Muy apreciados estudiantes, familias, equipo docente:
Año a año vamos creciendo con nuestra escuela. Todos los
días ustedes padres, profesores y alumnos aprendemos nuevas cosas en una reciprocidad de trato continuo. ¿Cómo llevar a cabo esta misión que cada uno tiene de formar a estos adolescentes y jóvenes... y no tan jóvenes? ¿Somos conscientes que tenemos que dar forma a los caracteres para afrontar los nuevos retos de este siglo? Es claro que para que estos aprendizajes sean fecundos y que el crecimiento de la escuela no salga torcido todos tenemos que luchar. Felipe Gardell ha llegado a los 18 años. Es una edad en la que debemos consolidar nuestra madurez y afianzar los conocimientos y el saber. Y el paso del tiempo que ha visto este crecimiento nos muestra que no ha sido azaroso ni caótico. El fin que se proponían los visionarios que promovieron esta escuela iba más allá de los medios que se utilizarían para alcanzarlo, teniendo muy claro que existía un camino, y que pasaba por el esfuerzo personal de familias y profesores trabajando unidos y sin temor en la conformación de un nosotros, una comunidad. Nuestro desarrollo se está alcanzando, nuestra fisionomía material se ha ido consolidando, el esfuerzo ha sido premiado en las generaciones de felipos y felipas que han pasado escribiendo nuestra historia. Educar en libertad, con responsabilidad, dando los conocimientos y las destrezas necesarias para transformarlos en jóvenes que se sienten libres y pasen por esta vida llenos de una alegría real, aquilatada y acrisolada, es el resultado de la formación que nos proponemos entregar. Sabemos que "el fin pedagógico no es adiestrar para un tipo de vida. Dice García Hoz, La educación y sus máscaras “…El jardinero que cultiva rosas azules sacrifica miles de rosas con este fin…", y nosotros queremos evitar eso. Cada alumno tiene que desarrollarse y sacar a relucir todas sus potencialidades y encontrar su camino, dadas sus cualidades y llegar a seres de criterio. Junto a las familias, ayudamos formar a cada alumno, poniendo todo nuestro empeño en que sean conscientes de su valía personal, y el papel que juegan y seguirán jugando en la sociedad, abriéndoles un sin número de oportunidades de hacer el bien, y enseñándoles que tienen las capacidades para realizarlo. No somos ciegos ni tapamos nuestros ojos a nuestra realidad social, como comunidad escolar inserta en una ciudad que pertenece a nuestra Argentina del 2018. La conciencia de vivir en un mundo que cambia rápidamente, que se ha tecnologizado, es un desafío y no incomoda. Las respuestas a las nuevas interrogantes las hemos abordado sin miedo. Los ecos de políticas disgregadoras y culturas hedonistas no son el objetivo a seguir de nuestros estudiantes sino luchar por estar cada día más unidos, empeñarse por vivir con coherencia, sin traicionar sus valores. Por esto confiamos que hoy todos los aprendizajes no quedarán circunscritos al período escolar ni a las aulas, sino que serán enseñanzas de toda la vida y para toda la vida. Buena vida y hasta siempre PROMOCIÓN 2018.