Neurocientíficos mapean las respuestas del cerebro

Los neurocientíficos de la Universidad Carnegie Mellon han mapeado la sensación de

tacto fresco en la ínsula del cerebro en un modelo de ratón. Los hallazgos, publicados en
la edición del 15 de junio de Journal of Comparative Neurology, proporcionan un
modelo experimental que avanzará en la investigación de enfermedades como el dolor y
la hipersensibilidad al frío y ayudará a los investigadores a continuar descubriendo las
formas multifacéticas en que el tacto está representado en el cerebro.

“El tacto es, por naturaleza, multimodal. Cuando levanta algo, puede ser cálido, suave y
pesado a la vez. Tu cerebro divide ese toque en todas estas percepciones diferentes.
"Comprender cómo lo hace puede mostrarnos cómo el cerebro se adapta y aprende en
respuesta al tacto y cómo los cambios en estas vías pueden causar dolor y enfermedad",
dijo Alison Barth, profesora de ciencias biológicas en la Facultad de Ciencias de Mellon
y miembro de la articulación. Carnegie Mellon / Centro para las Bases de la Cognición
Neural de la Universidad de Pittsburgh.

El tacto es un sentido complejo formado por diferentes componentes como la

temperatura, la textura, el peso y la presión; por ejemplo, la sensación suave y pesada de
una lata de refresco fría. Cada uno de estos componentes táctiles se puede representar en
diferentes partes del cerebro, y las señales paralelas de la soda pueden activar las
neuronas en múltiples áreas del cerebro, lo que dificulta la comprensión de cómo se
representa cualquiera de ellos. La sensación térmica es particularmente importante, ya
que se piensa que estas vías neurales se superponen con el dolor, y los trastornos de
dolor crónico a menudo se asocian con una sensibilidad anormal a la temperatura.

Si bien los mapas cerebrales para la sensación táctil se han identificado en humanos, ha
sido una pregunta abierta si otros animales comparten la misma organización, una
pregunta crítica que permitiría desarrollar y probar nuevas terapias en modelos animales
de enfermedades. Por ejemplo, las reacciones al dolor y las bajas temperaturas se
observan en la ínsula de la corteza cerebral humana. Los investigadores creían que la
ínsula del roedor era mucho menos compleja y que las reacciones a estos estímulos no
se observarían en el mismo lugar que las que se encuentran en el cerebro humano.

En el experimento actual, los investigadores de Carnegie Mellon buscaron establecer

qué parte del cerebro del ratón respondió al toque fresco. El frío es único ya que solo un
receptor, TrpM8, responde a la sensación térmica fría. Usando tanto el toque frío como
la exposición al mentol, los investigadores pudieron demostrar que la sensación de frío
estaba representada en la íntima del roedor en una correspondencia sorprendente con el
área del cerebro activada en los humanos. Críticamente, esta región no se activó en
ratones que carecían del receptor TrpM8, lo que indicaba que era muy específica para la
exposición al frío.

Los investigadores también encontraron que podían activar los receptores TrpM8
usando mentol inhalado y ver la misma activación en la ínsula, lo que brinda una
manera aún más sólida de estudiar este componente del tacto.