TRATAMIENTO AMBULATORIO-COMUNITARIO
AMBULATORIO-
COMUNITARIO
PROGRAMA DE MARGINALIDAD
CONACE NACIONAL
ISBN: 956-7808-54-6
ÍNDICE
Introducción 5
Propósito y objetivos 9
Propósito 9
Objetivo general 9
Objetivo específico 9
Intervención comunitaria 10
Autocuidado del equipo: elementos por considerar
y estrategias por desarrollar 59
Anexos 63
notas 89
Bibliografía 91
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
INTRODUCCIÓN
Esta población es entendida como aquella que se encuentra débilmente vinculada o desvinculada de los
sistemas formales de educación o trabajo y desarrolla su vida y cumple sus etapas evolutivas en con-
textos donde generalmente hay una acumulación de factores de riesgo, graves carencias afectivas y/o de
aprendizaje, falta de oportunidades y/o presencia de modelos transgresores de ley. En ellos, el riesgo de
consumir drogas y de que el consumo se transforme en crónico, junto con la presencia de conductas
violentas y/o actividades delictuales, es muy alto, y constituyéndose en un factor que profundiza la mar-
ginalidad, manteniendo el círculo de la pobreza y la exclusión social.
Desde el año 2002, el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE) viene desa-
rrollando un trabajo específico para la prevención y/o tratamiento del consumo de drogas en aquellos
niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad social.
A partir del año 2003, se pone en marcha un conjunto de proyectos de intervención psicosocial di-
rigidos a esta población, que apuntan a la prevención selectiva del consumo de drogas, a detectar
tempranamente dicho consumo y a referir a aquellos que lo requieran a un programa de tratamiento.
Simultáneamente, promueven la integración socio educacional de los niños, niñas y adolescentes, en su
mayoría en situación de calle, mediante el fortalecimiento de sus recursos personales, familiares y socia-
les, y el potenciamiento de alternativas de re-inserción, desarrollo y construcción de nuevos proyectos
de vida. Estos, en su mayoría ejecutados por diversas ONG a lo largo del país, han permitido avanzar
IN T R O D U CCI Ó N
en la construcción de un modelo de intervención psicosocial que, mediante el trabajo activo de calle y
el establecimiento de un vínculo como primer enganche, permite trabajar los procesos de integración
social en sus distintos ámbitos (escuela, redes, salud, etc.).
Fruto de esta experiencia, surge la necesidad, desde los equipos psicosociales, de contar con un apoyo
terapéutico especializado para tratar los problemas de drogas que sea adecuado a los requerimientos
de esta población, de contar con equipos clínicos que los habilite en la detección temprana del consumo
y en trabajar en conjunto la motivación para que estos niños/as y adolescentes ingresen a tratamiento.
Además, surge también la necesidad de crear un modelo de tratamiento específico adaptado a las nece-
sidades particulares de este perfil, requiriendo de una red de tratamiento especializada, que les permita
referir a aquellos adolescentes que presentan consumo problemático y consecuencias asociadas.
De esta manera, en el año 2004 se da inicio a los proyectos ambulatorio-comunitarios como una alter-
nativa de tratamiento infanto-adolescente para población de alta vulnerabilidad social, que contempla
la conformación de un equipo clínico con experticia en drogas y adolescencia y enfoque comunitario,
que interviene de manera ambulatoria y en terreno, desarrollando un apoyo clínico y farmacológico en
estrecha relación con los equipos de diferentes programas o proyecto de intervención psicosocial.
Este programa busca entregar una propuesta de tratamiento y rehabilitación diferente a la tradicional,
asumiéndola como parte del proceso de reparación y de desarrollo global que necesitan los niños, niñas
y adolescentes que viven en condiciones de vulnerabilidad y riesgo social y que presentan consumo de
drogas, en un marco de intervención integral. Este debe enmarcarse en un modelo de intervención que
permita llegar precozmente a ellos; que considere sus características evolutivas, de historia de calle y
vulnerabilidad social, y que apunte a reinsertarlos a la comunidad, a restituir sus derechos como ciu-
dadanos y a ofrecerles oportunidades para un desarrollo integral, proceso dentro del cual se realiza
el tratamiento del consumo. Por ello, el modelo de intervención debe contemplar ambas modalidades,
psicosocial y ambulatorio-comunitaria, en estrecha coordinación a lo largo de todo el proceso.
Frente a la necesidad de ampliar la oferta de tratamiento para esta población, se pone en marcha el año
2004 la red de tratamiento infanto-adolescente, financiada por CONACE, en coordinación con el Minis-
terio de Salud y articulada con la red de SENAME (Servicio Nacional de Menores) y otros actores, de
manera de dar una respuesta específica y de calidad a niños/as y adolescentes que presentan consumo
problemático. Esta red responde a dos conceptos centrales:
• A las condiciones de marginalidad y exclusión social que agravan el riesgo de consumo y demandan
una atención especializada y de mayor complejidad.
• A la necesidad de adecuar estrategias y formas de intervención, dado que los enfoques terapéuticos
tradicionales para población adulta muestran escaso rendimiento en la población adolescente, espe-
cialmente en aquella que se encuentra en condiciones de vulnerabilidad social.
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IN T R O D U CCI Ó N
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
MODALIDAD DE TRATAMIENTO
AMBULATORIO-COMUNITARIA
Propósitos y Objetivos
Propósito
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
Objetivo general
Ofrecer una cercana, oportuna y adecuada asistencia terapéutica ambulatoria de moderada o de alta com-
plejidad e intensidad, según se requiera, a niños, niñas y adolescentes que presenten consumo problemático
de drogas y sus consecuencias, y que viven en condiciones de alta vulnerabilidad social.
Objetivos específicos
• Brindar atención a los niños, niñas y adolescentes que viven en condiciones de vulnerabilidad social
y que presentan problemas de consumo de drogas y sus consecuencias asociadas, y a sus familias;
que sean intervenidos por un equipo psicosocial u otro especializado o que acceden directamente
al programa.1
• Apoyar y asesorar a los equipos psicosociales y/o especializados que trabajan con estos niños,
niñas y adolescentes, en relación con la drogodependencia en su lugar de trabajo territorial.
• Desarrollar, en conjunto con el equipo psicosocial, estrategias de motivación al cambio para el
ingreso a tratamiento de estos niños, niñas y adolescentes.
• Coordinar con el equipo psicosocial la estrategia de apoyo permanente a niños, niñas y adoles-
centes que hayan comenzado el tratamiento, a lo largo de todo el proceso.
• Apoyar y/o desarrollar programas de formación y acompañamiento a equipos psicosociales y/o
especializados de la red SENAME en relación con la drogodependencia.
• Apoyar y colaborar en acciones de integración social de los sujetos que esté implementando el
equipo de los programas psicosociales y/o especializados de SENAME.
• Articular y formar redes con otros programas de tratamiento y rehabilitación de mayor com-
plejidad e intensidad de la red sanitaria pública y privada y con otros organismos de las redes
sociales, comunitarias, educativas, psicosociales, etc. cuando se requiera.
Perfil de niños, niñas y adolescentes por atender
• Se trata de niños(as) y adolescentes en situación de vulnerabilidad social, de ambos sexos, con consumo
problemático de alcohol y/u otras drogas, con características de deserción o pre-deserción escolar,
vulnerados en sus derechos y con indicadores de riesgo o daño biopsicosocial.
Como beneficiarios indirectos se considera a las familias y/o adultos significativos, ya que también serán
intervenidos terapéuticamente desde el enfoque de abordaje de drogas en esta población.
Dentro de los adultos significativos se podrá considerar a otras figuras que pudieran habilitarse en el rol
parental, y también a los pares significativos que pudieran constituirse en agentes importantes de cambio
en el proceso de intervención de estos niños/as y adolescentes relacionado con el abordaje del consumo
de drogas.
Intervención comunitaria
El perfil del equipo clínico es territorial y comunitario, por lo que su instalación en la comunidad, y en co-
ordinación con el equipo psicosocial y/o especializado de SENAME que trabaja en terreno, es fundamental.
El equipo debe ser flexible y adecuarse a las características de la población focalizada y a la labor del equipo
psicosocial que interviene con ellos.
La unidad operativa es el territorio o comunidad en la que se interviene, por lo que el equipo deberá
movilizarse, si lo amerita, a los diferentes lugares donde se trabaja con esta población, entregando aten-
ción terapéutica a niños, niñas y adolescentes en los espacios comunitarios destinados para ello (casas de
acogida, centros de SENAME, centro comunitario, centro de salud, etc.) o incluso en los propios lugares
en los cuales se encuentran (“caletas”, focos o lugares en los que se concentran, casa donde viven, etc.).
Las intervenciones deberán coordinarse en terreno y en espacios propios de la comunidad o donde se
ubican estos niños/as y adolescentes, todo lo cual se adecuará a la intervención que el equipo psicosocial
y/o especializado de la red SENAME haya establecido primero respecto a la detección y construcción del
vínculo con la población focalizada.
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El perfil comunitario del equipo clínico también implica desarrollar acciones que vayan dirigidas a apoyar,
asesorar y capacitar en drogas a los equipos psicosociales y/o especializados de SENAME, por lo que las
acciones que se realicen deberán desarrollarse de acuerdo con las características propias de estos equi-
pos y el contexto y la población en que intervienen. Dentro de estas acciones se enmarcan por ejemplo:
reuniones clínicas, capacitación y/o formación en drogas, asesoría de casos, etc.
El proceso de intervención integral del consumo de drogas para esta población se desarrolla a lo largo
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
de las distintas modalidades de atención: intervención psicosocial, reparatoria (proyectos SENAME),
modalidad de tratamiento ambulatorio-comunitaria, residencial y/o desintoxicación cuando se requiera,
entre otras. La intervención integral abarca ejes generales que se desarrollan a lo largo de todo el pro-
ceso de las modalidades de atención, contemplándose cinco ejes que son transversales y que deberán
abordarse de manera gradual y sucesiva en el tiempo, con objetivos y estrategias que aportarán los
equipos según el tipo de intervención y su función específica en el proceso de re-inserción social y
rehabilitación de drogas del niño/a o adolescente.
Específicamente, en relación con la modalidad ambulatorio-comunitaria, el abordaje de estos ejes de
intervención y los objetivos terapéuticos deberán realizarse en estrecha coordinación y complementa-
riedad con la intervención que realice el equipo psicosocial y/o especializado del SENAME, por lo que
si bien se apunta al cumplimiento de estos mismos ejes generales, los objetivos específicos y estrategias
metodológicas variarán de acuerdo con los roles y funciones de ambos equipos.
En este proceso de articulación e intervención integral y complementaria, el equipo psicosocial y/o es-
pecializado de SENAME será el que realice el apoyo y seguimiento al sujeto a lo largo de todo el proceso
de intervención de drogas, inserto en el proceso de reparación y re-inserción social.
En la modalidad de intervención psicosocial estarán todos aquellos equipos que trabajan en el ámbito
psicosocial: proyectos psicosociales CONACE, proyectos o programas especializados de la red SENA-
ME (proyectos ESCI, proyectos PIA, proyectos para Niños de la calle, Inimputables, Maltrato grave y
Abuso sexual, CTD, CIJ, etc.) e instituciones colaboradoras y/o ONG que trabajan con población de
niños/as y adolescentes en vulnerabilidad social, cuyo objetivo es elaborar la intervención psicosocial,
socio-educativa y/o de reparación o especializada para favorecer la re-inserción en un proceso gradual
y sistemático.
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La intervención complementaria entre ambos equipos, psicosocial y/o especializado y ambulatorio-co-
munitario, se iniciará desde la fase de vinculación, diagnóstico psicosocial y el diagnóstico clínico en drogas,
la motivación al tratamiento, la intervención clínica en drogas y la inserción socio educacional. En estas
fases, ambos equipos deberán complementarse desde sus propios ámbitos de intervención para el cumpli-
miento de los objetivos del proceso de re-inserción social.
Es importante mencionar que en este proceso terapéutico integral, la intervención irá de lo más gene-
ral (desarrollada principalmente por el equipo psicosocial y/o especializado) a lo más específico (equipo
clínico en drogas). De esta forma, los objetivos relacionados con el desarrollo y las tareas evolutivas y la
inserción social serán trabajados principalmente por el programa psicosocial y/o especializado, con apoyo
del equipo clínico, y los objetivos de reparación (ligados al consumo) y de abordaje de drogas, serán tra-
bajados principalmente por el programa ambulatorio-comunitario, con apoyo del equipo psicosocial y/o
especializado.
Los ejes generales del proceso de intervención terapéutico integral que realizará el equipo clínico, en
coordinación con el psicosocial y/o especializado, pueden describirse en cinco ámbitos generales con sus
respectivos objetivos terapéuticos.
En este eje, la intervención terapéutica se centrará en lo que se refiere al desarrollo de las etapas y tareas
evolutivas en la que se encuentre el/la niño/a o adolescente, incorporando la mirada desde el enfoque de
la adolescencia en el proceso terapéutico.
En esta población, la intervención deberá estar centrada también en el desarrollo de habilidades, competen-
cias, actitudes y valores como parte del desarrollo integral, concentrándose en rescatar los recursos y carac-
terísticas resilientes desarrolladas por estos niños/as y adolescentes, más que en las carencias y fracasos.
En este ámbito, la intervención del equipo psicosocial y/o especializado aportará al proceso terapéutico in-
tegral en la medida en que las nuevas experiencias de logro, aceptación e inserción del niño/a o adolescente
apunten a fortalecer, apoyar y desarrollar la obtención de los objetivos en esta área. La intervención del
equipo ambulatorio-comunitario estará dirigida a fortalecer la intervención del equipo psicosocial y/o es-
pecializado desde su propia especificidad en el abordaje clínico y de psicoterapia o tratamiento propiamen-
te tal, a través de estrategias psicoterapéuticas que apoyen en la rehabilitación del consumo de drogas.
Algunos objetivos específicos que debieran contemplarse en el proceso terapéutico en este ámbito son:
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llas habilidades que pudieran ser potenciadas en el proceso de integración social (actividades de riesgo,
deporte, artísticas, etc.).
• Favorecer el desarrollo de un proyecto de vida: para esta población, deberá centrarse en el logro
de metas a corto y mediano plazo (concretas y medibles en el tiempo), con mirada a largo plazo, que
sean adecuadas a sus necesidades y realidad, y que tengan sentido y significado en el proceso de recons-
trucción e integración de su historia vital.
* La psicoterapia focalizada del equipo ambulatorio-comunitario, en casos en que el niño/a o adolescente se encuentre ingresado a un proyecto
especializado en la atención reparatoria de la Red SENAME (ESCI; Calle; Maltrato y Abuso Sexual, Inimputables, etc.), se realizará de acuerdo
con los criterios de intervención complementaria que definan en conjunto dichos equipos, con énfasis en drogas.
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b) Integración social
• Ámbito educacional
– Evaluar y fortalecer las áreas relacionadas con el aprendizaje e integración escolar que presenten
retraso o trastornos asociados: trastornos de aprendizaje, retraso pedagógico, déficits cognitivos
o intelectuales, etc.
Este ámbito también es de competencia del equipo psicosocial y/o especializado, por lo que la in-
tervención del equipo ambulatorio-comunitario estará destinada a apoyar el logro de los siguientes
objetivos:
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Si bien este objetivo terapéutico también deberá desarrollarse a partir de la intervención complemen-
taria entre ambos equipos, el ambulatorio-comunitario será el que podrá abordar en profundidad el
logro de los objetivos relacionados con la reparación del daño psicosocial, como parte de la interven-
ción psicoterapéutica contemplada en la rehabilitación del consumo de drogas, en estrecha coordina-
ción con la red SENAME.
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El equipo psicosocial aportará a este objetivo, desde la intervención psicosocial y socio-educativa, a
partir de la experiencia reparadora de la construcción del vínculo y las nuevas experiencias positivas
de logro e integración, que serán parte fundamental también para la reparación de las vivencias de
daño; los equipos especializados en reparación de la red Sename aportarán en cuanto a su especifici-
dad respecto a la judicialización, protección y/o reparación, por lo cual será fundamental la coordina-
ción con los equipos ambulatorio-comunitarios en el abordaje psicoterapéutico o de tratamiento, de
acuerdo con su ámbito de especialidad de intervención y según la problemática de mayor complejidad
que sea necesario intervenir (Ej: proyectos de Reparación en Maltrato Grave y Abuso Sexual, proyec-
tos de Explotación Comercial Sexual Infantil-Adolescente o ESCSIA; etc.)
Asimismo, los objetivos terapéuticos de este eje serán definidos de acuerdo con el diagnóstico clínico
y psicosocial que se haga previamente del sujeto. Esto es de vital importancia para evitar la sobre-inter-
vención y victimización secundaria que pueden vivir estos niños/as y adolescentes. Si hay temáticas de
grave vulneración de derechos que presenta el sujeto (maltrato, abuso, violencia intrafamiliar, etc.), será
necesario saber si han sido intervenidas anteriormente por otro programa de intervención o repara-
ción, de qué forma y los logros obtenidos. Esto dará la pauta para saber qué temáticas de todas las que
presenta el sujeto deben ser intervenidas en profundidad por el equipo ambulatorio-comunitario como
parte del proceso psicoterapéutico o referidas a otros programas especializados. Si esto fuera así, será
necesario que la intervención clínica del equipo ambulatorio-comunitario considere estas temáticas, no
para tratarlas en profundidad en la psicoterapia, sino como parte del enfoque de reparación y rehabili-
tación del consumo.
Algunos objetivos terapéuticos específicos de este eje que debiera incorporar el equipo ambulatorio-
comunitario en la rehabilitación del consumo, con apoyo del psicosocial y/o especializado, son:
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lograr trabajar los aspectos terapéuticos posteriores del proceso de intervención, y estará dado
especialmente a partir de la intervención del equipo psicosocial y/o especializado y de las nuevas
experiencias positivas y de logro adquiridas.
• Favorecer la elaboración de las vivencias traumáticas en la historia vital del niño/a adoles-
cente: como parte del proceso terapéutico asociado al consumo de drogas, será fundamental en esta
población abordar, elaborar y resignificar las vivencias asociadas a las problemáticas que llevan a estos
niños/as y adolescentes a vivir en situación de o en la calle y al consumo de drogas. Dentro de estas pu-
dieran estar: vivencias de abandono, desprotección, negligencia parental, rechazo, violencia intrafamiliar,
maltrato, abuso sexual y/o comercio sexual, etc. En estas últimas problemáticas de mayor gravedad, si
bien son abordadas por los programas de reparación del SENAME (proyectos ESCI, de Reparación en
Maltrato Grave, etc.), será necesario coordinarse con estos equipos para incorporar su mirada como
parte de la re-significación necesaria para la rehabilitación del consumo.
– Trabajar la desculpabilización: tienden a sentirse culpables y responsables por las vivencias de rechazo,
abandono, consumo de drogas, vida de calle u otras (violencia, maltrato y/o abuso sexual) que pudieran
haber vivido a lo largo de su historia. Es importante que se reconozcan como víctimas de las situacio-
nes de vulneración de derechos que han vivido y que los han llevado al consumo de drogas.
* Al existir ingreso a proyecto especializado de SENAME, estos puntos serán abordados por dicha modalidad de atención, por lo que será vital
la coordinación con estos equipos para evitar la sobre-intervención.
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Especialmente relevantes de incorporar en el enfoque de drogas en relación al grupo de pares.
d) Abordaje de drogas
Si bien este ámbito corresponde a la intervención específica en drogas del equipo clínico, la intervención
del equipo psicosocial y/o especializado será fundamental para apoyar, fortalecer y consolidar los logros,
poniendo especial énfasis en lo que se refiere a desarrollar estrategias de sensibilización y problematización
del consumo, motivación al tratamiento y prevención de recaídas posteriores, por constituirse en el apoyo,
figura resiliente y de vinculación en terreno con el niño/a o adolescente a lo largo de todo el proceso.
Dentro del ámbito del equipo clínico se pueden mencionar los siguientes objetivos abordados en conjunto
con el equipo psicosocial:
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que ambos equipos pudieran tener de las problemáticas que presentan estos niños/as y adolescentes.
Esto, puesto que la sensibilización y problematización del consumo pasa también por reflexionar en
conjunto, compartir y profundizar entre los equipos respecto al enfoque de drogas y proceso de in-
tervención.
Dos objetivos centrales que se plantean para trabajar la motivación en esta población son:
• Iniciar la motivación a partir de la construcción del vínculo que haya desarrollado el equipo psicoso-
cial y/o especializado, y de acuerdo con la problemática del consumo que presente el sujeto.
Respecto a las estrategias de motivación al cambio, Prochaska y Di Clemente (1983) aportan en este
ámbito con los estadios o fases de motivación al cambio (pre-contemplación, contemplación, preparación,
acción y mantención) que se han desarrollado en el tratamiento con adultos. Sin embargo, hay que conside-
rar que estas etapas pudieran presentar dificultades al momento de aplicarse en adolescentes debido a que
las habilidades cognitivas y afectivas necesarias para la consolidación de estos estadios se encuentran en
pleno desarrollo durante la adolescencia. Además, la motivación estará teñida también por otras variables
que no son individuales, sino que propias del contexto de vulnerabilidad social en el que se encuentra el
niño/a o adolescente, que dificultan aún más un proceso de motivación, puesto que la droga es utilizada
muchas veces como una estrategia de sobrevivencia más. Por lo tanto, la mirada desde el modelo de los
estadios de motivación al cambio deberá adaptarse al enfoque de la adolescencia en vulnerabilidad social,
y a las características propias del sujeto en su contexto.
Asimismo, según el enfoque de A. Maslow (1954) respecto a la jerarquía de necesidades que existen y que
son esenciales en el desarrollo del ser humano, será importante satisfacer en primer lugar necesidades más
urgentes que presentan estos niños/as y adolescentes, puesto que el consumo de drogas podrá abordarse
en la medida en que se satisfagan también las carencias básicas que la droga pasa a sustituir (necesidades
fisiológicas, de seguridad, vínculo y sentimientos de pertenencia, estima social, etc.)
• Disminución y suspensión del consumo: La meta u objetivo general es favorecer un proceso que
vaya desde una reducción a la eliminación del consumo, a partir de los criterios de evaluación inicial
que se hayan realizado, incidiendo fundamentalmente en los siguientes objetivos específicos:
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• Seguimiento de los posibles desajustes orgánicos ocasionados por el consumo de drogas y pérdida
de hábitos de salud (alimentación, sueño, higiene…) y recuperación de su equilibrio físico.
• Sensibilización y problematización de su situación respecto al consumo que están realizando y de-
sarrollo de una actitud crítica respecto a las drogas y su consumo.
• Tratamientos farmacológicos dirigidos al sujeto con consumo problemático de drogas (si se estima
necesario).
• Dotar de conocimientos objetivos sobre las drogas y las conductas de consumo: información sobre
el síndrome de abstinencia y trabajo sobre los miedos (si se estima necesario). Reducción de ansie-
dad.
• Negociación con el sujeto para aceptar el control familiar o de la figura vincular significativa y/o
tutor resiliente y/o equipo a su cargo.
Hay que dar prioridad a la flexibilidad, tratando de distanciarse de los planteamientos en los cuales la utili-
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zación de drogas es inadmisible y en donde el único objetivo sea la abstinencia total, sin considerarla en el
contexto de un proceso. El modelo debe contemplar propuestas que tengan que ver con la consecución
de objetivos intermedios; por ejemplo, disminución de consumo, luego eliminación del consumo.
Obviamente, los objetivos que se planteen dependerán de numerosas variables: drogas consumidas, fre-
cuencia y duración del consumo, grado de deterioro orgánico del sujeto, conciencia e interés por superar
sus problemas, demandas del sujeto, grado de conflictividad familiar provocado por el consumo, etc.
• Prevención de recaídas: Se debe permitir al adolescente aprender a reconocer los signos tempranos
de la recaída y desarrollar estrategias de evitación y enfrentamiento que pongan en juego nuevas habi-
lidades o refloten habilidades perdidas a fin de evitar que aquello acontezca. Es necesario, por lo tanto,
entregar herramientas al sujeto para la detección de las situaciones de alto riesgo y generación de alter-
nativas para afrontarlas, trabajando las recaídas como parte del proceso y como algo que posiblemente
vaya a suceder.
Se debe tomar en cuenta que en esta población las conductas transgresoras tienden a ser una regla más
que una excepción; por lo tanto, la coordinación entre lo clínico y lo psicosocial en este objetivo es fun-
damental.
• Intervención en crisis: Las crisis se pueden definir como estados temporales de trastorno y/o desor-
ganización caracterizados principalmente por la incapacidad del individuo o de sus familiares y/o figuras
vinculares para abordar situaciones que, por lo general, son particularmente desestructurantes.
Es necesario tener en cuenta que estas situaciones de crisis pueden presentarse en los momentos
más inesperados, debiendo tener tanto el equipo clínico como psicosocial y/o especializado estra-
tegias claras de intervención. Si bien es importante contar con ellas en la crisis misma, es necesario,
idealmente, evitar que ésta se presente. Por lo tanto, se sugiere tener en consideración ciertos
signos o señales que puedan hacer que el o los equipos logren darse cuenta. El conflicto familiar,
cuando existe, puede añadir estrés individual, por lo que será necesario evaluar los factores del
contexto cercano que pudieran influir en la aparición de crisis ligadas al consumo (violencia intra-
familiar, episodios de maltrato, abuso, etc.).
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En la intervención en crisis se plantean algunas etapas y estrategias de manejo que pueden orientar a
los equipos que intervendrán, para prevenir posibles crisis que pudieran desarrollarse en el sujeto.
• Apoyo
a) Establecer contacto: sobre todo cuando el sujeto ha perdido parcial o totalmente el contacto con el
equipo clínico; por lo tanto, este primer contacto estará sustentado en el trabajo del vínculo que haya
hecho previamente el equipo psicosocial y/o especializado.
b) Contener y relajar: acoger, tranquilizar y relajar al individuo es fundamental para que desaparezcan las
conductas auto o heteroagresivas, o bien la sintomatología neurovegetativa (que da origen a la ansiedad
o angustia), que en muchas oportunidades es perpetuante de la crisis.
c) Dar seguridad / confianza: Plantear que la resolución de la dificultad que gatilla la crisis es algo que se
intentará resolver en el seno de la confianza, respeto y confidencialidad que ya se ha establecido con el
equipo.
• Relación de ayuda
Establecer que lo que se está logrando hacer con él es construir en conjunto una salida a la dificultad
generadora de desorganización y desestructuración somática y mental.
Las etapas previas serán importantes de desarrollar con el sujeto a modo de establecer un vínculo que
permita prever y/o atenuar la aparición de alguna crisis. Sin embargo, puede haber ocasiones en que la
intervención en crisis se origine a partir de una situación inesperada y en un contexto emocional adverso
(alta angustia, ideación o intento suicida, crisis de pánico, descontrol, impulsividad, etc.) En este caso, la
intervención apuntará a:
• Intervención en crisis
a) Consolar y contener emocionalmente, utilizando técnicas cognitivas o conductuales que permitan que
el individuo se sienta contenido y capaz de organizarse y estructurarse en sus emociones, cogniciones
y conductas. Intentar relajar, calmar la angustia y/o ansiedad es fundamental en un primer momento.
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c) Generar alternativas: una vez que el individuo logre calmarse y se dé cuenta de que lo que se ha hecho
hasta ahora es en su propio beneficio y/o de su familia y/o figura vincular. Se trabajan alternativas de
solución al problema particular presentado poniendo énfasis en lo aprendido hasta ahora (cuando se
trata de un chico o chica que está en tratamiento) con respecto a las distintas estrategias de resolución
de problemas que se han trabajado previamente.
d) Construir esperanza.
• Centrar al Sujeto
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a) Identificar las partes más fuertes de su personalidad (habilidades, recursos materiales y sociales) que
permitan ver esta crisis desde una perspectiva positiva, maximizando los éxitos y minimizando los fra-
casos.
b) Revisar experiencias de crecimiento personal y logros que ya se han tenido en el itinerario de inter-
vención.
c) Recordar experiencias “cumbre” que han logrado ser resueltas en forma favorable, aprendiendo de
aquellas en que ha sido necesario asumir un costo.
• Reconducir
a) Referir a otro servicio, sobre todo si se ha hecho intervención farmacológica y el sujeto se ha autopro-
vocado algún daño o éste ha sido infligido a algún tercero, requiriendo en estos casos la derivación a
una unidad de urgencia.
b) Asumir el caso: tanto el equipo ambulatorio comunitario como el psicosocial y/o especializado deberán
informarse y coordinarse según lo sucedido al individuo con el equipo y con la familia o figura vincular
presente. Esto permitirá, a futuro, prevenir nuevas situaciones de crisis, estableciendo en lo individual
cuáles serían eventualmente los elementos que provocarían una situación de crisis.
En este caso, es necesario considerar las consecuencias biopsicosociales que puedan estar ligadas a un
consumo de alto riesgo y las patologías físicas y psiquiátricas que se derivan del deterioro como secuela
de un alto nivel de consumo. Esto, especialmente si se trata de niños, niñas y adolescentes en los cua-
les el aparato mental se encuentra en pleno desarrollo. La droga, por lo tanto, resulta tóxica, y tendrá
mayores daños si a esto se le asocian aspectos tales como: desnutrición, estados mórbidos generales
(infecciones, patologías gastrointestinales y respiratorias), desamparo y otras situaciones de contexto
que resultan igualmente tóxicas, tales como maltrato o abuso sexual entre otros.
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e) Familia
Este eje es de fundamental importancia en la intervención con adolescentes, no solo por la etapa del desa-
rrollo en que se encuentran, en la cual el referente familiar es de importancia en su desarrollo, sino también
en relación al tratamiento del consumo de drogas y el proceso de inserción social del niño/a o adolescente.
Por ello, habrá que incorporar a la familia a este proceso, dado que las vivencias de consumo de drogas
o situación de calle de los niños/as o adolescentes se relacionan generalmente con problemáticas a nivel
familiar (VIF, incumplimiento de roles, maltrato, dificultad en manejo de normas y límites, consumo y/o
tráfico en la familia, etc.).
En este sentido, el primer paso será conocer y evaluar a la familia nuclear y extensa del niño/a o adolescen-
te, y evaluar la posibilidad de re-vincularla en el proceso para posteriormente abordar, en el tratamiento
del consumo, o con redes especializadas según se requiera, las problemáticas que la afectan y que estén
directamente relacionadas con la situación del niño/a o adolescente.
En el caso de no ser posible re-vincular a la familia nuclear o extensa, será necesario incorporar a figuras
adultas significativas o redes subjetivas del adolescente como familia sustituta. Para ello, será necesario
indagar en quiénes son aquellas figuras significativas para el niño/a o adolescente para posteriormente rea-
lizar una evaluación de estas (situación familiar, competencias parentales, vínculo, etc.), y ver la posibilidad
de re-vincularlos en el proceso de tratamiento e inserción social del chico/a.
Las estrategias de intervención con las familias serán definidas de acuerdo con el diagnóstico familiar reali-
zado previamente; por lo tanto, estas deberán ser diferenciadas de acuerdo con el nivel de complejidad de
las familias. Esto podrá ir desde lo preventivo y/o formativo (equipo psicosocial) hasta un nivel de abordaje
clínico (equipo ambulatorio-comunitario) o de reparación (equipos especializados) posterior al desarrollo
de un vínculo de confianza con la familia, trabajado previamente por el equipo psicosocial.
En el caso de aquellos niños/as y adolescentes en los cuales existe débil o nula vinculación con la familia
y en que no estén las condiciones para trabajar por la re-vinculación, el objetivo se centrará en rescatar
y re-vincular al niño/a o adolescente con un adulto o adultos significativos que puedan acompañarlo en
su proceso de reparación e inserción social.
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
objetivo será solamente abordado desde el programa am-
bulatorio-comunitario si la familia apoya la re-inserción y
el tratamiento de consumo de drogas.
23
Cuando no existe familia o no es posible intervenir con
ella: vinculación con adulto/s significativo/s
Sobre las actividades y prestaciones definidas para cada eje de intervención, de acuerdo con la modalidad
de intervención, psicosocial o ambulatorio-comunitario, se adjunta un cuadro descriptivo (ver anexo).
En esta población, el consumo se inserta como una parte de la vulneración que viven, por lo que demanda
una respuesta diferente y de mayor complejidad en relación con los abordajes de tratamientos tradiciona-
les. Esta intervención, para que sea efectiva, requiere de un trabajo complementario entre ambos equipos
a lo largo de las distintas fases, que se inicia con la salida a terreno del equipo psicosocial y/o especializado,
la generación de un vínculo, el desarrollo de la motivación para iniciar la intervención o tratamiento, para
terminar finalmente con la inserción socioeducacional.
Inicialmente será el equipo psicosocial el que intervenga en las etapas de contacto y construcción
del vínculo a través del trabajo de calle, dando especial énfasis al desarrollo de un vínculo de confianza
como base del proceso de intervención posterior, y también estará a cargo de la etapa del diagnóstico
psicosocial.
24
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Respecto a la intervención en drogas del equipo ambulatorio-comunitario, ésta se inicia una vez que el
equipo psicosocial ya tenga desarrollado un vínculo inicial, un diagnóstico psicosocial y una sospecha diag-
nóstica que permita iniciar la coordinación para la referencia y posible ingreso al programa de drogas.
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
de tratamiento y rehabilitación ambulatoria
Objetivo: encargada de realizar la confirmación diag-
Acoger, vincular, nóstica del usuario.
motivar y diagnosticar • Realizar evaluación inicial en drogas y perfil
integralmente a los de usuario, que permita evaluar el ingreso
usuarios con consumo al programa de tratamiento que lo recibe,
problemático de drogas o la derivación a otro programa.
para establecer los
objetivos terapéuticos 1 mes ACERCAMIENTO Y • Desarrollar estrategias iniciales de acer-
a seguir en el programa VINCULACIÓN camiento y vinculación con el joven en su
de tratamiento. contexto, en conjunto con equipo psico-
social u otros equipos relacionados, para
Esta fase, con sus facilitar la elaboración del diagnóstico y la
respectivas prestaciones, adherencia al tratamiento.
tendrá una variación
de acuerdo con los CONFIRMACIÓN DEL • Elaborar un diagnóstico integral en pro-
distintos perfiles de DIAGNÓSTICO INTEGRAL fundidad, que comprenda el compromiso
complejidad psicosocial Dimensión ligada al consumo biopsicosocial y las áreas relacionadas, la
y en drogas (moderado- Dimensión ligada al compro- relación del sujeto con el consumo de al-
severo). miso biopsicosocial cohol y/o drogas y la dimensión ligada a la
Dimensión ligada a la moti- motivación; que establezca las bases para
vación la intervención integral, facilitando la adhe-
rencia al tratamiento.
* Anexo N°1 Protocolo Operativo. Norma y Orientaciones Técnico-administrativas: Planes de Tratamiento para población infanto-adolescente
con problemas derivados del consumo de drogas. Convenio CONACE-FONASA-MINSAL
25
TRATAMIENTO Y 1 mes y PREPARACIÓN AL • Mantener la coordinación con el tutor resiliente
REHABILITACIÓN 15 días TRATAMIENTO: y el equipo psicosocial, en las estrategias de apo-
MOTIVACIÓN Y yo, motivación y adherencia al tratamiento.
Objetivo: ADHERENCIA • Afianzar estrategias de vinculación en el con-
Desarrollar y afianzar texto en el cual los jóvenes dan sentido a la
competencias emo- - Fortalecimiento vínculo vivencia o necesidad de consumo.
cionales, cognitivas y - Sensibilización y • Desarrollar estrategias de sensibilización, pro-
conductuales a modo problematización blematización del consumo y motivación para
de potenciar factores - Motivación al iniciar el tratamiento, en conjunto con equipo
protectores persona- tratamiento psicosocial, a través de talleres y estrategias in-
les, familiares y sociales dividuales.
del usuario que facili- • Favorecer la preparación y estructuración del
ten o fomenten su in- sujeto para participar de proceso terapéutico
tegración social. individual y/o grupal.
• Favorecer instancias de contacto con la familia
Definición: y/o figuras vinculares significativas que permi-
Conjunto de presta- tan la participación en el proceso terapéutico.
ciones realizadas por • Iniciar intervención terapéutica, médica o psi-
un equipo terapéutico, quiátrica según necesidades del sujeto.
destinadas a la inter-
vención del sujeto y 7 meses CONTENCIÓN Y • Favorecer la adaptación y habituación en el
su familia, con miras a ESTABILIZACIÓN nuevo contexto terapéutico en el ámbito indi-
la rehabilitación de los vidual y grupal.
mismos. 3 meses • Mantener la compensación psíquica y somática
del sujeto.
Esta fase, con sus res- • Iniciar procesos psicoterapéuticos reparatorios
pectivas prestaciones, y de rehabilitación del consumo.
tendrá una variación • Reforzar los objetivos del plan integral de tra-
de acuerdo con los tamiento con el joven, la familia y el equipo.
distintos perfiles de • Desarrollar habilidades de resolución de con-
complejidad psicoso- flictos en al ámbito individual y grupal.
cial y en drogas (mo- • Favorecer la abstinencia y disminuir los riesgos
derado-severo). del consumo de drogas.
• Identificar y desarrollar factores de protección
ante situaciones de riesgo (prevención de re-
caídas).
• Iniciar proceso terapéutico con familia.
• Evaluar proceso de vinculación con adulto/s
significativo/s (familia sustituta).
26
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Familia
• Favorecer adherencia y apoyo al tratamiento de
la familia y/o figura vincular significativa.
• Anticipar y tratar crisis familiares que obstaculi-
cen el proceso de tratamiento.
• Favorecer el desarrollo de competencias paren-
tales que apunten a la protección e integración
del hijo/a.
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
• Favorecer la elaboración y/o re-significación de
problemáticas en la familia relacionadas con el
consumo de drogas.
• Favorecer la elaboración y abordaje de otras pro-
blemáticas en la familia (coordinación con otras
redes especializadas).
• Informar y sensibilizar a los miembros de la fa-
milia en el tema de drogas, etapa de desarrollo,
entre otros.
• Propiciar el desarrollo de grupos de autoayuda.
• Favorecer y coordinar la integración y ampliación
de la red de apoyo social de la familia (coordina-
ción con equipo psicosocial).
27
SEGUIMIENTO 1 mes SEGUIMIENTO • Coordinar seguimiento en el contexto con
Y EGRESO equipo psicosocial una vez que ha terminado la
fase de tratamiento e integración social.
Objetivo: • Preparar al usuario para el egreso definitivo del
Preparar al usuario PIT y coordinar ingreso a intervención psicoso-
para el egreso de cial exclusiva si corresponde.
la modalidad de • Acompañar clínica y psicosocialmente al usua-
tratamiento o para rio hasta que se determine el alta clínica.
el alta clínica del PIT.
según corresponda, y EGRESO DEL Cierre y egreso definitivo del usuario del progra-
coordinar seguimiento PROGRAMA ma ambulatorio-comunitario, una vez finalizado el
en el contexto, junto período de seguimiento.
con red psicosocial.
A lo largo del tratamiento, el apoyo y complemento del equipo psicosocial será fundamental para el logro
de estas etapas, así como el seguimiento del niño/a o adolescente como “tutor resiliente”, que lo acompañe
a lo largo de las diversas fases de intervención, especialmente en las etapas iniciales de problematización
del consumo y motivación al tratamiento y prevención de recaídas.
• Temporalización de la intervención
El tiempo otorgado a cada fase y a cada etapa en la intervención integral será el adecuado a cada individuo.
En términos generales, el programa completo debería durar aproximadamente 12 meses, pudiendo ser me-
nos o prolongarse en aquellos beneficiarios de un perfil de alta complejidad, que requirieran mayor tiempo
en las etapas de acercamiento y vinculación, y tratamiento propiamente tal. Aún así, esto será contrastado
a partir de la puesta en marcha y la experiencia práctica de los programas ambulatorio-comunitarios.
Si bien cada fase contempla un tiempo determinado de duración, esto será definido por el equipo según
cada caso, y deberá flexibilizarse con las características del sujeto y su contexto, dependiendo del perfil de
complejidad psicosocial.
Asimismo, los tiempos estimados de cada etapa deberán adecuarse de acuerdo con el nivel de complejidad
de la población atendida, por lo que cuando se trate de población de mediana complejidad en vulnerabili-
dad social, será distinto a cuando se intervenga con población de alta complejidad o vulnerabilidad social
(población DE calle principalmente), en la cual los tiempos deberán ser más prolongados, probablemente
desde la etapa de vinculación y motivación al tratamiento.
28
Modalidad Ambulatorio-Comunitaria
Flujograma de atenciones en drogas
Fases en la Intervención
29
SALUD
SOSPECHA CONFIRMACIÓN
DIAGNÓSTICA DIAGNÓSTICA
Diagnóstico Diagnóstico
Psicosocial Amb.- Comt.
INTERVENCIÓN Y
PLAN DE INTERVEN- COORDINACIÓN CON
CIÓN PSICOSOCIAL REDES PSICOSOCIALES
(P. PSIC.) (escuela, trabajo, municipio...)
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
a) Fase de ingreso y diagnóstico
• Ingreso
Es en esta fase donde el sujeto realiza el primer contacto con la parte clínica del equipo integrado (equipo
clínico más psicosocial y/o especializado) y está dirigida tanto al niño/a o adolescente, como a la familia
cuando exista, y también al grupo de pares en el cual el sujeto se inserta.
Se inicia a partir del primer acercamiento y vínculo desarrollado por el equipo psicosocial, y posteriormen-
te con la sospecha diagnóstica. A partir de esto, para aquellos que pudieran requerir de un tratamiento de
drogas, se desarrolla la coordinación con el equipo ambulatorio-comunitario. Esta coordinación para la re-
ferencia podrá venir también de otras redes psicosociales o de salud (proyectos SENAME desintoxicación,
etc.) Para ello, se anexa un instrumento de sospecha para ser utilizado como apoyo en esta etapa.
El ingreso y acogida para el tratamiento en drogas en esta población requiere de una metodología y enfo-
que distinto, dadas las características del perfil de esta población. Por ello, para esta modalidad contempla
el “acercamiento y vinculación” como la etapa previa al tratamiento, puesto que se requiere que el equipo
clínico en drogas se acerque y salga a vincularse con los niños/as y adolescentes en los lugares donde
residen.
Para ello, el vínculo iniciado previamente por el equipo psicosocial dará la pauta para iniciar el acercamien-
to con el equipo clínico.
Si bien la sospecha diagnóstica es individual (caso a caso), la estrategia de acercamiento debiera ser ini-
cialmente grupal, al grupo de pares en el cual los chicos se desenvuelven, ya que este es su espacio de
referencia, identidad y pertenencia, y puesto que el “grupo” es también un espacio en el cual buscan pro-
tegerse. El desarrollo de un vínculo individual será parte del proceso posterior o paralelo en la medida en
que se produzcan la confianza y motivación necesarias para ir profundizando en la temática del consumo
de drogas.
Este proceso de acercamiento y vinculación deberá realizarse en conjunto entre ambos equipos en los
espacios territoriales propios de los niños/as o adolescentes, efectuándose un primer acercamiento en los
lugares donde residen o pasan la mayor parte del tiempo (esquinas, “caletas”, calle, etc.) y desarrollando es-
trategias predefinidas con los propios sujetos de atención, a través de actividades recreativas y/o educati-
vas que promuevan el acercamiento y vinculación (actividades deportivas, de esparcimiento, talleres, etc.)
• Confirmación diagnóstica
La confirmación diagnóstica es la que realiza el equipo clínico para evaluar si el sujeto ingresa al programa
de drogas. Si cumple con los criterios diagnósticos (referentes al perfil o compromiso biopsicosocial y con-
sumo de drogas), el niño/a o adolescente es ingresado al programa ambulatorio-comunitario o derivado a
otra modalidad de atención en drogas si corresponde.
30
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Para esta primera evaluación inicial se establecen dos grandes dimensiones de evaluación: biopsicosocial y
ligada al consumo (ver Pautas).
• Diagnóstico integral
Posteriormente, se profundiza la evaluación a través del diagnóstico integral. Cuando el sujeto comienza a
ser evaluado por el equipo clínico se debe tener en cuenta el diagnóstico previo realizado por el equipo
psicosocial. Por lo tanto, por diagnóstico integral comprenderemos la elaboración del diagnóstico clínico
realizado por el equipo clínico y el diagnóstico psicosocial efectuado por el equipo psicosocial, ambos
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
representados en una Ficha Diagnóstica Integral que recoge la visión de los equipos.
En esta fase de la intervención se detectan los recursos personales, así como las carencias o necesidades,
las problemáticas que los niños, niñas y adolescentes presentan y el daño asociado al consumo. También
se analizan los distintos aspectos que dirigen y condicionan su vida con relación al propio individuo (los
aspectos cognitivos, conductuales y de personalidad), su entorno familiar (cuando existe), escolar y so-
cial, ya que es necesario considerar la mayor
cantidad de variables para tener una mirada
integral del problema. En esta fase se evalúan
también las variables específicas relacionadas
con la dimensión biopsicosocial y la proble-
mática del consumo (dimensión ligada al con-
sumo y motivación al tratamiento), además de
las variables relacionadas con el diagnóstico
psicológico o psiquiátrico respecto a la pre-
sencia o no de trastornos en este ámbito.
31
factores de riesgo/protección, profundizar en variables asociadas al perfil o compromiso biopsicosocial,
así como en los recursos existentes en su entorno. Es un proceso dinámico e individualizado, que valora
el momento evolutivo del individuo, mediante el cual se obtiene información sobre las variables que están
incidiendo en el consumo para adecuar la intervención dentro de su contexto vital.
En esta etapa se realizarían preferentemente la consulta médica, en salud mental psicológica y psiquiátrica;
el psicodiagnóstico, si se estima necesario, y por último, los exámenes de laboratorio estipulados, a modo
de establecer la existencia de cierto compromiso somático. La consulta obstétrica y la dental, probable-
mente necesarias en muchas oportunidades, se deberán coordinar, ojalá en forma flexible y expedita, con
la atención de salud existente en la red.
Es una etapa en la cual se recoge la información para complementarla y adaptarla a su uso en el diagnóstico.
Éste determinará la definición de los objetivos clínicos, en complemento con los objetivos psicoeducativos
previamente propuestos por el equipo psicosocial y/o especializado, así como delineará también la pro-
gramación de actividades, la temporalización y la evaluación de los objetivos planteados. Es decir, con el
diagnóstico preliminar hecho, se está en condiciones de diseñar el Plan Integral de Tratamiento (PIT).
32
1. DIMENSIÓN BIO-PSICO-SOCIAL
PAUTA DE DE DIMENSIÓN BIO.PSICO-SOCIAL
33
Psicopatología aguda no tratada. Psicopatología Violencia. Abuso sexual.
crónica compensada. Dificultad en las
habilidades sociales. Dificultad para la
expresión emocional. Actitud evasiva.
CAPACIDAD Adecuada internalización de Adecuada internalización de límites, Dificultad en la internalización de límites y Desafío franco. Agresividad y provocación
ADAPTATIVA límites, normas, figuras de normas. Problemas leves con normas. Actitud provocadora y de desafío a la permanente. Nula tolerancia a la frustración.
autoridad. Adecuada capacidad figuras de autoridad. Adecuada autoridad. Dificultades en proceso de Grave dificultad en proceso de separación
de autocontrol, autonomía e capacidad de autocontrol. Autonomía separación y de autonomía. y autonomía. En conflicto con la ley. Sin lugar
independencia adecuadas a e independencia adecuada a etapa Dificultades de integración e inserción a físico de protección y/o contención. Puede darse
etapa evolutiva. evolutiva. Sin mayores dificultades grupo de pares, familia, escuela y/o comunidad. el aislamiento social.
Adecuada adaptación e en su inserción familiar, de escuela, Tendencia al conflicto relacional. Generalmente niños/as y adolescentes de la
integración a su familia, grupo de grupo de pares o de comunidad. Alta tendencia al circuito de calle. calle. En caletas. Exclusión social.
de pares, escuela o liceo y Cuando estas dificultades han Resolución de conflictos a través de la Violencia como referente de Identificación.
DESARROLLO
barrio. ocurrido han sido más bien hechos violencia sin daños directos a personas Incluye daños directos a las personas.
PSICOEMOCIONAL
aislados y reactivos a situaciones (intra o extra familiar). Sin integración a redes sociales formales
transitorias. Integración parcial a red social. Varias entradas a centros de SENAME
Al menos en una ocasión ha estado en el (DEDEREJ)
circuito DEPRODE y DEDEREJ (SENAME)
* Anexo N°1 Protocolo Operativo. Norma y Orientaciones Técnico-administrativas: Planes de Tratamiento para población infanta-adolescente con problemas derivados del consumo de drogas. Convenio CONA-
CE-FONASA-MINSAL
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
FIGURA SÍ existe. Sí existe. Aunque con estilo de Sí existe, pero con importantes dificultades En la práctica no existe. Existe abandono,
VINCULAR O vínculo que oscila entre el en la contención. negligencia. No es efectiva la capacidad de
CONTENEDORA alejamiento afectivo y la cercanía. Existe otro significativo, pero su capacidad de protección y contención de la figura significativa.
protección no es efectiva.
FAMILIA Grupo familiar con Exceso de protección o desacuerdos Pérdida de roles de las figuras de autoridad: Familia ausente o presente multiproblemática.VIF
funcionamiento adecuado. en pautas de crianza.Tendencia a no ausencia de límites y normas claras, (psicológica y física) y/o maltrato como pauta
supervisar. incoherencia en la supervisión. Falta de relacional. Alcoholismo y drogadicción en
Presencia de trabajo informal. reconocimiento y aceptación del hijo/a. Cesantía. miembros de la familia. Promiscuidad.
Cesantía intermitente. Falta de cohesión del grupo familiar y Cesantía crónica o indigencia. Consumo
Ausencia parental por muerte o aislamiento de algún miembro. Cesantía. dependiente de alcohol y drogas de algún
FAMILIA
abandono. Consumo problemático de drogas de algún miembro de la familia.
Familia uniparental. miembro. Miembros de la familia con conductas infractoras
Dificultad de normas y límites, roles Abandono afectivo de la familia Familias desvinculadas de las redes.
y funciones. Integrante de la familia con problemas de Presencia de trastorno psiquiátrico grave.
Problemas de comunicación salud mental o trastorno psiquiátrico Abandono afectivo y material.
intrafamiliar. compensado.
Hacinamiento.
Castigo físico o psicológico como estrategia de
crianza. Lazos débiles o distantes.
34
No se presenta indicador. No se presenta indicador. Vivencia de maltrato y violencia. Maltrato y violencia física y psicológica sostenida
Experiencia de abandono. en el tiempo.
Abuso sexual y violación (intra o extrafamiliar)
y/o crónico.
Patología del abandono.
REPARACIÓN
Explotación sexual comercial.
SOCIALIZACIÓN Manejo adecuado de códigos Introversión que dificulta la Importante dificultad en la adquisición de las Callejera, marginal, exclusión social, ligada a la
sociales. integración a grupos sociales. habilidades sociales y manejo de códigos violencia y conductas transgresoras permanentes.
Dificultad en el manejo de códigos sociales esperables para la edad. En relación
sociales. con conductas transgresoras transitorias.
CONDUCTAS Transgresión ligada al proceso Transgresión ligada al proceso de En hogar y entornos “significativos”/ Presentes en relación con uso de droga/en grupo.
TRANSGRESORAS de desarrollo que no genera desarrollo y genera crisis aisladas individual.Tendencia al conflicto relacional. Desafío, agresividad y provocación permanente
conflicto y que logra ser en el espacio familiar. Dificultad en la internalización de límites y a figuras de autoridad intra y extrafamiliar.
modulada por el entorno. Dificultad del entorno para manejo normas. Actitud provocadora y de desafío a la Conductas delictivas en forma reiterada o con
TRANSGRESORAS
SOCIALIZACIÓN Y
de este tipo de transgresión. autoridad en forma reiterada. violencia física.
Relacionada con aceptación de grupo Presencia de hurtos ocasionales o asociadas Daño a terceros y propiedad privada.
de pares y características propias de a conductas desafiante. Inserto en circuito de transgresión a la ley.
MODULACIÓN DE CONSULTAS
la adolescencia.
VIDA DE CALLE Escasa permanencia Escasa permanencia Diaria y creciente. Gran parte del día o todo el día. En actividades
Ocio /Pares Ocio /Pares Trabajo / Grupo de pares de sobrevivencia. En transición o situación
de la calle (“caletas”)
SOCIAL
INTEGRACIÓN
ESCOLARIDAD Adecuada integración a Ciertas dificultades de rendimiento Predesertor escolar o con alto riesgo de Deserción escolar de uno o más años.
institución escolar. Institución o conductas pero que cuando deserción definitiva. Estigmatización escolar. Mal rendimiento.
escolar que lo acoge y apoya. existen logran ser manejadas por Maltrato en escuela. Mal rendimiento. Importantes dificultades conductuales.
padres y/o apoderados. Escuela acoge, Repitencias de cursos, abandonos escolares Experiencia de discriminación, maltrato,
apoya. por periodos breves. estigmatización y abandono escolar.
Retraso pedagógico, trastornos de aprendizaje, Sistema escolar con posturas rígidas e
cambios de colegio y suspensiones. inflexibles (tendencia al la expulsión,
Presencia de algún vínculo significativo. intolerancia).
Existe alguna motivación con asistir a la escuela.
GRUPO DE Adecuada integración a su Dificultades transitorias y reactivas a Alto riesgo de aislamiento o de inserción en Pertenencia a grupos con conductas disociales
PARES grupo de pares. situaciones puntuales. Grupo de pares grupos con graves dificultades conductuales. (conductas infractoras, de consumo y de
Grupo de pares con permanente, con actividades Cambios permanentes de grupos. violencia) o grupos de caleta. Sin referencia
funcionamiento adecuado. recreativas de distinta índole. Sin Ocasionalmente se incorpora a grupo de a otros grupos de pertenencia.
conductas disociales. pares con conductas infractoras, de consumo
y de violencia.
35
COMUNIDAD Participación en grupos Participación en grupos validados en Problemas de integración e inclusión social. Problemas de integración e inclusión social.
O validados en la comunidad. la comunidad. Comunidad participativa, Ausencia de apoyo social. Escasos recursos Ausencia de apoyo social, escasos recursos
CONTEXTO Comunidad cohesionada. Apoyo cohesionada, apoyo social y protección comunitarios. Barrio altamente conflictivo. comunitarios. Barrio altamente conflictivo.
social y protección a niños/as y a niños/as y adolescentes. Recursos Accesibilidad a sustancias y tráfico. Accesibilidad a sustancias y tráfico.
adolescentes. Existen recursos comunitarios limitados, pero existen. Comunidad que cuenta con recursos pero Barrios con aceptación de consumo, tráfico
comunitarios suficientes. no son efectivos para los jóvenes. u otras conductas delictivas. Contexto social
Presencia de líderes y Contexto social con violencia ocasional. con violencia sostenida.
organizaciones comunitarias, Contexto que valore la realización de No existe una comunidad organizada o
participación juvenil. actividades formales (estudio y trabajo). comunidad que no se integra a redes formales
o informales.
Contexto que valora las actividades productivas
informales, descalificando las formales.
RECREACIÓN Y Logra armonizar tiempos de Organiza tiempo, con aficiones Ver indicadores de vida de calle. Ver indicadores de vida de calle.
TIEMPO LIBRE labores con los de ocio y diversas, inquietud cultural, deportiva Disfrute de la participación en actividades
tiempo libre en actividades recreativa. Carrete permanente recreativas sin consumo, compartido con la
adecuadas a su desarrollo sano. los fines de semana. participación en actividades de consumo
Carretes ocasionales. o infractoras.
Disfrute de momentos de ocio (meditación
sobre la propia vida y pensamientos o simple
divagación).
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
2. DIMENSIÓN LIGADA AL CONSUMO
PAUTA DE DIMENSIÓN LIGADA AL CONSUMO DE DROGAS*
* Anexo N°1 Protocolo Operativo. Norma y Orientaciones Técnico-administrativas: Planes de Tratamiento para población infanto-adolescente
con problemas derivados del consumo de drogas. Convenio CONACE-FONASA-MINSAL.
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
• Compromiso biopsicosocial o nivel de complejidad del perfil (moderado a severo): retraso o dificulta-
des a nivel cognitivo o emocional que pudieran interferir en este proceso, presencia de otras necesida-
des o problemáticas que están interfiriendo en la motivación (hambre, frío, “sobrevivencia, etc.).
• Características del contexto de vulnerabilidad social: contexto altamente vulnerable (presencia de con-
sumo y/o tráfico), sin presencia de figura de apoyo significativa (vínculo débil o inexistente), etc., como
variables que interfieren en la motivación al cambio o tratamiento.
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
Respecto al desarrollo de la motivación por trabajar con el sujeto, será necesario incorporar:
– Nuevos intereses y motivaciones que surjan (que se contraponen al consumo y favorecen la motivación).
A partir del diagnóstico clínico, el equipo clínico debiera diseñar el plan integral de tratamiento (P. I. T.).
En el P.I.T., deberán incorporarse objetivos para cada uno de los ámbitos de intervención (Individual, Fa-
miliar y Social), en relación a los ejes de intervención mencionados como parte del proceso integral, los
cuales se sugiere coordinar con el equipo psicosocial y/o especializado.
Los objetivos del Plan Integral de Tratamiento deberán ser realistas y adecuados tanto a las características
y condiciones del contexto y del sujeto, como del equipo clínico que deberá intervenir, de manera que sean
posibles de llevar a cabo en el tiempo estimado.
Por último, como parte del P.I.T, será necesario realizar un pronóstico de acuerdo con el diagnóstico efec-
tuado previamente, en base a los recursos del niño/a o adolescente, de la familia y del nivel del daño de
los mismos. Esto permitirá operacionalizar la intervención en términos de los objetivos posibles de lograr
en el tiempo de duración estimado de la intervención, definir metas realistas en plazos determinados, así
como hacer referencia a la necesidad de otras redes alternativas complementarias para la intervención.
37
previo para ingresar a tratamiento debe contemplar la toma de conciencia respecto a cómo el consumo
afecta en lo concreto y cotidiano sus intereses e inquietudes. El consumo de drogas será visualizado como
un problema en la medida en que el sujeto tenga otras oportunidades y viva experiencias nuevas (vincula-
res, socio-educativas, familiares, etc.) como enganche para abordar el consumo, las que finalmente lleven a
evaluar el consumo de drogas como una situación que dificulta las metas y logros en el proceso de cambio
e inserción.
Las estrategias de motivación para ingresar a tratamiento deberán definirse, acordarse y desarrollarse a
partir de la evaluación conjunta de ambos equipos, donde el equipo psicosocial será el referente signifi-
cativo que apoye al niño/a o adolescente, y el que retroalimentará en un diálogo permanente al equipo
clínico respecto a los tiempos adecuados, necesidades y oportunidades que presente el niño/a o adoles-
cente. Es decir, ofrecer nuevos intereses y oportunidades de inserción social que refuercen la problemati-
zación del consumo y la motivación para ingresar y permanecer en un tratamiento de drogas.
Aun cuando la motivación es considerada parte de esta fase para ingresar a tratamiento, será también
un eje transversal que deberá ser trabajado a lo largo de toda la intervención clínica en drogas, puesto
que dadas las características de la adolescencia, la motivación es un proceso fluctuante que requiere ser
trabajado con estrategias adecuadas a esta etapa, principalmente considerando la importancia del grupo
de pares en su funcionamiento sociorrelacional y las características cognitivas y afectivas propias de esta
etapa (Mc Whirter et al, 2002).
A partir de la experiencia que los equipos han desarrollado hasta ahora, se pueden definir algunas etapas
y estrategias de motivación al tratamiento que pudieran ser abordadas en conjunto por ambos equipos,
el ambulatorio-comunitario y el psicosocial y/o especializado*:
• Sensibilización: contempla información general al sujeto, al grupo de pares y a las familias cuando
corresponda, acerca de los efectos y consecuencias del consumo de drogas. Habrá que considerar que
si bien el consumo para estos niños y adolescentes ha pasado a constituirse en una estrategia más de
sobrevivencia, identidad y pertenencia asociada a la socialización de calle, la sensibilización sobre el con-
sumo deberá tener sentido respecto a los temas y problemas que para ellos son relevantes. En general,
se utilizan actividades grupales (talleres) de sensibilización como estrategias iniciales para abordar la
temática. Ejemplo: consecuencias del consumo en la relación con la familia, la pareja o pares; desarrollo
38
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
personal; consumo de drogas y problemas de infracción a la ley; desarrollo de habilidades generales (para
actividades de riesgo, aventura, deporte), sexualidad y salud física; etc.
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
acompañamiento a aquellos niños/as o adolescentes que estén en este proceso, previo ingreso a una fase
de tratamiento.
A nivel familiar y/o de adultos significativos, podrá abarcar a los mismos objetivos, enfocados también
evaluar el nivel de involucramiento de la familia y a favorecer la toma de conciencia y responsabilización
en el proceso terapéutico posterior del niño/a o adolescente, compromiso fundamental en el proceso
de rehabilitación de un adolescente. Cuando no exista familia, el proceso deberá apuntar a rescatar,
potenciar y fortalecer el vínculo con una figura adulta significativa que apoye en el proceso de proble-
matización y posterior rehabilitación del consumo.
• Tratamiento y rehabilitación
Es necesario mencionar que, respecto a la intervención clínica integral, existen diversos enfoques que
aportan diferentes visiones en cuanto a cómo se debe abordar y enfocar el proceso psicoterapéutico en
adolescentes, y a cómo desarrollar estrategias de intervención psicoterapéuticas específicas de acuerdo
con las problemáticas que se observen (enfoque psicodinámico, sistémico familiar, terapia estratégica, cog-
nitivo-conductual, transpersonal, gestáltico, etc.).
Este enfoque psicoterapéutico debe ser complementado por visiones del mundo médico, en tanto exista
la necesidad de apoyo somático (área somática general, área sexual reproductiva, área dental) y de apoyo
psiquiátrico (uso de psicofármacos, atención de ciertas patologías mentales específicas, etc.).
39
Si bien es el equipo clínico el que deberá definir su
propio enfoque de intervención, la práctica clínica
para este tipo de población apunta a que probable-
mente habrá que adaptar las estrategias y enfoques
más adecuados a las características de la población
que se atienda, a los objetivos terapéuticos que se
definan, a las condiciones del contexto y a los re-
cursos con los que se cuenta al momento de in-
tervenir.
Con respecto a las actividades, se debe señalar que el Plan de Psiquiatría y Salud Mental, diseñado por el
MINSAL (2001), plantea ciertas actividades en salud, denominadas prestaciones, que deben estar presentes
en el tratamiento del consumo problemático de drogas en un individuo. Estas prestaciones darán el con-
tenido a los Planes de Salud que se deberán diseñar, a modo de garantizar una atención oportuna y eficaz,
de acuerdo con lo que plantea la Reforma de Salud y el Plan AUGE.
Por las características de los niños, niñas y adolescentes por atender, el trabajo inicial tendrá más énfasis
en los aspectos individuales, pero dentro de un enfoque que visualice sus contextos interpersonales de
pertenencia, especialmente el grupo de pares. Posterior al proceso de acercamiento y vinculación, en esta
etapa en que se inicia el tratamiento se deberá entrar en contacto con las figuras significativas de su en-
torno (familia, adultos significativos, pares, etc.), a fin de vincularse con la familia y crear conjuntamente las
condiciones para iniciar un proceso terapéutico.
En esta etapa, el niño/a o adolescente ya se encuentra en una fase de problematización del consumo y
motivación para tratar la problemática, aun cuando esté desarrollada de manera incipiente y pueda oscilar
entre los distintos estadios de motivación al cambio durante el proceso de tratamiento.
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Si bien la intervención clínica surge por el consumo problemático de drogas, es importante recordar que
esta intervención debe contar con alternativas de atención que les permita abordar los distintos aspectos
de su situación tendientes a la reparación de la vulneración de derechos que sufren (referencia y coordi-
nación con otros programa) y del consumo de sustancias que agrava su condición. Por lo tanto, se trata de
una atención integral que incluye un trabajo que se focaliza en el conocimiento de sí, la potenciación de
capacidades, el reconocimiento de habilidades de resiliencia, el acompañamiento individual y familiar, etc.,
con el objetivo de que se haga innecesaria la presencia del consumo de sustancias tóxicas, continuando
con su desarrollo vital.
En esta modalidad, lo central es que el niño, niña o adolescente se encuentra viviendo en su medio natural,
idealmente integrado a un programa de intervención psicosocial y, eventualmente, en proceso de integra-
ción a la familia o a vínculos significativos. Por lo cual las actividades que se puedan realizar como parte de
las estrategias de intervención podrán ir desde el lugar y espacios habituales del niño/a, adolescente y su
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
familia (cuando haya), hasta el espacio en que esté inserto el equipo clínico en la comunidad. El equipo de
atención ambulatoria debiera ubicarse en espacios accesibles tanto para los niños, niñas y adolescentes, sus
figuras vinculares próximas y el equipo psicosocial y/o especializado involucrado.
El tema del consumo es central aquí, pues existe el riesgo de que éste continúe presente. El consumo no
será connotado como ni bueno ni malo, sino relacionado con el sentido que éste tiene para el niño/a o
adolescente, por tanto el entendimiento apuntará a buscar nuevos sentidos para ese niño y esa familia,
nuevas formas de comunicación, de vinculación, donde el consumo de drogas no sea necesario. Este abor-
daje permite debilitar su presencia, al no oponerse a él y desarrollar paralelamente las vías alternativas de
satisfacción de necesidades y sentido de sí mismo.
Las actividades o prestaciones sugeridas en esta etapa son: tratamiento médico, terapia farmacológica y
apoyo psiquiátrico, psicoterapia individual, terapia familiar, psicoterapia grupal e intervenciones psicosocia-
les de grupo.
41
Área individual/social
• Desarrollo y reparación.
• Favorecer la reconstrucción de la identidad en base a una autoimagen y autoestima positivas.
• Lograr el reconocimiento por parte del niño/a o adolescente de la necesidad de ayuda y percep-
ción de sí mismo como víctima de las situaciones que ha vivido (abandono, rechazo, consumo de
drogas, etc.).
• Favorecer la conexión emocional y la expresión adecuada de emociones, principalmente la rabia
y la pena (identificar, discriminar y expresar).
• Favorecer el aprendizaje y desarrollo de habilidades sociales, resolución de conflictos y estilos
de relación no violentos (manejo de la impulsividad y agresividad).
• Favorecer la integración con el grupo de pares.
• Aprender a reconocer y manejar adecuadamente emociones asociadas a la ansiedad, angustia y
dolor, de manera de evitar conductas de autoagresión como estrategia de sobrevivencia.
• Favorecer la reparación del daño ligado al consumo, a través de la re-significación de las temáticas
que incidieron en el desarrollo del consumo y salida a la calle (desprotección, abandono, maltrato,
abuso, etc.).
Área drogas
• Iniciar la intervención en drogas destinada a la suspensión del consumo y/o sostener la abstinen-
cia de sustancias psicoactivas.
• Disminuir los síntomas asociados al consumo.
• Trabajar en la suspensión del consumo y/o disminución de los patrones de consumo.
• Desarrollar intervenciones en crisis frente a situaciones de consumo y/o posibles recaídas.
• Favorecer el desarrollo del juicio crítico frente al consumo y su significado en su propio proceso
de rehabilitación.
• Trabajar gradualmente en la motivación y evaluación de las conductas de cambio.
• Prevenir posibles recaídas por medio de la realización de tareas específicas.
• Favorecer y mantener el desarrollo del juicio crítico frente al consumo y su significado en su
propio proceso de rehabilitación.
• Trabajar gradualmente en la motivación y evaluación de las conductas de cambio.
Área familiar
• Evaluar e identificar personas de la familia o adultos significativos como posibles figuras para
trabajar la re-vinculación.
• Trabajar sobre las historias personales y familiares, interviniendo en aquellas temáticas de su
historia de vida relacionadas con el uso de sustancias y conductas de riesgo relacionadas.
• Trabajar inicialmente las disfunciones a nivel familiar que apuntan a la reparación del daño ligado
al consumo para la posterior re-vinculación (cuando corresponda).
• Favorecer la habilitación de las habilidades parentales en la familia o en quienes asuman el rol de
padres o adultos significativos.
• Promover el trabajar en aquellas temáticas de la historia de vida de la familia relacionadas con el
uso de sustancias y conductas de riesgo relacionadas.
• Favorecer la integración y re-vinculación con la familia y/o adultos significativos (cuando corres-
ponda).
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Algunos objetivos que apuntan a apoyar la intervención del equipo psicosocial y/o especializado
son:
• Favorecer la adecuación a las normas de funcionamiento diario que la familia (cuando exista) y/o
el equipo hayan acordado con el sujeto.
• Favorecer la re-significación de la vida de calle, ubicando los riesgos y las causas que llevaron a
la vida de calle.
• Promover el aprendizaje paulatino de la planificación del tiempo libre, incorporando actividades
y alternativas saludables, aprendiendo a asumir responsabilidades básicas y de autocuidado.
• Promover el desarrollo de habilidades para enfrentar asertivamente la presión de grupo.
• Favorecer la anticipación y evaluación de riesgos en lo cotidiano, el barrio, entorno donde viven,
la casa, escuela, etc.
• Promover la adquisición de hábitos y responsabilidades en el área educacional (horarios, ta-
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
reas...) y/o laboral cuando corresponda.
• Promover la reconstrucción de las redes de apoyo.
• Promover en el adolescente el desarrollo de su proyecto de vida en la etapa en que se
encuentra.
• Trabajar salidas, carretes, estructuración del tiempo libre y recreación.
• Favorecer la inserción del sujeto y/o su familia en las redes locales y comunitarias.
• Favorecer la integración en el ámbito escolar (programa de re-escolarización) y/o de capacita-
ción o inserción laboral cuando corresponda.
Las actividades clínicas se desarrollarían en forma paralela y complementaria con las que realiza el equipo
psicosocial, que apuntan a la re-inserción, tales como: actividades de re-inserción escolar (apoyo psicopeda-
gógico, nivelación y apresto escolar, reforzamiento escolar); actividades deportivas, recreativas y culturales;
de capacitación e inserción comunitaria, etc.
• Etapa de consolidación
43
Los objetivos de esta fase son:
Algunos objetivos que apuntan a apoyar la intervención del equipo psicosocial y/o especializado
son:
Esta etapa implica fortalecer la integración social que desarrolla el equipo psicosocial fuertemente desde
los inicios de la intervención. Apunta a preparar también el alta clínica y la salida de la modalidad de tra-
tamiento.
Objetivos:
• Evaluar objetivos en los que va el proceso de tratamiento, involucrando todas las áreas de
intervención.
• Diseñar un itinerario de integración individualizado, continuando con el proceso de integra-
ción social iniciado en fase anterior: educación, familia, grupo de pares y ocupación del tiempo
libre.
• Preparación para la salida y el alta clínica.
• Continuar adherencia al tratamiento de salud física y psiquiátrico si lo requiere.
• Fortalecer los factores de protección ante situaciones de riesgo de recaídas para manteni-
miento de abstinencia.
• Reajuste de patrones y estilos de ocupación de tiempo libre y participación en la vida social,
dentro y fuera del espacio residencial.
• Evaluar en el contexto del usuario, en coordinación con red psicosocial, el proceso de inte-
gración.
• Intencionar re-significación de espacios comunitarios.
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Se debe dar importancia a las acciones relacionadas con la prevención de recaídas; la potenciación de sus
competencias en las habilidades sociales y la autonomía.
Se debe hacer hincapié en la aplicación de lo trabajado con el sujeto para que pueda proseguir con la
evolución de sus competencias emocionales, cognitivas y conductuales una vez que haga distancia de la in-
tervención del equipo clínico. Se le acompaña, por lo tanto, en las dificultades que le puedan surgir (miedos,
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
búsqueda de amistades, conocimiento de recursos, etc.).
En esta fase se debe preparar al niño, niña y adolescente para continuar con el programa psicosocial y/o
especializado o la derivación a otro espacio terapéutico (contenido dentro del proceso) cuando corres-
ponda.
El alta clínica será dada cuando el equipo clínico estime necesario realizar el despegue progresivo del tra-
tamiento y finalizar el proceso terapéutico de intervención en drogas.
El seguimiento será efectuado principalmente por el equipo psicosocial, por lo que la coordinación entre
ambos equipos será fundamental, pudiendo ser aproximadamente de dos a tres meses según sea la situa-
ción particular y el problema de consumo. Esta etapa está destinada a asegurar la mantención y evaluación
de los resultados obtenidos en el proceso de intervención terapéutica o tratamiento, luego del alta tera-
péutica definitiva o en el caso de referir a otra modalidad de atención (Ej. Residencial).
En este último caso, la coordinación de los equipos involucrados es fundamental para poder desarrollar una
referencia eficaz, donde el profesional del equipo psicosocial y/o especializado se constituye en el “tutor
resiliente” que lo acompaña en el proceso, y el equipo clínico será el que pueda desarrollar una buena coor-
dinación y seguimiento del caso con el equipo de salud que continúe con el proceso de intervención.
En el caso de que no sea necesario referir a otra modalidad de tratamiento, será importante evaluar en
la etapa de seguimiento, en el propio contexto del niño/a o adolescente, la evolución y mantención del
tratamiento de drogas, paralelo al proceso de re-inserción social.
Posterior al período de seguimiento realizado por el equipo psicosocial, en estrecha coordinación con el
equipo clinico, se evalúa y realiza el egreso definitivo del caso respecto al tratamiento de drogas, pudiendo
seguir con el proceso de re inserción social realizado por el equipo psicosocial.
45
Los objetivos planteados para esta etapa son los siguientes:
A continuación, se describirán los ámbitos de intervención y las prestaciones que debieran estar presentes
en la intervención de niños, niñas y adolescentes en vulnerabilidad social, con consumo problemático de
drogas, dentro de la intervención clínica integral del programa ambulatorio-comunitario.
Los ámbitos de intervención deberán coordinarse con el equipo psicosocial y/o especializado, de manera
de fortalecerse al momento de definir en conjunto los ejes de intervención y el modo como cada equipo
los abordará desde su especificidad.
a) Ámbito individual
En este momento se abordará en forma más íntima y personal la dimensión de dolor o sufrimiento pre-
sente en las circunstancias vitales e históricas puestas en evidencia, dado su ingreso al sistema y la deve-
lación del consumo de sustancias dentro de un contexto de abandono, desprotección y vulneración de
derechos.
La presencia de dicho sufrimiento podría no aparecer de manera directa, sino que revestirse de negación
de su condición, junto con diversas maneras de rechazo a la relación con los adultos del sistema. Por ello,
los integrantes del equipo deben comprender las intervenciones hacia un reconocimiento y aceptación del
sufrimiento, los orígenes de éste y las posibilidades conjuntas de superación.
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Al proceso de intervención en esta área, que se relaciona con la reparación del daño, será fundamental,
como se mencionó anteriormente, incorporar el ámbito legal relacionado con asegurar las medidas de
protección necesarias en el caso de que el niño/a o adolescente se encuentre viviendo alguna situación
de riesgo (violencia intrafamiliar, maltrato, abuso y/o comercio sexual infantil, etc.), las que pudieran rela-
cionarse con las causas que llevan al sujeto a salir a la calle y/o a consumir drogas. Estas medidas deberán
coordinarse con los programas psicosociales o instituciones relacionadas (SENAME, Tribunales de Justicia,
etc.) que trabajen paralelamente con el niño/a o adolescente para evaluar las acciones y medidas adecua-
das en función de asegurar su protección e integridad.Y deberán ser trabajadas también como parte de la
psicoterapia con el propio niño/a o adolescente para hacerlo partícipe de su propio proceso de reparación
y rehabilitación. La coordinación con organismos o instituciones especializados en estos temas será funda-
mental para un desarrollo adecuado de la intervención.
Los objetivos terapéuticos para esta área deberán definirse en cada una de las etapas del tratamiento del
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
consumo: ingreso y consolidación del tratamiento, resolución del tratamiento y alta clínica.
Las prestaciones o actividades relacionadas con el ámbito individual de intervención serían las siguientes:
• Consulta psiquiátrica: Corresponde a la evaluación y diagnóstico psiquiátrico para realizar una va-
loración psicopatológica exhaustiva. Indicación de tratamiento psicoterapéutico y farmacológico. Psico-
educación y apoyo emocional. Intervención en crisis. Respecto a la consulta médica, que corresponde
a la evaluación médica general o de especialidad y diagnóstico, fundamental tomando en cuenta las
importantes dificultades en salud física que presenta esta población, se deberá coordinar con la red de
salud más cercana en caso de que sea necesario. En esta última se establecen las indicaciones médicas
adecuadas cuando existe alguna dificultad o dolencia somática, y la prescripción farmacológica si se
requiere. Se deben establecer algunas pautas de autocuidado y de educación en salud. Por otra parte,
la indicación de exámenes de laboratorio o radiológicos específicos deberá realizarse también en la
referencia respectiva al centro de salud más cercano.
• Consulta de salud mental: (enfermera, asistente social o técnico en rehabilitación supervisado). Per-
mite una evaluación y complementación del diagnóstico psicosocial que trae el individuo de antemano,
ya realizado por equipo psicosocial y que se encuentra efectuando la motivación y el acompañamiento
del sujeto. Es una instancia de psicoeducación, apoyo emocional, apoyo en la continuación de trata-
miento clínico, trabajo en la prevención de recaídas, entrenamiento en habilidades frente a situaciones
de crisis. En caso de que se detecte alguna dificultad o dolencia somática, puede ser una instancia de
referencia a atención médica, estableciéndose de este modo a través de una referencia asistida. En re-
sumen, en este tipo de intervención se pueden trabajar, desde un punto de vista clínico, la vinculación,
re-inserción, motivación y prevención de recaídas.
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• Psicoterapia individual: Aplicación de intervenciones terapéuticas según modelo teórico específico
y objetivos de tratamiento.
A través de la terapia psicológica individual, se pretende que el sujeto descubra, reconozca y modifi-
que los pensamientos, sentimientos y acciones de los que surgen algunos de sus problemas (emocio-
nales, conductuales y sociales), con el fin de favorecer su desarrollo biopsicosocial, de tal modo que
le permita obtener un mayor control de su vida. En esta actividad en particular, toma mucho sentido
recordar los ejes centrales de intervención en el proceso terapéutico integral, descrito previamente.
Objetivos:
• Favorecer el desarrollo integral del sujeto.
• Descubrir, reconocer y modificar los pensamientos, sentimientos y acciones que le generan los
problemas.
• Lograr un mayor conocimiento de sí mismo.
• Definir su identidad personal y social.
• Establecer logros y déficits, especialmente en la temática del autocontrol (conductas transgreso-
ras, conductas que impulsan al consumo y a actos de violencia, etc.).
• Favorecer la reparación y/o elaboración de hitos en su historia vital (relacionados con la vivencia
de calle y consumo de drogas).
• Visita de salud mental escolar: Esta actividad puede darse como apoyo a la intervención psicosocial
dirigida al sujeto, quedando contenida dentro de los objetivos del proceso terapéutico de rehabilitación
del consumo cuando así se requiera. Permite el apoyo en la evaluación y diagnóstico escolar, mientras
se esté realizando la intervención clínica, a modo de favorecer la re-inserción escolar, especialmente si
existe patología psiquiátrica concomitante. Cuando el equipo psicosocial no cuente con psicopedagoga
o psicóloga, esta actividad la puede realizar algún miembro del equipo clínico (asistente social, psicólogo
o psiquiatra). Esta actividad puede ser también una instancia de psicoeducación, apoyo emocional, en-
trenamiento en habilidades, rescate y reenganche al tratamiento.
• Visita de salud mental laboral: Al igual que la actividad anterior, esta puede darse como apoyo a
la intervención psicosocial dirigida al sujeto, quedando contenida dentro de los objetivos del proceso
terapéutico de rehabilitación del consumo cuando así se requiera. Permite apoyar al equipo psicoso-
cial respecto a la evaluación y diagnóstico laboral en adolescentes que se encuentran en intervención
clínica y paralelamente están realizando un proceso de inserción laboral. Esta actividad tiene especial
sentido en aquellos sujetos que presentan patologías psiquiátricas concomitantes o secuelas somáticas
importantes en relación con el consumo. También puede ser una instancia de psicoeducación, apoyo
emocional y entrenamiento en habilidades, rescate y reenganche al tratamiento del adolescente.
• Psicodiagnóstico: Aplicación de tests psicológicos que permitan establecer un status mental lo más
completo posible, especialmente en lo relacionado con habilidades cognitivas, emocionales y de perso-
nalidad. Esta actividad es realizada por un psicólogo clínico con experiencia en pruebas de valoración
cognitiva y pruebas proyectivas en población infanto-adolescente, siempre y cuando se requiera, y adap-
tado a las características en esta población.
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Referencia a otros servicios: Existen dos intervenciones que son frecuentes en este perfil de población.
Si bien no forman parte de la intervención directa del equipo ambulatorio comunitario, sí pueden ser
intervenciones por tener en cuenta en la coordinación y referencia del sujeto en la red de atención en
salud, a modo de hacerlas expeditas y efectivas.
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
(ITS, SIDA), embarazo adolescente, además de ser una instancia de educación en cuidados de salud
y salud sexual y reproductiva, planificación familiar, referencia a atención especializada y alta.
• Consulta dental: Permite la evaluación dental y diagnóstico de patología dental específica, plan-
teándose las indicaciones y prescripción específica a la consulta dental. Puede ser una instancia de
educación en salud y autocuidado, además de permitir la referencia a atención especializada, cuando
se requiere, o bien definir el alta al término de tratamiento específico.
En este periodo de intervención es necesario rescatar, potenciar y/o mantener el contacto con un adulto
significativo para el niño, niña o adolescente, que puede ser un miembro de la familia o un adulto cercano
de la comunidad, sobre el cual el niño/a o adolescente ha vertido un poder de autoridad reconocido y con
quien tenga un contacto cercano o un vínculo establecido, de modo que éste pueda ejercer un control ex-
terno de ayuda durante su proceso terapéutico. Habrá que fortalecer este vínculo, que le permitirá tomar
control sobre el abuso de drogas, entre otras conductas de riesgo, con pequeñas medidas de protección
consensuadas. En el caso ya sea de la familia o del adulto significativo, habrá que habilitarlos respecto al
desempeño de habilidades parentales relacionadas con el acompañar, proteger y apoyar en su proceso
de desarrollo, rehabilitación y re-inserción social. Para esto será necesaria la coordinación con el equipo
psicosocial respecto a que éste deberá ser el que en primera instancia se contacte o busque entre las
redes cercanas del niño/a o adolescente a la familia o vínculos significativos, los cuales serán incorporados
al tratamiento para fortalecerlos en las habilidades parentales necesarias, como apoyo fundamental para la
rehabilitación del consumo.
En este ámbito, el par significativo también es fundamental como enganche y/o apoyo en el proceso de
rehabilitación y re-inserción del niño/a o adolescente, entendido como aquel adolescente que tenga im-
portancia respecto al rol modelador para él, ya sea por características de liderazgo, edad o propio proceso
de rehabilitación y re-inserción.
Si no es posible encontrar una figura familiar significativa, se debe trabajar con el equipo psicosocial para
encontrar la figura del tutor resiliente eventualmente dentro del mismo equipo psicosocial; un tutor que
pueda hacer el acompañamiento de todo el proceso de intervención y posteriormente durante el alta.
49
Se puede tomar en cuenta a la persona con quien hubo mayor cercanía y vinculación, sobre todo en el
período de enganche, acogida y motivación. En este caso, sin embargo, será necesario de igual modo plan-
tearse el desafío de idealmente rescatar y habilitar un adulto significativo para el niño/a o adolescente,
entendiendo que la presencia de un “tutor resiliente” es necesario pero no suficiente para asegurar en el
tiempo la re-inserción del sujeto y su posterior desarrollo una vez finalizado el tratamiento y la interven-
ción especializada psicosocial.
Los objetivos terapéuticos para esta área deberán definirse en cada una de las fases del tratamiento:
ingreso y consolidación del tratamiento, resolución del tratamiento y alta clínica.
• Terapia familiar (o intervenciones terapéuticas con la familia): Los fundamentos de este tipo
de terapia se centran en el asesoramiento, intervención y tratamiento a familias o parejas que lo nece-
siten. En las familias con adolescentes usuarios de sustancias, cuando no se busca la separación física,
se trabaja especialmente en que los padres ejerzan mecanismos de control sobre el hijo, reforzando
límites y jerarquías. En caso de que los profesionales que estén realizando la intervención familiar se
encuentren con dificultades respecto a requerir de un programa específico (Ejemplo: atención a víc-
timas de abuso sexual, intervención en violencia intrafamiliar, etc.), se deberá coordinar con el equipo
correspondiente para no sobreintervenir con la familia, aunque resguardando la intervención con la
familia ligada a la rehabilitación del consumo.
Objetivos:
• Orientar y ayudar a solucionar las situaciones de conflicto o crisis por las que pasa la pareja
y/o la familia.
Áreas de actuación:
• Crisis conyugal o de pareja (en jóvenes, si corresponde; en la pareja de los padres poniendo el foco
en el niño/a o adolescente).
• Conflictos asociados a la ruptura de la convivencia familiar.
• Crisis paterno-filiales.
• Crisis de la familia extensa.
• Problemas de comunicación.
• Violencia intrafamiliar, maltrato grave y/o abuso sexual (competencia de otros programas: equipos
especializados de la red SENAME).
Niveles de actuación:
Nivel terapéutico: elaborar nuevas pautas funcionales en la dinámica del sistema familiar y de la pareja.
Recordar los ejes centrales de la intervención terapéutica integral, especialmente lo relacionado con
el ámbito de reparación.
Nivel educativo: necesidad de una formación sistematizada y planificada de los padres y los hijos para
prevenir la aparición de problemas. Especialmente en el ámbito de desarrollo, de inserción social y de
drogas.
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Nivel de asesoramiento: potenciar las capacidades básicas del sistema familiar y/o de pareja para ade-
cuarlas a las necesidades de cada ciclo vital. Considerar especialmente los ámbitos del desarrollo y del
uso de drogas.
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
de la necesidad de mantener el contacto con el equipo psicosocial correspondiente. Es una instancia
que permite motivar a la implicación familiar para afrontar el problema, es decir, conocimiento de las
conductas asociadas al consumo y pautas de apoyo para su seguimiento a nivel físico. También permite
entrenamiento en habilidades de contención, reconocimiento de recaídas durante el proceso de inter-
vención, cómo detectarlas y analizarlas, y qué hacer ante ellas.
En el ámbito del equipo psicosocial, estará orientado a motivar a la vinculación y participación de gru-
pos familiares, a la identificación de relaciones de ayuda en la familia y red social, al seguimiento y apoyo
al tratamiento. Las dimensiones recreativo-deportiva, educativa y vincular deberían estar presentes en
estas intervenciones, las cuales podrían ser hechas en coordinación y/o complementación con la labor
del equipo psicosocial correspondiente.
• Visita de salud mental domiciliaria: Es una instancia de evaluación y diagnóstico social y familiar para
complementar lo realizado previamente por el equipo psicosocial desde el punto de vista diagnóstico.
c) Ámbito social
51
cosocial y/o especializado (programas CONACE - programas SENAME), y la inserción con el grupo de
pares será intervenida a través de las actividades psico-educativas. La intervención clínica en esta área
apunta a fortalecer y apoyar la intervención del programa psicosocial y/o especializado en cuanto a desa-
rrollar y fortalecer las áreas de la personalidad en el ámbito social que estén dirigidas a ese objetivo.
En el programa ambulatorio-comunitario habrá por tanto que desarrollar principalmente aspectos rela-
cionados con las habilidades sociales, estrategias de resolución de conflictos y aprendizaje de estilos de
relación no violentos, entre otros.
Las actividades relacionadas con el Área de Intervención social son las intervenciones grupales.
Metodológicamente, las Intervenciones grupales, como estrategia de intervención clínica, serán una gran
herramienta en el trabajo con estos niños/as y adolescentes. Sin embargo, habrá que adaptar las metodo-
logías a las características y contexto de esta población.
1. Actividades o Talleres psicoeducativos: de carácter más bien lúdico-recreativo, son desarrollados más
fuertemente por el equipo psicosocial, y el equipo ambulatorio-comunitario podrá incorporarse o
aportar como parte de una estrategia de enganche, vínculo y conocimiento con el grupo de pares
con el que inicialmente se contacta.
2. Talleres de sensibilización: podrán ser desarrollados en conjunto por ambos equipos o por el ambu-
latorio-comunitario, en función de abordar temáticas que sean de interés del grupo de pares como
estrategia de motivación al cambio y sensibilización respecto a la problemática del consumo (Ej:
desarrollo personal, sexualidad, pareja, etc.).
• Psicoterapia de grupo:
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
• Aprender habilidades de autoevaluación de logros y situaciones de riesgo.
• Identificar y reconocer en el grupo situaciones, pensamientos y estados emocionales de riesgo
para el consumo.
• Aprender estrategias de afrontamiento emocionales, cognitivas y conductuales.
Se sugiere que por lo general en las psicoterapias de grupo no sean de la misma edad todos los partici-
pantes, sino que también puedan haber adolescentes dos o tres años mayores y que estén en distintas
etapas del tratamiento, de manera de potenciar a través del modelaje de pares significativos la adquisición
de logros y avances en el proceso terapéutico.
En este ámbito se considerará las intervención que realice el equipo ambulatorio-comunitario con la red
de atención (programas psicosociales, redes de salud, redes locales en general). Esto incorpora las acciones
de capacitación y asesoría en drogodependencias a los equipos psicosociales y otros programas de la red,
acciones de apoyo a la intervención de equipos psicosociales y acciones dirigidas a las redes de salud que
pudieran requerir de una asesoría, inducción o acompañamiento en la modalidad ambulatorio-comunitaria,
con la función de que estos equipos de salud pudieran realizar intervención en drogas a población en vul-
nerabilidad social cuando no exista un programa ambulatorio-comunitario en la comuna.
Si bien las acciones de coordinación para la inserción en las redes cercanas al sujeto (escuela, trabajo,
comunidad) es una labor que desempeña el equipo psicosocial, el equipo clínico podrá realizar acciones
dirigidas a apoyar estos ámbitos cuando la situación lo amerite, ya sea por las características del sujeto o
cuando el equipo psicosocial requiera de un apoyo específico del equipo clínico tratante.
• Visita de salud mental escolar y coordinación educacional: actividad de apoyo al equipo psico-
social en evaluación y/o diagnóstico social y escolar, apoyo emocional al sujeto en el contexto escolar,
entrenamiento en habilidades y/o sensibilización a docentes, rescate y reenganche al tratamiento del
adolescente. Dirigida a: profesores, directivos, compañeros.
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• Visita de salud mental laboral: actividad de apoyo al equipo
psicosocial en evaluación y/o diagnóstico sociolaboral, apoyo emo-
cional, sensibilización y entrenamiento en habilidades, rescate y
reenganche al tratamiento del adolescente. Dirigida a: jefes, com-
pañeros de trabajo.
Al igual que en el punto anterior, las acciones de apoyo a la re-inserción son función del equipo psico-
social, dirigidas a motivar al niño/a o adolescente a ir dejando la droga paulatinamente, en la medida en
que visualize nuevas experiencias y oportunidades de logro, autoeficacia y conocimiento de sí mismo. Son
actividades que permiten también entrenar habilidades sociales, de convivencia con pares y figuras de au-
toridad; favorecen la interiorización de normas y límites, y el rescate de habilidades y recursos personales,
fundamentales para el desarrollo y transformación de la identidad de “calle” a una identidad pro-social.
En algunas ocasiones estas actividades podrán desarrollarse por el equipo clínico en drogas, es-
pecialmente cuando el programa psicosocial no cuente con las condiciones para poder realizarlo
o cuando sean actividades coordinadas en conjunto para favorecer la vinculación y adherencia al
programa de tratamiento. En este sentido, se recomienda realizar algunas de estas actividades en
conjunto por ambos equipos o coordinar que algunas de ellas se realicen en los lugares físicos
donde trabaja el equipo clínico para favorecer la vinculación y adherencia al tratamiento.
Dentro de estas actividades están las psicoeducativas, recreativas, culturales y/o deportivas, y de ocupación
laboral.
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Objetivos:
• Trabajar las habilidades sociales y de comunicación.
• Conocer otras alternativas de recreación saludables.
• Aprender a controlar situaciones de riesgo mediante la ayuda del educador.
• Aprender y desarrollar tolerancia a la frustración.
• Favorecer la interiorización de normas y límites y relaciones con figuras adultas de autoridad.
• Promover el reconocimiento de nuevas habilidades.
• Desarrollo de autoestima y autoimagen positivas.
• Actividades deportivas: Las actividades deportivas tienen como finalidad el desarrollo de la salud
física y mental. El deporte es, además, generador de hábitos saludables y buenas prácticas sociales, sien-
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
do importante que los niños/as y adolescentes lo identifiquen como un factor de protección frente al
consumo de sustancias tóxicas. Las actividades deportivas se convierten en un espacio lúdico validado
por los adolescentes, y son importantes para el perfil de esta población, donde el elemento de “riesgo”
y competencia se hace atractivo y altamente motivador. Permite además favorecer el desarrollo de
habilidades sociales, convivencia de grupo e interiorización de normas.
Objetivos:
• Mantener hábitos de higiene y buena salud física.
• Establecer otro tipo de relaciones en espacios recreativos y saludables.
• Aprender y desarrollar tolerancia a la frustración.
• Favorecer la interiorización de normas y límites, convivencia con el grupo de pares y relaciones
con figuras de autoridad.
• Favorecer el desarrollo de autoestima y autoimagen positivas.
Objetivos generales:
• En un primer momento, sirven para contener al sujeto, manteniéndolo ocupado e implicado en
actividades de corto y mediano plazo.
• Están orientadas a la preparación para la re-inserción sociolaboral.
• Ayudan al sujeto a planificar, organizar y desarrollar su trabajo.
• Promueven la responsabilización de todo el proceso relacionado con el trabajo e interiorización
de hábitos y rutinas laborales.
• Ayudan a rescatar, valorar y reconocer las potencialidades y recursos.
• Habilitan al sujeto en un oficio o conocimiento específico.
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Objetivos específicos:
• Interiorizar las normas básicas de convivencia social a través del trabajo en grupo.
• Desarrollar el autocontrol y la autonomía.
• Aprender metodologías, procesos y procedimientos.
• Conocer la dimensión cultural y social de una actividad ocupacional/profesional.
• Generar una concepción estructurada del tiempo y de su uso.
• Adquirir hábitos relacionados con el trabajo y la formación.
• Desarrollar habilidades sociales y de comunicación.
• Gestionar y coordinar alternativas ocupacionales y/o laborales que le puedan orientar hacia un
futuro formativo y profesional.
• Reconocer las propias cualidades y potencialidades en el trabajo.
• Talleres ocupacionales: Los talleres ocupacionales equivaldrían a las materias de educación artística
y física y a las actividades extraescolares de la educación formal. En ellos se trabajan tanto habilidades
personales (psicomotricidad, habilidades y destrezas manuales, cognitivas, conductuales, afectivas, crea-
tivas), habilidades de estudio (concentración), valores asociados al trabajo (responsabilidad, tolerancia
a la frustración, constancia), alternativas para el uso del tiempo libre, etc. Estas también son de compe-
tencia de los equipos psicosociales; el equipo clínico podrá apoyar cuando así se requiera.
Objetivos:
• Complementar la formación del sujeto a través de actividades manuales, artísticas, así como
fomentar hábitos de trabajo.
• Desarrollo de la creatividad
• Rescate de recursos y habilidades personales.
• Exploración y desarrollo de destrezas psicomotrices y cognitivas a través de actividades manua-
les, artísticas, etc.
• Fomentar las relaciones interpersonales y el control emocional (tolerancia a la frustración).
• Favorecer una autoestima y autoimagen positivas.
A continuación, se presenta un cuadro resumen de las fases de diagnóstico y de intervención clínica con
las respectivas actividades sugeridas en cada fase.
56
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Consulta psicológica X X X X
Consulta psiquiátrica X X X X
Psicoterapia individual X X
M O D A L ID A D DE T R ATA M IEN T O
Psicoterapia grupal X
Psicodiagnóstico X
Coordinación
Consulta médica X X
o referencia
Consulta dental X X
Consulta obstétrica X X X X
* Cuando existe programa psicosocial, este equipo es el encargado de realizar las visitas de salud mental familiar, escolar o laboral. El equipo
ambulatorio-comunitario realizará estas prestaciones en caso de que se requiera una intervención de apoyo al equipo psicosocial, o cuando
no haya equipo psicosocial.
Consultoría/
Intervenciones Enlace de salud mental X X X X
dirigidas
a la red Intervención/actividad comunitaria X X X
de atención
Vinculación a redes X X X
57
Perfil del equipo
Dentro de las actividades que se sugieren al propio equipo, se encuentran las reuniones clínicas, la super-
visión externa y las actividades relacionadas con el autocuidado del equipo.
58
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
T rabajar con población infanto-adolescente en vulnerabilidad social es encarar enormes esfuerzos por
reparar los daños psicosociales de quienes viven en la exclusión social.Y es también enfrentar la exis-
tencia de graves y a veces dramáticas vulneraciones de derechos en niños/as y adolescentes, que represen-
tan la otra cara de la pobreza y la inequidad social. Se trata de una de las formas de violencia que expone
al mayor desgaste, el que puede llegar, muchas veces, al agotamiento profesional o burnout (Thommasen
y col. 1997).
El síndrome de burnout (“quema” de los equipos o el estado de extenuación emocional) es un tipo especí-
fico de estrés laboral. Es padecido, principalmente, por los profesionales de la salud y educadores, quienes,
en su voluntad por adaptarse y responder eficazmente a un exceso en las demandas y presiones laborales,
se esfuerzan de un modo intenso y sostenido en el tiempo, con una sobreexigencia y tensión que originan
A U T O C U ID A D O DE L E Q U I P O
importantes riesgos de contraer enfermedades y afectar negativamente el rendimiento y la calidad del
servicio profesional.
Pedro R. Gil Monte, de la Universidad de Valencia en España, lo define de la siguiente manera:“estrés laboral
crónico, integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia
el propio rol profesional, así como por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado. Esta respuesta
ocurre con frecuencia en los profesionales de la salud y, en general, en profesionales de organizaciones de
servicios que trabajan en contacto directo con las personas, usuarias del sistema de atención.
En este sentido, el trabajar con problemáticas del “alto riesgo psicosocial” determina que los profesionales
o técnicos que laboren en este ámbito sean de “alto riesgo” también: alto riesgo de agotamiento, quema
profesional, de presentar trastornos ansiosos o depresivos reactivos a las problemáticas que abordan, alto
riesgo de sufrir fragmentación, deserción y rotación en los equipos, etc. Por ello la importancia de diseñar,
en la planificación del proyecto, un horario, recursos y estrategias destinados a abordar el autocuidado del
equipo de trabajo.
Las condiciones que agravan este desgaste profesional son de variado ori-
gen, y tienden a potenciarse entre sí. Es así que a la naturaleza del problema
es necesario agregar otras dificultades existentes ajenas a veces a las pro-
blemáticas que involucran directamente a los niños/as o adolescentes y que
tienen el efecto de dañar la estabilidad de los equipos, como la dificultad de
la llegada a tiempo de los fondos de los proyectos, lo que produce insegu-
ridad respecto a la continuidad de los financiamientos y estabilidad de los
miembros del equipo.
59
Funcionamiento del equipo
Principalmente asociado a los roles y funciones de sus miembros. Las altas exigencias a las que está expues-
to el equipo en cuanto a abordar eficientemente las diversas situaciones que implican la intervención, lleva
muchas veces a que algunos miembros del equipo asuman más responsabilidades y funciones que otros,
desgastando las relaciones y haciendo también menos eficiente la intervención del equipo. Esto implica, por
lo tanto, revisar la distribución de tareas y responsabilidades de manera equitativa al interior del grupo de
trabajo: número de sujetos asignados por educador o profesional psicosocial, distribución de actividades y
horarios según capacidad de los distintos miembros, distribución de tareas y funciones de acuerdo con las
necesidades planteadas por el equipo y según las problemáticas observadas, etc. Asimismo, supone tam-
bién aprender a compartir la responsabilidad de las acciones que ponen en riesgo la vida e integridad de
los profesionales, por ejemplo: visitas domiciliarias, notificaciones, firma de informes que ratifican violencia
o abusos, etc. Es importante que ante estas acciones se pongan de acuerdo para asistir acompañados, con
todos los resguardos necesarios, tomando las decisiones y responsabilidades en equipo.
Implica revisar en conjunto los estilos de comunicación y tipo de relaciones que se establecen. En equipos
expuestos al abordaje de situaciones o problemáticas de riesgo, las dinámicas relacionales tienden a repli-
carse al interior del grupo de trabajo (frustración, desesperanza, desconfianza, negación, agresividad, etc.),
afectando la comunicación y sentimientos en las relaciones del equipo. Asimismo, cuando los distintos
miembros asumen funciones asociadas con los diversos sujetos de intervención (el niño/a o adolescente, la
padres o familia, la escuela, etc.) lleva a que también las relaciones se polaricen, asumiendo o “defendiendo”
las diferentes posturas de los sujetos intervenidos, dificultando la objetivización de las problemáticas y pro-
duciendo muchas veces la fragmentación del equipo, deteriorando y desgastando las relaciones. Del mismo
modo, los estilos de liderazgo al interior del grupo de trabajo será otro aspecto relevante de evaluar en
conjunto: la intervención en situaciones y contextos de riesgo implica el trabajo colaborativo, de confianza
y apoyo mutuo, basado en un estilo democrático de liderazgo, evitando replicar dinámicas jerárquicas y au-
toritarias que no se condicen con el tipo de relaciones que requieren establecerse en equipos que trabajan
con problemáticas psicosociales graves.
Las situaciones relacionadas con la validación del equipo en la comunidad y redes locales, y la coordinación
con redes institucionales o externas al proyecto, son cuestiones que generan un gran gasto de energía
adicional y frustración en los equipos. Esto se da principalmente en cuanto a la validación e inserción del
equipo en contextos de alto riesgo (consumo de drogas y microtráfico, violencia, desconfianza y resistencia
a la intervención), y en aspectos relativos a la validación y coordinación con redes institucionales relaciona-
das principalmente con solicitud de ingreso a programas, elaboración de diagnósticos, toma de decisiones
frente a tribunales, etc. Por ello es importante que el equipo desarrolle acciones y actividades dirigidas a:
darse a conocer, sensibilizar en las problemáticas que aborda, desarrollar acciones de validación e inserción
en la comunidad y facilitar la coordinación y el acceso a redes adecuadas.
60
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
La complejidad de las problemáticas de los niños/as, adolescentes y sus familias que se abordan, la emer-
gencia de situaciones inesperadas o de crisis y la respuesta del equipo frente a estas situaciones genera
altos montos de estrés emocional al interior del grupo de trabajo. Ejemplo: intentos de suicidio de adoles-
centes, episodios de violencia intrafamiliar o maltrato, episodios o develación de abuso sexual, cuadro de
intoxicación por drogas, desborde o descompensación emocional o psiquiátrica de un sujeto de atención,
etc. Esto conlleva, por lo tanto, que el equipo tenga que desarrollar, como parte de la planificación y reunio-
nes técnicas, un “árbol de decisiones” frente a diversas situaciones de crisis que pudieran presentarse.
A U T O C U ID A D O DE L E Q U I P O
• Definir y coordinar previamente las redes necesarias para el abordaje de situaciones de crisis, y co-
ordinar acciones en conjunto (servicios de urgencia y redes de salud primaria, atención psiquiátrica,
programas de drogas, Carabineros, etc.).
Debido a la alta carga emocional que experimentan los técnicos o profesionales que se ven enfrentados
a las vivencias de los niños/as, adolescentes y las familias en riesgo social, es fundamental revisar constan-
temente en la práctica clínica cómo esto afecta a la persona involucrada en el abordaje directo de estas
situaciones; el nivel de involucramiento emocional con el/los sujetos de atención; la dificultad para poner
límites adecuados; cómo el contacto con los chicos y sus experiencias “gatillan” vivencias relacionadas con
la propia historia personal; qué sentimientos o “fantasías” generan el/la niño/a o adolescente o su familia,
etc. Por ello, la revisión de estos aspectos en un contexto grupal que facilite la expresión de estas situacio-
nes en un ambiente de confianza y respeto mutuo, que potencie la contención emocional de los miembros
del equipo, será fundamental como parte del autocuidado de los integrantes del equipo.
Otro aspecto relevante que se ha visto en la práctica clínica de estos equipos es el autocuidado individual,
o cómo la persona se cuida a sí misma. Generalmente las temáticas con las que se intervienen (consumo
y microtráfico, violencia, maltrato y abuso, etc.) empiezan a “teñir” la emocionalidad y vida de la persona
que trabaja en estos contextos, muchas veces produciéndose el fenómeno de la “contaminación” con el
tema, generando saturación o rechazo a éste, lo que lleva finalmente al desgaste emocional y angustia del
profesional. Por ello, se recomienda que en general la persona pueda tener espacios “libres” de la temática,
61
planificando tiempos en su rutina personal para el ocio, deporte o recreación; soporte en redes de apoyo
o pares significativos, idealmente ajenos a la temática, etc.
En relación a lo anterior, es fundamental que tanto el equipo como cada persona individualmente plani-
fique espacios estructurados para el autocuidado. En relación con el grupo de trabajo, será fundamental
que en el diseño del proyecto se estructuren horarios, recursos y acciones para abordar el autocuidado.
Para ello será importante:
• Definir “responsable” del autocuidado: idealmente se sugiere la asesoría de alguien externo, que pueda
hacerse cargo de contener al equipo y revisar con objetividad las dinámicas descritas. Si esto no fuera
posible, se sugiere que el responsable pueda rotar en el equipo para que todos tengan la experiencia
de haber sido contenidos y acogidos en sus vivencias.
• Definir horarios y estrategias: reuniones técnicas de casos en equipo; reuniones de coordinación con
otros equipos; jornadas semanales, quincenales o mensuales de autocuidado (idealmente al menos una
mañana o tarde a la semana); incorporar espacios lúdicos o recreativos en las jornadas de autocuida-
do (incentivar el humor y el juego); etc.
• Designar recursos para realizar un acompañamiento o asesoría externa periódica.
Planificar capacitaciones externas en las temáticas que el equipo requiera; encuentros de “buenas prácti-
cas” con otros equipos, asesoría en temas específicos de expertos o docentes universitarios, etc.
Las dificultades de orden laboral, administrativo o financiero son elementos externos que generan alta in-
certidumbre y desgaste en los equipos. Por ello, un aspecto fundamental es coordinar acciones que apoyen
la gestión de los equipos relacionados con: traspaso de fondos en los plazos acordados; seguridad sobre la
estabilidad y continuidad de los proyectos; aspectos administrativos para el personal (contrato, honorarios
convenientes, seguro salud, jornada laboral adecuada, etc.)
Junto con seguir avanzando en mejorar estas condiciones básicas para los equipos, se requiere también
considerar elementos que aseguren el buen funcionamiento y la cohesión del equipo en su dinámica in-
terna y que, al mismo tiempo, sirvan para detectar aquellas señales que indican agotamiento emocional y
poder así abordar a tiempo los problemas que emerjan en su interior. Todos ellos, elementos necesarios
de considerar en el abordaje del autoconocimiento como parte de la política institucional del proyecto.
62
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
ANEXO 1:
Síntesis Ejes de Intervención integral según Modalidad:
actividades y prestaciones
FAMILIA FAMILIA
l Visitas domiciliarias.
l Intervención en crisis.
63
MODALIDAD MODALIDAD
PSICOSOCIAL AMBULATORIO-COMUNITARIA
redes de tratamiento.
l Consulta psiquiátrica.
FAMILIA FAMILIA
l Visitas domiciliarias; y l Visitas domiciliarias.
acompañamiento familiar (familias l Psicoterapia familiar (tratamiento
severa complejidad). en drogas.)
l Intervenciones terapéuticas a la l Psicoterapia pareja (tratamiento
l Talleres de padres.
64
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
MODALIDAD MODALIDAD
PSICOSOCIAL AMBULATORIO-COMUNITARIA
l Talleres de capacitación u
REPARACIÓN REPARACIÓN
l Acompañamiento individual l Psicoterapia individual (reparación
(vínculo.) del daño asociado al consumo de
l Coordinación redes especializadas drogas y vida de calle).
para abordar problemática. l Coordinación redes especializadas
l Actividad comunitaria.
l Actividades de inserción en la
comunidad.
65
ANEXO 2
Instrumentos: sospecha diagnóstica y
confirmación diagnóstica42
Sospecha diagnóstica
• Actores que realizan la sospecha diagnóstica: técnicos o profesionales de los proyectos de intervención
psicosocial o atención especializada (red proyectos CONACE, red proyectos SENAME) y otras redes
de referencia (consultorios, escuelas, etc.).
En niños/as y adolescentes en vulnerabilidad social, la sospecha diagnóstica debería tener un paso pre-
vio que considerase el contexto, estrategias de vinculación y acercamiento, y otros espacios específicos
(por ejemplo, la calle) y otros tiempos diferentes a los tradicionales para realizar la sospecha.
1. Consumo de drogas (antecedentes de intoxicación aguda, consumo en los últimos seis meses, fre-
cuencia de consumo, síndrome de abstinencia).
2. Deterioro físico evidente que se asocie a consumo de drogas (deterioro nutricional, lesiones de
piel, mucosas y faneras, deterioro dental evidente).
3. Cambio brusco y reiterado del comportamiento y del ánimo, y conductas autoagresivas: ideación
o intento de suicidio, descuido importante y sostenido en el tiempo de hábitos de aseo, alteración
de patrones vitales (sueño, alimentación, concentración, aislamiento).
Signos asociados:
1. Deserción institucional o problemas asociados (sistema escolar, sistema salud, etc.), bajo rendimien-
to escolar sin antecedentes previos.
66
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Sospecha diagnóstica
(para agregar a Ficha u Hoja de Ingreso al proyecto o centro)
Signos cardinales
1. Consumo de drogas
Lesiones de piel y/o mucosas y faneras Sí/No Al menos dos de las categorías
Deterioro del estado nutricional Sí/No Al menos dos
Deterioro evidente de la salud dental Sí/No Al menos dos
Categorías
Presencia Coordinación/derivación con programa
/ausencia especializado45 (en caso de presencia de
la categoría)
Violencia física (intra y/o extrafamiliar) Sí/No Sí
Violencia psicológica (intra y/o extrafamiliar) Sí/No Sí
anexos
Antecedentes de intento de suicidio con
consumo de drogas asociado43 Sí/No Sí
67
Signos asociados:
Una vez realizada la sospecha diagnóstica, se establece la necesidad de una confirmación diagnóstica a través
de una evaluación específica. La confirmación diagnóstica inicial tiene como objetivo confirmar la problemática
de consumo, de manera de determinar inicialmente la necesidad de una atención en drogas, incorporando el
diagnóstico del compromiso o perfil psicosocial que realiza el equipo psicosocial. Los aspectos relacionados con
las “motivaciones al consumo” probablemente serán evaluados en mayor profundidad en el diagnóstico integral
que se realice posteriormente con el sujeto.
Acciones:
• Reunión clínica con equipo/s psicosocial/es que refieren al sujeto.
• Número de entrevistas con joven: una o dos en caso de ser necesario (o evaluar en reunión clínica con
equipo psicosocial)
• Devolución y/o confirmación a los profesionales que derivan.
• Presentación del caso en reunión clínica.
(Adaptado de Orientaciones Técnicas para el tratamiento y rehabilitación de niños, niñas y adolescentes, CONACE 2005)
68
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
ANEXO 3
Instrumentos para la intervención
I. ANTECEDENTES GENERALES:
Nombre Completo
RUT
Edad
Domicilio del niño/ adolescente
(lugar donde habita)
Domicilio de la familia
Teléfono de contacto
Fecha y lugar de nacimiento
Ha sido entrevistado antes (evaluaciones, llenado de fichas, etc.) Sí No
En qué institución o programa
Nombre de profesional de contacto
Notas:
- En lo posible, tomar contacto con instituciones que han realizado intervenciones previas para chequear, completar y
enriquecer información.
- Ficha de diagnóstico por aplicar en proceso paulatino de observación en el contexto y entrevistas.
anexos
Cuadros por llenar prioritariamente por modalidad Psicosocial y/o especializada (ESCI u otros).
69
II. ANTECEDENTES ÁMBITO INDIVIDUAL
1. ANTECEDENTES PRE, PERI Y POSTNATALES (Contexto y situación del nacimiento, embarazo de la madre, etc.).
4. HISTORIA ESCOLAR (Edad de ingreso, jardín, escuela, adaptación, rendimiento, adaptación con pares y profesores).
5. SITUACIÓN ESCOLAR
Estudia actualmente Sí No Último grado aprobado Grado que cursa actualmente
70
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Sí No Cuál
Educación no formal
Otras
Retraso pedagógico
Deserción
Repitencia
71
Sustancia Tipo de consumo (experimental, Edad Nº de días de consumo ¿Problematiza
ocasional, habitual, abusivo, dependiente) de inicio en las 4 últimas semanas el consumo?
Principal (1)
Secundaria (2)
8. HISTORIAL DE TRATAMIENTOS
A) Tratamiento especializado del abuso de sustancias
Otro
72
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
9. SOCIALIZACIÓN CALLEJERA
Tiempo de situación de calle (señale hace cuánto está en situación de calle)
Señale cuánto tiempo pasa en la calle Todos los días Algunos días Solo fin de semana
73
10. ANTECEDENTES DE CONDUCTAS TRANSGRESORAS
Cuáles Cuándo Dónde Consecuencias
(edad) (en la casa, escuela, barrio, etc.) (jurídico/legales)
Expulsión
Peleas frecuentes/ riñas
Provocar desorden
Consumo de OH en la vía pública
Venta de drogas
Portar drogas
Hurtos menores
Agresión a otros con daño a la
propiedad/ robos
Violencia con armas
Conflictos con la autoridad
Otro (señale)
Autoimagen
“Se reconoce a sí mismo como ...” (indique autodescripción, valoración o sentimientos del adolescente hacia sí mismo)
13. SEXUALIDAD
Relaciones sexuales Sí No Edad de inicio Orientación sexual
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
Sí No Observaciones / Actitud
Conciencia de riesgo de contraer
embarazo o ETS y SIDA
Sí No Observaciones
Embarazos
Embarazo planificado
Abortos
Sí No Observaciones
Hijos
Señale cuántos
Vínculo y actitud hacia el hijo/a
Viven con adolescente
Entregados en adopción
Entregado a un centro de
protección
Lo entrega a un amigo o familiar
75
15. HÁBITOS DE SALUD Y ALIMENTACIÓN
Sí No Observaciones
Sueño normal
Alimentación adecuada
Estado nutricional adecuado
Enfermedades graves
infecciosas
PERSONALIDAD: Principales características, rasgos, afectividad, control de impulsos, C I, recursos y habilidades (capacidad de relacio-
narse con pares, capacidad de adaptación a situaciones adversas, de adaptarse a normas definidas por el propio grupo, de establecer
relaciones o vínculos afectivos con alguien significativo para el adolescente, etc.).
76
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
anexos
77
III. ANTECEDENTES ÁMBITO FAMILIAR
Nombre Edad Fecha. nac. Escolaridad y nivel Parentesco Actividad e Antecedentes Previsión Estado civil
de alfabetización ingresos mórbidos
78
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
anexos
79
3. Mapa vincular del adolescente (eco-mapa): definir desde el propio adolescente cuáles y quiénes
constituyen para él las figuras significativas y relaciones afectivas de mayor a menor importancia.
Observaciones
80
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
4. Figura vincular resiliente (persona que el adolescente reconoce como su adulto significativo).
Competencias parentales: (calidad del apego, capacidad de ejercer autoridad, de mantener vínculos, de empatizar con el adolescente, etc.)
Situación de endeudamiento
Condiciones de habitabilidad
Materialidad de la vivienda
Tenencia de la vivienda
anexos
Tipo de vivienda
Estado de la vivienda
81
6. HISTORIA FAMILIAR (Principales hitos, etapa de ciclo vital, etc.).
7. Relaciones familiares
a. Estilos y métodos de crianza (protectores - punitivos, normas y límites, quién y cómo se ejerce, etc.).
b. Calidad de relación entre niño/ adolescente y adultos significativos (dependencia, distancia, hostilidad, rechazo, evitación).
82
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
d. Estilo y calidad del apego (capacidad de: vinculación, expresión de afectos, preocupación, empatizar con el hijo/a).
e. Principales problemáticas observadas (VIF, historia transgeneracional de VIF, aislamiento, maltrato, etc.).
anexos
83
8. ANTECEDENTES MÓRBIDOS FAMILIARES
Co-morbilidad psiquiátrica severa: depresión mayor, cuadro bipolar, Co-morbilidad psiquiátrica leve-moderada: epilepsia, trastornos
trastorno de personalidad, cuadros psicóticos, esquizofrenia, emocionales o afectivos, trastornos conductuales, trastornos del
antecedentes de suicidio, etc.44 desarrollo y aprendizaje, etc.
9. Antecedentes de situación judicializada (medidas de protección, de tuición, demandas de VIF, maltrato, etc.).
10. Factores protectores y recursos resilientes de la familia (capacidad de adaptación, inserción en redes, etc.).
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
IV. ENTORNO COMUNITARIO Y REDES Puntúe: L: logrado; ML: medianamente logrado; NL: No logrado
3. Evaluación de su entorno
Si No Observaciones
Barrio conflictivo / alto riesgo
Accesibilidad a sustancias
Presencia de tráfico
Presencia de delincuencia
Solidaridad entre los vecinos
Existencia de servicios o redes
formales o informales que anexos
apuntan a la temática de riesgo
85
V. CONCLUSIÓN DIAGNÓSTICA
1. NIVEL DE COMPLEJIDAD PSICOSOCIAL DEL SUJETO/ GRUPO DE PARES CERCANO: leve, moderado, severo.
(ver pauta de niveles de complejidad)
5. SÍNTESIS DIAGNÓSTICA (señale principales problemáticas a nivel individual, familiar y entorno comunitario)
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T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
I. ANTECEDENTES
De acuerdo con la Síntesis Diagnóstica en la Ficha de Diagnóstico Integral del adolescente, elaboren el Plan de
Intervención.
En los objetivos de la intervención por ámbito se deben incorporar los distintos ejes de la intervención, de acu-
erdo con la modalidad de intervención psicosocial o ambulatorio-comunitaria según corresponda: vínculo, desar-
rollo socioemocional, drogas, reparación, integración social, familia, salud mental y física, entorno y redes, conductas
transgresoras.
anexos
87
2. Familiar (nuclear, extensa o figuras sustitutas)
88
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
NOTAS
1 En este último caso, será necesario vincular al sujeto con un equipo psicosocial de la red que haga de
apoyo y tutor en el acompañamiento de la intervención y en la integración social y educacional
N O TA S
89
T r ata m i e n t o A m b u l at o r i o - C o m u n i ta r i o
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