ILEANA SCIPIONE
LENGUA ESPAÑOLA
CONTEMPORÁNEA
Tomo I
SINTAXIS DE LA ORACIÓN
(ORACIÓN & GRUPOS SINTÁCTICOS)
IIa Edición
Introducción ………………………………………………… 7
PRIMERA PARTE
GRUPOS SINTÁCTICOS
A. CARACTERÍSTICAS GENERALES. Categorías sin-
tácticas. Categoría locución. Funciones sintácticas (§ 1– 4)…. 15
B. GRUPO NOMINAL. Estructura del grupo nominal.
Núcleo del grupo nominal. Clases de actualizadores del
grupo nominal. Modificadores del grupo nominal
(especificativos y explicativos; aposición; modificadores del
pronombre; complementos del nombre; otros modificadores
del grupo nominal) (§ 5 – 22) ………………………………. 19
C. GRUPO ADJETIVAL. Características y clases.
Modificadores cuantificadores. Otros modificadores del
adjetivo. Complementos del adjetivo. Posición del adjetivo.
Concordancia del adjetivo con el sustantivo (§ 23 – 37) ……. 35
D. GRUPO ADVERBIAL. Estructura. Modificadores cuan-
tificadores. Otros modificadores del adverbio (§ 38 – 40)…. 46
E. GRUPO VERBAL. Estructura (§ 41) …………………... 49
I. NÚCLEO VERBAL. Determinación del verbo
(§ 42 – 43) ……………………………………………. 50
II. COMPLEMENTOS DEL VERBO (§ 44) 51
1. Complemento directo (CD). Caracterización
semántica y formal. CD con la preposición a. CD
con verbos de medio, peso, duración y precio.
Pronombre personal tónico como CD. Categorías que
funcionan como CD. Posición del CD (§ 45 – 51)….. 52
2. Complemento indirecto (CI). Caracterización
semántica y formal. Clasificación de los CI. Posición
del CI. Categorías que funcionan como CI. Casos
especiales de CI. Laísmo y loísmo. El dativo como
función sintáctica. Clases de dativo (§ 52 – 62)…….. 57
5
3. Complemento circunstancial (CC).
Caracterización semántica y formal. Clasificación
semántica. Categorías que funcionan como CC. CC
de cantidad y calidad (§ 63 – 67)……………………. 66
4. Complemento de régimen (CR). Características.
Compatibilidad entre CR y CD. Casos fronterizos
entre CR y CC: los argumentos adverbiales.
Categorías que funcionan como CR (§ 68 – 71) ……. 71
5. Complemento agente (CA) (§ 72) …………
III. SINTAXIS DE LAS FORMAS NO PERSONA-
LES DEL VERBO. Infinitivo. Participio
Gerundio. (§ 73 – 76) ……………………………... 75
SEGUNDA PARTE
MODELOS DE ANÁLISIS SINTÁCTICO
TERCERA PARTE
CLAVES DE LA FRASE
BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía …………………………………………………. 141
Nota final ……………………………………………………. 146
6
INTRODUCCIÓN
1
Véanse referencias a este gran gramático venezolano en la Bibliografía.
2
La Real Academia Española misma refirió a la lengua castellana muchas
ediciones de su Gramática y de su Diccionario, incluso la penúltima de
aquella y la antepenúltima de éste. Después de estos textos, la Academia,
decidiendo sobre el uso indistinto que desde hacía mucho tiempo admitía,
prefirió y reivindicó la denominación de lengua española, recordando que, si
bien otras, que se hablan dentro de España, aun siendo españolas no son el
español, el casatellano ha venido a serlo por antonomasia.
7
idiomático. Hoy día, los españoles hablan de español y castellano.
Los latinoamericanos hablan más de castellano que de español. Los
científicos usan de modo equilibrado los dos términos. Los extranjeros
prefieren la denominación de español, la cual es la que más
suspicacias despierta y recelos inspira entre las naciones que la hablan,
o en las regiones comprendidas dentro del estado español3.
Castellano es ya el nombre más arcáico, pero sigue siendo el
más apaciguador. Español es vocablo de cambio internacional.
Hispanoamericano es un vocablo que resulta largo y excluiría las
regiones donde, como Filipinas, se ha hablado durante siglos y puede
seguir hablándose. El hispanoindi(an)o, ya histórico y quizás molesto,
no cubre toda el área de un idioma tan difundido, por no abarcar las
comunidades israelitas y mediterráneas, que lo hablan más o menos
anticuadamente, ya en la Europa balkánica (los sefardos), ya en Asia
occidental o Africa del Norte.
Más nuevo y sobre todo más breve (y, por supuesto, más
penetrante) es otro término nada despectivo: latino, que se usa, en
EE.UU., con la perspectiva de extenderse al mundo entero, gracias a la
indomable fuerza de penetración del inglés, por lo menos hasta el
momento, para denominar personas (sustantivo y adjetivo) y música
(sobre todo, pero sólo adjetivo) que proceden de Iberoamérica o son
de índole latinoamericana.
Y ahora, al grano. El presente enfoque sintáctico del español
se dirige de modo especial a los estudiantes de Filología española de
segundo grado, quienes continúan profundizando el funcionamiento
gramatical de ese idioma, después de haber abordado en el primero la
morfología flexiva, derivativa y compositiva, lo mismo que ciertos
aspectos vinculados a la Morfo-Sintaxis. Este intento es, en el ámbito
estudiantil, un estreno desde posiciones no en su totalidad
desprendidas de la Gramática tradicional. Pues entendemos por el
estudio de los enunciados, las oraciones y los grupos aquella parte de
la Gramática donde sólo interviene la Sintaxis.
Partimos en este enfoque de los conceptos de forma y función
sintácticas. Entendemos por forma todo lo que en Gramática tiene que
ver con las combinaciones de un elemento con otros elementos
3
Por lo mismo, no prevaleció la denominación española, y resurgió
oficialmente la del castellano en la Constitución republicana de 1931, a pesar
de que la tesis tuvo por defensor esforzado e insigne en las Cortes
Constituyentes a don Miguel de Unamuno, personalidad vigorosa, típicamente
representativa de lo regional, lo nacional, lo racial y lo universal, todo fundido
y concertado dentro de su alma indestructiblemente vasca y fervorosamente
castellanizada.
8
gramaticales, y con las oposiciones a que dan lugar dos o más
elementos en el sistema gramatical. Y por función sintáctica, el papel
relacional abstracto que un elemento determinado ejerce dentro de un
grupo sintáctico o de una oración. Así, por ejemplo, al enfocar el
sustantivo, distinguimos entre su manera de significar (que tiene que
ver con la Semántica y la Lógica), por un lado, y su forma
(oposiciones masculino/femenino, singular/plural, etc.) y función (su
papel de núcleo en un grupo nominal, o de sujeto, complemento
directo, etc. en una oración).
Por tanto, al lado del estudio de los enunciados y las oraciones
que hacemos en toda su complejidad en Lengua española
contemporánea. Sintaxis de la oración compleja, este curso
universitario enfoca la sintaxis de la oración simple y compuesta, con
las oraciones y los grupos sintácticos (o sintagmas), entendidos éstos
últimos como combinaciones de palabras que forman una unidad con
capacidad para desempeñar funciones sintácticas.
Este trabajo, por supuesto perfectible, se atreve a ser en
muchísimas ocasiones normativo4, con la debida modestia de quien no
es un nativo hispanohablante, porque en una Gramática didáctica no
debe faltar el aspecto normativo que, a pesar de otras opiniones,
enriquece en muchos casos la reflexión gramatical. Intentamos
registrar en él, en tanto que curso universitario, fenómenos del idioma
castellano de estos días, dentro de su constante evolución (cosa
posible también gracias a la rica experiencia de traductora de la
autora), con el fin de familiarizar a los estudiantes con los principios
fundamentales de la Sintaxis de la lengua española moderna en el ya
mencionado campo, haciendo el estudio teórico de unos hechos
sintácticos de la lengua española, eso es, de las formas, los valores y
las funciones sintácticas de ésta.
Contemplamos ofrecer a los estudiantes conocimientos teóricos
sobre la Sintaxis del español en general, pero nos basamos también en
los conocimientos generales de Sintaxis y en los especiales de Sintaxis
rumana, que todo bachiller rumano se supone que ha de tener. Por ello,
antes de enfocar con nosotros la Sintaxis española, es menester que cada
estudiante repase sus conocimientos de Sintaxis general y rumana, que
este trabajo intenta implícitamente valorar en el estudio del castellano.
Intentamos presentar opiniones de las más diversas en el dominio de la
4
Eso es, que no sigue la modalidad académica preceptiva, que erige sus
conclusiones en normas de corrección. Por tanto, no hay que esperar
encontrar en este libro una enumeración pormenorizada (tal como lo hacen
algunas de las Gramáticas mencionadas en la Bibliografía) de todas las
reglas que rigen el uso práctico de la lengua.
9
Sintaxis de la oración e incluso, con la debida modestia, expresar
opiniones propias en un dominio en que los puntos de vista de los
propios gramáticos españoles discrepan no pocas veces.
Se ha de tener en cuenta el que la Sintaxis del español no
encaja con facilidad en los modelos que ofrecen las Gramáticas
modernas. Por ello, la exposición de los hechos sintácticos en este
trabajo, que supera el marco tradicional y describe la lengua española
en el plano sincrónico5 de la actualidad, se basa en el análisis más de
la lengua hablada que de los textos literarios.
Tratándose de un curso universitario, hemos optado, al cabo
de largas vaciltaciones, por el “modelo didáctico” de Leonardo
Gómez Torrego, un entendido en la materia, con cuya metodología
coincidimos en la mayoría de los casos, por ser éste uno de quienes,
además, no ha olvidado que su ciencia arraiga en los clásicos, lo que
es un hecho nada desdeñable, más bien admirable. Este modelo nos ha
permitido ordenar de modo lógico y unitario, según criterios tanto (a
veces) semánticos como (sobre todo) lingüísticos, el “caos” de los
hechos lingüísticos, pues identifica con Sintaxis el estudio de las
oraciones y los grupos sintácticos, procurando diferenciar nítidamente
conceptos tales como significado, forma y función (sintáctica).
Evocamos, explicamos y comparamos, a lo largo de este
trabajo, la terminología que los lingüistas españoles de nuestros días
han adoptado en fin de cuentas6. Pero de toda ella hemos optado por
aquellos términos que más en consonancia están con los rumanos, lo
cual reviste ciertas ventajas metodológicas para quien enseña la
Sintaxis del español a los rumanos7.
Analizamos, como hemos dicho, en un tomo separado (Sintaxis
de la oración compleja. Enunciados & oraciones) el enunciado, la
oración y los conjuntos; y en el presente (Sintaxis de la oración.
Oraciones y grupos) las funciones oracionales y los grupos sintácticos.
En la Segunda Parte del presente tomo, incluimos modelos de
análisis sintácticos y de un posible comentario lingüístico de texto,
que pueden ser imitados en todas las circunstancias, con lo cual
contemplamos, por un lado, ofrecer la aplicación práctica más
inmediata de lo estudiado acerca de enunciados, oraciones y grupos en
las dos partes del Curso de Lengua Española Contemporánea,
5
Mientras que la lingüística sincrónica es una Gramática descriptiva, la
diacrónica, eso es, evolutiva, es lo que solemos llamar la Gramática histórica.
6
Véase, en este sentido, también el Glosario terminológico.
7
Una vez más llamamos la atención sobre las discrepancias terminológicas que
existen entre rumano y español, con las cuales toda persona que estudie
gramática española ha de familiarizarse ya desde el comienzo.
10
referentes a la sintaxis de la oración y de la oración compleja, y, por
otro lado, brindar a los estudiantes la posibilidad de comprobar la
utilidad práctica inmediata del análisis sintáctico y del comentario
lingüístico de textos, precisamente en la zona fronteriza que separa
sintaxis de estilística, y a las dos del comentario de texto. Ya desde el
comienzo, queremos insistir en dos hechos: que estos modelos no son
intangibles, ni incuestionables, sino más bien enmendables y
enriquecibles por cualquier estudioso e incluso estudiante, y que ellos
pretenden sobre todo sugerir vías y métodos del análisis, a través de
los cuales cualquier persona llegue, por un lado, a concienciar su amor
al español, entrañable idioma de toda una galería de creadores de la
lengua, de Cervantes a Sábato, y por el otro, a saber en qué se basa
este amor lingüístico y literario a la vez. Hemos hecho coincidir esta
parte por así decir práctica de nuestro curso con la teórica,
precisamente para poner de evidencia cómo se aplica la última en los
análisis y comentarios, completándola con los valiosos ejemplos y
sugerencias de Fernando Lázaro y José Luis Girón Alconchel. Lo
mismo que, en vistas de repasar los conocimientos teóricos, hemos
aprovechado y reproducido en este libro las ya conocidas y apreciadas
“claves “sintácticas de Martín Alonso.
A disposición de quienes deseen conocer más profundamente
todos estos hechos están los trabajos mencionados en la Bibliografía y
además las explicaciones que en ella se suministra acerca de ciertos
autores y de ciertas obras.
Dedicamos este trabajo a la memoria de nuestros malogrados
profesores Renée Jerusalmi, Iorgu Iordan y Constantin Duhăneanu,
quienes en nuestra tierna juventud abrieron de par en par ante nosotros
las mágicas puertas de la ciencia, estimulando e incentivando nuestros
ingenuos esfuerzos y guiando nuestros primeros e inseguros pasos por
los senderos del castellano.
I.S.
11
PRIMERA PARTE
GRUPOS SINTÁCTICOS
13
14
A. CARÁCTERÍSTICAS GENERALES
§ 2. Categorías sintácticas
Una oración puede estar formada por sólo palabras:
él / come
o por grupos sintácticos:
tu amigo Juan / come caviar.
Por consiguiente, en la Sintaxis hay que tener en cuenta dos
tipos de categorías:
a. La categoría palabra (que incluye también las locuciones que,
aunque se compongan de más de una palabra gráfica, actúan como una
sola palabra sintáctica) abarca las clases de palabras (partes de la
oración) que suelen definirse por rasgos sintácticos (combinatoria con
otras palabras) y, cuando se produce, por rasgos morfológicos
(flexión, variabilidad o invariabilidad). Por ejemplo, en
hay mesas llenas de papeles,
mesas llenas de papeles es una categoría sintáctica, por
desempeñar la función de complemento directo.
b. Dentro de la categoría grupo, distinguimos:
1. el grupo nominal;
2. el grupo adverbial;
3. el grupo verbal;
4. el grupo adjetival.
Aunque de naturaleza sintáctica diferente, también cabría hablar
de grupo con preposición (o sintagma preposicional, formado de
preposición + sustantiv) en una expresión como
esto es para mis hijos,
y grupo con conjunción, en una expresión como
quiero que vengáis.
La perífrasis verbal es – en opinión de Leonardo Gómez Torrego
- un grupo sintáctico con características propias.
§ 3. Categoría locución
Se llama locución a un conjunto de palabras gráficas
sintácticamente insegmentable, que funciona como una sola palabra
sintáctica. Existen, entre otras:
16
1. locuciones adverbiales, que actúan como un adverbio: a las
mil maravillas, de repente, a lo mejor;
2. locuciones preposicionales, que actúan como una prepo-
sición: junto a, acerca de, con respecto a;
3. locuciones conjuntivas, que actúan como una conjunción: a
no ser que, a menos que, sino que;
4. locuciones verbales, que actúan como un verbo: dar de lado,
caer en la cuenta, echar de menos;
5. locuciones actualizadoras o modificadoras, que actúan como
un determinativo, actualizador o como modificador de cantidad:
cantidad de, infinidad de.
§ 4. Funciones sintácticas
Las funciones sintácticas son los papeles sintácticos que las
categorías desempeñan en una secuencia oracional o en un grupo
sintáctico, es decir, las relaciones que contraen unas categorías con
repecto a otras. Es importante no confundir las funciones sintácticas
con las categorías, ya sean palabras (lo que tradicionalmente se
llamaba partes de la oración: sustantivo, adjetivo, verbo, pronombre,
etc.) o grupos (nominal, verbal, etc.).
Existen varias clases de funciones sintácticas:
1. las que configuran una oración: el sujeto y el predicado;
2. las integradas en un grupo sintáctico no oracional. Son el
núcleo, el actualizador, el modificador, el término, el complemento
directo, el complemento indirecto, el complemento circunstancial, el
complemento agente y el complemento de régimen;
3. las que complementan al mismo tiempo a dos categorías distintas
(al verbo y al sustantivo). Son el atributo y el (complemento) predicativo;
4. las que actúan de enlace coordinante o subordinante dentro de
un grupo o de un enunciado. Son los nexos (preposiciones y
conjunciones);
5. las periféricas, que inciden sobre una oración. Son los atributos
oracionales, los tópicos, la modalidad (adverbios de modalidad);
6. las que sirven de nexo entre enunciados o párrafos y que se
conocen como conectores (con significados varios de consecuencia, de
causa, explicativos, de adición, de corrección, etc.). Son palabras o
locuciones como por tanto, por consiguiente, sin embargo, es que, bueno,
así que, en consecuencia, en realidad, en una palabra, etc., siempre que
su misión sea la mencionada y contribuyan a la cohesión de un texto.
17
Hay categorías que desempeñan siempre la misma función y
otras que pueden desempeñar funciones distintas según el contexto en
que aparezcan:
artículo: siempre es actualizador y, en ocasiones, sustantivador;
grupo verbal: siempre desempeña la función de predicado;
sustantivo: el sustantivo Juan es sujeto en Juan me lo dijo; es
complemento directo en busco a Juan; es complemento indirecto en di
a Juan un recado.
No deben confundirse las funciones sintácticas con las
semánticas (agente, paciente, beneficiario, experimentador, instru-
mental, objeto, compañía, etc.). Así, el sustantivo Juan puede ser
sujeto y agente: Juan tiró los papeles;
sujeto y paciente: Juan sufrió un accidente;
complemento agente (función sintáctica) y agente (función
semántica): la piedra fue tirada por Juan;
complemento indirecto y beneficiario: dieron la enhorabuena
a Juan.
De la misma manera, un grupo nominal como
ese cuchillo
es un instrumental en las dos oraciones siguientes, pero desempeña en
ellas distintas funciones sintácticas:
complemento circunstancial: corté el jamón con ese cuchillo;
sujeto: ese cuchillo corta bien el jamón.
18
B. GRUPO NOMINAL
20
§ 8. Modificadores del grupo nominal
Hay varios tipos: especificativos y explicativos; aposición;
modificadores del pronombre; complementos del nombre. Por otra
parte, en un grupo sintáctico nominal, el núcleo puede ir modificado
por elementos de diversa naturaleza categorial:
1. adjetivos o grupos adjetivales: la verde pradera;
2. sustantivos o grupos nominales: su hijo el cura;
3. determinativos pospuestos: la casa nuestra;
4. oraciones de relativo: la mesa que compré;
5. grupos con preposición: la llegada al hotel;
6. adverbios: un niño así.
Estas categorías desempeñan dentro del grupo sintáctico la función de
modificadores del núcleo.
§ 10. La aposición
Dos sustantivos están en aposición cuando el modificador del
sustantivo-núcleo de un grupo nominal es otro sustantivo u otro grupo
nominal que se une a aquel directamente, sin preposición:
su hija la abogada
el rey Juan Carlos
Andrés, el hermano mayor.
Las aposiciones son de dos clases:
1. unimembres o especificativas:
su amigo el tendero
2. bimembres o explicativas, que aparecen en la escritura
separadas por comas:
21
París, la ciudad de las luces.
Volveremos sobre ello. Por otra parte, ciertas construcciones con
una preposición, la cual no añade nada ni sintáctica ni
semánticamente, se consideran también aposiciones:
la calle (de) Alcalá;
la ciudad de Madrid.
En un grupo nominal, el núcleo puede ir afectado por varios
modificadores correspondientes a distintas categorías. En el ejemplo
el bonito cuadro de Andrés el pintor, que estaba en la pared,
el núcleo cuadro tiene tres modificadores: bonito, de Andrés el
pintor y que estaba en la pared.
En los casos en que un sustantivo es complementado a través de
una preposición por otros sustantivo sin actualizador, se prefiere
hablar de núcleo complejo, pues entre ambos sustantivos es imposible
intercalar otro elemento. En el ejemplo siguiente:
esa caja de madera de mis padres,
el núcleo complejo es caja de madera.
§ 11. Como hemos visto, un sustantivo puede determinar, aclarar
o precisar el significado de otro sustantivo, ya sea juntándose
simplemente con él a manera de atributo calificativo o determinativo,
como en los casos de
el rey soldado,
Buenos Aires, capital de la Argentina,
ya relacionando ambos sustantivos por medio de una preposición:
casas de cartón
un día sin sol.
En el primer caso se dice que el sustantivo complementario está en
aposición, pues aclara o precisa el concepto de otro sustantivo. En el
segundo es un complemento con preposición. En frases como
Toledo, la ciudad del Tajo,
el sustantivo ciudad se refiere a Toledo, pero no lo hace con un
sentido de especificación, sino con uno de pura aclaración, más bien
poética, puesto que dentro de nuestro concepto de Toledo está ya
descontado su carácter de ciudad. Este último sustantivo está, por
consiguiente, en aposición explicativa, no especificativa. Lo mismo en
Carlos V, el Emperador,
Danubio, río europeo,
22
el sustantivo complementario nada añade a la idea que tenemos
formada del nombre a que se refiere. Se limita a hacer resaltar una
nota o aspecto que nos parece característico o particularmente
interesante. La aposición es explicativa. En cambio, en las frases
el rey soldado,
el molinero alcalde,
la provincia de Sevilla,
la aposición es especificativa, puesto que determina y distingue al rey
soldado entre otros reyes, al molinero alcalde entre los molineros que
no lo sean y a Sevilla ciudad de Sevilla provincia.
El nombre en aposición explicativa suele separarse por una
pausa en la pronunciación y por una coma en la escritura, como puede
comprobarse en los ejemplos anteriores, que algunos gramáticos
llaman aposición bimembre.
En la aposición especificativa, que los mismos gramáticos
llaman aposición unimembre, no hay pausa alguna.
El sustantivo en aposición puede tener género y número
distintos:
vivía con sus tres hijas, báculo de su vejez.
Por aposición se han formado compuestos de dos sustantivos que se
escriben juntos o separados, como
casatienda / aguanieve / compraventa / pájaro mosca.
La relación que guardan entre ellos los dos sustantivos es de simple
coordinación. En otros casos, el segundo va regido por el primero:
bocacalle / puntapié / maestresala,
que significan boca de calle / (golpe dado con la) punta del pie /
maestre de sala, respectivamente.
En la aposición especificativa se adjetiva a veces el segundo
elemento:
un día perro,
noticia bomba,
obra cumbre.
§ 12. En la aposición especificativa no hay pausa alguna. Los
objetos que se designan con dos nombres, uno genérico y otro
específico, se expresan por aposición especificativa. Así decimos:
el río Ebro,
los montes Pirineos,
mi primo Alberto,
el señor don Andrés Gómez.
23
Pero, por lo general, se coloca el nombre específico en genitivo,
construcción característica española. Por ejemplo, cuando se trata de
islas: la isla de Pascuas,
cabos: el cabo de Palos, pero también el cabo San Vicente,
golfos: el golfo de Lepanto,
estrechos: el estrecho de Magallanes,
ciudades: la ciudad de México,
provincias: la provincia de Burgos,
calles: calle de Alcalá, pero también avenida Alvear,
plazas: plaza de España,
meses: el mes de abril,
años: el año de 1492, pero también el año 1492,
edificios: el palacio del Ayuntamiento,
instituciones: el teatro de Apolo, pero también el teatro
Calderón o el Instituto Cervantes,
y provincias: provincia de Aragón.
es peculiarmente española la construcción del nombre específico con
la preposición de. En la actualidad, la tendencia a suprimir el de se
acentúa, y así hoy día resulta raro ver u oir
año de 1913 en lugar de año 1913.
y los edificios e instituciones nuevos se nombran ya todos por
yuxtaposición:
Universidad Menéndez y Pelayo,
cátedra Manuel de Falla,
Torre España.
No es tan general esta tendencia en las denominaciones de calles
y plazas. Las formas
calle Toledo,
plaza Santa Cruz,
son peculiares o del habla vulgar, como en
voy a casa mi tío,
el chico el carpintero,
o de la telegráfica economía de los anuncios de periódico. Fuera de
estos casos, decir
calle Arenal,
Calle Alvear,
es extranjerismo.
En otro orden de ideas, el sujeto puede no ser un solo sustantivo,
sino un concepto más o menos complejo, en el cual se añaden al
24
sustantivo básico otras palabras que completan su significado. Cuando
el complemento del sujeto es un sustantivo o palabra equivalente
(pronombre, adjetivo sustantivado), la relación entre el sujeto y su
complemento se expresa por medio de alguna preposición.
En cuanto a los complementos de los complementos, ellos se
forman con las preposiciones a, ante, bajo, cabe, con, contra, de,
desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras.
9
Los lingüistas llaman determinar señalar la extensión, función o significado
de una palabra, por medio de otras palabras de la misma oración.
25
de la mayor comprensión de las cualidades que le presten los
complementos añadidos:
no veo resultado favorable,
busco piso con cuarto de baño.
El segundo tipo de indeterminación lo ofrecen los sustantivos
afectados del artículo indeterminado:
un día pasó por una alameda cercana a nuestra casa un
caballero con una dama de gran hermosura.
Día y caballero son sustantivos indeterminados con artículo, mientras
que alameda y dama llevan cada cual complementos que los
determinan, aumentando las cualidades que de ambos conocemos.
El tercer tipo de indeterminación se verifica en el el uso genérico
o distributivo de los sustantivos con artículo determinado:
el viento arranca las hojas de los árboles,
donde el viento y los árboles se encuentran en este caso.
§ 15. Determinación por referencia.
Si decimos dame el gabán, el sustantivo gabán está bien
determinado: se trata de un gabán ya consabido de las personas que
hablan. Ha bastado el artículo el para dar a entender que el gabán que
pedimos es cierto gabán que solemos usar. El gabán queda, por tanto,
determinado con referencia a un conocimiento anterior. Otras veces, el
contexto mismo determina el objeto de que se trata. Por ejemplo:
en esa casa vivía una familia: el padre era leñador; la madre,
lavandera, y tanto los hijos como las hijas trabajaban para subvenir
el sustento de todos.
En este caso, padre, madre, hijos e hijas están determinados con
referencia a la familia de que se viene hablando. En todos estos casos es
indispensable usar el artículo determinado, que nos inicia, presentándonos
ya al sustantivo dentro de una cierta esfera de determinación.
§ 16. Determinación por atribución. El mejor medio para
concretar un sustantivo a fin de que sirva a la expresión de un objeto
determinado es declarar aquellas de sus cualidades que sean más
características, o bien relacionarlo con otros objetos más o menos
conocidos. Tenemos así la determinación por atribución y la
determinación por relación.
En la determinación por atribución hay que distinguir la
adjetivación y la aposición.
26
§ 17. Adjetivación. Ya desde el comienzo hay que distinguir
entre la adjetivación determinativa y la adjetivación calificativa.
La primera alcanza, aunque en distinta medida, el mayor grado
de especificación referente a
cantidad : muchas mesas;
número : tres casas;
orden : el primer día;
multiplicidad : triple gasto;
división : media rosca;
distribución : cada libro.
Los adjetivos demostrativos y posesivos originan una
determinación tanto atributiva como de relación, puesto que, en
realidad, establecen relaciones del objeto con las personas
gramaticales:
este dinero,
mi conciencia.
La adjetivación calificativa pone de manifiesto cualidades más o
menos características del objeto. Hay que distinguir entre los adjetivos
explicativos (epítetos), y los especificativos. Compárense, por tanto:
la cándida (explicativo) paloma y
las palomas mensajeras (especificativo).
§ 18. Determinación por relación. Un sustantivo puede
determinarse con otro sustantivo en caso genitivo, dativo o ablativo, con
el cual va relacionado mediante las preposiciones que correspondan:
el sombrero del niño,
unos pendientes de perlas,
un día sin pan,
la resistencia de la columna,
un viaje a la República Argentina,
el amor al prójimo,
la petición de amnistía,
periódicos de ayer,
el hombre de la cicatriz,
un estudio a fondo,
gato con guantes,
las máquinas de vapor,
un paseo en coche,
la lucha por la vida.
27
Por otro lado, en las expresiones
el azul del cielo,
un sueño de oro,
el árbol sin hojas,
el gato con guantes,
el caballero de la máscara,
los genitivos y ablativos
del cielo / de oro/ sin hojas / con guantes / de la máscara son
equivalentes a adjetivos, como
celeste / dorado / deshojado / enguantado / enmascarado;
aunque estos genitivos y ablativos no encuentren siempre equivalentes
entre los adjetivos morfológicos, se percibe siempre en ellos su
sentido adjetivo y se sustantivizan con frecuencia, esencialmente con
ayuda del artículo determinado. Así son frases sustantivas:
el del sable,
la de los lirios,
las de Aragón,
los sin patria.
En general, debemos llamar frases sustantivas a las constituidas
por un sustantivo, cualquiera que sea su función sintáctica, y todo
aquel conjunto de determinaciones que lo acompañan.
30
En grupos nominales como la lista de tu hermana, es el
sustantivo hermana el que tiene capacidad de selección. Entre otras
cosas, impone la concordancia con el adjetivo:
la lista de tu hermana / el tonto de tu hermano.
Por tanto, podría pensarse que el verdadero núcleo (en este caso,
sintáctico) es hermana y hermano, respectivamente. De todas formas,
la relación que se establece entre ambos componentes de la
construcción es atributiva. Se trata, en opinión de Leonardo Gómez
Torrego, de un caso más de estructuras de predicación sin verbo, las
cuales equivalen a oraciones como
tu hermana es lista / tu hermano es tonto,
con la mención de que las últimas son más expresivas.
Otros grupos nominales atributivos y con carácter enfático son
aquellos en que el núcleo sintáctico no es más que un sustantivo
valorativo con valor atributivo. Compárese:
una maravilla de mujer = una mujer (que es) maravillosa;
un portento de niño = un niño (que es) un portento;
con la expresión
una profesora de mujer,
que no es posible, ya que profesora no es sustantivo valorativo.
También hay modificadores del sustantivo llamados comple-mentos
agentes, por lo que éstos no son exclusivos, como a veces se cree, de
los participios pasivos:
la persecución de los gamberros por la policía,
la entrega de las llaves de la ciudad por el alcalde,
donde la policía y el alcalde son complementos de agente.
En fin, son construcciones partitivas aquellas cuyo núcleo es un
pronombre que designa cantidad precisa o indefinida y va modificado
por un grupo nominal con la preposición de:
dos de los chicos, con el núcleo dos y el modificador de los chicos,
algunos de mis amigos, con el núcleo algunos y el modificador
de mis amigos,
muchos de vosotros, con el núcleo muchos y el modificador de
vosotros.
§ 21. Complementos con de. Un sustantivo está en caso
genitivo cuando está ligado a otro mediante la preposición de por una
relación de posesión, propiedad, pertenencia o materia de que está
hecha una cosa. En la oración
31
el amigo trajo el cuaderno de David,
el cuaderno de David significa propiamente el cuaderno que
pertenece a David, o, lo que es lo mismo, que David es el poseedor
del cuaderno del que se está hablando. Entre cuaderno y David existe,
por tanto, una relación de poseedor a cosa poseída, de posesión.
David, el poseedor, está en el caso genitivo. Pues sólo la preposición
de es capaz de expresar la relación de la que se trata.
Mas si, en vez de el cuaderno de David, hubiéramos hablado de
la conducta de David, entre conducta y David, como la conducta no
es un objeto material, la relación no puede ser de posesión, sino más
bien de pertenencia. David está ahora también en caso genitivo, pero
la relación ha variado de matiz, al pasar de concreto a abstracto el
sustantivo al que complementa David. También es David genitivo de
pertenencia en
la llegada de David me sorprendió,
la contemplación de David me impresionó.
Llegada significa la acción de llegar, pero el que llega es David;
decimos por eso que David es un genitivo subjetivo; contemplación
indica la acción de contemplar; pero esta acción la realizo yo, y el
objeto es precisamente David; decimos por eso que David es un
genitivo objetivo. Decimos que un genitivo que depende de un
sustantivo verbal es subjetivo u objetivo cuando aparece como sujeto o
como objeto de la acción verbal que representa el sustantivo del cual
depende.
El complemento de la acción expresada por el sustantivo que
denomina una acción verbal puede llevar las preposiciones a y de:
el estudio de la Gramática,
el amor al prójimo.
Cuando el sustantivo que denomina una acción verbal es un
infinitivo, el sujeto se presenta en caso genitivo, si predomina en la
palabra el carácter sustantivo:
el dulce lamentar de los pastores.
Si es predominante el carácter verbal, el sujeto va en nominativo:
el venir ayer tu padre me hizo cambiar de planes.
El objeto, en cambio, va siempre en acusativo.
Los sustantivos de materia se usan como complementos en caso
genitivo para expresar la materia de que está construido el sustantivo
al que complementan. Así , en
mesa de pino,
32
escalera de mármol,
pino y mármol son genitivos de materia.
Los pronombres indefinidos que indican vagamente cantidad
suelen ir con un complemento genitivo etimológico. Así se ve en
muchos de los amigos,
esto es, muchos, que pertenecen al grupo de los amigos. Así tenemos
el genitivo partitivo:
algo de fiera,
quien de vosotros,
algunos de los soldados.
Un uso curioso del genitivo, que no obstante tiene correspondiente en
rumano, es el de realce de la cualidad, cuando va siguiendo a un
adjetivo calificativo:
el idiota de Pedro,
pobre de mí.
Esta construcción encierra siempre matiz despectivo o compasivo,
tanto si el adjetivo en sí es depresivo como si no lo es:
el gracioso de Pepito,
el bueno de Juan.
10
No obstante encontramos este tipo de expresión en textos de muy cuidada
formulación.
34
C. GRUPO ADJETIVAL
§ 23. Características y clases
El grupo adjetival es una secuencia de palabras que tiene como
elemento central un adjetivo, el cual constituye la función núcleo, que
es obligada. Los demás componentes del grupo, que convergen hacia
el adjetivo, son los modificadores. En los grupos adjetivales
muy seguro de sí mismo,
el núcleo seguro tiene dos modificadores: muy y de sí mismo
más dispuesto a trabajar,
el núcleo dispuesto tiene dos modificadores: más y a trabajar.
Hay dos clases de modificadores del adjetivo:
1. argumentos, que son complementos exigidos por la naturaleza
léxica del adjetivo:
carente de emoción;
ávido de noticias;
pertenececiente a una asociación;
exento de la multa.
En ocasiones, el modificador puede eludirse, pero es igualmente
exigido por el adjetivo:
el estadio estaba lleno (de gente)
el vaso está vacío (de agua).
2. adjuntos, que son complementos opcionales, no exigidos por
la naturaleza léxica del adjetivo:
es habilidoso (con el balón)
es guapo (de cara).
36
muy / bien / bastante / demasiado / extremadamente / algo /
horriblemente / enormemente / extraordinariamente / (un) poco / nada
/ casi duro.
Se puede usar también el superlativo absoluto:
durísimo.
Otras veces, el adverbio agrega una cualidad sobre otra cualidad:
ridículamente cursi,
audazmente feliz.
§ 26. Determinación por comparación. También por adverbios
(más, menos, tan) se llega a las formas adjetivas
más / menos / tan duro,
que tienen sólo valor relativo, porque nacen de la comparación de un
objeto con otro, en cuanto a la cualidad de dureza. El valor relativo
cuaja en tres tipos de expresiones comparativas: el de superioridad, el
de igualdad y el de inferioridad:
esta madera es más / menos dura que aquella
esta madera es tan dura como aquella.
§ 27. Determinación por relación. A veces, la cualidad queda
restringida o concretada mediante la relación que una preposición
establece con un sustantivo (en dativo y ablativo). Con dativo
tenemos, por ejemplo:
dispuesto para estudiar,
apto para el ejército,
inclinado al bien,
ágil para el deporte,
dócil a los consejos,
difícil para ellos.
Y con ablativo encontramos:
procedente de Argel,
liberal con los niños,
harto de callar,
docto en mate,
práctico en taquigrafía,
conforme con su sino.
Muchos de estos adjetivos no hacen sino tomar, por su origen verbal,
los complementos que corresponderían a los verbos de donde
proceden, incluso los adverbios:
un mozo estimado por todos,
llegó rendido de fatiga.
37
Estos complementos llevan generalmente la misma preposición que si
lo fuese del verbo:
conforme con su sino (< conformarse con),
procedente de Argel (< proceder de).
El adjetivo puede ser completado no sólo por un nombre dativo o
ablativo, sino también, a veces, por un nombre genitivo:
amante de las flores,
ansioso de noticias.
Este complemento se da en adjetivos de sentido verbal, y tiene valor
de objeto de la acción contenida en la cualidad. Es, pues, un genitivo
objetivo. Como se ve, aquí no se da la correspondencia de
preposiciones que hay en los otros complementos:
amante de las flores, pero amar las flores,
ansioso de noticias, pero ansiar noticias.
En
dimos fin a aquella tarea, para nosotros sumamente enojosa,
lo que está allende la coma es una frase adjetiva, complemento de
tarea. Es obvio que estas frases admiten ser sustantivadas con el
artículo. Así ocurre en la oración compleja
el designado ayer por nosotro no acepta el cargo,
en la cual
el designado ayer por nosotros
es una frase adjetiva sustantivada.
39
que se verifican, entre otras, también en rumano y en las que el
adjetivo parece intensificarse y adquirir un sentido de compasión,
ironía o menosprecio, según el modelo de los adjetivos que, teniendo
estos significados, se construyen con complemento pronominal:
pobre de mí / ti / ella,
infelices de nosotros.
En cambio, no se dice (más que dialectalmente)
dichoso de ti, sino dichoso tú;
feliz de mí, sino feliz yo;
bienaventurados de vosotros, sino bienaventurados vosotros,
y, cuando el adjetivo es elogioso, toma con estas expresiones un claro
significado irónico:
el sabio de Sancho;
el valiente de Simón.
40
En los ejemplos anteriores existen palabras determinativas (artículos,
demostrativos, posesivos, etc.) y a ellas se debe gran parte de la
significación determinativa del elemento pospuesto. Bastaría dejar
solo al adjetivo con el sustantivo para que, al quedar indeterminados,
ya no rigiesen los ya mencionados valores lógicos, aflojando su
significado explicativo y especificativo. La diferencia expresiva entre
blancas nubes / nubes blancas asomaban al horizonte
no es ciertamente de carácter lógico. En casos de completa
indeterminación, actúa de un modo exclusivo la vivencia estética con
que la frase se profiere.
§ 32. Criterio 2. La interpretación sicológica estableció que el
adjetivo antepuesto supone por parte del hablante mayor atención
hacia la cualidad que hacia el sustantivo:
verde prado / altas torres / buena persona
frente a
prado verde / torres altas / persona buena,
matizan subjetivamente la expresión.
El adjetivo antepuesto envuelve al sustantivo que sigue en la
previa representación de la cualidad. Por eso decimos que tiene carácter
subjetivo o afectivo y es signo de estimación preferente de la cualidad.
El adjetivo pospuesto viene también a sumarse a la previa
representación del objeto, que asume el interés principal. Expresa una
cualidad más o menos característica, pero no la realza. Tiene, por ello,
carácter objetivo. Por tanto, no se puede decir sino, es verdad que
también por ser muy amplios los adjetivos:
colaboración universitaria;
investigación científica;
desarrollo económico.
El realce de la cualidad puede conseguirse también separando el
adjetivo pospuesto del sustantivo por una ligera pausa:
el jardín, abandonado, evocaba otros tiempos.
En este caso, el adjetivo rompe su unidad de acento y de entonación
con el sustantivo, y adquiere relieve propio, a manera de inciso
explicativo.
§ 33. Criterio 3. Tanto en la oración de predicado nominal
como en la unión sin verbo copulativo, el adjetivo pospuesto realiza el
orden lineal, en que el determinante sigue al determinado; en cambio,
el adjetivo antepuesto responde al orden envolvente, es decir, el
determinante se anticipa. Compárense:
esta casa es bonita con bonita es esta casa
41
casa bonita con bonita casa.
La sucesión sin cópula de sustantivo + adjetivo funciona como un
predicado nominal, presentando, como éste, los datos o notas del
sustantivo con fin descriptivo o analítico. El adjetivo antepuesto
denota actitud afectiva o valorativa de la cualidad; por esto aparece en
las oraciones exclamativas o en las más o menos impregnadas de
sentimientos y estimaciones:
¡bonita casa!;
¡el cochino dinero tiene la culpa de todo!;
siempre está con los dichosos libros;
buen genio tiene ella para aguantar;
magnífica ocasión para hablarle.
Los adjetivos determinativos se anteponen normalmente al sustantivo:
veinte vacas;
primer premio;
esta casa;
sus hermanos;
muchos hombres;
algunos amigos;
otro día.
Hay, sin embargo, algunas excepciones:
a. los numerales cardinales, cuando se emplean como ordinales,
van necesariamente pospuestos:
día 15;
el siglo XX;
León XIII.
A veces, los cardinales se posponen en frases proverbiales o,
enfáticamente, en el lenguaje poético:
al cabo de años mil, vuelven las aguas;
en abril, aguas mil;
gracias mil, pero también mil gracias;
pasaron bandadas ciento.
En estos casos, los numerales ciento y mil significan cantidad
indeterminada, pero crecida.
b. Los numerales ordinales pueden tanto anteponerse como
posponerse, pero los que indican sucesión de reyes o papas van
siempre pospuestos, a causa de su carácter especificativo:
el primer día, pero también el día primero;
cuarta fila, pero también fila cuarta;
42
Alfonso tercero;
Pío nono.
§ 34. El partitivo medio va delante cuando no hay otro numeral:
media hora,
pero se coloca detrás del sustantivo si se añade a otro número:
dos horas y media.
§ 35. Los demostrativos y posesivos van ordinariamente
antepuestos, pero se posponen cuando llevan además el artículo u otra
palabra determinativa:
la casa esta;
el día aquel;
un tío nuestro;
esa amiga suya.
Fácilmente puede notarse que los demostrativos este y ese tienen,
cuando van pospuestos, un claro significado despectivo, sobre todo si
se trata de personas:
la señora esta;
el hombre ese.
La lengua antigua articulaba incluso los sustantivos con posesivo
antepuesto:
la tu casa;
la mi hermana;
un mi amigo.
De ello se conserva una supervivencia en el Padrenuestro:
el tu reino.
El posesivo mío se pospone también comúnmente en España, aunque
no lleve otra palabra determinativa, en los vocativos y oraciones
exclamativa:
¡madre mía!;
amigo mío, de no ser así …;
señor mío, un saludo.
En numerosos países latinoamericanos es muy frecuente la
anteposición del posesivo en estas condiciones:
¡mi vieja!;
¡oiga, mi amigo!;
¡mi hijita, ven acá!
§ 36. En oraciones afirmativas, el indefinido alguno se antepone
casi siempre al sustantivo:
dijo algunas palabras,
43
algunas palabras dijo,
pero puede también separarse del sustantivo y colocarse detrás del
verbo:
hemos visto alguna caza
caza, hemos visto alguna.
En este último caso, alguno está muy cerca del valor sustantivo; el
sustantivo se separa del resto de la oración por una pausa/coma. Si la
oración es negativa, se coloca detrás del sustantivo:
no tiene motivo alguno para enfadarse.
No podríamos decir
no tiene algún motivo,
sino cabe decir
no tiene ningún motivo.
El adjetivo indefinido ninguno se antepone o pospone cuando la
oración comienza por un adverbio de negación:
no he visto periódico ninguno / ningún periódico;
nunca tuve enfermedad ninguna / ninguna enfermedad.
Ningún/ninguno puede ir también al comienzo de la oración:
ningún libro tengo
En otro orden de ideas, en algunos casos, el sustantivo y el
adjetivo forman unidades léxicas indivisibles:
puerta falsa / fuego fatuo / idea fija / vida airada / última pena /
libre albedrío.
A veces, los dos componentes se escriben juntos:
camposanto / altavoz / librepensador.
Son frecuentes las expresiones que, sin llegar a lexicalizarse,
manifiestan clara tendencia a fijarse en un orden determinado:
mala suerte / mal agüero / la pura verdad / rara vez.
El adjetivo mero se antepone en
el mero parecer,
la mera opinión.
Negro se antepone en expresiones particulares, en las que significa
aciago, desdichado:
mi negra suerte,
la negra honrilla,
pero, al lado de ellas, se une como expresión fija:
la pena negra.
44
§ 37. Y, para terminar, éstos son los adjetivos calificativos cuyo
significado varía según el lugar que ocupan con respecto al sustantivo:
antepuesto pospuesto
45
D. GRUPO ADVERBIAL
§ 38. Estructura
El grupo adverbial consiste de una secuencia de palabras en la
que el elemento central es el adverbio, que funciona como núcleo:
muy lejos de aquí.
46
Estos cuantificadores pueden, a su vez, ser modificados por un
grupo nominal de cantidad (precedido o no de otros adverbios
modificadores, como casi, sólo, etc.:
(casi) cinco pisos más arriba;
(sólo) varios metros más allá.
48
E. GRUPO VERBAL
§ 41. Estructura
El grupo verbal se caracteriza por tener como núcleo un verbo
que, además, puede ir acompañado por una serie de complementos: el
complemento directo, el complemento indirecto, el dativo, el
complemento circunstancial, el complemento de régimen o
complemento regido, el complemento agente. La función del grupo
verbal es siempre la de predicado.
49
I. NUCLEO VERBAL
54
necesito un buen local;
busco libros;
busco champán.
El uso de la preposición a con acusativo de persona empezó por la
necesidad de evitar la ambigüedad que pudieran originar
construcciones como
vi a mi hijo;
respetad a los ancianos.
La unión menos directa del acusativo de persona con el verbo, y la
idea propia del dativo de interés de la persona en la acción, como en
has vuelto loco a este señor,
favorecieron sin duda esta generalización. Por la misma necesidad de
evitar confusiones, se emplea la preposición a cuando el sujeto y el
complemento directo son nombres de cosas y la oración no se atiene al
modelo sujeto + verbo + CD, como se da en el caso de
sostiene a la voluntad la esperanza.
Pero muchas veces no hay ambigüedad posible, y entonces no es
precisa la preposición:
destrozó la casa el temporal.
Por consiguiente, el CD ha de llevar la preposición a si fuese
lógicamente posible considerarlo como sujeto de la oración.
55
de CD: la pronominalización. Se trata, pues, de unos argumentos
intermedios entre los CD y los CA (adverbiales).
56
a Pedro lo vi en la plaza, y no se dice a Pedro vi en la plaza;
esa piedra la tiré al estanque, y no se dice esa piedra tiré al
estanque.
En cambio, se dice
sueño no tengo, pero no se dice sueño no lo tengo;
secretaria busco, no traductora, pero no se dice secretaria la
busco, no traductora.
Cuando la función de CD la desempeña un pronombre de relativo o
interrogativo, éste ha de anteponerse al verbo:
el libro que he perdido;
¿qué has leído?;
la casa que he comprado;
ya sé qué has visto.
En algunas zonas de Hispanoamérica y las Canarias, se incurre a
veces en el error de pluralizar el pronombre lo de los CD, cuando el CI
del mismo verbo es se con referente plural. Se dice
les entregé el paquete a ustedes, y no se dice se los entregué
(expresión incorrecta), sino se lo entregué.
57
También se ha definido el CI como la persona o cosa que recibe
el daño o provecho. Pero ésta es una noción semántica y no sintáctica.
Un sustantivo puede recibir el provecho tanto cuando realiza función
de CD como cuando realiza función de CI:
besaron al bebé;
dieron un beso al bebé.
Esta definición vale para la función semántica de beneficiario, pero no
para la función sintáctica de CI.
Tampoco es exacto, señala Leonardo Gómez Torrego, decir que
el CI designa en realidad al destinatario de la noción evocada por el
verbo. Esta definición apunta a una función semántica, que no
coincide siempre con la función sintáctica del CI:
he compuesto una canción para la juventud.
Ello invalida los criterios semánticos para caracterizar al CI.
§ 54. El CI presenta los siguientes rasgos:
1. siempre va precedido de la preposición a (salvo cuando se
trata de pronombres átonos) y sólo de esta preposición, y no cambia de
función en la transformación a pasiva de la oración activa:
entregaron el traje a tu tía = el traje fue entregado a tu tía.
2. se deja sustituir sólo por le y les, y, cuando el CD aparece
pronominalizado como lo, la, los, las, por el pronombre personal se:
entregó el traje a mi tía = le entregó el traje = se lo entregó.
3. admite siempre la duplicación con los pronombres átonos le,
les en la misma oración, unas veces de forma obligada y otras de
manera opcional:
le compré un libro a María = compré un libro a María
(opcional);
a María le compré un libro (duplicación obligada) = a María
compré un libro (forma inaceptable).
Por supuesto, no hay CI con la preposición para, como muestran
los siguientes argumentos de Leonardo Gómez Torrego:
Un complemento con para es compatible con un CI con a, pero
no puede haber dos CI para un solo verbo (salvo que estén
yuxtapuestos o coordinados). En
compré un libro a Juan para mi alumno,
el CI es a Juan y el CC es para mi alumno.
58
Además, los complementos con para no permiten la referencia
anafórica11 o catafórica12 con le o les. Por tanto, en todas las ocasiones
se dice:
canté una canción para los niños, y no se dice les canté una
canción para los niños
Pero con la preposición a es posible dicha referencia:
les canté una canción a los niños.
En fin, los complementos con para son siempre CC o CR.
11
Perteneciente o relativo a la anáfora, tipo de deixis que desempeñan pronombres,
adverbios o verbos, consistente en asumir el significado de una palabra
anteriormente mencionada en el discurso. Recordamos que la deixis es la función
desempeñada por los elementos deícticos, que consiste en señalar algo que está
presente ante nuestros ojos o en indicar un término de la frase ya anunciado.
12
Perteneciente o relativo a la catáfora, anticipación de lo que va a venir en
el discurso; se realiza a menudo por medio de un demostrativo.
13
Operación que consiste en hacer de un componente de la oración el tópico,
eso es, lugar común, del cual el resto de la misma será el comento o
comentario. Topicalizar es efectuar una topicalización. Por otra parte, en la
Gramática generativa y transformacional, el tópico es una de las relaciones
fundamentales de la estructura superficial.
59
a Irene le di in beso.
Cuando el CI va después del verbo, su repetición con el pronombre
átono correspondiente es opcional:
le di un beso a Irene = di un beso a Irene.
Cuando la función de CI la ejerce un pronombre personal tónico, es
siempre obligada la presencia del pronombre personal átono
correspondiente. Por tanto, se dice
a ti te dieron el premio, pero no se dice a ti dieron el premio.
En cambio, el pronombre personal átono no necesita del tónico; éste
aparece por necesidad expresiva o porque se quiere mostrar oposición
con otra persona:
me dieron el premio (a mí) (es decir, no a ti).
Cuando se trata de CI que no necesitan del apoyo de un CD, es
frecuente que aparezcan delante del verbo:
a los árboles ya se les ha caído la hoja.
Pero también pueden aparecer detrás del verbo, aunque en ciertos
casos esta posición resulta más tajante que en otros:
las hojas ya se les han caído a los árboles.
Tanto con la anteposición como con la posposición, es necesaria en
estos casos la presencia del pronombre personal átono (le, les)
correspondiente.
60
§ 58. Casos especiales de CI
Con ciertos verbos pronominales, algunas palabras o grupos de
palabras se sustituyen por le o les, pero no cabe la duplicación, que
parece relevante sintácticamente. Por tanto, se dice
te adelantaste a tu adversario = te le adelantaste, pero no se
dice te le adelantaste a tu adversario.
De todas formas, con otros verbos, la duplicación parece normal y, sin
embargo, se siguen sintiendo los mencionados complementos más
bien como CR o CA que como CI:
una mujer se le acercó a Andrés.
Hay algunos complementos de este tipo que se dejan sustituir por le,
les cuando tienen el rasgo animado o humano, pero no cuando carecen
del mismo. Por tanto, se dice:
el niño se abrazó a su madre = el niño se le abrazó;
el niño se abrazó a un árbol, pero no se dice el niño se le abrazó.
En este último caso ya no hay ningún rasgo del CI.
No todos los CI son argumentos, o sea, no todos son exigidos
por el verbo. En
pinté un cuadro a María,
el CI María es adjunto,
di un cuadro a María,
el CI María es argumento.
62
3. lo se suele referir a cosas masculinas, frente a la que se refiere
a cosas femeninas. No obstante, también se detectan en zonas leístas
leísmos de cosa.
No es correcta la inmovilización en número del pronombre le
cuando su referente aparece en plural y después del verbo. Por tanto,
no se dice
quiero decirle a todos ustedes que ..., sino se dice quiero
decirles a todos ustedes que ...;
yo le digo siempre a mis hijos, sino se dice yo les digo siempre a
mis hijos.
Los pronombres átonos le y les concuerdan siempre en número
con su antecedente o consecuente (elemento al que se refiere el
pronombre que aparece después de él).
14
La equivalencia latina es la única razón para distinguir en las Gramáticas
españolas los casos genitivo y ablativo.
63
el acusativo objeto del verbo regalar es ahora un libro. Mas la acción
de regalar supone no sólo algo que se regala, sino también una
persona a quien se regala, un segundo objeto o término, llamado
indirecto, en oposición al objeto directo o acusativo. Este objeto
indirecto, que en el ejemplo es Andrés, está en caso dativo.
Rafael Seco opina que la designación de término indirecto que
se da al dativo no parece propia, pues no es la persona o cosa que
recibe indirectamente la acción del verbo, como se acostumbra decir:
Andrés no recibe los efectos de la acción de regalar de modo
indirecto, como tampoco los recibe de modo directo el acusativo. No
puede decirse que el libro recibe la acción de regalar; quien la recibe
propiamente es Andrés, a cuyas manos llega el libro. El acusativo
complementa la acción del verbo, y el dativo complementa la acción
del verbo después de la mencionada por el acusativo. Rafael Seco
llama la atención también sobre el hecho de que el dativo a Andrés es
complemento no de regalar, sino del conjunto regalar un libro, que
forma el predicado y su complemento sustantivo. Andrés es CD con
relación al conjunto ha regalado un libro, pero CI con relación al
verbo solo ha regalado. Si comparamos las oraciones
el maestro ha traído un libro a Andrés,
el maestro ha traído un libro para Andrés,
vemos que en ambas oraciones se expresa la persona en quien tiene
total cumplimiento el hecho verbal, y en ambas está, pues, Andrés en
caso dativo. Sin embargo, a Andrés indica el término natural del traer
que se predica; en la segunda oración, con el para Andrés se da a
entender que el libro traído por el maestro se destina a Andrés. Esta
misma idea de destino que se da a una cosa o de fin que el sujeto se
propone se encuentra en los dativos de nombres de cosas de los
siguientes ejemplos:
he comprado un collar para el perro;
la chica se prepara para las oposiciones;
me dispongo para el viaje.
La significación de destino o fin, de que es suceptible el dativo, hace
que también se consideren como incluidos en el caso dativo
sustantivos que con las preposiciones a o para son CA naturales que
expresan capacidad, aptitud o cualidad ordenada a un cierto fin. Así
diremos:
relativo a la Gramática;
tocante a estos asuntos;
64
útil para los negocios;
listo para la marcha;
dispuesto a la resistencia.
65
Algunos tipos de dativos no deslindan claramente del CI. Así,
una oración como
ciérrenme la puerta, que hay corriente
dice lo mismo que la oración
cierren la puerta,
pero se pone de relieve el hecho de que el hablante se ve afectado.
Además, no es posible la duplicación, de modo que no es correcto
decir
ciérrenme a mí la puerta,
pues esta oración significaría otra cosa. Sin embargo, en otra oración
aparentemente igual, pero con el pronombre en tercera persona, es
posible la duplicación:
ciérrenle a él la puerta.
Pero en este caso el significado puede ser también el de no le dejen
entrar. Por tanto, los pronombres respectivos me y le no son siempre
en estos casos equifuncionales, aunque pudiera parecerlo.
3. dativo simpatético o posesivo es el nombre que unos
gramáticos dan al pronombre átono con valor de posesión, el cual es
exclusivamente semántico. Sintácticamente son CI:
se me ha roto el vestido = se ha roto mi vestido;
se le iluminaron los ojos = se iluminaron sus ojos.
15
Cualidad que poseen las frases enunciadas según las reglas de una
Gramática determinada.
67
aquel día caminaba yo alegremente por el campo con mis
alumnos
se puede quedar
en caminaba yo.
7. En la oración, los CC suelen permitir una movilidad mayor
que la de otros complementos:
en casa todos leemos el periódico = todos leemos en casa el
periódico = todos en casa leemos el periódico = todos leemos el
periódico en casa.
No todos los CC tienen iguales posibilidades de movilidad:
yo trabajo con alegría no es igual a yo con alegría trabajo.
8. Cuando el CC aparece encabezando la oración, y se separa de
ella mediante pausa, parece incidir más sobre ésta que sobre el verbo:
en Madrid, todos son simpáticos.
No hay que confundir un CC, que siempre funciona complementando
a un verbo (o, a veces, a una oración), con un complemento o
modificador del nombre:
modificador: quiero un café con leche;
CC: mezclé café con leche = mezclé con leche el café.
Tampoco deben confundirse los CC con los CA, ya que éstos siempre
son complementos de participios pasivos o de algunos sustantivos
verbales (eso es, derivados de verbos):
CA: Juan fue multado por un policía;
CC: Juan fue multado por exceso de velocidad.
Además, el CC se diferencia de los atributos y de los (complementos)
predicativos en que éstos complementan a la vez al verbo y al
sustantivo, mientras que aquel sólo complementa al verbo:
(complemento) predicativo: Juan salió contento de la reunión;
CC: Juan salió alegremente de la reunión.
69
Al lado de los cuantificadores adverbiales, existen también, sobre todo
en el habla coloquial, sustantivos o grupos nominales que ejercen el
papel de CC cuantificador:
eso cuesta una pasta = eso cuesta mucho;
trabaja una barbaridad (una burrada) = trabaja mucho;
ese chico sabe cantidad (un montón, la tira) = ese chico sabe
mucho.
También se cuantifica el verbo con locuciones y con estructuras
comparativas que se han lexicalizado y han quedado como meros
cuantificadores de un verbo:
costó Dios y ayuda convencerlo;
llora como una Magdalena;
suda como un pollo;
lloraba a lágrima viva;
dormía como un lirón;
corre como un galgo.
En estos casos, las estructuras comparativas sin CC equivalen a
mucho, pero no deben segmentarse sintácticamente, porque son ya
unidades fijas.
Hay también CC desempeñados por una oración, con un
significado intensivo de la cualidad:
canta que da gusto (oirle) (= muy bien);
baila que es un primor (= muy bien).
70
4. Complemento de régimen (CR)
§ 68. Características
Los CR son adyacentes exigidos por el verbo; por consiguiente,
sin ellos, ciertos verbos no podrían funcionar, ya que la oración
resultaría agramatical. Son argumentos y, por tanto, se dice
la conferencia versó sobre política, pero no se dice la
conferencia versó;
el maestro influyó en mi vida, pero no se dice el maestro influyó.
Algunos verbos pueden presentarse en el enunciado sin su CR, pero en
este caso éste se deduce del contexto o de la situación:
creo que Juan vive aquí, pero ya no me acuerdo (de eso);
dicen que es buen chico, pero yo no me fío (de él o de eso).
Este rasgo de exigencia o régimen con relación al verbo distingue el
CR de los CC, y lo acerca al CD.
Los CR siempre van introducidos por una preposición que
selecciona el verbo, con el cual ella guarda una íntima relación: versar
sobre; fiarse de; influir en; aspirar a; dedicarse a; ocuparse de;
confiar en; acordarse de.
Nunca son sustituíbles los CR por pronombres personales
átonos. De ahí que sea fácil diferenciar un CR con la preposición a de
un CD con la misma preposición, o de un CI. Por consiguiente, se dice
aspira al rectorado, pero no se dice lo (le) aspira.
Los CR se sustituyen siempre por pronombres tónicos y nunca por
adverbios:
versó sobre eso;
confío en mí;
se fía de ti;
se dedica a ello.
En cuanto a los complementos que se sustituyen por adverbios, ellos
son bien CC, bien argumentos adverbiales. En las oraciones
resido en París, hay el argumento adverbial en París;
compré el coche en París, hay el CC en París.
Como no se sustituye por adverbios, el CR nunca responde a
preguntas adverbiales, sino a la pregunta qué, ni tampoco establece
relación con el adverbio como y con los relativos lo que, el que en las
estructuras ecuacionales. A la oración
confío en vuestra ayuda, se pregunta ¿en qué confío?, pues no
se dice ¿cómo confío? Por otra parte, se dice
71
en vuestra ayuda es en lo que confío, pero no se dice en nuestra
ayuda es como confío.
Los CR y los CC pueden ser compatibles con un mismo verbo,
pero no pueden coordinarse entre sí, lo que demuestra que son dos
tipos de complemento diferentes. Se dice
me fío de la gente siempre, pero no se dice me fío de la gente
siempre.
Por otro lado, mientras que un verbo puede ir complementado
por varios CC, sólo puede llevar un CR (salvo en los casos de
yuxtaposición o coordinación). Así, no es posible decir:
me fío de ti de la gente.
72
Juan se dirige a Madrid en estos momentos = Juan se dirige
allí, pero no se dice Juan se dirige en estos momentos;
mi hermana reside últimamente en París = mi hermana reside
allí, pero no se dice mi hermana reside últimamente.
Un complemento permite, a veces, sustituciones por adverbios o
por pronombres:
el problema reside en la situación que estamos viviendo =
reside allí (en ella o en eso);
dirigíos a mi despacho = dirigíos allí (a él );
esa cultura proviene de los romanos = proviene de allí (de ellos).
Además, ciertos verbos que exigen un CD exigen también otro
complemento sustituíble por adverbios:
pon el vaso en la mesa
saqué el libro del cajón.
En estos casos, la supresión del segundo complemento convierte la
oración en agramatical, salvo que dicho complemento se
sobreentienda. A estos complementos fronterizos los llamamos
argumentos o complementos adverbiales.
73
No debe ponerese la preposición de en lugar de otra preposición
seleccionada por el verbo. Se incurriría en un tipo de dequeísmo. Por
tanto, no se dice
insistió de que teníamos que ir, sino se ha de decir insistió en que …
confío de que tenga razón, sino se ha de decir confío en que …
74
III. SINTAXIS DE LAS FORMAS
NO PERSONALES DEL VERBO
§ 74. Infinitivo
El infinitivo es una forma no personal, abstracta, de género
masculino, que expresa simplemente la idea verbal17 en toda su abstracta
generalidad, siendo la forma de éste más despojada de cualidades y
determinaciones. Cuando pierde el interés por el sujeto y sólo representa
al atributo o al complemento, se identifica con el sustantivo. En este caso,
puede llevar, como el sustantivo, artículos y adjetivos:
el trabajar constante de las máquinas.
Por el contrario, si conserva el interés por el sujeto referido de la
oración principal, sin denotar tiempo, número, ni persona, adquiere
justamente carácter verbal. Es, por tanto, un sustantivo verbal, un
nombre abstracto de acción, y expresa el fenómeno en sí mismo, de tal
modo que se puede atribuir a cualquier persona en cualquier tiempo.
Como el infinitivo incluye las ideas con valor temporal de
simultaneidad o prioridad indeterminada, es obvio que su
determinación depende del verbo principal en su forma simple y
compuesta:
brillar / haber brillado.
En un análisis sintáctico detallado, sólo deberá considerarse el
infinitivo como predicado de una oración – siempre subordinada –
16
Con este sufijo muy en boga que, como hemos visto, otros aplican al
complemento predicativo, llamándolo predicatoide.
17
Por esto conviene partir de él para estudiar las desinencias y las relaciones
sintácticas.
75
cuando lleve un sujeto expreso y privativo, independiente del sujeto de
la oración principal, de la misma oración de que depende.
En la construcción del infinitivo pueden ocurrir, en general, tres
casos:
1. el infinitivo con un sujeto absolutamente indeterminado o con
un sujeto en genitivo, es decir, en un genitivo subjetivo. En este caso,
el infinitivo tiene verdaderamente carácter propiamente sustantivo,
corroborado con el hecho de que lo acompañan artículos o adjetivos,
como ocurre con otros sustantivos verbales, con los CD, los CI o los
CC que corresponderían al verbo de donde se deriva. En la expresión
el dulce lamentar de los pastores he de cantar,
se ve el infinitivo lamentar acompañado de artículo y adjetivo, y con
un genitivo subjetivo; a veces, en lugar de genitivo subjetivo se
encuentran los adjetivos posesivos:
en verano, los ciervos su morir van dilatando.
En la expresión
recompensar un sacrificio con otro es pagar en la misma
moneda,
recompensar y pagar llevan complementos verbales, aunque ambos
tienen sentido plenamente sustantivo: uno como objeto y otro como
atributo de la oración. El uso del infinitivo como puro sustantivo
verbal infunde notable vivacidad al lenguaje.
2. el infinitivo tiene el mismo sujeto que la oración principal.
Puede así aparecer como el predicado de una oración subordinada
sustantiva, ya que el sujeto de ella no se conoce, pero es mucho menos
complicado considerarlo como un simple sustantivo, lo mismo que en
el caso anterior. En la oración
siempre he pensado volver a España,
el sujeto del volver es el mismo del pensar, predicado de la oración
principal; puede considerarse que volver a España es una oración
subordinada sustantiva; pero es más sencillo presentar al infinitivo
como objeto del verbo pensar, sin perjuicio de señalar a España como
un complemento de lugar dependiente de volver ; en
nunca he creído saber traducir ninguna lengua,
el infinitivo saber es objeto de creer, y traducir, objeto de saber, así
como ninguna lengua es objeto de traducir ; los dos infinitivos tienen
el mismo sujeto yo, que lo es también del predicado he creído. En los
ejemplos
ése no necesita pretextos para viajar;
76
mi negocio está en conocer bien los artículos,
los infinitivos viajar y conocer son CI y CC, respectivamente, en sus
oraciones.
3. el sujeto no es el mismo de la oración principal, o bien el
infinitivo ofrece un sentido de subordinación averbial. En este caso, al
sorprender la relación de sujeto a predicado, es necesario considerar
que el infinitivo constituye una oración subordinada. En
con mis ojos llorando yo hago crecer el fruto miserable,
el sujeto de crecer es el fruto miserable; de este modo, el fruto
miserable crecer resulta ser una subordinada objetiva de la principal
cuyo predicado es hacer, exactamente equivalente a una oración con
el verbo en subjuntivo:
llorando con mis ojos yo hago que el fruto miserable crezca.
Lo mismo tenemos en
el dolor me permitió descansar un rato,
pero aquí el sujeto de descansar es me, que es CD de la oración. En
las expresiones
al ponerse el sol, la sombra crece;
tipos de esos los encuentra usted al volver la esquina,
los infinitivos ponerse y volver tienen un sentido adverbial temporal
peculiar del modismo al + infinitivo; en el primer ejemplo, el sujeto es
privativo e independiente; en el segundo, es el mismo de la oración.
Con sentido condicional y concesivo encontramos infinitivo en los
ejemplos
de no ser a ese precio, no me conviene el artículo;
con tener tanto dinero, no impidio don Antonio su humillación.
Así como de + infinitivo con valor condicional tiene bastante
vitalidad, el infinitivo precedido de la preposición a, que hoy tiene el
mismo valor, está en curso de desaparecer, pues prácticamente se
limita a unos pocos verbos en frases fijas:
a no ser por el capitán, todos hubiéramos muerto;
a juzgar por el vestido, era china;
a decir verdad, no he oído nada.
Cuando es complemento de un nombre, a + infinitivo es un
galicismo que puede sustituirse con por o para seguidos del infinitivo,
o con cualquier otro giro, según el matiz expresado:
problema a resolver;
tarea a realizar;
trabajo para hacer en casa.
77
Es de notar la sustantivación definitiva de algunos infinitivos,
con sus correspondientes plurales:
pesar(es), haber(es), deber(es),
y la concordancia infinitiva con adjetivos masculinos:
un modesto vivir;
al buen callar llaman Sancho;
un hermoso amanecer;
río fácil de cruzar;
el decirlo tú me sorprende;
me molesta este regañar constante(mente);
¿qué intentas con perderme?;
con tener esa fama, nos defraudó a todos
y la ilimitada sustantivación del infinitivo español, que llega hasta la
forma reflexiva:
un continuo moverse.
§ 75. Participio
Este ofrece, en efecto, un tipo gramatical de carácter híbrido18,
una forma no personal; es un adjetivo verbal que expresa el resultado de
una acción, en el que distinguimos, como en el infinitivo, tres casos:
1. el participio, en su forma masculina invariable y unido con el
verbo haber, interviene en la formación de los tiempos compuestos;
concertado con el sujeto y unido con el verbo ser, participa en la
formación de la voz pasiva.
2. en todos los demás casos, el participio acompaña a un
sustantivo, con el que concierta, en género y número, como verdadero
adjetivo verbal.
3. en su construcción adjetiva, el participio puede llevar expreso
un sujeto, y constituye entonces una oración subordinada adverbial
llamada construcción absoluta.
Como adjetivos verbales, es de notar que los participios
atribuyen al sustantivo, como cualidad, el hecho de haber sufrido la
acción del verbo. Expresan cualidades accidentales de las cosas,
debido al carácter de cambio, modificación, alteración, que expresan
los verbos de donde derivan. Sin embargo, el hecho de haber recibido
la acción del verbo puede dejar en el objeto una huella o afecto
permanente:
18
Históricamente, el participio equivale a la forma del perfecto de la voz
pasiva latina (amatus sum, soy amado). Participa del carácter del adjetivo y
del verbo.
78
un pájaro muerto;
una casa quemada.
Por otra parte, gracias a su carácter verbal, los participios pueden
llevar los complementos correspondientes a los verbos de donde
derivan:
un rey temido de todos sus súbditos;
una disputa nacida en una taberna;
un automóvil preparado a toda prisa para salir.
Cuando el participio lleva consigo un sujeto independiente del sujeto
de la oración, de suerte que forma dentro de ella una entidad
autónoma, debemos considerarlo como predicado de una oración, que
es siempre subordinada adverbial, muchas veces de tiempo, como en
terminada la reunión, el público se retiró tranquilamente,
donde el sujeto del participio terminada es la reunión, con quien va
concertado; otras son de modo, como
iba, las manos metidas en los bolsillos, a lo largo del paseo.
El participio absoluto puede encerrar a veces matiz condicional,
como en
quitados los árboles, el parque no valdría nada,
o concesivo, especialmente si va precedido de aun, como en esta
oración:
aun muerto su perseguidor, no se atrevía a salir de su escondite.
Los participios presentes, de los que hablan algunas Gramáticas, no
existen en español. Los así llamados son adjetivos formados mediante
los sufijos –ante o –(i)ente, que con los participios estudiados no
ofrecen más parentesco que el de su significación verbal:
amante = el que ama;
oyente = el que oye;
durmiente = el que duerme.
§ 76. Gerundio
79
indica la manera de venir y tiene dos formas, imperfecta o simple
(corriendo)19 y simultánea20; y perfecta o compuesta (habiendo
corrido) y anterior21.
Hay que notar en el gerundio cierto matiz peculiar de
continuidad, por lo que puede formar frases de carácter durativo o
progresivo, con un verbo de reposo o de movimiento:
está escribiendo;
va escribiendo.
El gerundio expresa siempre una idea de contemporaneidad / acción
inmediatamente anterior (si, en este caso, se trata de lo que se llama
gerundio perfecto) respecto del verbo de la oración principal. Así, en
la expresión
la vi cogiendo flores,
el ver y el coger son contemporáneos en un cierto momento; pero en
habiendo venido Blas, ya está solucionado el problema,
el venir es hecho pasado respecto del solucionar.
En fin, en
alzando con dos manos el dulce y amargo jarro, lo dejó caer
sobre mi boca (Lazarillo de Tormes),
el alzar es inmediantamente anterior al dejar.
En cambio, las Gramáticas no admiten, a pesar de usarse
frecuentemente sin censurar, que se emplee el gerundio para expresar
la posterioridad inmediata a la acción principal. Por eso siempre
parecen incorrectas frases como
el agresor huyó, siendo detenido horas después.
El gerundio aparece en la oración
1. como adverbio:
hablaba gritando; vino callandito22;
19
Continuación del gerundio latino (audiendo > oyendo), que conserva en
algunas frases su sentido originario: docendo discimus, “enseñando aprendemos”.
20
Expresa coincidencia temporal o anterioridad inmediata respecto al verbo a
que acompaña: descansando en el jardín, vi pasar un tren eléctrico. La
acción pretérita de vi es simultánea con el acto de descansar. Sin, embargo, la
atención del que habla se fija más en la anterioridad inmediata que en la
coincidencia de los dos conceptos momentáneos.
21
Esta anterioridad más o menos inmediata es perfectiva, como todas las
formas compuestas del verbo: habiendo examinado su tesis doctoral,
determinó aprobarla.
22
Como se puede observar, admite sufijos diminutivos.
80
2. como adjetivo y sólo con verbos de percepción sensible
(distinguir, hallar, observar, oir, sentir y ver) o de representación
(grabar, dibujar, describir, pintar, representar) y siempre referido al
complemento directo:
Goya retrata al hombre luchando con los monstruos de su
sueño;
3. referido al sujeto, en tanto que equivalente de una frase
explicativa (uso siempre censurable):
te mando una caja conteniendo turrón.
Es el gerundio mismo del Boletín oficial:
Orden disponiendo (= que dispone) ...
4. referido al CD (la acción expresada por el verbo principal
puede coincidir temporalmente con la del gerundio, y el sujeto de éste
puede ser a la vez complemento del verbo):
vi a tu primo vendiendo naranjas;
5. con un uso coordinativo, censurable, acompañado por en23, en
una combinación24 que expresa una acción simultánea y de
anterioridad inmediata:
en acabando de trabajar, iremos de paseo.
Hoy día se sustituye en la mayoría de las veces por luego que, en
cuanto, etc., y significa acontecimiento pasado:
en sabiendo = después de haber sabido;
en cuanto acabe = inmediatamente después de acabar.
6. con pronombres sólo enclíticos:
habiéndolo visto.
El sujeto del gerundio puede ser el mismo de la oración principal o
algún otro elemento de ella, que no hay necesidad de repetir; pero, a
veces, el gerundio lleva un sujeto autónomo, independiente de la
oración principal.
De todos modos, el gerundio constituye una oración subordinada
de carácter adverbial. Así, en
el muchacho salió corriendo a más no poder,
corriendo tiene por sujeto al muchacho de la oración principal y
ofrece un sentido modal; en cambio, en
la encontré escribiendo a su padre,
el gerundio tiene por sujeto al CD de la oración principal, y su sentido
es asimismo modal. En fin, en
23
En es la única preposición castellana que admite el gerundio.
24
Esta construcción es, no obstante, de uso anticuado.
81
estando en cama, vino tu carta,
el gerundio tiene por sujeto el pronombre yo, que no figura en la
oración principal, y su sentido es temporal, lo mismo que en
pasando nosotros por la plaza, venía el regimiento.
En fin,
estando tú conforme, yo acepto y
habiéndolo dicho Andrés, hay que creerlo
son oraciones de tipo condicional;
no puedo admitir tu aserción conociendo tu manera de ser
es causal; y
lloviendo a cántaros, iría a tu casa
tiene sentido concesivo. Muy frecuentemente, el gerundio concesivo
va precedido del adverbio aun:
aun sabiendo la verdad, debías haberte callado.
82
SEGUNDA PARTE
MODELOS DE ANÁLISIS
83
84
MODELOS DE ANÁLISIS SINTÁCTICO
89
No me acuerdo de cuándo se plantaron esos árboles. Deben de
tener seis u ocho años. Tal vez tengan alguno más. Se han
desarrollado mucho, y en primavera, se cubren de hojas. Ahora
acaban de ser podados por los jardineros municipales.
1. No me acuerdo de cuándo se plantaron esos árboles. Es una
oración compleja enunciativa negativa integrada por:
• No me acuerdo. Es la proposición principal. El sujeto es una
primera persona; el predicado es me acuerdo; me es pronombre
constitutivo del verbo acordarse; tiene como complemento circunstancial
de negación al adverbio no. El verbo no me acuerdo es la primera
persona de singular, presente de indicativo de acordarse, voz media27.
• de cuándo se plantaron esos árboles. Es una proposición
subordinada temporal, que funciona como suplemento del verbo
principal me acuerdo; tiene un sujeto paciente (por ser proposición
pasiva): esos árboles (cuyo núcleo es árboles, precedido del
determinante demostrativo esos); complemento circunstancial de se
plantaron es el adverbio interrogativo cuándo; la preposición de sirve
de nexo entre el verbo principal (me acuerdo) y su suplemento. El
verbo se plantaron es la tercera persona de plural, pretérito perfecto
simple de plantar, construido en voz pasiva refleja (= fueron
plantados), con el pronombre se.
2. Deben de tener seis u ocho años. Es una oración simple
dubitativa. Tiene como sujeto una tercera persona (esos árboles) y
como predicado a deben de tener seis u ocho años, formado por el
núcleo verbal deben de tener y el complemento directo seis u ocho
años. A su vez, este SN consta del núcleo años y de los determinantes
numerales cardinales seis, ocho, unidos con la conjunción disyuntiva
u. El verbo deben de tener es la tercera persona de plural, presente de
indicativo de la perífrasis modal deber de tener, que expresa
“suposición probable”.
3. Tal vez tengan alguno más. Es también una oración simple
dubitativa. Tiene como sujeto una tercera persona (esos árboles) y su
predicado verbal está compuesto por el núcleo tengan; hay en ella
también un complemento circunstancial, que es la locución adverbial
de duda tal vez, y un complemento directo, alguno más, el cual es un
SN constituido por el pronombre indefinido más (= más años),
complementado por el determinante indefinido alguno. Se prueba que
27
Esta indica participación afectiva del hablante en la significación del verbo.
90
más es el núcleo del SN alguno más, porque si lo suprimimos, la
oración conserva su significado (Tal vez tengan más); pero si
prescindimos de más, lo pierde (> Tal vez tengan alguno). El verbo
tengan es la tercera persona de plural, presente de subjuntivo, modo
necesario por el carácter subjetivo de duda o inseguridad que
manifiesta la locución adverbial tal vez que precede al verbo tener.
4. Se han desarrollado mucho, y en primavera se cubren de
hojas. Es una oración compleja enunciativa, constituida de dos
proposiciones coordinadas:
• Se han desarrollado mucho. Tiene como sujeto una tercera
persona (esos úrboles) y como predicado a se han desarrollado
mucho. El núcleo verbal es en voz media: se cubren, marca de la voz
media siendo el pronombre se. Hay también un complemento
circunstancial de cantidad: el adverbio mucho. El verbo se han
desarrollado es la tercera persona de plural, pretérito perfecto
compuesto de indicativo de desarrollarse; es voz media porque la
acción se ha producido en el sujeto esos úrboles; ni él, ni nadie
exterior a él la han ejecutado.
• y en primavera se cubren de hojas. Tiene como sujeto la
tercera persona (esos árboles) y como predicado a en primavera se
cubren de hojas. El núcleo verbal en voz media es se cubren, y la
marca de voz media es el pronombre se. Suplemento de se cubren es
el SN de hojas. Nexo coordinante es la conjunción copulativa y; en
fin, complemento circunstancial de tiempo del núcleo verbal es el SN
preposisicional en primavera. El verbo se cubren es la tercera persona
de plural, presente de indicativo de cubrirse; voz media.
5. Ahora acaban de ser podados por los jardineros
municipales. Es una oración simple enunciativa. Tiene un sujeto
paciente: la tercera persona (esos árboles) y un predicado en voz
pasiva: ahora acaban de ser podados por los jardineros municipales.
Núcleo: la perífrasis aspectual en voz pasiva acaban de ser podados;
complemento agente: por los jardineros municipales, el cual está
constituido por un SN preposicional cuyo núcleo es jardineros, con el
complemento de ese nombre municipales, que es un adjetivo
especificativo; complemento circunstancial de tiempo: el adverbio
ahora. El verbo acaban de ser podados es la tercera persona de plural,
presente de indicativo del verbo perifrástico en voz pasiva acabar de
ser podado. Se trata de una perífrasis aspectual indicadora de que la
acción acaba de producirse.
91
Para recapitular y ahondar lo aprendido con este análisis, intenta,
siguiendo precisamente este modelo, analizar los verbos que
constituyen el núcleo de los SV28 en las oraciones y proposiciones de
los siguientes fragmentos:
Tienes que calmarte y contar con orden las cosas, para que nos
enteremos, sin avergonzarte de tu actitud, porque no se te puede
atribuir culpa alguna. Vamos, no rompas a llorar, y sosiégate.
Hacía tiempo qe a Valentín le rondaba por la cabeza fumarse un
puro. Sigiloso, sacó uno de la caja donde su padre los guardaba, y lo
encendió. Dió tres o cuatro chupadas y empezó a marease. Lo tiró al
retrete inmediatamente.
Aunque no lo debía decir, a veces siento un poco de envidia de
mi hermana. Es tan simpática, que todo el mundo la quiere. Cuando
ella está, yo me siento aún más tímida, y opto por el silencio. No
obstante, celebro que sea así. A su lado, aprendo, y algún día llegaré
a parecerme a ella.
§ 80. En el apartado de “ofertas de empleos” aparece este
anuncio. Trataremos de hacer su análisis:
Se necesita matrimonio. Ella, buena cocinera; él, mozo
comedor, sabiendo conducir. Sólo profesionales. Informes, buen
sueldo, pagas. 400301.
El presente texto luce las violentas elipsis características de este
género de discurso, constituido por estas proposiciones forzadamente
coordinadas.
• Se necesita matrimonio. Proposición pasiva refleja. Sujeto
paciente: matrimonio; predicado: se necesita, en el que el pronombre
se funciona como marca de pasiva refleja.
• Ella, buena cocinera. Proposición de predicado nominal,
sin cópula (omitida la perífrasis modal obligativa debe ser); sujeto:
ella; atributo: cocinera; complemento del atributo: el adjetivo
especificativo buena.
• él, mozo comedor, sabiendo conducir. Proposición de
predicado nominal, yuxtapuesta a la anterior (pero con relación
copulativa; por asíndeton, se omite y). Tiene la misma estructura. El
28
Sintagma verbal.
92
atributo mozo lleva un complemento que debería ser preposicional (de
comedor). La proposición de gerundio sabiendo conducir tiene como
sujeto a él; el infinitivo conducir funciona como complemento directo
del gerundio. Construcción gramaticalmente incorrecta: el gerundio
sólo puede complementar a un sujeto y a un complemento (y no a un
atributo, como ocurre aquí), con las restricciones conocidas.
• Sólo profesionales. Proposición subordinada de una
principal omitida no precisable: Llamen sólo si son profesionales o
Sólo los contrataremos si son profesionales, etc. En cualquier caso,
profesionales es el atributo; ya que el gerundio no puede constituir el
predicado de unas proposiciones independientes (Él sabiendo
conducir), puede referirse a un nombre pronombre, pero sólo como
complemento suyo. Por ejemplo, Él, sabiendo conducir, no quiso
hacerlo (complemento del sujeto).
• Informes, buen sueldo, pagas. Estas palabras son elementos
de diversa función. El sustantivo Informes puede ser sujeto de una
pasiva refleja (Se precisa informes); el SN buen sueldo y el sustantivo
pagas también pueden ser interpretados como sujetos pacientes (Se
ofrece buen sueldo, pagas), o como complementos directos
(Ofrecemos buen sueldo, pagas).
• 400301. Este es simplemente el número del teléfono; este
número funciona como complemento circunstancial de otra proposición,
con elementos elípticos: (Llámese / Llamen al teléfono) 400301.
29
Eso es, que “anuncia” que algo va a seguir.
96
• como le fue ordenado por el médico. Proposición
subordinada adverbial de modo. Nexo conjuntivo con la principal:
como. Sujeto paciente: todo; predicado en voz pasiva: fue ordenado;
complemento de agente: por el médico; complemento indirecto: le.
2. Comió poco, anduvo mucho, y hasta se hizo miembro de un
gimnasio para hacer ejercicio. Oración compleja, formada por tres
oraciones coordinadas copulativas:
• Comió poco. Sujeto: la tercera persona; predicado verbal:
comió poco, con el núcleo comió y el complemento circunstancial (el
adverbio de cantidad) poco. Los vocablos poco y mucho son
pronombres, si el hablante los piensa como sustitutos de un SN (comió
poco arroz, mucho arroz), y adverbios (como aquí ocurre) si poco
equivale a “escasamente”, y mucho a “abundantemente”.
• anduvo mucho. Tiene la misma estructura que lo anterior.
• y hasta se hizo miembro de un gimnasio. Proposición
(principal respecto de la que sigue) coordinada copulativamente con la
anterior, mediante la conjunción y; Sujeto: la tercera persona.
Predicado: hasta se hizo miembro de un gimnasio para hacer
ejercicio. La preposición hasta marca que el término al cual precede
es el último de una enumeración, a cuyo límite se llega. Cópula
verbal: el verbo semipredicativo se hizo; atributo: miembro. Éste lleva
el complemento preposicional de un gimnasio.
• para hacer ejercicio. Proposición final, subordinada a la
anterior. Sujeto: la tercera persona; predicado verbal: hacer ejercicio;
su núcleo hacer lleva el complemento directo ejercicio.
3. Sacrificio inútil: siguió estando tan gordo como antes, así es
que decidió despreocuparse de su gordura. Oración compleja,
constituida por las proposiciones a) y b).
a) Sacrificio inútil: siguió estando tan gordo como antes.
Proposición compleja que consta de las siguientes proposiciones:
• Sacrificio inútil. Proposición nominal, que funciona como
atributo de un sujeto que es la noción neutra que reúne todo lo que el
gordo hizo antes. Se trata de un SN cuyo núcleo es sacrificio, con el
complemento adjetival especificativo inútil.
• siguió estando tan gordo. Proposición yuxtapuesta a la
anterior, que debe interpretarse como subordinada causal. Proposición
principal: siguió estando tan gordo. Sujeto: la tercera persona.
Predicado nominal: siguió estando tan gordo, con la cópula formada
por la perífrasis aspectual durativa siguió estando (en la que seguir es
97
el auxiliar del verbo copulativo estar); atributo: tan gordo, formado
por el adjetivo gordo, precedido del adverbio de cantidad tan que, con
la conjunción como de la proposición siguiente, forma el nexo
discontinuo de la comparación de igualdad (tan … como).
• como antes. Proposición comparativa subordinada a la
anterior. Se elude el núcleo verbal (estar) por ser el mismo de la
proposición principal. De este modo, el predicado sólo está
representado por el complemento circunstancial (adverbio de tiempo)
antes. La conjunción como forma parte del nexo conjuntivo.
b) así es que decidió despreocuparse de su gordura.
Proposición adverbial consecutiva, subordinada a la anterior, y ligada
a ella por el nexo conjuntivo así es que. Sujeto: la tercera persona.
Predicado verbal: decidió despreocuparse de su gordura. Núcleo:
decidió; complemento directo: despreocuparse de su gordura. Esta
proposición de infinitivo tiene el mismo sujeto; núcleo:
despreocuparse (con el pronombre se de voz media) y el suplemento
de su gordura.
4. Me parece que, desde entonces, aún come más que cuando
fue a la consulta del médico. Oración compleja, constituida por las
siguientes proposiciones:
a) Me parece. Proposición principal. Sujeto; la proposición
subordinada que le sigue. Núcleo del predicado verbal: parece.
Complemento indirecto: me.
b) que desde entonces, aún come más que cuando fue a la
consulta del médico. Proposición subordinada compleja que es sujeto
de la anterior. Consta, a su vez, de estas proposiciones:
• desde entonces, aún come más. Proposición principal
respecto de la siguiente. Sujeto: la tercera persona. Predicado: desde
entonces, aún come más, constituido por el núcleo come y tres
complementos circunstanciales: la locución adverbial (de tiempo)
desde entonces; el adverbio intensivo aún, y el adverbio de cantidad
más, el cual, con la conjunción que de la proposición siguiente, forma
el nexo conjuntivo de la comparación de superioridad.
• que cuando fue a la consulta del médico. Proposición
adverbial comparativa, subordinada a la anterior con el nexo
comparativo más que. Se omite el núcleo verbal comía, por ser el
mismo verbo que el de la principal. El sujeto es también el mismo: la
tercera persona. La proposición adverbial cuando fue al médico se une
al verbo omitido comía, como subordinada de tiempo mediante el
98
adverbio conjuntivo cuando. Núcleo verbal: fue (‹ ir); complemento
circunstancial de lugar: a la consulta del médico, que es un SN con
preposición, cuyo núcleo es consulta, precedido del determinante (la)
y seguido del complemento del médico (preposición + SN).
Intenta también analizar ahora los siguientes textos:
Los automóviles, cuyos conductores tenían aspecto de cansados,
avanzaban muy lentamente por la carretera atestada. Anochecía, y
nadie contaba con llegar a sus casas antes de dos o tres horas. Una
ambulancia hacía sonar su sirena inútilmente, no podía abrírsele
paso. Tal vez transportaba a algún accidentado grave.
La norma de circular los automóviles por la derecha es seguida
por casi todos los países europeos. Pero en el Reino Unido siguen
obstinados en circular por la izquierda, con lo cual, quien llega
ignorante allá desde el continente, corre grave peligro. Lo mismo
conductores que peatones.
§ 83. Haremos juntos el análisis oracional del siguiente texto:
El chismoso de Andrés dijo que no se iba, porque estaba de mal
temple, y que se sentía muy solo. Aunque todo ello no eran más que
excusas para quedarse a husmear qué hacíamos. ¡El cotilla! Yo no
sabía si echarlo o echarme a reír.
1. El chismoso de Andrés dijo que no se iba, porque estaba de
mal temple, y que se sentía muy solo. Aunque todo ello no eran más
que excusas para quedarse a husmear qué hacíamos. Oración
enunciativa compleja, formada por coordinación copulativa entre las
proposiciones complejas a) y b), con la conjunción y.
a) El chismoso de Andrés dijo que no se iba, porque estaba de
mal temple, y que se sentía muy solo. Proposición compleja formada
por la principal: El chismoso de Andrés dijo, y dos subordinadas a
ella, coordinadas entre sí, que funcionan como complemento directo.
El chismoso de Andrés dijo. Proposición principal. Sujeto: El
chismoso de Andrés. Es un SN; núcleo: Andrés, con el complemento
adjetivo chismoso, en la construcción el + adjetivo + nombre30.
Predicado verbal: dijo.
30
Como has estudiado, es una de las varias estructuras que proporcionan al
adjetivo una intensificación de grado, es decir, que lo hace superlativo.
99
• que no se iba. Proposición subordinada sustantiva, que
funciona como complemento directo del verbo principal dijo. Se une a
la proposición principal con la conjunción enunciativa que,
característica de la subordinación. Sujeto: el mismo de la principal (la
tercera persona). Predicado verbal: no se iba; núcleo: se iba (el
pronombre se no es reflexivo, sino morfema constitutivo del
significado de irse, distinto del que tiene ir); complemento
circunstancial: el adverbio (de negación) no.
• porque estaba de muy mal temple. Proposición causal
subordinada a la proposición subrdinada anterior, mediante la
conjunción causal porque. Sujeto: el mismo. Predicado nominal:
estaba de mal temple; cópula: estaba; atributo: de mal temple ( =
destemplado), constituido por preposición + SN; núcleo: temple;
complemento adjetivo del núcleo: mal (forma apocopada de malo).
• y que se sentía muy solo. Proposición sustantiva, que
también funciona como complemento directo del verbo principal
dijo31. Se coordina copulativamente con que no se iba. Sujeto: el mis-
mo. Predicado nominal: se sentía muy solo; núcleo: el verbo semipre-
dicativo se sentía (se es marca de voz media); atributo: muy solo; muy
es el adverbio complemento del adjetivo solo, que lo hace superlativo.
• Aunque todo ello no eran más que excusas para quedarse
a husmear qué hacíamos. Proposición compleja coordinada, mediante
la conjunción adversativa aunque32, con la proposición a). Está
integrada por estas proposiciones:
• Aunque todo ello no eran más que excusas. Proposición
principal. Nexo que, a su vez, la coordina a a): aunque. Sujeto: el SN
todo ello, cuyo núcleo es el pronombre neutro ello (que reproduce
anafóricamente33 lo que ha dicho Andrés), complementado por el
determinante indefinido todo. Predicado nominal: no eran más que
excusas; cópula: eran; atributo: excusas. Hay concordancia anómala
entre el sujeto en singular (todo ello) y el predicado en plural (eran
31
Si se dijera y porque estaba muy cansado, se coordinaría con porque
estaba de mal temple, y sería, por tanto, otra subordinada causal.
32
La conjunción aunque funciona como coordinante adversativa cuando
equivale a pero, como ocurre precisamente en este caso. Si no, es
subordinante concesiva (Aunque pudiera, no lo haría).
33
La anáfora es un tipo de deixis que desempeñan algunas palabras
(pronombres, adverbios o verbos), consistente en asumir el significado de una
palabra anteriormente mencionada en el discurso.
100
excusas). Lo lógico sería: Todo ello era excusa; pero es admisible esta
concordancia ad sensum, esto es, según el sentido, ya que ello
reproduce las varias cosas que ha dicho Andrés.
• para quedarse. Proposición subordinada al atributo
excusas de la proposición anterior. Es, pues, complemento preposi-
cional (con para) de un sustantivo, y tiene carácter final (expresa la
finalidad de las excusas). Sujeto: Andrés. Predicado: quedarse (el
pronombre se es morfema constitutivo del significado de quedarse,
distinto del que posee al funcionar como semipredicativo: Yo me
quedé sorprendido).
• a husmear qué hacíamos. Proposición compleja final,
subordinada al verbo quedarse. Nexo: la preposición a. La integran:
- a husmear. Proposición principal. Sujeto: la tercera
persona (alguien que es el mismo). Predicado verbal: husmear.
- qué hacíamos. Proposición subordinada a la anterior.
Es interrogativa indirecta, y funciona como complemento directo de
husmear. Sujeto: la primera persona plural (nosotros). Predicado
verbal: qué hacíamos; núcleo: hacíamos; complemento directo: el
pronombre interrogativo qué.
2. ¡El cotilla! Oración simple, independiente, exclamativa,
yuxtapuesta a la anterior. El hablante sigue pensando en el sujeto
Andrés. Y es de él que predica que (es) cotilla. Por tanto, cotilla
funciona como atributo del sujeto principal. El artículo (lo mismo que
otros determinantes) proporciona grado superlativo al adjetivo en
varias construcciones, tales como el chismoso de Andrés, el muy bobo,
aquella tonta de Juana, ese mantecato, etc. Normalmente, ocurre esto
con adjetivos que denotan compasión, ironía o menosprecio; los
elogiosos adquieren significado irónico: la sabia de Mercedes, esa
listísima, el valiente de Antonio.
3. Yo no sabía si echarlo o echarme a reír. Oración compleja,
formada por la principal Yo no sabía, y dos subordinadas a ella, pero
coordinadas entre sí mediante la conjunción disyuntiva o.
• Yo no sabía. Proposición principal enunciativa negativa.
Sujeto: yo. Predicado verbal: no sabía; núcleo: sabía; complemento
circunstancial: el adverbio de negación no.
• si echarlo. Proposición sustantiva en función de
complemento directo de sabía. Se une a este verbo con la conjunción
enunciativa si (y no que, porque la preposición tiene carácter
101
disyuntivo). Sujeto: el de la principal. Predicado verbal: echarlo;
núcleo: echar; complemento directo: lo.
• echarme a reír. Es, como la anterior, proposición sustantiva
en función de complemento directo de sabía. Va en coordinación
disyuntiva con la anterior. Sujeto: el mismo. Predicado verbal: echarme
a reír, formado por la perífrasis aspectual echarse a + infinitivo.
Intenta hacer solo también el análisis sintáctico de los siguientes
textos:
Se podría pensar que ante la bella tendencia a la sobria
sencillez que le es propia, nuestro idioma sería especialmente
adecuado a las traducciones. Y hasta cierto grado se presta
efectivamente a ellas, pero se exagera el valor de esas traducciones
de casi todas las obras extranjeras de fama, entre nosotros demasiado
extendidas e insaciables, al afirmar incluso que algunas de ellas están
tan logradas que a partir de las mismas se podría reconstruir de
nuevo el texto originario, si éste llegara a perderse. (J. GRIMM. La
pedantería en el idioma alemán).
Traducir a un poeta extranjero significa aumentar la poesía
nacional, pero esta mejora no gusta a los mismos a los que beneficia.
Al menos esto es lo que ocurre al principio; después será la rebelión.
Una lengua a la que se trasvasa de esta forma otro idioma hace lo
que está en su mano para rechazarlo; y aunque más tarde se sienta
fortificada, mientras tanto, se indigna.
§ 84. Haremos ahora el análisis oracional del siguiente texto:
La reunión continuó violenta. Todos los que habían acudido se
acusaban de la falta de acuerdo, y los que hablaban lo hacían
irritados. Parece que no podía ser de otra manera, que las tensiones
habían llegado a su último grado. Lamentable situación.
1. La reunión continuó violenta. Oración enunciativa simple.
Sujeto: la reunión. Predicado verbal: continuó violenta; núcleo:
continuó; complemento predicativo: violenta, que complementa a la
vez al sujeto y al verbo.
2. Todos los que habían acudido se acusaban de la falta de
acuerdo, y los que hablaban lo hacían irritados. Oración compleja
enunciativa, formada por la coordinación (copulativa, con y) de las
proposiciones a) y b).
102
a) Todos los que habían acudido se acusaban de la falta de
acuerdo. Proposición compleja formada por las siguientes
proposiciones:
• Todos los que habían acudido. Funciona como proposición
subordinada sujeto de a). Su propio sujeto es el grupo relativo sin
antecedente, formado por el pronombre que, con los determinantes
todos (indefinido) los (artículo); predicado verbal constituido por el
núcleo habían acudido.
• se acusaban de la falta de acuerdo. Sujeto: la proposición
anterior. Predicado verbal: se acusaban de la falta de acuerdo; núcleo:
acusaban; complemento directo: el pronombre recíproco se. El núcleo
lleva el suplemento de la falta de acuerdo, que es un SN con
preposición, cuyo núcleo es falta, precedido de artículo determinante,
y con el complemento de acuerdo (preposición + nombre).
b) los que hablaban lo hacían irritados. Proposición compleja,
formada por las siguientes proposiciones:
• los que hablaban. Proposición de relativo sujeto y, por
tanto, sustantivada y subordinada a la siguiente. Su sujeto es los que,
es decir artículo + pronombre relativo sin antecedente expreso.
Predicado verbal: hablaban.
• lo hacían irritados. Sujeto: la proposición anterior. Núcleo del
predicado verbal: hacían; complemento directo: el pronombre lo (neutro,
por reproducir la acción hablaban); complemento predicativo: irritados.
3. Parece que no podía ser de otra manera, que las tensiones
habían llegado a su último grado. Oración compleja enunciativa,
formada por las siguientes proposiciones:
• Parece. Proposición principal con sujeto múltiple, que lo
son las dos oraciones siguientes. Predicado verbal: parece.
• que no podía ser de otra manera. Proposición subordinada
sustantiva, en función de sujeto de la principal. Esta proposición no
expresa el sujeto, sino es una noción neutra constituida por lo dicho
antes: que la reunión continuó violenta y que todos hablaban irritados.
Predicado nominal: no podía ser de otra manera, constituida por la
perífrasis modal podía ser, que funciona como cópula entre el sujeto
neutro no expreso, y el atributo de otra manera (que es una locución
adverbial). El adverbio no es complemento circunstancial. El verbo
ser puede ser interpretado también como predicativo (= ocurrir), y de
otra manera funcionaría como complemento circunstancial.
103
• que la tensión había llegado a su último grado. Es otra
proposición subordinada sustantiva, que también funciona como
sujeto de la principal, yuxtapuesta con la proposición anterior. Sujeto:
la tensión; predicado verbal: había llegado a su último grado, cuyo
núcleo predicativo es había llegado, que lleva como suplemento el SN
con preposición a su último grado, cuyo núcleo es grado; con el
complemento adjetivo específico último.
4. Lamentable situación. Oración nominal34 simple, de
predicado nominal, cuyo sujeto es todo lo contado antes. No se
expresa la cópula (era), y sólo aparece el atributo lamentable
situación, que es un SN; núcleo: situación; complemento adjetivo
especificativo (¿o epíteto?): lamentable. La oración se acerca a tener
carácter explamativo.
Intenta ahora hacer solo el analisis oracional de los siguientes textos:
Después de haber cruzado, relajados, abandonándonos a un
agradable ensimismamiento, el pueblecito sumido en su sueño
patriarcal, sobresaltándose como un niño amodorrado a cada crujido
de los frenos de algún carro dominguero que se dirigía hacia el
monasterio convertido en castillo, llegamos finalmente nosotros
también, llenos de buena voluntad admirativa, ante el palacio
conocido de las leyendas. Un aspecto sombrío, no de monasterio y no
de palacio, sino de cuartel o de prisión fortificada.
¡Ilusorio triunfo! Fuera, el aire estaba transparente y bueno;
corría embriagador por nuestros pulmones ahogados por el no ser, y
las copas de los árboles, resucitando siempre, susurraban
eternamente irónicas junto a la muerte irrisoria.
§ 85. Aquí tienes un nuevo modelo de análisis oracional:
Yo, que lo quiero mucho, habría ido a verlo al hospital, si
hubiera sabido que pasaba el día solo. ¿Cómo podía imaginarme que
su familia lo estaba desatendiendo así? Aunque, ahora caigo en ello,
nunca vi que le mostraran mucho afecto.
1. Yo, que lo quiero mucho, habría ido a verlo al hospital, si
hubiera sabido que pasaba el día solo. Oración enunciativa compleja,
constituida por las siguientes proposiciones de estructura condicional:
34
Es una oración construida nominalmente, es decir, sin el verbo copulativo
(es).
104
• Yo […] habría ido a verlo al hospital. Es la apódosis o
proposición principal, anticipada a la prótasis. Sujeto: yo. Predicado
verbal: habría ido a verlo al hospital, cuyo núcleo es el verbo habría
ido, con dos complementos circunstanciales: uno de lugar, al hospital,
y otro consistente en la proposición subordinada final a verlo, cuyo
sujeto sigue siendo yo; ver es el núcleo del predicado, que lleva el
complemento directo lo. Se enlaza el verbo principal habría ido con la
preposición a (sin la conjunción enunciativa que, la cual es
característica de la subordinación, por ir en infinitivo).
El sujeto yo va complementado por la proposición adjetiva o de
relativo que lo quiero mucho. Ésta es explicativa. Y está constituida
por el sujeto que (reproduce a yo, que es su antecedente), y el
predicado verbal lo quiero mucho, cuyo núcleo quiero lleva el
complemento directo lo y el complemento circunstancial (adverbio de
cantidad) mucho.
• si hubiera sabido que pasaba el día solo. Prótasis, con la
conjunción subordinante condicional si. Sujeto: la primera persona
(yo). Predicado: hubiera sabido que pasaba el día solo. Núcleo:
hubiera sabido, en subjuntivo, porque formula una condición
irrealizable. Complemento directo: la proposición subordinada
sustantiva que pasaba el día solo, cuyo sujeto es la tercera persona;
predicado: pasaba el día solo; su núcleo es pasaba; lleva el
complemento directo el día y el complemento predicativo solo.
2. ¿Cómo podía imaginarme que su familia lo estaba
desatendiendo así? Aunque, ahora caigo en ello, nunca vi que le
mostraran mucho afecto. Oración compleja en que las proposiciones
¿Cómo podía…? y Aunque… pueden ser interpretadas como
coordinadas (si entendemos a aunque como conjunción adversativa
equivalente a pero) o con relación subordinativa (si entendemos que
aunque es una conjunción concesiva equivalente de a pesar de que).
Adoptamos la primera solución. Constituyen, pues, aquella oración las
proposiciones complejas a) y b):
a) ¿Cómo podía imaginarme que su familia lo estaba
desatendiendo así? Oración compleja interrogativa (al no formular
una pregunta que demanda respuesta, se trata de una interrogación
retórica). La constituyen estas oraciones:
• ¿Cómo podía imaginarme. Proposición principal. Sujeto: la
primera persona. Predicado: Cómo podía imaginarme, cuyo núcleo
verbal es la perífrasis modal podría imaginarme, en que me es el
105
pronombre afectivo; cómo, adverbio interrogativo, es complemento
circunstancial de modo. El verbo poder (+ infinitivo) funciona, pues,
como auxiliar (al igual que deber, deber de, tener que, venir a).
• que su familia lo estaba desatendiendo así? Proposición
subordinada sustantiva, en función de complemento directo de la
anterior. Sujeto: su familia. Predicado verbal: lo estaba desatendiendo
así, cuyo núcleo es la perífrasis aspectual durativa estaba
desatendiendo; complemento directo: lo; complemento circunstancial
(de modo): así.
b) Aunque, ahora caigo en ello, nunca vi que le mostraran
afecto. Proposición coordinada a la anterior mediante la conjunción
adversativa aunque. Con el inciso, hay dos proposiciones:
• Aunque, […] nunca vi que le mostraran afecto.
Proposición coordinada a la anterior mediante la conjunción
adversativa aunque. Sujeto: la primera persona. Predicado verbal: vi
que le mostraran mucho afecto. Núcleo: vi; complemento directo: la
proposición sustantiva subordinada que le mostraran mucho afecto;
núcleo: mostraran; complemento directo: mucho afecto (SN, con el
núcleo afecto y el determinante cuantitativo mucho); complemento
indirecto: el pronombre personal le.
3. En el seno de la proposición anterior, aparece como un inciso,
sin nexo gramatical con ella, la oración ahora caigo en ello. Este tipo
de oraciones (lo son, porque no tienen dependencia alguna) se llaman
oraciones incidentales, y van entre pausas/comas en la escritura, como
aquí, o entre paréntesis/guiones. Sujeto: la primera persona; predicado
verbal: caigo en ello, cuyo núcleo caigo lleva el suplemento en ello; y
el complemento circunstancial (adverbio de tiempo) ahora.
Intenta también hacer solo ahora el análisis oracional de los
siguientes textos:
Para comprender esa singularidad, el hombre no dispone más
que de medios transitorios y provisionales, por no tener a su alcance
una solución permanente y definitiva o, por lo menos, por no poder
aspirar a ella inmediatamente. En cambio, el desarrollo de las
religiones tiene un carácter mediato, porque hace madurar en los
idiomas la semilla oculta de otro lenguaje más alto. Así resulta que la
traducción, aun cuando no pueda aspirar a la permanencia de sus
formas – y en esto se distingue del arte -, no niega su orientación
hacia una fase final, inapelable y decisiva de todas las disciplinas
lingüísticas. (W. BENJAMIN. La tarea del traductor)
106
La semejanza de las expresiones y la afinidad de las obras de
arte existen y en virtud de las mismas las obras de arte pueden
constituirse en uno o en otro grupo.
Pero se trata de semejanzas como las que se dan entre
individuos y que no se pueden fijar con delimitaciones conceptuales:
es decir, semejanzas a las que se ajustan mal la identificación, la
subordinación, la coordinación y las otras relaciones entre los
conceptos, y que consisten simplemente en lo que se llama “aire de
familia”, que deriva de las condiciones históricas en las que nacen las
distintas obras o de la afinidad de espíritu de los artistas. (B.
CROCE. Estética)
107
3. Era un local sin importancia, donde sólo se proyectaban
películas viejas. Pero su cierre me pone triste: en él me aficioné al
séptimo arte. Oración compleja, formada por las proposiciones
coordinadas a) y b):
a) Era un local sin importancia, donde sólo se proyectaban
películas viejas. Proposición compleja constituida por las siguientes
oraciones:
• Era un local sin importancia. Proposición principal. Sujeto:
la tercera persona (el cine Rialto). Predicado nominal: era un local sin
importancia; cópula: era; atributo: el SN un local sin importancia,
cuyo núcleo es local, con el determinante artículo un y el
complemento sin importancia (preposición + nombre).
• donde sólo se proyectaban películas viejas. Proposición
subordinada adjetiva o de relativo, unida a la principal por el adverbio
relativo donde ( = en el cual). Sujeto paciente: películas viejas, SN
formado por el núcleo películas, que lleva como complemento el
adjetivo especificativo viejas. Predicado verbal: se proyectaban, en
voz pasiva refleja; complemento circunstancial de lugar: dónde (su
antecedente es local); complemento circunstancial: el adverbio
limitativo sólo.
b) Pero su cierre me pone triste: en él me aficioné al séptimo
arte. Proposición coordinada con la anterior, mediante la conjunción
adversativa pero. Está constituida por estas proposiciones:
• su cierre me pone triste. Sujeto: su cierre. Predicado
nominal: me pone triste; cópula: el verbo semipredicativo me pone;
atributo: triste; complemento indirecto: me.
• en él me aficioné al séptimo arte. Proposición yuxtapuesta a
la anterior, de la que es subordinada causal (porque en él); predicado
verbal, en voz media: me aficioné, con el pronombre me como señal
de voz media, y el suplemento al séptimo arte (Podrá interpretarse me
aficioné como reflexivo; y, en ese caso, me sería complemento
directo).
Y para terminar, aquí tienes otros dos textos para que los
intentes analizar solo:
Muchos años atrás, al presentárseme la oportunidad de
saludarle en una reunión de escritores, cuando vino a nuestro país,
empecé como sigue: - Pablo Neruda está entre nosotros. Yo, que
busco lo extraordinario, y a veces lo encuentro, raramente tuve la
108
suerte de pronunciar una frase tan extraordinaria: - Pablo Neruda
está entre nosotros. Ahora, Pablo Neruda ya no podrá estar nunca
más entre nosotros.
El domingo cuando los encontré yo, la nevasca parecía estar a
punto de desplazar los montes de su sitio. Nevaba de modo torrencial.
La nieve caía densa, repiqueteando en el suelo hacia el cual se
precipitaba con la velocidad y la fuerza del plomo. En algún recoveco
de la montaña, el viento se abalanzaba, llevándose el trineo como a
un juguete y empujándolo hacia el precipicio.
§ 87. El análisis oracional de este texto es nuestro último
modelo:
Martín tomó el sendero que bordea un torrente. Una capa de
arcilla humedecida cubría el camino, por el cual los caballos y los
hombres se resbalaban. El sendero tan pronto se acercaba a la
torrentera, llena de malezas y de troncos podridos de árboles, como
se separaba de ella. Los soldados caían en ese terreno resbaladizo. A
cierta altura, el torrente era ya un precipicio, por cuyo fondo, lleno de
matorrales, se precipitaba el agua brillante. (Pío Barroja)
1. Martín tomó el sendero que bordea un torrente. Oración
compleja enunciativa, formada por:
• Martín tomó el sendero. Proposición principal. Sujeto:
Martín. Predicado: tomó el sendero; núcleo: tomó; complemento
directo: el sendero.
• que bordea un torrente. Proposición subordinada adjetiva o
de relativo. Sujeto: el pronombre relativo que (cuyo antecedente es
sendero). Predicado verbal: bordea un torrente. Núcleo: bordea;
complemento directo: un torrente.
2. Una capa de arcilla cubría el camino, por el cual los caballos y
los hombres se resbalaban. Oración compleja enunciativa, formada por:
• Una capa de arcilla cubría el camino. Proposición principal.
Sujeto: Una capa de arcilla; este SN tiene como núcleo capa, el cual
lleva el complemento preposicional de arcilla. Predicado verbal: cubría
el camino. Núcleo: cubría; complemento directo: el camino.
• por el cual los caballos y los hombres se resbalaban.
Proposición de relativo, en función de subordinada de lugar. Nexo con
el antecedente camino: el pronombre relativo el cual con la
preposición por. Sujeto múltiple: los caballos y los hombres.
109
Predicado: por el cual se resbalaban: núcleo: se resbalaban (se es
pronombre afectivo o ponderativo, puesto que la misma noción podría
expresarse con resbalar sin pronombre: por el cual resbalaban);
complemento circunstancial (de lugar): por el cual.
3. El sendero tan pronto se acercaba a la torrentera, llena de
malezas y de troncos podridos de árboles, como se separaba de ella.
Oración compleja formada por estas dos proposiciones coordinadas
distributivas, enlazadas por el nexo discontinuo tan pronto … como.
• El sendero tan pronto se acercaba a la torrentera, llena de
malezas y de troncos podridos de árboles. Proposición simple. Sujeto:
el sendero. Predicado verbal reflexivo: se acercaba; núcleo: acercaba;
complemento directo (reflexivo): se; complemento circunstancial: a la
torrentera, que es un SN preposicional, cuyo núcleo torrentera lleva,
como complemento en construcción disjunta (y epíteto, por tanto), el
adjetivo llena. Este adjetivo recibe el complemento múltiple de
malezas y de troncos podridos de árboles, formado por dos SN
preposicionales: de malezas y de troncos podridos; el núcleo de este
último, troncos, lleva como complemento adjetivo especificativo el
participio podridos.
• como se separaba de ella. Proposición simple coordinada
con la anterior. Sujeto: la tercera persona (el sendero). Predicado
verbal reflexivo: se separaba; núcleo: separaba; complemento directo
(reflexivo): se; complemento circunstancial: de ella.
4. Los soldados caían en ese terreno resbaladizo. Oración
simple enunciativa. Sujeto: los soldados. Predicado verbal: caían en
ese terreno resbaladizo; núcleo: caían; complemento circunstancial
(de lugar): en ese terreno resbaladizo, que es un SN preposicional,
con el núcleo terreno, precedido del determinante demostrativo ese, y
seguido del complemento adjetivo resbaladizo (epíteto: el autor ya ha
dicho antes que los caballos y los hombres se resbalaban).
5. A cierta altura, el torrente era ya un precipicio, por cuyo
fondo, lleno de matorrales, se precipitaba el agua brillante. Oración
compleja enunciativa, formada por:
• A cierta altura, el torrente era ya un precipicio.
Proposición de predicado nominal. Sujeto: el torrente. Predicado
nominal: era ya una torrente, con la cópula era, el atributo un
precipicio, y los complementos circunstanciales (de lugar) a cierta
altura y el adverbio ya (que suele ser de tiempo, pero que indica
también, como en este caso, “estado alcanzado”).
110
• por cuyo fondo, lleno de matorrales, se precipitaba el agua
brillante. Proposición de relativo, en función de subordinada de lugar.
Se une a su antecedente (precipicio) con el adjetivo relativo posesivo
cuyo, precedido de la preposición por. Sujeto: el agua brillante;
núcleo: agua, que lleva el complemento adjetivo (¿especificativo?)
brillante. Predicado; por cuyo fondo, lleno de matorrales, se
precipitaba; núcleo: se precipitaba; complemento directo: se;
complemento circunstancial (de lugar): por cuyo fondo; el núcleo
nominal fondo lleva como complemento adjetivo en construcción
disjunta (y, por tanto, es epíteto) a lleno, complementado, a su vez, por
el SN preposicional de matorrales.
Intenta tú solo analizar ahora estos textos, siguiendo las
sugerencias de nuestros modelos:
Resulta curioso que el ambiente cultural de la ciudad fuera más
culto de lo que hoy parece. No había televisión, ni apenas cines. Pero
se leía mucho, existían tertulias, donde se hablaba de la actualidad
política y cultural, de manera que, en realidad, se sentía más
inquietud por todo.
La canción no la cantaban las brujas, sino un muchacho que, en
compañía de diez o doce, estaba calentándose alrededor de una
hoguera. Uno cantaba canciones liberales y los otros le coreaban. No
habían comenzado a oírse los primeros tiros, y Briones y su gente
esperaron tendidos en los matorrales (Pío Baroja).
Ejecutadas estas cosas por vosotros, recordad las demás qué os
he encargado. Temiendo vuestro olvido, las tengo escritas en este
papel que os daré ahora. Leedlas, procurando retenerlas bien. De su
ejecución depende el éxito de nuestra empresa. Esforzáos, pues, quien
anheléis el triunfo. Si las cumplís, venceremos. Decid si vale la pena.
Te dejo la novela con tal de que me la devuelvas pronto. Quiero
volver a leerla, porque me ha entusiasmado. No sé qué me gusta más,
si el interés de la intriga o la perfección de las descripciones. A ver si
te gusta como a mí.
111
MODELO
DEL COMENTARIO LINGÜÍSTICO
DE UN TEXTO LITERARIO Y ENSAÍSTICO
35
La lengua escrita.
36
La lengua hablada.
112
Este fundamento lingüístico nos permite distinguir, en la sintaxis
de los párrafos, una ordenación lingüística, distinta de la estructural o
de contenido, y dividirla asimismo en ordenación extrínseca y
ordenación intrínseca37. Cabe retener, por tanto, lo siguiente:
1. El párrafo es una unidad de composición dentro del texto.
2. La extensión de los párrafos es variable, según el género del
texto, el contenido que expresa y las preferencias estilísticas del autor.
3. La sintaxis de los párrafos, es decir, la ordenación
significativa de los mismos en el texto, comunica el esquema del
contenido del texto.
4. La ordenación de los párrafos en el texto se expresa
lingüísticamente mediante dos procedimientos principales:
• Elementos lingüísticos que, al encabezar los párrafos,
señalan las relaciones de los mismos dentro de la ordenación
extrínseca 38.
• Elementos lingüísticos que actúan en el interior del párrafo y
establecen las relaciones del mismo dentro de la ordenación
intrínseca39.
5. A veces, la ordenación de los párrafos en el texto no está
marcada lingüísticamente. En estos casos, su ordenación depende de la
ordenación estructural40.
6. Lo normal es que la ordenación de los párrafos se exprese al
mismo tiempo de una forma lingüística 41 y de una forma estructural.
7. Cuando el texto propuesto para el comentario carece de
párrafos, conviene indagar, ante todo, si la ausencia de una sintaxis de
los párrafos es significativa y, en cualquier caso, explicar la concreta
organización del contenido que aparece en el texto, atendiendo a los
elementos lingüísticos sobre los que se apoya.
§ 89. Los párrafos se componen de oraciones gramaticales
simples y complejas42. Las relaciones oracionales43 son portadoras de
un significado que se integra en el significado del párrafo y, a través
37
Según que los elementos lingüísticos señalados actúen al principio del
párrafo o desde el interior del mismo.
38
Dentro del conjunto del texto.
39
Con el conjunto del texto, como, por ejemplo, con las formas verbales, etc.
40
La posición que ocupan en el conjunto del texto.
41
Extrínseca e intrínseca.
42
La unidad lingüística inmediatamente inferior al párrafo es la oración.
43
Eso es, entre dichas oraciones.
113
de éste, en el significado general del texto. Pues, como todas las uni-
dades lingüísticas de un texto están interrelacionadas, el sentido últi-
mo del mismo depende precisamente de ese entramado de relaciones
significativas.
Las oraciones se relacionan en el párrafo mediante dos modos de
relación: el polisíndeton, eso es, mediante unos elementos específi-
cos de relación (conjunciones, locuciones conjuntivas, preposiciones,
locuciones prepositivas, pronombres y adverbios relativos) y el asín-
deton, eso es, por medio de la entonación, sin que intervenga ninguno
de los anteriores elementos de relación. La unión de oraciones
mediante elementos de relación manifiesta con claridad el significado
gramatical de las diferentes relaciones oracionales: coordinación,
subordinación y sus respectivas clases. Esto quiere decir que, en el
acto de comunicación, e implícitamente en todo texto, el autor
demuestra la intención comunicativa de señalar los valores lógico-
semánticos inherentes a las relaciones oracionales. Al emplear el
polisíndeton, la actitud comunicativa del autor resulta razonadora y
lógica. En cambio, la ausencia de los elementos de relación en un pá-
rrafo no equivale a la inexistencia de un sistema de relaciones signifi-
cativas, sino indica que el autor no tiene la intención comunicativa de
señalar inequívocamente el significado de las relaciones oracionales.
Por consiguiente, el significado aparece explícito en los párra-
fos en que se observa polisíndeton; por el contrario, en aquellos en que
no se expresan todos o la mayoría de los elementos de relación, eso es,
asíndeton, aparece implícito el significado de la relación oracional.
Al emplear la yuxtaposición el autor manifiesta una actitud
comunicativa que no concede importancia decisiva a la expresión de
los valores lógicosemánticos de la relación oracional.
Las relaciones oracionales de coordinación se llaman también
relaciones paratácticas o simplemente parataxis. Las relaciones de
subordinación reciben asimismo los nombres de relaciones hipotác-
ticas o en general hipotaxis. La hipotaxis señala una jerarquía sig-
nificativa de las proposiciones que componen la oración compleja. El
significado de ésta es un complejo determinado por la integración de
varios significados oracionales que son incompletos en sí mismos. Se
organizan, como parte de un todo, en el marco de la oración compleja,
en virtud de las relaciones hipotácticas.
Lo normal es que en los textos se combinen la yuxtaposición, la
parataxis y la hipotaxis. Pero, cuando en la composición de un texto
114
predomina la parataxis, el significado de las oraciones complejas es el
resultado de una suma de proposiciones que comunican, cada cual, un
significado completo. El significado del texto, del párrafo o de la ora-
ción compleja con relaciones paratácticas no se obtiene por integra-
ción (como sucede en la hipotaxis), sino por aglutinación.
Enumeramos, en lo que sigue, algunas consideraciones sobre la
relación oracional, para la práctica del comentario lingüístico:
1. Las relaciones que establecen las oraciones gramaticales
dentro del párrafo son estructuras significativas: dos párrafos que
comuniquen contenidos globalmente idénticos resultan significativa-
mente distintos si en las oraciones que los componen se observan
relaciones oracionales distintas. La forma de expresión en los párrafos
(relaciones oracionales) determina la forma del contenido de los
mismos y, por tanto, su significado concreto.
2. Según se expresen o no los elementos lingüísticos que marcan
la relación oracional, encontramos dos tipos de estructuras oracionales
significativas:
a. Polisíndeton: la presencia de los elementos de relación
específica que marca el valor significativo de la relación oracional.
b. Asíndeton o yuxtaposición: las oraciones se relacionan sin
nexos o elementos de relación; la entonación, en el lenguaje oral, y los
signos de puntuación, en la lengua escrita, suplen la ausencia de los
elementos de relación. El significado de la relación oracional aparece
implícito en el sentido del texto.
3. El polisíndeton expresa claramente dos subtipos de relaciones
oracionales:
a. La parataxis: las oraciones que constituyen la oración
compleja se unen por aglutinación; cada una de las oraciones unidas
comunica un significado completo y reltivamente autónomo. La
parataxis se corresponde con la coordinación y sus diversas clases;
cada una de estas clases de coordinación (copulativa, disyuntiva,
adversativa, distributiva, explicativa) manifiesta un significado propio,
que enriquece el significado complejo de la oración y del párrafo.
b. La hipotaxis: la oración compleja se nos presenta como una
integración de unidades oracionales semánticamente jerarquizadas;
fuera del complejo en que se integran, estas unidades oracionales
carecen de significado completo y autónomo (significan sólo en la
medida en que se integran en la oración compleja). Para distinguirlas
de las oraciones (sentido completo y autónomo), llamamos
115
proposiciones a esas unidades oracionales de la hipotaxis. Las relacio-
nes hipotácticas coinciden con las de subordinación y sus clases.
c. Las clases de relación subordinativa son cuatro: relación de
subordinación sustantiva, adjetiva, adverbial y circunstancial. La
proposición subordinada puede desempeñar en la oración compleja la
función de un nombre, de un adjetivo, de un adverbio o de un
complemento circunstancial. Cada una de estas funciones lleva
aparejada una significación propia que, al integrarse en el significado
global de la oración compleja, lo matiza y enriquece.
4. En la relación asindética o yuxtaposición pueden estar
implícitas relaciones paratácticas e hipotácticas con sus diversos
significados. En cada caso, el sentido del texto nos revela el
significado específico de la yuxtaposición.
5. El significado general del asíndeton supone, por parte del
autor, una actitud comunicativa en la que los valores afectivos, la
rapidez y la agilidad expresivas, prevalecen sobre los valores lógicos y
conceptuales de la estructuración del contenido.
6. Por el contrario, el significado general del polisíndeton es una
actitud comunicativa razonadora y lógica.
7. Dentro de esa actitud razonadora caben dos modalidades,
correspondientes a los valores específicos de la parataxis y de la
hipotaxis. En la relación paratáctica, la actitud razonadora se
manifiesta en forma de composición por aglutinación de elementos
individualizados y con cierta autonomía significativa. En la relación
hipotáctica, la actitud razonadora da lugar a una composición
integrada por elementos. El significado de estos elementos sólo tiene
sentido en el complejo semántico que configuran.
8. La significación gramatical y la significación lógica no
coinciden exactamente en casi ningún caso. El significado de las
relaciones oracionales, por muy estructurada y jerarquizada que sea su
expresión (por ejemplo, en la hipotaxis), es siempre más flexible y
abierto que el significado de las relaciones estrictamente conceptuales
y lógicas. La lengua es un sistema de comunicación por medio del
cual el hablante crea su pensamiento; la lengua no es (ni puede serlo
mientras esté viva) un sistema de clasificación que relaciona
pensamientos ya creados.
El significado de las relaciones oracionales descritas no es una
etiqueta que se impone invariablemente a las oraciones y propo-
siciones correspondientes. Las estructuras oracionales son signifi-
116
cativas en cuanto lingüísticas, eso es, en la medida en que forman
parte de un sistema de comunicación y de creación del complejo
significado de un texto. En fin, la relación oracional, como estructura
significativa, es un factor de validez relativa, no absoluta, en la
determinación del complejo significado de un texto.
118
singular. Por tanto, cada texto, requiere su propio comentario. Y el
método (herramienta de trabajo, medio) ha de adecuarse a la
peculiaridad del texto para explicarlo. El comentarista poco
experimentado ha de ver en este método su apoyo para la explicación
y no el objeto de la explicación, y tanto menos la explicación misma.
El comentario lingüístico de un texto es un ejercicio de redac-
ción. Ello supone la exposición de unos comentarios, en base a un
plan elaborado, a la ordenación estructurada de los datos y los resulta-
dos obtenidos por la aplicación del método. En fin, la escritura propia-
mente dicha, el comentario redactado, llega así a ser un ejercicio fun-
damental para la formación intelectual del estudiante. Es, al mismo
tiempo, un ejercicio de comprensión y expresión, de explicación y
creación, que, entre otras, le puede preparar a uno para una actividad
de gran interés: la traducción.
§ 93. Comentario lingüístico
de un texto literario/ensayístico
Dos días después de casarse Amparito, recibióse un telegrama
en casa de Antonia. Era de Verónica. Decía así: “Tren correo
llegamos Teófilo y yo. Teófilo mal”.
Travesedo y Guzmán descendieron a la estación a esperar a los
viajeros.
Al detenerse el tren, Verónica asomó por una ventanilla e hizo
señas a Travesedo y Guzmán. Venía desencajada, descolorida, como
después de haber pasado una mala noche. No bien se acercaron los
dos amigos, Verónica, sin saludar, dijo impaciente:
- Suban a ayudarme. No se puede mover. Está muy malito.
Teófilo estaba tendido a lo largo de un diván. Su lividez era
tanta, que semejaba transparecer una amarilla luz interna, la cual, al
asomar en el negro vidrio de los ojos, emitía angustiados reflejos.
- ¡Me muero, me muero, me muero! – sollozó Teófilo. Cortóle la pa-
labra un acceso de tos. (R. PÉREZ DE AYALA. Troteras y danzaderas)
En este comentario, procuraremos aplicar el método ya
presentado para que así resulte familiar la técnica de comentario que
del mismo se deriva.
I. FASE INTUITIVA
El texto refiere cómo unos personajes son recibidos en la es-
tación por otros personajes. Los primeros son Verónica y Teófilo;
ellos forman una pareja, aunque no sabemos cuál es el grado de paren-
119
tesco o la relación que les une (¿Hermanos? ¿Matrimonio? ¿Aman-
tes?). Mas sabemos que algo les une, pues Teófilo está enfermo (“ac-
ceso de tos” = ¿tuberculosis?) y Verónica lo cuida con afecto. A
Verónica y Teófilo les reciben Travesedo y Guzmán, “dos amigos”.
El género literario de este texto es el narrativo (concretamente,
novela), pues relata acciones determinadas. Además, el predominio de
las formas verbales de pasado (indefinidos e imperfectos) viene a
confirmarnos que estamos ante una narración. Y sobre todo una
narración novelística, ya que el autor busca la variedad en la pre-
sentación del relato, peculiaridad esencial del género novela. Cabe
notar el modo en que el autor combina la pura forma narrativa (los
hechos) con la descripción de los personajes y la reproducción de sus
palabras textuales (estilo directo), precisamente para conseguir la
variedad deseada.
Desde una perspectiva sociolingüística, el texto entrelaza tres
tipos de lengua: del narrador, de los personajes y, en tercer lugar, el
uso epecífico de la lengua determinado por un medio de comunicación
concreto (el lenguaje del telegrama). Los comentaremos por separado.
La lengua del narrador se rige por una norma culta, y se podría
decir que hasta muy culta. En efecto, descubrimos en ella arcaísmos
sintácticos, como la posposición del pronombre personal átono
(“recibióse”, “cortóle”), uso normal en la lengua del Siglo de Oro,
pero no en la del siglo XX. Resulta obvio que el autor quiere
ennoblecer su estilo con añejas galas, eso es con arcaísmos.
Pero en la lengua del narrador hay también cultismos léxicos
(“descendieron a la estación”) y semánticos (“Su lividez era tanta [=
‘tan grande’, significado del latín tantus], que …”). En la lengua del
narrador hay también algún neologismo, que demuestra la intención
culta del narrador, tendente a elaborar con originalidad el mensaje que
transmite: “semejaba transparecer una amarilla luz interna”. Tampo-
co en la última edición44 del DRAE figura la parabra transparecer,
pero se anotan, en cambio, transparencia y transparentar. Ninguna de
estas palabras sirve, no obstante, al narrador, puesto que lo que éste
quiere decir es que el cuerpo de Teófilo parece que deja pasar la luz
como si fuera transparente o tuviera la cualidad de la transparencia.
Sobre este sustantivo abstracto crea el autor el neologismo transpa-
recer, de sentido deductible y que reemplaza gran número de palabras.
44
La XXIIa. edición, de 200l.
120
Le lengua de los personajes no ofrece variedades ni diatópicas45, ni
diastráticas46: tampoco soporta la elaboración culta. Está, por tanto,
ajustada a la norma estándar propia del habla coloquial culta.
En fin, el lenguaje telegráfico posee su norma específica,
definida por la economía expresiva: la comunicación se reduce al
mínimo indispensable; se prescinde de los elementos de relación, de
los determinantes, incluso de los verbos.
En el texto se manifiestan las tres funciones básicas de la co-
municación lingüística. En las partes narrativas (lengua del narrador)
es predominante la entonación enunciativa y, por tanto, la función
representativa del lenguaje. Con todo, en alguna ocasión, el autor
manifiesta su subjetividad (función expresiva), concentrada en algún
diminutivo (“Amparito”), en la connotación acumulada en algunas
figuras retóricas y, sobre todo, en el uso del adjetivo antepuesto
(algunas veces, epíteto), que comprobamos en el último párrafo.
En las palabras que el autor atribuye a Verónica hay un notable
equilibrio de las tres funciones lingüísticas: conativa (“Suban a
ayudarme”), representativa (“No se puede mover”) y expresiva47
(“Está muy malito”). El imperativo es un instrumento de la función
conativa, lo mismo que el diminutivo lo es de la expresiva. En las
palabras de Teófilo, en cambio, predomina absolutamente la función
expresiva: entonación emocional o exclamativa, reiteración expresiva
de un mismo sintagma verbal y, por último, expresión de la voz media
a través del pronombre personal (“me muero”).
En la mayor parte del texto es general la denotación48. Sólo en el
último párrafo advertimos la connotación49, en figuras retóricas como
el símil (“siempre transparecer”), la metáfora (“el negro vidrio de los
ojos”) y la personificación o prosopopeya (“angustiados reflejos”).
45
Adj., se dice de los fenómenos que se producen en una lengua en virtud de
su extensión geográfica; perteneciente o relativo a estos fenómenos.
46
Adj., se dice de los fenómenos lingüísticos relacionados con el nivel socio-
cultural de los hablantes; perteneciente o relativo a estos fenómenos.
47
Para R. Jakobson, en toda lengua existen seis funciones relacionadas con la
comunicación lingüística: la función referencial, que remite al contexto; la
función fáctica o representativa, relacionada con el contacto; la función
conativa, con el destinatario; la función emotiva o expresiva, con el
destinatario/locutor; la función poética con el mensaje; y la función
metalingüística con el propio código.
48
Significación recta.
49
Significación figurada.
121
El modo del discurso que domina en el texto es obviamente la
narración. Con ella, no obstante, se combinan la descripción y el
diálogo. Y no sólo por imperativo de la variedad del género novela,
sino porque en este texto la narración tiene como finalidad primordial
la presentación de unos personajes (Verónica y Teófilo). El narrador
nos va acercando progresivamente a ellos mediante la descripción y
presentación dramática de los mismos, conseguida con el estilo
directo (diálogo).
Finalmente, desde un punto de vista estrictamente lingüístico, se
perciben en el texto ciertas formas expresivas que llaman podero-
samente la atención del lector. Algunas ya las hemos señalado (por
ejemplo, los diminutivos). Contrasta en el texto la significación fuer-
temente emotiva del diminutivo (“Está muy malito”) con otra signifi-
cación más néutra (“Amparito”) e incluso con la significación
puramente denotativa50 del diminutivo lexicalizado51 “ventanilla”.
Algo similar puede decirse de la anteposición del adjetivo.
Contrasta la significación subjetiva de este procedimiento (“amarilla
luz”, “negro vidrio”) con una significación más objetiva, es decir, más
gramatical y menos estilística (“haber pasado una mala noche”).
Muchas veces, la significación del sustantivo es distinta – sin que in-
tervenga la subjetividad del hablante – si el adjetivo se antepone o se
pospone. Compárese: pobre hombre y hombre pobre, un chico grande
y un gran chico, etc.
Algo parecido también ocurre en pasar una mala noche ( = no se
ha dormido por la razón que sea) y pasar una noche mala ( = la noche
puede ser mala por muchas razones y de diversos modos, ajenos incluso
a la persona del hablante). En fin, la relación oracional se reviste
también de especial relevancia significativa en el texto. Es notorio el
contraste entre la yuxtaposición predominante en los dos primeros
párrafos y la hipotaxis progresivamente compleja de los dos últimos.
Esta es la información que nos brindó el texto cuando lo leímos
con atención concentrada y reflexiva. Dicha información nos permite
intuir el significado medular de la comunicación y formular una
hipótesis de trabajo que presida el análisis siguiente. Esta hipótesis la
pudiéramos formular en términos parecidos a los siguientes:
50
Significación objetiva, opuesta a la connotativa..
51
Convertido en una palabra de cuya derivación se pierde la conciencia
lingüística.
122
a) En la FORMA DE EXPRESIÓN del texto se descubre una
complejidad y un enriquecimiento semántico progresivo desde el
primer párrafo hasta el último.
b) Paralelamente, la FORMA DEL CONTENIDO se orienta de
tal modo que lo comunicado por el último párrafo se convierte en la
significación esencial del texto: presentación dramática de Teófilo
enfermo. Éste es el tema del texto.
Como se puede observar, el peso de la significación íntegra del
texto recae en las relaciones oracionales (que incluyen la cuestión del
estilo directo), en la adjetivación y en la ordenación progresiva del
conjunto de las formas expresivas y, consecuentemente, de la forma
del contenido. Ahora bien, la significación textual de las relaciones
oracionales y de la adjetivación – juntamente con la del diminutivo,
muy variada en este texto – fueron ya resaltadas, por su especial
relevancia, precisamente en esta fase intuitiva del comentario.
II. FASE ANALÍTICA
La sintaxis de los párrafos se manifiesta en la ordenación es-
tructural de los mismos en el texto. No aparecen elementos de relación
que, encabezándolos, los ordenen. Se percibe, eso sí, una ordenación
lingüística interna: la adjetivación y la hipotaxis caracterizan a los dos
últimos párrafos frente a los dos primeros. Con todo, la ordenación
estructural es la más evidente. El significado de esta ordenación se
identifica con una progresión espacial y cronológica: las acciones se
suceden, en el espacio y el tiempo, desde la “casa de Antonia” a “la
estación” y al “diván” en que está tendido Teófilo, en el tren.
La sintaxis de los párrafos revela la estructura interna del
contenido del texto, la cual se compone de dos apartados:
1. Ambiente previo a la escena: § 1 y 2. 2. La escena: § 3 y 4.
La segunda parte (la escena) es la relevante, pues la extensión de
los dos primeros párrafos es sensiblemente menor que la de los dos
últimos. En la primera predomina la yuxtaposición. El narrador no
siente necesidad de integrar significaciones; se contenta con pre-
sentarlas unas a continuación de las otras, como en una enumeración.
Destacan también, en esta primera parte, el significado concreto y
preciso de los nombres (ausencia de adjetivación), el sentido
identificador de éstos (abundan los nombres propios de personas), la
significación predicativa de los verbos (comunicación de acciones
concretas). Todas estas formas lingüísticas significan que el narrador
está únicamente colocando a unos personajes en una situación deter-
123
minada (espacio, tiempo, hechos): está presentando el ambiente previo
a la escena que en seguida va a narrar.
El distanciamiento objetivo e incluso la impersonalidad que
definen la presentación del ambiente se quiebran con la nota de dra-
matismo encerrada en el texto del telegrama. El estilo directo es la for-
ma lingüística que comunica el contrapunto dramático. A pesar del
carácter escueto del lenguaje telegráfico, aflora en él la expresión de la
subjetividad del personaje remitente: “llegamos Teófilo y yo”. La for-
ma de presente adelanta vivencialmente el futuro (presente por futu-
ro); la forma “yo” no es enfática en este caso; pero no por ello deja de
señalar a una persona bien definida de la realidad narrada. Compárese
todo esto con la impersonalidad (no gramatical, sino de sentido) que
supone el empleo de la pasiva refleja un poco más arriba: “recibióse
un telegrama”. Quedamos sin saber exactamente quiénes lo han reci-
bido. El texto telegráfico no sólo manifiesta la subjetividad del perso-
naje, sino que insinúa cómo es esa subjetividad: “Teófilo mal”.
La segunda parte del texto narra la escena: la llegada de
Verónica y Teófilo y el estado de salud de éste. Se observa en la forma
de expresión una calculada simetría: los dos párrafos concluyen con
sendos estilos directos que reproducen las palabras de Verónica y
Teófilo, respectivamente. El narrador dramatiza la presentación de los
dos personajes que llegan; pero lo hace respetando un orden (primero,
Verónica; luego, Teófilo), que concuerda con la progresión espacial y
temporal señalada.
Las dos formas del estilo directo indican que el dramatismo
significado por ellas es también progresivo. El verbo introductor (“di-
jo”) se antepone a las frases de Verónica; en cambio, se pospone (“so-
llozó Teófilo”) a las palabras de Teófilo. Obsérvese, de paso, la dis-
tinta calidad semántica de los verbos introductores: “sollozó” es más
expresivo y dramático que “dijo”. El significado y la colocación de los
verbos destacan el dramatismo de las palabras de Teófilo, más intenso
que el de las de Verónica. En fin, las mismas significaciones de las
palabras reproducidas en uno y otro caso confirman la observación.
En esta segunda parte, se descubre, igualmente, una progresiva
complejidad de la relación oracional: la hipotaxis demuestra una
mayor elaboración conceptual y una integración más meditada de los
significados oracionales en el último párrafo (proposiciones
subordinadas consecutiva, temporal y adjetiva).
La significación del nombre sustantivo progresa, asimismo, de
lo concreto (en el párrafo tercero) a lo abstracto, metafórico y catego-
124
rial del párrafo cuarto (“lividez”, “luz”, “vidrio”, “angustiados refle-
jos”). Paralelamente, el adjetivo, que aparece con la función de com-
plemento predicativo en la presentación de Verónica, desempeña la
función de adjunto al nombre en la descripción de Teófilo. La expre-
sión dinámica de las cualidades (complemento predicativo; narración)
se ve remansando en expresión estática y subjetivamente valorada
(descripción: anteposición del adjetivo al nombre).
La significación del verbo pasa de ser predominantemente
intransitiva a ser predominantemente transitiva y atributiva; ello impli-
ca el que en la descripción de Teófilo abunden los complementos ver-
bales, los cuales, claro está, subrayan el estatismo significativo de la
expresión. A veces, estos complementos están construidos de tal modo
que matizan la descripción con detalles sorprendentes: “estaba ten-
dido a lo largo de un diván”. Nótese la riqueza significativamente vi-
sual de la locución prepositiva “a lo largo de”: cuánta pobreza
semántica habría supuesto el empleo de las preposiciones en o sobre.
Aunque, en los dos párrafos que componen la segunda parte del
texto, el tiempo verbal es el pasado, el aspecto verbal desempeña una
función distintiva: en el primero es más abundante el pretérito
indefinido, y en el segundo el imperfecto. Las acciones acabadas
(perfectivas), definen la presentación de Verónica; las acciones y los
estados en desarrollo (imperfectivos) constituyen el fondo de la
“pintura” de Teófilo. Incluso se recurre a una perífrasis verbal, de
significado estático y durativo, para reforzar la expresión del aspecto
imperfecto característico de la descripción.
En conclusión, la fase analítica corrobora la hipótesis y la
precisa: las formas expresivas del texto demuestran un movimiento
que va desde la narración distanciada y objetiva (primera parte:
presentación del ambiente) hasta la narración dramatizada (segunda
parte: la escena). Dentro de esta segunda parte se observa asimismo un
progreso de la narración de hechos a la descripción de un estado
concreto, el de Teófilo.
III. FASE DE SÍNTESIS
Sin lugar a dudas, lo que el autor ha intentado comunicar por
medio de este texto es la dramática situación que vive Teófilo y, con
él, Verónica. La importancia de esta situación la ha señalado desde el
principio (telegrama). Y ha conseguido que el lector se vaya aproxi-
mando progresivamente a Teófilo, al tiempo que acompaña imagina-
tivamente a “los dos amigos” que acuden a recibirlo. En ese recorrido
125
imaginario, el lector se ha ido impregnando del creciente dramatismo
del texto (telegrama, presentación narrativa de Verónica) y puede es-
cuchar, inmerso ya en la situación de los personajes, como un ex-
cepcional textigo, las patéticas palabras de Teófilo.
Las formas expresivas del texto no sólo comunican un hecho
(Teófilo, gravemente enfermo), sino conducen imperceptiblemente al
lector a vivir ese hecho en la imaginación.
¿Qué te parece si intentas hacer solo el comentario lingüístico
de los siguientes textos?:
SANTILLANA DEL MAR
Cuando se piensa que estas piedras, antes
de ser domadas armoniosamente,
fueron escudo sobre el pecho ardiente
del mundo en sus orígenes errantes,
cauce para las aguas caminantes;
entraña de oro de la tierra; frente
de montaña, osamenta que no siente
sobre la piel la voz de los amantes …
Cuando se piensa cómo ha sido herida,
hecha manjar para la luz, medida,
ordenada, elevada hacia la altura,
y que la tierra, silenciosa espera
nuevamente a su vieja prisionera
para encerrarla en su prisión oscura … (JOSÉ HIERRO)
LA PÚA
Entrando en la Dehesa de los Caballos, Platero ha comenzado a
cojear. Me he echado al suelo …
- Pero, hombre, ¿qué te pasa?
Platero ha dejado la mano derecha un poco levantada,
mostrando la ranilla, sin fuerza y sin peso, sin tocar casi con el casco
la arena ardiente del camino.
Con una solicitud mayor, sin duda, que la del viejo Darbón, su
médico, le ha doblado la mano y le ha mirado la ranilla roja. Una púa
larga y verde, de naranjo sano, está clavada en ella como un redondo
puñalillo de esmeralda. Estremecido del dolor de Platero, he tirado
126
de la púa; y me lo he llevado al pobre al arroyo de los lirios
amarillos, para que el agua corriente le lama, con su larga lengua
pura, la heridilla.
Después, hemos seguido hacia la mar blanca, yo delante, él
detrás, cojeando todavía y dándome suaves topadas en la espalda …
(JUAN RAMÓN JIMÉNEZ. Platero y yo)
MAIRENA, EXAMINADOR
Mairena era, como examinador, extremadamente benévolo.
Suspendía a muy pocos alumnos, y siempre tras exámenes brevísimos.
Por ejemplo:
- ¿Sabe usted algo de los griegos?
- Los griegos … los griegos eran unos bárbaros.
- Vaya usted bendito de Dios.
-¿…?
- Que puede usted retirarse.
Era Mairena – no obstante su apariencia seráfica – hombre, en
el fondo, de malísimas pulgas. A veces recibió la visita airada de
algún padre de familia que se quejaba, no del suspenso adjudicado a
su hijo, sino de la poca seriedad del examen. La escena violenta,
aunque también rápida, era inevitable.
- ¿Le basta a usted ver a un niño para suspenderlo? – decía el
visitante, abriendo los brazos con ademán irónico de asombro
admirativo.
Mairena contestaba, rojo de cólera y golpeando el suelo con el
bastón:
- ¡Me basta ver a su padre! (A. MACHADO. Juan de Mairena.
Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo)
El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las
5,30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.
Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía
una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al
despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros.
“Siempre soñaba con árboles”, me dijo Plácida Linero, su madre,
evocando 27 años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los
sueños ajenos, siempre que se los contaran en ayunas, pero no había
advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en
los otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas
127
que precedieron a su muerte. (G. GARCÍA MÁRQUEZ. Crónica de
una muerte anunciada)
Sobre todo esto se cierne la suprema disociación española, la de
Don Quijote y Sancho. ¡Qué rozagante vive el sanchopancismo
antiespeculativo y antiutopista! El sentido común declara loco, en una
sociedad en que sólo se emplea la simple vista, la vista común, a
quien mira con microscopio o telescopio; el sentido común emplea
argumenta ad risum para hacer ver la incongruencia de una opinión
con nuestros hábitos mentales. Si Sancho volviera a ser escudero,
mejor aún que escudero de Don Quijote, criado de Alonso el Bueno,
¡cuánto no podría hacer con su sano sentido común! (M. DE
UNAMUNO. En torno al casticismo).
128
TERCERA PARTE
CLAVES DE LA FRASE
129
130
CLAVES DE LA FRASE
Predicado.. Verbo.
Verbal… Directos.
Complementos Indirectos.
del verbo…. Circunstanciales.
De complementos.
Afirmativa.
Declarativa…….. Negativa
Grupo II – Respecto del juicio………
Interrogativa.
Exclamativa.
131
§ 96. Clasificación de Wundt
Afectivas.
Grupo I - Oraciones exclamativas……….. Imperativas
Nominales.
Atributivas.
Grupo II – Oraciones declaratives……………. Verbales.
Predicativas.
Generales.
Dubitativas.
Grupo III – Oraciones interrogativas…………… Parciales.
Determinativas.
a) Frase simple
Sujeto. La caridad es una
Grupo I – Cualitativas ……. Verbo copulativo. virtud.
Predicado nominal.
b) Frase periodo
Enumerativo: Acude, corre, vuela.
Distributivo (enlace de palabras correlativas o
Grupo I: expresiones adverbiales: éstos…, aquéllos;
Período yuxtapuesto…. unos…, otros; tan pronto…, tan pronto;
ora…, ora; bien…, bien; ya…, ya): Unos
cantan, otros bailan.
132
1.0 Copulativo (partículas y, e, ni, que): Ni las
mujeres ni los hombres deben reñir.
2.0 Disyuntivo (partículas o, ya, bien, ora,
solas o con valor distributivo: ora…, ora;
bien…, bien; ya…, ya): Vienes a Madrid o
te quedas.
3.0 Adversativo (partículas restrictivas pero,
Grupo II: mas, aunque, no obstante, con todo, juera
Período coordinado… de, excepto, salvo, menos, sino; partículas
exclusivas sino, antes que, no…): Pega,
pero escucha.
4.0 Causal (partículas porque, que, puesto que,
pues, merced a, a causa de que, ya que,
pues que, gracias a que…, al…,): Me voy a
comer, que es muy tarde.
5.0 Consecutivo (partí culas así que, así es que;
luego, y así, en efecto, por tanto, por
consiguiente, por ende…): Tengo mucho que
hacer, así es que no me esperes.
c) Frase cláusula
Con que: Es lastima que no
tengas dinero.
Con interrogación: Cómo se
1.a De sujeto….. hizo el negocio, no te
importa.
Con artículo: El que no
estuvieras presente llamó
la atención.
Grupo I:
Cláusula sustantiva… Directo (con y como): Me que
dicen que no se oía bien.
Indirecto (para que, a que,
para): Ven para que, a
que presencies el espec-
2.a De complemento táculo.
Circunstancial (que, con
que, sin que, como, de
que, ya que, porque,
etcétera): Salió del teatro
sin que nqdie lo notara.
133
1.a Explicativa ((se llama también frase
Grupo II: incidental): El verano, que es la estación del
Cláusula adjetiva ….. calor, llega pronto.
2.a Especificativa: Los libros que hemos comprado
son interesantes.
134
§ 98. Cuadro de la frase desde el punto de vista potencial
Grupo I. – Frases unipersonales………… De verbos meteorológicos.
De verbos psicológicos.
De verbos seudotransitivos.
Contingentes.
Grupo II. – La pasiva con se.
Andar, caminar, crecer,
Grupo III. – Frases con verbos de estado. dormir, existir, llegar, pasear,
quedar, venir…
Obligativas.
Incoativas.
Progresivas.
Durativas.
Terminativas.
Grupo IV. – Frases perifrásticas…………
Causativas.
De posibilidad y voluntad.
Conccsivas.
Reiterativas.
Peeerfectivas.
Infinitivo.
Grupo V. – Formas híbrudas en la frase… Participio.
Gerundio.
135
Duración .………………… Estar más gerundio
Reiteración .……………… Volver a más infinitivo
Finalización .... Acabar de .………….. más infinitivo.
Terminar de .………..
b. Modalidades subjetivas
Posibilidad .……………….. Poder .……………….
más infinitivo.
Voluntad .…………………. Querer .………………
Deber ………………..
Haber de .……………
Obligación .………………. Tener que .…………. más infinitivo.
Haber que .…………
Haber de .……………
Intención, futuro…………. Ir a .………………….. más infinitivo.
El profesor nos enseña bien .….. El profesor nos enseña bien la lección
Mi padre le ha visto .…………. Mi padre te ha visto las intenciones
Me ha traido el camarero .……. Me ha traído el camarero la cuenta
El director os busca .…………. El director os busca un disgusto
Ayer lo (a él) vi en casa .……… Ayer le (a él) vi la mala fe
No la (a ella) elogié .………….. No le (a ella) elogié su escrito
Anatonio no les (a ellos) ha visto …. Antonio no les (a ellos) ha visto la cara
El señor las (a ellas) ha reco- El señor les (a ellas) ha recomendado
mendado ya .………………….. ya su asunto
§ 101. Esquema práctico de formas interrogativas
0
1 Frases interrogativas 20 La pregunta se hace por¿
137
GLOSARIO TERMINOLÓGICO
138
lo mismo que con las oposiciones en que se sitúan dos o más
elementos.
función (sintáctica) Es el papel de nexo abstracto que un
elemento desempeña dentro de un grupo sintáctico o de una oración
(pero, a veces, desde fuera de la oración).
grupo de palabras / sintácticos / sintagmáticos V. sintagma.
implemento o complemento directo.
monema o morfema. V. morfema.
morfema Componente interno de una palabra, que (teniendo
sentido propio) es la unidad mínima e indivisible de la misma. Los
morfemas se clasifican en: morfemas léxicos o lexemas (raíces, en la
Gramática tradicional), temas morfológicos (pueden coincidir o no con
las raíces, siendo aquellos componentes internos de la palabra que
quedan tras apartarse los morfemas flexivos de género, número,
persona, etc.), morfemas desinenciales o flexivos (sufijos terminales de
una palabra, que indican los significados gramaticales de género,
número, persona, tiempo, modo y aspecto) y morfemas afijales o
derivativos (ciertos segmentos no desinenciales, que preceden o siguen
a una raíz o un morfema léxico, sin autonomía fuera de la palabra).
nume predicativ V. atributo.
objeto directo o complemento directo.
objeto indirecto o complemento indirecto.
oración adverbial Unas Gramáticas españolas modernas
incluyen y otras no incluyen las oraciones causales, finales,
condicionales, concesivas, comparativas y consecutivas entre las
oraciones adverbiales; todas parten del concepto de función, y les
atribuyen o no, por consiguiente, la función de complemento
circunstancial, que consideran / no consideran que pertenece en
exclusividad a la categoría de adverbio. Las Gramáticas españolas
modernas no establecen, no obstante, una correspondencia exacta
entre la categoria del adverbio y la función de complemento
circunstancial. Por tanto, consideran que las oraciones que
desempeñan la función de complemento circunstancial son
adverbiales cuando las puede reemplazar un adverbio, sustantivas
cuando las pueden reemplazar substantivos o pronombres, y no son ni
adverbiales, ni sustantivas, cuando no las pueden reemplazar una u
otra de dichas categorías (condicionales, concesivas, etc.).
oración compleja V. conjunto oracional.
oración simple V. conjunto oracional.
139
perífrasis verbales o frases verbales (V.)
predicado nominal Es a menudo usado en las Gramáticas
españolas tradicionales para llamar no sólo al predicado nominal, sino
también sólo al atributo. V . atributo.
sintagma Combinación de palabras que forman una unidad
capaz de tener funciones sintácticas (V.) Así, se habla de sintagma
nominal, sintagma verbal, sintagma adjetivo (o adjetival) y sintagma
adverbial, que coresponden a los términos de grupo nominal, grupo
verbal, grupo adjetivo (o adjetival) y grupo adverbial,
respectivamente. No obstante, unos gramáticos españoles consideran
que sintagma no es, de modo necesario, una combinación o grupo de
palabras. Puede ser, a su parecer, una sola palabra, a condición de que
disponga de autonomía sintáctica y cumpla una función. Para otros
autores de Gramáticas, estas combinaciones de varias palabras, en
condiciones de desempeñar, como un todo unitario, una función
sintáctica, serían grupos sintagmáticos.
yuxtaposición Unos gramáticos españoles distinguen entre
yuxtaposición, coordinación, subordinación. Otros consideran que
yuxtaposición es una variante no sólo de la coordinación, sino también de
la subordinación. En su visión, hay oraciones coordinadas con nexo y
oraciones coordinadas yuxtapuestas, por un lado, y oraciones
subordinadas con nexo y oraciones subordinadas yuxtapuestas, por otro.
140
BIBLIOGRAFÍA
52
Con Ed. marcamos , la Editorial y con ed. la edición.
53
Véase, para más pormenores sobre el particular, la Nota del final de esta
Bibliografía.
141
ALCOBA, SANTIAGO. Módulos de español para extranjeros.
Nivel II. Barcelona. 1974.
ALONSO, AMADO. Estudios lingüísticos. Temas españoles.
Madrid. Ed. Gredos. 1974.
ALONSO, MARTÍN. Ciencia del lenguaje y arte del estilo. VIa.
ed., revisada y corregida. Madrid. Ed. Aguilar. 196454.
ALONSO, M. Gramática del español contemporáneo. Madrid.
1968.
ÁLVAR, MANUEL. Lengua y sociedad. Barcelona. Ed.
Planeta. 1976.
ANGHELESCU TEMELIE, N. Dificultăţi ale analizei
gramaticale. Bucureşti. Ed.Ştiinţifică şi Enciclopedică. 1976.
ARROYO, CARLOS; FRANCISCO JOSÉ GARRIDO. Libro
de estilo universitario. Ed. Acento Editorial. 1997.
BEINHAUER, WERNER. El español coloquial. Madrid. Ed.
Gredos. 1973.
BELLO, ANDRÉS y RUFINO CUERVO. Gramática de la
lengua castellana. Edición completa, esmeradamente revisada;
corregida y aumentada con un Prólogo y frecuentes observaciones de
NICETO ALCALÁ-ZAMORA Y TORRES. VIIIa. ed.; Comentada y
anotada por AMADO ALONSO. Buenos Aires. Ed. Sopena
Argentina. Agosto de 197055.
BULGĂR, GHEORGE. Limba română. Fonetică. Lexic.
Morfologie. Sintaxă. Stilistică. Bucureşti. Ed. Vox. 1995.
COTEANU, ION. Gramatică. Stilistică. Compoziţie. Bucureşti.
Ed. Ştiinţifică. 1990.
CRIADO DE VAL, MANUEL. Estructura general del
coloquio. S.G.E.L. Madrid. 1980.
DINCESCU, ŞTEFAN. Sintaxa propoziţiei. Gramatica limbii
române. Bacău. Ed. Plumb. 1996.
D’INTRONO, FRANCESCO. Sintaxis transformacional del
español. Madrid. Ed. Cátedra. 1979.
DUMITRESCU, DOMNIŢA. Gramatica limbii spaniole prin
exerciţii structurale. Bucureşti. Ed.Ştiinţifică şi Enciclopedică. 1976.
54
Es un libro enciclopédico, que resuelve en forma clara y bastante amena
dudas y problemas gramáticales y filológicos. Aunque ha dejado de ser
actual, muchas de las opiniones en él expresadas siguen siendo válidas.
55
Véase, para más pormenores sobre el particular, la Nota del final de esta
Bibliografía.
142
DUMITRESCU, DOMNIŢA; CRISTINA HĂULICĂ;
SARMIZA LEAHU; DOINA MARIA PĂCURARIU; MARIA
PAPADODOL; FLORENŢA SĂDEANU. Studii de sintaxă a limbii
spaniole. Bucureşti. Universitatea din Bucureşti. Facultatea de Limbi
Străine. 1979.
ESCUDERO, GREGORIO y COPCEAG, DUMITRU.
Gramatica limbii spaniole. Bucureşti. Ed.Ştiinţifică. 1965.
GARCÉS GÓMEZ, MARÍA PILAR. La oración compleja en
español, estructuras y nexos. Madrid. Ed. Verbum. 1994.
GARCÍA YEBRA, VALENTÍN. Claudicación en el uso de las
preposiciones. Madrid. Ed. Gredos. 198856.
GELABERT, MARÍA JOSEFA; MANUEL HERRERA;
EMMA MARTINELL; FRANCISCO MARTINELL. Niveles umbral,
intermedio y avanzado. Repertorio de funciones comunicativas en
español. Ia. ed. Madrid. SGEL. 1988.
GILI Y GAYA, SAMUEL. Curso superior de Sintaxis española.
IXa. ed. Barcelona. Ed. Bibliograf. 1964.
GILI Y GAYA, S. Resumen práctico de Gramática española.
VIIIa. ed. Barcelona. Ed. Bibliograf . 1969.
GÓMEZ TORREGO, LEONARDO. Gramática Didáctica del
Español. Madrid. Ed. SM. 2000.
GRAUR, ALEXANDRU. Puţină gramatică. Bucureşti. Ed.
A.R. 1987.
HADLICH, ROGER L. Gramática transformativa del español.
Madrid. Ed. Gredos. 1982.
HALLEBEEK, JOS. Morfología y Sintaxis del español:
introducción al análisis oracional. Madrid. Ed. Playor. 1994.
HANSSEN, FRIEDERICH. Gramática histórica de la Lengua
Castellana. Buenos Aires. 194557.
HERNÁNDEZ ALONSO, CÉSAR. Gramática funcional del
español. IIIa ed., corregida y aumentada. Madrid. Ed. Gredos. 1996.
56
El profesor Valentín García Yebra es autor, entre otras de un extenso curso
de Teoría y Práctica de la Traducción. Este libros suyo sobre las
preposiciones, redactado en relación con su Tratado de teoría de la
traducción, es uno de los mejores libros que abarcan aampliamente el uso de
las preposiciones españolas.
57
Abarca elementos de Fonética y Morfología, lo mismo que, dentro de la
última, la Sintaxis de la oración simple.
143
IORDAN, IORGU. Istoria limbii spaniole. Bucureşti.
Ed.Didactică şi Pedagogică. 196358.
IORDAN, IORGU; DUHĂNEANU, CONSTANTIN. Curs de
gramatică a limbii spaniole. Bucureşti. E.D.P. 196359.
LAPESA, RAFAEL. Historia de la lengua española. IXa. ed.,
CORREGIFA Y AUMENTADA. Madrid. Ed. Gredos. 199760.
LÁZARO, FERNANDO. Lengua española (C.O.U.). Madrid. s.a.
LORENZO CRIADO, EMILIO. El español de hoy, lengua en
ebullición. Madrid. Ed.Gredos. 1980.
MANOLIU-MANEA, MARIA. Tipologie şi istorie. Elemente de
sintaxă comparată spaniolă. Bucureşti. Universitatea din Bucureşti. 1977.
MARTÍN VIVALDI, GONZALO. Del pensamiento a la
palabra. Curso de redacción. Teoría y práctica de la composición y
del estilo. La Habana. Ed. Pueblo y Educación. 1970.
MARTINET, ANDRÉ. Estudios de sintaxis funcional. Madrid.
Ed. Gredos. 1978.
58
Curso universitario complejo que dispone de una Bibliografía de la
preguerra y, por tanto, en su mayoría caducada; se basa sobre todo en la
Historia de la lengua española de Rafael Lapesa, y sintetiza en casi 200
páginas las peculiaridades del español a lo largo de su historia, el auge del
español en los siglos XVIII – XX, las características fundamentales del
judeo-español y del español de las Américas. Es, en la mayoría de las
ocasiones, una buena fuente de rápida información.
59
Curso universitario publicado en 1963 bajo la égida de la Facultad de
Letras de la Universidad de Bucarest, que debe su prestigio a sus autores, los
malogrados académico Iorgu Iordan y catedrático universitario Constantin
Duhăneanu, quienes dictaban en la época, en lengua castellana, el curso de
Morfología y Sintaxis del español contemporáneo. El enfoque de los
fenómenos gramaticales se basa en la conceptos tradicionales, ignorando los
logros del estructuralismo y de los enfoques posteriores a éste.
60
De los más de 200 libros publicados por este discípulo de Menéndez Pidal
y de Américo Castro, último representante de la gran tradición filológica
española, este estudio es el libro de cabecera de los estudiosos y los filólogos
romanistas, por supuesto que al lado de su Diccionario etimológico de la
lengua española. Verdadera metáfora esencial de la obra de Lapesa, esta
historia del castellano, que había llegado en 1991 a su novena edición,
después de la primera, aparecida en 1942, es el abecedario de este dominio
científico. Un libro escrito incuestionablemente bajo el signo de la ironía
cervantina, en el espíritu didáctico heredado de Menéndez Pidal, con una
sensibilidad coetánea de Ortega y Gasset, pero sobre todo con mucho talento
y que destaca patentemente la gran expansión del castellano al final del siglo
XX, y que se lee como una novela de acción.
144
MENÉNDEZ PIDAL, RAMÓN. Manual de Gramática
histórica española. Xa. edición. Madrid. Ed. Espasa-Calpe. 195861.
MOLINER, MARIA. Diccionario de uso del español. Madrid.
Ed. Gredos. 1970
MOZAS, ANTONIO BENITO. Ejercicios de Sintaxis. Teoría y
práctica. Actividades de autoapreciación y autoevaluación. Madrid.
E.D.A.F. 1994.
NAVAS RUIZ, RICARDO. SER y ESTAR. Estudio sobre el
sistema atributivo del español. Salamanca. 1966. (Acta Salman-
ticensia. Colección de la Universidad de Salamanca. Iussu Senatus
Universitatis edita. Serie de Filosofía y Letras, tomo XVII. núm. 3).
NAVAS RUIZ, RICARDO; JOSÉ MARÍA ALEGRE. Español
avanzado. estructuras gramaticales. Campos lingüísticos. Ia. ed.
Salamanca. Ed. Almar. 1988.
NEBRIJA, ANTONIO DE. Gramática de la lengua castellana.
Madrid. Ed. del Centro de Estudios “Román Areces”. 198962.
NICOLESCU, AUREL. Probleme de sintaxă a propoziţiei. IIa.
ed. Bucureşti. Ed. R.A.I. 1996.
ONIEVA MORALES; JUAN LUIS. Curso superior de
redacción. Madrid. Ed. Verbum. 1995.
SÁNCHEZ, AQUILINO; ERNESTO MARTÍN; I. A.
MATILLA. Gramática práctica del español para extranjeros. IXa.
ed. Madrid. SGEL. 1989.
SARMIENTO, RAMÓN. Los determinantes. Madrid. SGEL. 1993.
SCIPIONE, ILEANA. Dificultăţi ale limbii spaniole. Bucureşti.
E.Ş.E. 1979.
SECO, MANUEL . Diccionario de dudas y dificultades de la
lengua española. Va. ed. IIa. reimpresión. Madrid. Ed. Aguilar. 1970.
SECO, MANUEL. Gramática esencial del español. Intro-
ducción al estudio de la lengua. IIa. ed., revisada y aumencionada.
Madrid. Ed. Espasa-Calpe. 1991.
SECO, RAFAEL. Manual de Gramática española. La Habana. s.a.
SLAGER, EMILE. Pequeño Diccionario de Construcciones
Preposicionales. Madrid. Ed. Visor Libros. 1997.
VIGARA TAUSTE, ANA MARÍA. Aspectos del español hablado:
aportación al estudio del español coloquial. Madrid. SGEL. 1990.
61
Abarca sólo la Fonética y algunos problemas del Vocabulario (más
exactamente, la formación de las palabras), justamente en el capítulo de
Morfología, referidos a cada parte de la oración tratada en el respectivo capítulo.
62
Véase la Nota del final de esta Bibliografía.
145
Nota final:
146
Agregó Nebrija que su Gramática debía servir al estudio del español
por los pueblos vencidos y conquistados. Pretendió, por tanto,
“reduzir en artificio este nuestro lenguaje castellano”. Por
consiguiente, fijó normas: para infundirle consistencia al español,
para vencer las vacilaciones y apartar los aspectos múltiples,
equívocos: “Cuando bien conmigo pienso, mui esclarecida Reina; i
pongo delante de los ojos la antigüedad de todas las cosas: que para
nuestra recordación e memoria quedaron escriptas: una cosa hallo e
saco por conclusión mui cierta: que siempre la lengua fué (s.n.)
compañera del imperio: e de tal manera lo siguió: que juntamente
comenzaron, crecieron e florecieron, e después junta fué la caída de
entrambos”. Son de destacar su utilidad práctica y la originalidad de
sus planteamientos lingüísticos y toda una serie de criterios inno-
vadores. A su Gramática castellana le siguen otras Gramáticas, en las
que Nebrija ejerció una notable influencia, entre ellas: Francisco de
Tamara. Suma y erudición de Gramática. 1550 ≈ Cristóbal de
Villalón. Gramática castellana. Arte breve y compendiosa1. Amberes.
1558 ≈ J. de Miranda. Observaciones sobre la lengua castellana.
1567, en italiano ≈ Pedro Simón Abril. Gramática castellana. 1614 .
El siglo XVIII español fue un momento muy propicio para
resucitar el buen gusto del idioma y crear una Academia Oficial de la
Lengua Española, que purificara las incorrecciones, fijara los límites y
renovara las normas del lenguaje. La fundación de la Real Academia
Española en tanto que academia de la lengua, por Don Juan Manuel
Fernández Pacheco, Marqués de Villena y Duque de Escalona, quien
presidió la primera Junta de ésta, el 6 de julio de 1713, es por tanto un
momento histórico, científico y cultural muy importante. La fundación
de la Academia fue aprobada por real cédula de Felipe V, el 3 de
octubre de 1714. A través de la misma se le concedieron la
autorización de formar estatutos y las extraordinarias prerrogativas de
consultar al Rey en la forma de los supremos tribunales. Los primeros
estatutos de la Real Academia Española se redactaron en 1715. Su
modelo fueron, como era natural, los de la similar institución francesa,
fundada tres cuartos de siglo atrás. Mas, como suele ocurrir en tales
circunstancias, su creación respondió también a necesidades de índole
interna. Su finalidad, reflejada en la leyenda de la institución
(“Limpia, fija y da esplendor”), fue, como era natural, depurar y
conservar la lengua castellana. Entre sus principales publicaciones
destacan el Boletín de la Real Academia Española (que se empezó a
147
publicar en 1914), el Diccionario de autoridades (publicado de 1726 a
1739), al que no sólo Rafael Lapesa, sino también otros lingüistas
españoles lo consideraron excelente. Siguieron luego el Diccionario
de la Academia (primera edición de 1778) y el tratado de Ortografía
(primera edición de 1741), en los cuales prevaleció el punto de vista
historicista y etimologista. El resultado de ello fue, entre otras, la
imposición de las formas más cercanas al etimón de las palabras cultas
latinas (como concepto, digno, efecto, excelente, solemne) ante las
usadas hasta aquel entonces (como conceto, dino, efeto, ecelente,
solene), haciéndose no obstante concesiones al uso. Luego, la
Academia publicó la Gramática de la lengua (primera edición de
1771). Además, realizó la edición de autores y de obras clásicas (entre
otros, Alfonso X, Cervantes y Lope de Vega). A partir de 1870, la
Real Academia autorizó la creación de corporaciones en los países del
ámbito hispano: Argentina (1931), Bolivia (1927), Chile (1885),
Colombia (1871), Costa Rica (1923), Cuba (1926), Ecuador (1875), El
Salvador (1876), Filipinas (1924), Guatemala (1888), Honduras
(1948), México (1875), Nicaragua (1928), Panamá (1926), Paraguay
(1927), Perú (1887), Puerto Rico (1955), República Dominicana
(1927), Uruguay (1923) y Venezuela (1883). A la base de la
Gramática estuvo la misma concepción que en el caso del
Diccionario, eso es, que la lengua española había alcanzado en el
Siglo de Oro el punto cimero de su desarrollo, es decir, la perfección,
y que, por consiguiente, todo lo que infringía sus normas había de ser
combatido. Era, por tanto, y lo es también en el presente, una
Gramática normativa, eso es, que define los usos correctos del espańol
mediante sus preceptos. Recurre, a consideraciones de índole lógica,
como la etimología y la analogía, y a la autoridad de los grandes
escritores. Muchos gramáticos la consideran bastante arbitraria. La
Academia ha publicado varias Gramáticas, mediante muchas
ediciones, que han acabado por realizar grandes novedades y
considerable progreso, muy perceptibles señaladamente en la edición
de 1920, de fundamentales coincidencias con Andrés Bello y la última
Gramática de dicha corporación. No es de extrañar, por consiguiente,
que Rufino Cuervo le señaló (el primero) a la Real Academia
Española su obligación incumplida de redactar un vocabulario de
construcción y régimen. El eminente filólogo colombiano publicó en
1886 en París, con el rigor científico más acrisolado, los dos primeros
tomos de su propio Diccionario de construcción y régimen.
148
En fin, la obra original de A. Bello aparece, a partir de 1874, con
las notas de R. Cuervo mencionadas en la portada. N. Alcalá-Zamora
y Torres es, de hecho, el editor científico de la obra e hizo
observaciones al margen de las notas de Cuervo, agregando también
un riquísimo índice de materias. Andrés Bello (Caracas, 1781 –
Santiago de Chile, 1865) fue un jurista, poeta, prosista y filólogo
venezolano. Fue un precursor del romanticismo nativista americano en
su obra literaria, cuyo mejor ejemplo es la silva A la agricultura de la
zona tórrida (1826). En 1810, una vez nombrado secretario de la
misión diplomática chilena (presidida por Simón Bolívar) cerca del
gobierno británico, edita en Londres las revistas Biblioteca Americana
(1823) y El Repertorio Americano (1826-1827). En 1829 se traslada a
Santiago de Chile, donde funda la Universidad, de la que es Rector
hasta su muerte, y redacta el Código civil chileno (1852). Sus
Principios de ortografía y métrica de la lengua castellana (1835) y su
Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos
(1847) ejercen un notable influjo sobre la enseñanza de la lengua en
Hispanoamérica, especialmente debido a su solidez filológica. Su
Gramática es considerada la mejor del siglo XIX. Cuida con especial
atención de las modalidades americanas de la lengua castellana. No
sorprenden, por tanto, su celebridad pronta, su difusión rápida, su
triunfo indiscutido, ni tampoco su estima duradera. Por modestia, pero
sobre todo por cautela, Bello pareció limitar a América el área de
estudio y consulta de su obra, pero obtuvo el aplauso de toda España.
La Academia Española le concedió el honor de considerarlo como un
miembro suyo. Su última Gramática no escatima las citas del autor
americano, ni limita las amplias coincidencias entre Andrés Bello y
Marcelino Menéndez y Pelayo. Esta Gramática descuella por aciertos
de fondo y corrección de forma. La oportunidad histórica fue
favorable a la alta misión que asumió Belllo en favor de los pueblos de
Hispanoamérica, eso es, el propósito deliberado de impedir, con
serena visión, el enorme daño de que la separación política arrastrara
la anarquía del régimen y de la construcción gramaticales.
Impresionan en la obra la sobria abstención de quien no quiso llevar la
independencia política hasta la ruptura lingüística. Bello intuyó que
para adquirir credibilidad e impedir el daño era conveniente y
necesaria una Gramática pensada, escrita y editada en América por un
ciudadano de ésta, actor y militante en la emancipación política y que
aparentemente se dirigía tan sólo a los nuevos estados. El tono general
149
de la obra es de maestro que enseña y no reprende. Andrés Bello
comprendió el supremo interés vital, que para los nuevos estados
exigía mantener la unidad del idioma en lo esencial de éste. Por ello,
al par que reivindicaba con razón la licitud de los americanismos de
léxico para denominar lo típico de cada país, y recordaba el casticismo
español, a veces aquí mejor conservado, combatía resueltamente los
vicios de dicción o de construcción, ya fuesen obra del espontáneo
descuido, ya de la infiltración de influencia extranjera. Bello
reivindicó, como ha hecho el Diccionario de la Academia, el concepto
y la categoría de arte para la Gramática, pero ha sido siempre dudoso
que no tuviera ésta caracteres y elevación de ciencia. La obra de Bello,
erudito y buen latinista, surgida en un período emancipador, anuncia
en el prólogo la independización de la Gramática española respecto de
la clásica latina, a la cual había estado durante mucho tiempo harto
sometida. Pero, una vez hecha esta profesión de fe, Bello no extrema
las consecuencias de su doctrina, ya que la Gramática latina formó
precedente y modelo para la española, aun siendo ésta en mucho
diferente. Pues es sabido que la Gramática española, por la mayor
riqueza o menor atrofia de la conjugación, la frecuencia del
hipérbaton, la elusión de las repeticiones y la libertad de construcción
utilizada con intuición artística, recuerda a su modelo o ascendiente
con más fidelidad que alguna otra, nacida del mismo tronco. La
Gramática de Bello defiende la pureza del idioma, procura ante todo
asegurar su unidad, rinde culto ferviente a la tradición clásica y a las
grandes figuras en ella consagradas, y si bien se propone ser
innovadora y progresista, quiere serlo con razón. Sería un error tratar
de hacer una opción tajante entre las Gramáticas de Bello y de la
Academia. La última ha publicado no una, sino varias Gramáticas, en
muchas ediciones, que han acabado por admitir y realizar grandes
novedades y considerable progreso, muy perceptibles señaladamente
en la edición de 1920, de fundamentales coincidencias con Bello. No
hay que olvidar las fechas (entre las cuales ha transcurrido más de un
siglo) que separan hoy la última edición de la Gramática de la
Academia respecto de la obra publicada por Bello. Este no discrepó de
la actual Gramática de la Academia, pues no la conoció, ni pudo
presentir las grandes, frecuentes y expresas coincidencias entre la suya
y aquella. Bello utilizó, reformó y mejoró la hoy ya vieja Gramática
oficial de su tiempo, y luego, al cabo de casi un siglo, la Real
Academia llevó a cabo labor parecida respecto de la obra del polígrafo
150
venezolano. Rufino José Cuervo (Bogotá, 1844 – París, 1911) fue un
famoso filólogo colombiano, discípulo de Andrés Bello, quien dedicó
su vida al estudio de la lengua española y a su evolución en América.
Es autor, entre otras obras, de Notas a la Gramática de Bello (1874),
Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano (1872), El
castellano en América (1901) y de los dos primeros volúmenes del
Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana (1886-
1893). En la Gramática de Bello, las observaciones (notas) de Bello
aparecen en cada capítulo, para que el lector conozca inevitablemente
el plan de éste. Las del académico Alcalá-Zamora y Torres en fin de
capítulo, mientras que las de Cuervo ocupan la segunda parte del
volumen, pues contemplan adaptar la obra, sin la temeraria pretensión
de mejorarla o siquiera rejuvenecerla.
151
Tehnoredactor: Florentina STEMATE
152