A ojos del lector superficial el cuarto evangelio parece resistir a todo intento de situarlo
en la historia de la iglesia primitiva. Efectivamente, en comparación con la detallada
información sociológica que nos ofrecen los sinópticos, la exposición joánnica resulta a
veces abstracta y espiritualizada (cfr. el contraste entre la vocación de los primeros
discípulos en Mc 1, 16-20 y en Jn 1, 35-51). Sin embargo, actualmente muchos exegetas
neotestamentarios están convencidos de que Jn, aparentemente tan desligado de la
realidad terrena concreta (no en vano la iconogr afía atribuye a Juan el águila que planea
en el espacio del espíritu), ofrece suficientemente información sobre su época e indicios
que hacen posible determinar su lugar de incardinación en el mundo histórico terreno.
Intentos de "localización"
A partir de este presupuesto fundamental los autores ya mencionados (entre otros) han
realizado diferentes reconstrucciones de la historia de la comunidad joánnica. Brown es,
sin duda, quien más confía en los escritos joánnicos como fuentes de información
válida; en ellos , según su parecer, está reproducida casi paso por paso la evolución de la
comunidad, que constaría de cuatro etapas:
4.Escisión definitiva de la comunidad joánnica: los seguidores del autor de las cartas se
unen a la "gran iglesia", y los disidentes a círculos herético-gnósticos (primera mitad del
siglo II).
Hoy día se acepta prácticamente sin discusión que tras la polémica de Jn contra los
judíos se esconden experiencias históricas de persecución que sufrió la comunidad
joánnica, "retrotraídas" anacrónicamente a la época de Jesús. En la época en que se
escribió el evangelio (finales del siglo I) los judíos eran numéricamente superiores a los
cristianos, y más poderosos debido a su status de nación reconocida por los romanos. El
evangelio se hace eco del temor de los cristianos entre judíos (9,22) y sitúa en el tiempo
narrado el decreto por el cual se expulsa de la sinagoga a todo judío que confiere su
adhesión a Jesús (9,22; 12,42; 16,2), decreto que en realidad data de época posterior a la
guerra judía (68-70 d.C.). Los cristianos de la comunidad joánnica procedían, pues, en
gran parte del judaísmo, y fueron discriminados, cuando no perseguidos, por sus
antiguos hermanos en la fe. Desde esta situación se explican tanto algunas expresiones
de Jn ("la salvación viene de los judíos", 4,22), como el antijudaísmo que refleja el
evangelio en su conjunto.
Esta hipótesis, aunque se apoye en buenas razones, no es, sin embargo, incuestionable.
Sobre todo se ha de tener en cuenta que birkkat-haminim es una fórmula dirigida contra
todos los judíos disidentes de la línea farisea, y no primariamente contra los cristianos
judíos.
Dado que es problemático fijar un punto histórico de referencia para los "judíos" del
cuarto evangelio, se habrá de plantear la cuestión de otro modo. G. Theissen ha
CLEMENS LOCHER
Conclusión
Es importante y necesario tener en cuenta todos estos hechos. Creemos que una
investigación sociohistórica de la biblia ayuda "a captar con mayor honestidad las caras
sombrías de la religión y la fe, y fortalece la voluntad de eliminar sufrimientos causados
o legitimados religiosamente", como dice Theissen. Dicha disponibilidad a la
conversión debería al menos ser exigida en relación con la fatal repercusión histórica de
la expresión joánnica "los judíos".