La crisis económica lleva a GTX, una multinacional con divisiones en los campos de la
salud, la información, la energía y los transportes a eliminar a algunas de sus empresas y
a fusionar otras, lo que supone el despido de más de 3.000 personas en los astilleros y a
la supresión de varios departamentos, entre los que se encuentra el de ventas de Ship
Systems que dirigía Bobby Walker, que es despedido y al que le ofrecen los servicios de
una empresa de recolocación y tres meses de sueldo como indemnización.
Gene McClary, director de la rama de transportes se entera a la vuelta de uno de sus viajes
de la medida sin que pueda hacer ya nada. Pagando la hipoteca de una casa de más de
800.000 Euros o la letra de un Porsche, Maggie su mujer se plantea una reducción de
gastos, pese a que él cree que todo mejorará y que conseguirá pronto un trabajo.
Pero pronto se dará cuenta de que no es tan sencillo. Que los trabajos que le ofrecen
suponen un sueldo inferior a la mitad del que percibía y un traslado, aunque de los pocos
que le ofrecen no le vuelven a llamar, viendo cómo con 37 años no puede competir con
jóvenes recién licenciados sin hipotecas ni obligaciones familiares dispuestos a trabajar
duro por un salario muy inferior.
Pero las presiones de los mercados sobre GTX crecen, y James Salinger, su presidente
decide hacer que se revaloricen sus acciones impulsando un segundo ajuste de plantilla
de 5.000 personas más para evitar ser desmembrados, afectando los recortes a otro de los
ejecutivos, Phil Woodward, mayor de 60 años, y al propio Gene a quien le comunica su
situación Sally, su propia amante.
Aceptará tras el consejo de este de que lo haga, pues la construcción no es lo suyo, pero
seguirá ayudándole en sus obras para que no pierda dinero y aunque no puede pagarle
Conclusión
En definitiva, ‘The Company Men’ la película intimista sobre una crisis económica
mundial que se transforma en una crisis personal. Es bastante frecuente, poner una
realidad o una idea en forma de historia humana que luego se extrapolaría a ese concepto
global. En esos casos, no es necesario convertirla en otra cosa y dejar de lado la premisa
inicial. Pero eso es lo que parece que le ha ocurrido a Wells, autor del guion de su película,
durante la escritura. Sé que probablemente haya sido por responder a requisitos
comerciales, pero me da la sensación de que se hubiese enamorado de sus personajes a
medida que escribía y que hayan sido ellos y no el autor, quienes hayan tomado la pluma
para terminar la película y para definirse a sí mismos, ambas cosas con excesiva
complacencia.