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ENSAYO: LAS NUEVAS DEMOCRACIAS DE AMÉRICA LATINA Y

EL CARIBE

Introducción
Para nadie es un secreto que la problemática latinoamericana es compleja, muy
compleja, y pretender abordarla desde el punto de vista del observador externo
puede resultar en una conclusión errónea o ideologizada. Por ello, como parte de
esta gran comunidad, no podemos sino interesarnos profundamente en nuestros
antecedentes históricos, nuestra idiosincrasia, nuestra educación. Empezaremos
abordando lo que a nuestro juicio es el gran problema del latinoamericano promedio,
luego desarrollaremos algunas ideas acerca del momento actual en nuestro país y
finalmente propondremos algunas alternativas de solución a estos problemas. No
descartamos, sin embargo, que en algunos pasajes de nuestro ensayo y por la
inevitable pasión a que conlleva tratar temas de interés social, podamos recurrir a
algún cliché con que en forma peyorativa o no, nos referimos a ideologías o
tendencias que, de acuerdo a un punto de vista libre y sin ataduras, dan lugar a las
profundas divisiones tan comunes en las sociedades latinoamericanas y del Caribe.

Es simplemente un ensayo que nace de como grupo entendimos lo que nos


quiso decir el Dr. Noboa, de nuestra experiencia vivida, de nuestra pasión por el
análisis de la realidad y de nuestra profunda vocación de maestros que forjamos en
las aulas durante más de 10 años, algunos de nosotros y 18 años la mayoría de
labor ininterrumpida en la educación básica regular y superior.

Antecedentes históricos.
Si queremos pensar que con la llegada de los europeos a nuestra tierra empezó la
historia de maldad, enfermedades, corrupción y otras calamidades, empezamos
mal. El ser humano, desde que tiene uso de razón, no es más que un sistema
unipersonal ávido de agenciarse un medio de subsistencia, y una vez logrado ello
ya queda listo para su vida en sociedad, participando en su consolidación ya sea
como ciudadano de a pie o en la función pública. No, no fueron los europeos quienes
nos “malograron” el paraíso. De hecho, existen personas y organizaciones que
trafican con esa falacia, pero basta el relato de una pequeña anécdota para
desbaratarla. Recordemos muy claramente las elecciones presidenciales de
nuestro país, en 1980, el candidato del FNTC (genialmente rebautizado por sus
rivales como FRENATRACA, una agrupación política creada por los hermanos
Cáceres Velásquez, terratenientes puneños), Roger Cáceres Velásquez subía
como la espuma, como suele suceder con muchos movimientos aluvionales y
nacionalistas. En su ideario señalaba que quería restaurar el “modelo perfecto” del
socialismo inca, y gracias a ese discurso había logrado calar muy hondo en muchos
electores entusiasmados por vivir ese modelo y su intención de voto se acercaba al
20%. Sin embargo, durante el debate a nivel nacional, un atrevido y desvergonzado
candidato le lanzó la pregunta a nivel nacional: “Así que usted, señor Cáceres
Velásquez, ¿quiere restaurar el imperio de los incas?” Sin titubear, Roger Cáceres
dijo que sí, y luego de una pausa, el atrevido y desvergonzado le lanzó la otra
pregunta, “¿y para cuándo empezamos con los sacrificios humanos y la ofrenda de
sangre a la pachamama?” Desde entonces nadie más habló de Roger Cáceres.

La historia latinoamericana es muy rica. Es innegable que con los primeros


europeos que pisaron nuestras tierras llegaron también el lenguaje castizo y el latín,
además de una religión bastante extraña para los aborígenes, la propagación de
epidemias que arrasaban comunidades indígenas y una ambición desmedida por
riquezas fáciles e inmediatas. En cada territorio conquistado se instauraba una
autoridad y resultaba obvio que quien tuviese más desarrollo tenía la victoria
asegurada. Los arcos y las flechas nada tenían que hacer frente a la pólvora y el
arcabuz. Vista sin apasionamientos, la historia es así de dura y fría, y a pesar que
podríamos presumir de conocerlo todo, hay sin embargo pasajes que la historia
oficial no reporta pero que escritores e investigadores rescatan para profundizar en
la investigación o simplemente para delicia de sus lectores. Y son justamente estos
pasajes poco conocidos y, sobre todo, el sesgo con el que se relatan, los elementos
que al final terminan generando los enfrentamientos más encarnizados entre
defensores y detractores de muchos personajes de la política. Cómo dejar de lado
la masacre de las bananeras que García Márquez relata en “Cien años de soledad”,
y aunque el mismo autor en una entrevista de (Posada, E. 2015, pp. 1-6) señala que
solo fueron 3 o 5 muertos y no los 3 mil de su obra cumbre, investigaciones y
referencias posteriores señalan que fueron efectivamente cientos de muertos. La
revista “Ahora”, también revela pasajes brutales y desconocidos por muchos, como
aquel del hijo del exdictador dominicano Leónidas Trujillo, el sanguinario Ramfis
Trujillo, quien después de darle un plato de arroz con carne a un preso, Miguel Báez,
le muestra la cabeza de su hijo diciéndole que acaba de comer su carne, Academia
Dominicana de historia, (2009, pp.16-20). Y en nuestro país, algunas anécdotas de
personajes históricos son relatadas con picardía por nuestro gran Ricardo Palma,
como la historia del cañoncito, que no es más que una oda a la vieja costumbre del
favor político. Pero, ¿por qué tendríamos que prestar atención a los muertos de las
bananeras, la brutalidad de un dictador o historias de cañoncitos? Es simple.
Somos una comunidad de realismo mágico, de extremos brutales y de una
propensión al favor y el beneficio propio. Esto nos lleva al capítulo siguiente.

¿Qué nos sucede?


Idiosincrasia. ¿Por qué nuestra aceptación a gobiernos que prácticamente hacen lo
que les da la gana?
Idiosincrasia. ¿Por qué somos capaces de ver lo mal que tratan a una persona y no
atinamos a hacer nada?
Idiosincrasia ¿Por qué estamos dispuestos a otorgar dádivas a cambio de favores
o favores a cambio de dádivas o simplemente ver que todo ello ocurre y no hacemos
absolutamente nada?
Idiosincrasia. Desprenderse de una idiosincrasia forjada durante siglos es poco
menos que imposible, y cualquier intento de luchar contra ella finalmente termina
envuelta por aquello que se quería combatir.

Buscar el porqué de nuestra idiosincrasia no tiene mayor sentido, lo realmente


importante es exponerla, destacar sus virtudes, pero sacar a la luz sus vicios y
defectos, sentirnos realmente indignados por lo malo que haga nuestro amigo o
nuestro hermano y no quedarnos de brazos cruzados ante ello. En Venezuela, en
este momento, la crisis humanitaria es evidente con 500 mil migrantes tan solo en
nuestro país, pero a pesar de ello no faltan quienes aseguran con total convicción
que lo que se vive en Venezuela es simplemente un proceso que al final será muy
beneficioso para sus habitantes... soslayando que ya ese mismo discurso lo dieron
en Cuba y Nicaragua con los resultados que todos conocemos. La negación de la
realidad es el principio de la locura y a veces me pregunto si acaso no tendremos
los latinoamericanos algo de esa locura que atenta contra una actitud objetiva y
realista para elegir gobiernos, elaborar leyes y tratarnos civilizadamente entre todos,
a fin de no caer en los excesos que las pasiones suelen desbordar.

¿DESARROLLO SOSTENIBLE EN LATINOAMÉRICA?


La forma interrogativa del título de este capítulo no es casual, tampoco es rigurosa…
lo pusimos para que se lea en tono de burla y con una gran sonrisa de
conmiseración. La historia latinoamericana y El Caribe nos enseña que cuando una
persona, empresa o gobierno se avoca a una gran tarea, en un proyecto que
finalmente produce beneficios al país, llega la aceptación y el reconocimiento de
quienes pertenecen al ámbito de la actividad en que se desenvuelva. Así, un
arquitecto que por su trabajo alcanza un prestigio, una empresa que respetando las
normas gana una posición, o un gobierno que, cumpliendo su plataforma electoral
logra proveer una mejor calidad de vida a sus ciudadanos evidentemente y con
razón recibirán honores. Pero con el éxito también llegan otras cosas, sobre todo,
aquellos que aprovechando el éxito ajeno se aúpan de mala forma, o que desde
orillas opuestas inician campañas de desprestigio, o simplemente y con cualquier
pretexto descabezan a la entidad. El agro llevado a la ruina por Perón en Argentina,
(Mundo agrario, 2002, p.5) la industria petrolera llevada a la ruina por Chávez y
Maduro en Venezuela, la industria de la construcción llevada a extremos
apocalípticos de corrupción por el Partido de los Trabajadores en Brasil, los ingenios
azucareros expropiados por Velasco en nuestro país, todos esos son ejemplos
claros que en Latinoamérica no se puede hablar de desarrollo sostenible sino de
todo lo contrario, en Latinoamérica el desarrollo es insostenible.
Para siquiera empezar a pensar en desarrollo sostenible lo primero que se
necesita es pensar en un marco regulatorio realista y que todos estén dispuestos a
aceptar, un marco cuyo origen sea la realidad y que deje de lado la ideologización
a la cual son tan aficionados muchos líderes políticos solo para mantener cuotas de
poder. Cuando hablo de un marco basado en la realidad, evidentemente me refiero
a las leyes del mercado. En pleno auge del gobierno militar de Juan Velasco, aquel
nefasto régimen que destrozó nuestro país en la década del 70, de la imaginación
popular surgió un chiste muy ilustrativo: “un subordinado del ministro del interior,
general Artola (quien tenía fama de prepotente y bruto), va presuroso donde el
general a decirle que ya no se podían cargar más pertrechos en un avión, el general
preguntó por qué, y el subordinado le dice que la ley de la gravedad se lo impide, a
lo cual el general de inmediato y alzando la voz dice <¡entonces ahora mismo me
derogan esa ley!>”. Al margen de la gracia que pudo causar, no fue nada gracioso
lo que ese gobierno le hizo a la economía simplemente porque a ninguno en ese
régimen se le ocurrió explicarle al dictador que, al igual que la gravedad responde
a las leyes de la física, la economía está sujeta a leyes naturales de la oferta y la
demanda y que cualquier intento por controlarla chocaría inevitablemente con la
realidad. Fue así que la deuda externa se multiplicó por cinco, se dio inicio a una
inflación galopante y las tasas de desempleo y subempleo llegaron a picos de 7% y
48%, Instituto Peruano de economía (2006, p.9)

En una de sus ponencias, el Dr. Gustavo Noboa, expresidente de Ecuador,


hace mención a las fuentes de energía fotovoltaica que puede ser aprovechada para
iluminar por las noches y hacer funcionar a los pequeños refrigeradores que podrían
servir a los pobladores de bajos recursos a fin de mantener refrigeradas las dosis
de antídoto ante la mordedura de ofidios venenosos. El Dr. Noboa tiene formación
en derecho y jurisprudencia, también tiene la experiencia de la política, pero parece
que de economía conoce muy poco. La inferencia de los políticos es que mientras
más satisfacción le doy al populacho, más famoso, importante e imprescindible me
vuelvo. No les interesa a los políticos la generación de la riqueza, solo les interesa
medrar de ella cuando la hay. Pero los políticos olvidan dos principios básicos de
la economía: no existe el almuerzo gratuito, alguien lo está pagando. Y también
olvidan el otro principio que establece que si no hay riqueza no hay nada qué
repartir.
Y de allí nace justamente la esencia de nuestro ensayo: sin libertades económicas
un país no tiene la menor posibilidad de desarrollarse. Sin libertades políticas solo
se tiene un gobierno dictatorial que logra el sostenimiento del régimen en base al
miedo. Sin libertades individuales no se gobierna sobre ciudadanos sino sobre
verdaderos insectos, y así lo que ocurra en un país sin libertades no será materia
de estudio de sociólogos sino de entomólogos.

Muchas veces nos hemos preguntado qué es lo que hacemos mal, mientras
los gobiernos en forma totalmente desvergonzada, lejos de cumplir con su rol
regulador y de atención en servicios básicos, se abocan a valerse del poder para el
beneficio propio. El desarrollo sostenible en nuestra América Latina y el Caribe es
por ahora una utopía y quien diga que se puede empezar de inmediato solo vende
humo o es parte de esa miasma de corrupción desfachatada que agobia a nuestras
naciones.

Ruiz, E. (2002) sostiene que, sin embargo, los gobiernos de América Latina y
el Caribe han restado mayor atención a temas tipo coyuntural, la conservación de
ciertos recursos, la protección de los bosques tropicales y la defensa del patrimonio
natural y cultural no constituyen preocupación exclusiva de un país en particular. El
desarrollo y crecimiento poblacional han demostrado que no existe en el mundo la
independencia ecológica ambiental; esto representa un desarrollo sustentable que
constituye un paso hacia el desarrollo sostenible, p.6.

Para el Dr. Gustavo Noboa, la pobreza, el analfabetismo y los bajos niveles de


desarrollo humano son factores que inciden negativamente en la consolidación de
la democracia. Los estados miembros de la Organización de los Estados
Americanos se comprometen a adoptar y ejecutar todas las acciones necesarias
para la creación de empleo productivo, la reducción de la pobreza y la erradicación
de la pobreza extrema, teniendo en cuenta las diferentes realidades y condiciones
económicas de los países del hemisferio. Este compromiso común frente a los
problemas del desarrollo y la pobreza también destaca la importancia de mantener
los equilibrios macroeconómicos y el imperativo de fortalecer la cohesión social y la
democracia.

Por otro lado, asevera que la educación es clave para fortalecer las
instituciones democráticas, promover el desarrollo del potencial humano para
aliviar la pobreza y así lograr un mayor entendimiento entre los pueblos. La
lograr esto se debe buscar una educación de calidad y que esté al alcance de
todos, incluyendo a las niñas y las mujeres, la población rural y las personas que
forman las minorías. Sobre todo, a las mujeres peruanas que están llenas de
valores éticos y morales, armas suficientemente válidas para luchar contra la
corrupción que es el peor enemigo de la democracia. Carta democrática
interamericana, (2001, p.10).

Recomendaciones.
En esta parte de las recomendaciones nos pondremos en el lugar de un inesperado
consejero presidencial, y con miras a lograr el tan esperado desarrollo sostenible,
será necesario:
 La moral y las buenas costumbres empiezan por casa y recuerde que en la
antigua Roma había un dicho: “La mujer del César no solo debe ser honesta,
también debe parecerlo”. Por ello, ni se le ocurra mantener en el secreto sus
reuniones, sobre todo con personajes de oscura reputación.
 Si quiere desarrollo de verdad empiece atacando la base estructural del retraso
y la corrupción: el nefasto estatismo. Está comprobado hasta la saciedad que
las empresas públicas solo sirven para perder el dinero de todos. La misión real
y fundamental de esas empresas en la práctica es pagar favores políticos
mediante el copamiento del estado. Un estado pequeño pero fuerte es lo que
necesita el país.
 ¿Quiere funcionarios de confianza que no se aprovechen de su cargo? Antes de
contratarlos aplíqueles sin rubor ni remordimientos la prueba del polígrafo con
una pregunta básica: “¿Aceptaría usted un millón de soles de coima a cambio de
autorizar o promover un contrato irregular?”. Con eso acabaría con los corruptos
funcionarios.
 Si se quiere una democracia moderna y eficiente, no intervenga los mercados.
No caiga en el proteccionismo, pero no permita que el intercambio comercial con
otros países resulte desfavorable a los intereses nacionales.

Conclusiones.
 En las condiciones actuales de estado y sociedad en las nuevas de democracias
de América latina y el Caribe, el desarrollo sostenible no es más que una quimera.
Los políticos que llegan a la función pública, no saben qué hacer con el enorme
poder que reciben cada periodo de gobierno por parte del pueblo, y si lo saben
es solo para enriquecerse o para medrar de ese poder temporal, siempre
temporal. Los grandes empresarios no tienen la menor idea del inminente riesgo
que corren cuando caen en el mercantilismo y juegan irresponsablemente al
intercambio de favores con el poder político.

 Sin embargo, en las nuevas democracias de Latino América y el Caribe no todo


está perdido. En la medida que exista independencia de poderes, por mucho que
no nos guste alguno de ellos, y se sancione por igual y sin sesgos ideológicos los
hechos delictivos cometidos por funcionarios públicos y ciudadanos de a pie,
quizá en algo habremos revertido esta ancestral práctica de corrupción, la cual
es el principal obstáculo para un desarrollo sostenible y limpio.

Referencias

Academia Dominicana de la historia (2009). Homenaje a los héroes de junio de


1959. Santo Domingo República Dominicana.

Instituto Peruano de Economía (2009). Consecuencias económicas de la revolución


de Velasco. Revista del Instituto Peruano de Economía, (n.°20).
Mundo agrario, (2002). El desarrollo agrario de Perón. Revista de la Facultad de
Humanidades y ciencias de la educación. Centro de Estudios Históricos
Rurales (n.° 4).

Organización de los estados americanos, (2001). Carta democrática


interamericana. Lima Perú.

Posada, E. (2015). La novela como ensayo. La novela como historia. Cien años de
soledad y las bananeras. Revista Colombia, (n.° 12).

Ruiz, E. (2002). Desarrollo sustentable en América Latina. Recuperado desde:


https://www.gestiopolis.com/desarrollo-sustentable-en-america-latina/.

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