(UB-UAB-UZ)
The copper industry has been the backbone of the Chilean economy since the nineteenth century.
The intensity of the tasks in the first period of expansion (1835-1880) led to the deforestation of
the region and did not produce the desired development, despite the abundant mineral resources
of the region. This was due to the perpetuation of colonial-era laws, that favored mining and
responding to an era of organic energy, but in this period had to respond to a growing demand
generated by fossil fuels. In the process of transformation of the institutions shall be subject the
interests of the domestic industry to foreign investors, while establishing a centralized regime that
extracted resources from distant regions of the country to be invested in central and pay off the
debt.
Key Words
RESUMEN
La industria del cobre ha sido la columna vertebral de la economía chilena desde el siglo XIX. La
intensidad de las faenas en el primer período de expansión (1835-1880) generó la deforestación
de la región y no produjeron el desarrollo anhelado, a pesar de las abundantes riquezas minerales
que allí había. Esto se debió a la perpetuación de leyes de la época colonial, que privilegiaban la
minería y que respondían a una era de energías orgánicas, pero que en este periodo debían
responder a una demanda creciente generada por las energías fósiles. En el proceso de
transformación de dicha institucionalidad se supeditarán los intereses de la industria nacional a los
de los inversionistas extranjeros, al mismo tiempo que se establecía un régimen centralista que
extraía recursos de las regiones lejanas del país para ser invertidos en la zona central y para saldar
la deuda pública.
PALABRAS CLAVE
1
1.- INTRODUCCION
La minería del cobre ha sido la columna vertebral de la economía chilena desde los
inicios de su historia independiente y una de sus mayores fuentes de ingresos fiscales. La
existencia de abundante mineral de cobre y su pureza ha generado importantes ventajas
comparativas para la industria minera, transformándola en el principal sector exportador y
constituyendo el puntal permanente del presupuesto público debido al alto nivel de
rentas que genera.
La zona del Norte Chico, formada por las actuales regiones de Coquimbo y Atacama
que eran el límite septentrional del territorio chileno hasta la Guerra del Pacífico de 1879 –
que anexó las regiones bolivianas y peruanas que poseían las riquezas salitreras y del
guano -, fue el principal territorio productor de cobre del país hasta el siglo XVIII y
representó un porcentaje superior al 70% en la producción del metal rojo en casi todo el
siglo XIX, los años de auge cuprífero. La provincia de Atacama explotaba el cobre y la plata,
destacándose la mina de plata Chañarcillo, mientras que las minas de cobre de Tamaya,
ubicadas en el departamento de Ovalle, provincia de Coquimbo, eran líderes en la
producción de cobre.
1
“Pipiolos” constituían la facción liberal y reformista en el inicio de la república, y “pelucones” era la facción
más conservadora. Ambas estarán en pugna hasta la revolución de 1891
2
Seis constituciones se redactaron entre 1818 y 1833. La de 1818; 1822; 1823; 1826; 1828 y 1833. La
Constitución de 1828, llamada “Constitución Liberal” es reemplazada por la constitución conservadora de
1833.
2
son revalidadas por el gobierno conservador del Chile independiente en 1833 y regirán el
destino de la minería nacional hasta la creación del primer Código Minero en 1874. Este
ordenamiento minero mantenía pequeñas explotaciones mineras y proveía a la minería de
los insumos necesarios como agua y leña, aunque estos se encontrasen en propiedad
privada.
3
Tapia Diaz, G. (2008), Guayacán, Patrimonio del Cobre, pág. 61
4
Pissis, Amado (1857), Consideraciones sobre el estado actual de la industria minera en Chile, Revista de
Ciencias i Letras, Tomo 1, núm. 1. pág. 589.
3
producción había disminuido a 39.579 TM representando el 25,7% del total del cobre
producido en el planeta.
5
Fuentes, Eduardo y Hajek Ernst, “Interacciones Hombre-Clima en la desertificación del Norte Chico
Chileno”, Revista Ciencia e Investigación Agraria Vol. 5, N° 3. pág. 138
6
Pinto, Julio y Ortega, Luis (1990), Expansión minera y desarrollo industrial. 1850-1914. pág. Vii
4
crecimiento de la región, sin desconocer el carácter centralista del Estado y el olvido en
que quedaron las regiones7.
Cariola y Sunkel (1982), más centrados en explicar los impactos de la era salitrera,
igualmente consideran que el desarrollo de la minería del cobre debió implicar un efecto
de transformación estructural y la conformación de un poderoso mercado interno, cuyas
necesidades se pudieran satisfacer, al menos en parte desde dentro del país y que el
declive de la minería del cobre tuvo que ver con “el acoso persistente y cada vez más
poderoso de las concepciones e intereses de los grupos liberales”8 y con la influencia
decisiva de las instituciones, orientaciones, sectores sociales y políticos heredados de la
colonia9, los que consideran los autores, se fue atenuando por los grupos dominantes en
ascenso. Es esta herencia colonial, la que Folchi (2006) culpa de la deforestación de la
región del Norte Chico debido a las labores de beneficio del cobre. Considera que esta
legislación no sufrió transformaciones que lograran salvar los bosques del Norte Chico,
debido a los intereses de la industria minera, pero no diferencia qué actores eran los que
influenciaban en el mantenimiento de las leyes de la colonia respecto al denuncio de
bosques10.
Contrario a estos puntos de vista y con una mirada bastante más centralista de la
historia económica chilena, Villalobos (2006) destaca el papel de la burguesía y de las
inversiones extranjeras en el periodo como principal eje del desarrollo chileno, en el que
banqueros, pioneros del ferrocarril y dinámicos industriales del cobre, que sin su presencia
e impacto transformador de sus acciones “habría que imaginar un país de tono rural y
atrasado”11. Esta mirada es justamente la contraria a la de Ortega (2009) quien apunta a
7
Venegas, Hernán (2009) “Carrizal Alto, Las dificultades de una minería tradicional” en Ortega, Luis, Godoy
Milton et. Al. Eds. Sociedad y Minería en el Norte Chico, 1840-1930 Pág. 97-124
8
Cariola, Carmen y Sunkel Osvaldo. (1982) Un siglo de historia económica en chile 1830-1930, pág. 16
9
Ibídem.
10
Folchi, Mauricio (2006) Historia Ambiental de las labores de beneficio de la minería del cobre en Chile,
siglos XIX-XX. Tesis doctoral, pág. 338-342
11
Villalobos, Sergio. (1987). Origen y Ascenso de la burguesía en Chile. pág. 11
5
una matriz minera basada en pequeñas explotaciones con escasa disponibilidad de capital
y supeditadas a los comerciantes y habilitadores como la causa del declive de la industria12
y de las actividades de rent-seeking, lo que además supondría, por el escaso acceso al
carbón extranjero o nacional, un fomento a actividades devastadoras de los bosques
locales.
12
Ortega, Luis. (2010) “La Minería Del Cobre Del Norte Chico (Tradicional) Y Los Medianos Y Pequeños
Productores En Perspectiva Histórica”, Si Somos Americanos: Revista de Estudios Transfronterizos. Vol. X,
N°2, pág. 41
13
De Gregorio, José. (2009) “El crecimiento en Chile y el cobre” pág. 2-3
6
2.- MARCO TEÓRICO
14
Tello, Enric (2005), La historia cuenta. Del crecimiento económico al desarrollo humano sostenible. Pág.
275
15
Naredo, José Manuel (2006), Raíces económicas del deterioro ecológico y social. Más allá de los dogmas
pág. 51
7
relación muchísimo mayor para el oro y el cobre, “cuya obtención y beneficio comporta
además un manejo masivo de agua, energía… y contaminación”16.
Sánchez Picón (2001b) establece tres períodos para la historia ambiental española,
las que coinciden mayormente con la entrada de las energías fósiles a la minería chilena:
16
Naredo, José Manuel, Op. Cit. pág. 51-53
17
Tello, Enric , Op. Cit. Pág 274
18
Ib Idem, pág. 53
19
Sánchez Picón, (2001b), “Transición energética y expansión minera en España”, citado en Folchi Mauricio.
(2006), Historia Ambiental de las labores de beneficio en la minería del Cobre en Chile, siglo XIX y XX, tesis
doctoral. pág. 115
8
a) Minería Orgánica (Hasta la década del 20 del siglo XIX) Etapa de fuertes
restricciones territoriales al desarrollo minero. Por lo mismo no se producirán cambios
ambientales importantes.
Para el caso chileno, Yañez y Jofré (2009) establecen en la década de 1840 los
primeros indicios de que Chile ha comenzado a abandonar el uso de la biomasa vegetal20,
pero que se responde a la demanda mundial, con el uso de energías vegetales, ya que los
ciclos de expansión o contracción de la actividad minera están asociados a ciclos de mayor
o menor disponibilidad y consumo de energía.
20
Yañez C. y Jofré J.,(2009) “Chile durante la primera globalización. Modernización económica y consumo
energético.“ pág. 11
21
Martínez Alier, Joan y Roca, Jordi (2000), Economía Ecológica y Política Ambiental, pág. 55
9
necesarias para que dicho crecimiento se transforme en una mejora de las condiciones de
vida de las generaciones presentes y futuras.
22
Georgescou Roegen, Nicholas, (1976) pág. 230-231, citado en Tello, Enric., Op. Cit., pág. 100
10
los suelos, principalmente de los valles aluviales, es que ha sido desplazada por labores
industriales23.
Para asignar los costos y beneficios que se producen luego de una actividad
intensiva como es la extracción y beneficio del cobre, es que se hace imprescindible la
demarcación de derechos de propiedad y el establecimiento de costes que disuadan las
malas prácticas que los derechos de propiedad no puedan proteger.
Los mercados son más eficientes mientras mejor estén demarcados los derechos
de propiedad24 y se considera que los derechos de propiedad modernos, con claras
delimitaciones de la propiedad, son más eficientes que los derechos de propiedad
tradicionales, debido a que evitan la tragedia de los comunales a través del precio – que
aumenta en la medida que la disponibilidad de los bienes disminuye-. North distingue dos
razones por las cuales el dirigente no establece eficientemente los derechos de
propiedad25. En primer lugar por el poder de ciertos electores poderosos que tengan algún
23
Ciriacy-Wantrup, S., (1995) “La nueva competencia por el suelo y algunas implicaciones para la política
pública”, en Aguilera Klink, Federico, Ed. Economía de los recursos naturales: un enfoque institucional., Pág.
85
24
Federico, Giovanni (2011), Breve historia económica de la agricultura, pág. 92
25
Tello, Enric. Op. Cit, pág. 114
11
dirigente alternativo por tanto pudieran quitarle el apoyo y en segundo lugar es una
restricción derivada de un coste de transacción. Que la implantación de derechos de
propiedad más eficientes tuviese un coste mayor que el ingreso social que resultaría del
mejoramiento de ellos.
26
Martinez Alier, Joan. y Roca, Jordi., (2000) Economía ecológica y política ambiental, pág. 148
27
Tello, Enric. Op. Cit.. Pág. 114-115
28
Folchi, Mauricio. Op Cit., pág 202
12
3.- LA PROVINCIA DE COQUIMBO, LA DEFORESTACION DE UNA ZONA MINERA
La provincia de Coquimbo fue una de las 8 provincias originarias creadas por las
leyes federales en 1826 y fue dividida con l provincia de Atacama en 1843. Esta nueva
provincia iba de este a oeste desde la cordillera de Los Andes hacia el mar. El límite sur de
la provincia lo marcaba el río Choapa, que la separaba de la provincia de Aconcagua y por
el norte una línea que se iniciaba en la costa en la bahía de Chañaral y llegaba a la
cordillera en el cerro de Los Ratones29.
La geomorfología de la región está marcada por cuatro zonas: La cordillera de Los
Andes, los valles fluviales transversales, la cordillera de la Costa y la franja litoral. Las
zonas montañosas son ricas en minerales que fueron explotados desde tiempos
precolombinos por los pueblos Diaguitas y Molle para la fabricación de herramientas y
alfarería, aunque su actividad principal era la agropastoril. En la época colonial la actividad
minera convivió con la actividad agrícola (principalmente centrada en la producción de
trigo), la que se desarrollaba principalmente en valles y quebradas por las mejores
condiciones de humedad. El beneficio de los minerales de cobre se realizaba con leña,
pero la escala de las explotaciones era mucho menor que las características siglo XIX.
29
Censo Jeneral de la Población de Chile, (1885), pág. 666
13
Figura 3.1
14
Si bien, en general, es una zona de secano con lluvias escasas, la aridez se hace más
presente en las zonas montañosas. La franja litoral recibe la humedad de la
“camanchaca”30. Los valles fluviales, si bien van perdiendo humedad a medida que van
aumentando de altura, sus tierras eran ricas y poseían una vasta vegetación. Estas
condiciones de humedad y vegetación se van acentuando a medida que se avanza hacia el
sur. Los principales ríos de norte a sur son el río Elqui (o río Coquimbo como era llamado
en esos años), el río Limarí y el río Choapa, los que poseen numerosos afluentes que
nacen en ambas cordilleras. Los abundantes minerales se encuentran en las zonas
montañosas, generalmente rodeados de alguna quebrada que va de camino al océano.
Las características climáticas de la región nos llevan a pensar que si bien las zonas
montañosas estaban desprovistas de boques y leñas, las hoyas de los ríos contarían con
vegetación abundante y leñas como las del chañar, algarrobo, espino, arrayanes, carrizal y
cachiyuyo. Los libros de viajes escritos en el siglo XIX describen la devastación de los
bosques de la zona e indican que es producto de la minería. Claudio Gay en relación a
30
La camanchaca es una lluvia fina producto de la evotranspiración marina que se produce diariamente al
caer el sol.
31
Camus, Pablo (2004) “Los bosques y la minería del norte chico, s. XIX. Un mito en la representación del
paisaje chileno”. Revista de Historia, n° 37, vol. 2, pág. 290
15
Coquimbo, sostenía ya en 1838, “los montes casi del todo han desaparecido, los arbustos
son débiles, pequeños [...] parecen presagiar […]un lamentable porvenir”. Ignacio
Domeyko en 1845 señalaba: “Qué triste y mezquina es la vegetación con que se alimentan
los injenios del norte, i con qué prontitud ella desaparece en un espacio inmenso alrededor
de cada horno…”
Las riquezas minerales de las montañas del Norte Chico fueron objeto de deseo de
los conquistadores y de la corona española debido a su riqueza en minerales. La
administración colonial sostuvo un régimen que privilegió la minería frente a otras
actividades por la necesidad de oro y plata para la corona española.
A pesar de la abundancia de minerales que se encontraban en el territorio, y el
amparo institucional que regía para la minería en general, la del cobre apenas se
desarrolló en la época colonial, explotando casi únicamente los yacimientos de oro y plata,
relegándose la minería del cobre al consumo doméstico,
“… a la medianía del siglo antecedente [XVIII], cuando la ganadería y la
labranza, es decir, el charqui i el trigo, pan con valdiviano, eran el sustento
cuotidiano i el caudal sonante de los chilenos, no pasando a la sazón el cobre de ser
una industria puramente doméstica, intermitente i sin espendio mercantil.”32
Los privilegios de la minera sobre las demás actividades se estampan en la
promulgación en 1783 de las “Reales ordenanzas para la dirección rejimen i gobierno del
32
Vicuña Mackenna, Benjamín. (1883), El Libro del Cobre i del Carbón Piedra, pág. 78-79
16
importante cuerpo de la minería en la nueva España”, como parte de las reformas
borbónicas. Éstas cobran vigencia en Chile a partir de 1787.
Luego del proceso de independencia, entre 1810 y 1818, la organización del país no
estuvo exenta de polarización y descontento. A partir del destierro de O’Higgins en 1823,
conservadores y liberales y federalistas lucharon por imponer su punto de vista sobre la
organización nacional. En 1831, el triunfo de las ideas conservadoras marcó el inicio de
tres décadas de gobiernos conservadores, en la que se establecieron las bases en que el
país se formaría. Se promulgó una nueva constitución en 1833, la que vino a reemplazar la
constitución liberal de 1828 y echaba por tierra el afán federalista, estableciendo
instituciones autoritarias y centralistas33, que serán las que darán forma al país, dejando de
lado los intereses regionales y en beneficio de los intereses generales, que en esos años se
llamaban Santiago y Valparaíso.
33
Amunátegui, Domingo. (1939), Pelucones y Pipiolos, pág. 15
17
pasar por sobre los derechos de propiedad del propietarios de la tierra donde se
encontraran dichos bosques. El comprador fijaba el precio y el propietario estaba obligado
a vender al precio que se impusiese.
“Los montes i selvas próximas a las minas deben servir para proveerlas de
madera con destino a sus máquinas, i de leña i carbón para el beneficio de sus
metales; entendiéndose lo mismo con las que sean propias de particulares con tal
de que se les pague su justo precio”34
34
“Reales Ordenanzas para la Dirección, Rejimen i Gobierno del Importante Cuerpo de la Mineria en Nueva
España”. Título XIII, artículo 12.
35
Ortega, Luis (2009) “Del auge a la crisis y la decadencia. La minería del cobre entre 1875-1925” en
“Ortega, Luis, Godoy, Milton et. Al. Eds. (2009), Sociedad y minería en el Norte Chico, 1840-1930., Pág. 24
18
producción por medio de la introducción de nuevos factores, ya fueran trabajo o nuevas
explotaciones, mas no a través del aumento de la productividad, debido al interés de los
comerciantes-habilitadores quienes especulaban con el precio del cobre y no invertían en
la industria directamente, pues nunca habían sido mineros. Los pequeños mineros
quedaban a merced de los comerciantes, quienes sostuvieron el crecimiento de la
industria en un mayor uso de mano de obra y expansión de las explotaciones y no en una
modernización de la actividad minera36.
36
Pinto, Julio. “Sociedad y Minería en el Norte Chico, 1840-1930: Un análisis para el debate” en Ortega, Luis.,
Godoy, Milton. et al. Eds. (2009), Sociedad y Minería en el Norte Chico 1840-1930, pág. 295
37
Ortega, Luis (2009) Op. Cit., pág. 25
38
Calculado sobre la serie de datos de Braun-Llona, Juan, Braun- Llona, Matías, et. al (2000), “Economía
chilena 1810-1995: estadísticas históricas”, Instituto de Economía PUC, Santiago de Chile
19
productivo de la región, era explotada por 27 diferentes unidades extractivas, La Higuera
poseía 44 y en Carrizal existían 54 unidades extractivas de diferentes tamaños. Esto
muestra que avanzado el siglo XIX prevalecían las pequeñas explotaciones y la
fragmentación de los yacimientos.
Con la independencia, en 1813 se decreta el libre comercio con las naciones amigas
aunque ya desde finales del siglo XVIII “la audacia y perseverancia de los ingleses y en
menor escala de los franceses, habían comenzado a superar las restricciones impuestas por
el imperio español al comercio con otras potencias”39. Luego de la reconquista, lo revalida
Bernardo O’Higgins en 1818.
39
Cariola, Carmen y Sunkel, Osvaldo Op Cit. Pág. 14
40
Méndez Beltrán, Luz (2004), La exportación minera en Chile, 1800-1840. Un estudio de historia económica
y social en la transición de la Colonia a la República., Pág. 22
41
Cariola, Carmen y Sunkel, Osvaldo Op. Cit. Pág. 14
20
de los empréstitos que fueron abultando la deuda externa y luego por medio de las
inversiones directas de capitales ingleses en el país.
42
Ortega, Luis (2009). Op. Cit. Pág. 34-35
21
deudas a los dueños de las minas, 2) Se eliminaron los límites a las tasas de interés 3) se
suprimió la obligación de pago con minerales, lo que resguardaba la propiedad minera.
Aunque hasta 1817 los cambios en la tributación minera no fueron importantes, las
ordenanzas aduaneras de 1822 y 1834 mostraban una tendencia a reducir de manera
importante los impuestos a las exportaciones. Estas modificaciones, que variaban los
valores de los impuestos, generaban una situación de inestabilidad y constante ajuste44,
mientras que a partir de 1834 la situación tributaria se mostró inesperadamente estable,
lo que benefició al Estado, y a los comerciantes mineros, incentivando las inversiones
financieras y préstamos extranjeros a la minería chilena.
En este contexto, además se fraguaba una lucha en ciernes entre los intereses de
agricultores y mineros. El aumento que se había generado en la fundición de minerales se
había constituido en un hambre devastadora de leñas para combustible de la fundiciones
nortinas amenazaba con la extinción de sus bosques45. Las ordenanzas mineras para la
Nueva España, vigentes desde 1787, permitían al minero el denuncio de bosques sin
importar la situación de propiedad del mismo, y si el bosque tuviese propietario, éste
debía vender la leña al valor que el minero le quisiera dar. Esto constituía una suerte de
bienes libres, donde la curva de oferta de la leña no puede equilibrarse con la de demanda
debido a que el precio está fijado por debajo de su óptimo. Es lo que Folchi (2006)
haciendo una apología a G. Hardin, lo nombra como la “tragedia de los privados”46.
43
Vicuña Mackenna, Benjamín. Op. Cit. Pág. 122
44
Méndez Beltrán, Luz., Op. Cit., pág. 62
45
Illanes, María. (2003), Chile des-centrado: Formación socio-cultural republicana y transición capitalista
1810-1910, pág. 158
46
Folchi Mauricio. Op. Cit., pág. 545
22
La actividad minera, de esta forma, amenazaba la propiedad privada, teniendo que
permitir invasiones a su propiedad, presenciar el saqueo de sus leñas, obligada a vender y
al precio que le impusiese el comprador. Agricultores enrostraban al gobierno el sacrificio
de la actividad agrícola en función de la riqueza minera, la que se consideraba como única
riqueza y degradaba las sociedades47, pero los intereses de la minería prevalecieron en
este periodo, aunque pasaran por sobre los derechos de propiedad. “Siempre los intereses
subalternos estarán subordinados a los superiores y siempre será preferido el bien general
al meramente particular”48.
Claudio Gay en 1838 y Amado Pissis, 20 años después, enviados por el gobierno,
informaban sobre el inmenso deterioro de los bosques de la región, principalmente en las
cercanías de las fundiciones. Según Pissis, no solamente se veían perjudicados los
bosques, sino también la actividad agrícola y que terminaría por perjudicar la misma
minería. Recién para 1872 se consigue la abolición del denuncio de bosques, derogando
las disposiciones relativas a los bosques de la Ordenanza de Minas. Lamentablemente la
deforestación ya había llegado a un nivel de difícil recuperación, dejando la superficie de la
región en las condiciones en que la conocemos hasta el día de hoy.
Si bien en años anteriores se hicieran intentos por fomentar el uso del carbón
piedra, al eximir al carbón extranjero de derechos de internación en 1844, y el desarrollo
en el sur de minas de carbón, el precio de este distaba mucho de poder igualarse al “vil
precio [de la leña] que antes le vendía al precio del hacha amparada por la lei”49.
Las nuevas aplicaciones que durante la segunda mitad del siglo XIX se fueron
incorporando a la revolución industrial aumentaron la demanda por el combustible fósil, y
a pesar de los adelantos en las técnicas de extracción del mineral, el precio del carbón
47
Illanes, María. Op. Cit. pág. 158
48
BSC, Diputados, 1835, julio 10, pág. 85, citado en Illanes María., Op. Cit., pág. 159
49
Vicuña Mackenna, Benjamín, Op. cit. pág. 491
23
aumentó, aunque levemente50. A pesar de ello, el carbón ingles continuaba siendo más
barato que el extraído en los yacimientos chilenos, el que además era de mala calidad, ya
que no desarrollaba fuerza calórica suficiente51.
Gráfico 4.1
50
Clarke Gregory. and Jacks, David. “Coal and the Industrial Revolution 1700-1869”, pág. 4
51
Mazzei, Leandro. “Los británicos y el carbón en Chile”, Ponencia para proyecto N° 9164-20 pág. 140
24
Gráfico 4.2
52
Zellou, Abdel and Cuddington, John. (2012), “Trends and supercycles in crude oil and coal prices”, pág. 21
53
Mazzei, Leandro. Op cit. Pág. 146
25
A pesar del impulso empresarial de Urmeneta y Errázuriz, Santander (2003)
determina que para el período 1855-1880 el uso de leña en las labores de beneficio del
cobre en la provincia de Coquimbo constituía el 70% de los requerimientos energéticos 54.
“Chile, que en ese momento “prometía convertirse en una gran factoría, una
cabeza de puente para los mercados de para toda la región del Pacífico”, sin
embargo, el país no asumió el desafío que su posición geoeconómica le presentaba,
y se conformó con un papel dependiente. El país se especializó en producir y
exportar lo que las empresas mercantil-financieras extranjeras que operaron sobre
la economía chilena quisieran comprar (productos primarios: metal amonedable,
cobre y trigo.) y en importar los medios de consumo y modernización que esas casa
querían vender”56
54
Santander, Agapito. (2003) “Norte chico (Chile). Consumo de combustible en el procesamiento de los
minerales de cobre y su impacto sobre los recursos arbóreos y arbustivos” en Livenais Patrick. y Aranda
Ximena, eds., Dinámicas de los sistemas agrarios en Chile árido. La región de Coquimbo, pág. 164
55
Ortega, Luis (2009) Op. Cit. Pág. 30
56
Salazar, Gabriel. (1992) “Los Límites de la Modernidad (neo)liberal en Chile”, Cuadernos de Historia, núm.
12, Santiago, pág. 104-105, citado en Folchi, Mauricio. Op. Cit pág. 249
26
5.- EL CAMBIO TÉCNICO. DEL HORNO DE MANGA AL HORNO DE REVERBERO
El horno de manga español utilizado hasta esa fecha poseía una bóveda interior y
una ventana por la que se introducía el mineral y la leña, no contaba con chimenea y el
aire se insuflaba con dos fuelles movidos por un operario o por una máquina a vapor57. En
estos hornos, el beneficio del mineral se realizaba en una única etapa y sólo permitía el
beneficio de los minerales de color, es decir los óxidos de cobre y la fundición de los
minerales en estado de sulfuros o “bronces”, quedaban reducidos mediante este proceso a
ejes, los que contenían cobre, azufre y fierro. Los sulfuros eran los minerales más
abundantes, pero debido a la incapacidad tecnológica para transformarlos en cobre puro,
se desperdiciaban y no tenían valor económico.
Con difusión del método galés a partir de 1831 el problema de la fundición de los
sulfuros y su aprovechamiento económico encontró una solución y debido a la elevada ley
de éstos, la producción de cobre comenzó a aumentar en la medida que se divulgaba la
técnica del horno de reverbero. La difusión de este nuevo tipo de hornos fue posible
gracias al financiamiento de los habilitadores para la extracción y beneficio de cobre.
57
Millán, Augusto. Op. Cit. Pág. 41
27
Gráfico 5.1
I CICLO DE EXPANSIÓN
1835-1880
60.100
50.100
TM COBRE/AÑO
40.100
30.100
20.100
10.100
100
Fuente:Elaboración propia con datos recogidos por Folchi M. (2006) Historia ambiental de las
labores de beneficio en la minería del cobre. Los datos proviene de: 1803-1840 Méndez Beltrán
(2004); 1844-1900 Herrmann (1904);
Gráfico 5.2
Fuente:Elaboración propia con datos recogidos por Folchi M. (2006) Historia ambiental de las
labores de beneficio en la minería del cobre. Los datos proviene de: 1803-1840 Méndez Beltrán
(2004); 1844-1900 Herrmann (1904);
28
El horno de reverbero, tenía al menos 3 cámaras de fundición y transformaba el
proceso de beneficio de una etapa de fundición a un proceso que poseía 6 funciones
consecutivas debido a que el eje sulfurado producido en el horno de manga, se chancaba y
fundía varias veces hasta transformarlo en barras de cobre de entre 95% y 97%.
Este horno, había sido concebido en Inglaterra a fines del siglo XVIII debido a la
escasez de leña y a la disponibilidad de carbón mineral en abundancia. En Chile, debido al
acceso prácticamente libre a la leña, éstos se hornos se modificaron de tal manera que
trabajaban perfectamente tanto con carbón como con leña, y para 1880 la leña
continuaba significando el 70% de los requerimientos energéticos. La chimenea, que en la
versión inglesa del horno de reverbero alcanzaba unos 15 a 20 mts. de altitud para
proteger la salud de los operarios, en Chile escasamente superaba los 6 mts., y se
levantaba desde la parte superior de la bóveda donde se consumía el combustible. Así la
puerta de carga quedaba en el costado del horno, lo que permitía la carga de leña
constante y la entrada de aire en la dirección necesaria para avivar el fuego.
Este nuevo proceso de fundición, si bien permitió beneficiar materiales que hasta
ese momento eran considerados escoria, aumentó el consumo de combustibles. El antiguo
horno de manga consumía 20 TM de leña para producir 1 TM de ejes y 38 TM de leña para
producir 1 TM de barras, mientras que el nuevo horno consumía para la producción de 1
TM de ejes entre 21.6 TM y 24.9 TM de leña y para la producción de barras entre 40.5 TM
y 47 TM de leña59.
58
Domeyko, Ignacio. (1841), Escursión a las minas de Punitaqui, Combarbalá, Illapel, Petorca, Aconcagua,
San Pedro Nolasco, Casuto i Talca de Barrasa (en 1841), citado en Folchi, Mauricio, Op. Cit., pág. 258
59
Santander, Agapito. Op. Cit. 167
29
Considerando la paulatina entrada del carbón piedra a las fundiciones de cobre
chilenas, Agapito Santander distingue cuatro etapas60:
Hasta 1834: Durante este periodo el 100% del beneficio del cobre se realizó exclusivamente con
combustible vegetal.
1856-1880: En este período de 25 años el consumo de leña sólo participó en la fundición del 70%
de cobre metálico.
Con los porcentajes de uso de leña señalados para cada etapa, podemos hacer una
aproximación para cuantificar el uso de leña durante esos años. Poseemos datos de
producción de ejes y barras a partir de 1844 para toda la región del Norte Chico, por lo que
modificaremos el modelo de Santander con los datos que disponemos.
Cuadro 5.1
Coquimbo, para 1858 contaba con 145 hornos de fundición, que correspondían al
42.1% del total de los hornos existentes en el país, los cuales se distribuían como indica la
siguiente tabla:
60
Santander Agapito. Op. cit., pág. 163.
30
Cuadro 5.2
Con estos datos podemos calcular el consumo de leña para la provincia de Coquimbo:
Cuadro 5.3
31
utilizados en la fundición del cobre, además de contar con las leñas del río Limarí, cercano
al mineral de Tamaya.
61
Cerda Carrillo, Patricio. (2009), “El ferrocarril Coquimbo-La Serena y la industria del cobre 1862-1895” en
Ortega, Luis., Godoy, Milton, et. al. Eds. Op. Cit., pág.128
32
dinamismo de las actividades bancarias y comerciales, las que estaban principalmente en
manos de financistas británicos.
62
Herranz, Alfonso. (2011) “The Contribution of Railways to Economic Growth in Latin America before 1914:
a Growth Accounting Approach”. Pág. 6
33
Errázuriz, Guayacán vivió 20 años de crecimiento exitoso, llegando a convertirse el
pequeño puerto en la mayor fundición del mundo63.
63
Tapia Díaz, Gonzalo Op. Cit. Pág. 85
34
Gráfico 6.1
1535
Fuente: Elaboración propia en base a los censos de población 1835, 1865, 1875, 1885,
1895, 1907
Gráfico 6.2
35
llamativa estabilidad de aquella clasificada como “rural”, pero que “… en realidad era un
mundo de villorrios y campamentos…”64.
Los siguientes gráficos muestran la evolución de la población en la provincia de
Coquimbo para los períodos 1835-1907:
Gráfico 6.3
200.000
180.000
176.344 175.021
160.000 157.977 162.793
140.000 145.895
HABITANTES
120.000
110.589
100.000
80.000 78.543
71.858
60.000
40.000
20.000
0
1835 1843 1854 1865 1875 1885 1895 1907
Fuente:Elaboración propia en base a los censos de población 1835, 1865, 1875, 1885,
1895, 1907
64
Ortega, Luis, (2009) citado en Ortega, Luis. (2010) Op. Cit. pág. 38
36
Gráfico 6.4
9,30% 11,63%
8,28% 7,51%
0,00%
-7,68%
37
Gráfico 6.5
5749 9166
5341 5543
7219
5833
4508
Fuente:Elaboración propia en base a los censos de población 1865, 1875, 1895, 1907
65
Fuentes E. y Hajek E., Op. Cit. Pág. 140
38
negativamente las actividades agropecuarias, al haber cambiado un ganado más valioso,
por uno comercialmente menos apreciado66, pero menos demandante en términos de
pastoreo.
7.- CONCLUSIONES
66
El ganado caprino, como se indica en el trabajo de Fuentes y Hajek (1978) es depredador de la corteza
vegetal de la tierra, por lo que, asumiendo esta hipótesis como cierta, el cambio de ganado vino a ahondar
más el deterioro de la capa vegetal.
39
La interrupción del desarrollo de la región y el declive de la industria, se debieron
por tanto a leyes que permitían y fomentaban las inversiones de corto plazo en pos del
aumento de la producción, mas no de la productividad y al centralismo de las instituciones
de esos años, que generaron un saqueo de recursos en la provincia de Coquimbo,
afectando no sólo a la actividad minera, sino también a la actividad agrícola, el
crecimiento demográfico, la concentración de población urbana y la actividad comercial
de toda la provincia.
40
9.- BIBLIOGRAFÍA
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