Derecho
Ciencias políticas
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Piura – Perú
(2018)
El realismo de los iluministas vine surgiendo desde descartes (1596-1650) quien deduce
y constituye un modelo, un instrumento dirigido al conocimiento demostrativo. Se
dirige a establecer una ciencia eficaz, susceptible de ser aplicada en el mundo real, y el
conocimiento teórico. Y además constituir ciencias e ingenieras capaces de permitir al
gobierno de los seres humanos y las sociedades, de limitar las paciones y ordenar el
curso de la historia.
Así, por ejemplo, puffendorf influye en Diderot y D alambert para que estos plasmen en
la enciclopedia la lógica y la razón aplicada al quehacer político e internacional, y a toda
la reflexión científica y filosófica.
Ya que La continuidad intelectual del realismo político con el periodo del renacimiento
y el iluminismo, pude encontrarse a través de los teóricos de la nación-estado está
asociado a la revolución americana y a la revolución francesa. Esta orientación
contribuirá a una visión política realista y territorialmente establecido y organizado,
pero al mismo tiempo, desencadenada fuerzas sociales, políticas e ideológicas, cuyos
efectos aún encontramos en el umbral del siglo XXI.
Por lo tanto el ch. De Montesquieu a su vez, propone que la investigación de las causas
es la primera etapa que lleva al descubrimiento de las leyes que rigen la sociedad y la
política, de manera que el punto de la partida de su método y de la novedad este, por lo
tanto supone que la infinita diversidad de los seres humanos, pude ser comprendida
mediante un orden inteligible.
Dentro de los filósofos iluministas, C.A Helvetius afirma la primacía del interés y del
interés general como criterio de la realidad y de la moral. No solamente el interés
preside todos nuestros juicios, sino que el realismo se extiende a la esfera moral, al
afirmar que dicho interés (personal o general) para este filosófico un hombre es justo, en
la medida en que todas sus acciones tienden hacia el bien público, de modo tal que en
cuanto la probabilidad, es únicamente el interés público el que hay que considerar, como
criterio para comprender la justicia, la verdad y la libertad, en cuanto valores cívicos.
El paradigma de la modernidad que preside el desarrollo del mundo hoy se supone que
esta representa un modo de civilización característico, que se opone a la tradición, es
decir a todas las culturas anteriores y que se centran en el individuo libre o autónomo,
por lo que se centra en los intereses privados y la realización de las técnicas con la
racionalidad eficiente, a los procesos sociales, políticos y productos. Individuo y rozón
son así, los dos valores ideológicos, culturales y morales centrales de la modernidad.
Durante las grandes guerras que asolaron el mundo entre 1914 y 1939, dos fuerzas
ideológicas adquirieron una connotación relevante en la escena político: el marxismo
sustentado en el ideario socialista clásico, y el narcisismo respaldado en la afirmación
histórica del derecho nacional en occidente ambas doctrinas nacen en el occidente y se
nutren, en términos más significativos, de un realismo político.
Cualquier sea la tendencia ideológica que se apropie del echo nacional, el fenómeno u
objetivo que debe considerarse políticamente, es que el echo nacional y la creencia
nacionalista constituyen toda la sociedad de hoy crecientes globalizada e
interdependiente.
Autores y escuelas.
Uno de ellos, fue el logro una mayor conciencia en cuanto a la relatividad de los
tratados y acuerdos internacionales, si ellos no están suficientemente respaldados por
una adecuada estatura política y estratégica de los respectivos Estados contratantes, lo
que ha contribuido, en cierto modo, a otorgar un mayor realismo y pragmatismo a las
decisiones y a las conductas de Estados y gobiernos.
Por lo que el fracaso de la Sociedad de las Naciones, para impedir los cada vez más
frecuentes conflictos en Europa y otras regiones del mundo, en la década de los años 30,
y para frenar las ambiciones imperialistas de algunas naciones. Europeas, demostró
precisamente que el Derecho Internacional -en las condiciones de la sociedad moderna y
tecnificada actual, dotada de armamentos de creciente sofisticación, letalidad y
precisión- no puede tener mayor fuerza ni eficacia, que la que emana de la voluntad
política explícita de los gobiernos y Estados que lo pactan y de la suficiente estatura
política, diplomática y estratégica de esos mismos Estados, a fin de garantizar su
cumplimiento.
Al mismo tiempo que elaboraron y trataron de aplicar una visión del equilibrio político
y estratégico y la estabilidad en la esfera internacional, incorporando un desarrollo
específico de la teoría del dominó al complejo juego de fuerzas políticas y militares que
allí tienen lugar, a través de un estudio pragmático de los intereses en conflicto en las
relaciones entre las naciones-Estados sin embargo, a diferencia de los realistas teóricos
de principios de siglo, tuvieron la virtualidad de llevar el pragmatismo doctrinal que
sustentaban, a la esfera de la aplicación concreta en la realidad del ejercicio del poder en
la esfera internacional.
Desde el punto de vista del realismo político marxista, el concepto leninista del
imperialismo como última fase del capitalismo constituye el fundamento doctrinal sobre
el cual su sucesor J. Stalin, elaboró la doctrina de la Unión. Soviética como el primer y
único Estado socialista, en función de la cual los pensadores militares trabajaron la
noción de la fortaleza asediada por las fuerzas del capitalismo y el imperialismo.
Sin embargo Este enfoque –profundamente realista- no pudo impedir ni frenar las
poderosas fuerzas internas y externas que condujeron a la implosión soviética. Como se
verá más adelante, el realismo político encontró su corolario en el pensamiento
estratégico de manera que toda la idea de la disuasión clásica al llevar a un impasse
militar, terminó por conducir al término de la lógica de la bipolaridad en 1989 y 1990,
abriéndose el actual período de transición e incertidumbre.