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Hallazgos

ISSN: 1794-3841
revistahallazgos@usantotomas.edu.co
Universidad Santo Tomás
Colombia

Capasso, Verónica; Bugnone, Ana


Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte
latinoamericano
Hallazgos, vol. 13, núm. 26, 2016, pp. 117-148
Universidad Santo Tomás
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=413846468006

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Arte y política: un estudio comparativo de
Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte
latinoamericano*1
Verónica Capasso**2
Ana Bugnone***3

Resumen
Recibido: 25 de noviembre 2015 En este artículo se indagan y comparan las teorías de Jacques
Evaluado: 29 de febrero de 2016 Rancière y Nelly Richard sobre la relación entre arte y política
Aceptado: 14 de marzo de 2016 desde el pensamiento posfundacional, y se producen reflexio-
nes y análisis de manifestaciones artísticas latinoamericanas
vanguardistas o críticas en diálogo con ambas. Para ello, se par-
te de una presentación de las teorías de Rancière y Richard en
términos generales, se focaliza en las ideas que dichos autores
tienen de la política y, específicamente, en la conceptualización
que hacen del arte y su relación con la política. Al mismo tiempo,
se desarrolla una interpretación de producciones artísticas desde
una mirada centrada en sus diversas conexiones con lo político,
más allá del contenido temático de estas. Se utiliza la perspectiva
metodológica cualitativa transdisciplinaria, que articula distin-
tas áreas de conocimiento (filosofía política, sociología, historia

*
Artículo de investigación. Proviene de la labor realizada en el marco de la línea de investigación Arte, estética y política, perteneciente al Área de Estu-
dios Políticos Latinoamericanos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias
Sociales, Universidad Nacional de La Plata-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Cómo citar este artículo: Capasso,
V. y Bugnone, A. (2016). Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano. Hallazgos, 13(26),
117-148 (doi: http://dx.doi.org/10.15332/s1794-3841.2016.0026.05).
**
Magíster en Ciencias Sociales, doctoranda en Ciencias Sociales. Investigadora en el Instituto de Historia del arte argentino y americano, Facultad de
Bellas Artes, Universidad Nacional de La Plata y en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales, Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata. Becaria doctoral tipo A, UNLP. Correo electrónico: capasso.veronica@gmail.com. Calle
8 entre 59 y 60, nro. 1326, Primer Piso, La Plata, CP (1900), Provincia de Buenos Aires, Argentina.
***
Doctora en Ciencias Sociales. Investigadora en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales, Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Correo electró-
nico: anabugnone@gmail.com. Calle 51 entre 124 y 125, Edificio C, aula C304, Ensenada. CP (1925), Provincia de Buenos Aires, Argentina.

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Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

del arte). En el caso de los desarrollos de Jacques Rancière, se


recurre a herramientas teóricas metropolitanas para resituar-
las y repensarlas en función del arte de Latinoamérica. En este
sentido, se trata de potenciar sus ideas en el análisis de casos
locales. En cuanto a la teoría de Nelly Richard, sus conceptos
de arte crítico y vanguardista se ponen en relación con el arte
latinoamericano. Finalmente, se propone una comparación en
la cual se destacan similitudes y diferencias conceptuales entre
ambos en combinación con análisis de casos para abrir el pano-
rama analítico e interpretativo que vincule teorías actuales con
estudios de manifestaciones artísticas locales.

Palabras clave: arte, política, Jacques Rancière, Nelly Richard,


arte latinoamericano.

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Verónica Capasso, Ana Bugnone

Art and politics: a comparative study of Jacques Rancière


and Nelly Richard for Latin American art

Abstract
Received: November 25, 2015 This paper explores and compares Jacques Rancière’s and Nelly
Evaluated: February 29, 2016 Richard’s theories on the relationship between art and politics
Accepted: March 14, 2016 from the perspective of post-foundational thought. We reflect
and analyze avant-garde or critical artistic expressions from Latin
America in dialogue with both theories. Therefore, we first pro-
vide an overview of Rancière’s and Richard’s theories, focusing
on the ideas that these authors have about politics and, specifica-
lly, their conceptualization of art and its relationship to politics.
We also make an interpretation of artistic productions centered
on their several connections with the political, regardless of their
thematic content. We use the qualitative methodology with a
transdiciplinary perspective, which articulates different fields of
knowledge (philosophy, politics, sociology, art history). In the
case of Jacques Rancière, we draw on metropolitan theoretical
tools in order to relocate and rethink his developments in rela-
tion to Latin American art. In this regard, our discussion aims
at enriching his ideas in the analysis of local cases. As for Nelly
Richard, we link her concepts of critical and avant-garde art with
Latin American art. Finally, we put forward a comparison whe-
re conceptual similarities and differences between Rancière and
Richard are highlighted along with the analysis of cases so as
to widen the analytical and interpretative framework combining
present theories with studies of local artistic expressions.

Keywords: Art, politics, Jacques Rancière, Nelly Richard, Latin


American art.

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Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

Arte e política: um estudo comparativo de Jacques Rancière


e Nelly Richard para a arte latino-americana

Resumo
Neste artigo indaga-se e comparam as teorias de Jacques Rancière e Recebido: 25 de novembro de 2015
Nelly Richard sobre a relação entre arte e política desde o pensamento Avaliado: 29 de fevereiro de 2016
pós-fundacional e se produzem reflexões e análises das manifestações Aceito: 14 de março de 2016
artísticas latino-americanas vanguardistas ou críticas em dialogo com
ambas. Por isso, se parte de uma apresentação das teorias de Rancière
e Richard em termos gerais foca-se nas ideias que estes autores têm
sobre a política e, especificamente, na conceptualização que fazem da
arte e sua relação com a política. Ao mesmo tempo, desenvolve-se uma
interpretação de produções artísticas desde uma olhada focada em suas
diversas conexões com a política, além do conteúdo temático de estas.
Utiliza-se a perspectiva metodológica qualitativa transdisciplinar, que
articula distintas áreas do conhecimento (filosofia, politica, sociologia,
história da arte). No caso dos desenvolvimentos de Jacques Rancière,
se recorre a ferramentas teóricas metropolitanas para situá-las e repen-
sá-las em função da arte latino-americana. Neste sentido, trata-se de
potenciar suas ideias na análise de casos locais. No relacionado com a
teoria de Nelly Richard, seus conceitos da arte crítica e vanguardista
se relacionam com a arte latino-americana. Finalmente, se propõe uma
comparação na qual se destacam similitudes e diferenças conceptuais
entre ambos, em combinação com análise de casos para abrir o panora-
ma analítico e interpretativo que vincule teorias atuais com estudos de
manifestações artísticas locais.

Palavras-chave: arte, politica, Jacques Rancière, Nelly Richard,


arte latino-americana.

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Verónica Capasso, Ana Bugnone

Introducción como relacionan arte y política,4y presenta


un análisis comparativo entre ambos auto-
Desde los estudios sociales del arte se ha res sobre estos temas, investigación nove-
abordado la relación entre arte y política de dosa en el campo de los estudios sociales
diversas maneras, predominando la lectura del arte. Por otro lado, porque el análisis
que reduce la politicidad al contenido o el que realiza de las manifestaciones artísticas
mensaje de una obra artística. Desde otra latinoamericanas, además de estar circuns-
perspectiva, este artículo1 se propone inda- criptas al recorte mencionado (vanguardis-
gar las teorías de Jacques Rancière y Nelly tas o críticas), desarrolla una interpretación
Richard sobre la relación entre arte y polí- que centra la mirada en sus diversas cone-
tica desde el pensamiento posfundacional2 xiones con lo político, más allá del conteni-
y vincularlas con algunas manifestaciones do temático de estas. Este trabajo se diferen-
artísticas latinoamericanas de carácter van- cia, entonces, de la mirada usual con la que
guardista, en algunos casos, y críticas del ha sido vista la conexión entre arte y política
statu quo social y político, en otros.3 Así, este en Latinoamérica.
trabajo se justifica, por un lado, porque ex-
Partiendo de la importancia que tienen las
pone las teorías de Rancière y Richard des-
teorías de Richard y Rancière en la actuali-
de el punto de vista específico de los modos
dad, realizaremos una presentación somera,
pero necesaria, de ambas para centrarnos
luego en la relación que proponen entre arte
1 Un borrador del trabajo sobre la teoría de Rancière fue presentado y política; produciremos, además, un análi-
por Ana Bugnone con el título “Algunos conceptos para pensar la sis comparativo a la par que generaremos
política y lo político en el arte” en las Primeras Jornadas de Estudios
Políticos Latinoamericanos, Facultad de Humanidades y Ciencias de reflexiones y análisis de manifestaciones
la Educación, de la Universidad nacional de La Plata (unlp), 5 y 6 de artísticas de Latinoamérica.5 Para ello, utili-
junio de 2014. Asimismo, este artículo proviene de la tesis de maes- zaremos la perspectiva metodológica cuali-
tría de Verónica Capasso (2015), que realiza una comparación entre
las teorías de Jacques Rancière, Chantal Mouffe y Nelly Richard. tativa transdisciplinaria (Richard, 2014) que
2 En El pensamiento político posfundacional, Oliver Marchart (2009) articula distintas áreas del conocimiento (fi-
define como posfundacionales los proyectos teóricos de una selec- losofía política, sociología, historia del arte)
ción de autores, diferenciándolos de posturas dogmáticas (fundacio-
y permite producir una mirada analítica e
nalistas) y posmodernas (antifundacionales). Brevemente, el pensa-
miento posfundacional supone dos cuestiones entrelazadas:por un interpretativa que amplíe el panorama ac-
lado, el uso de las figuras de la contingencia, es decir, que toda tual de las investigaciones sociales del arte.
sociedad ha sido fundada, instituida y que puede ser refundada una
y otra vez. De esta manera, el pensamiento político posfundacional
En el caso de los desarrollos de Jacques Ran-
se caracteriza por la ausencia de fundamentos trascendentales ahis-
tóricos. Esto no es ausencia sino debilitamiento del estatuto ontoló- cière, proponemos recurrir a herramientas
gico del fundamento, siendo este efímero, contingente y parcial. Por
otro lado, este pensamiento está caracterizado por el empleo de la
diferencia política, la cual supone una diferenciación entre el plano 4 Por razones de espacio, no avanzaremos en profundidad sobre los
ontológico —como la forma de institución y desinstitución del or- aspectos generales de las teorías de Richard y Rancière, que ya han
den— y el plano óntico —el sistema político o formas institucionales sido abordados por otros autores latinoamericanos, a los que remiti-
que produce una comunidad para tramitar sus conflictos—. Esto da mos para su lectura. Cfr.Guerra (2005), Arcos Palma (2009), Yepes
cuenta de la negatividad e imposibilidad de un fundamento último, Muñoz (2010), Di Filippo (2011), Lazzara (2013).
como así también su institución parcial. 5 Todas las imágenes reproducidas en este artículo son utilizadas con
3 A excepción del caso de la cerámica moche, cuyas características fines exclusivamente académicos y no comerciales. Se cita en cada
son explicadas en el apartado 1.2. caso la fuente de la que fueron extraídas.

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Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

teóricas metropolitanas para resituarlas y la correspondencia establecida de antema-


repensarlas en función del arte latinoame- no entre ambos términos y se refiere a una
ricano. En este sentido, se trata de potenciar articulación interna a la obra que, desde sus
su propuesta en el análisis de casos locales propios medios y organización simbólica,
y “situados”.6 En cuanto a la teoría de Nelly reflexiona críticamente sobre lo social. La
Richard, son conocidos los estudios que ha teoría de Rancière sobre la estética también
realizado sobre el arte chileno, por lo que la ha renovado la mirada moderna sobre la
conexión entre las teorizaciones que produ- relación entre arte y política. Lejos de plan-
jo y el arte local es directa. tear un abandono postmoderno de la poten-
cialidad política del arte o de pensar todo
Cuando nos preguntamos de qué modo
arte como político, plantea que esa relación
pueden relacionarse arte y política, resuena
sigue viva, aunque en unos modos y condi-
el discurso moderno que vincula ambos tér-
ciones específicos.
minos por una cercanía temática, es decir,
por una obra cuyo tema es político o por el El filósofo francés se ha caracterizado —
grado de “compromiso” asumido por su como otros— por intentar disolver los plan-
autor con la realidad social. Se supone así teos dicotómicos y simplificados. Así, las
que arte y política son esferas institucio- oposiciones modernidad/postmodernidad,
nalmente diferenciadas y reconocidas. Por universalidad/particularismo, arte (autóno-
ello, para que el arte sea político, debería mo)/política no son, para él, productivas y
intervenir en esa otra esfera, que es la de la ha propuesto para cada una de ellas un desa-
política. Se trataría, entonces, de que el arte rrollo conceptual más complejo. Asimismo,
incorpore el discurso de la política, sus re- ha intentado evitar la afirmación de que la
presentaciones, estrategias, enunciados, su cultura y el arte en particular son construc-
definición de amigos y enemigos. ciones que (solo) contribuyen a la reproduc-
ción del orden social. En el mismo sentido,
Esta posición, si bien fue hegemónica, ha Richard ha abogado por el descentramien-
sido criticada desde diversos puntos de vis- to frente a ciertos binarismos: centro/pe-
ta. Así, Richard (2005) afirma que es posible riferia, masculino/femenino, dominación/
distinguir entre dos formas de vinculación subordinación, en el marco del desarrollo
entre arte y política. La primera, mencio- de una práctica crítica que denominó críti-
nada arriba, es pensar en “arte y política” ca cultural, la cual, además, pone el locus en
como dos esferas separadas, en la que el la especificidad de la materialidad estética,
arte sería un subconjunto de la esfera cul- lo marginal y extrainstitucional, el carácter
tural, y la política, una totalidad históri- transdisciplinario y las políticas identitarias
co-social que da un contenido al arte, el cual no esencialistas. En cuanto al arte, ha plan-
debe tematizarla. La segunda se trata de teado el rol dislocatorio que puede tener en
pensar “lo político en el arte” que rechaza términos perceptivos e intelectivos.

6 Según Nelly Richard, “lo ‘situado’ sirve para realzar la especificidad A partir de la exposición de las propuestas
creativa de las operaciones de resignificación y dislocación de los de Jacques Rancière y Nelly Richard que se
signos que marca la experimentalidad artística en América Latina
con toda la carga irruptiva y disruptiva que conlleva” (citada en Que- desarrollará a lo largo de este artículo, es
zada, 2014). posible encontrar similitudes entre ambos.

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Verónica Capasso, Ana Bugnone

Se repondrá, en cada caso, la perspectiva necesario reacomodamiento de los lugares


teórico-política y en ese marco la concep- que ocupa cada uno y de lo que está per-
ción del arte y del arte político/crítico. Pos- mitido en términos de habla, goce, visibili-
teriormente, se establecerán nexos entre los dad pública, capacidad de disposición. Para
autores en torno al rol de la obra política, el Rancière, “la esencia de la política es el di-
espectador y el artista en estrecha vincula- senso. El disenso no es la confrontación de
ción con casos latinoamericanos. intereses u opiniones. Es la manifestación
de una separación de lo sensible consigo
Jacques Rancière: la mismo” (2006c, p. 73). Esto significa que el
política, la estética y el disenso supone una reconfiguración del or-
reparto de lo sensible den que determina que no hay lugar para
los que no tienen parte, es decir, que impo-
La política como disenso ne la negación de la política, la supresión de
la igualdad.7 En este sentido, dice Rancière:
Para comenzar, parece necesario introducir
Sólo hay política cuando esas maqui-
la concepción que tiene Rancière de la polí-
narias [el ejercicio de la majestad, el
tica, ya que reviste un carácter especial. El
vicariato de la divinidad, la gestión
trabajo en el que acuña este concepto de un
de intereses] son interrumpidas por
modo más consistente es en El desacuerdo:
el efecto de un supuesto que les es
política y filosofía (2007a). Allí parte de una
completamente ajeno y sin el cual, sin
diferenciación básica: policía y política. Po-
embargo, en última instancia ninguna
licía es el orden social naturalizado, que su-
de ellas podría funcionar: el supuesto
pone un ordenamiento de sujetos y objetos,
de la igualdad de cualquiera con cual-
lugares, disposiciones y jerarquías, lo cual
quiera, esto es, en definitiva, la eficacia
permite que unos sean visibles y otros no,
paradójica de la contingencia de todo
que unos tengan voz y otros emitan ruido.
orden. (2007a, p. 32)
Este orden es, por ello, una organización del
régimen de sensibilidad que ubica cuerpos, De este modo, en el momento de verifica-
capacidades, ocupaciones, modos de ser, ción de la igualdad se produce un choque
de hacer y de decir de acuerdo con reglas entre dos procesos heterogéneos: el de la
impuestas socialmente. Implica también un policía y el de la emancipación. Se hace evi-
consenso en relación con su funcionamiento dente que todo orden es contingente, cons-
y permite que diferentes sujetos, de acuerdo truido, no natural, es decir, una ficción, por
con la posición que ocupan, puedan hacer- lo que la política viene a distorsionar una
se visibles o sean ignorados como tales. En permanencia aparentemente inmutable y
cuanto a estos últimos, pueden en ciertas a poner en evidencia que hay un escenario
ocasiones salir del lugar al que han sido común: la existencia de una comunidad.
reducidos o destinados, emerger al mundo Pero la política no existe por sí misma, no
de los socialmente parlantes y distorsionar, tiene objetos propios, sino que está siempre
de este modo, el orden policial. Así sucede
cuando aparece la política: una ruptura del 7 Para profundizar sobre la política, el disenso y la democracia, ver
orden de la dominación, lo que significa un Rancière (2006c).

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Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

enlazada a un orden policial específico, que sensible: el efecto que produce la política o,
pone en cuestión y que opone a la lógica po- mejor dicho, el encuentro entre la política y
licial la lógica igualitaria. la policía en la partición de espacios y tiem-
pos, lugares, identidades, lo visible y lo in-
La política se vincula también con la subje-
visible, el lenguaje y el ruido. Hay también
tivación porque aparecen en el ámbito de la una política de la estética: los modos como las
experiencia y la representación aquellos que prácticas y visibilidad del arte reconfiguran
no tenían lugar y no eran contados en el or- lo sensible, interviniendo en su división y
den policial. Esto rompe su lógica y posibilita así en las coordenadas de la experiencia
la emergencia de nuevos sujetos de enuncia- sensorial (2005). La relación entre ambas (la
ción; por lo tanto, visibles y con capacidad de estética de la política y la política de la esté-
hacer y decir. Es por ello que para Rancière la tica) explica el modo como se vinculan arte
subjetivación es una des-identificación: una y política: estos entran en relación porque
modificación de las capacidades y propieda- ambos dependen de un cierto régimen de
des de los que estaban identificados en una identificación. Para que esto ocurra, según
cierta jerarquía del orden policial. Rancière, el arte mantiene su autonomía
como tal —cuestión que veremos más ade-
De la política a la estética lante— y es desde su producción específica
y los tres regímenes de que se cruza con la política en la reconfigu-
identificación ración de lo sensible.

Nos preguntamos ahora qué lugar ocupa ¿En qué contextos se dan estas relaciones?
el arte en esta teoría y por qué Rancière ha ¿Qué es considerado arte en cada contex-
vinculado la estética con la política. Para este to y cómo se relaciona con lo social? Para
filósofo la estética no está relacionada con la responder estas preguntas es necesario
percepción de lo bello ni con la idea de es- recurrir a otro concepto. Un régimen de
tetización de la política de Walter Benjamin identificación del arte define qué es y qué
(1989). La estética es para Rancière al menos no es arte. Es “un régimen de percepción
dos cosas: es una de las formas (la otra es la y de pensamiento que permita distinguir
política) que produce una reconfiguración de sus formas [del arte] como formas comunes
los datos sensibles a partir del disenso, una [...]. Pone determinadas prácticas en rela-
experiencia sensorial específica que ofrece ción con formas de visibilidad y modos de
nuevas configuraciones del espacio (2002b); inteligibilidad específicos” (Rancière, 2005,
además, es un régimen histórico de identifi- p.18). Rancière dice que estos regímenes
cación del arte que se inició entre fines del son históricos, es decir, que el arte o la lite-
siglo xviii y principios del xix (2006b). En este ratura aparecen como tales en el momento
en el que son reconocidos como maneras de
régimen las obras de arte se identifican por
hacer con una visibilidad y forma de inteli-
su pertenencia a un espacio común y no por
gibilidad nuevas. La diferenciación de regí-
el uso de técnicas específicas.
menes no implica que entre uno y otro haya
Rancière sostiene que hay una estética de una ruptura, un pasaje rotundo entre un
la política que reconfigura la división de lo tipo de arte y otro en un momento histórico

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Verónica Capasso, Ana Bugnone

determinado, sino distintos funcionamien- de Berni, Juanito implicaba “registrar la


tos o lógicas que son históricos, pero cuyos realidad viva y característica de los países
elementos pueden pertenecer a épocas dife- subdesarrollados, y [...] testimoniar sobre
rentes. Por ello, podemos encontrar ejem- la terrible apropiación del neocolonialismo,
plos de cada uno en múltiples temporali- con la pobreza y el retardo económico (Ber-
dades y hasta en modalidades anacrónicas ni, citado en Burucúa, 1999, pp. 96 y 97). De
(Rancière, 2006a). este modo, en el régimen mimético el arte
funcionaría como un dispositivo pedagó-
Rancière reconoce tres regímenes de iden- gico a través de obras que podrían generar
tificación. Para el primero, el de represen- un sentimiento de proximidad y transmitir
tación mimética, el arte es una imitación, un mensaje propuesto por el artista que lle-
una apariencia verosímil y allí se considera garía intacto al público. Se espera, además,
que una obra de arte representa una inten- que la obra genere un impacto que lleve a la
ción del autor, que transmite un mensaje acción del espectador y, en consecuencia, a
que es captado claramente por el público la intervención política.
y que lleva, por ende, a un tipo de acción
determinada. Hay una continuidad que va
del autor a la obra, y de allí a la comunidad.
De este modo, mantiene una intencionali- Imagen 1. Antonio Berni, Juanito va a la ciudad (1963)

dad pedagógica hacia quienes lo reciben.


Podemos ver que este régimen se pone en
funcionamiento en el caso de las obras del
personaje Juanito Laguna del artista argen-
tino Antonio Berni (1905-1981). Berni ideó
una serie de collages y grabados sobre este
personaje arquetípico que representa a un
niño que vive en las villas miserias argen-
tinas y en él simboliza también a toda la
pobreza latinoamericana (imagen 1). En los
collages, el artista utilizaba material de des-
carte, cartones, chapas, textiles recuperados
de la basura, y los incorporaba para mostrar
los elementos que formaban parte de las
condiciones de vida del niño. Así, lo mimé-
tico no solo está dado en la factura de una
figura humana verosímil, sino en la propia
materialidad que parece llevar el deseo de
representación realista a su máxima expre-
sión. Berni, que había pertenecido al parti-
do comunista, quería no solo mostrar la rea-
lidad de la pobreza argentina, sino también
Fuente: The Museum of Fine Arts Houston.
concientizar a los espectadores. En palabras

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Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

Rancière sostiene que frente a este se propo- Imagen 2. Cerámica moche (entre 100 y 700 a. C.)

ne otro régimen llamado Archiético o Ético,


en el que las imágenes se juzgan en función
de sus efectos sobre el modo de ser de los
individuos y la colectividad. Consiste en la
disolución del arte, que se convierte en la
comunidad en acto. En este proyecto, el arte
se transforma en una forma de vida, supri-
miendo su singularidad, su heterogeneidad
sensible (Rancière, 2005). Ya no hay separa-
ción entre el arte y la vida, porque el arte ha
traspasado sus barreras para incorporarse
directamente a ella. De este modo, no exis-
te arte propiamente dicho sino imágenes
(Rancière, 2011) que producen determinada
significación.

Dentro de este régimen podemos ubicar a


las producciones religiosas o aquellas uti-
lizadas en contextos rituales, donde una Fuente: Museo Nacional de
escultura o una pintura son aprehendidas Antropología e Historia, Lima.

como imágenes de la divinidad en un es-


pacio de encuentro comunal. Pertenece a la
que estas prácticas son de carácter antro-
lógica de este régimen la cerámica moche
pológico, dado que forman parte de la vida
(imagen 2), cultura prehispánica del antiguo
cultural de los pueblos que las ejecutan y,
Perú, que se desarrolló entre el año 100 y el
por lo tanto, más que artísticas, aparecen
700 d. C. en el valle del río Moche. En ella la
como sociales.
cultura moche representó, tanto de manera
escultórica como pictórica, a divinidades, Finalmente, en el Régimen estético el arte
hombres, animales y escenas significativas se define por su pertenencia a un sensorium
referidas a temas ceremoniales, rituales y específico, es decir, se trata de una forma
mitos que daban cuenta de su concepción sensible heterogénea que se opone a las de
del mundo. Asimismo, realizaron cerámica la experiencia ordinaria y, por lo tanto, al
con imágenes más abstractas y conceptua- orden policial. Se vincula con una nueva
les, así como con representaciones sexuales forma de comunidad (y de ahí su politici-
y eróticas. Estas producciones eran utiliza- dad) porque define al arte en función de su
das en contextos cotidianos y domésticos, relación con una sensibilidad diferente a la
en su vida espiritual y como ofrenda para de la dominación (Rancière, 2006b, 2010a).
los muertos. De esta forma, la cerámica Se impone una separación entre las formas
materializaba una experiencia colectiva. Si del arte y las formas por las cuales es apre-
bien hoy podemos analizar estas cerámicas hendido por el público. Aquí no hay un
como producciones artísticas, entendemos mensaje, sino una distancia respecto de lo

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Verónica Capasso, Ana Bugnone

que el arte debe transmitir hacia la comu- denunciaba el tratamiento que se hacía so-
nidad, por eso se trata de una disyunción bre el hecho desde el municipio y los me-
o una separación. En este sentido, se con- dios de comunicación. “Desde la puñalada
figura como disruptivo y pone en juego un de la espalda, nos queda esta intemperie
espacio y una temporalidad diferentes de desmedida, de galopar de la crónica perfec-
las que constituyen la normalidad del or- ta, la misma que los noticieros desafían, en
den social. Así, la temporalidad propia de su banquete diario de perversión y especu-
este régimen es la de una copresencia de ladora miseria” (La marca de agua, 2013, s.
temporalidades heterogéneas. En este ré- p.), es parte de la poesía gritada entre el rui-
gimen, opera una experiencia estética que do de la Feria del Libro. Como sostiene una
transmuta el orden social, y de esta mane- de las integrantes del grupo, se organizaron
ra trastoca la división de lo sensible, pero frente a la invisibilización del desastre que
desde su propia especificidad artística, sin se producía desde las instituciones locales.
fundirse en la comunidad. Ahí se encuen- La forma de pensar la acción poética estu-
tra su potencia: es necesaria esa separación vo relacionada con intervenir en un espacio
estética que libra al arte de todo deber par- público normalizado, mostrando la ausen-
ticular. Para ello, Rancière toma la frase de cia de acciones efectivas orientadas a resol-
Adorno que sostiene que “la función social ver la situación de la población afectada y
del arte consiste en no tener ninguna”: aquí también de los negocios y políticas urbanís-
una obra “no pretende nada” (Rancière, ticas que eran parte causal de la inundación:
2005, p. 29) y es igualitaria por cuanto niega “el paro cardíaco de la inoperancia: mamá
toda preferencia y toda jerarquía asimilable política no puede con la naturaleza pero su
al sensorium de la vida cotidiana. obligación es amamantar a todos sus be-
bés” (La marca de agua, 2013, s. p.). Como
Uno de los momentos en que se configuró
podemos observar, la operación literaria
una forma sensible heterogénea en el mar-
es doble, mostrar lo que la política debería
co de régimen estético ocurrió cuando un
hacer (dar cuenta de todos los miembros de
colectivo de artistas realizó una performance
la comunidad), pero señalando su inefica-
vinculada con la peor inundación sufrida en
cia. Esto se acerca a lo que Rancière llama
la La Plata (Buenos Aires) en las últimas dé-
el tratamiento del daño y a la heterología de
cadas. Después de la catástrofe que dejó de-
las palabras y el ruido, se le agrega la de las
cenas de muertos y heridos, se produjo una
prácticas que interrumpen el curso normal
serie de respuestas ciudadanas cuestionan-
de la policía. La poesía fue recitada varias
do la desidia del Gobierno local, entre ellas,
veces desde diferentes lugares en el espacio
las artísticas. El grupo La marca del agua in-
de la Feria del Libro y rompía con la regla
terrumpió el curso normal de la Feria del Li-
de no hablar de política, de la inundación,
bro organizada por la Municipalidad de La
ni del intendente, mientras en el lugar se
Plata, dos meses después de la inundación
subía el volumen de la música para que no
(imagen 3). Frente a la mirada sorprendida
fuesen escuchados.
de feriantes, compradores y organizadores,
el grupo repitió varias veces una poesía que Es importante señalar que para Rancière los
a la vez que describía el desastre natural, tres regímenes antes expuestos representan

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Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

Imagen 3. La marca del agua, Episodio 1 (2013)

Fuente: La marca del agua, La Plata.

lógicas que funcionan entrelazadas cuando marcos, las escalas y las velocidades de
se vinculan arte y política. Así, no son dos manera que se produzcan una nueva
esferas antagónicas, sino que arte y políti- configuración de lo que es perceptible,
ca confluyen en que producen efectos se- decible y posible en un mundo común,
mejantes sobre la partición de lo sensible. una manera pues de cambiar la distri-
El arte no genera un nosotros como lo hace bución de las ‘competencias’. (s. p).8
la política, sino que permite la experiencia
Así, más que generar directamente subjetivi-
estética que, como ficción, se encuentra con
dades políticas, el arte en el régimen estético
otra ficción —la del orden social— para dis-
perturba la distribución de lo sensible que
torsionarla, lo que hace evidente su carácter
jerarquiza e identifica los espacios, la ubica-
ficcional y no de realidad.  En relación con
ción de los cuerpos y establece los modos de
esto, Rancière (2007b), desde la perspectiva
decir, hacer y ser visible correspondientes
posfundacional, dice que:
a cada parte. Este encuentro o “choque de
[La ficción] es el trabajo de redistribu-
ción de las relaciones entre las cosas, 8 Citamos aquí la primera edición de “Estética y política: las paradojas
las imágenes y las palabras. Es una del arte político”, publicada en 2007 en Internet (sin números de pá-
gina), dado que en la versión más reciente (Rancière, 2010), si bien
manera de cambiar los modos de re- se conserva lo sustancial del texto, se han modificado o suprimido
presentación sensible, de variar los partes que conectaban ideas de un modo más claro y explicativo.

128
Verónica Capasso, Ana Bugnone

dos regímenes de sensorialidad” (Rancière, Autonomía, heteronomía y


2007b, s. p.) es el disenso e implica una coli- “tercera vía”
sión entre el sensorium policial y la política,
por cuanto—en esos casos— el arte cuestio- Como vimos, si bien Rancière rechaza la
na y reconfigura los lugares asignados a los oposición simple entre arte y política, no
cuerpos, las funciones y la competencias so- descarta la existencia de un tipo de autono-
ciales, “construyendo nuevas relaciones en- mía particular. A pesar de que podría con-
tre la apariencia y la realidad, lo singular y lo fundirse con la concepción modernista, el
común, lo visible y su significado” (Rancière, autor ha planteado la autonomía del arte de
2007b, s. p). Si el orden policial es, antes que un modo diferente, poniendo en el centro la
nada, una representación de la división de tensión que hay en su interior.
lo sensible, el arte puede operar sobre ella,
En términos generales, la problemática de
oponiendo a esa ficción otra ficción, es de-
la autonomía del arte refiere a dos cuestio-
cir, otra construcción de espacio (Rancière,
nes: la existencia de una esfera autónoma,
2010a) y tiempo (Rancière, 2010b) que crea
con criterios y reglas propios, y el supuesto
disensos. Sin embargo, el disenso generado
derrumbe de esa autonomía a fines del si-
por la oposición entre ficciones, implica una
glo xx, producido por la caída de los límites
indeterminación, puesto que no pueden cal-
que la separan del resto del mundo social.
cularse los efectos que ejercerá el arte sobre
Rancière intenta dar por tierra la oposición
los sujetos, tanto porque produce una dis-
entre autonomía y heteronomía del arte, así
tancia estética como porque no puede esta- como la dicotomía entre arte moderno y
blecerse previamente una correspondencia postmoderno. Su propuesta supone los am-
entre la reconfiguración de lo sensible y la plios debates que han surgido al respecto,
creación de colectivos o acciones políticas. así como el fuerte cuestionamiento que se
Por ello, la relación entre el arte y la política ha realizado a la noción de autonomía del
es entre dos ficciones, dos representaciones arte, vinculado originalmente con la idea de
de lo sensible y sus particiones que se enfren- “arte por el arte”, es decir, un arte ajeno al
mundo social, libre de condicionamientos
tan con la ficción dominante, la del orden
y dedicado exclusivamente a la creación.
social.  El hecho de que ese orden sea domi-
Las propuestas de fusionar arte y vida de
nante explica que aparezca como “natural”.
las vanguardias históricas y de los artistas
Esto se vincula, además, con la idea de que
que planteaban un compromiso social en
la policía, que opera en ese orden, convierte
los años sesenta pusieron en jaque esa dife-
a las técnicas de gobernar en “leyes natura-
renciación tajante. Frente a esto, y retoman-
les” (Rancière, 2000); sin embargo, a pesar
do parte de la teoría adorniana, Rancière se
de esa apariencia, no es lo real, sino solo una
propone rescatar la idea de autonomía del
ficción a la cual se le oponen otras. Así, el
arte, pero tensionándola y combinándola
arte y la política pueden hacer ver lo que no
con su opuesta, la heteronomía.
era visto o hacer escuchar como discurso lo
que estaba destinado a ser ruido, en definiti- En primer lugar, interesa destacar que para
va, repartir lo sensible de un modo distinto Rancière la esfera de la estética es autónoma
al de ese orden dominante. por cuanto está separada de otras, pero  allí

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se producen obras de arte que, por el con- que es el encuentro entre heterogéneos, se
trario, son heterónomas: sus objetos no pue- ha producido hasta los años sesenta a través
den distinguirse de los de las otras esferas. de la forma polémica como se ponían en re-
Para Rancière, este encuentro de autonomía lación el arte y el no-arte.
y heteronomía define el lugar de la política
de la estética. Es por ello que no hay oposi- Podemos ver la forma particular como se
ción entre arte y política, o entre “la pureza pone en juego el encuentro entre las dos
del arte y su politización” (Rancière, 2005, formas de representación mencionadas en
p. 23). El conflicto está en el seno de su pure- “Divisor” de Lygia Pape. Esta acción con-
za, es decir, en el arte como forma de expe- sistió en que cada participante colocara su
riencia autónoma. Es desde este lugar que cabeza en las perforaciones de un amplio
el arte puede instituir nuevas divisiones de paño de tela y caminaran todos juntos por
lo sensible, justamente porque se propone la ciudad. Se desarrolló por primera vez en
como una reconfiguración de las formas 1968 en una favela vecina a la casa de la ar-
habituales de esa partición y su represen- tista y, según su testimonio, los niños rápi-
tación. Esto es lo que le permite redibujar damente comprendieron el funcionamiento
un espacio común diferente del establecido y el carácter lúdico de la acción (Pape, ci-
por el orden, actuando como arte (experien- tada en Machado, 2008). Aquí encontramos
cia específica), pero también como no-arte funcionando al mismo tiempo y de forma
(promesa de comunidad). combinada la lógica de la participación co-
munitaria, en la que el público pasa a for-
Por otro lado, las dos formas de represen- mar parte de la obra, haciendo difícil la dis-
tación —la de la supresión del arte en la tinción entre arte y no arte, y la lógica de
comunidad y la de la separación entre am- la separación, dado que no hay un mensaje
bos—   si bien se oponen, han funcionado explícito que implique un tipo de concien-
juntas en un tipo especial de arte: el arte tización política, sino una invitación a vivir
crítico o político. Aquí se produce un acuer- el arte y el espacio público de un modo di-
do, una “tercera vía” (Rancière, 2005, 2006b) ferente del que ofrece el orden normalizado
entre las dos lógicas políticas de la estética, y, por lo tanto, una incitación a la construc-
pero subyace una tirantez entre ambas. En ción de ese espacio. Estas dos políticas de
este sentido, para Rancière, el centro de la la estética operan a través de la separación,
cuestión no es la oposición entre arte mo- así como de la supresión, “interrumpiendo
derno y postmoderno, es decir, entre un arte las coordenadas normales de la experiencia
autónomo y otro en el que sus límites se han sensorial [...], ligando lo que es propio del
desplomado, sino el intercambio entre arte arte a una cierta manera de ser de la comu-
y no-arte. Así, “el arte político siempre es nidad” (Rancière, 2005, p. 15).
fruto de algún acuerdo específico, no entre
la política y el arte, sino entre las dos políti- Para comprender la complejidad de la teo-
cas de la estética. La tercera vía se ha hecho ría de Rancière parece necesario precisar
posible merced a un juego constante en la que al mismo tiempo que identifica tres
frontera y la falta de frontera entre arte y no regímenes tipificados de identificación del
arte” (Rancière, 2006b, p. 9). Este choque, arte, estos se corresponden (en otro nivel)

130
Verónica Capasso, Ana Bugnone

con tres formas de relación entre la estética se basa en una concepción del espectador
de la política y la política de la estética. Así donde este no es un ser pasivo, aunque no
hay, en primer lugar, un modo de represen- forme parte de la acción dramática o per-
tación que parece propicio para la acción de formática en sí misma, por cuanto sostiene
la comunidad disensual; en segundo lugar, que “mirar es también una acción que con-
la creación por parte del arte de un modo firma o que transforma esta distribución de
de vida comunitario nuevo; finalmente, un las posiciones. El espectador también actúa
arte distanciado del compromiso político [...]. Observa, selecciona, compara, interpre-
revolucionario. Como se ve, estos tres ope- ta. Liga aquello que ve a muchas otras cosas
ran del mismo modo que los tres regímenes: que ha visto [...]” (Rancière, 2010a, p. 19).
representativo, ético y estético, pero en este En este sentido, se trata de un espectador
caso constituyen modos diferenciados en emancipado porque no precisa de un ac-
cuanto a la conexión que producen entre es- tor, un director o un maestro que le indique
tética y política. Estos, si bien se presentan qué tiene que hacer o qué significado tiene
tipificados, se combinan cuando actúan en tal o cual cosa. Allí opera una supresión:
un espacio y tiempo determinados. no tanto la que elimina la distancia entre
artista y espectador, sino la que prescinde
Rancière ha trabajado también sobre la figu-
de una relación directa entre artista, obra y
ra del espectador y ofrece una teorización
espectador. De este modo, para Rancière la
acorde a sus argumentos generales. La idea
emancipación del espectador implica que
de espectador para este autor está íntima-
no es necesario que el artista lo instruya —
mente relacionada con la del alumno que
como el maestro a través de la explicación
puede aprender sin un maestro “explica-
en el proceso que Jacotot llamó “embruteci-
dor” (Rancière, 2008), puesto que en ambos
miento” (Rancière, 2008)— ni producir una
casos se trata de la posibilidad de la emanci-
forma de conciencia específica, ya que estas
pación. Rancière critica la mirada platónica
ideas se basan en un supuesto no igualita-
que sostiene que el espectador cumple un
rio. En cambio, el filósofo señala que lo que
rol pasivo, puesto que mirar se asimila a
opera, como en el régimen estético, es una
pasividad. También analiza las dos posibles
disociación entre los tres términos (artista,
salidas que se han planteado a este proble-
obra y espectador), en la medida en que
ma, ambas basadas en la suposición de una
cada espectador realiza un proceso de tra-
estrecha relación entre teatro y comunidad.
ducción, a su modo, a través de una serie de
La primera propone producir en el espec-
asociaciones y disociaciones que implican,
tador algún tipo de reacción o búsqueda
además, una verificación de la igualdad.
de sentido al presentarse un espectáculo
extraño o inusual; mientras que la segunda Una de las formas como puede pensarse
sustenta la necesidad de romper con la dis- esta definición de Rancière es analizan-
tancia que existe entre espectador y acción, do un caso específico del arte brasileño: la
involucrándolo directamente en la obra. propuesta que Helio Oiticica produjo en
Frente a estas miradas, Rancière presenta los “Parangolés” (imagen 4). Estas acciones
otra que parte de la renuncia a la identifica- performáticas se llevaban a cabo durante
ción entre teatro y comunidad. Su propuesta los años sesenta en espacios abiertos, donde

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Imagen 4. HélioOiticica, Miro de Mangueirawith P 02


ParangoléBandeira 01 (1964)

Fuente: Museum van HedendaagseKunstAntwerpen, Antwerpen.

alguien —cualquiera que esté allí presen- sobre lo que el artista suponía que cada
te— se vestía con una capa o bandera y uno que participase del “Parangolé” debía
danzaba o se movía a su manera al ritmo de sentir o transmitir. En este caso, podemos
la música en el marco de una reunión colec- interpretar el modo como se da la combina-
tiva. Estas acciones estaban íntimamente li- ción entre dos situaciones: en primer lugar,
gadas a la práctica popular de sambar—que la concepción de un espectador libre —una
el propio Oiticica había aprendido a partir de las máximas de los artistas neoconcretos
de su acercamiento a la favela y la escola de brasileños era “a arte como um exercício
samba— y especialmente al vínculo con el de liberdade” (Pequeno, 2013, p. 43)— que
cuerpo: una relación precaria, temporal e in- pudiese intervenir, interpretar o resignificar
tensa, donde cada uno podía expresarse sin las obras, acciones performáticas u objetos
reglas definidas ni indicaciones específicas sin la necesidad de una explicación por

132
Verónica Capasso, Ana Bugnone

parte del artista y, en este sentido, estaría observar una vinculación con el pensamien-
emancipado. En segundo lugar, como en to de Ernesto Laclau y de Jacques Rancière.
el mencionado “Divisor” de Pape, se da el
Como parte del pensamiento posfundacio-
cruce de las dos formas de representación
nal, la autora sostiene que en los conflictos
estética y ética, por cuanto se concibe una
políticos nunca es posible saber cómo se van
distancia entre artista, obra y espectador,
a entretejer las relaciones de poder-contra-
es decir, que funciona como una forma de
poder-nuevo(s) poder(es), ya que no existe
disyunción, pero al mismo tiempo hay una
una verdad absoluta, fundante y originaria.
invitación a la participación comunitaria y
En este sentido, que algo sea antidominan-
una reivindicación de una práctica artística te es el resultado contingente de prácticas
popular que tiende a diluir el límite entre multiarticuladas (entre lo constituido —
arte y comunidad en acto. Así, en estas ac- adentro— y lo constituyente —afuera—),
ciones, la implicación del espectador tam- cuya heterogeneidad lleva a cambiar qué
bién está dada por la propuesta participa- se entiende por “revolucionario” según los
tiva del artista, que Rancière ve desde un contextos (tanto nacionales como microlo-
punto de vista crítico. Al mismo tiempo, en cales) en los que interviene la crítica polí-
los “Parangolés” se expresa una particular tica (Richard, 2013, p. 246). De esta forma,
relación entre arte y espacio público, ya que Richard (2013) afirma que
no se trata solo del uso de ese espacio, sino
[…] las insurgencias y rebeliones de lo
que tiende a implicar la libertad en la ex-
disconforme que irrumpen o dislocan
presión y experiencia de los cuerpos en ese
parcialmente las estructuras de con-
sitio: cuerpos comunes en espacios también
solidación del orden injustamente an-
comunes, ambos pasan a ser significados
tisocial que instauró el neoliberalismo,
o construidos colectivamente de un modo
deben seguir expresando sus reclamos
diverso al establecido por el orden norma-
por mayor autonomía participativa
lizador que, desde 1964, se había vuelto,
para que los “ruidos” que emite ese
además, dictatorial.
“desorden democrático” interfieran
con cualquier tipo de gobernabilidad
Richard: política, que busque hegemonizar lo político.
dislocación y arte crítico (p. 248) [el énfasis es nuestro]

La política como agregación de En esta cita aparecen dos referencias y apor-


sujetos y discursos tes que se pueden vincular con Ernesto La-
clau y Jacques Rancière y que asimismo dan
Al igual que con Rancière, es necesario re- cuenta de la raíz posfundacional del pensa-
poner en primer lugar la perspectiva teóri- miento de Richard. Por un lado, la referen-
co-política de Nelly Richard para compren- cia a la dislocación y por otro a la imagen de
der luego el lugar que da al arte en ese “ruido”. En el primer caso, con dislocación,
marco. En algunos de sus escritos, la autora Laclau refiere que el momento de imposibi-
explica qué entiende por lo crítico-políti- lidad o fracaso de la estructura “es un quie-
co y su relación con el orden, pudiéndose bre en la capacidad de dar sentido, de dar

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Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

explicaciones lógicas dentro de la estructu- los momentos de agrupamiento o enfren-


ra”, es el “momento de pura eventualidad” y tamiento de las identidades en juego. Para
“es la forma misma de la posibilidad, en tanto ella, no todo puede ser mero acontecimien-
los procesos y las opciones pueden tomar to y disrupción del orden, sino que son ne-
cualquier dirección” (Muñoz, 2006, p. 126). cesarios tiempos más largos de consolida-
Según Laclau (1997) el momento dislocatorio ción, de agregación e integración plurales
es aquel en el que se interrumpe la posibili- de los sujetos y discursos. En este sentido,
dad de la simbolización en las prácticas coti- remarcando esta necesidad, Richard criti-
dianas por las cuales un momento de recom- ca la concepción rancièriana de “momento
posición pasa a ser necesario. La dislocación político”, en pos de una revaloración de
en una comunidad puede ser tan profunda una necesidad articulatoria que expanda el
hasta el punto de que la vida de la gente ha potencial de transformación de un reclamo
sido radicalmente interrumpida, por lo cual puntual hacia el resto de la sociedad. Para
esta necesita reorganizar todo. En este sen- ello, la autora sostiene que es necesario “di-
tido, Richard hace referencia a acciones que señar modos de articulación-traducción entre
irrumpen y se constituyen en distorsiona- sitios y posiciones que deben incluir varia-
doras del orden, y de esta manera evidencia dos puntos de antagonismos sociales, pero
su contingencia. Por otra parte, la metáfo- también de negociación política” (Richard,
ra del ruido es utilizada por Rancière en El
2013, p. 217). Estas articulaciones y traduc-
desacuerdo. Filosofía y Política (2007a). Allí, el
ciones van desde los aparatos ya formados
autor francés establece la diferenciación en-
(asociaciones, sindicatos, organizaciones,
tre quienes pueden hablar y quienes hacen
partidos) y los poderes establecidos (el Es-
“ruido” (Rancière, 2007a, pp. 36-37, 44-45,
tado y sus aparatos ejecutivos y legislativos)
72), siendo estos últimos la “parte de los sin
hasta los colectivos en gestación y las ins-
parte”, quienes emiten sonido y no palabras.
tituciones por transformar (Richard, 2013).
Como señalamos antes, para Rancière la po-
licía define los modos de ver y decir, dicta Por otro lado, Richard no suscribe a las tesis
que una palabra sea entendida como perte- poshegemónicas que decretan la prescin-
neciente al discurso y otra al ruido. Así, que- dencia del Estado en nombre de un pueblo
dan configurados el “ruido de la revuelta o que se autopotencia alejándose de todo lo
[la] palabra que expone la distorsión” (Ran- instituido (2013). Sostiene que lo estatal es
cière, 2007a, p. 73). Justamente, sostenemos una conformación político-institucional
que Richard retoma esta cuestión en su argu- susceptible, como otras, de fisuras que no
mentación para explicar y definir la política. tienen como único destino ser reabsorbidas
En Crítica y política (2013) la autora afirma por lo dominante. Richard establece además
que los grupos movilizados de la sociedad,9 una distinción entre la política, en su ver-
deberían ser capaces de formular diversas sión instrumental y lo político, por cuanto
gramáticas de intervención político-socia-
[…] antagonismos de poder y repre-
les, cuyos ritmos de acción varían según
sentación en torno a las prácticas de
9 Richard (2013) analiza el caso del movimiento estudiantil chileno de constitución de lo social; los choques
2011. de identidades agitados por quienes no

134
Verónica Capasso, Ana Bugnone

se sienten parte del reparto hegemóni- y política. En primer lugar, establece la di-
co (un reparto que divorció lo social de ferencia entre arte militante y arte de van-
lo político y que subordinó lo político guardia. En segundo lugar, describe qué
a lo económico, sofocando mediante entiende por arte crítico. Por último, propo-
el consenso forzado el “ruido sin sen- ne la distinción entre “arte y política” y “lo
tido” del “desorden democrático) y político en el arte”. A continuación iremos
por quienes apelan, para transformar desentrañando estas cuestiones, las cua-
las injusticias de dicho reparto, a una les, además, se encuentran estrechamente
redistribución de lo público y lo priva- ligadas.
do. Volver a conquistar esta dimensión
intensiva de lo político supone abrirse a Para diferenciar entre arte militante o de
la incorporación de todas aquellas de- compromiso y arte de vanguardia, Richard
mandas (de clase, raza, etnia, género) (2005) dice que el primero refiere a aquel
que luchan contra las capturas de la que pretende “ilustrar” su compromiso con
identidad en aparatos de clasificación una realidad política ya dinamizada por las
dominantes para que lo igualitario se fuerzas de transformación social. Es el arte
expanda horizontalmente a subjetivi- que, en América Latina, adquiere valor en
dades diferenciadas. (2013, p. 250) los años sesenta. Las obras de arte adherían
a la noción de pueblo y de revolución como
Podemos ver en la anterior cita las similitu-
significados trascendentales con el objetivo
des terminológicas y conceptuales que tiene
de producir una toma de conciencia. En este
la autora con Rancière. La noción de “reparto
sentido, la obra era un reflejo de la sociedad,
hegemónico” se asemeja a la de “reparto de lo
un vehículo del mensaje del artista y un ins-
sensible” en la propuesta del filósofo francés
trumento funcional a su militancia política.
y “consenso forzado” nos remite a la misma
En Chile, el arte militante emergió con fuer-
noción —consenso— como oposición a la po-
za en los años setenta durante la Unidad
lítica en Rancière (2007a, 2010b). Por último,
Popular (1970-1973). En ese periodo, se rea-
los términos aparatos de clasificación dominan-
lizaban exposiciones a partir de la serigra-
tes y subjetividades diferenciadas nos recuerdan
fía, con el fin de acercar el arte al pueblo y
el texto “Política, identificación y subjetiva-
contra la idea burguesa de obra única.
ción” (2000), donde Rancière expone que la
política va de la mano de la subjetivación, Un ejemplo del arte militante de aquellos
una des-identificación, una modificación de años fue la producción de la Brigada Ra-
las capacidades y propiedades de los que mona Parra (brp), perteneciente al Partido
estaban identificados en una cierta jerarquía Comunista de Chile, que a través de mura-
del orden policial, lo que posibilitala emer- les colectivos daba cuenta de las consignas
gencia de nuevos sujetos de enunciación. del Gobierno socialista de Salvador Allen-
de (imagen 5). Posteriormente, a la elección
El arte político-crítico como
de Allende en 1970, las Brigadas integraron
generador de alternativas de sentido
los lemas característicos de la campaña
Nelly Richard ha escrito numerosos libros allendista con coloridos dibujos e imágenes
en los cuales abordó la relación entre arte representativas de los componentes de la

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Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

Imagen 5. Brigada Ramona Parra, mural (1972)

Fuente: Portal Memoria Chilena.

realidad nacional, tales como los trabajado- el mural de Matta fue tapado con el objeto
res, la familia, referencias a la geografía del de destruirlo, al igual que todas las expre-
país. A este periodo corresponde, por ejem- siones que representaban al comunismo o al
plo, la confección del mural El primer gol pensamiento de izquierda en general.
del pueblo chileno (1971) en la comuna de La
Granja, en cuya elaboración participaron la En el contexto argentino, podemos men-
brpy el pintor chileno Roberto Matta (1911- cionar como arte (y artista) militante a las
2002). El mural fue pintado en conmemo- producciones de Ricardo Carpani (1930-
ración del primer aniversario del Gobierno 1997). Sus obras hacen foco en temáticas
de Salvador Allende. Sin embargo, en 1972, como el desempleo, los trabajadores y los
y debido al clima de agitación y polariza- pobres, así como en temas de índole nacio-
ción social, las brigadas se vieron obligadas nal. Tuvo una vinculación orgánica con el
a abandonar el tipo de imagen que venían sindicalismo argentino, en particular con
realizando (dibujos, paisajes simbólicos, la Confederación General del Trabajo (cgt)
figuras humanas), para retomar la produc- de los Argentinos, liderada por Raimundo
ción exclusiva de textos o frases que apo- Ongaro, para la que colaboró diseñando
yaban al Gobierno de la Unidad Popular. afiches. Asimismo, Carpani supo delinear,
Esto tenía el objeto de ser una estrategia de a través de sus murales y afiches políticos
defensa del Gobierno como una forma de una iconografía propia e identitaria de la
comunicación alternativa a la prensa oposi- clase trabajadora nacional. El afiche “Li-
tora. El muralismo callejero entonces tenía bertad y amnistía” de 1973, creado para la
el objetivo de concientizar visualmente al campaña electoral del candidato peronista
espectador, educaba a través de la denuncia Héctor José Cámpora (imagen 6), represen-
social e informaba a través de las consignas ta un tipo de arte de compromiso. En el afi-
sobre los acontecimientos del país. Con el che, bajo la imagen de trabajadores, apare-
advenimiento de la dictadura de Pinochet, ce el texto “Libertad y amnistía a todos los

136
Verónica Capasso, Ana Bugnone

Imagen 6. Ricardo Carpani, Libertad y amnistía (1973)

Fuente: Museo del Bicentenario, Buenos Aires.

presos y perseguidos por causas políticas anticipar y prefigurar el cambio, usando la


[...] Cámpora en el gobierno es un paso ha- transgresión estética como detonante an-
cia PERÓN y el PUEBLO en el PODER por ti-institucional (2005, 2011, 2013). Es decir,
una Patria Justa, Libre y Soberana, la Patria la experimentación de nuevas técnicas y for-
Socialista” (afiche Libertad y amnistía, 1973, matos, y la disolución de fronteras entre el
Museo del Bicentenario). Se constituyó, así, sistema artístico y la praxis social son proce-
en un vehículo del mensaje del artista, en dimientos que operan contra el canon acade-
consonancia con su militancia política y rei-
micista, expresando el deseo emancipatorio
vindicando el lugar del “pueblo” en el mar-
de las vanguardias. Artistas como el Grupo
co de un horizonte revolucionario.
Signo (José Balmes, Gracia Barrios, Alberto
El arte de vanguardia, por su parte, es de- Pérez, Eduardo Martínez-Bonatti), Fran-
finido por Richard como aquel que busca cisco Brugnoli, Virginia Errázuriz y Juan

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Imagen 7. Francisco Brugnoli, Siempre gana público carácter transgresor ha perdido fuerza y se
(1965)
ha museificado.10

Por otro lado, en el contexto de la dictadu-


ra militar chilena, emerge lo que Richard
llamó la Escena de Avanzada, un colectivo
de artistas que durante el primer tiempo
de la dictadura generó obras disidentes del
contexto político, caracterizadas por la ex-
perimentación neovanguardista y cercanas
al conceptualismo, con un lenguaje que, a
través de metáforas, sobrepasaba la censu-
ra. Una de las características principales de
la Escena de Avanzada fue que reformuló el
nexo entre arte y política. Además, los artis-
tas que la conformaron cruzaron la frontera
entre los géneros, ampliando los soportes
técnicos del arte al cuerpo y a la ciudad. En-
Fuente: Portal de la educación del Gobierno de Chile. tre ellos se encuentran Carlos Altamirano,
Juan Castillo, Eugenio Dittborn, Diamela
Eltit, Carlos Gallardo, Carlos Leppe, Gonza-
Pablo Langlois, entre otros, formaron parte lo Mezza, Ximena Prieto, Lotty Rosenfeld,
de la primera vanguardia chilena. Tenían Francisco Smythe y el poeta Raúl Zurita.
influencias que venían del informalismo,
del arte pop y del povera italiano. Podemos Entre las producciones de estos artistas,
nombrar el ejemplo de Francisco Brugnoli podemos analizar las de Lotty Rosenfeld
(1935-), artista que hacía un pop objetual con (1943-). Para el registro de sus acciones, la
reminiscencias de la obra de Rauschenberg. artista utilizaba la fotografía y el video. En
Brugnoli trabajaba ensamblando elementos 1979 realizó la acción denominada Una mi-
de uso cotidiano y desechos urbanos, des- lla de cruces sobre el pavimento en Manque-
contextualizándolos, suspendiendo sus sen- hue (Santiago de Chile) (imagen 8). En esta
tidos y reactivándolos en un nuevo montaje obra se evidencia, por un lado, la experi-
(imagen 7). Los collages de Antonio Berni, mentación en el espacio de la ciudad y, por
mencionados anteriormente, también pue- otro, la experimentación con los signos:
den enmarcarse en esta lógica vanguardista,
aunque sin configurar el carácter anti-insti-
tucional mencionado por Richard.
10 Observamos aquí una similitud entre la caracterización que Nelly
Richard realiza de las vanguardias y su fracaso y la teoría de Peter
Para la autora, sin embargo, el arte de com- Bürger (1987). Para Bürger, los procesos posteriores a la segunda
promiso y el de vanguardia han fracasado guerra mundial demostrarían que los movimientos de vanguardia
puesto que posteriormente renunciaron a fracasaron en su búsqueda de cancelar la división arte/vida. Así,
las neovanguardias representarían una nueva fase, que cancela el
varias de sus características constitutivas. proyecto de la vanguardia histórica, al incorporarse rápidamente a la
Así, en el caso de la vanguardia, hoy su institución arte.

138
Verónica Capasso, Ana Bugnone

La insistencia de la artista de trabajar Imagen 8. Lotty Rosenfeld, Una milla de cruces sobre el
pavimento (1979)
en torno a un signo único: la cruz (o el
signo más), lo enriquece, abre nuevas
posibilidades de interpretación: [según
Rosenfeld] ‘Cada una de las personas
lo enfoca como lo quiere ver y eso me
interesa. Mucha gente va a querer ver
la cruz cristiana: mucha gente verá
un signo de muerte; otros van a ver
tanto eso como lo otro, se darán cuenta
que hay una señal dada [...] Estoy cues-
tionando el código de tránsito, pero
también todos los códigos, todo lo que
nos reglamenta, lo que nos va guiando,
lo que nos va haciendo como se quie-
re que seamos; el poder en definitiva’.
(Saúl, 1986, pp. 28-29)

Para Richard, las rupturas de la Escena de


Avanzada están relacionadas con el inten-
to de reconfigurar articulaciones de senti-
do que, gracias a la insubordinación de las
formas y conceptos, crearan imágenes anti-
totalitarias y antirrepresivas para ayudar a Fuente: Colección Museo de Arte Contemporáneo,
Santiago de Chile.
quienes se involucraban en ellas a zafarse
del autoritarismo. La censura de la política
que trabajen ‘revolucionariamente’ con el
y lo político durante los años de la dictadu-
inconsciente social, sin tener la pretensión
ra llevaron al arte a ser un medio sustituto
de que el mensaje de la obra entregue una
(Richard, 1994): es decir, a ser el modo en el
clave de salvación universal para la huma-
cual se expresaban las disidencias. De esta
nidad entera” (p. 156).
manera, la autora sostiene que la pulsión
crítica del arte explora la insatisfacción, la Coincidiendo con la crítica que realiza Ran-
disconformidad y el rechazo, que dentro cière al arte político que intenta transmitir
de lo existente, dan la oportunidad de re- un mensaje o alinearse a un programa de
dibujar el universo de lo posible aunque transformación histórica, Richard sostiene
sin aspirar a una revolución total. Según que la fuerza de emancipación que puede
Richard (2013), “el arte crítico puede acti- hoy desplegar el arte crítico-experimental
var vectores de emancipación11 subjetiva sería aquella surgida de las fracturas de la

11 Richard aclara que comparte la definición de Benjamin Arditi de “po- nivel macro o en las regiones locales de una microfísica del poder.
lítica emancipatoria”: “es la práctica que busca interrumpir el orden Dicha práctica no describe un acto único y glorioso, sino uno per-
establecido y, por lo tanto, que apunta a redefinir lo posible, con el formativo que enuncia el presente como tiempo de nuestro devenir
objetivo de instaurar un orden menos desigual y opresivo, ya sea a otro” (2009, p. 176).

HALLAZGOS / ISSN: 1794-3841 / Año 13, N.° 26 / Bogotá, D. C. / Universidad Santo Tomás / pp. 117-148 139
Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

representación. Estas fracturas son las úni- confiar en la univocidad de lo afirmativo/


cas capaces de romper con la pasividad de negativo de un mensaje que se pronuncia
la transmisión del sentido; de interrumpir sobre los contenidos sociales desde la litera-
la cadena lineal que va desde la producción lidad del “sí” de la adhesión o del “no” de
de la obra (causa) hacia la recepción del es- la protesta (Richard, 2013). De esta manera,
pectador (efecto) en una dirección pre-tra- sostiene que el arte es poderoso como tal no
zada, para abrir así la posibilidad creativa, cuando actúa comunicativamente al igual
y favorecer de esta manera la emergencia que una consigna política, una intervención
de potencialidades enunciativas que no es- cultural o un testimonio periodístico, sino
taban previstas en el recorrido inicial entre cuando explora lenguajes aún no modula-
origen (intención) y destino (cumplimien- dos, identidades no finitas, significados en-
to). Esto hace que cada espectador actúe los treabiertos (Richard, 2013). Asimismo, una
significados de la obra según la inventiva obra crítica se caracteriza por confeccionar
de una lectura autónoma, “emancipadora”, modos colectivos de activar el ensamblaje
por cuanto no está subordinada a una lógica de lo visual con lo político-social para que
previamente unificada de inteligibilidad del ambos formatos se desborden mutuamen-
mensaje. Vemos entonces que aquí también te. Podemos señalar en este caso una dife-
hay una similitud con la noción de especta- rencia con Rancière, por cuanto ―como se
dor emancipado de Rancière. Sin embargo, dijo antes― sostiene que el arte no puede
inferimos que la referencia de Richard se crear un nosotros al igual que la política,
circunscribe a las obras que apuntan a esas sino que propone una distinta representa-
“fracturas” de la representación, mientras ción de la realidad, una ficción diferente de
que para Rancière todos los espectadores la dominante.
pueden emanciparse, puesto que existe una
base común igualitaria, independientemen- Para Richard, una práctica crítica debe
te de las obras. Asimismo, no es casual que “desinocentar la mirada”, generar rupturas
la autora haya denominado al colectivo de intersticiales en los mensajes hegemónicos
artistas como Escena de Avanzada, con la (1994, p. 103), en las formas constituidas
carga de significado que le atribuye, con oficiales de representar el mundo. Así, las
lo cual parecería recuperar el concepto de prácticas críticas desmontan el supuesto
Rancière de escena disensual, es decir, la ideológico de la transparencia, evidencian-
puesta en obra de una nueva topografía de do el carácter artificial de los signos (lo que
lo posible. Rancière llama ficción); develan la arbitra-
riedad de las reglas del código de visibili-
Siguiendo con la argumentación de la au- dad dominante y rearticulan las estrategias
tora, la criticidad del arte depende así de de puestas en escena de los cuerpos y de los
cómo su producción de significados es ca- signos culturales (Richard, 1994). En suma,
paz de llevar al espectador a optar por la provocan conflictos de representación en
multivocidad de lo suspensivo-interrogativo
los códigos de significación cultural.
(convirtiendo para ello la forma y la sus-
tancia del lenguaje en su principal material Por último, la autora realiza la distinción
de experimentación creativa), en lugar de entre arte y política, y lo político en el arte.

140
Verónica Capasso, Ana Bugnone

Tal como mencionamos en la introducción, las características que otorga Richard al


la relación entre arte y política parece es- arte crítico se asemejan a las ofrecidas por
tablecer una relación de exterioridad entre el autor francés en relación con el régimen
ambos términos. Esta relación supone una estético (cuestión sobre la que profundiza-
vinculación expresiva y referencial que des- remos en las conclusiones). Por otro lado,
cansa en una correspondencia lineal entre la relación entre emancipación y arte para
forma y contenido, como si el “contenido Rancière, desde la noción del espectador
social” fuese un dato ya elaborado con an- emancipado, también aparece en cierto sen-
terioridad a la obra: un dato que dicha obra tido en los desarrollos de Richard. Al tratar
luego tematiza según un determinado re- las fracturas de la representación y los sig-
gistro de equivalencias y transfiguraciones nificados que el arte crítico puede generar,
de sentido (Richard, 2005, 2011). Por su la autora sostiene que este rompe la relación
parte, como ya referimos, “‘lo político en causa-efecto y la lectura unívoca, es decir,
el arte’ designa una articulación interna a la se establece una ruptura en términos de la
obra que reflexiona críticamente sobre su en- pasividad de la transmisión del sentido.
torno social desde su propia organización
Sintetizando, el arte crítico para Richard tie-
de significados y su propia retórica de los
ne la tarea de desnaturalizar el sentido, pero
medios, desde sus propios montajes simbó-
también y en relación con ese objetivo, debe
licos” (Richard, 2005, p. 17). Así, lo político
trazar vectores de subjetivación alternativa
en el arte rechaza la correspondencia entre
“que potencien la alteridad en tanto fuerza
forma artística y contenido social, nom-
de desclasificación en contra de las unifor-
brando una fuerza crítica de interpelación
maciones seriales, la programaticidad del
y desacomodo de la imagen (Richard, 2005,
sentido, las ortodoxias de representación,
2011). Cuando la autora se pregunta qué se-
los guiones identitarios predeterminados,
ría hoy lo político-crítico en el arte, respon-
las asignaciones fijas de papeles y categorías
de que no es posible creer que una obra sea
homogéneas” (Richard, 2007, p. 104). El arte,
política o crítica en sí misma, sino que se de-
asimismo, puede producir una dislocación
fine en acto y situación, siendo una opera-
que sea a la vez perceptiva e intelectiva (Ri-
ción localizada cuya eficiencia depende de
chard, 2007); es decir, las imágenes también
la particular materialidad de los soportes de
invitan a reflexionar, pensar, problematizar.
inscripción sociales que se propone afectar.
En este sentido, el arte crítico busca romper
De esta manera, lo político-crítico de una la unidireccionalidad de la experiencia del
obra depende del contexto, las fronteras que espectador, repolitizando su mirada. Y en
una obra se propone traspasar, las presio- esto vemos nuevamente los paralelismos
nes que pueda ejercer contra ciertos marcos con la propuesta rancièriana. El arte crítico
de vigilancia, prescripciones e imposiciones entonces genera una afectación. Esto refiere
y la capacidad que tenga de descentrar los para la autora a dos cuestiones: por un lado,
lugares comunes de lo oficialmente consen- al afecto, a la apelación a los sentidos y al
suado (Richard, 2011). En el argumento de deseo; por otro, a los efectos de la obra, a la
Richard vemos varios puntos de contacto concepción del significado como algo pro-
con la propuesta de Rancière. Por un lado, ducido activamente con el espectador.

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Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

Reflexiones finales una relación de exterioridad entre ambos


conceptos que termina denotando una co-
Con el objeto de avanzar y complejizar lo rrespondencia lineal entre forma y con-
trazado en los apartados anteriores, se rea- tenido, y otras donde lo político en el arte
lizan algunas comparaciones entre Rancière funciona como una articulación interna a la
y Richard, en función de sus similitudes y obra, es decir, donde el dispositivo artístico
diferencias y de analizar algunos casos del en sí reflexiona críticamente sobre su entor-
arte latinoamericano. no social (Richard, 2005, 2011). El cuadro 1
resume la comparación:
Una de las tesis compartidas por los auto-
res aquí estudiados es que ninguno concibe Cuadro1. Relación entre arte y política
como productiva la idea de que el arte y la
Jacques Rancière Nelly Richard
política funcionen como dos campos o esfe-
Estética de la política Dislocación de las
ras separados. Tal como se analizó a lo largo estructuras del orden
del artículo, Rancière diferencia entre esté-
Política de la estética Lo político en el arte
tica de la política y política de la estética.
Para el filósofo “las artes prestan a la domi- Fuente: Elaboración propia
nación o a la emancipación lo que tienen en
Por otro lado, estos dos autores establecen
común con ellas: posiciones y movimientos
diferentes categorías para referirse al arte.
de cuerpos, funciones de la palabra, divisio-
En este punto también es posible hallar
nes de lo visible y lo invisible” (Rancière,
concordancias. En el caso de Rancière, este
2002a, p. 28); es decir, asemejándose a una u
divide los regímenes de identificación del
otra lógica. Es menester insistir en que para
arte entre régimen ético, régimen mimético
este autor como no todo es política, tampo-
o representativo y régimen estético. Si bien
co todo es arte, por lo tanto, no todo arte es
el autor explica que funcionan como lógicas
político. Es decir, puede haber formas de
entrelazadas, es en el régimen estético en
poder sin que haya política y puede haber
el que existe una política de la estética. Por
poesía, pintura, música, escultura, sin que
su parte, Richard distingue dos modos de
haya arte, por cuanto esa condición depen-
configuración histórica de la relación entre
de de los regímenes de identificación a los
arte y política: el arte de compromiso y el
que ya se hizo referencia (Rancière, 2011).
arte de vanguardia, y además nos habla del
En el caso de la propuesta de Nelly Richard, arte crítico. Las categorizaciones propuestas
al definir la política, se refiere a la dislo- por ambos autores son comparables. Pudo
cación de las estructuras del orden en el verse en qué sentido Richard define el arte
mismo sentido que Rancière se refiere a los de compromiso o militante como aquel que
cambios que produce la estética de la políti- pretende “ilustrar” una realidad política,
ca. Sin embargo, Richard no menciona que donde la obra se configura como vehículo
la dislocación tenga un efecto propiamente del mensaje del artista que explicita su com-
estético. Asimismo, como se señaló antes, promiso social. Así este arte es funcional a la
sostiene que el vínculo entre arte y políti- militancia política. Homologable al arte de
ca ha sido identificado algunas veces como compromiso, es la categoría rancièriana de

142
Verónica Capasso, Ana Bugnone

régimen mimético/representativo, definido Richard, por su parte, sostiene que el arte


como aquel que representa la intención de crítico potencia una mirada que interpela
un autor y se transmite un mensaje capta- e invita a las formas estéticas a destramar
do claramente por el público. Por otro lado, su complejidad de motivos e intenciones,
el arte de vanguardia, según Richard, entre veladuras y dilucidaciones del sentido (Ri-
otras cosas, no busca reflejar el cambio so- chard, 2014). Así, lo político-crítico de una
cial sino anticiparlo usando la transgresión obra depende del contexto donde se produ-
estética. Sostiene la fusión emancipatoria ce, de las fronteras que se proponga traspa-
arte/vida, la disolución de las fronteras de sar, de la capacidad que pueda tener para
autonomía y especificidad del sistema-ar- descentrar lugares comunes consensuados,
te que lo separan de la praxis cotidiana. de las presiones que pueda ejercer contra
Existe una semejanza entre esta definición ciertos marcos de vigilancia e imposiciones
y el régimen ético de Rancière por cuanto (Richard, 2011). En oposición a lo sosteni-
en este no existe arte propiamente dicho, do por el ideario vanguardista que se pre-
sino imágenes que se juzgan en función tendía situado por fuera del mercado y las
de su verdad intrínseca y de sus efectos, al instituciones, según Richard (2014), la teoría
tiempo que no hay separación entre arte y contemporánea da cuenta de que es posible
vida, pues el arte se diluye y se convierte en que los discursos de resistencia y oposición
comunidad.12 El cuadro 2 esquematiza esta estén en alguna medida involucrados en las
comparación conceptual. estructuras mercantiles e institucionales,
Cuadro 2. Categorías de arte por lo cual el arte tampoco sería ajeno a ello.
Rancière (2005), por su parte, sostiene que
Jacques Rancière Nelly Richard
Régimen ético Arte de vanguardia
las instituciones artísticas, como los mu-
Régimen mimético/ Arte de compromiso/
seos, pueden servir para el cuestionamiento
representativo militante de la distribución de lo dado en cuanto per-
mitan una reconfiguración de los territorios
Fuente: Elaboración propia.
definidos por la división consensual.
En el plano de las definiciones de arte polí-
tico/crítico, podemos decir que esta noción Identificamos, pues, una fuerte similitud
está presente en ambos autores, aunque entre las características del arte crítico en
con sus propias características. Para Ran- Richard (que ella describe en relación a lo
cière, como ya se mencionó, en el régimen que ha denominado Escena de Avanzada) y
estético opera una experiencia estética que el régimen estético en Rancière. Cuando Ri-
transmuta el orden social, modificando la chard (2007) desarrolla qué es el arte crítico,
división de lo sensible, pero desde su pro- entre otras cosas, dice que este: 1. desnatu-
pia especificidad artística, sin fundirse en la raliza el sentido; 2. traza vectores de subjeti-
comunidad, librando al arte de todo deber vación alternativa, y 3. produce una disloca-
particular y sin efecto calculable de toma ción perceptiva e intelectiva. Estas mismas
de conciencia o movilización política. Nelly características van a ser atribuidas por Ran-
cière (2002, 2005) a las producciones que se
12 El régimen ético (Rancière) y el arte de vanguardia (Richard) solo nos
parecen semejantes en este aspecto. De todas formas, la correspon- ubican en el régimen estético. Para el autor
dencia categorial dependerá de cada caso en particular. francés, en este régimen de identificación el

HALLAZGOS / ISSN: 1794-3841 / Año 13, N.° 26 / Bogotá, D. C. / Universidad Santo Tomás / pp. 117-148 143
Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

arte se configura como disruptivo, ponien- militante (Richard), podemos analizar el


do en juego un espacio y una temporalidad caso de los grabados de los denominados
diferentes, diseñando un paisaje nuevo Artistas del Pueblo en los años veinte (José
de lo visible, de lo decible y de lo factible. Arato, Adolfo Bellocq, Guillermo Facio He-
Como ya se mencionó, la relación entre bequer, Agustín Riganelli y Abraham Vigo)
emancipación y arte para Rancière, desde (imagen 9). Los Artistas del Pueblo prove-
la noción del espectador emancipado, tam- nían de la clase trabajadora y se proponían
bién aparece en cierto sentido en los desa- reivindicarla, adherían a ideas políticas de
rrollos de Richard. Al tratar las fracturas de izquierda ―inicialmente al anarquismo y
la representación y los significados que el luego al anarcosindicalismo―, que articu-
arte crítico puede generar, la autora sostie- laban y daban sentido a sus obras y a su
ne que este rompe la relación causa-efecto y actuación dentro del campo plástico de las
la lectura unívoca, es decir, se establece una primeras décadas del siglo xx. Tenían como
ruptura en términos de la pasividad de la referente a la ciudad moderna a Buenos Ai-
transmisión del sentido. De igual manera, el res y buscaban realizar un arte social, para
el pueblo (la clase trabajadora es el destina-
espectador emancipado rancièriano recrea
tario ideal para su obra), que sea entendible
lo que ve, traduce lo percibido, siendo esto
y aprehensible por este. Para ello, sostuvie-
una acción individual disociada de lo que el
ron una estética realista y utilizaban técni-
artista transmite. De esta forma, se generan
cas que remitían al anarquismo: el trabajo
interferencias en las fronteras entre mirar y
manual, las técnicas artesanales como los
actuar, entre lo pasivo y lo activo, en fin, se
diversos procedimientos del grabado o la
cuestiona la distribución de posiciones, el
talla directa en escultura. Producían, enton-
reparto de lo sensible.
ces, un arte militante que se orientaba a con-
En síntesis, en el cuadro 3 es establecida la cientizar al pueblo, a mostrarle las injusti-
siguiente correspondencia conceptual entre cias de la sociedad capitalista y a promover
Rancière y Richard: la revolución. Esta es la razón principal que
justificaba la elección de una estética realis-
Cuadro 3. Categorías para referir al arte político
ta, en tanto la misma permitía la realización
Jacques Rancière Nelly Richard de imágenes claras, accesibles a los sectores
Régimen estético Arte crítico populares, y de técnicas como el grabado y
la gráfica que favorecían la elaboración de
Fuente: elaboración propia.
un arte más accesible a todos, apartado del
Dos casos del arte argentino nos permiten mercado artístico tradicionalmente detenta-
poner en juego estas categorías y ver las do por las élites. Estos grabados pueden ser
similitudes entre Rancière y Richard. Sin analizados entonces en el marco del deno-
embargo, el análisis y la correspondencia minado régimen mimético/representativo
entre las categorías, dependerá de cada rancièriano, caracterizado tanto por la vero-
caso en particular.En primer lugar, para similitud como por ser un dispositivo peda-
dar cuenta de las similitudes que encontra- gógico que emite un mensaje directo con la
mos entre el régimen mimético/represen- intención de llegar intacto al público, lo que
tativo (Rancière) y el arte de compromiso/ genera un impacto y moviliza a la acción.

144
Verónica Capasso, Ana Bugnone

Imagen 9. Abraham Vigo, Fin de jornada - Serie La Quema (1936)

Fuente: Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires.

También, este tipo de obras se ubicaría bajo en la vía pública (imagen 10). El artista citó
el concepto de arte de compromiso o militan- al público a través de la radio y los diarios
te de Nelly Richard, por cuanto pretende locales a observar el semáforo ubicado en la
“ilustrar” una realidad política, explicitan- intersección de dos importantes avenidas
do el compromiso social de los artistas. de La Plata. Al proponer una modificación
de la mirada sobre un elemento cotidiano,
En cuanto a los puntos de contacto que
Vigo planteó un distanciamiento de la fami-
mencionamos entre el régimen estético
liaridad mantenida con el semáforo como
(Rancière) y el arte crítico (Richard), otro
caso argentino puede echar luz sobre estos objeto con una función determinada, la de
conceptos. Así, tomamos uno de los seña- mantener el orden del tránsito. Es decir, el
lamientos13 del artista Edgardo Antonio artista proyectó realizar la experiencia de
Vigo (1928-1997), “Manojo de semáforos”, su contemplación estética, descentrando el
que fue pensado como experiencia estética rol del artista, del público y del concepto de
cuyo fin era señalar un elemento cotidiano obra. En este caso, como sostiene Bugnone
(2013), se desubica la función del semáforo
como artefacto utilitario, la del artista por
13 Se trata de una serie de acciones en las cuales el artista se propuso
destacar artísticamente algún hecho u objeto cotidiano. Para ahon- cuanto no produce la obra ni tampoco asiste
dar en el tema, ver Bugnone (2013). el evento y la del público que fue convocado

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Arte y política: un estudio comparativo de Jacques Rancière y Nelly Richard para el arte latinoamericano

Imagen 10. Edgardo Antonio Vigo, Manojo de semáforos como encuentro de lógicas heterogéneas,
(1968)
en el caso de Rancière, o de antagonismo en
un contexto hegemónico, en Richard. Esto
tiene incidencias en la forma como cada
autor entiende el lugar del arte y su poten-
cial. En principio, en el caso de la propuesta
rancièriana, no es posible pensar una articu-
lación entre lógicas disensuales y si bien el
arte crítico puede generar disrupciones en
el continuum del orden policial, ello tiene un
carácter eventual. En oposición, las teoriza-
ciones de Richard permiten pensar que es
posible (y deseable) que las prácticas artísti-
cas críticas se articulen con otros niveles de
lucha y de crítica social y cultural.

Para finalizar, procuramos que la exposi-


ción y el análisis comparativo de las teorías
de Rancière y Richard presentados en este
artículo abran nuevas perspectivas de in-
vestigación ligadas a la articulación entre
arte y política que amplíen los horizontes
actuales y vislumbren la potencia del arte
Fuente: Archivo Centro de Arte Experimental Vigo, latinoamericano.
La Plata.

a convertir ese objeto en un objeto artístico; Referencias


todo ello en el marco de una dictadura que
Arcos Palma, R. (octubre, 2009). La estética
establecía reglas represivas de organización
y su dimensión política según Jacques
espacial y social de la ciudad. Podemos ver
Rancière. Nómadas, (31), 139-155.
entonces que esta obra es factible de ubicar-
Arditi, B. (2009).La política en los bordes del
se dentro de lo que Rancière define como
liberalismo. Barcelona: Gedisa.
régimen estético y Richard como arte crítico,
Benjamin, W. (1989). La obra de arte en la
a partir de las características ya enunciadas:
época de su reproductibilidad técnica.
la configuración de otro reparto de lo sen-
En Discursos interrumpidos I (pp. 15-57).
sible, distorsionando el uso cotidiano del
Buenos Aires: Taurus.
espacio, sus usos y funciones esperadas y
Bugnone, A. (2013). El espacio público en
cuestionando los roles tradicionales del ar-
la poética de Edgardo Antonio Vigo:
tista, del espectador y de la obra de arte.
los señalamientos. Revista digital de la
Por último, es menester marcar que la prin- Escuela de Historia, 5(8), 9-51. Disponi-
cipal diferencia que tienen los autores es ble en http://www.memoria.fahce.unlp.
la conceptualización de lo político, ya sea edu.ar/art_revistas/pr.6403/pr.6403.pdf

146
Verónica Capasso, Ana Bugnone

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