Desarrollo Humano
Docente: M. en A. Karen Yunuen Villafuerte Valencia
MONSTRUO DE AMSTETTEN
Josef Fritzl
Fritzl obligaba a su hija a escribir cartas para mantener el secreto a salvo, especialmente de las posibles
sospechas de Rose Marie. En la primera, de 1984, Elisabeth decía que se iba de casa y que no la buscasen. Los
tres niños que fueron apareciendo en la puerta de la casa posteriormente iban acompañados de sendas cartas
de Elisabeth en las que aseguraba que no podía cuidarlos.
Joseph Fritzl, de 74 años, electricista retirado, ha sido descrito por la Policía como una persona "muy inteligente".
Sus vecinos le consideraban una figura respetable dentro de la comunidad. Su cuñada, no obstante, le califica
ahora de "déspota". Sus vecinos aseguran que siempre trataba de aparecer bronceado, que coqueteaba con las
mujeres y que llamaba la atención por la forma exagerada que tenía de cuidar su jardín. Otros señalaron que
gobernaba su casa "como un teniente general", y que era muy celoso de su privacidad. Una ex compañera de
trabajo señaló que "siempre iba bien vestido, como un diplomático". Pertenecía al club de pesca de Amstetten.
En al menos una ocasión, Fritzl se hizo pasar por su hija Elisabeth para anunciar por teléfono a su esposa que había
dejado a uno de los bebés en la puerta de la casa.
Fritzl mantuvo durante todos estos años la versión de que su hija Elisabeth había sido captada por una secta, que
le obligaba a deshacerse de sus hijos. El jefe de la Policía de Baja Austria señaló que "este hombre no dejó ningún
cabo sin atar con el fin de engañar a su familia, a su esposa, a sus parientes, a los niños y a todo el mundo que le
rodeaba".
POSCH, MARTINA. Fue asesinada hace 22 años, cuando tenía 17. Su cadáver apareció en el lago Mondsee y,
hasta ahora, el caso aún no se ha resuelto. La esposa de Fritzl tenía entonces un restaurante a orillas de ese lago,
no muy lejos de Amstetten
IMPACTO SOCIAL:
El caso de Josef Fritzl ha conmocionado tanto a la localidad de Amstetten, asediada estos días por cientos de
periodistas, como a toda la sociedad austriaca, especialmente al haberse producido apenas dos años después de
que se conociera el caso de Natascha Kampusch, la joven que permaneció secuestrada cerca de Viena durante
ocho años. Algunos medios locales han cuestionado también un tipo de sociedad en la que pueden darse casos
como éste: "Todo Amstetten debería avergonzarse. Los vecinos cerraron los ojos" (Osterreich), "La comunidad entera
debe preguntarse qué es lo que está pasando" (Der Standard). Unas 200 personas se congregaron en la plaza
principal de Amstetten llevando velas para expresar su "ira" y "profunda tristeza" por lo ocurrido. "Todos los días
pasaba por delante de la casa; tenía que haber hecho algo", comentó uno de los asistentes.
ASPECTO BIOLOGICO:
ABRIL DE 2008. Kristen, una chica de 19 años, es trasladada al hospital con síntomas de estar
gravemente enferma. Es una de las hijas de Elisabeth, que tiene ahora 42 años. Kristen está
inconsciente, pero tiene consigo una nota de su madre en la que pide ayuda para la joven. Los médicos
buscan sin éxito el historial de la paciente. Avisan a la Policía y la historia sale a la luz: Josef Fritzl ha
mantenido encerrada a Elisabeth durante 24 años y ha tenido siete hijos con ella. Tres de ellos (la
propia Kerstin; Stephan, de 18 años, y Félix, de 5) han compartido cautiverio con la madre, otro murió,
y los tres restantes (Lisa, de 15 años; Monika, de 14, y Alexander, de 13) vivían con Josef y su mujer,
Rose Marie (la madre de Elisabeth), en la parte de arriba de la propia casa. Rose Marie asegura que
no sabía nada.
ABUSOS. Elisabeth sufrió los primeros abusos sexuales de su padre en 1977, cuando tenía once años.
Desde entonces fue violada y golpeada sistemáticamente. Pasó los nueve primeros años de su encierro
en una única estancia del sótano (hasta 1993 su padre no organizó otros espacios). Los hijos nacidos en
ese tiempo fueron testigos de las violaciones continuas. Fritzl la mantuvo esposada los dos primeros
días de cautiverio, y durante los seis o nueve meses siguientes permaneció atada. La Policía descarta
que Josef Fritzl hubiera abusado de sus hijos
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INFORMACIÓN ADICIONAL:
AGOSTO DE 1984. Josef Fritzl, un electricista austriaco de 50 años encierra a su
hija Elisabeth, de 18, en el sótano de su casa, en Amstetten, Austria.
ADN. Dos días después, la Policía confirma que las pruebas de ADN realizadas a
Fritzl confirman que es el padre de los hijos de Elisabeth.
BEBÉS. Los tres hijos que vivían con Josef y Rose Marie fueron dejados en la puerta
de la casa poco después de nacer (en 1993, 1994 y 1997). Fueron adoptados
legalmente por sus abuelos.
CUÑADA. Christine R., cuñada de Fritzl y hermana de Rose Marie, asegura que
éste siempre humilló a su hermana y maltrató a sus hijos. Señaló asimismo que Josef
bajaba al sótano todas las mañanas, "supuestamente para dibujar planos de unas
máquinas que quería vender". "A veces pasaba toda la noche allí. Ahora ya
sabemos por qué", añadió.
CÓDIGO. La puerta del sótano sólo podía abrirse mediante un código secreto
conocido únicamente por Fritzl. El código accionaba un motor electrónico. Fritzl
había activado un mecanismo para que la puerta se abriese sola en caso de que
él desapareciese.
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CONDENA. Fritzl, en prisión preventiva, se enfrenta una posible condena de al
menos 15 años de cárcel si es encontrado culpable del cargo de violación, el más
grave de sus presuntos delitos, según la ley austriaca.
CÓMPLICES. Las pruebas analizadas hasta ahora descartan que ningún miembro
de la familia actuase como cómplice. Pese a que la Policía ha insistido en que Fritzl
actuó solo, el jefe de la investigación declaró que "alguien de la familia debía
saber algo". En este sentido, la revista alemana Brigitte aseguró que uno de los
hijos que vivían en la parte alta de la casa tenía una copia de la llave que daba
al sótano. Alfred Dubanovsky, un hombre que estuvo 12 años alquilando una
habitación en la casa de Fritzl, aseguró que vio cómo otro hombre entraba junto a
su casero en el sótano. Añadió que este hombre era un fontanero, y que le llamó
la atención porque él tenía prohibido intentar entrar en esa parte de la casa.
DROGAS. Fritzl dijo a la Policía que había encerrado a su hija para "protegerla y
mantenerla alejada de las drogas".
DAÑOS. Encerrados sin luz natural y aislados del mundo durante toda su vida, los
hijos de Fritzl han desarrollado diversas fobias y miedos. Sienten pánico ante el
color azul, los tonos de los móviles, el tráfico en la ciudad... Además, hablan con
gruñidos (se comunican entre ellos con un lenguaje propio) y prefieren gatear. El
pequeño, de cinco años, es "alegre y vital", y se mostró fascinado al sentarse por
primera vez en un coche. Los dos mayores necesitarán al menos ocho años de
terapia. Los expertos han aconsejado que, por el momento, vivan en una casa sin
ventanas. Los tres, al igual que su madre, tienen problemas de piel. Kristen ha
perdido casi todos los dientes.
ENVEJECIMIENTO. Elisabeth aparenta 20 años más de los que tiene. Tiene el pelo
muy blanco y la piel casi transparente debido a la falta de luz solar.
FOTOS. Pese a que sí se han divulgado fotografías tanto de Josef Fritzl como de
Elisabeth, las autoridades austriacas han advertido de que cualquier medio que
publique imágenes o detalles íntimos de las víctimas podría ser multado con hasta
20.000 euros. Las autoridades estudian la posibilidad de cambiar el apellido a
las víctimas para protegerlas.
GAS. La Policía investiga si Fritzl construyó un dispositivo para que el zulo se llenara
de gas en caso de que a él le pasara algo. Amenazaba a los encerrados con
gasear el calabozo en caso de que intentaran liberarse, lo que podría explicar,
en parte, por qué Elisabeth no habría intentado nunca atacarle.
ZULOS. Los sótanos como el que empleó Fritzl como zulo recibieron subvenciones
del Gobierno austriaco durante la guerra fría para ser usados como refugios ante
un posible ataque nuclear
HIJOS. Elisabeth tuvo sus siete hijos a lo largo de 14 años. Las condiciones en las
que tenían lugar los partos están siendo investigadas aún. La primera, Kristen, nació
en 1988, y en 1990 nació Stephan. Lisa y Monika ‘aparecieron' en la puerta de
la casa cuando tenían nueve y diez meses de edad. En 1996 nacieron gemelos.
Uno de ellos murió a los tres días y el otro, Alexander, ‘apareció' también 15 meses
después en la puerta del domicilio. El último, Félix, nació en 2003. Según la Policía,
Fritzl escogió a los hijos a los que adoptó por su estado de salud y su "inclinación
a llorar".
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JUEZ. "Todos los procedimientos eran contundentes, las piezas coincidían", declaró
el juez Josef Schluegl, quien concedió en su día a Fritzl la custodia de uno de los
niños, sin saber que era en realidad su hijo, tras leer una carta en la que Elisabeth
pedía a sus padres que cuidaran del pequeño y que no intentaran buscarla.
"Imposible imaginar que estaba secuestrada y le habían obligado a escribirla",
añadió.
SUICIDIO. En la prisión, Fritzl permanece bajo vigilancia las 24 horas para evitar
que trate de quitarse la vida.
El caso del ‘monstruo de Amstetten" está lleno aún de interrogantes e incógnitas por resolver: ¿Cómo es posible que ningún
miembro de la familia, especialmente la esposa de Fritzl, sospechara nada, ni tampoco los vecinos y conocidos de la pareja?
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¿Quién cuidaba de los encerrados cuando Fritzl estaba de viaje? ¿Cómo fueron los partos en ese zulo? ¿Qué ocurría
cuando alguno de los niños, especialmente siendo bebés, caían gravemente enfermos? ¿Cómo justificaba Fritzl ante su
esposa los gastos extra en comida y ropa?
FUENTES DE CONSULTA:
29/04/2008 - 16:05 h / cadenaser.com /El 'psicópata austriaco' elegía a los niños que
lloraban para vivir con él /
http://cadenaser.com/ser/2008/04/29/sociedad/1209435209_850215.html
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