se dirige a un público con una mínima forma- este sentido, Luigi Garbini –que de ningún
ción previa musical y litúrgica. modo pertenece a ninguna corriente tradi-
En el desarrollo de la exposición, el autor cionalista– ha defendido en alguna entrevista
–a mi entender, con buen criterio– ha pres- que «Perosi ha sido el último compositor en
cindido de las en ocasiones superfluas y bi- ser capaza de vivir su tiempo –entre Wagner
zantinas discusiones acerca de las diferencias y el modernismo– con la profesionalidad
entre música litúrgica, sacra y religiosa. Sus necesaria para producir una música de éxi-
primeras palabras, en este sentido, muestran to popular duradero; después no ha habido
toda una declaración de intenciones: «Por ninguno, también porque en el postconcilio
hábito discursivo se incluye en el jardín de los liturgistas han cerrado la puerta a todo
lo sacro tanto la producción nacida en y para diálogo con la música culta contemporánea
contexto litúrgico y devoto como aquellas y por ello han producido cantos muy pobres.
obras de características religiosas que por La recepción del Vaticano ii se ha liberado de
su calidad estética se disfrutan en los luga- hecho de una tradición musical bimilenaria.
res dedicados a escuchar la llamada “música Paradójicamente, todo un repertorio genera-
grande”» (p. 13). Muy importante para una do en la Iglesia es prácticamente abandona-
correcta hermenéutica del problema de las do. Mientras que el canto con la guitarra no
relaciones entre música y culto resulta su dialoga con nadie, tampoco con el mundo de
afirmación de que «(la música para el culto) la música pop, que de hecho es muy variado.
no se trata de un jardín único, puesto que De este modo, en la práctica, hoy día el canto
existen distintas declinaciones de la realidad cristiano simplemente no existe».
llamada “música sacra”» (p. 15). En un acierto compositivo, el libro inclu-
La estructura de la obra, de carácter ye una completa discografía relacionada con
diacrónico, se sirve, de un modo original y las obras mencionadas en el estudio y una bi-
sugerente, del mito de Ariadna como hilo bliografía esencial. Algunas erratas y afirma-
conductor de las relaciones entre música y ciones imprecisas requerirían una corrección
culto. La pasión amorosa de Ariadna (la mú- en sucesivas ediciones: así, por ejemplo, la
sica) por Teseo (la palabra), los meandros del mención de Alejandría como patria de la ver-
palacio de Cnosos (lo sacro) y el Minotauro sión griega de la Biblia durante los siglos iii y
(la celebración de culto) proporcionan al au- ii a. C, en cuanto punto central del encuentro
tor una trama conocida en la que insertar las entre «cultura judía y cristiana» (por griega,
tensiones y vicisitudes que a lo largo de la p. 15); «oraciones de intersección» (por in-
historia han regido las relaciones entre ambas tercesión, p. 69); monasterios del Centro de
dimensiones de la cultura cristiana. Precedi- Estudios (monasterio de Studion, p. 107);
dos por una Introducción y un Prólogo, nue- Reisenach (por Eisenach, patria de Bach)...
ve capítulos conforman el índice del trabajo, En definitiva, nos encontramos ante una
siguiendo las distintas etapas del mito. obra muy valiosa, de gran interés formativo y
Especial interés posee el último aparta- cultural, tanto para los aficionados a la músi-
do, «El lamento de Ariadna», donde al au- ca culta, como para los estudiosos del culto
tor muestra la tensión y las dificultades que cristiano.
la música culta ha encontrado a partir de la
reforma litúrgica promovida por el Concilio José Luis Gutiérrez-Martín
Vaticano ii. Para ilustrar su pensamiento en Universidad de Navarra