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EL RELIEVE HISTÓRICO EN MESOPOTAMIA Y

EL PXMO. ORIENTE

En Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Eufrates se desarrollaron las primeras sociedades urbanas. La
Baja Mesopotamia, antes despoblada fue explotada por los sumerios, gentes de las tierras altas del
norte y conoció las primeras ciudades, a partir de ahí la historia de Mesopotamia se convierte en una
sucesión de civilizaciones, tras los sumerios los acadios tomaron el poder, posteriormente, son dos las
civilizaciones que convivieron e Mesopotamia, asirios al norte y babilonios al sur. Cada uno
evoluciona de una forma diferente pero ambos acabarán dominados por pueblos guerreros llegados del
este, los persas, medos y aqueménidas.
La sociedad urbana se extendió adquiriendo proporciones de difícil manejo sin un orden sistematizado.
La religión y los dioses se convirtieron en un eficaz medio de cohesión social para la prosperidad de
esta sociedad. Al conferir a sus soberanos un origen divino, estos se situaban por encima de los
hombres a los que tenían que dirigir, y así su poder no era discutible. Más esta condición debía ser
legitimada y reforzada de modo que el arte ocupa un papel fundamental a modo de elemento
propagandístico. El relieve histórico se configura así como un elemento más en la maquinaria estatal,
mostraba los grandes logros de los reyes y señores, ante sus súbditos y ante los extranjeros, “vendía” al
monarca y era utilizado para mostrarlo lo más autoritario y poderoso posible.
Vemos así que los sistemas propagandísticos políticos fueron utilizados mucho antes de que los usara
Joseph Goebbels para glorificar la política nazi del Führer.
Las principales culturas en Oriente Próximo en esta época tienen en común la práctica del relieve
histórico como manifestación artística. Su evolución acaeció en función del siguiente esquema:
 Arte sumerio:
 Origen del relieve histórico: Tablillas perforadas.
 La Estela de los Buitres
 Arte acadio:
 Relieve histórico- narrativo: La Estela de la victoria de Naramsín
 Arte Neosumerio:
 Relieve Neosumerio : La estela de Urnammu.
 Arte Paleobabilónico : Estela de Hammurabi
 Arte Asirio:
 Relieves histórico- narrativo: Frisos narrativos de Kalakh, Jorsabad y Nínive
 Arte Babilónico: Kudurrus
 Arte Hitita:
 Yazilikaya
 Ortostatos
 Arte Sirio
 Arte Fenicio
 Arte Persa: Relieves ceremoniales
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Súmer – 2800 a 2370 a.C. Las estelas


El amanecer del arte en Súmer coincide con el conflicto entre estados la lucha por la hegemonía entre las
diferentes ciudades Ur, Kish, Uruk, Umma, Lagash y Nippur es la tónica dominante,. Se entra así en una
dinámica en las relaciones intercomunitarias, basada en la tensión permanente y la confrontación bélica
frecuente como mecanismos de regulación de los problemas económicos y sociales. Esta situación
encuentra eco en el arte, las artes figurativas son una de sus manifestaciones artísticas más relevantes,
siendo mucho más importante que la escultura exenta en esta época -y en todo el arte mesopotámico- los
relieves que pasan de tener un carácter meramente votivo y religioso a ocupar un papel político: La
función social del monarca (lugal) es objeto de representación artística en las placas perforadas,
seguramente para ser fijadas a las paredes de los templos, que sirven al mismo tiempo para dar a conocer
sus gestas más gloriosas. La más antigua conservada es la del fundador hacia 2550 a.C. de la dinastía de
Lagash, Ur-Nanshe.
En la placa de Ur-Nanshe, rey de Lagash aparece en la faja superior con su faldellín característico, el
“kaunakes”, colaborando en la construcción de un templo, con una espuerta sobre la cabeza. En la faja
inferior le vemos sentado en su trono. En ambos casos, el rey aparece de mayor tamaño que sus
acompañantes, siguiendo el convencionalismo egipcio. También, como en Egipto, rostro y piernas
aparecen de perfil; torso y ojos, de frente. La inscripción nombra a cada uno de los miembros de su
familia y menciona los principales templos construidos por el rey claro exponente de su deseo
propagandístico.
La Estela de los Buitres es la obra culmen de la dinastía arcaica, tanto en el relieve como en la fórmula
de la superposición de registros. De piedra caliza de 1’88m., actualmente se halla en el Museo del
Louvre de París, desgraciadamente aparece muy mutilada y solo parcialmente conservada, su forma es
rectangular con la parte superior redondeada. Los relieves ocupan todas las caras incluidos los cantos o
bordes de la placa caliza.
A pesar de los pocos fragmentos conservados, la Estela de los Buitres tiene una alta significación por la
apreciable evolución estilística que muestra en relación a las plaquetas y, en segundo lugar, por la
búsqueda de veracidad que denota cada uno de sus detalles de gran valor cultural y etnológico.
Por una parte es la rivalidad entre las ciudades la que sirve como tema; en ella Eannatum, segundo
sucesor de Ur-Nanshe, describe gráficamente su victoriosa campaña contra la vecina ciudad de Umma.
El arte de la guerra aparece minuciosamente detallado: un sólido ejercito, grupo en falange cerrada,
capaz de arrollar todo a su paso, compone una especie de tortuga romana con la yuxtaposición de los
grandes escudos rectangulares entre los que asoman agresivas lanzas La vanagloria constituye el
mensaje obvio de este relieve, en el que -por la otra parte- aparece el dios protector de Lagash, Ningirsu,
representado con forma humana y sujetando en su mano a Imdugud, el dios antagónico aún con forma de
águila. Se aprecia el juego de tamaños, donde Ningirsu aparece sensiblemente mayor en comparación
con el resto. Esta es la manifestación más contundente del éxito de la antropomorfización de los dioses,
expresión adicional de la consolidación de la vida urbana frente al animismo rural. La
antropomorfización reduce la distancia entre los seres divinos y sus representantes en la tierra, sin que
ello conlleve mayor facilidad de acceso para el resto de los hombres; se trata, únicamente de una
aproximación que culminará con la divinización de los monarcas, en la progresiva conquista del espacio
económico, social, político e ideológico por parte de la realeza.
Tanto en esta época como en las posteriores, son muy importantes documentos históricos los sellos
cilíndricos, con un dibujo cóncavo que, cuando se los hace girar sobre una materia blanda, dejan grabada
una escena en relieve.
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Accad – 2370-2230 a.C.
En el 2334, un personaje originario de Kish toma el poder, se trata de Sargón, y crea un imperio que se
extendió desde el Pérsico al Mediterráneo, con centro en la nueva ciudad de Accad. Su propaganda
política es de tal magnitud que se convierte en modelo de monarcas, de ahí la copiosa información que
poseemos para rastrear su historia. Aparentemente la imposibilidad de integrar y controlar todos los
territorios de forma efectiva provoca una inestabilidad cuyas consecuencias empiezan a percibirse al
final de su reinado y serán decisivas para el gobierno de sus sucesores. El arte, pues, aparece
condicionado por la cambiante situación política, aunque sobre la base de la tradición sumeria anterior,
ratificada por el impulso creativo de los acadios, que la asumieron y enriquecieron vigorosamente.
La temática artística de esta época es civil y militarista, el arte se pone al servicio del soberano así lo
demuestra el fragmento de una estela de diorita conservado en el Louvre, París. En ella se representa la
recurrida escena de la redada de prisioneros sujetos por la mano de un gran personaje. La novedad se
produce precisamente en la representación de éste, ya no es un dios sino es el propio soberano. En la
Estela de los Buitres perteneciente a la dinastía arcaica sumeria, el dios era el protagonista de la victoria,
más aquí el vencedor es el soberano y solo por su gracia se ha vencido al enemigo, aunque se le muestre
ofreciendo la victoria como tributo a su diosa benefactora. El paso es importante, el soberano ya se
muestra como un dios poderoso con entidad propia para gobernar por encima de otros hombres. Se
observa también el cambio hacia una sociedad guerrera en las deidades, en esta estela la diosa de la
guerra Istar, es la adaptación de la antigua Inanna, diosa de la naturaleza sumeria, a los tiempos de
batalla, posee toda su fuerza pero orientada hacia la guerra. Un ejemplo de la perfección alcanzada en la
técnica del relieve es el propio material escultórico, la diorita una roca dura y oscura, verdadero reto para
el escultor, y por ello, una clara expresión de prestigio y de dominio técnico.
Pero si la obra cumbre de los sumerios fue la Estela de los Buitres, el hito de los acadios fue la Estela de
victoria de Narâm-Sîn que se encuentra también en el Louvre de París. Datada hacia 2230 antes de C. y
realizada en gres rosa tiene unas medidas de 2 m de alto por un largo 1,05 m. Ilustra la victoria sobre los
montañeses de Irán occidental por Narâm-Sîn, cuarto rey de la dinastía semita de Accad, que reivindica
la monarquía universal, al tiempo que se hace deificar vivo. Se hizo representar subiendo a la montaña a
la cabeza de sus tropas. Aunque desgastado, su rostro expresa el ideal humano dominador, impuesto a
los artistas por la monarquía. Su casco está adornado con los cuernos emblemáticos de la divinidad y, a
diferencia de la iconografía de la estela de Eannatum, el dios protector no se reconoce por su ayuda en el
éxito militar. El rey pisotea los cadáveres de sus enemigos al pie de un pico mientras que las fuerzas
celestiales están simplemente insinuadas por estrellas solares situadas en la cumbre. El rey le rinde
homenaje, agradeciéndole su victoria. Perfectamente adaptado a la forma de la piedra se destaca el
movimiento rítmico del ejército triunfal de Narâm-Sîn subiendo la montaña y haciendo caer al enemigo.
La originalidad de esta estela se puede observar en varios aspectos, el más evidente sería el hecho de que
se utiliza toda la estela para plasmar una sola escena, su lectura nada tiene que ver característicos
registros en bandas paralelas de los narrativos estandartes sumerios, aquí se percibe con gran claridad la
globalidad del asunto desde el primer instante. Otro aspecto importante que ya se ha apuntado en la
descripción de la estela de diorita es deificación del monarca. La relación de tamaño en cambio, si que es
observada en la estela, el rey aparece majestuoso y en un tamaño muy superior a los demás, quedando
los enemigos en un plano claramente disminuido.

El relieve Neo-sumerio. III dinastía de Ur. 2230-2000 a.C.


Pese a que las ciudades sumerias restablecen su autonomía, el arte seguirá las pautas acadias, pero, con
un evidente retorno de las tendencias sumerias. Las estelas vuelven a presentar al soberano como un rey
piadoso y pacifico constructor de templos. El rey es el vicario del dios en la tierra. Torna la división
narrativa en bandas y estelas cuadrangulares de parte superior redondeada.
La Estela del príncipe Urnammu, aunque solo recuperada parcialmente, es la más importante de este
periodo. En ella se aprecia un retorno al sereno y estático estilo sumerio. Urnammu fundador de la
tercera dinastía y gran artífice de la restauración sumeria aparece como constructor y devoto,
respetuosos con los dioses y observante de su culto.
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Periodo paleo-babilónico. 2000 a 1600 a. C. Hammurabi
Tras el declive de la civilización sumeria, Mesopotamia fue una vez más unificada por gobernantes
semitas (c. 2000-1600 a.C.) como Hammurabi de Babilonia. Los amoritas tuvieron particular celo en
identificarse con la cultura neo-sumeria, por tanto las manifestaciones artísticas se encuentran dentro de
la misma tónica. Dentro del relieve histórico a destacar en esta época se encuentra el monolito conocido
como el Código de las leyes de Hammurabi. Hammurabi fue el sexto rey de la primera dinastía de
Babilonia, y aseguró por primera vez la supremacía de su ciudad, antes modesta. El monolito es una
escena de sencilla resolución plástica, pero también un verdadero manifiesto de un arte equilibrado, que
explota y renueva las pautas del sólido lenguaje artístico heredado.
El Código de las leyes de Hammurabi esta datado en la primera mitad del siglo XVIII antes de C. Se
trata de un monolito de Basalto de formas casi cilíndricas, algo irregulares y con un
alto 2,25 m.. El bajorrelieve de la cima representa sobriamente, frente a frente, al rey y al dios. El dios
Shamash (dios solar) sentado y con destellos como de rayos luminosos que parten de sus hombros,
entregando al propio rey Hammurabi la inspiración de la ley; el monarca, levanta su mano derecha
cruzándola sobre el pecho en actitud orante, mientras que con la izquierda recoge el manto de lana tipo
sumerio, está tocado con un bonete ceremonial y luce largas y rizadas barbas semitas.
Menos que un "código", el rey hizo grabar en esta estela una recopilación de sentencias reales
consideradas ejemplares, siguiendo una tradición inaugurada por los sumerios. Está grabado con
multitud de inscripciones cuneiformes referentes a aspectos jurídicos de tipo civil, mercantil, penal y
militar. En contraposición con las legislaciones precedentes, en las que las sanciones tratan de reparar
económicamente el perjuicio ocasionado, el Código de Hammurabi se basa en la llamada Ley del Talión,
es decir, un castigo idéntico al daño. Subyacen aquí dos concepciones diferentes del derecho: una
indemnizadora, la otra supuestamente preventiva, con lo que cada una conlleva de carga ideológica.
Vemos que la actitud del soberano sigue representándose como la voz del dios en la tierra y no como el
mismo dios, y la novedad subyace en el hecho que Hammurabi se presenta solo ante el dios sin
necesidad de ningún intermediario.

Asiria. 1244- 613 a.C.


A principios del s. XVIII a.C., Shamsi-Adad I trató de establecer un reino independiente en el norte,
consiguiendo dominar hasta Mari, constituyendo el imperio antiguo asirio. Pero, Hammurabi de
Babilonia restauró la supremacía sobre Asiria, que desapareció durante 400 años del panorama político
antiguo. Gracias a la decadencia de Egipto durante el período Amarna y la invasión de los hititas, que
desintegró el imperio de Mitanni, Asiria logró independizarse de nuevo, durante la segunda mitad del s.
XIV a. C. Es durante este siglo cuando nace el arte asirio, anteriormente es desconocido y lo poco que
hay muestra una clara dependencia de Babilonia, en cuanto al estilo aparecen estatuas y sellos con los
mismos aspectos del arte glíptico de Hammurabi. Este es un arte con personalidad propia, no solo por el
estilo, sino por la temática: Representan temas profanos, con gran interés por la realidad, más en los
temas religiosos es por el contrario formalista, el hombre no puede enfrentarse cara a cara con los dioses.
El arte asirio va a ser fiel a estas ideas durante toda su existencia.
Los motivos no originales son de origen occidental, claramente influidos por Mitanni, pero los lazos con
el sur fueron más fuertes e importantes, la relación con Babilonia puede compararse con la que existió
entre Roma y Grecia. Babilonia siguió el centro cultural de Asia occidental, el culto del dios oficial
asirio, Asur, era tan semejante al de Marduk de Babilonia, que era difícil distinguirlos. Además Asur y
Marduk son la forma especializada de la personificación de la vida natural que se adoraba en el país
desde tiempos remotos.
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En el arte asirio no se va a dar un encuentro íntimo entre el dios y el hombre, como pasaba con Gudea y
Hammurabi. Tanto en el arte como en la literatura, los dioses están distantes, no se sabe si es por una
conciencia de la trascendencia de la divinidad o por una actitud fetichista. El dios se representa por
signos: el arco, las nubes, gruesas gotas de lluvia, etc... El proyecto político asirio es asumido como un
mandato divino – es significativo que Asur, el dios principal, diera nombre a la ciudad básica, al país y al
pueblo. Era en resumen una sociedad belicosa y fuertemente militarizada. La fuerza física era
sumamente valorada y ejercitada, tanto en la guerra como en pasatiempos en los que la fortaleza jugaba
un papel básico como la caza. Las escenas de los relieves son, pues, escenas cinegéticas y militares. Los
soberanos asirios gustan más de representarse con la imagen imponente de los soberanos guerreros
acadios que con la de los devotos y pacíficos sumerios. Buscan transmitir la impresión de poder absoluto
y una vez más recurren al arte para conseguirlo. El poder del rey se basa fundamentalmente en el terror.
En la literatura asiria abundan las descripciones complacidas de espantosos tormentos infligidos por los
reyes a sus enemigos vencidos. Y estas mismas escenas se repiten una y otra vez en los relieves asirios;
decapitaciones, empalamientos, mutilaciones, despellejamientos. Más que establecer su dominio sobre
un territorio determinado, los reyes asirios parecen haber adoptado el sistema de imponer tributos y de
realizar expediciones en busca de botín. Precedidos por su aterradora fama, estos ataques encontraban
escasa resistencia en sus víctimas.
A la primera época del imperio asirio pertenece el Pedestal de Tukultininurta (1244-1208 a.C.), que era
la base de un altar, aparece el soberano representado doblemente como muestra el protagonismo regio,
mientras que la divinidad solo aparece una vez y representada simbólicamente.
Los Frisos Narrativos
El friso narrativo, derivado de las escenas de estelas y sellos, será el elemento artístico más importante
del arte asirio. Es posible que esta forma de decoración fuera adoptada por los reyes asirios después de
sus campañas en el este, ya que los grandes ortostratos de piedra con relieves eran usados en las
ciudades Neo-Hititas
Una de las características que singularizan los frisos narrativos asirios es el empleo del llamado friso
corrido usado para acentuar el sentido narrativo de la escena. Los asirios emplean gran profusión de
detalles. Están contando algo, quieren que se vea como un relato, como si te lo estuvieran susurrando al
oído. Plasman la acción. Las escenas cinegéticas son de gran naturalismo, los animales aparecen
fielmente retratados.
Los frisos narrativos de Kalakh
La ciudad de Kalakh había sido fundada siglos antes por Salmanasar I, pero Asurnasirpal II decidió
convertirla en su capital. En ella construyo su residencia palaciega: el palacio de Kalakh.
Las paredes del gran salón del trono, de 47 por 10 metros, estaban cubiertas de placas de alabastro con
relieves en tres registros horizontales. La más importante de ellas, de casi dos metros de altura, contenía
imágenes de guerra y caza, aunque siempre el protagonista de ellas es el monarca, el primer soldado, el
mejor cazador, acompañado a menudo del emblema de la divinidad, Asur – con él van los dioses-
En las escenas de guerra, para dar un mayor movimiento al relieve, se emplean soluciones que
demuestran gran imaginación: superposiciones, falsas perspectivas, escalas convencionales, alusiones
paisajísticas más o menos esquemáticas. Es en fin, todo un ejercicio de estilo que marcará la pauta del
relieve asirio, uno de los más grandes de todos los tiempos.
Las escenas de caza pierden frescura pero ganan calidad simbólica muestran al monarca vencedor sobre
las bestias, se intenta recrear las facultades de la antigua y sagrada figura del Dumuzi sumerio, el
dominador de los animales que atentan contra el orden natural y civilizado que él mismo preside y
vitaliza.
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El más simbólico de estos relieves se halla en el panel que adornaba el fondo del nicho donde se
encontraba el trono. El uso de la magia para proteger edificios y sus dueños era una antigua tradición en
Mesopotamia. El estilizado árbol que aparece en este relieve es el que usualmente se ha llamado Arbol
Sagrado o Arbol de la vida, aquí seria una representación esquematizada de una palmera, ya que así es la
versión asiria de este símbolo que se halla extendido por toda Mesopotamia. Si bien su significado
exacto nos es desconocido, lo podemos interpretar como una representación de la fertilidad en la tierra, o
más específicamente de Asiria misma. Es representativo, que si bien no hay dos árboles sagrados
iguales, las ramas siempre son idénticas tanto en un lado como en el otro. Encima del árbol,
sobrevolándolo el emblema de Assur. El rey se halla representado de forma simétrica a ambos lados del
árbol, de perfil con traje de ceremonia y demás atributos ceremoniales acompañado de dos genios
protectores. El conjunto de la escena y su situación -detrás del trono- demuestra que el rey protege la
fertilidad y buen rumbo de Asiria, así, el rey también toma el papel de protector del pueblo. En suma se
torna a la deificación del monarca, su posición debe estar sobre todos los hombres que dirige quedando
así su puesto y poder fuera de toda discusión.
Estos relieves serán el modelo del arte asirio fijando sus temas y modelos: Gusto por el relieve plano,
acento en el dibujo y los pormenores, es decir detallista y con clara intención documentalista. Las
figuras, sobre todos las más importantes, las del monarca, adquieren monumentalidad, se acentúa la
sensación de fuerza y vigor corporal.
Todas estas características son patentes también en las planchas de bronce con relieves del Palacio de
Imgur Enlil perteneciente al rey Salmanasar III, hijo y sucesor de Asurnasirpal II, que representan
mediante largos frisos las campañas realizadas por el monarca. Se trata de escenas de guerra en la que el
artista despliega toda una serie de imágenes con el fin de pregonar la fuerza del ejército asirio y el poder
incontenible de su rey. La misma temática y finalidad tienen los veinte cuadros en bajorrelieve del
llamado “Obelisco negro” también perteneciente al mismo soberano donde los tributos que otorgan los
pueblos vencidos son narrados mediante escritura cuneiforme.
Jorsabad. Consolidación del legado artístico.
Sargon II (721-705 a.C.) fue el creador de esta ciudad – Dur Sharrukín- que episódicamente, solo
durante el reinado de Sargon II, fue la capital del imperio. Sus frisos mostraban largas procesiones de
portadores de ofrendas y escenas de caza y lucha que glosaban las virtudes y hazañas del soberano.
Si bien no entra dentro del apartado de relieve histórico, sino más bien en el de decoración mencionare
los monumentales lamasus toros androcéfalos alados. Junto a ellos un personaje de dimensiones
excepcionales representando al héroe del león (ya aparecido en tiempos Asurnasirpal II) que reforzaban
el viejo símbolo sumerio-acadio del monarca como dominador de animales. En todas las figuras se
subrayan las formas anatómicas usadas en el arte asirio para acentuar más la sensación de fuerza dando
aquí un resultado exagerado de hieratismo que acartona las figuras.
Nínive
El gusto de Senaquerib, hijo de Sargon II, por los relieves sobre asuntos de guerra, hizo que estos
tuvieran un papel predominante en la decoración de los palacios de Kuyunjik. Los relieves son tratados
ahora con formas más suaves y naturalista, con un enriquecedor gusto por el detalle, pero lo más
importante son los ensayos compositivos, en algunos casos se organizan en frisos, muchas veces
propuestos como una acentuada esquematización de un determinado paisaje. Pero las más atrevidas e
innovadoras son las grandes composiciones en las que la narración se ordena en cuadros unitarios sobre
la base de un escenario geográfico único. Se juega con falsas perspectivas y superposiciones llenas de
ingenuidad y frescura alentando el sentido narrativo con una asombrosa capacidad comunicativa.
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Assubanipal (668-627 a.C.), hijo de Senaquerib, destaca principalmente por las escenas de caza, tanto
las cacerías de a pie como aquellas en las que el rey va montado en su carro fueron aprovechadas por sus
escultores para crear una galería sin igual de animales acosados, heridos o muertos, que denota un
singular distanciamiento del centro de interés plástico de la figura del rey a las de los animales. El
soberano, revestido de la rigidez que otorga el poder absoluto, se enfrenta, con todas las ventajas, a
animales de carne y hueso Las referencias de espacio han desaparecido por completo; es el vacío del
fondo el que ayuda a resaltar la presencia de esos cuerpos que parecen perderse en un lugar sin límites,
pero recorrido por una gran fuerza dramática que constituye su unidad plástica. La aguda observación de
los animales y la portentosa interpretación de sus reacciones tienen en el pequeño panel de alabastro, la
Leona herida el mejor exponente y la creación más conocida del arte asirio.

Babilonia
La Babilonia Kassita.1535 a 1100 a.C. Los Kudurru
Parece ser que los Kassitas adoptaron el modo de vida de los babilonios. Construyeron y restauraron los
templos de los antiguos dioses mesopotámicos y fueron trabajadores básicamente agrícolas. Los
Kassitas, procedentes de las montañas de Irán, se organizaban en tribus agrupadas por "casas" que
llevaban el nombre de algún antecesor famoso por sus hazañas. Hablaban el sumerio, aunque sus cartas
y contratos estaban escritos en babilonio. Sus reyes mantenían correspondencia con los faraones y sus
preocupaciones principales eran la política de casamientos mixtos y el intercambio de valiosos regalos.
Los Kassitas normalizaron los textos acadios y sumerios e introdujeron un nuevo tipo de documento
para conmemorar las cesiones reales de tierras; se trataba de un monumento de piedra labrada en la que
constaban las condiciones de la cesión bajo la imagen de los dioses que testificaban la transacción. Eran
los Kudurru: Los reyes de Babilonia de la dinastía kassita hicieron grandes dones a sus vasallos. En
principio, el texto se presentaba sobre los mojones, kudurru, de los terrenos donados. Estaba copiado
sobre grandes piedras, "piedras levantadas", depositadas en los templos. Se pedía la protección de la
mayor cantidad posible de dioses para esos títulos de donación. Los dioses estaban representados, con
frecuencia, en forma simbólica y repartidos según la jerarquía del panteón. Sin embargo, en la cima
están representados los tres dioses astrales, Sîn (la luna), Shamash (el sol) e Ishtar (el planeta Venus),
más en razón de su posición celeste que de su dignidad que era inferior a la de la triada suprema: Anu, el
cielo, Enlil, el aire, y Ea, el agua dulce del abismo. Esta última estaba simbolizada por una especie de
cetro sostenido por un pez-cabra. Debajo aparecen los emblemas de diversos dioses. Puede identificarse
el de Marduk, protector de Babilonia, que es una laya puntuda colocada sobre un zócalo y el dragón-
serpiente, guardián del dominio subterráneo del dios. El mismo dragón lleva el estilete del escriba,
emblema de Nabu, hijo de Marduk. Estos emblemas eran de difícil interpretación, aún para los
individuos de aquella época. Por esa razón, algunas veces, se encuentra grabado el nombre de los dioses
simbolizados junto a los símbolos.
El Imperio Neobabilónico. 900 a 600 a. C.
Los babilonios, en coalición con los medos y los escitas, derrotaron a los asirios en el año 612 a.C.,
saqueando las ciudades de Nimrud y Nínive, y se erigen en episódicos dominadores de Mesopotamia
encumbrando en ese tiempo a su ciudad principal, Babilonia.
Ellos no establecieron un nuevo estilo o iconografía. En los mojones de piedra, por ejemplo, se
representaron las antiguas escenas de los reyes acompañados por símbolos divinos. Por lo que se torna
otra vez a la mejor tradición sumeria que potenciaba la imagen del soberano piadoso, símbolo de la
bondad de los tiempos y agente de la prosperidad del reino. La obra característica de esta época es la
famosa Puerta de Isthar, la más bella de cuantas tuvo Babilonia, abría la Vía de las Procesiones, que
finalizaba en el gran complejo religioso de Marduk. Estructuralmente, tal puerta consistía en dos gruesos
cuerpos de altura diferente con dos torres cada una. Su superficie estaba revestida con ladrillos
esmaltados de tonos azules y decorada con un mínimo de 575 figuras de dragones (mushhushshu) y
toros, alusivos a Marduk.
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Hititas. 1370 a 1200 a.C.
Asentada en el interior de la península de Anatolia desde los inicios del II milenio, la civilización hitita
tuvo su apogeo con el reinado de Subiluliuma (1380-1346) dueño y señor de Anatolia y el norte de Siria
y se midió con Egipto y otras potencias vecinas, como la poderosa Mitanni. A la medida de su
importancia histórica, los hititas desarrollaron una cultura de gran personalidad que tiene en el arte su
más clara expresión. En la periferia del mundo mesopotámico, Hatti ofrece en su arte la marca indudable
de su influencia directa (a través del karum de Kanish en el II milenio) o indirecta, entre otras vías por la
intensa relación con Mitanni y los hurritas, fuertemente influidos por la cultura mesopotámica. Pero será
también igualmente decisiva la impronta de Siria y la de Egipto.
Los hititas desarrollaron un arte basado en la arquitectura y los relieves en piedra, que hallan su máxima
expresión en el santuario de Yazilikaya y en Alaka Hüyük. Es un arte monumental pero bastante alejado
de las complejas y estudiadas composiciones asirias, tampoco posee su calidad ni su cuidado formal,
pero gana en frescura y naturalidad. Las figuras continúan el esquema formal egiptizante de los antiguos
modelos, cabeza y extremidades de perfil y torso de frente. Las escenas, sin embargo son globales y
ocupan toda la superficie, han desaparecido las bandas narrativas y el contexto no esta ni siquiera
apuntado, simplemente las figuras aparecen sobre un fondo plano y vacío.
Unos de los ejemplos más representativos del relieve arquitectónico lo tenemos en las puertas de las
ciudades, constituidas a base de grandes bloques de piedra, los denominados ortostatos sobre los que se
tallaban en relieve figuras humanas o animales, tal y como podemos observar en la Puerta del Rey y en
la Puerta de los Leones de Hattussa, en la que más que esculturas, los leones procedentes del recinto
exterior de las murallas de Hattusa son en realidad dos enormes protomos. Sus ojos, un día incrustados,
el encuadre del rostro por la melena, el fino dibujo en mechones rayados y la expresión de sus fauces,
sugirió a E. Akurgal que la obra podría deberse al mismo taller que esculpió la figura del dios guerrero.
No obstante, la solución recta dada a las patas resulta sumaria y contradictoria con el cuidadoso trabajo
dado a otras partes.
En los ortostatos de Alaka Hüyük también aparecen escenas ceremoniales, de caza o manifestaciones
festivas, dispuesta con una proverbial soltura.
El arte, como en todo Oriente próximo continua siendo el soporte del poder estatal. El mayor programa
propagandístico coincide con el comienzo de la decadencia, durante el reinado de Tudhaliya IV, en el
programa de Yazilicaya, un afloramiento de rocas al nordeste de Hatusa convertido en santuario, que en
el siglo XIII recibe una compleja decoración de relieves de significación religiosa y se distribuye en
espectaculares cellas sagradas. Contiene a 66 divinidades en dos procesiones estáticas, cuya clave es la
división por sexos, en una pared los dioses y en otra las diosas. Preside el poderoso Teshub, dios de la
tempestad, y la diosa Hebat, diosa del sol, disponiendo un encuentro. Los dos dioses, siguiendo la
norma, se encuentran tallados en un tamaño superior al de los demás personajes que componen el
cortejo. En la pequeña galería se encuentra el santuario de los muertos, donde puedo haber sido
enterrado Tudhaliya IV, marcada por el dios espada, representación del Hades, divinidad asociada al
mundo infernal.
El rey Tudaliya IV, aparece representado en un relieve de más de 2,5 m. tocado y vestido de ceremonia,
sosteniendo el bastón curvo de mando de los hititas en la mano izquierda y en la derecha levantada, el
ideograma de su nombre sobrevolado por el disco solar alado. También los dioses suelen llevar de esta
manera sus respectivos ideogramas. Si bien Tudaliya IV no es un dios en vida, siguiendo la costumbre
hitita es deificado a su muerte
Como vemos aquí el arte retorna al carácter religioso y votivo de los primeros tiempos y su papel no es
tanto mostrar al monarca guerrero y sanguinario de los asirios sino al rey piadoso en íntima relación con
la divinidad como fieles siervos del dios. Hay que tener en cuenta que un factor importante para entender
este papel del monarca es que si bien el rey tenia origen divino, ejercía de gran sacerdote y juez y tenia
la facultad de escoger al heredero, necesita ser aceptado por el Panku (asamblea de notables) lo que
hace de la monarquía hitita un sistema "no absoluto”.
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Siria. Del III al I milenio a.C.
El arte del relieve del III milenio en Ebla aparece representado principalmente en las pilas lustrales que
siguen el mismo esquema que la pila cultual encontrada en el “Gran Templo D”: Se trata de un
recipiente tallado en piedra caliza cuadrangular y dividido en dos vasos, en sus paredes exteriores se
halla desarrollada una decoración en relieve bastante tosca y de claro sabor mesopotámico. La cara
principal alberga una escena de libación o de simposio presidida por el rey y la reina sentados a ambos
lados de una mesa de ofrendas y acompañados de los altos servidores de la corte, sobre ella un friso de
cabras y carneros pasantes, acechados desde la izquierda por un león, en los otros dos lados aparecen
varios de estos felinos en relieve más alto y con la cabeza vuelta hacia el espectador.
Pasado el esplendor de Ebla las manifestaciones artísticas se trasladan a otras ciudades de mayor
importancia económica y artística como Ugarit. En ella son muy notables las estelas votivas con
relieves, la más famosa de las cuales representa al dios Baal. El dios aparece blandiendo un
rompecabezas y una lanza cuyo extremo se transforma en ramillete de vegetación, imagen que alude al
papel benefactor de la lluvia desencadenada por la tormenta. Dios juvenil y popular cantado por bellos
textos mitológicos encontrados en Ugarit, Baal es igualmente la divinidad tutelar de la dinastía: el rey de
Ugarit está orando bajo la protección de las armas de Baal. El estilo, atento a la fidelidad anatómica pero
noblemente hierático, hace de la estela de Baal con el rayo uno de los más bellos trozos de escultura del
Oriente antiguo.

Los Fenicios. 1000 a 500 a.C.


En el arte fenicio concurren elementos de muy diversas procedencias: egipcios, griegos, mesopotámicos,
egeos, sirios y micénicos, es decir, fue un arte eminentemente ecléctico. La característica fundamental de
este arte fue fundir, asimilar y armonizar en todo original, corrientes artísticas diferentes. Es decir,
Biblos, Sidon y Tiro y en general el conjunto de las ciudades fenicias protagonizaron uno de los
fenómenos culturales y artísticos más trascendentes de la antigüedad: amalgamaron todas las influencias
de los pueblos con los que tuvieron contacto. Ellos fueron los principales agitadores de la gran oleada
orientalizante que dio un aire homogéneo a las manifestaciones artísticas de todas las culturas
mediterráneas entre los siglos VIII y VII a.C. y junto los griegos, pusieron las bases sobre las que
habrían de desarrollarse las grandes culturas europeas de la Antigüedad.
Durante un millar de años, fue imposible moverse por el mundo mediterráneo sin encontrarse con
artículos fenicios: las joyas, el vidrio, el marfil tallado, los recipientes de metal decorado: los diseños
eran de una amplia y desconcertante variedad, pues los artistas fenicios los adoptaban de otras culturas
para satisfacer los variados gustos de sus clientes. Al principio los fenicios actuaban sobretodo como
tratantes, los buhoneros contentos de comerciar con cerámica minoica o escarabeos egipcios,
fortalecieron el comercio marítimo, pero su pericia no tardo en desarrollarse. Con el tiempo fundaron
una industria de creación artesanal, donde se hacían la mayoría de los objetos decorativos con los que
comerciaban.
Los relieves de cierta monumentalidad figuran entre las creaciones más interesantes, a estos pertenece
una obra principal, el Sarcófago del rey Ahiram de Biblos. Realizado en el siglo XIII a.C. es
particularmente famoso por contener una de las más antiguas inscripciones fenicias conocidas. Muestra
un arte tosco de relieves muy planos , en el que el rey recibe a una larga procesión de plañideras y
oferentes en un trono flanqueado por esfinges. Se enmarca dentro de un estilo egiptizante adobado con
elementos de claro sabor local.

Persia. Siglo VI a Siglo III a.C.


El Imperio Persa dominó el Próximo Oriente en el siglo VI a.C. Sus principales realizaciones artísticas
fueron el desarrollo de una arquitectura palaciega y funeraria, así como los relieves realizados
principalmente en Persépolis y Susa.
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Su arte es de corte imperial, al servicio del rey, que tiene en los palacios y en las tumbas su mejor
representación. Estos palacios estaban decorados con relieves inspirados en los asirios, a los que los
persas veían como uno de los mejores ejemplos de arte imperial en los que inspirarse. Sin embargo en
los relieves persas, al contrario que los asirios eminentemente bélicos, predominan las representaciones
de desfiles procesionales. El poder absoluto del rey sigue fomentándose mediante la utilización de los
recursos de posición y de escala haciéndose así patente la superioridad del soberano buen ejemplo de
ello son los frisos de la Puerta del Palacio de Persépolis, con escenas del rey y sus guardas.
Es en el palacio de Persépolis, comenzado por Darío y continuado por sus sucesores donde se alcanza la
máxima expresión de las fórmulas aqueménidas. En los frisos de portadores de ofrendas de la Apadana –
sala de audiencias- de Persépolis (ss. VI-V a. C.). El hieratismo y la rigidez ceremonial de la corte persa
encuentran una magnífica expresión en estos relieves, una verdadera cima del formalismo. Las grandes
composiciones de leones atacando a toros, o la que muestra al emperador luchando con un poderoso león
alado, no dejan lugar a dudas sobre los modelos asirios que los reyes aqueménidas siguieron en su afán
de emularlos a la hora de expresar artísticamente su poder. Son relieves de más bulto que los asirios,
ejecutados con extraordinario oficio aunque con gran frialdad, resultantes de un arte académico que
repite las fórmulas con pulcritud pero sin particular inspiración.

Conclusiones
Como se puede observar todos estos pueblos representan rasgos comunes: En todos la importancia de los
astros es sumamente importante, fueron grandes astrónomos que pusieron gran cuidado en la
construcción de sus observatorios, zigurats. Dieron gran importancia a sus soberanos, en muchos casos
instituyéndolos como dioses vivientes. Esto no carece de importancia, ya que para favorecer su culto se
construyeron templos, estatuas y tumbas. El artista fue el aliado del poder, esta alianza favoreció el
desarrollo del arte.
La guerra fue una preocupación constante, toda la historia de Mesopotamia ha sido una sucesión de
civilizaciones y luchas por la hegemonía esto fue determinante para que gran parte del arte se dedicase a
la glorificación de las victorias militares.
Por otra parte, estos pueblos fueron fundamentalmente agrícolas, por lo que la influencia de la vida
agraria en el arte fue notable. Los hábitos agrícolas determinaron una arquitectura geométrica y un
sentido geométrico en todas las artes. Una concepción matemática y simétrica de la escultura, el relieve
y la pintura había nacido. Aparece la división en bandas lo que da al conjunto una composición ordenada
y numerada, surgiendo el sentido del bloque y la frontalidad. Esto proporciona lo que serán los aspectos
globales del arte en el Próximo oriente:
- Solemne y hierático
- Estilizado y estereotipado
- Convencional y conservador
El carácter jerárquico, muy desarrollado en estas gentes, determinó, que a dioses y a grandes dirigentes
se les representase en mayor tamaño que a las clases inferiores o a los enemigos.
RASGOS ESTÉTICOS COMUNES.
En La Obra De Arte
La monumentalidad
el geometrismo
la ordenación matemática
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En La Representación De La Figura.
El hieratismo
el convencionalismo simbólico
tendencia a la abstracción
la frontalidad que da a la figura un contenido intelectual
Hay que señalar que si saben ser naturalistas, el realismo alcanza hitos notables en la representación de
animales y plantas, como ocurre los relieves asirios.
Por supuesto existen diferencias notables entre las distintas civilizaciones, a la hora de contemplarlas
hemos de tener en cuenta los siguientes rasgos que las singularizan:
Los pueblos mesopotámicos, sumerios y babilonios fueron fundamentalmente astrónomos y legisladores.
Los acadios y asirios fueron gentes guerreras, militaristas y cazadores.
El pueblo persa es un pueblo aúrico y cortesano.
En la expresión artística estos tópicos determinaron una serie de características básicas y generales:
El arte sumerio es fundamentalmente jurídico-religioso o legislativo-sacerdotal, de estética
predominantemente litúrgica.
Los acadios presentan un arte de estética eminentemente belicosa.
El arte asirio, con sus palacios fortificados, sus relieves de guerra y caza, muestra el espíritu vigoroso y
militar de los asirios, por tanto, y en consecuencia posee una estética dinámica.
El arte persa es cortesano, procesional y solemne, como elegantemente solemne es su estética.


Bibliografía:
- Mesopotamia: http://arteenlasculturas.8m.com/
- Mesopotamia: http//www.artehistoria.com
- Estela de los Buitres: http://www.arteantiguo.net/usuarios/mesop/
- El arte sumerio acadio: http://www.enciclored.com/Spanish/area6/txt30.htm
- Oriente: http://www.terraeantiqvae.com
- Museo del Louvre: http://www.louvre.fr/
- Historia Universal - D.R. Alma Rosa Gomez y Guillermo Flores :
http://www.galeon.com/home3/huniver/histouniv3.html
- Museo Británico: http://www.thebritishmuseum.ac.uk/
- Los Fenicios y Occidente: http://www.geocities.com/fenicios_puj/
- Mesopotamia y Oriente Próximo: http://www.mundofree.com/diomedes/hm_4.htm
- “Diccionario de Términos de arte”.- G. Fatás y G. M. Borrás.- Biblioteca de consulta.- Alianza
Editorial
- Historia del Arte – El Mundo Antiguo.- J.A. Ramírez.- Alianza Editorial.

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