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All content following this page was uploaded by Jacqueline Laguardia Martínez on 22 April 2014.
PRELIMINARES
siglo XVIII, solo puede hablarse de industria editorial después de 1959 ―entendida
cuenta que la base que da sustento a todo el sistema del libro, la lectura, pasa
1
expresión literaria hasta el triunfo de la Revolución. Es nuestro propósito recorrer,
PRIMEROS AÑOS
historia en nuestro país comienza en 1723, fecha del primer impreso conocido,
(Smorkaloff, 1987:20).
ejemplares por título a causa del reducido público educado. Aquellos ejemplares se
literatura, por regla general, llegaba a Cuba por encargo individual del lector.
2
Cuba siguió siendo un país sin una gran producción de libros. La producción de
libros a bibliotecas y escuelas públicas. El Estado cubano no tiene una política del
libro; no siente una preocupación ante los problemas del libro. (Cámara Cubana del
privadas. Si carecía la república de una política del libro, poco podía interesarle
(Smorkaloff, 1987:22-23).
Aquellos escritores que lograron editar sus obras —y que, en su mayoría, costeaban
Con la excepción del texto escolar (…) el autor reunía dinero como podía, o
Tal panorama explica por qué Carpentier, Marinello, Guillén, publicaban fuera de
Cuba.
3
Según el propio Guillén recordaba, una primera edición de Motivos del Son (…) se
debió (…) un premio de la lotería que le tocó en suerte. Por su parte. Carpentier
Cuba, apenas había había editoriales y las que tenían abiertas sus puertas, como
Cultural, Lex o Minerva, editaban sobre todo libros escolares o utilitarios (…) pero
literarias.
del Partido. Páginas fue la editorial del primer Partido Socialista de Cuba, dirigida,
desde su fundación a principios del 40, hasta su desaparición en el 50, por Carlos
entonces— decide crear una editorial, una librería y una emisora radial —Mil
entre los lectores. Todas las tiradas (…) eran masivas y los libros se vendían muy
librería (…). Tenían una imprenta que no era parte de la editorial pero sí del
Partido: la Tipografía Flecha (…). Páginas preparó una edición cubana —masiva—
4
del Manifiesto Comunista, y, por primera vez en el país, el Árbol Genealógico de
librería de Páginas era un centro cultural, un lugar de encuentro para los escritores,
Otro importante experimento del periodo, que refleja, además, las inquietudes de
proyecto de un grupo de autores santiagueros que editan sus obras bajo un sello
5
En Cuba (…) habían algunas imprentas grandes que tenían vínculos con el capital
etiquetería de los productos, las cajas de los detergentes y demás, pero era para eso,
productos de exportación hechos en los Estados Unidos, como los sellos postales.
Las librerías de la época, aún las más prestigiosas, como Cultural, cuya imprenta
títulos «subversivos» en época de aguda represión, era lícito (…); se podía hacer
1
“Las revistas norteamericanas que se imprimían venían como un producto preelaborado, de lo cual
aquí nada más se tocaban prácticamente dos fases: la impresión y la distribución hacia América
Latina. Teníamos la ventaja del idioma y la seguridad. (…) Había imprentas de muy alta calidad
en la elaboración de libros manufacturados casi manualmente. Eran famosos ciertos talleres que
estaban aquí en La Habana Vieja, pero eran para dos o tres mil ejemplares.” (Entrevista a Rolando
Rodríguez, 30 de enero de 1985 en Smorkaloff, 1987:120).
6
cualquier cosa con ellos, menos leerlos. Uno solo que adornara las vidrieras y
para el encarcelamiento del lector (…) Solo en la cárcel podían leerse; entre sus
vivir, atestiguan el surgimiento de una nueva cultura en su sentido más amplio y que
que se inaugura con una tirada masiva de 100 000 ejemplares de El ingenioso
hidalgo Don Quijote de la Mancha constituyó un primer gran esfuerzo. Otro hecho
7
editorial sólido que diera respuesta a la creciente demanda de libros, en especial, de
Otra iniciativa editorial loable de estos primeros años, gestada en el centro de la isla
2
En el crecimiento de la industria editorial y el desarrollo socioeconómico, no importa el país o la
época, el libro de texto desempeña un papel fundamental. Alastriste (1999) trae el ejemplo de que,
a pesar de las discrepancias ideológicas de sus gobiernos, tanto en México, como en España, se
vio en el libro de texto, o en la creación de una industria editorial de libros de texto, una vía para
impulsar el desarrollo, con la diferencia de que el gobierno de Franco alentó la formación de una
industria privada, mientras el mexicano lo hizo de una estatal. En México, durante los años
cincuenta, el gobierno organizó fuertes campañas alfabetizadoras y también hubo, como en Cuba,
una gran producción de libros por parte del Estado, pero la intención no fue, como en Cuba, crear
lectores, sino enseñar a leer. (Alatriste, 1999:291). Durante la llamada década perdida se extravió
el aliento que había dado aquel gran mercado común de lectura. Primero, las grandes
devaluaciones latinoamericanas, que hicieron insolventes a muchas librerías y destruyeron el
intercambio editorial de toda la región, pero después, so pretexto de la crisis, llegaron el desinterés
educativo, la ignorancia política, las políticas neoliberales con su inequidad económica y el
empobrecimiento cultural de los ciudadanos.
3
Producto de esta labor, y entre 1958 y 1968, aparecieron por primera vez en Cuba, y en grandes
tiradas, libros como El Cuentero, de Onelio Jorge Cardoso; Biografía del Tabaco Habano, de
Gaspar Jorge García Galló; Contemporáneos, de Marcelo Pogolotti; Memorias de una cubanita
que nació con el siglo, de Renée Méndez Capote; El pan de los muertos, de Enrique Labrador
Ruiz; Lo cubano en la poesía, de Cintio Vitier; Idea de la estilística, de Roberto Fernández
Retamar; Tengo, de Nicolás Guillén; Tratados de La Habana, de José Lezama Lima; Contrapunteo
cubano del tabaco y el azúcar, de Fernando Ortiz; y muchos títulos del propio Feijóo, como su
Sabiduría guajira, refranes, adivinanzas, dicharachos, supersticiones, cuartetas y décimas antiguas
de los campesinos cubanos, o su popular Juan Quinquín en Pueblo Mocho. (Moya Méndez, 2012)
8
revista Islas, dan muestra del importante proyecto editorial de Feijóo y
entonces el equivalente de una casa editorial. Fue creada en marzo de 1959 mediante
la Ley 1874 para estimular la producción literaria y científica del pueblo cubano. Sin
embargo, no fue hasta marzo de 1960 cuando la Imprenta Nacional adquirió los
y consolidación de recursos humanos y materiales, cuyo eje son las rotativas de los
diarios nacionalizados en 1960. (…) A las desventajas de ser un país sin una gran
tradición editorial [escasa], sin editores, que apenas producía papel, se suma la del
alta calidad y materias primas para elaborarlo. Eliminadas las fuentes de consumo,
4
Artículo Segundo: La Dirección General de la Imprenta Nacional se encargará de la impresión:
a) De los libros escolares de las Escuelas Públicas y de otras escuelas anexas al Ministerio de
Educación.
b) De las empresas necesarias para el funcionamiento administrativo del Ministerio.
c) De los libros que acuerde editar la Dirección de Cultura.
d) De cualquier otra obra que por contribuir a la educación y la cultura del pueblo acuerde editar el
Ministerio de Educación.
Artículo cuarto: La Dirección General de la Imprenta Nacional tendrá a su cargo la Escuela Cubana
de Artes Gráficas anexa a la Imprenta Nacional.
Artículo noveno: La regencia técnica de la Imprenta Nacional tendrá a su cargo la organización del
trabajo y la inspección y vigencia de los talleres, así como la Escuela de Tipografía. (Smorkaloff,
1987:116).
9
producción nacional (…) Esto hace que se precisen las metas en el orden literario,
y se establezcan prioridades (…) de acuerdo con el papel disponible (…) todo esto
1987:109).
De sus diferentes talleres, en los veinte meses que van desde agosto de 1960 a los
primeros días de abril de 1962, salieron 14 497 956 ejemplares de libros, 26 463 600
urgentes del lector cubano y fue agrupada en “Bibliotecas”: Biblioteca Básica para
A partir del 62, los autores cubanos publican sus obras a través de la UNEAC,
antes que con las pequeñas imprentas particulares5, y algunos a través del
imprentas particulares hacían] tarjetas, sobres, papel rayado (…) Pero ya no tenían
que ver con el fenómeno del libro. Se fue paulatinamente muriendo la industria
5
“Al recoger la producción literaria nacional en cifras, vemos que estas «editoriales» o imprentas
privadas —no funcionaban como editoriales ya que el autor hacía de redactor, corrector, y además
traía su libro, ya diseñado, a la imprenta solo representaban un peso significativo durante los
primero cuatro años del periodo, pues englobaron el 43,5% de la producción (…) A partir de 1963
su influencia se hace cada vez menor, hasta casi desaparecer por completo en 1966 y 1967, años
en que solo se publicaron 3 y 1 título respectivamente”. (Smorkaloff, 1987:123).
10
autor comienza a percibir derechos, y tenía varias opciones dentro de las
Editorial Nacional como cabeza rectora del sistema editorial cubano y se van
comercio exterior del libro pasó una empresa del Ministerio de Comercio Exterior.
año anterior.
Nacional, se diversifica la política de ediciones de libros. Son seis las editoriales que
otorgada al Consejo Editor— de crear cuantas otras requiera el país: Editora del
11
Ministerio de Educación, Editora del Consejo Nacional de Cultura, Editora del
especialización en cada uno de los procesos industriales del libro. Las novelas tienen
en el formato del libro cubano, con prólogos firmados por autores conocidos, tablas
impresión y acabado de libros, hacen posible que se tomen más en cuenta los
durante la República con la fundación del Instituto del Libro en La Habana, en 1935,
1989:186).6
6
Experimento noble, pero condenado al fracaso pues pretendía crear una estructura equivalente a la
de una editora de objetivo comercial, cuya estabilidad económica sería proporcionada por el
concepto de Derecho de Autor, además del pago de un peso al mes de cada uno de los socios del
12
El Instituto del Libro surge como una institución dedicada a integrar distintas partes
Nacional de Cultura.
edición de libros de texto, tanto para las universidades como para la enseñanza
general, pero había que pensar cuáles eran los demás factores que debían
libros para desarrollar una cultura elevada en sus más diversos terrenos y muy
accesibles en precio, tiradas abundantes, puerta ancha para la edición de las obras
literatura (…). Por igual debíamos trabajar para formar al lector del futuro (…).
De la misma manera que la Imprenta Nacional unificó lo que había de base material
para producir libros —imprentas y talleres—, el Instituto del Libro aglutinó a todos
Instituto, con derecho a recibir doce libros al año. “El Instituto pedía obras inéditas, para proceder
a editarlas, y señalaba que solo podría producirse a favor de la institución el 10% del producto de
lo que se editara. El resto sería del autor, al que también se le entregarían cien ejemplares de su
libro”. (Ricardo: 1989, 187). “Lo que no fueron capaces de hacer los distintos gobiernos del país,
supieron hacerlo los obreros, los trabajadores de la industria del tabaco, agrupados en la
Federación de Torcedores, quienes fundaron una imprenta propia, El Ideal (…) De El Ideal
salieron varias obras de significación social y política, como El imperio americano, de Scott
Nearing, y La esclavitud del bono, de H. Davis, ambas traducidas del inglés por Carlos Baliño y
publicadas en 1921.También se editaron los folletos Cuba, un pueblo que jamás ha sido libre,
escrito por Julio Antonio Mella, y Los problemas sociales de Cuba, por Emilio Roig de
Leuchsenring, y que se publicaron, respectivamente, en 1925 y 1927”. (Ricardo: 1989, 172-173).
13
producción y la distribución del libro. Unió las funciones que antes desempeñaban la
integradas en 1971. Se crearon dos editoriales más: una en Oriente, para atender la
independientes hasta 1980, fecha en que el Mincult las agrupó en dos: Cultura y
Editorial de Cultura y Ciencias ―a la que pertenecían las seis casas editoriales que
aún forman parte del ICL―, la Empresa Nacional Distribuidora del Libro (DNL) y
Ediciones Cubanas ―que años más tarde abandonaría la órbita del ICL para pasar a
Artex.
En 1976 el Instituto del Libro se integró en el Ministerio de Cultura. Pasó sin las
consolidaba el papel rector en la política cultural del libro a cargo del ICL.
organismo rector de la política del libro y la actividad editorial cubanas, y así hasta
el presente.
15
La función centralizadora, planificadora de un eje central como lo fue la dirección
del Instituto del Libro al principio, luego la Dirección de Editoriales del Ministerio
literaria, con criterios ‘inclusivistas’, de buscar una vía que haga posible editar,
(Smorkaloff, 1987:173-174).
política cultural del país; (ii) la conversión del libro y la lectura en objeto y práctica
cotidianos de la sociedad cubana, con énfasis particular entre los niños y jóvenes; y
Su misión es situar al alcance de los lectores de todo el país los libros necesarios
16
Mientras se avanzaba en la reorganización de la actividad editorial era necesario,
la exportación.
Alrededor de 1972 se toman medidas para ampliar la base poligráfica del sistema
Poligráfico Juan Marinello, en dos turnos, con capacidad para 22 millones de libros
tiradas para los textos que se destinaban a la Educación eran muy altas, y ese fue su
objetivo: no procesar libros con tiradas menores, como son la mayoría de las obras
a la Integración Poligráfica.
17
Con el surgimiento del Instituto (Cubano) del Libro y la instalación de capacidades
acelerado.
2.500
2.000
1.500
1.000
500
ochenta fue notable, particularmente si se compara con las cifras de 1959. Según el
Comité Estatal de Estadísticas, en 1959, en Cuba se producían 7,3 títulos por cada
100 000 habitantes. En 1989, esa cifra se había elevado a 22,4 en un contexto
7
Los datos utilizados en la investigación son las estadísticas oficiales que conserva el Instituto
Cubano del Libro. Por razones desconocidas, las cifras que recoge la Oficina Nacional de
Estadísticas (ONE) no coinciden con esta información.
18
50.000.000
40.000.000
30.000.000
20.000.000
10.000.000
empresarial que actuaban como frenos la gestión cultural, a la vez que fue una
19
Se había entronizado en el sector cultural la aplicación esquemática del SDPE, y se
extracultural del plan técnico económico. (…) Pero la cultura no podía medirse
2011[a]:48).
Las nuevas formas organizativas asumieron como eslabón básico del sistema a la
de todo el sistema del libro y la literatura. (Guzmán Moré, 2011[b]: 171).8 Estos
8
Para apoyar estos cambios fue constituido el Consejo Editorial Nacional que abarcaba todas las
editoriales existentes en el país, los Consejos Asesores de Ciencias Sociales y Ciencia y Técnica
se fortalecieron y las entidades de producción gráfica, agrupadas en la Integración Poligráfica, se
conectaron más al organismo central. La Dirección de Literatura, antes en el Mincult, pasó al ICL.
(Guzmán Moré, 2011[a]:73).
20
de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas, sufrieron, asimismo, ajustes
país. Con el derrumbe del campo socialista a principios del decenio anterior y el
recrudecimiento del bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos, Cuba se
soportes de peor calidad. La industria del libro no fue la excepción y esta hubo de
abrupta de los títulos publicados y sus tiradas —que privilegiaron autores cubanos—
Desde 1989 comenzó a sentirse la falta de insumos, a pesar de que todavía quedaban
unilateral, los convenios comerciales con esos países. Cuba editaba o producía libros
naciones. La interrupción de los planes de coediciones con los países de Europa del
21
ejemplares de libros, en especial, los dirigidos a niños, jóvenes, y especialistas de la
editorial del país. En 1993, solo se producen 568 títulos, con impresiones que apenas
que generaban. Al ICL se le permitió retener 100 %, parte de los cuales se emplean
22
en la producción de libros para su comercialización en divisas o en CUC,
A pesar del incremento de los precios, la comercialización del libro cubano continuó
último que no todos los bienes y servicios culturales pudieron mantener, y que
narrativas y discursos que afloraron en los textos de este período, junto con el interés
9
Si bien el destino de estos ejemplares es su venta en CUC o en divisas fuera del país, una parte
limitada se comercializa en CUP, en eventos puntuales como presentaciones de libros.
10
Hubo muchos gestos solidarios desde diferentes países: en México, Un libro para Cuba; en
Argentina, Los Pinos Nuevos. El comandante nicaragüense Tomás Borges donó 14 toneladas de
papel, Francia también donó papel y en España, Italia, Canadá y Austria surgieron proyectos de
colaboración para la confección de antologías de autores cubanos. Por coauspicio se crearon
23
La recuperación de la industria del libro, al igual que la del resto de la economía,
METAS
lograr una «cultura general integral», en especial, entre los más jóvenes, se vuelve
premios como el Italo Calvino, con Italia, y el Manuel Cofiño, con Colombia. Se establecieron
vínculos con editoriales venezolanas, en especial, con Monte Ávila, y se concibieron exposiciones
de libros cubanos en Venezuela. Estos, además, se vendían. (Guzmán Moré, 2010).
24
a todo el país de la Feria Internacional del Libro de La Habana (FILH), que pasa a
3.000
2.500
2.000
1.500
1.000
500
reediciones de títulos agotados—. Sin embargo, desde los años del Periodo
25
90.000.000
80.000.000
70.000.000
60.000.000
50.000.000
40.000.000
30.000.000
20.000.000
10.000.000
0
se refuerzan con los impactos de la crisis económica global, y el libro, puesto que es
las colecciones de la Biblioteca Familiar para los lectores cubanos y también para
26
70.000
60.000
50.000
40.000
30.000
20.000
10.000
El sistema del libro en Cuba comprende, además, otras muchas editoriales, una red
librerías.
27
Fig. 6. Agentes y procesos, y cadena de valor del libro en Cuba.
En Cuba, los agentes que participan en la industria editorial ―con excepción de los
28
sector, tendencia manifiesta en el grueso de las actividades económicas domésticas y
Isla de la Juventud
Guantánamo
Santiago de Cuba
Granma
Holguín
Las Tunas
Camagüey
Ciego de Ávila
Sancti Spíritus
Cienfuegos
Villa Clara
Matanzas
La Habana
Artemisa y Mayabeque
Pinar del Río
De acuerdo con los datos del ICL (2011), en Cuba existen 175 sellos editoriales
registrados como activos, distribuidos en todas las provincias con una concentración
29
Fig. 8. Distribución territorial de las editoriales cubanas (2011).
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Instituto Cubano del Libro (ICL).
promedio, más de 80 000 ejemplares de libros al año —según datos de 2008, 2009,
2010 y 2011—. Son estas las que, a partir de sus volúmenes de producción, sus años
de experiencia y la solidez de sus catálogos, llegan con sus libros a la totalidad del
TABLA 1
Casa Editora Abril 403 800 864 395 486 525 128 093
Editorial Arte y Literatura 169 400 189 047 169 119 138 993
Editorial Ciencias Médicas 2 586 633 969 118 557 000 440 582
Editorial Científico-Técnica 167 898 150 840 108 977 218 000
Editorial de Ciencias Sociales 317 837 261 352 152 657 203 500
Editorial de la Mujer 130 000 117 375 104 842 184 444
30
Editorial Deportes 464 000 125 000 139 000 139 000
Editorial Gente Nueva 3 230 174 1 136 519 969 840 956 589
Editorial Letras Cubanas 244 340 224 289 144 608 118 099
Editorial Oriente 198 806 221 075 184 161 346 101
Editorial Pueblo y Educación 11 216 533 13 004 483 8 053 287 10 915 960
Fuente: Instituto Cubano del Libro (ICL). Resumen Estadístico ICL 2008, 2009, 2010, 2011.
Estas editoriales son también las que están en mejores condiciones de presentar sus
De esta vocación hacia el exterior quedan excluidas, por su misión y objeto sociales,
que pierden vigencia en los planes de estudio o por mediación del comercio de libros
31
de uso—. No se envían al extranjero, con la excepción de los materiales utilizados
significativa de las publicaciones son los libros destinados a los niños y jóvenes, con
Ejemplares 2010
Títulos 2010
Ejemplares 2009
Títulos 2009
Ejemplares 2008
Títulos 2008
Fuente: Instituto Cubano del Libro (ICL). Resumen Estadístico ICL 2009, 2010, 2011.
Resulta difícil estimar la cantidad de editores en Cuba. Más allá de las cifras
relativas a las plazas cubiertas existen individuos que, con mayor o menor
que tales oficios demandan más de la práctica continua que de la clásica formación
32
estudios superiores —especialmente, en nivel de posgrado— para la formación
profesional del conjunto de los actores del libro. Con excepción de una experiencia
editorial.11
ejemplares de libros de texto aumenta en contraste con la reducción del resto de las
indicador de la disminución en las tiradas que se hace más visible en el sector de los
En Cuba, son pocas las imprentas que se dedican a la producción de libros como
resto de los agentes y procesos en Cuba, las capacidades instaladas para la impresión
11
En años recientes se han emprendido intentos aislados en aras de avanzar en la calificación y la
especialización de los profesionales del libro en Cuba. Entre estos, mencionamos el Diplomado en
Edición y el Curso de Superación para Libreros, iniciativas del Centro Nacional de Superación
para la Cultura, de conjunto con el ICL. Sin embargo, estas acciones no han logrado sistematizarse
ni florecer en proyectos de mayor envergadura o rigor académico.
33
Las capacidades mayores y más modernas ―con la excepción de la Empresa de
Otras organizaciones que producen libro en Cuba son: Ediciones Caribe S.A.,
TABLA 2
Cubalum Mayabeque
Carigraf La Habana
34
Servicios Técnicos y Administrativos La Habana
las localidades donde se ubican sus 22 casas editoriales, así como textos de
35
relevancia territorial. Las nuevas y pequeñas editoriales ampliaron las posibilidades
TABLA 3
Ediciones
La Habana Editorial Ácana Camagüey
Extramuros
Ediciones Sed de
Villa Clara Ediciones La Luz Holguín
Belleza
Editorial El mar y la
Ediciones Damují Cienfuegos Guantánamo
montaña
36
A pesar de la madurez editorial alcanzada,12 el SET permanece en el universo de las
1959. Al triunfo de la Revolución, Cuba contaba con una base poligráfica mínima
12
Tras diez años de RISO y publicar alrededor de 2.000 autores, el balance muestra consolidación
en el equilibrio de los catálogos de las editoriales del SET y, más importante, ha significado la
posibilidad cierta de publicar sin una larga espera editorial. “(…) tengo la sensación de que es
muy raro ya que un autor valioso acumule textos que no ven la luz. También debo decir, que hubo
una etapa en que resultó demasiado fácil publicar. A veces pienso que antes los escritores iban
más despacio y le daban más tiempo a sus obras, las dejaban reposar, no se apuraban tanto. Ahora,
encontramos magníficos autores de 30, 35 años, con muy buenos libros, pero también otros, que la
mitad de su obra necesitaba un poquito más de cocción. Es como el pan: si lo sacas del horno
antes de tiempo, se puede comer, pero no sabe igual”. (Estrada Betancourt, 2012).
37
aproximadamente, el comercio del libro cubano se continuó de modo improvisado.
(Smorkaloff, 1987:195).
Mincult fue crear y extender la red de librerías a todos los municipios del país,
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Instituto Cubano del Libro (ICL). Resumen
2011, según datos del ICL, existían en el país 339 librerías, concentradas en la
capital, si bien cada municipio cubano cuenta con, al menos, una librería. Los libros
llegan a los lectores, además, gracias a las 385 bibliotecas en servicio distribuidas
38
por todo el país (ONE, 2011). Las librerías responden como estructura
El único proceso donde aparece la gestión económica privada en la cadena del libro
autorizadas para el ejercicio del trabajo por cuenta propia), los que, en caso de ser
producidos en Cuba, han de tener más de cinco años de publicados y no formar parte
libros de uso concurren los espacios privados y públicos, pues en el país existen
libros de uso en varias de las librerías que integran la red de ventas en CUP.
La actividad de comercialización del libro en Cuba está marcada por una fuerte
13
Los CPLL dirigen y organizan el cumplimiento en las provincias —y en el municipio especial
Isla de la Juventud— de la política cultural trazada para el país, en su relación con el movimiento
literario, sus publicaciones y la comercialización del libro, así como su promoción en el territorio
mediante la organización de presentaciones de libros, encuentros con autores, peñas, tertulias,
talleres y conferencias. Considerada como el acontecimiento más trascendente del sector editorial
cubano, la Feria del Libro es el mayor espacio de participación e intercambio de todas las
entidades y profesionales vinculados al espacio del libro en el país. Entre 198213 y 2000, el evento
tuvo carácter bianual. Cuentan con un Centro de Promoción Literaria, una editorial y una red de
librerías.
39
TABLA 4
Fortaleza Morro-
Cabaña 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Países
26 22 25 29 24 31 93 34 30 122
participantes
Total de
125 121 101 100 99 131 151 157 141 156
expositores
Expositores
76 72 56 50 50 53 70 57 52 52
cubanos
Expositores
49 49 45 50 49 78 81 100 89 104
extranjeros
Editoriales
270 245 347 391 263 293 317 264 286 135
representadas
Participantes
… … 298 647 696 769 867 423 1 218 117
extranjeros
Área expositiva
1 219 2 173 1 732 1 858 1 789 2 774 2 839 3 007 2 856 2 343
(en m2)
Fuente: Instituto Cubano del Libro (ICL). Resumen Estadístico ICL 2010, p. 32.
los programas de la Batalla de Ideas, la Feria se celebra cada año con dedicatorias
ciudades en el país.
40
6.000.000
5.000.000
4.000.000
3.000.000
2.000.000
1.000.000
0
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Fig. 11. Ejemplares vendidos y visitantes a la Feria del Libro, Cuba (2002-2011).
Fuente: Instituto Cubano del Libro (ICL). Resumen Estadístico ICL 2010, p. 32.
momento del año en que se registran mayores ventas de libros y otros impresos, no
solo de aquellos de factura nacional, sino también de la oferta diversa que traen los
públicos, con énfasis especial en múltiples ofertas atractivas para los segmentos más
identifica como un lugar para “pasarla bien” con los amigos, la familia, la pareja, o
como opción al “no tener nada mejor que hacer”. Una vez allí, los visitantes suelen
41
abandonar el recinto ferial con, al menos, un libro o revista comprado: ¿compra
Al igual que para buena parte del sector minorista en Cuba, coexisten para los libros
minorista) en divisas, tanto dentro, como fuera del territorio nacional. Sin embargo,
entidades del sector empresarial a las que en los últimos dos meses se les canceló
ICL, 2011:10).
14
“En el período de la Feria, hallo vecinos míos a quienes veo cargados de libros. Después no me
los encuentro leyendo en el parque, ni con ningún volumen debajo del brazo cuando nos
tropezamos en el elevador. ¿Se los leerán? Ya sabemos que a veces estas compras obedecen a
impulsos en medio del entusiasmo colectivo. Pero hay algo innegable: si los adquieren demuestra
que reconocen su valor. Me han dicho: No sabemos cuántos ejemplares se quedan en los libreros,
en los anaqueles, en las mesas como objetos decorativos, esperando a que alguien se los lea. Y
siempre les respondo: El destino de todo libro es ser leído. El comprado para no leerse termina
regalado a otra persona que sí se lo lee”. (Estrada Betancourt, 2012).
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El análisis de los agentes que participan en el ciclo del libro no puede concluir sin
considerar a los lectores, consumidores que han de funcionar como ejes orientadores
imaginarios, necesita de textos que, sin ser altamente demandados, han de tornarse
algunos de los más usuales. Tal inducción de la demanda ocurre mediante la edición
sistemática de novedades, que los canales de venta impulsan desde sus espacios
del Libro y la Lectura, 2009, 2010, 2011), lo cual ha permitido avances sustanciales
Sin ahondar en los resultados de tales investigaciones ―consúltense para ello las 20
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2010― solo señalaremos que los lectores cubanos se comportan, en sentido general,
nivel internacional.
El examen de las dinámicas del sector editorial en Cuba revela que la producción de
construir una sociedad poscapitalista. A pesar del interés continuado y los impulsos
renovados desde el Estado cubano, la industria editorial ―que a tenor con la vida
Para el rediseño y los ajustes de la política del libro, consideramos que el punto de
tanto mercancía. El sistema del libro en Cuba establece que la literatura no incluida
como texto básico de los planes de enseñanza sea vendida, a precios subvencionados
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propósito de llevar el libro hasta los territorios más apartados. Que quede confinada
pérdidas económicas.
que ahora en Cuba deba “escribirse para vender” ni que se despoje al acto creador de
atractivo y útil llegue, efectivamente, al público lector quien, con su acto de compra,
dará el primer paso en la acción de consumo que finaliza con la apropiación de los
contenidos leídos. ¿Por qué insistimos en reñir calidad literaria y éxito comercial?
¿O acaso no deben los lectores, mediante la compra, “opinar” sobre lo que es bueno,
o no lo es?
Reconocer que en Cuba existe un mercado del libro significa trabajar para que este
funcione y sea útil, también, a los propósitos de la política cultural. No obstante, tal
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“vulgar”. Lo cierto es que, tal como afirma Zuleica Romay en entrevista concedida a
Juventud Rebelde:
Nos ha costado entender que hacer acciones para que el libro se venda no es malo,
sino nuestro deber. Sobre todo porque el filtro, las barreras, las exigencias de
en que decidimos publicarlo o no. Si esa decisión se tomó bien, entonces se tiene
que hacer lo imposible por venderlo, porque, además, está llevando cultura, ideas,
valores. En eso no hay ningún pecado. Preocuparnos por eso no nos disminuye.
es que, para el caso cubano, a pesar de los esfuerzos sostenidos por dispersar la
municipio del país o la creación del SET con miras a incentivar la producción
nacional.
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Adelantamos que el “talón de Aquiles” en la gestión económica de la industria
desconocer los estudios de mercado o las opiniones de los CPLL y los libreros,
Además de las carencias que se acumulan en el ciclo del libro —significativas sobre
editoriales.
transformación tecnológica.
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4. Predominio de producciones que privilegian al libro impreso sin considerar
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No obstante, tales obstáculos pueden ser salvados —algunos de manera parcial,
quedar desactivados y sin personal técnico los talleres más sofisticados para la
dadas las presiones del bloqueo, pagar por concepto de copyrights la autorización
sector editorial ante dificultades nuevas, asociadas sobre todo con la urgencia de
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Subrayamos, en este sentido, la importancia de garantizar la provisión mínima de los
así como la mayor exigencia a las unidades que, efectivamente, integran el espacio
algunos de los primeros pasos que orientan al sector del libro en Cuba. Como
cultura y en el incremento de utilidades que pueden obtenerse dentro del país —ya
sea en el llamado mercado de frontera para los turistas, en instalaciones que prestan
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servicios en divisas, como en la obtención de ingresos en moneda nacional.
demasiado módicos. Por ejemplo, en la esfera del libro hemos trabajado para que ese
asequibles. (Ibídem).
Y añadía:
A nivel organizativo eso implicará que determinadas unidades que hoy trabajan solo
consumo que se promueve trasciende el mero acto de compra para comprender ese
los ámbitos domésticos, vale recordar que los libros cubanos suelen difundir
mundo mejor.
capaz de colocar a los autores y libros cubanos en otras latitudes. Los mercados
Por otra parte, urge recordar que los cambios en el universo del libro se suceden
también depende no permitir que la brecha tecnológica nos margine y, para ganar las
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BIBLIOGRAFÍA
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