta
Por el contrario, en el contexto de labora- conclusión debe matizarse con el concepto
torio, existe una mayor variabilidad ya que de ‘desbordamiento del rol sexual’ que se
los sujetos son asignados de forma aleato- refiere a la extensión al lugar de trabajo de
ria a los distintos grupos experimentales, a las expectativas de conducta basadas en el
la vez que existen menos presiones género. Es decir, en alguna medida, el
ambientales. género se desborda o contamina los roles
que podrían definirse exclusivamente en
Sin embargo, de acuerdo con la expecta- términos de la jerarquía organizacional sin
tiva propia del estereotipo femenino la intervención del género. De acuerdo con
(dirección democrática) y masculino el supuesto de que la efectividad aumenta-
(dirección autocrática), las mujeres tendían rá cuando se produzca una congruencia de
a adoptar un estilo más democrático o par- los roles de liderazgo con los roles de
ticipativo y menos autocrático o directivo género, los hombres eran más efectivos
que los hombres. En cualquier caso, puesto que las mujeres en roles definidos en tér-

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¿Diferencias sexuales en los estilos de dirección de la administración pública?

minos más masculinos, y las mujeres eran Administración Pública Autonómica (11) y
más efectivas que los hombres en roles Local (32) que desarrollan su actividad en
definidos en términos menos masculinos. distintos ámbitos de la Función Pública
Además, los hombres eran más efectivos (Salud, Urbanismo, Cultura, Bienestar
que las mujeres cuando tanto los roles de Social, Economía, Policía Local, etc.). De
los líderes como los roles de los subordina- ellos, 24 son hombres y 19 mujeres. Todos
dos estaban dominados numéricamente por ellos estaban integrados en Cursos de For-
hombres. mación organizados por el Instituto Anda-
luz de Administración Pública o por el Ins-
Una vez presentados los conceptos y la tituto Municipal de Formación y Empleo.
lógica de la Teoría del Liderazgo Situacio-
nal y también la relación entre los estilos
de dirección y el sexo del mando, pasare- Instrumento de medida
mos a continuación a exponer los aspectos
más relevantes del estudio empírico que se Todos los sujetos integrantes de la mues-
realizó gracias a la colaboración de miem- tra completaron el LEAD-Self (Leader
bros del personal directivo de la Adminis- Effectiveness and Adaptability Description).
tración Pública. Este estudio pretende dar El LEAD consta de 12 situaciones que se le
continuidad a una línea de investigación describen al mando. Como ejemplo, la situa-
que se inició con motivo de la Tesis Doc- ción 3 consiste en que “los miembros del
toral. En aquélla, la muestra de mandos grupo no pueden resolver un problema por
estaba compuesta exclusivamente por per- sí solos. Normalmente lo han hecho. El ren-
sonal directivo de la Administración Local, dimiento y las relaciones interpersonales han
mientras que ésta, además de aumentar su sido buenas” y junto a cada una de ellas se
tamaño, está compuesta por mandos de la presentan cuatro alternativas de respuesta
Administración Autonómica y Local y de que corresponden a los estilos de dirección
distintas Áreas, Secciones o Negociados. E1 a E4. A través de este instrumento, desa-
rrollado por Hersey y Blanchard (1982), se
Los objetivos de la presente investiga- evaluó el estilo de dirección preferido de
ción son: en primer lugar, evaluar los esti- cada mando y la efectividad del liderazgo,
los de dirección de los mandos de la Admi- medida por la adaptabilidad de los estilos de
nistración Pública y determinar la dirección a los supuestos de la TLS. Para los
efectividad del liderazgo según la TLS y, objetivos de la presente investigación no fue
en segundo lugar, comprobar si existen relevante la medida del nivel de madurez de
diferencias sexuales en los estilos de direc- sus respectivos subordinados.
ción preferidos y en la efectividad del lide-
razgo. Puesto que son doce las situaciones a
las que responde el mando, los valores de
las elecciones de los distintos estilos (E1
MÉTODO a E4) pueden oscilar entre 0 (nada elegi-
do) y 12 (elegido en todas las situacio-
Sujetos y Procedimiento nes). Este instrumento, además de mos-
trar la mayor o menor elección del mando
Los sujetos que participaron en el pre- de cada uno de los estilos, permite eva-
sente estudio fueron 43 mandos de la luar la efectividad del estilo de dirección

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(grado de ajuste entre el estilo elegido y res. Para ello, se empleó el programa 3D
la situación concreta). Los valores de del BMDP, a través de la prueba de U de
efectividad pueden oscilar entre 1 (máxi- Mann-Whitney. Se empleó el análisis no
ma inefectividad) y 48 (máxima efectivi- paramétrico, dado el tamaño de la muestra
dad), considerándose el valor 24 como el y otros requisitos no cumplidos para ser
criterio de la efectividad. adecuado el análisis paramétrico.

Análisis RESULTADOS

Los análisis realizados se pueden englo- 1. Estilos de dirección y efectividad del


bar en dos amplias categorías: por una liderazgo en la muestra general.
parte, se realizaron análisis descriptivos
generales y, por otra, se realizaron pruebas Los resultados del análisis de las eleccio-
de contraste de medias de las puntuaciones nes de los distintos estilos de dirección indi-
en el estilo de dirección favorito y en la can claramente que existe un perfil muy
efectividad, con el fin de determinar las homogéneo del estilo de dirección de los
posibles diferencias sexuales. mandos de la Administración Pública. En la
Tabla 1 se muestran las puntuaciones medias
En primer lugar, se calcularon los valo- y las desviaciones típicas de las elecciones de
res de la media y de la desviación típica de cada uno de los estilos de liderazgo. Es digno
las elecciones de los distintos estilos de de mención la muy escasa elección de los
dirección (E1 a E4) y también de la pun- estilos E1 (Ordenar) y E4 (Delegar), frente a
tuación de efectividad (adaptabilidad) del la muy elevada adopción de los estilos E2
liderazgo. Para ello, se utilizó el programa (Persuadir) y E3 (Participar).
2D del BMDP.
A la vista de los datos presentados, el
En segundo lugar, con el fin de analizar perfil del estilo de dirección preferido por
las posibles diferencias sexuales en cuanto los mandos de la Administración se sitúa
a los estilos de dirección y en cuanto a su claramente en los estilos ‘Persuadir’ y
efectividad como personal directivo, se ‘Participar’, no existiendo diferencias sig-
procedió a un análisis de contraste de nificativas entre ambos. Los dos estilos
medias de las elecciones de los distintos coinciden en que el mando muestra una
estilos de liderazgo y también de la efecti- alta conducta de relación, y se diferencian
vidad de la dirección de hombres y muje- en que en Persuadir (E2) el líder propor-

Tabla 1
Media y Desviación Típica de los estilos E1 A E4

Ordenar Persuadir Participar Delegar Efectividad


E1 E2 E3 E4 liderazgo
Media 0.88 5.41 5.18 0.51 31.69
Desv. Típica 1.07 2.30 2.08 0.66 4.69

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¿Diferencias sexuales en los estilos de dirección de la administración pública?

Tabla 2
Media y Desviación Típica de los estilos y de la efectividad del liderazgo,
según el sexo del mando

Ordenar Persuadir Participar Delegar Efectividad


E1 E2 E3 E4 liderazgo
Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer
Media 1.08 0.63 5.37 5.52 4.95 5.47 0.62 0.36 31.54 31.89
Desv. Típica 1.13 0.95 2.60 1.92 2.31 1.77 0.76 0.49 4.23 5.34
P. MannWhitney 0.117 0.710 0.463 0.335 0.806
NOTA: Diferencias sexuales No significativas, ni en los estilos ni en la efectividad del liderazgo.

ciona una también alta conducta de tarea, 2. Relación entre el sexo del mando, los
mientras que en Participar (E3) el mando estilos de dirección y la efectividad
proporciona una baja conducta de tarea. del liderazgo.

Resulta también interesante la muy En este caso, la muestra general de man-


escasa elección de los estilos E1 y E4. dos de la Administración se dividió en dos
Estos dos estilos se caracterizan porque el grupos (n1= 24 hombres y n2= 19 muje-
mando muestra una baja conducta de rela- res), y se realizó una prueba de contraste
ción. Por su parte, se diferencian en que el de medias de las elecciones de los estilos
E1 (Ordenar) implica una alta conducta de de dirección, a través del estadístico no
tarea, mientras que el E4 (Delegar) implica paramétrico U de Mann-Whitney.
una baja conducta de tarea.
Como se puede ver en la Tabla 2, no
Asimismo, en la Tabla 1 se incluyen los existen diferencias significativas asociadas
valores de la Efectividad del liderazgo, es al sexo en ninguno de los cuatro estilos de
decir, la adaptabilidad/flexibilidad del estilo dirección, ni tampoco en cuanto a la efecti-
de dirección en el sentido prescrito por la vidad de su liderazgo.
Teoría del Liderazgo Situacional, con una
efectividad media de 31’698. y una desvia- Las puntuaciones presentadas en la
ción típica de 4’698. Si el rango de la efecti- Tabla 2 indican, de nuevo, que los estilos
vidad oscila entre 24 y 48 puntos, la puntua- preferidos por los mandos (sin diferencias
ción empírica obtenida debe entenderse entre hombres y mujeres) son ‘Persuadir’ y
como una efectividad moderada. Participar’, y sólo de forma residual esco-
gen los estilos ‘Ordenar’ y ‘Delegar’. Asi-
Los resultados obtenidos en una investi- mismo, las diferencias encontradas entre
gación anterior (Sánchez Santa-Bárbara, hombres y mujeres en la ‘Efectividad del
1996) son similares a los del presente estu- liderazgo’ no alcanzaron el nivel de signi-
dio, tanto en cuanto a los estilos preferidos ficación estadística exigido, mostrando
(también E2 y E3) como en la efectividad ambos subgrupos una efectividad modera-
del liderazgo ejercido (Efect= 29.94). da.

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Emilio Sánchez Santa-Bárbara, José María González González

El análisis de varianza (ver Tabla 3) indica de mandos de la Administración Pública,


claramente que la efectividad del liderazgo los estilos preferidos son el E2 y E3. Esta-
no se puede explicar a partir del efecto del dísticamente no existen diferencias signifi-
sexo del mando ni tampoco a partir del efec- cativas entre ambos estilos, por lo que
to de los estilos elegidos. Sin embargo, la podemos afirmar que el perfil del directivo
interacción del sexo con el estilo, a pesar de de la Administración es el de una persona
no alcanzar el nivel de significación estándar, con una clara orientación por las relaciones
sí muestra una ligera tendencia a mostrar que interpersonales con los miembros del
la efectividad del liderazgo está asociado al grupo que dirigen y que, en ciertas ocasio-
efecto conjunto de ambas variables. nes, muestra una orientación alta por la
tarea y, en otras ocasiones, su orientación
por la tarea es baja.
DISCUSIÓN
Una segunda cuestión se refiere a la muy
En este apartado, presentaremos las con-
escasa elección de los estilos E1 y E4.
clusiones más relevantes del estudio. A
Estos dos estilos se caracterizan porque el
modo de resumen, destacaremos los resul-
mando manifiesta una conducta de relación
tados más importantes tanto en la muestra
baja en ambos casos y alta conducta de
general como en las submuestras de hom-
tarea (E1) y baja conducta de tarea (E4).
bres y mujeres, sobre los que realizaremos
Podemos entender ese abandono de los
los comentarios oportunos.
estilos que implican una baja conducta de
1. Muestra general: relación de varios modos, que no tienen
a) Estilo preferido. que ser excluyentes entre sí. En primer
b) Efectividad del liderazgo. lugar, podemos considerarlo como un énfa-
sis a la conducta de apoyo, consideración,
2. Muestra agrupada por sexos:
orientación por el empleado, etc., a la vez
a) Estilo preferido.
que una manifestación clara de lo que los
b) Efectividad del liderazgo.
mandos valoran del ejercicio del liderazgo
(relaciones interpersonales). En segundo
lugar, y relacionado con lo que los mandos
1. MUESTRA GENERAL
valoran (y, consiguientemente, con su
A) Estilo Preferido modo de comportamiento), los estilos que
implican no cuidar especialmente las rela-
Como ya hemos citado a partir de los ciones con los integrantes de su grupo de
resultados obtenidos en la muestra general trabajo (tanto el E1 como el E4) son elegi-

Tabla 3
Análisis de varianza de la efectividad del liderazgo, en función del sexo
y del estilo de mando
Valor de F Probabilidad
Sexo 2,52 0,1213
Estilo 0,91 0,4106
Interacción (S x E) 3,07 0,0584

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¿Diferencias sexuales en los estilos de dirección de la administración pública?

dos en muy pocas ocasiones (menos del cambios periódicos (en función de ciertas
12% de las elecciones realizadas) porque, variables: presupuesto, vacaciones, decisio-
en general, la muestra está compuesta por nes políticas, etc.) que obliguen a los man-
mandos medios y, por tanto, tienen un con- dos a ser exigentes con el desempeño y a
tacto relativamente estrecho con sus cola- forzar el componente de tarea en ciertos
boradores. A esto hay que añadir que posi- momentos, mientras que en otros se permi-
blemente el grupo haya desarrollado una ta al grupo trabajar de manera más relajada.
relación interpersonal a la vez que la rela- Por otra, es posible también que su estilo
ción laboral, lo que haría que la conducta incluya esa mayor variabilidad en la con-
de relación del mando fuera no sólo espe- ducta de tarea, y tiendan a comportarse
rada, sino también fomentada por los según el estilo E3 (baja conducta de tarea y
miembros del grupo de trabajo. En tercer alta conducta de relación), creando un
lugar, y haciendo referencia a la ‘cultura clima de trabajo agradable en el equipo,
organizacional de la Administración’ (Sán- pero en ocasiones quieran reforzar su papel
chez Santa-Bárbara, 1995) y, específica- directivo y, de este modo, aumentarían su
mente, a la expectativa del rol de liderazgo conducta de tarea hasta llegar al E2.
en este contexto, los mandos pueden haber
interiorizado unas normas (no escritas, por En cualquier caso, los autores de la Teo-
supuesto) acerca del modo en que se espera ría del Liderazgo Situacional (Hersey y
que se comporten, y así pueden considerar Blanchard, 1982, p. 165-167) plantean que
que no es adecuado Delegar en sus subor- existe una mayor probabilidad de que cier-
dinados (ya que ellos siguen manteniendo tos estilos sean más adecuados en unos
la responsabilidad de los resultados obteni- contextos que en otros. Concretamente,
dos en su área de actuación) ni tampoco citan varios ejemplos de liderazgo en el
Ordenar (o ser muy directivo), entre otros área educativa (relación entre el alumno y
motivos porque el grupo que dirigen debe el profesor, relación entre el profesor y la
de contar con los conocimientos y habili- junta directiva del centro, o la relación -en
dades precisas para el trabajo que desem- el contexto universitario- entre el profeso-
peñan -al ser personal de la Administra- rado y la Dirección del Departamento). De
ción, probablemente todos ellos han este modo, los autores consideran adecua-
superado las pruebas de selección para el do un cierto estilo para cada situación
acceso a los puestos de la Administración. específica de liderazgo.

¿Cómo se puede interpretar la alta elec- En una investigación anterior (Sánchez


ción de los estilos E2 y E3? Ya hemos Santa-Bárbara, 1996, p. 294) con una
comentado las posibles razones que llevan muestra de mandos exclusivamente de la
a preferir los estilos que incluyen una alta Administración Local, se comprobó que
conducta de relación. Sin embargo, merece los mandos evaluaban la madurez de sus
la pena discutir las diferencias entre ambos, subordinados de moderada a alta (M3) y
es decir, la conducta alta de tarea en el E2 sin embargo su estilo de liderazgo incluía
(Persuadir) y la conducta baja de tarea en el tanto el E2 como el E3. Hemos de señalar
E3 (Participar). De nuevo, nos atrevemos a que en el presente estudio no se midió la
plantear posibles explicaciones de esta rea- madurez de los subordinados, por no ser
lidad. Por una parte, es posible que el traba- especialmente relevante para los objetivos
jo en la Administración implique unos de esta investigación.

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Emilio Sánchez Santa-Bárbara, José María González González

B) Efectividad del Liderazgo madurez deba situarse en el M2, que impli-


caría una manifiesta falta de capacidad
El resultado de la efectividad media del para cumplir con las exigencias del puesto
liderazgo en la muestra general (31.69) junto a una alta motivación del personal. Si
indica un valor sólo moderado, ya que el asumimos que el nivel de madurez es el
rango de efectividad oscila entre 24 y 48, M3, la TLS prescribe que el estilo de
que se puede explicar por la relativa incon- dirección que le corresponde es el E3 (Par-
gruencia entre el supuesto nivel de la ticipar). En la medida en que el estilo mos-
madurez de los subordinados de la Admi- trado por los mandos en nuestro estudio
nistración Pública (M3) con el estilo de comparte por igual componentes del E2
dirección de sus superiores (E2 y E3 por –poco adecuado, desde la prescripción de
igual). la TLS– y del E3, la efectividad del lide-
razgo sería sólo moderada.
En relación con el resultado obtenido de
una efectividad moderada, se pueden hacer Desde un enfoque empírico, remitire-
dos apreciaciones, una desde la perspectiva mos a los resultados de una investigación
de la Teoría del Liderazgo Situacional (por realizada en la Administración Local. Aun
el ajuste del estilo de dirección a un nivel siendo consciente de que la generalización
concreto de madurez de los subordinados), a otros contextos de la Administración
y otra desde la perspectiva empírica (de Pública debe hacerse con las pertinentes
otras investigaciones en contextos simila- reservas, en ella se obtuvieron los siguien-
res, que puedan orientar su explicación). tes resultados: En primer lugar, el nivel de
madurez de los subordinados fue M3; en
Desde la Teoría del Liderazgo Situacio- segundo lugar, el estilo de dirección com-
nal, se prescribe que la efectividad del prendía tanto E2 como E3; en tercer lugar,
liderazgo será mayor cuando se consiga el la efectividad del liderazgo fue también
ajuste entre el estilo de dirección manifes- moderada (y con un valor similar al obte-
tado por los mandos y la madurez de los nido en el presente estudio), y por último,
subordinados. En este estudio, no se eva- aunque no se alcanzó el nivel de significa-
luó la madurez de los respectivos subordi- ción estándar, sí se apreció una clara ten-
nados de los mandos que conforman la dencia en el sentido de que los mandos en
muestra, por lo que la interpretación debe- los que primaba el E2 eran menos efecti-
remos hacerla ‘a posteriori’, es decir, a la vos, mientras que aquellos mandos que
vista de la efectividad (moderada) y su compartían el E2 y el E3 eran más efecti-
relación con el estilo (E2 y E3 por igual). vos. Sin embargo, en esa investigación no
Hipotetizamos que el nivel de madurez de se pudo demostrar que fueran más efecti-
los subordinados de la Administración vos los mandos que más elegían el E3,
Pública estará, en general, en M3 (de como postula la TLS.
moderada a alta), que se caracteriza por
contar con la capacidad necesaria para los Dadas las similitudes entre los resulta-
requerimentos del puesto –damos por dos obtenidos en la anterior investigación
supuesto que los procedimientos de selec- y los obtenidos en la actual, y con el fin de
ción para el acceso a la Administración integrar ambas perspectivas (teórica y
son los adecuados– pero con la motivación empírica) podemos concluir que los man-
disminuida. No creemos que su nivel de dos de la Administración Pública son, en

REVISTA DE PSICOLOGIA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 151


¿Diferencias sexuales en los estilos de dirección de la administración pública?

general, moderadamente efectivos, según van socializando en determinadas pautas


la Teoría del Liderazgo Situacional. de conducta que son valoradas y reforza-
das (por la organización, por los superio-
res, por los iguales y por los subordina-
2. MUESTRA AGRUPADA POR dos). En otro lugar ya defendimos que la
SEXOS Administración Pública como contexto
organizacional se situaba más cerca del
A) Estilo preferido, según el sexo del polo de la femineidad (más que otros con-
mando textos, p.ej. la empresa privada), no sólo
por los contenidos del trabajo sino también
Como se ha indicado en la Tabla 2, no por la cantidad de mujeres que desarrollan
existen diferencias significativas asociadas su labor tanto en puestos de dirección
al sexo en relación con la elección de los como en puestos operativos, lo que fomen-
cuatro estilos básicos que define el modelo ta las cualidades estereotípicas femeninas
de la TLS, es decir, el modo de dirigir de tanto en las mujeres como en los hombres
hombres y mujeres. con capacidad de mando.

Tal vez podríamos hablar de una ‘con- A esto hay que añadir que, en la Adminis-
vergencia’ de los estilos de dirección si, tración Pública, los líderes tienen una redu-
como argumentan algunos autores, la cida capacidad de gestión sobre los recursos
mujer en el puesto directivo ha incorpora- humanos o económicos, por lo que ven tam-
do las cualidades del mando, tradicional- bién limitados los contenidos de su función
mente masculinas, a la vez que el hombre, directiva. Otro de los elementos que se sue-
en el desempeño de la función directiva, ha len citar como constitutivos de la cultura de
incorporado aspectos tradicionalmente la Administración es el anquilosamiento,
femeninos, generándose así un perfil que se manifiesta por el valor que tiene la
andrógino del mando. Esa androginia no forma habitual de hacer las cosas, lo que
hace perder totalmente las cualidades este- inhibe o castiga la introducción de cambios.
reotípicas de cada uno de los géneros, sino
que hombres y mujeres ven complementa- En la TLS, se cita como variable situa-
das sus cualidades (positivas y negativas) cional central la madurez de los subordina-
en su puesto de dirección en la organiza- dos (con sus componentes de capacidad y
ción para la que trabajan. motivación), y tal vez sería necesario
incluir, en relación con los estilos de direc-
Al margen de esta cuestión, que no pare- ción, no sólo la capacidad y motivación de
ce estar resuelta aún en la literatura sobre los mandos, sino también la autonomía de
el liderazgo, tal vez esos estilos de direc- que disponen (en ella habría que incluir las
ción se puedan explicar por lo que se ha presiones políticas, presupuestarias o de
denominado ‘cultura de la Administra- otro tipo a las que deben someterse). Por
ción’, que también impregna el liderazgo y todo ello, los estilos de dirección de los
se ve retroalimentada por él. Con esto que- mandos de la Administración son en parte
remos plantear que los actuales mandos el resultado de sus conocimientos o expe-
fueron y siguen siendo subordinados de riencia, de su motivación para actuar de
otros y que, en su experiencia de trabajo cierto modo, y en parte el resultado de la
(como subordinados y como mandos), se autonomía como personal directivo.

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Emilio Sánchez Santa-Bárbara, José María González González

B) Efectividad del liderazgo, según el asociados con los distintos estilos (E1 a E4)
sexo del mando y la flexibilidad para adecuarse a los requeri-
mientos de la situación de liderazgo, así
No nos debe extrañar que no existan dife- como para ayudar a sus subordinados a
rencias significativas entre hombres y muje- aumentar su ‘madurez’; y en tercer lugar,
res, ya que si la forma de dirigir es tan cambiar actitudes (respecto a la considera-
homogénea, independientemente del sexo ción del personal a su cargo, respecto a la
del directivo, no era probable que aparecie- innovación y la creatividad, etc.).
ran diferencias sexuales en la efectividad.

De acuerdo con el supuesto del ‘desbor- REFERENCIAS


damiento del rol sexual’, debe existir una
congruencia entre los roles de liderazgo y BLAKE, R.P. y MOUTON, J.S. (1964).
el género de los líderes para que la efecti- The Managerial Grid. Houston, Texas.
vidad sea mayor, es decir, los hombres Gulf Publishing.
serían más efectivos que las mujeres en
roles definidos en términos más masculi- DE MIGUEL, J.; FERNANDEZ RIOS, M.
nos y viceversa. y RICO, R. (1997). Liderazgo Situacional:
El modelo de Hersey y Blanchard. En M.
Si, como defendemos, la madurez de los Fernández Ríos y J.C. Sánchez. Manual de
subordinados de la Administración debe Prácticas de Psicología Organizacional.
estar en el nivel M3 y, por tanto, el estilo Salamanca. Amarú Ediciones.
que le corresponde es el E3 (Participar), y
la cultura de la Administración es más EAGLY, A.H. (1987). Sex differences in
femenina que masculina, un estilo que social behavior: A social-role interpreta -
incorpora tanto el E2 como el E3, modera tion. Hillsdale, N.J., Erlbaum.
el valor de la efectividad del liderazgo.
EAGLY, A.H. y JOHNSON, B.T. (1990).
Para terminar estas conclusiones, creemos Gender and leadership style: a meta-analy-
que estudios como el que presentamos pue- sis. Psychological Bulletin, 108, 233-256.
den ser de gran utilidad para orientar a los
responsables políticos acerca de la relevancia E A G L Y, A.H. y K A R A U , S.J. (1991).
de los estilos de dirección. Además, podría Gender and the emergence of leaders: a
guiar acerca de las necesidades de formación meta-analysis. Journal of Personality and
de los mandos de la Administración. La for- Social Psychology, 60, 685-710.
mación del personal directivo no sólo debe ir
encaminada a aumentar sus conocimientos, EAGLY, A.H.; KARAU, S.J. y MAKH-
sino también a desarrollar sus habilidades y a JANI, N.G. (1995). Gender and the effecti-
cambiar actitudes. Específicamente, nuestra veness of leaders: a meta-analysis. Psycho -
propuesta incluiría en primer lugar, incidir en logical Bulletin, 117, 1, 125-145.
los conocimientos acerca de los supuestos de
la Teoría del Liderazgo Situacional; en EAGLY, A.H.; MAKHJANI, M.G. y
segundo lugar, desarrollar sus habilidades KLONSKY, B.G. (1992). Gender and the
tanto para aumentar su capacidad diagnóstica evaluation of leaders: a meta-analysis. Psy -
como para desarrollar los comportamientos chological Bulletin, 111, 1, 3-22.

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