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¿Cuál es el problema con la luz azul?

Desde la entrada en juego de la iluminación LED, nuestro entorno visual se está volviendo,
por decirlo de alguna manera, azul. Esto quiere decir que la iluminación artificial que nos
rodea ha pasado de las luces basadas en la incandescencia de la resistencia de tugsteno, que
emite mayoritariamente en el espectro del color rojo, a los diodos LED de luz fría, que
emiten en las longitudes de onda más cercanas al color azul. La razón es el ahorro que
suponen estas longitudes de onda, más capaces de iluminar con menos aporte de energía.
Por lo tanto, la iluminación LED se impone progresivamente no solo en nuestras casas, sino
también en todo tipo de dispositivos digitales como smartphones, ordenadores,
televisores o tabletas. Miremos donde miremos hoy en día, recibimos emisiones de luz
azul artificial. Y no es aventurado asegurar que muchos de nosotros nos pasamos el día
mirando las pantallas de estos dispositivos.

Está comprobado que la luz azul que emana la PC o Mac no es buena para nuestro
organismo, ya que afecta nuestro ritmo circadiano y es especial, nuestro sueño.

El ritmo circadiano es un ciclo de procesos biológicos que está determinado en parte por la
cantidad de luz y oscuridad a la que están expuestos nuestros cuerpos. En el entorno más
natural, es decir, cuando solo estamos expuestos a la luz solar, nuestras retinas son capaces
de detectar cuándo el sol se oculta y el medioambiente se vuelve más oscuro. Esta acción a
su vez induce a nuestro hipotálamo a decirle al cuerpo que produzca melatonina y otras
hormonas del sueño y que reduzca la temperatura de nuestro cuerpo.

Sin embargo, cuando utilizamos iluminación artificial para prolongar nuestro día, nuestros
cuerpos se confunden y las diversas señales del sueño se interrumpen. Lo peor de todo es
que la luz azul emitida por luces fluorescentes y LED, como las que se encuentran en las
pantallas de nuestros dispositivos, son las que nos hacen estar más hiperactivos y no nos
permiten producir melatonina.

Al reducir la cantidad de luz azul evitándola o con algún filtro, te resultará más fácil dormir
y tu sueño podría ser más profundo y reparador.
Si usas el teléfono o la tableta por la noche, como la mayoría, entonces probablemente estás
acostumbrado a dormir tarde. Algunos estudios demuestran que al mirar estas pantallas
durante la noche se puede engañar al cerebro, y hacerlo creer aún no es momento de dormir
debido a la luz azul que se emite.
Para algunos, revisar las notificaciones de Facebook dejó de ser una costumbre y se
transformó en una compulsión que puede estar contribuyendo a la falta de sueño. Este
efecto es más general en la categoría de jóvenes adultos.
Investigadores de la Universidad de Pittsburg revisaron los hábitos en las redes sociales de
1,700 adultos de 19 a 32 años y se dieron cuenta de que aquellos que revisan su Facebook
por más de una hora al día o aquellos que lo revisaron antes de dormir, tenían más
probabilidades de tener un sueño alterado.
“Es una de las primeras evidencias de que las redes sociales pueden impactar nuestro
sueño”, afirma la autora Jessica C. Levenson, Ph.D e investigadora de pos doctorado del
Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Pittsburg.“La doctora añade que “es el
único estudio que examina la asociación entre el uso de las redes sociales y el sueño en
jóvenes adultos que son, sin duda alguna, la primera generación en haber crecido con las
redes sociales”.
La luz azul no sólo nos impide dormir, sino que también contribuye a la tensión ocular y a
que estemos más cansados. La exposición excesiva a esta luz azul puede, además, estar
relacionada con una mayor probabilidad de sufrir cáncer de mama, de ovario y de próstata.
A pesar de que no hay suficientes estudios que lo confirmen, la comunidad científica está
de acuerdo en que la luz azul es dañina para los ojos, especialmente por la noche.

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