cardiorrespiratorio
Simón Salzberg
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INTRODUCCIÓN
Gran parte del beneficio observado con la creación de las unidades coronarias
(UCO), en la década de 1960, sobre la mortalidad de los pacientes con síndromes
coronarios agudos, se debió al desarrollo de conocimientos y técnicas de reanima-
ción cardiopulmonar (RCP) relacionadas principalmente con la desfibrilación eléc-
trica y el masaje cardíaco externo.
Aunque el paro cardiorrespiratorio (PCR) puede ser causado por patologías ex-
tracardíacas (trauma, tromboembolismo pulmonar, cáncer, enfermedades respirato-
rias, etc.), la enfermedad cardiovascular constituye la principal causa de muerte en
el mundo occidental, tanto en hombres como en mujeres. Dentro de las causas de
origen cardiovascular, la enfermedad coronaria es la etiología más común de muer-
te súbita cardíaca y es responsable de alrededor de la mitad de estos decesos.
El escenario del PCR puede ser el ámbito prehospitalario (vía pública, hogar, ofi-
cina, etc.) o bien el intrahospitalario (departamento de emergencias, sala de inter-
nación, terapia intensiva, quirófano, sala de hemodinamia, unidad coronaria, etc.).
La tasa de éxito varía según cada uno de los escenarios. Seguramente tendrá más
chances de sobrevivir un paciente que presenta un PCR dentro de una sala de he-
modinamia que un individuo que fallece en la vía pública. Aun con ciertas diferen-
cias, la ciencia y la práctica de la RCP es similar para todos los individuos que han
sufrido un PCR, independientemente de su patología de base o el lugar donde ocu-
rre el hecho.
CADENA DE LA SUPERVIVENCIA
1. Acceso precoz: la demora entre el inicio del PCR y el comienzo de las maniobras
de RCP debería ser lo más corta posible. Es probable que en la UCO este primer
eslabón sea el más fácil de realizar correctamente.
2 ■ El paciente en la Unidad Coronaria
2. RCP básica precoz: en los últimos años este eslabón ha cobrado mayor impor-
tancia. Aun en presencia de PCR por FV/TV, el empleo adecuado de las manio-
bras de RCP es de fundamental importancia.
3. Desfibrilación precoz: este eslabón constituye el mayor determinante de éxito
en RCP. Ello se debe a que el ritmo inicial más frecuente en caso de muerte sú-
bita es la FV o la TV, a que el único tratamiento efectivo para estas arritmias
es la desfibrilación eléctrica, a que la probabilidad de desfibrilación exitosa
disminuye con el tiempo de demora aproximadamente el 7% a 10% por cada
minuto perdido y a que la FV/TV tiende a convertirse en asistolia en pocos mi-
nutos.
4. RCP avanzada precoz: muchas veces, la RCP básica y la desfibrilación eléctrica
no son suficientes para lograr una reanimación exitosa. En estos casos adquieren
gran importancia las otras maniobras de cuidados avanzados (manejo de la vía
aérea, medicación intravenosa, etc.) para mejorar las probabilidades de supervi-
vencia.
Fig. 1-2. Presión de perfusión coronaria: se observa el incremento de la PPC durante la com-
presión torácica y su decremento al detener el masaje cardíaco externo. Ao, presión “diastóli-
ca aórtica”; RA, presión en la aurícula derecha.
Fase circulatoria: comprende desde los 4 hasta los 10 minutos del PCR. Du-
rante los primeros minutos del PCR, el volumen intravascular se redistribuye ha-
cia el lado derecho del corazón y el sector venoso debido a la menor resistencia
del circuito. Se produce, minutos después, una distensión de las cavidades dere-
chas y un vaciamiento de las izquierdas con la consiguiente caída de la presión
aórtica.
El logro de una presión de perfusión coronaria (PPC) adecuada es un fuerte pre-
dictor de supervivencia en el PCR. La PPC es la diferencia entre la presión “dias-
tólica” aórtica (durante la fase de relajación de la compresión torácica) y la presión
en la aurícula derecha (fig. 1-2).
En esta fase, el inicio de técnicas de RCP básicas y principalmente de las com-
presiones torácicas son fundamentales para lograr la redistribución del flujo e incre-
mentar la PPC. Si el paciente persiste en FV/TV en esta etapa, debe ser desfibrila-
do luego de un período de RCP básica.
Fase metabólica: luego de los 10 minutos del PCR se produce daño tisular pro-
ducto de la isquemia y de la reperfusión. En este período, intervenciones tales co-
mo fármacos específicos, hipotermia, bypass cardiopulmonar, etc., podrían tener
cierta utilidad en la recuperación del paciente.
La atención del PCR se puede sintetizar en dos etapas: RCP básica y RCP avan-
zada.
La RCP básica es la primera aproximación a la víctima de PCR. Estas maniobras
pueden ser realizadas por individuos debidamente entrenados, tanto legos como
4 ■ El paciente en la Unidad Coronaria
• Posible PCR
• Evaluar respuesta
No responde Responde
Comenzar ABCD
• Activar el sistema de emergencias
• Pedir desfibrilador
• A. Abrir la vía aérea. Evaluar respiración
No respira Respira
• C. Evaluar pulso
1 ventilación
cada 5 o 6 seg
Con pulso
Revaluar pulso
Sin pulso c/2 min
Dar un choque
Recomenzar con RCP
Recomenzar con RCP
inmediatamente por 5 ciclos
inmediatamente por 5 ciclos
A
B
Fig. 1-4. Maniobras para la apertura de la vía aérea. A. Hiperextensión de la cabeza y eleva-
ción del mentón. B. Luxación anterior de la mandíbula.
B. Buena ventilación
Una vez comprobada la apnea se deben dar dos insuflaciones suficientes para
elevar el tórax. Se puede utilizar la técnica boca a boca, boca a máscara o bolsa-vál-
vula-máscara. Esta última es la utilizada habitualmente en la UCO, dada su amplia
disponibilidad. Se debe usar oxígeno suplementario mayor del 40% con un flujo
mínimo de 10 a 12 litros por minuto. Idealmente, se debería ventilar a los pacien-
tes en PCR con concentraciones cercanas al 100%, para lo cual es imprescindible
el uso de bolsas con reservorio.
Las guías 2005 del ILCOR recomiendan utilizar un volumen suficiente para ele-
var el tórax (clase IIa), lo cual se suele lograr con volúmenes de 6 a 7 mL/kg o 500
a 600 mL (1/2 a 2/3 del volumen de una bolsa de 1 litro o 1/3 si se usa una bolsa de 2
litros).
En el PCR, las ventilaciones deben ser sincrónicas con el masaje cardíaco mien-
tras el paciente no tenga la vía aérea asegurada (tubo endotraqueal, máscara larín-
gea o combitubo). Se deben dar dos ventilaciones (una por segundo) cada 30 com-
presiones torácicas. Luego de asegurada la vía aérea, las ventilaciones se realizan a
un ritmo de 8 a 10 por minuto, mientras que en paro respiratorio la frecuencia de-
be ser de 10 a 12 ventilaciones por minuto.
C. Circulación
En los últimos años ha surgido mucha evidencia acerca de la importancia del ma-
saje cardíaco externo. Las compresiones torácicas efectivas son esenciales para ge-
nerar una PPC adecuada. En víctimas de FV/TV, las compresiones torácicas incre-
El paciente con paro cardiorrespiratorio ■ 7
D. Desfibrilación
La desfibrilación forma parte de la RCP básica desde que se cuenta con equipos
para desfibrilación automática. Es quizás el eslabón más importante en pacientes
con PCR por FV/TV presenciado.
Golpe precordial
2 Evaluar ritmo
9
Asistolia
3 FV/TV No FV/TV
AESP
4 10
8 Durante la RCP
Continuar RCP mientras carga el desfibri-
lador • Comprima fuerte y rápido (100 ×’)
Dar un choque (bifásico: energía igual o • Asegure fase de relajación de la compre-
mayor IIa) sión
RCP inmediato poschoque • Minimice interrupciones durante las com-
Considerar antiarrítmicos (antes del cho- presiones
que o después) • Un ciclo de RCP: 30 comp., luego 2 vent.,
• Amiodarona 300 mg IV o IO. Considerar 5 ciclos = 2 min
luego dosis adicional 150 mg IV o IO, o • Evite hiperventilación
• Lidocaína 1-1,5 mg/kg. Luego, 0,5 a 0,75 • Asegure la vía aérea y confirme ubicación
mg/kg IV o IO. Dosis máxima 3 mg/kg • Una vez asegurada la vía aérea: no más
• Considerar magnesio 1 a 2 g IV o IO en “ciclos”. Compresiones sin pausas para
torsión de puntas ventilar. Dar 8 a 10 vent/min. Evaluar ritmo
Luego de 5 ciclos, repetir la secuencia del cada 2 min
ítem 5 • Rotar el “compresor” cada 2 min
Hipovolemia Toxinas
Hipoxia Taponamiento cardíaco
Acidosis (ión hidrógeno) Neumotórax a tensión
Hipopotasemia/hiperpotasemia Trombosis coronaria o TEP
Hipoglucemia Trauma
Hipotermia
miento” sobre el miocardio del paciente. Si, en cambio, se tratara de una FV con
ondas de poca amplitud (“FV fina”), se privaría al paciente del único tratamiento
específico: la desfibrilación eléctrica.
Para minimizar dichos errores se sugiere realizar lo que se denomina protocolo
de línea isoeléctrica: a) verificar el interruptor de encendido del equipo (On-Off), b)
modificar la colocación de los electrodos o paletas, c) aumentar al máximo la ga-
nancia (amplitud) de los complejos en el monitor y d) verificar las conexiones en-
tre el monitor y el cable-paciente.
LECTURAS RECOMENDADAS
American Heart Association (AHA) guidelines for cardiopulmonary resuscitation (CPR) and
emergency cardiovascular care (ECC). Circulation 2005;112.
2005 European Resuscitation Council Guidelines. Resuscitation 2005:67S1.
Myron L, Waisfeld and Lance B. Becker. Resuscitation After Cardiac Arrest. A 3-Phase Ti-
me-Sensitive Model. JAMA 2002;288:3035-8.
Wik L, et al. Delaying defibrillation to give basic cardiopulmonary resuscitation to patients
with out of hospital ventricular fibrillation. JAMA 2003;289:1389-95.