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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

1232/2012.
QUEJOSOS: **********.

RECURRENTE: ***********. (TERCERA


PERJUDICADA).

PONENTE: MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE


GARCÍA VILLEGAS.
SECRETARIO DE ESTUDIO Y CUENTA: IGNACIO VALDÉS
BARREIRO.

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
catorce de noviembre de dos mil doce.

Vo. Bo.

V I S T O S, y;
R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Presentación de la demanda de amparo. Por


escrito presentado el dos de diciembre de dos mil once, en la
Oficialía de Partes Común 01 para Salas Civiles, del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal, ********* y *********, por
su propio derecho, y en representación de sus menores hijos de
nombres ********** y **********, ambos de apellidos **********,
solicitaron el amparo y protección de la Justicia de la Unión en
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contra de las autoridades y por el acto que a continuación se


señalan:

Autoridades Responsables:

Ordenadora: Octava Sala Civil del Tribunal Superior de


Justicia del Distrito Federal.

Ejecutora: Juez Sexagésimo Cuarto de lo Civil en el


Distrito Federal.

Acto Reclamado:

La sentencia pronunciada el veintiocho de octubre de dos


mil once por la Octava Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal, en el toca **********, mediante la cual confirma
la diversa emitida el nueve de agosto del mismo año, por la Juez
Sexagésimo Cuarto de lo Civil del Distrito Federal, en los autos
del juicio ordinario civil número **********.

SEGUNDO. Derechos fundamentales que se estiman


violados. En su demanda de amparo señalaron como derechos
humanos violados, los contenidos en los artículos 14, 16 y 17, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

TERCERO. Trámite de la demanda de amparo. Por


cuestión de turno, correspondió conocer del asunto al Quinto
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, donde su
Presidente, en proveído de trece de enero de dos mil doce,

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admitió a trámite la demanda; ordenó su registro en el libro de


gobierno, al que se le asignó el número de expediente ********** y,
por último, ordenó que con las copias exhibidas se corriera
traslado al Agente del Ministerio Público de la Federación adscrito
a esa autoridad, para que en el término de tres días, manifestara
si tenía o no interés en solicitar los autos para formular
pedimento.

En sesión de ocho de marzo de dos mil doce, el Pleno de


ese órgano colegiado dictó sentencia, la cual concluyó con los
siguientes puntos resolutivos:

“PRIMERO. La Justicia de la Unión no ampara ni


protege a ********* y *********, contra la sentencia
definitiva pronunciada por la Octava Sala Civil del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
en el toca **********, y la ejecución atribuida al Juez
Sexagésimo Cuarto de lo Civil del Distrito Federal.

SEGUNDO. Para los efectos precisados, la Justicia


de la Unión ampara y protege a los menores
********** y **********, ambos de apellidos **********, en
contra de los actos y las autoridades precisados en
el resolutivo anterior.”

CUARTO. Interposición del recurso de revisión.


Inconformes con la sentencia anterior, por escrito presentado el
veintitrés de abril de dos mil doce, en la Oficina de
Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados en Materia

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Civil del Primer Circuito, ********** y **********, en su carácter de


apoderados generales para pleitos y cobranzas de la persona
moral tercera perjudicada, **********, interpusieron recurso de
revisión y, en auto de veinticinco siguiente el Presidente del
Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito,
tuvo por interpuesto dicho medio de impugnación; en
consecuencia, ordenó la remisión del asunto, así como el disco
compacto que contiene la resolución recurrida a la Suprema Corte
de Justicia de la Nación para la substanciación del mismo.

QUINTO. Trámite del recurso ante la Suprema Corte de


Justicia de la Nación. Por auto de tres de mayo de dos mil doce,
el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
ordenó la formación y registro del toca de amparo directo en
revisión 1232/2012; además, a efecto de acordar lo que en
derecho procediera en relación al medio de impugnación
interpuesto, ordenó requerir al Presidente de la Octava Sala Civil
del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, para que a la
brevedad posible remitiera a este Alto Tribunal el toca de
apelación ********** y el juicio ordinario civil **********.

En cumplimiento a lo anterior, por oficio número 1933-IV, el


Secretario de Acuerdos del Quinto Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Primer Circuito, envió a esta Suprema Corte de Justicia
de la Nación el toca de apelación ********** y el juicio ordinario civil
**********, así como una bolsa que contiene los documentos base
de la acción; por ello, mediante proveído de ocho de mayo de dos
mil doce, dictado por el Presidente del Alto Tribunal, se ordenó
fuera agregado a los autos el referido documento, se tuvo por

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admitido el recurso de revisión interpuesto y turnó el expediente a


la Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas para su
estudio.

Por auto de dieciséis de mayo de dos mil doce, el Presidente


de la Primera Sala de este Alto Tribunal, determinó el
avocamiento de ésta al conocimiento del asunto y, en
consecuencia, ordenó su envío a la Ministra Ponente para la
elaboración del proyecto de resolución correspondiente.

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, es competente para conocer del
presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto en los
artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, reformado mediante decreto
expedido el diez de junio de mil novecientos noventa y nueve; 83,
fracción V, 84, fracción II, de la Ley de Amparo; y 21, fracción III,
inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación,
de conformidad con lo dispuesto por el Punto Cuarto del Acuerdo
General 5/2001, de veintiuno de junio de dos mil uno, emitido por
el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
toda vez que se trata de un recurso de revisión interpuesto en
contra de una sentencia dictada por un Tribunal Colegiado de
Circuito en Materia Civil, al resolver un amparo directo cuyo acto
reclamado deriva de un juicio ordinario civil, y se estima

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innecesaria la intervención del Pleno de este Alto Tribunal en la


resolución del presente recurso.

SEGUNDO. Oportunidad. La sentencia recurrida fue


notificada por lista a la recurrente el martes tres de abril de dos
mil doce, surtiendo efectos el lunes nueve siguiente, por lo que el
término de diez días a que se refiere el artículo 86, de la Ley de
Amparo, comenzó a correr el martes diez de abril del año
mencionado y venció el lunes veintitrés siguiente, descontándose
los días cuatro, cinco y seis del mes y año citados, conforme a lo
dispuesto en la Circular 13/2012, emitida por el Consejo de la
Judicatura Federal el veintinueve de febrero de dos mil doce, en
virtud de la cual, por motivos de la denominada “Semana Santa”,
se declararon como días no laborales los referidos; siete, ocho,
catorce, quince, veintiuno y veintidós del mismo mes y anualidad,
por ser sábados y domingos, los cuales son inhábiles en términos
de lo dispuesto por los artículos 23, de la Ley de Amparo y 163,
de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

En ese sentido, si el escrito por el que se interpuso el


recurso de revisión se presentó en la Oficina de Correspondencia
Común de los Tribunales Colegiados en Materia Civil del Primer
Circuito, el veintitrés de abril de dos mil doce, es evidente que se
hizo dentro del plazo de diez días que establece el artículo 86, de
la Ley de Amparo.

TERCERO. Procedencia del recurso. Como una cuestión


previa, debe destacarse que el recurso de revisión en el juicio de
amparo directo, se encuentra regulado en los artículos 107,

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fracción IX de la Constitución Federal, 83, fracción V, de la Ley de


Amparo, 10, fracción III, y 21, fracción III, inciso a) de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación; asimismo, en el
punto Primero, fracción I, inciso a) del Acuerdo 5/1999, emitido
por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, el veintidós de junio de mil novecientos noventa y nueve,
disposiciones que son del tenor siguiente:

“Artículo 107. Todas las controversias de que habla


el artículo 103 se sujetarán a los procedimientos y
formas del orden jurídico que determine la ley, de
acuerdo con las bases siguientes: --- IX.- Las
resoluciones que en materia de amparo directo
pronuncien los Tribunales Colegiados de Circuito
no admiten recurso alguno, a menos que decidan
sobre la inconstitucionalidad de una ley o
establezcan la interpretación directa de un
precepto de la Constitución, cuya resolución, a
juicio de la Suprema Corte de Justicia y conforme
acuerdos generales, entrañe la fijación de un
criterio de importancia y trascendencia. Sólo en
esta hipótesis procederá la revisión ante la
Suprema Corte de Justicia, limitándose la materia
del recurso exclusivamente a la decisión de las
cuestiones propiamente constitucionales…”.

“Artículo 83. Procede el recurso de revisión: --- V.-


Contra las resoluciones que en materia de amparo
directo pronuncien los Tribunales Colegiados de

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Circuito, cuando decidan sobre la


constitucionalidad de leyes federales o locales,
Tratados Internacionales, reglamentos expedidos
por el Presidente de la República de acuerdo con la
fracción I del artículo 89 constitucional y
reglamentos de leyes locales expedidos por los
gobernadores de los Estados, o cuando
establezcan la interpretación directa de un
precepto de la Constitución. --- La materia del
recurso se limitará exclusivamente, a la decisión de
las cuestiones propiamente constitucionales, sin
poder comprender otras…”.

“Artículo 10. La Suprema Corte de Justicia


conocerá funcionando en Pleno: --- III.- Del recurso
de revisión contra sentencias que en amparo
directo pronuncien los Tribunales Colegiados de
Circuito, cuando habiéndose impugnado la
inconstitucionalidad de una ley federal, local, del
Distrito Federal o de un tratado internacional, o
cuando en los conceptos de violación se haya
planteado la interpretación directa de un precepto
de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, dichas sentencias decidan u omitan
decidir sobre tales materias, debiendo limitarse en
estos casos la materia del recurso a la decisión de
las cuestiones propiamente constitucionales…”.

“Artículo 21.- Corresponde conocer a las Salas: ---


III.- Del recurso de revisión contra sentencias que

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en amparo directo pronuncien los Tribunales


Colegiados de Circuito: a) Cuando habiéndose
impugnado la constitucionalidad de un reglamento
federal expedido por el Presidente de la República,
o de reglamentos expedidos por el gobernador de
un Estado o por el Jefe del Distrito Federal, o en
los conceptos de violación se haya planteado la
interpretación directa de un precepto de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos en estas materias, se haya decidido o
se omita decidir sobre la misma
inconstitucionalidad o interpretación
constitucional.”.

Por su parte, el referido punto primero, del Acuerdo Plenario


5/1999, a la letra dice:

“PRIMERO. Procedencia. I. El recurso de revisión


es procedente contra sentencias que en materia de
amparo directo pronuncien los Tribunales
Colegiados, si se reúnen los supuestos siguientes:
--- a) Si en ella se decide sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de una
ley, tratado internacional o reglamento -federal o
local-, o se establece la interpretación directa de un
precepto constitucional; o bien, si en dichas
sentencias se omite el estudio de las cuestiones
acabadas de mencionar, cuando se hubieren

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planteado en la demanda de amparo. --- b) Si el


problema de constitucionalidad referido en el
subinciso anterior, entraña la fijación de un criterio
jurídico de importancia y trascendencia a juicio de
la Sala respectiva. --- Se entenderá que un asunto
es importante cuando de los conceptos de
violación (o del planteamiento jurídico, si opera la
suplencia de la queja deficiente), se vea que los
argumentos (o derivaciones) son excepcionales o
extraordinarios, esto es, de especial interés; y será
trascendente cuando se aprecie la probabilidad de
que la resolución que se pronuncie establezca un
criterio que tenga efectos sobresalientes en la
materia de
constitucionalidad. --- II. Por regla general, se
entenderá que no se surten los requisitos de
importancia y trascendencia cuando: --- a) Exista
jurisprudencia sobre el tema de constitucionalidad
planteado; --- b) Cuando no se hayan expresado
agravios o cuando, habiéndose expresado, sean
ineficaces, inoperantes, inatendibles o
insuficientes, siempre que no se advierta queja
deficiente que suplir; --- c) En los demás casos
análogos a juicio de la Sala correspondiente.”

De la lectura de los preceptos transcritos, se desprende que


las resoluciones en juicios de amparo directo que emitan los
Tribunales Colegiados de Circuito, no admiten ningún recurso.

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Sin embargo, se establecen excepciones, a saber:

a) Cuando subsista en el recurso de revisión el problema de


constitucionalidad de leyes.

b) Cuando en la sentencia impugnada se establezca la


interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos.

c) Cuando el Tribunal Colegiado de Circuito, omita


pronunciarse en cualquiera de las materias precisadas en los
anteriores incisos, no obstante de que en los conceptos de
violación se planteó la inconstitucionalidad de una ley o la
interpretación directa de un precepto de la Constitución.

Como puede observarse, el recurso de revisión, en


tratándose del juicio de amparo directo, se constituye como un
medio de impugnación que únicamente será procedente en los
casos señalados con antelación; es decir, de manera excepcional.

Recapitulando, la procedencia del recurso de revisión en el


juicio de amparo directo requiere, en principio, que en la demanda
de amparo se hubiera impugnado la constitucionalidad de una ley,
de un tratado internacional o de un reglamento, o planteado en
los conceptos de violación la interpretación directa de un precepto
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; que
al dictar la sentencia el Tribunal Colegiado de Circuito
correspondiente haya decidido sobre la constitucionalidad de la
ley, tratado internacional o reglamento impugnado; o bien,

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establecido la interpretación directa de un precepto de la


Constitución Federal u omitido el estudio y decisión de estas
cuestiones.

Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis de jurisprudencia de la


Segunda Sala de este Alto Tribunal, 2a./J. 64/2001, cuyo
contenido se comparte, de texto y rubro siguiente:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS


PARA SU PROCEDENCIA. Los artículos 107,
fracción IX, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 83, fracción V, 86 y 93
de la Ley de Amparo, 10, fracción III, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación y el
Acuerdo 5/1999, del 21 de junio de 1999, del Pleno
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que
establece las bases generales para la procedencia
y tramitación de los recursos de revisión en
amparo directo, permiten inferir que un recurso de
esa naturaleza sólo será procedente si reúne los
siguientes requisitos: I. Que se presente
oportunamente; II. Que en la demanda se haya
planteado la inconstitucionalidad de una ley o la
interpretación directa de un precepto de la
Constitución Federal y en la sentencia se hubiera
omitido su estudio o en ella se contenga alguno de
esos pronunciamientos; y III. Que el problema de
constitucionalidad referido entrañe la fijación de un
criterio de importancia y trascendencia a juicio de

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la Sala respectiva de la Suprema Corte; en el


entendido de que un asunto será importante
cuando de los conceptos de violación (o del
planteamiento jurídico, si opera la suplencia de la
queja deficiente) se advierta que los argumentos o
derivaciones son excepcionales o extraordinarios,
esto es, de especial interés; y será trascendente
cuando se aprecie la probabilidad de que la
resolución que se pronuncie establezca un criterio
que tenga efectos sobresalientes en materia de
constitucionalidad; por el contrario, deberá
considerarse que no se surten los requisitos de
importancia y trascendencia cuando exista
jurisprudencia sobre el tema de constitucionalidad
planteado, cuando no se hayan expresado agravios
o cuando, habiéndose expresado, sean ineficaces,
inoperantes, inatendibles o insuficientes, siempre
que no se advierta queja deficiente que suplir y en
los demás casos análogos a juicio de la referida
Sala, lo que, conforme a la lógica del sistema,
tendrá que justificarse debidamente.”

Ahora bien, en el presente asunto se surten los requisitos de


procedencia del recurso de revisión en amparo directo, toda vez
que el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, al resolver en sesión de ocho de marzo de dos mil doce,
el juicio de amparo directo ********** de su índice, se pronunció en
torno a los argumentos planteados en los conceptos de violación
formulados, a partir de una interpretación directa de los artículos

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1°, 4° y 103, de la Constitución General de la República, cuya


sustancia y particularidades controvierte en vía de agravios la
recurrente; además que en el caso se aprecian características
excepcionales de importancia y trascendencia en cuanto a los
derechos de la personalidad de menores de edad que han sufrido
un daño moral como miembros de un núcleo familiar, bajo el
supuesto de responsabilidad civil objetiva, por ser parientes
consanguíneos de una víctima menor de edad que ha perdido la
vida, y el grado en que debe intervenir el Estado para velar por su
protección, tanto de menores, como de la institución de la familia,
en razón del interés superior de la niñez, incluso al nivel de
prevalecer sobre otros intereses y derechos fundamentales,
cuando entran en conflicto con los referentes a menores.

Conforme a lo anterior, resulta evidente que el presente


asunto reúne los requisitos de procedencia necesarios para que
esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
se ocupe de su análisis.

CUARTO. Antecedentes del asunto. Para una mejor


comprensión, se estima necesario exponer los antecedentes que
conforman al presente asunto, los cuales consisten en lo
siguiente:

1. Mediante escrito presentado en la Oficialía de Partes Común


en Materia Familiar del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal, el tres de noviembre de dos mil diez,
********* y *********, por su propio derecho, y en
representación de sus menores hijos de nombres ********** y

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**********, ambos de apellidos **********, demandaron en la


vía ordinaria civil a la persona moral **********, reclamando
las siguientes prestaciones:

 La cantidad de **********, por concepto de indemnización


del daño moral, derivado de los múltiples trastornos
emocionales ocasionados a los actores, por el
fallecimiento de la menor **********.

 La publicación de un extracto en tres periódicos de


mayor circulación en el Distrito Federal, así como la
difusión y distribución en otros medios de comunicación
como lo son los canales 2, 7, 9 y 13, de la sentencia
definitiva en la que se hubiera declarado fundada la
acción de daño moral, cuyos gastos deberán ser
cubiertos por la demandada.

 Finalmente, demandó el pago de gastos y costas que se


originen con motivo de la tramitación del juicio.

En este apartado, dada la naturaleza del asunto, se


considera procedente referir los hechos en los que la actora
basó las pretensiones reclamadas en la demanda, los
cuales, esencialmente fueron los siguientes:

A. El primero de mayo de dos mil diez, siendo


aproximadamente las catorce horas, la menor de edad
de nombre **********, acudió con permiso de sus padres
al parque de diversiones denominado “**********”, en

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compañía de **********, ********** y **********—sin que se


precisen apellidos en el escrito de demanda—, habiendo
ingresado al referido parque de diversiones, decidieron
acudir primeramente al juego mecánico denominado
“**********.”

B. Refiere la parte actora, que una vez que el juego inició


su recorrido, la entonces menor de edad, en compañía
de sus amigos se percataron que el carro que los
contenía brincaba mucho, movimiento que les pareció
extraño, a comparación de otras veces en las que
ingresaron a la “**********.”

C. Toda vez que ya había iniciado el recorrido y en virtud


del ruido, les fue imposible solicitar que el juego fuera
frenado o que se verificara la condición y seguridad del
mismo, por lo que éste continuó su camino.

D. Argumentan que en la segunda bajada del recorrido, sus


compañeros se percataron que la cabeza de **********,
se movía de un lado a otro como si estuviera
desmayada, por lo que empezaron a gritar que la misma
estaba mal, tratando de detener su cabeza para evitar
que se le ocasionaran lesiones.

E. Señalan que una vez concluido el recorrido del juego, la


menor de edad ********** se encontraba inconsciente,
con la tez morada y sin reaccionar; en espera de que se
le proporcionarán los primeros auxilios, fue trasladada

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en una silla de ruedas a la enfermería, y minutos


después en una ambulancia al **********, al que ingresó
en el área de urgencias para recibir la atención médica
correspondiente.

F. Del resumen médico rendido por el doctor **********,


respecto a la menor **********, se desprende el
diagnóstico de ingreso en el cual consta: 1. Trauma
raquimedular cervical. a. Probable sección medular. 2.
Síndrome Anóxico-isquémico. a. Edema cerebral. 3.
Desequilibrio hidroelectrolítico. a. Hipocaliemia. b.
Hipercloremia. c. Hiporfosfatemia. 4. Desequilibrio
ácido-base. a. Acidosis metabólica. Posteriormente se
decidió su ingreso a quirófano por neurocirugía con
diagnóstico de luxación C4C5 del 100% postraumática
con plan quirúrgico descomprensión medular/fijación
C4C5 con placa anterior.

G. Transcurridos los días, la situación médica de la menor


empeoraba, por lo que el diecisiete de mayo de dos mil
diez, los padres de la misma, presentaron una carta
dirigida a la persona moral **********, por conducto de su
representante legal, solicitando su apoyo económico
para cubrir los gastos de hospitalización, tratamiento y
rehabilitación de **********; sin embargo, antes de que la
empresa citada pudiera colmar esa petición, la menor de
edad falleció el veintisiete siguiente, a causa de lo que
se denomina un “traumatismo cérvico medular”

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ocasionado por lo acontecido el primero de mayo de dos


mil diez, a bordo de la “**********” situada en “**********”.

H. Expuso la actora que lo anterior queda acreditado con el


informe del Servicio Médico Forense del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal, expedido tras
efectuar la necropsia de ley al cadáver de **********, en
relación con la averiguación previa número **********; y
en el cual se concluye que la hoy occisa falleció como
consecuencia de las alteraciones viscerales y tisulares,
causadas en los órganos interesados por el traumatismo
cérvico medular.

I. Con fecha catorce de junio de dos mil diez, ********* y


*********, como padres de **********, suscribieron el
documento denominado “Deslinde y Acuerdo de
Responsabilidad”, en el cual deslindan y liberan de toda
responsabilidad civil, penal y/o administrativa a
**********, en los términos siguientes:

“Deslinde y Acuerdo de Responsabilidad. --- En virtud


de la voluntaria participación de nuestra hija ********** en
el acceso y uso de las instalaciones, juegos y
atracciones del parque de diversiones denominado la
**********, ubicado en **********, por medio de la
presente los que suscriben, ********* y *********, en este
acto, expresa e irrevocablemente y para todos los
efectos legales a que haya lugar, deslindamos y
liberamos de toda responsabilidad de carácter civil,

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penal y/o administrativo a **********, a sus empresas


controladoras, filiales y/o subsidiarias, así como a sus
accionistas, funcionarios y/o empleados, relacionada
con el incidente, ocurrido el pasado 1° de mayo de
2010, en la atracción conocida como **********, el cual
reconocemos se derivó de causas ajenas a **********,
sus empresas controladoras, filiales y/o subsidiarias,
accionistas, funcionarios y/o empleados. --- Asimismo,
manifestamos que en todo momento **********, nos
brindó toda la ayuda necesaria, incluyendo, de manera
enunciativa más no limitativa, el pago de gastos
hospitalarios, pago de medicamentos, pago de
exámenes médicos, pago honorarios médicos, pago
gastos funerarios y pagos compensatorio, que se
derivaron como consecuencia de dicho incidente. ---
Como consecuencia de lo anterior, ratificamos
irrevocablemente que otorgamos el finiquito más amplio
que en derecho proceda respecto a cualesquiera
derechos, acciones, procedimientos, denuncias o
querellas a que tengamos derecho de ejercer en contra
de **********, a sus empresas controladoras, filiales y/o
subsidiarias, accionistas, funcionarios y/o empleados,
con motivo del daño que nuestra hija ********** sufrió
como consecuencia del incidente ocurrido el pasado 1°
de mayo de 2010, en la atracción conocida como
**********. --- En ese sentido, no nos reservamos
derecho o acción alguna, ya sea de carácter civil, penal
y/o administrativa en contra de **********, a sus
empresas controladoras, filiales y/o subsidiarias, así

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como a sus accionistas, funcionarios y/o empleados. ---


Reconocemos y aceptamos que hemos leído
cuidadosamente y comprendido completamente el
contenido del presente documento y estando advertidos
que éste es un Deslinde de Responsabilidad lo
firmamos bajo nuestra absoluta y propia voluntad. ---
Fecha: Junio 14 de 2010. --- Como Padre de ---
********** --- Acepto y ratifico su contenido y alcance el
presente documento. --- Firma (ilegible) --- Nombre:
********* --- Como Madre de --- ********** --- Acepto y
ratifico su contenido y alcance el presente documento.
--- Firma (ilegible) --- Nombre: *********.

2. Correspondió conocer de la demanda por indemnización del


daño moral — por razón de turno—, al Juzgado Sexagésimo
Cuarto de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal, donde por auto de ocho de noviembre de
dos mil diez, su titular la admitió a trámite y registró con el
número de expediente **********.

Por escrito presentado el cuatro de marzo de dos mil once,


en la Oficialía de Partes Común Civil Familiar del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal, la persona moral
demandada **********, por conducto de su apoderado
general para pleitos y cobranzas **********, contestó la
demanda instaurada en contra de su poderdante, opuso la
defensa genérica de sine actione agis, así como las
siguientes excepciones: a) falta de personalidad; b) falta de

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acción; c) falta de legitimación activa y pasiva en la causa; d)


falta de litisconsorcio activo; e) falta de acción por
inexistencia de ilícito; f) falta de acción por negligencia
inexcusable y, g) obscuridad en la demanda.

3. Seguido el juicio, se dictó sentencia el nueve de agosto de


dos mil once, en la que se absolvió a la demandada de las
prestaciones reclamadas, sin hacer condena especial en
costas, en atención a las siguientes consideraciones:

 Los actores no justificaron los hechos constitutivos de su


pretensión respecto a las prestaciones por concepto de
indemnización por daño moral, al no demostrar que la
demandada cometió en su perjuicio algún hecho ilícito que
los hubiera afectado en cualquiera de los bienes tutelados
por el artículo 1916, del Código Civil para el Distrito
Federal, y que exista una relación de causalidad entre tal
hecho ilícito y el daño.

 En el documento denominado “Deslinde y Acuerdo de


Responsabilidad”, firmado el catorce de junio de dos mil
diez, por la persona moral demandada y los actores,
consta que, en virtud de que ********** se hizo cargo de
todos los gastos médicos, así como posteriormente de los
funerarios de la menor, los padres de la misma, declararon
expresamente su voluntad irrevocable en el sentido de
deslindar a su contraparte, entre otras responsabilidades,
de aquella de carácter civil que pudiera derivar de lo
ocurrido a la menor **********, durante su estancia en la

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**********, el primero de mayo del dos mil diez; además,


reconocieron que no derivaba de causas imputables a la
conducta u omisión de la demandada.

 Estima improcedente la acción de indemnización por daño


moral, toda vez que, a su juicio, la valoración psicológica
de los actores no fue la idónea para acreditar la existencia
de los padecimientos que referían, al no haber ofrecido la
pericial respectiva, así como tampoco lo fueron las recetas
y constancias médicas exhibidas.

4. Inconforme con la sentencia dictada en primera instancia, la


parte actora interpuso recurso de apelación, del que tocó
conocer a la Octava Sala Civil del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, donde se registró con el número
de toca **********, el cual se resolvió mediante sentencia de
veintiocho de octubre de dos mil once, en la que se
declararon infundados los agravios que se hicieron valer y,
en consecuencia, el mencionado órgano jurisdiccional
confirmó la recurrida, condenando a la entonces apelante al
pago de costas en ambas instancias.

La resolución de segunda instancia, en lo conducente, se


sustenta en las siguientes consideraciones:

 Que el juzgador sí analizó las pruebas aportadas en el


juicio, con las cuales arribó a la conclusión de que no se
demostraba el daño ilícito que pudiera atribuírsele a la

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

demandada, por lo que no surte la obligación a su cargo de


reparar daño alguno a favor de la parte actora.

 Que no es suficiente que en los agravios se afirme que la


procedencia del daño moral se justifica por el hecho de que
la muerte de la menor **********, se ocasionó con motivo de
que se subió al juego mecánico denominado “**********”, sin
precisar acto ilícito alguno que se le impute a la
demandada, por el que se le hubiera ocasionado un daño
moral a la parte actora.

5. Inconformes con la sentencia anterior, ********* y *********,


por su propio derecho y en representación de sus menores
hijos de nombres ********** y **********, ambos de apellidos
**********, promovieron demanda de amparo por escrito
presentado el dos de diciembre de dos mil once, en la
Oficialía de Partes Común 01 para Salas Civiles, del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal, el cual se recibió en
la oficialía de partes de la Octava Sala Civil de dicho
Tribunal el día cinco siguiente.

QUINTO. Conceptos de violación. Los quejosos en su


demanda de amparo, manifestaron esencialmente los siguientes
conceptos de violación:

I. En su primer concepto de violación los quejosos expusieron los


argumentos siguientes:

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

 Que les causa agravio la muerte de su hija menor,


provocada por haber ingresado al juego mecánico
denominado “**********”, hecho que le ha producido un daño
moral también a sus menores hijos de nombres ********** y
**********, ambos de apellidos **********.

 Que les causan agravio las sentencias dictadas en primera y


segunda instancias, pues no conceden valor probatorio a los
documentos exhibidos por los quejosos, tendentes a
acreditar que la causa de muerte de la menor ********** fue
ocasionada por haber ingresado a la “**********”.

II . En su segundo concepto de violación, los quejosos alegaron


que la Sala Responsable omitió realizar un estudio minucioso
de las pruebas exhibidas por los actores, en el juicio natural,
toda vez que no le concede valor probatorio a la pericial en
materia de psicología, realizada por la Licenciada en dicha
rama, **********, que se exhibió con el propósito de acreditar el
daño moral sufrido por los quejosos, como consecuencia del
fallecimiento de la menor de edad **********.

III. Asimismo, por lo que se refiere al tercer razonamiento hecho


valer en su demanda de amparo arguyeron que si bien es cierto
que conforme al “Deslinde y Acuerdo de Responsabilidad”
firmado por las partes el catorce de junio de dos mil diez, la
demandada se hizo cargo de los gastos médicos y funerarios,
así como del pago a los padres de la menor fallecida de una
compensación por la muerte de su hija; también lo es que en
dicho acuerdo se deslindó a la persona moral **********, de

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

responsabilidades respecto a la menor de edad **********, más


no respecto a las consecuencias de las que padecieran los
ahora quejosos como resultado del fallecimiento de su hija
menor.

IV. En definitiva, manifestaron que les causa agravio el acto


reclamado, toda vez que los condena al pago de costas en
ambas instancias; sin embargo, para fallar en tal sentido, la
responsable debió tener por acreditado que la entonces
apelante procedió en sus actuaciones con temeridad o mala fe;
situación que, refieren, nunca aconteció.

Por razón de turno, correspondió conocer de la demanda de


amparo al Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, donde se registró con el número ********** y, en sesión de
ocho de marzo de dos mil doce, dicho órgano colegiado dictó
resolución, en la que por un lado, negó el amparo solicitado y, por
otro, lo concedió a los menores ********** y **********, ambos de
apellidos **********, para los efectos precisados en la misma.

SEXTO. Consideraciones del Tribunal Colegiado de


Circuito. El Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, en la sentencia dictada en el juicio de amparo directo
**********, ahora recurrida, negó la protección federal a los
quejosos ********* y **********, con base en las consideraciones
siguientes:

a. Que aun cuando es fundada la violación procesal


consistente en la resolución que desechó la pericial en

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

psicología, a ningún fin práctico tendría el que se


desahogara dicha probanza, en atención a que en el caso,
de la interpretación del artículo 1916, del Código Civil para
el Distrito Federal, se aprecia la aplicación de la teoría de la
prueba objetiva del daño moral, mediante la cual no se
exige la acreditación directa de los daños de carácter
intangible que ordinariamente mantienen su esencia en el
fuero interno de las personas, como los sentimientos, la
dignidad y la autoestima (conceptos que conforman al daño
moral), en atención a que la prueba directa de su
afectación es difícil o imposible de allegar, por lo que es
innecesario el desahogo de dicho medio de convicción,
dada la naturaleza de la acción ejercitada.

b. Que son ineficaces las alegaciones, vertidas en el sentido


de que conforme al “Deslinde y Acuerdo de
Responsabilidad” firmado por las partes el catorce de junio
de dos mil diez, la persona moral demandada en el juicio
de origen se hizo cargo de los gastos médicos y funerarios,
y se le deslindó de las responsabilidades respecto a la
menor de edad **********, más no respecto a las
consecuencias de las que padecieran los quejosos como
resultado del fallecimiento de su hija menor, deviniendo tal
calificativa porque del contenido de dicho documento, se
desprende que los peticionarios del amparo deslindaron y
liberaron de toda responsabilidad de carácter civil, penal
y/o administrativa a la empresa demandada en el natural,
con el reconocimiento de que el incidente ocurrido en el
juego mecánico conocido como “**********”, aconteció por

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

causas ajenas a esta parte y, el haber ratificado


irrevocablemente el finiquito más amplio que en derecho
proceda respecto a cualquier derecho, acción,
procedimiento, denuncias o querellas a que tengan derecho
con motivo del daño sufrido por su hija **********, con la
declaración expresa de que no se reservaban derecho o
acción alguna, tiene todos los efectos de una renuncia a
iniciar cualquier acción legal civil, penal y/o administrativa
por parte de los firmantes, en relación con los hechos
acontecidos en los que su hija participó el primero de mayo
de dos mil diez, quien posteriormente perdió la vida.

c. Resolvió, que con independencia de que la muerte de la


menor haya sido provocada por haber accedido al
mecanismo peligroso y su ausencia provoque daño moral a
sus padres hoy quejosos, éstos consintieron en deslindar y
liberar a la demandada en primera instancia de toda
responsabilidad de carácter civil, entre otras, lo que implica
una renuncia total a un posterior reclamo de esa
naturaleza, como es el caso que se resuelve, por lo que
debe estarse al sentido literal de las cláusulas establecidas,
conforme a lo previsto en el primer párrafo del artículo
1851, del Código Civil para el Distrito Federal.

d. Determinó que carecía de relevancia analizar los conceptos


de violación encaminados a poner de manifiesto el daño
moral sufrido por los quejosos, así como lo que revelan las
pruebas al respecto, toda vez que ello no tendría fines

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

prácticos, por haber renunciado los solicitantes del amparo


a tales derechos.

Por otra parte, determinó que son esencialmente fundados y


suficientes los argumentos vertidos por los quejosos para
conceder el amparo, pero únicamente, por cuanto hace a los
menores de edad ********** y **********, ambos de apellidos
**********, representados por sus padres, resultando necesario
suplir la deficiencia de la queja conforme a lo previsto en el
artículo 76 bis, fracción V, de la Ley de Amparo, lo que realizó
basándose en los siguientes razonamientos:

A. Que si bien ********* y *********, firmaron de conformidad el


“Deslinde y Acuerdo de Responsabilidad” renunciando al
ejercicio de cualquier derecho civil (en el que debe incluirse
a la acción de daño moral y/o responsabilidad civil) que
pudieran ejercer los firmantes, ello no puede estimarse en
relación con sus menores hijos, ********** y **********,
ambos de apellidos **********, dado que de su contenido no
se aprecia que los quejosos lo hayan hecho en nombre y
representación de éstos, como sus representantes legales,
por ser sus padres.

B. Que en el caso debe observarse lo establecido en los


artículos 1°, 4° y 103, de la Constitución General de la
República, lo cual permite llegar a la convicción de que
existe una lesión a la dignidad humana de los menores de
edad y, por ende, la reparación del daño moral debe
hacerse justamente a éstos, a quienes les causa afectación

28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

la pérdida de un familiar cercano, como en la especie


sucede, en virtud de la muerte de su hermana mayor,
siendo entonces la reparación moral el mecanismo jurídico
idóneo para preservar la dignidad de los infantes en el caso
que se examina, ante la imposibilidad de que las cosas
regresen al estado anterior al fallecimiento de la menor de
edad.

C. Que la Sala responsable no atiende estrictamente a los


presupuestos entablados por los accionantes en su
demanda, ya que la acción que en realidad fue ejercida por
la actora es la de responsabilidad civil objetiva, prevista en
el artículo 1913, del Código Civil para el Distrito Federal, en
relación con el diverso 1916, del mismo ordenamiento; en
cuyos supuestos, basta con acreditar que a quién se le
imputa responsabilidad alguna, efectivamente incurrió en
una de tipo objetiva, prescindiendo de la ilicitud del hecho u
omisión generadores del daño.

D. Así, en el caso en que resulta lesionado el sujeto pasivo u


ofendido por el sujeto activo, tratándose de las actividades
o mecanismos a que se refiere el artículo 1913, del código
sustantivo civil para el Distrito Federal, es decir, de la
responsabilidad objetiva, y esa afectación consiste, como
en el caso sucede, en la pérdida de la conciencia (como de
manera inicial sucedió a la menor fallecida, al momento en
que se encontraba operando el juego mecánico
denominado “**********” y posteriormente se produjo un
desenlace fatal, como lo es la pérdida de la vida, resulta
evidente que los familiares que guardan un parentesco por

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

consanguinidad y no sólo eso, sino que junto con ella


integran una familia y mantienen lazos afectivos en la vida
diaria resienten daño moral, por lo que, en tal supuesto,
será suficiente comprobar la existencia de la lesión como
resultado de la conducta del agente.

E. En cuanto al evento dañoso se generó la presunción, no


contradicha con algún otro elemento probatorio de los que
fueron desahogados en autos, de que la parte demandada
asumió implícitamente el haber producido un daño por
virtud del servicio de entretenimiento y esparcimiento que
proporciona a la sociedad a través del juego mecánico
denominado “**********”, lo cual se pone de manifiesto, toda
vez que derivado del suceso ocurrido a la menor en
“**********” el primero de mayo de dos mil diez, la recurrente
otorgó un pago compensatorio a los padres de ésta, mismo
que consta en el “Deslinde y Acuerdo de
Responsabilidades” de catorce de junio de dos mil diez y,
con ello asumió implícitamente su responsabilidad y el
haber producido un daño con motivo de un mecanismo
peligroso.

F. Que al menoscabarse la integridad física de la menor


fallecida, como consecuencia del incidente ocurrido el
primero de mayo de dos mil diez, en el juego mecánico
conocido como “**********”, debe asumirse que se produjo
daño moral a los menores, quienes al ser hermanos de
**********, hoy fallecida, mantienen con ella un vínculo de
parentesco por consanguinidad.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

G. Respecto al pago compensatorio que ya recibieron los


padres de los menores hermanos de la fallecida, el tribunal
colegiado sostiene que el pago de una indemnización por
daño moral a favor éstos, no implica un doble pago, ya que,
de conformidad con el artículo 1°, de la Constitución
General de la República, y en aras de brindar la protección
más amplia posible a los menores de edad que se
encuentran en estado de vulnerabilidad, dicha
indemnización sería la respuesta necesaria que debe
brindar el Estado Mexicano para cumplir con el mandato
constitucional de proteger esos derechos humanos.

H. Respecto a la regla general que impone la obligación de


comprobar la relación causal entre un ilícito y el daño
moral; el órgano colegiado federal determina que en el
presente caso, opera la teoría de la prueba objetiva del
daño moral, la cual señala, conforme a la doctrina y
jurisprudencia mexicana que para el caso de bienes
intangibles, como lo es la afectación en los sentimientos de
una persona, opera una excepción, en atención a que
resulta difícil o imposible lograr que se acredite esa
afectación directa.

I. En ese sentido, se estima que en el presente asunto es


indudable la socavación en los sentimientos que produce la
muerte de un ser querido, como lo es en el caso, una
hermana mayor, y en consecuencia, el tribunal colegiado
estima que sí existe una relación causal adecuada entre la
muerte de la menor de edad y el daño moral que se produjo
a sus hermanos menores de edad también.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

J. En cuanto a la legitimación para ejercer la acción de


responsabilidad civil objetiva por daño moral, el órgano
colegiado sostiene, que si bien dicha acción no es
transmisible a terceros por actos entre vivos, y que sólo
pasa a los herederos de la víctima cuando hayan intentado
la acción en vida, no se puede excluir de legitimación para
ejercer esta acción a los hermanos de la fallecida, lo cual
encuentra sustento en la interpretación armónica de los
artículos 1913 y 1916, del Código Civil para el Distrito
Federal, junto con los artículos 1° y 4°, de la Constitución
General de la República; al mismo tiempo, invoca la
sentencia de veintitrés de noviembre de dos mil nueve,
emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
en el caso “Radilla Pacheco vs. Estados Unidos
Mexicanos”.

K. El Tribunal invoca los artículo 1° y 4°, de la Constitución


General de la República, haciendo referencia al interés
superior al que responde la necesidad de hacer efectiva la
protección de los derechos humanos de los niños, citando
la Sentencia Radilla Pacheco, en lo que se refiere a la
obligación a cargo del Estado de reparar los daños
ocasionados por la violación a derechos contenidos en la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos, tanto
materiales como inmateriales, como lo es el daño moral.

L. Al respecto, y en lo que se refiere particularmente a la


legitimación para reclamar el pago de una compensación
por concepto de daños inmateriales que se ocasionan
directamente a los familiares de las víctimas o a terceros, el

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

tribunal colegiado invoca el criterio que se fijó en la referida


sentencia Radilla Pacheco, en el sentido de que dicha
compensación por daños inmateriales, puede ser
reclamada fundándose en derecho propio de dichas
víctimas o terceros; y de ahí, establecer quiénes son los
familiares de las víctimas o terceros, que por mantener un
vínculo de ese carácter con ellas, tienen derecho a la
reparación de las consecuencias acaecidas por los hechos
que, en cada caso, se consideren violatorios a la
Convención Americana.

M.En consecuencia, el citado órgano colegiado concluye, que


conforme a las condiciones particulares que se presentan
en el caso, aún y cuando en términos del Código Civil para
el Distrito Federal, la acción sólo podría intentarse por los
herederos de la víctima, y no así por sus familiares, como
es el caso de los hermanos de la menor de edad fallecida,
no se puede pasar por alto que, en la actualidad, la
autoridad judicial está sujeta a preferir la interpretación de
la normativa que sea acorde con los derechos humanos
contenidos en la Constitución General de la República y los
tratados internacionales, incluso a pesar de las
disposiciones en contrario que pudieran existir en cualquier
norma de inferior jerarquía; por lo que, en el presente caso,
el tribunal estimó que se han de proteger integralmente los
derechos humanos de los quejosos menores de edad.

N. En virtud de lo anterior, resuelve que procede conceder el


amparo y protección solicitada, para el efecto de que la
Sala responsable deje insubsistente la sentencia reclamada

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

y sobre las consideraciones expuestas en la ejecutoria,


resuelva con plenitud de jurisdicción lo que en derecho
proceda.

O. Respecto a la excepción hecha valer por la demandada en


el juicio principal, de falta de legitimación de los hermanos
de la menor fallecida para reclamar una indemnización por
daño moral, por no ser herederos de la víctima, el Tribunal
sostiene que por su calidad de hermanos, es claro que en
forma cercana e inmediata sufrieron daño moral, mismo
que les otorga plena legitimación.

P. Son incorrectas las determinaciones de la autoridad


responsable, al intentar adecuar los agravios que la
apelante hizo valer en la sentencia reclamada, al supuesto
de la reparación del daño previsto en el artículo 1915, del
Código Civil para el Distrito Federal, toda vez que en el
presente caso se está ante los supuestos establecidos en
los artículos 1913 y 1916, del referido ordenamiento, en
conexión con los artículos 1°, 4° y 103, de la Constitución
General de la República.

Inconforme con la sentencia anterior, la persona moral


**********, por conducto de sus apoderados generales para pleitos
y cobranzas, ********** y **********, interpuso el recurso de revisión
que ahora se estudia.

SÉPTIMO. Agravios. En el escrito por el cual la empresa


recurrente hizo valer el presente medio de impugnación
manifestó, como agravios de su parte, los argumentos siguientes:

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

I. En el primero de sus agravios, la persona moral recurrente


expone diversos argumentos, los cuales en esencia,
consisten en los siguientes:

a) Que el ámbito protector derivado de las reformas de seis


y diez de junio de dos mil once, respecto de los artículos
1°, 4° y 103, de la Ley Fundamental no tiene el alcance
de complementar, como lo pretende Tribunal Colegiado
de Circuito, la legislación civil en materia de controversias
suscitadas entre particulares por reponsabilidad civil
extracontractual, inclusive, en el caso en que menores de
edad resulten afectados por la conducta de un particular.

b) Que el Tribunal Colegiado de Circuito, erró al equiparar la


acción de reparación del daño moral sufrido por
familiares no herederos, como consecuencia de cierta
responsabilidad civil proveniente de tercero que es un
particular, a categoría de derechos fundamentales, con
base en el análisis que hace de la Convención Americana
sobre los Derechos Humanos y sus interpretaciones de la
sentencia del caso Radilla Pacheco, toda vez que las
decisiones de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, no pueden aplicarse al caso concreto, pues tal
actuar hace nugatoria e ineficaz la protección prevista en
la legislación civil (artículo 1916, del Código Civil para el
Distrito Federal) para el caso de familiares inmediatos de
una víctima que habría perdido la vida y, además, porque
los mecanismos procesales constituidos por los juicios de

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

responsabilidad civil subjetiva y objetiva y la reparación


del daño moral, están constituidos adecuadamente por la
ley previamente establecida para ese tipo de acciones.

c) Que el Tribunal Colegiado de Circuito, al ejercer el control


de convencionalidad como lo hizo y estableciendo la
existencia de una acción a favor de familiares no prevista
en la legislación civil, sino de manera complementaria en
normas internacionales suscritas por el Estado Mexicano,
resuelve sin tomar en consideración la naturaleza de la
controversia suscitada, la ley previamente establecida,
los mecanismos procesales creados con anterioridad a la
resolución del conflicto, así como los derechos
fundamentales que le asisten a la recurrente, aunado, a
que la interpretación que realiza respecto a los artículos
1°, 4° y 103, de la Constitución General de la República
es excesiva y, por las razones expuestas, contraria a los
diversos 14, 16 y 17, de la Ley Fundamental.

II. En el segundo de sus agravios, la persona moral recurrente


expuso los argumentos que a continuación se exponen:

a) El Tribunal Colegiado de Circuito, en la sentencia


recurrida, se pronuncia sobre la legitimación de parientes
consanguíneos integrantes del núcleo familiar de una
víctima, que sufre alguna afectación grave a su integridad
—física en este caso—, para intentar acción civil de
reparación de daño moral, sufrido por responsabilidad
civil extracontractual proveniente de un particular,

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

determinando que gozan de esta prerrogativa por


derecho propio y no como herederos de la víctima,
basando su decisión en las reformas constitucionales
realizadas en junio de dos mil once y en resoluciones
emitidas por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, sin explicar porqué considera que la forma en
que está regulada esta acción en la legislación civil
contraviene los derechos humanos de los menores que,
en su caso, pudieran verse relacionados.

b) Que ni la dignidad ni los derechos de la personalidad de


los menores involucrados en el presente asunto fueron
transgredidos por el hecho de que la Sala haya resuelto
que no se demostró la procedencia de la acción
ejercitada; sin embargo, el Tribunal Colegiado de Circuito,
mediante la interpretación constitucional realizada en la
sentencia recurrida y argumentando salvaguardar el
interés superior del menor, alteró la controversia del juicio
natural, analizándola de la manera más favorable a los
derechos de los menores, supliendo a su favor la
deficiencia de la queja en el amparo y las del
planteamiento natural, no obstante que, al darle a éste un
valor privilegiado lo antepone a los derechos humanos
establecidos constitucionalmente a favor de la tercera
perjudicada, pretendiendo, de forma arbitraria que la
autoridad de segunda instancia dicte sentencia en la que
omita considerar lo previsto en el artículo 1916, del
Código Civil para el Distrito Federal y, en su lugar, aplique
la norma que el órgano jurisdiccional federal creó con el

37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

ejercicio del control de convencionalidad, a efecto de


que se les indemnice a los menores “por haber estado
legitimados para ejercer la acción por su propio derecho”.

c) Que los Magistrados integrantes del Tribunal Colegiado


de Circuito, debieron considerar que, al recibir los
quejosos la cantidad otorgada en el “Deslinde y Acuerdo
de Responsabilidad” por concepto de indemnización,
actuaron en representación de sus menores hijos vivos,
pues este pago cumplía con la función de reparar el daño
causado al núcleo familiar.

III. En el tercero de los agravios formulados por **********,


considera que el Tribunal Colegiado de Circuito, al
realizar una interpretación directa de los artículos 1º, 4º y
103, constitucionales recientemente reformados, y fijar su
alcance concreto, está haciendo una aplicación
retroactiva de esas disposiciones en su perjuicio pues,
refiere, la resolución que se combate afecta derechos
adquiridos y las situaciones procesales y sustantivas
concretas, creadas a su favor como consecuencia del
juicio civil de origen, lo cual contraviene lo previsto en los
artículos 14, 16 y 17, constitucionales.

OCTAVO. Estudio de los agravios planteados en el


presente recurso de revisión en amparo directo. Relatados los
antecedentes del caso y hechas las precisiones que anteceden,
esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
se avoca al análisis de los argumentos expresados en los

38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

agravios, lo cual por cuestión de método se desarrollará en un


orden diverso al planteado por la persona moral recurrente.

En primer término, devienen infundados los agravios primero


y tercero, en lo tocante a los argumentos consistentes en que el
ámbito protector derivado de las reformas de seis y diez de junio
de dos mil once, respecto de los artículos 1°, 4° y 103, de la Ley
Fundamental no tiene el alcance de complementar, como lo
pretende el Tribunal Colegiado de Circuito, la legislación civil en
materia de controversias suscitadas entre particulares por
responsabilidad civil extracontractual, inclusive, en el caso en que
menores de edad resulten afectados por la conducta de un
particular.

Así como que el Tribunal Colegiado de Circuito, al ejercer el


control de convencionalidad como lo hizo y estableciendo la
existencia de una acción a favor de familiares no prevista en la
legislación civil, sino de manera complementaria en normas
internacionales suscritas por el Estado Mexicano, resuelve sin
tomar en consideración la naturaleza de la controversia suscitada,
la ley previamente establecida, los mecanismos procesales
creados con anterioridad a la resolución del conflicto, así como los
derechos fundamentales que le asisten a la recurrente, aunado, a
que la interpretación que realiza respecto a artículos 1°, 4° y 103,
de la Constitución General de la República es excesiva y, por las
razones expuestas, contraria a los diversos 14, 16 y 17, de la Ley
Fundamental.

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

Y que el referido órgano colegiado, al realizar una


interpretación directa de los artículos 1º, 4º y 103, de la
Constitución General de la República, y fijar su alcance concreto,
está haciendo una aplicación retroactiva de esas disposiciones en
su perjuicio pues, refiere, la resolución que se combate afecta
derechos adquiridos y las situaciones procesales y sustantivas
concretas, creadas a su favor como consecuencia del juicio civil
de origen, lo cual contraviene lo previsto en los artículos 14, 16 y
17, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Dichos agravios resultan infundados, en virtud de que


contrario a lo que aduce la persona moral recurrente, el alcance
de las normas de carácter constitucional, más que una función
complementadora de la legislación civil en materia de
controversias suscitadas entre particulares por responsabilidad
civil extracontractual, inclusive, en el caso en que menores de
edad resulten afectados por la conducta de un particular, tienen
un carácter de fijar el sentido y alcance de tales normas
secundarias.

Efectivamente, atendiendo a que la Constitución General de


la República, en el espectro de las normas de fuente interna, es la
Norma Suprema, implica un marco a partir del cual el resto del
sistema jurídico nacional debe adecuarse, en aras de una
regularidad de orden constitucional, pues de modo contrario las
normas secundarias podrían legítimamente ser opuestas a la
Constitución General de la República, implicando la validez de
normas contrarias a la Constitución y generando un vaciamiento

40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

en lo que al principio de supremacía constitucional se refiere el


artículo 133, de la Norma Fundamental.

El artículo 133, de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos, establece lo siguiente:

“Artículo 133.- Esta Constitución, las leyes del


Congreso de la Unión que emanen de ella y todos
los Tratados que estén de acuerdo con la misma,
celebrados y que se celebren por el Presidente de
la República, con aprobación del Senado, serán la
Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada
Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y
tratados, a pesar de las disposiciones en contrario
que pueda haber en las Constituciones o leyes de
los Estados.”

En ese orden de ideas, la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos, se erige como Norma Suprema a
partir de la cual se despliega el alcance, efectos y validez del
resto de normas que integran el orden jurídico, fijando una
regularidad en éste a partir de su adecuación.

Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis Plenaria P. VIII/2007,


consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, tomo XXV, Abril de 2007, página 6, de rubro y texto
siguiente:

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

“SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL Y LEY


SUPREMA DE LA UNIÓN. INTERPRETACIÓN DEL
ARTÍCULO 133 CONSTITUCIONAL. A partir de la
interpretación del precepto citado, si aceptamos
que las Leyes del Congreso de la Unión a las que
aquél se refiere corresponden, no a las leyes
federales sino a aquellas que inciden en todos los
órdenes jurídicos parciales que integran al Estado
Mexicano y cuya emisión deriva de cláusulas
constitucionales que constriñen al legislador para
dictarlas, el principio de "supremacía
constitucional" implícito en el texto del artículo en
cita claramente se traduce en que la Constitución
General de la República, las leyes generales del
Congreso de la Unión y los tratados
internacionales que estén de acuerdo con ella,
constituyen la "Ley Suprema de la Unión", esto es,
conforman un orden jurídico superior, de carácter
nacional, en el cual la Constitución se ubica en la
cúspide y, por debajo de ella los tratados
internacionales y las leyes generales.”

Amparo en revisión 120/2002. **********. 13 de febrero de 2007. Mayoría de


seis votos. Disidentes: José Ramón Cossío Díaz, Margarita Beatriz Luna
Ramos, José Fernando Franco González Salas, José de Jesús Gudiño
Pelayo y Juan N. Silva Meza. Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano.
Secretarios: Andrea Zambrana Castañeda, Rafael Coello Cetina, Malkah
Nobigrot Kleinman y Maura A. Sanabria Martínez.

De igual forma, resulta aplicable la tesis jurisprudencial de


esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
1a./J. 80/2004, visible en el Semanario Judicial de la Federación y

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

su Gaceta, tomo XX, Octubre de 2004, página 264, de rubro y


texto siguientes:

“SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL Y ORDEN


JERÁRQUICO NORMATIVO, PRINCIPIOS DE.
INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 133
CONSTITUCIONAL QUE LOS CONTIENE. En el
mencionado precepto constitucional no se
consagra garantía individual alguna, sino que se
establecen los principios de supremacía
constitucional y jerarquía normativa, por los cuales
la Constitución Federal y las leyes que de ella
emanen, así como los tratados celebrados con
potencias extranjeras, hechos por el presidente de
la República con aprobación del Senado,
constituyen la Ley Suprema de toda la Unión,
debiendo los Jueces de cada Estado arreglarse a
dichos ordenamientos, a pesar de las
disposiciones en contrario que pudiera haber en
las Constituciones o en las leyes locales, pues
independientemente de que conforme a lo
dispuesto en el artículo 40 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, los
Estados que constituyen la República son libres y
soberanos, dicha libertad y soberanía se refiere a
los asuntos concernientes a su régimen interno, en
tanto no se vulnere el Pacto Federal, porque deben
permanecer en unión con la Federación según los
principios de la Ley Fundamental, por lo que

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

deberán sujetar su gobierno, en el ejercicio de sus


funciones, a los mandatos de la Carta Magna, de
manera que si las leyes expedidas por las
Legislaturas de los Estados resultan contrarias a
los preceptos constitucionales, deben predominar
las disposiciones del Código Supremo y no las de
esas leyes ordinarias, aun cuando procedan de
acuerdo con la Constitución Local
correspondiente, pero sin que ello entrañe a favor
de las autoridades que ejercen funciones
materialmente jurisdiccionales, facultades de
control constitucional que les permitan desconocer
las leyes emanadas del Congreso Local
correspondiente, pues el artículo 133
constitucional debe ser interpretado a la luz del
régimen previsto por la propia Carta Magna para
ese efecto.”

Ahora bien, el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del


Primer Circuito, al resolver el amparo directo **********, sostuvo
que a partir de lo establecido en los artículos 1°, 4° y 103, de la
Constitución General de la República, se llega a la convicción de
que existe una lesión a la dignidad humana de los menores de
edad ********** y **********, ambos de apellidos **********, y por tal
motivo la reparación del daño moral debe hacerse justamente a
éstos, a quienes les causa afectación la pérdida de un familiar
cercano, como en la especie sucede, en virtud de la muerte de su
hermana mayor, siendo entonces la reparación moral el
mecanismo jurídico idóneo para preservar la dignidad de los

44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

infantes en el caso que se examina, ante la imposibilidad de que


las cosas regresen al estado anterior al fallecimiento de la menor
de edad.

Como acertadamente señaló el Quinto Tribunal Colegiado


en Materia Civil del Primer Circuito, en al amparo directo
**********, de la interpretación armónica de los artículos 1º, 4º y
103, de la Constitución General de la República se desprende
que, para efecto de la acción de daño moral, ejercida por
menores, es primordial considerar el principio constitucional de
interés superior del menor, así como la dignidad de la persona,
para que el mecanismo jurisdiccional cumpla con su objetivo de
tutela efectiva y eficaz de preservar la dignidad de ellos.

Es precisamente que los artículos 1°, 4°, párrafos octavo,


noveno y décimo, y 103, fracción I, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos prevén lo siguiente:

“Artículo 1°. En los Estados Unidos Mexicanos


todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en
los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para
su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse
ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las
condiciones que esta Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se


interpretarán de conformidad con esta

45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

Constitución y con los tratados internacionales de


la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus


competencias, tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos
humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad. En consecuencia, el Estado deberá
prevenir, investigar, sancionar y reparar las
violaciones a los derechos humanos, en los
términos que establezca la ley.

Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos


Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren
al territorio nacional alcanzarán, por este solo
hecho, su libertad y la protección de las leyes.

Queda prohibida toda discriminación motivada por


origen étnico o nacional, el género, la edad, las
discapacidades, la condición social, las
condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales, el estado civil o cualquier
otra que atente contra la dignidad humana y tenga
por objeto anular o menoscabar los derechos y
libertades de las personas.”

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

“Artículo 4°.- El varón y la mujer son iguales ante la


ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo
de la familia.

En todas las decisiones y actuaciones del Estado


se velará y cumplirá con el principio del interés
superior de la niñez, garantizando de manera plena
sus derechos. Los niños y las niñas tienen derecho
a la satisfacción de sus necesidades de
alimentación, salud, educación y sano
esparcimiento para su desarrollo integral. Este
principio deberá guiar el diseño, ejecución,
seguimiento y evaluación de las políticas públicas
dirigidas a la niñez.

Los ascendientes, tutores y custodios tienen la


obligación de preservar y exigir el cumplimiento de
estos derechos y principios.

El Estado otorgará facilidades a los particulares


para que coadyuven al cumplimiento de los
derechos de la niñez.
…”

“Artículo 103.- Los Tribunales de la Federación


resolverán toda controversia que se suscite

47
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

I. Por normas generales, actos u omisiones de la


autoridad que violen los derechos humanos
reconocidos y las garantías otorgadas para su
protección por esta Constitución, así como por los
tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte;
…”

Como puede apreciarse, de los preceptos constitucionales


antes transcritos se extrae el reconocimiento de los derechos
humanos que establece la propia Norma Suprema, así como de
aquellos que se contienen en los tratados internacionales de los
que el Estado Mexicano es parte, y su garantía jurídica para su
protección; guiándose las normas relativas a los derechos
fundamentales por la interpretación conforme a la misma
Constitución y los referidos instrumentos de fuente internacional,
bajo el principio pro persona.

Además, la obligación de todas las autoridades, para que en


el marco de sus competencias, promuevan, respeten, protejan, y
garanticen tales derechos, conforme a los principios propios de
los derechos humanos de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad, debiendo así las referidas
autoridades prevenir, sancionar y reparar las violaciones a tal
categoría de entidad superior que constituyen los derechos
humanos.

De especial importancia es el último párrafo, que prohíbe


cualquier forma de discriminación, entre las que se encuentra la

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

relativa a la edad y que tenga por objeto anular o menoscabar los


derechos y libertades de las personas; el cual implica en el tema
relativo a los menores de edad, el punto de contacto para
interpretar armónicamente el artículo 4°, en sus párrafos octavo,
noveno y décimo, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.

Así, el citado numeral 4°, de la Constitución General de la


República, en la última parte del párrafo primero, prevé la
protección a la organización y desarrollo de la familia, y en sus
párrafos octavo, noveno y décimo, lo relativo a la atención
especial que constitucionalmente se reconoce para la infancia,
señalándose expresamente el principio del interés superior del
menor, a partir del cual las decisiones y actuaciones de los entes
del Estado deberán orientarse en aras de velar y cumplir con él.

Además; el artículo 4°, de la Constitución Federal, reconoce


el derecho de los niños y niñas, a la satisfacción de sus
necesidades de alimentación, salud, educación y sano
esparcimiento para su desarrollo integral.

Finalmente, el artículo 103, de la Norma Suprema, en su


fracción I, establece como base del juicio de amparo, su
procedencia por normas generales, actos u omisiones de la
autoridad que violen los derechos humanos reconocidos y las
garantías otorgadas para su protección tanto en la Constitución,
como en los tratados internacionales de los cuales sea parte el
Estado Mexicano.

49
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

Sirven de apoyo a lo anterior, las tesis aisladas de esta


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, 1a.
CXXII/2012 (10a.) y 1a. XV/2011, consultables en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, libro IX, junio de 2012,
tomo 1, página 260 y libro XXXIII, febrero de 2011, página 616,
respectivamente, de los rubros y textos siguientes:

“INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU FUNCIÓN


NORMATIVA COMO PRINCIPIO JURÍDICO
PROTECTOR. La función del interés superior del
menor como principio jurídico protector, es
constituirse en una obligación para las autoridades
estatales y con ello asegurar la efectividad de los
derechos subjetivos de los menores, es decir,
implica una prescripción de carácter imperativo,
cuyo contenido es la satisfacción de todos los
derechos del menor para potencializar el
paradigma de la "protección integral". Ahora bien,
desde esta dimensión, el interés superior del
menor, enfocado al deber estatal, se actualiza
cuando en la normativa jurídica se reconocen
expresamente el cúmulo de derechos y se dispone
el mandato de efectivizarlos, y actualizado el
supuesto jurídico para alcanzar la función de aquel
principio, surge una serie de deberes que las
autoridades estatales tienen que atender, entre los
cuales se encuentra analizar, caso por caso, si ante
situaciones conflictivas donde existan otros
intereses de terceros que no tienen el rango de

50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

derechos deben privilegiarse determinados


derechos de los menores o cuando en el caso se
traten de contraponer éstos contra los de otras
personas; el alcance del interés superior del menor
deberá fijarse según las circunstancias particulares
del caso y no podrá implicar la exclusión de los
derechos de terceros. En este mismo sentido,
dicha dimensión conlleva el reconocimiento de un
"núcleo duro de derechos", esto es, aquellos
derechos que no admiten restricción alguna y, por
tanto, constituyen un límite infranqueable que
alcanza, particularmente, al legislador; dentro de
éstos se ubican el derecho a la vida, a la
nacionalidad y a la identidad, a la libertad de
pensamiento y de conciencia, a la salud, a la
educación, a un nivel de vida adecuado, a realizar
actividades propias de la edad (recreativas,
culturales, etcétera) y a las garantías del derecho
penal y procesal penal; además, el interés superior
del menor como principio garantista, también
implica la obligación de priorizar las políticas
públicas destinadas a garantizar el "núcleo duro"
de los derechos.”

Amparo directo en revisión 69/2012. 18 de abril de 2012. Cinco votos.


Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Teresita del Niño Jesús Lúcia
Segovia.

“INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO. FUNCIÓN EN EL


ÁMBITO JURISDICCIONAL. En el ámbito
jurisdiccional, el interés superior del niño es un

51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

principio orientador de la actividad interpretativa


relacionada con cualquier norma jurídica que tenga
que aplicarse a un niño en un caso concreto o que
pueda afectar los intereses de algún menor. Este
principio ordena la realización de una
interpretación sistemática que, para darle sentido a
la norma en cuestión, tome en cuenta los deberes
de protección de los menores y los derechos
especiales de éstos previstos en la Constitución,
tratados internacionales y leyes de protección de la
niñez. Cuando se trata de medidas legislativas o
administrativas que afecten derechos de los
menores, el interés superior del niño demanda de
los órganos jurisdiccionales la realización de un
escrutinio mucho más estricto en relación con la
necesidad y proporcionalidad de la medida en
cuestión.”

Amparo directo en revisión 1187/2010. 1o. de septiembre de 2010. Cinco


votos. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretarios: Ana María Ibarra
Olguín y Javier Mijangos y González.

En ese orden de ideas, como lo sostuvo el Quinto Tribunal


Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en la sentencia
recurrida, específicamente a fojas 74 y 75, es incuestionable que
el esquema actual de los derechos humanos contenidos en la
Constitución General de la República, orienta al grado de generar
convencimiento de que ante la afectación a la dignidad humana
de menores de edad exige tener un efecto de garantía
jurisdiccional y tutela de los derechos, que la reparación del daño
moral deba hacerse, a quienes causa afectación la pérdida de un

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

familiar cercano. De tal forma que la reparación moral es el


mecanismo jurídicamente eficaz para preservar la dignidad de los
menores ante la imposibilidad de que las cosas regresen al
estado en que se encontraban anteriormente.

Conforme a lo anterior, devienen infundados los agravios


primero y tercero, pues contrario a lo que la persona moral
recurrente sostiene, el ámbito protector de los derechos humanos
contenidos en la Constitución Federal, específicamente en sus
artículos 1°, 4° y 103, tienen un alcance superior al de la
legislación civil en materia de controversias suscitadas entre
particulares por responsabilidad civil extracontractual, que más
que complementar fungen como un marco supremo, a partir del
cual las normas de carácter secundario u ordinario deben
apegarse en aras de su regularidad constitucional.

Asimismo, tratándose de menores de edad que pueden


resultar afectados, los preceptos constitucionales antes referidos,
despliegan una protección especial sobre la infancia, para que en
el ámbito jurisdiccional, la actividad interpretativa relacionada con
cualquier norma jurídica que tenga que aplicarse a un niño en un
caso concreto o que pueda afectar los intereses de algún menor,
sea de carácter sistemática, tomando en cuenta los deberes de
protección de los menores y los derechos especiales de éstos
previstos en la Constitución, tratados internacionales y leyes de
protección de la niñez, imponiendo así un escrutinio más estricto
en relación con la necesidad y proporcionalidad de la norma con
la finalidad de la protección a los menores.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

Además, contrario a lo que manifiesta la recurrente, la


aplicación e interpretación de los artículos 1°, 4° y 103, de la
Constitución General de la República, en modo alguno puede
implicar una cuestión retroactiva en relación con derechos
adquiridos y las situaciones procesales y sustantivas concretas
como lo sostiene la persona moral, pues al momento en el que el
órgano colegiado tuvo conocimiento y emitió la resolución
correspondiente al amparo directo **********, los preceptos
constitucionales se encontraban en vigor, conforme a los
transitorios correspondientes.

En el caso, cabe recordar que el artículo 103, de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, fue
reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación de seis de junio de dos mil once, previéndose en el
artículo primero transitorio de la misma, que tal decreto entraría
en vigor a los ciento veinte días de su publicación; esto es,
adquirió su vigencia el día cuatro de octubre de dos mil once.

Por otra parte, el artículo 1°, de la Constitución General de la


República, se adicionó y reformó mediante decreto publicado en
el Diario Oficial de la Federación de diez de junio de dos mil once,
entrando en vigor, de conformidad con el artículo primero
transitorio de la misma, al día siguiente; es decir, el día once de
junio de dos mil once.

En ese sentido, si el Tribunal Colegiado de Circuito emitió la


sentencia ahora recurrida el ocho de marzo de dos mil doce, es
claro que tales disposiciones de la Norma Suprema se

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

encontraban en vigor y resultaban aplicables al caso, pues de


modo contrario hubiera provocado una aplicación ulterior en
perjuicio de los menores, incumpliendo así la obligación que se
desprende del artículo 4°, de la Constitución Federal, antes
precisada. De ahí que, resulte infundado el agravio de la persona
moral recurrente en lo que a la retroactividad de las normas
constitucionales se refiere.

Por otra parte, también deviene infundado el primer agravio


expresado por la persona moral recurrente, en cuanto a que el
Tribunal Colegiado de Circuito, al ejercer un control de
convencionalidad como lo hizo y establecer la existencia de una
acción a favor de familiares no prevista en la legislación civil, sino
de manera complementaria en normas internacionales suscritas
por el Estado Mexicano, resuelve sin tomar en consideración la
naturaleza de la controversia suscitada, la ley previamente
establecida, los mecanismos procesales creados con anterioridad
a la resolución del conflicto, así como los derechos fundamentales
que le asisten a la recurrente.

Resulta infundado el primer agravio en lo que se refiere al


control de convencionalidad que aduce la recurrente, en virtud de
que contrario a lo que expresa, el Quinto Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, en la resolución de ocho de
marzo de dos mil doce, en el amparo directo civil **********, en
ningún momento realiza un control de convencionalidad, pues
como puede apreciarse de la misma, si bien hace referencia a
diversas normas provenientes de tratados internacionales de los
que el Estado Mexicano es parte, así como a fallos de la Corte

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

Interamericana de Derechos Humanos en contra de México y de


otros Estados sujetos a su jurisdicción, lo cierto es que ello lo
hace el órgano colegiado como sustento de su resolución, más no
como control de la Convención Americana Sobre Derechos
Humanos u otros instrumentos internacionales, pues en ninguna
parte de tal sentencia se aprecia que expresamente haya
establecido que algún precepto o actuación es contrario los
elementos referidos de fuente internacional.

Por el contrario, el propio órgano colegiado a fojas 149 y 179


de la referida resolución recurrida, sostiene que de las normas de
fuente internacional que cita se puede apreciar la manera que han
quedado incorporadas al derecho nacional, por tratarse de
peticionarios de amparo que no han alcanzado la mayoría de
edad y que por tanto son niños conforme al artículo 1°, de la
Convención Sobre los Derechos del Niño; encontrando el
derechos nacional su mejor complemento en las normas de
derecho internacional de las que también participó,
comprometiéndose a su aplicación, en función de la protección y
resarcimiento de los derechos humanos; así como que, lo resuelto
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los casos
indicados es ilustrativo del trabajo interpretativo, argumentativo e
integrador para efectos de la indemnización o pago de daños en
lo que atañe a las personas legitimadas para reclamarlos.

De ahí que los agravios primero y tercero expresados por la


persona moral recurrente, en los temas antes analizados,
devengan infundados.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

Por otra parte, también deviene infundado el segundo de los


agravios formulados, en lo que corresponde al argumento relativo
a que los Magistrados integrantes del Quinto Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Primer Circuito, en la sentencia dictada en el
amparo directo **********, debieron considerar que los quejosos, al
recibir la cantidad otorgada en el documento de “Deslinde y
Acuerdo de Responsabilidad” por concepto de indemnización,
actuaron en representación de sus menores hijos ********** y
**********, ambos de apellidos **********, pues tal pago cumplía la
función de reparar el daño causado al núcleo familiar.

Planteamiento que si bien en principio involucra una


cuestión propia de legalidad, como lo es el análisis y valoración
del referido documento, lo cierto es que la persona moral
recurrente, en su formulación involucra un tema de
constitucionalidad propio de la procedencia de esta vía en amparo
en revisión, al hacerlo depender del efecto que el órgano
colegiado, imprimió en la concesión de amparo a partir de una
interpretación constitucional que ahora se recurre; esto es, el
argumento relativo a que el Tribunal Colegiado de Circuito, debió
considerar que los quejosos, al recibir la cantidad otorgada en el
“Deslinde y Acuerdo de Responsabilidad” por concepto de
indemnización, actuaron en representación de sus menores hijos
**********y **********, ambos de apellidos **********, y por tanto ya
se había actualizado la función de reparar el daño causado al
núcleo familiar. Lo que expresa en aras de poner de manifiesto lo
inviable que estima resultaba realizar la interpretación
constitucional de la que ahora se duele.

57
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

Planteamiento que resulta infundado en atención a que del


contenido del referido “Deslinde y Acuerdo de Responsabilidad”,
mismo que obra transcrito en la presente resolución a fojas 19 a
21, y del cual se advierte que, si bien tiene un ánimo liberatorio
para la persona moral recurrente, éste no establece de manera
expresa que se deslinde a la persona moral, en relación al daño
moral que pudiera derivar de la responsabilidad por los hechos
ocurridos el día primero de mayo de dos mil diez; asimismo, de tal
documento no se aprecia que abarque de manera absoluta al
núcleo familiar, pues únicamente es suscrito por ********** y
**********, como padres de la finada **********, más no fue suscrito
por ellos a nombre de los diversos hijos menores de nombres
********** y **********, también de apellidos **********; lo cual pone
de relieve que en dicho acuerdo no se parte de la base de que
existe la presunción de un núcleo de personas que sufre de un
daño de naturaleza moral, derivado del fallecimiento de la citada
menor; sino únicamente del pretendido efecto liberatorio en lo que
conlleva el daño directo a la menor, sin que pueda dársele un
efecto expansivo a todo tipo de daño generado y a todo
involucrado que no forme parte del acuerdo de deslinde de
responsabilidad.

En ese orden de ideas, se estima infundado el agravio


formulado por **********.

Finalmente, esta Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, estima parcialmente fundado el agravio
segundo, en cuanto a que refiere la persona moral recurrente, que
el Tribunal Colegiado de Circuito en la sentencia recurrida, se

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

pronunció sobre la legitimación de parientes consanguíneos


integrantes del núcleo familiar de una víctima, para ejercer la
acción civil de reparación de daño moral, sufrido por
responsabilidad civil extracontractual proveniente de un particular,
determinando que gozan de esta prerrogativa por derecho propio
y no como herederos de la víctima, basando su decisión en las
reformas constitucionales realizadas en junio de dos mil once y en
resoluciones emitidas por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, sin explicar por qué considera que la forma en que está
regulada esta acción en la legislación civil contraría los derechos
humanos de los menores que, en su caso, pudieran verse
relacionados.

Así como que el órgano colegiado mediante la interpretación


constitucional plasmada en la sentencia recurrida y argumentando
salvaguardar el interés superior del menor, alteró la controversia
del juicio natural, analizándola de la manera más favorable a los
derechos de los menores, supliendo a su favor la deficiencia de la
queja en el amparo y las del planteamiento natural, no obstante
que, al darle a éste un valor privilegiado lo antepone a los
derechos humanos establecidos constitucionalmente a favor de la
propia recurrente, pretendiendo, de forma arbitraria que la
autoridad de segunda instancia dicte sentencia en la que omita
considerar lo previsto en el artículo 1916, del Código Civil para el
Distrito Federal y, en su lugar, aplique la norma que el órgano
jurisdiccional federal creó con el ejercicio del control de
convencionalidad, a efecto de que se les indemnice a los
menores “por haber estado legitimados para ejercer la acción por
su propio derecho”.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

Como puede apreciarse de los argumentos vertidos por la


persona moral recurrente en su escrito de expresión de agravios,
estos se centran en la determinación del Quinto Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el
amparo directo **********, en la que a partir de una
interpretación directa de la Norma Fundamental,
específicamente de sus artículos 1°, 4° y 103, así como de
diversas determinaciones de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, en las que el Estado Mexicano fue parte
y de otros relativos a diversos Estados miembros del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos, determina en esencia,
que los quejosos menores de edad ********** y **********,
ambos de apellidos **********, tienen plena legitimación para
ejercer la acción de daño moral en contra de la ahora
recurrente.

Conforme a lo anterior, se aprecia que la persona moral


recurrente se duele de las razones del Quinto Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Primer Circuito, en la sentencia del amparo
directo **********, que integran el considerando quinto,
específicamente a fojas 101, 121 y 122, así como 133 a 135, que
a continuación se transcriben:

“Por tanto, al menoscabarse la integridad física de


la menor fallecida, ´con motivo del daño que nuestra
hija **********, sufrió como consecuencia del incidente
ocurrido el pasado 1° de mayo de 2010 en la atracción
conocida como **********´, como se lee del

60
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

documento presentado por la parte demandada


como prueba, debe asumirse que se produjo un
daño moral a los menores, quienes al ser
hermanos de la menor fallecida mantienen con ella
un vínculo de parentesco por consanguineidad,
conforme al primer párrafo del artículo 293 del
Código Civil para el Distrito Federal, que establece
el parentesco por consanguinidad con el vínculo
entre personas que descienden de un tronco
común y, por tanto, integraban junto con la menor
fallecida una familia y, por ende, es claro que en
forma cercana e inmediata, en su calidad de
hermanos, sufrieron daño moral, lo que les otorga
plena legitimación.

Asimismo, conforme al artículo 1916 citado, se


produce, por efecto de ese hecho, el daño
personal, consistente en el dolo provocado por las
relaciones afectivas que se mantenían con la
fallecida y el hecho de que posteriormente deba
superarse su ausencia, lo que se ve acompañado
generalmente con sentimientos de tristeza,
depresión y otras afecciones que principalmente
inciden en los sentimientos de una persona que
debe soportar la muerte de un familiar cercano,
como es una hermana mayor. Ese bien jurídico se
encuentra tutelado en el citado numeral, en tanto la
afectación en los sentimientos de las personas que
sufren el daño moral se ve producido con un

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

pretium doloris, es decir, el evento indirecto sufrido


a consecuencia de un daño, pues el atentado a la
integridad física y posteriormente la pérdida de la
vida produce un indudable daño moral. En tal caso
del indicado pretium doloris proviene de un evento
que finalmente causó la muerte, sólo basta
acreditar este hecho, ya que existe una presunción
legal en caso de la ilegitimidad de vulneración
(artículo 1916, primer párrafo, in fine, del Código
Civil para el Distrito Federal). --- Esto es así, dado
el contenido del artículo 1916 del Código Civil para
el Distrito Federal, que contiene la teoría de la
prueba objetiva del daño moral establecida por la
doctrina y la jurisprudencia mexicanas, mediante la
cual se exige la acreditación directa de los daños;
dicha modalidad de comprobación constituye una
excepción a la regla general, que impone la
comprobación de la relación causal entre el ilícito y
el daño moral, aplicable sólo a los bienes que son
de carácter intangible como lo es la afectación en
los sentimientos de una persona, en atención a que
la prueba directa de su afectación es difícil o
imposible de lograrse a demás de que resulta
evidente o indiscutible que ciertos actos
menoscaban esos valores como una consecuencia
natural de las cosas, según lo enseñan las
máximas de la experiencia y la aplicación de las
reglas de la lógica, pues razonablemente nadie
duda de la perturbación y socavación de los

62
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

sentimientos que produce normalmente la muerte


de un ser querido como lo es, en este caso, un
hermano mayor con el que se conformaba el
núcleo familiar y obviamente se mantenían
relaciones afectivas en la vida diaria. La teoría en
comento tiene su fundamento en el principio
otológico de prueba, según el cual, lo ordinario se
presume, en tanto que lo extraordinario es materia
de prueba. --- En ese tenor, con base en la teoría
descrita, se estima que existe una relación de
causalidad adecuada entre la muerte producida en
la persona menor ********** (respecto a la cual la
parte demandada además asumió implícitamente
su responsabilidad) y el daño moral que se produjo
a los menores de edad hermanos de la también
menor de edad fallecida.

Los indicados menores solicitan judicialmente el


pago de una cantidad determinada por concepto de
daño moral, el cual conforme a lo asentado en esta
sentencia de amparo directo se presume
ocasionado. --- Si bien la acción de responsabilidad
civil objetiva por daño moral no es transmisible a
terceros por actos entre vivos y solo pasa a los
herederos de la víctima cuando ésta haya intentado
la acción en vida, es incontrovertible que de esa
limitación de posibles legitimados para instaurar el
pago de daños no pueden excluirse a los hermanos
fallecidos, en virtud de las razones que a

63
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

continuación se exponen. --- La deficiente


redacción del indicado tercer párrafo solamente
alude a dos supuestos que no acontecen en el
caso: a) La intransmisibilidad de la acción de
responsabilidad a terceros por actos entre vivos. ---
b) El derecho de la víctima cuando ésta haya
intentado la acción en vida. --- De lo anterior se
desprende la necesidad de interpretar
armónicamente el contenido de los artículos 1913 y
1916, acorde con los principios constitucionales 1°,
4° y 103 de la Constitución, para llegar a la
convicción de que los menores de edad
multicitados son afectados directos, de tal forma
que al instaurar la acción inicial, efectivamente
cuentan con la legitimidad necesaria en la acción
de responsabilidad civil objetiva en su modalidad
de reparación del daño moral. --- Además, en el
caso existen razones jurídicas de importancia para
establecer el derecho que tienen los indicados
menores a lo que en el presente asunto es una
forma de reparación del daño sufrido, de acuerdo
con la situación de vulnerabilidad de dichos
quejosos, a través de la regulación constitucional
actual, en la forma y términos que han quedado
narrados en este asunto. --- Del citado artículo 1°
constitucional puede determinarse el marco dentro
del que debe realizarse el control de
convencionalidad ex-officio en materia de derechos
humanos a cargo del poder judicial, adecuado al

64
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

modelo de control constitucionalidad existente. Es


decir, es el propio constituyente reformador el que
ha establecido el respeto irrestricto de los
derechos humanos en el plano nacional. En lo
particular, el artículo 4° constitucional al que se ha
hecho referencia, establece la obligación del
Estado que debe asumir en todas las decisiones y
actuaciones, en cuanto al respeto al interés
superior de la niñez, a través de la garantía plena
de sus derechos. --- Este proceder arroja
importantes resultados benéficos para el ser
humano, en especial cuando se encuentra en la
etapa de vida de la minoría de edad, lo que ayuda a
cumplir con los fines de ese “proceso de
humanización”, a que se refirió el legislador
constituyente. --- El principio pro homine,
incorporado a la Norma Fundamental de este país,
es un criterio hermenéutico que coincide con el
rasgo fundamental de los derechos humanos, por
virtud del cual debe estarse siempre a favor del
hombre e implica que debe acudirse a la norma
más amplia o la interpretación extensiva cuando se
trata de derechos protegidos y, por el contrario, a
la norma o a la interpretación más restringida,
cuando se trata de establecer límites a su
ejercicio.”

Como puede advertirse de la lectura de las consideraciones


antes transcritas, el Tribunal Colegiado de Circuito en la sentencia

65
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

ahora recurrida, a partir de la interpretación constitucional que


realiza de los artículos 1°, 4° y 103, reconoce legitimidad a los
menores, hermanos de la fallecida **********, pues considera que
es indudable que se les produjo un daño moral con motivo de los
trágicos hechos ocurridos el día primero de mayo de dos mil diez,
en la “**********”, pues la pérdida de la citada menor genera una
afectación en los derechos de la personalidad de los ahora
quejosos, y si bien hace referencia al párrafo primero del artículo
1916, del Código Civil para el Distrito Federal —que prevé la
procedencia de la acción de responsabilidad por daño moral
cuando una persona sufra una afectación en sus sentimientos,
afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada,
configuración y aspectos físicos, o bien la consideración que de sí
misma tienen los demás—, el referido órgano jurisdiccional se
remite al párrafo tercero de tal numeral, y sostiene que si bien la
acción de responsabilidad civil objetiva por daño moral no es
transmisible a terceros por actos entre vivos y sólo pasa a los
herederos de la víctima cuando ésta haya intentado la acción en
vida, resulta incontrovertible que tal limitación no puede ser
aplicable a los hermanos de la fallecida, en razón de la imperiosa
necesidad de interpretar los artículos 1913 y 1916 de modo
armónico con los principios constitucionales de los artículos 1°, 4°
y 103, de la Norma Fundamental.

Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, estima que le asiste parcialmente la razón a la persona
moral recurrente, pues se advierte que a partir de la interpretación
constitucional que realizó el Quinto Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Primer Circuito, en la sentencia recurrida, éste alteró la

66
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

controversia del juicio natural, modificando el planteamiento


natural de la demanda de indemnización por daño moral.

Cabe precisar, que si bien aparentemente el estudio de la


acción y pretensión hecho valer por la parte actora en el juicio
natural y su apreciación por la autoridad responsable o por el
Tribunal Colegiado de Circuito en amparo directo, para efecto de
establecer si se alteraron los planteamientos originales, pudiera
parecer un tema de estricta legalidad, respecto del cual es
improcedente la instancia excepcional que implica la revisión en
amparo directo, también es cierto, que en ocasiones, como lo es
el presente caso, tal alteración de los planteamientos originales
derivó precisamente de la interpretación directa que el órgano
colegiado realizó de los artículos 1°, 4° y 103, de la Constitución
General de la República; de ahí que si la consecuencia a que
arribó a la postre del ejercicio hermenéutico fue que los menores
********** y **********, ambos de apellidos **********, se encuentran
legitimados para demandar de la ahora recurrente la
indemnización por daño moral, a título de herederos de su
hermana difunta **********, corresponde a esta Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, analizar tal aspecto;
pues de modo contrario se estaría validando una consecuencia
errónea, por estimar inoperante la instancia que implica el amparo
directo en revisión, aun cuando la interpretación directa de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es
correcta, aunque su consecuencia no lo sea.

En ese orden de ideas, cabe precisar que, como quedó


asentado en el considerando cuarto de la presente resolución,

67
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

relativo a los antecedentes que informan al presente recurso de


revisión en amparo directo, los padres de la menor fallecida,
********* y *********, demandaron a la hoy recurrente, por su propio
derecho y en representación de sus hijos menores ********** y
**********, ambos de apellidos **********, en la vía ordinaria civil,
las prestaciones consistentes en la cantidad de **********, por
concepto de indemnización por daño moral, derivado de los
múltiples trastornos emocionales ocasionados por el fallecimiento
de la menor **********; la publicación de un extracto de la
sentencia respectiva en tres períodicos de mayor circulacion en el
Distrito Federal, y difusión en los canales de televisión 2, 7, 9 y
13, así como los gastos y costas originados con motivo de la
tramitación del juicio.

De lo anterior se advierte claramente que la acción intentada


por los actores, lo fue la de indeminización por daño moral; pero
en el caso, hay un punto en el que se debe delimitar la afectación
que sustenta la acción que se ejerce.

Pues como consecuencia de la interpretación directa de los


artículos 1°, 4° y 103, de la Constitución General de la República,
el Tribunal Colegiado de Circuito, determina que cuentan con
legitimación plena los menores de edad, ********** y **********,
ambos de apellidos **********, al acudir a juicio a título de
herederos de su finada hermana **********.

Lo anterior, se considera inexacto por esta Primera Sala de


la Suprema Corte de Justicia de la Nación, toda vez que es un
yerro estimar que un determinado hecho con consecuencias

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

jurídicas únicamente puede provocar una afectación,


desestimando las otras que de manera tangencial puede producir,
como lo es estimar que la única víctima de los trágicos hechos
ocurridos el primero de mayo de dos mil diez, fue la fallecida
menor **********, y el único bien afectado fue su vida.

En ese sentido, en el caso particular, si bien con motivo de


los hechos ocurridos el día primero de mayo de dos mil diez, en el
juego mecánico denominado “**********” fue víctima directa la
menor **********, pues sufrió afectaciones en su integridad física,
que a la postre provocaron que el día veintisiete de dicho mes y
año perdiera la vida, ésta no es la única víctima, ni la única
afectación a derechos que se produce y que pueden provocar la
generación de un daño moral, pues como se advierte de las
constancias que integran al presente asunto, los actores en el
juicio natural no reclamaron el daño provocado directamente a la
menor **********, sino una lesión propia a ellos, en su integridad
psíquica, pues la ausencia de una integrante de la estructura
familiar, ha provocado en cada uno de ellos múltiples trastornos
emocionales; esto es, de manera individual en cada miembro del
núcleo familiar.

El precisar en un caso como el que ahora se analiza, el


motivo generador del daño moral que se reclama, es de especial
relevancia, pues ello lleva a distinguir si quien ejerce la acción
respectiva es también víctima por la afectacción en lo que
respecta a sus derechos y persona, y por lo tanto lo hace a título
propio, o si bien, su reclamo recae en el daño provocado a una
tercera persona a nombre de quien lo reclama a título de

69
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

heredero; todo lo cual, a la postre lleva a definir la legitimación de


quien demanda.

La distinción de la afectación y el sujeto que la reciente, para


efectos de delimitar la acción que se ejerce y consecuentemente
legitimación de quien acude a juicio en aras de la reparación de
un daño de naturaleza moral, ha sido materia de pronunciamiento
por esta Primera Sala, al resolver en sesión de ocho de
noviembre de dos mil seis, la contradicción de tesis 94/2006-PS,
en cuyas consideraciones se analizó el artículo 1849, del Código
Civil para el Estado de Veracruz, y que por la estrecha relación
con el tema que ahora presenta el recurso de revisión que se
estudia, se transcriben:

“En efecto, en primer lugar, y sea que se acuerde


en favor de la víctima o en favor de su familia en
caso de muerte, la indemnización prevista en el
artículo 1849 se dirige siempre a la cobertura de un
daño moral, pero al daño moral experimentado por
distintos sujetos en cada uno de los casos. Cuando
a la víctima de un hecho ilícito se le reconoce el
derecho a ser indemnizada tanto por los daños en
su patrimonio como por daños morales, se está
reconociendo que, más allá de las pérdidas
materiales, la comisión del acto ilícito le reporta
consecuencias psíquicas negativas, sometiéndola
a un sufrimiento que de algún modo puede ser
traducido por el juez a un equivalente económico
—la reparación por concepto de daño moral—. El

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

daño moral puede ser independiente del daño


corporal o material experimentado por la persona a
consecuencia del acto ilícito, o puede ser
consecuencia precisamente de este tipo de daño.

El daño moral experimentado por la víctima es, por


lo tanto, un perjuicio intrínsecamente ligado a su
experiencia personal que sólo puede ser reclamado
por ella, aunque, si una vez la indemnización ha
sido judicialmente reconocida, la persona muere, la
misma formará parte natural de la herencia, pues
según el artículo 1214 del Código Civil para el
Estado de Veracruz, la ‘herencia es la sucesión en
todos los bienes del difunto y en todos sus derechos y
obligaciones que no se extinguen por la muerte’. El
albacea velará por la preservación y el destino de
estos recursos como parte integrante del
patrimonio del de cujus que, según el artículo 1639
del mismo cuerpo legal, debe administrar y
representar .

Cuando la víctima de un acto ilícito muere, el daño


moral que la norma estudiada se orienta a cubrir
es, por el contrario, el experimentado por su
familia, no el experimentado por la víctima. El
derecho reconoce en este caso la perturbación
espiritual que la muerte de una persona provoca en
sus allegados —aunque los códigos civiles por
regla general no atribuyen el derecho a reclamar

71
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

indemnización por este tipo de afectación a


cualquier persona que de hecho la experimente,
sino que típicamente lo limita al círculo de su
familia, como sucede en el caso del artículo cuya
interpretación nos ocupa—.

En esta hipótesis, el daño moral no está destinado


a convertirse en una indemnización que forme
parte de los bienes de la víctima; en ningún
momento entra a formar parte del patrimonio de la
víctima porque quienes tienen derecho a
reivindicarlo judicialmente son precisamente
algunas de las personas que resienten las
consecuencias no materiales de su muerte. Afirmar
que la indemnización a que se refiere el artículo
1849 de la legislación civil del Estado de Veracruz
debe ser exigida por el albacea de la herencia de la
víctima, y no directamente por su familia,
contradice centralmente esta correspondencia
estructural básica entre el sujeto que puede
reclamar la indemnización y la causa por la cual el
ordenamiento la concede.”

De la referida resolución de la contradicción de tesis


94/2006-PS, derivó la jurisprudencia de la Novena Época, 1a./J.
106/2006, consultable en el Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, XXV, Febrero de 2007, página 549, que por la
razones que contiene e identidad con los supuestos normativos

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

que prevé el artículo 1916, del Código Civil para el Distrito


Federal, apoya a la presente. Cuyo rubro y texto es el siguiente:

“RESPONSABILIDAD POR DAÑO MORAL.


CUANDO LA VÍCTIMA DE UN ACTO ILÍCITO
FALLECE, SU FAMILIA TIENE LEGITIMACIÓN
ACTIVA PARA RECLAMAR EL PAGO DE LA
INDEMNIZACIÓN RELATIVA, NO ASÍ SUS
HEREDEROS POR MEDIO DEL ALBACEA DE LA
SUCESIÓN (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO
1849 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE
VERACRUZ). La indemnización prevista en el
artículo 1849 del Código Civil para el Estado de
Veracruz se dirige a la cobertura del daño moral
experimentado por dos categorías distintas de
sujetos. Así, cuando a la víctima de un hecho ilícito
se le otorga el derecho a ser indemnizada tanto por
daños en su patrimonio como por daños morales,
se está reconociendo que más allá de las pérdidas
materiales, la comisión del acto ilícito le reporta
consecuencias psíquicas negativas, sometiéndola
a un sufrimiento que de algún modo puede ser
traducido por el Juez a un equivalente económico
-la reparación por concepto de daño moral-. Se
trata de un daño intrínsecamente ligado a su
experiencia personal que sólo puede ser reclamado
por ella. Sin embargo, cuando la víctima del acto
ilícito muere, el artículo 1849 prevé la cobertura del
daño moral experimentado por su familia a raíz del

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

suceso, no el experimentado por la víctima y son


los miembros de aquélla, en consecuencia, quienes
pueden reclamar esa indemnización. En esta
hipótesis, el daño moral no está destinado a
convertirse en una indemnización que forme parte
de los bienes de la víctima; en ningún momento
entra a formar parte del patrimonio de ésta porque
no se relaciona con daño alguno experimentado
por ella, sino con las consecuencias no materiales
que su muerte representa para su familia, que es
quien tiene el derecho a reivindicarlas
judicialmente. No procede, por lo tanto, sostener
que la indemnización por daño moral prevista en el
artículo 1849 del Código Civil de Veracruz debe ser
exigida por el albacea de la herencia de la víctima,
y no directamente por la familia, sin que sea óbice
a ello la supuesta indeterminación de este último
concepto, pues el juzgador goza de criterios
legales que le permiten determinar quiénes son sus
integrantes relevantes en cada caso concreto.”

Del mismo modo, apoya a la presente resolución, la tesis


aislada que tuvo lugar con motivo de la sentencia dictada por esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al
determinar el criterio imperante en la citada contradicción de tesis
94/2006-PS, con número: 1a. CLXXXVIII/2006, visible en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XXV,
Febrero de 2007, página 665, del contenido siguiente:

74
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

“RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA DE LA


COMISIÓN DE UN ACTO ILÍCITO. TIPOS DE DAÑO
CUYA REPARACIÓN PREVÉ LA LEY
(INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 1849 DEL
CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE VERACRUZ). El
artículo 1849 del Código Civil para el Estado de
Veracruz se refiere a los varios tipos de daño por
los cuales una persona que ha cometido un acto
ilícito debe responder ante la justicia civil. Según
este precepto, "independientemente de los daños y
perjuicios, el Juez puede acordar en favor de la
víctima de un hecho ilícito, o de su familia, si
aquélla muere, una indemnización equitativa, a
título de reparación moral, que pagará el
responsable del hecho", indemnización que "no
podrá exceder de la tercera parte de lo que importe
la responsabilidad civil...". La responsabilidad civil
prevista por este precepto se orienta, por tanto, a
cubrir dos conceptos: el daño patrimonial -al que
se refiere el precepto cuando alude a los "daños y
perjuicios" en su primera frase, y después cuando
alude al importe de la "responsabilidad civil",
utilizando expresiones amplias que el encuadre
normativo obliga a entender como una referencia
exclusiva al daño patrimonial o económico- y el
daño moral. La indemnización por concepto de
daño moral, si se concede, será acordada en favor
de la víctima, y cuando ésta fallezca, en favor de
sus familiares. Se prevé, por lo tanto, la cobertura

75
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

del daño moral experimentado por sujetos distintos


en cada uno de los casos. Por un lado, se prevé
indemnizar el daño moral que, junto con el daño
patrimonial o económico, experimenta la víctima de
un ilícito a raíz de este último. Este daño moral
puede ser independiente del daño corporal o
material sufrido a consecuencia del acto ilícito, o
puede derivar del mismo. Si, una vez la
indemnización ha sido judicialmente reconocida, la
víctima muere, la misma formará parte de la masa
hereditaria, será legalmente representada y
administrada por el albacea y será repartida en su
momento de conformidad con las reglas generales
del derecho sucesorio. Pero el artículo 1849 prevé
otro supuesto de indemnización del daño moral,
para el caso de que la víctima del ilícito muera. En
este caso, se prevé la indemnización del daño
moral experimentado por los familiares de la
víctima a raíz de la muerte de ésta. El derecho insta
al Juez en esa hipótesis a fijar un equivalente
económico por la perturbación extra-patrimonial
que la muerte de una persona provoca en sus
allegados -aunque los Códigos Civiles por regla
general no atribuyan el derecho a reclamar
indemnización por este tipo de afectación a
cualquier persona que de hecho la experimente,
sino que típicamente lo limiten a su círculo familiar,
como hace el artículo cuya interpretación nos
ocupa.”

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

Contradicción de tesis 94/2006-PS. Entre las sustentadas por los


Tribunales Colegiados Segundo y Tercero, ambos en Materia Civil del
Séptimo Circuito. 8 de noviembre de 2006. Cinco votos. Ponente:
José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Lorena Goslinga Ramírez.

Conforme a lo antes expuesto, en el presente caso, se


aprecia de la demanda por la que se interpuso la acción de
indemnización por daño moral, que los actores no reclaman la
afectación directa que motivó la pérdida de la vida de la menor
**********; es decir, no se duelen de las lesiones y fallecimiento a
nombre de su hija y hermana, sino que el daño moral que aducen
se halla en los trastornos emocionales y psicológicos que les ha
provocado la pérdida de la vida de la menor, y la afectación que
en su entorno familar ha provocado ello, esto es, reclaman una
afectación que es individual y propia de cada uno de los
demandantes.

Incurrir en el error de que el único bien afectado en el caso


concreto lo fue la integridad de la menor **********, que
desembocó en su fallecimiento, vaciaría la acción de daño moral
de quienes también se convierten en víctimas por las
consecuencias que en su propia persona puede provocar, como
lo es en el aspecto psíquico o emocional, y en lesiones que se
generan en otros bienes jurídicos, además de la vida de la citada
menor, como lo es el derecho a la familia, y el sano desarrollo
psico-emocional de sus integrantes, con especial atención en
aquellos que son menores de edad, que en términos del artículo
4°, párrafo séptimo, de la Constitución General de la República,
todas las desiciones y actuaciones del Estado velarán y cumplirán

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

con el principio del interés superior de la niñez, garantizando entre


otros derechos el relativo a la salud y sano esparcimiento para su
desarrollo integral. Y además, seguir un criterio limitado, deja a
quienes sufren afectaciones en su persona consecuentes de los
provocados en la integridad física y vida de un familiar, sin la
posibilidad de un mecanismo efectivo tendente a la reparación en
sus derechos de carácter moral.

En ese orden de ideas, el artículo 1916, del Código Civil


para el Distrito Federal, prevé lo siguiente:

“Artículo 1916. Por daño moral se entiende la


afectación que una persona sufre en sus
sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor,
reputación, vida privada, configuración y aspecto
físicos, o bien en la consideración que de sí misma
tienen los demás. Se presumirá que hubo daño
moral cuando se vulnere o menoscabe
ilegítimamente la libertad o la integridad física o
psíquica de las personas.
Cuando un hecho u omisión ilícitos produzcan un
daño moral, el responsable del mismo tendrá la
obligación de repararlo mediante una
indemnización en dinero, con independencia de
que se haya causado daño material, tanto en
responsabilidad contractual como extracontractual.
Igual obligación de reparar el daño moral tendrá
quien incurra en responsabilidad objetiva conforme
a los artículo 1913, así como el Estado y sus

78
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

servidores públicos, conforme a los artículos 1927


y 1928, todos ellos del presente Código.
La acción de reparación no es transmisible a
terceros por acto entre vivos y sólo pasa a los
herederos de la víctima cuando ésta haya intentado
la acción en vida.
El monto de la indemnización lo determinará el juez
tomando en cuenta los derechos lesionados, el
grado de responsabilidad, la situación económica
del responsable, y la de la víctima, así como las
demás circunstancias del caso.”

Del texto del artículo 1916, del Código Civil para el Distrito
Federal, se desprende que el daño moral es la afectación que una
persona sufre en derechos de naturaleza intangible, propios de
los derechos de la personalidad, como lo son los sentimientos,
afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada,
configuración y aspecto físicos, o bien en la consideración que de
sí misma tienen los demás; los cuales ante su afectación
provocan un perjuicio extrapatrimonial, no económico.

De ahí que la responsabilidad por daño moral se distingue


entre otras cuestiones por ser intransmisible a terceros por actos
entre vivos, pasando a los herederos de la víctima cuando ésta
haya intentado la acción en vida; pues precisamente los
sentimientos, afectos, honor y consideración de sí mismo
adquieren una relevancia y dimensión en el fuero interno de la
persona, sin que su daño o afectación pueda encontrar de
manera general reparación a través de un tercero, ya que se

79
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

insiste, se trata de derechos personales y no reales, que


únicamente incumbe a quien fue herido en tales aspectos.

Es precisamente por ello, que el resarcimiento de los


derechos morales, se determina con base en criterios de
relatividad, pues el juzgador la fijará tomando en cuenta los
derechos lesionados, el grado de responsabilidad, la situación
económica del responsable y de la víctima y las circunstancias
concretas del caso, lo cual no necesariamente tiende al
restablecimiento de la situación anterior —lo que en la mayoría de
los casos sería imposible—, más bien se trata de una función
compensatoria por el sufrimiento o la humillación sufrida.

Asimismo, de la lectura del artículo 1916, del Código Civil


para el Distrito Federal, se advierte que éste prevé dos supuestos
en cuanto al ejercicio de la acción de responsabilidad por daño
moral: uno previsto en el primer párrafo, que implica un daño de
carácter personal en lo que a los derechos de la personalidad se
refiere, como lo son los sentimientos, afectos, creencias, decoro,
honor, reputación, vida privada, configuración y aspecto físicos, o
bien en la consideración que de sí misma tienen los demás;
existiendo una presunción de que tal afectación se provocó,
cuando se vulnere o menoscabe de modo ilegitimo la libertad o la
integridad física o psíquica de las personas.

El segundo supuesto se encuentra en el párrafo tercero del


referido artículo 1916, del Código Civil para el Distrito Federal,
que prevé que la acción de reparación no es transmisible a
terceros por acto entre vivos y sólo pasa a los herederos de la

80
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

víctima cuando ésta haya intentado la acción en vida; ello atiende


a que la materia de lo que se reclama a través de la acción de
responsabilidad por daño moral, son derechos de carácter
personal y no real, estando en principio únicamente legitimada la
víctima, y por excepción sus herederos si ésta hizo valer su
acción previo a fallecer; esto último implica, la transmisión de la
acción y su ejercicio a título de heredero —no reclamando un
daño de carácter personal y haciéndolo a nombre del de cujus—.

Ahora bien, de la demanda en la vía ordinaria civil, que


instaron los actores, se desprende textualmente lo siguiente:

“A). La cantidad de **********, por concepto de


indemnización del daño moral derivado de los múltiples
trastornos emocionales ocasionados a los suscritos y
mi familia producidos por el fallecimiento de nuestra
hija **********, cantidad que debe imponerse como
reparación del daño moral en la proporción que
determine su señoría, y que pudiera ser en función de
los ingresos que obtiene la moral demandada, ya que la
misma actualmente tiene funcionando la atracción
denominada ********** instalada dentro del parque de
diversiones ********** perteneciente a la moral, así como
el grado de responsabilidad, situación económica de la
responsable, que emana del accidente que sufrió
nuestra menor hija **********, y que le provocó la muerte.
--- B).- La publicación de un extracto en tres periódicos
de mayor circulación en el Distrito Federal, de la
sentencia definitiva en la que se hubiera declarado

81
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

fundada la acción de daño moral, en sus resultandos,


considerandos y resolutivos, gastos que deberán de ser
erogados por la empresa hoy demandada.--- C).- La
difusión y distribución de otros medios de
comunicación como lo son los canales 2, 9, 7 y 13 de un
extracto de la sentencia definitiva en la que se hubiera
declarado fundada la acción de daño moral, en sus
resultandos, considerandos y resolutivos, esto se
extiende a todas las páginas de la red de internet,
gastos que deberán ser erogados por la empresa hoy
demandada.--- D).- El pago de gastos y costas que se
originen con motivo de la tramitación de presente
juicio.”

De lo anterior, puede advertirse, que ni los padres, ni los


menores hermanos de la menor fallecida, reclaman un derecho de
carácter personal ajeno a ellos, o de la víctima directa **********;
sino que, por el contrario, reclaman una afectación de carácter
moral, en derechos personalísimos como lo es la estabilidad
psico-emocional, que en cada uno de ellos se ha visto lesionada
como una cuestión derivada de la pérdida de uno de los
integrantes del núcleo familiar.

Efectivamente, la pretensión, como declaración de voluntad


por la cual una persona reclama de otra ante un tercero
supraordinado a ambas un bien jurídico tutelado, formulando en
torno al mismo una petición fundada, acotada o delimitada según
los acaecimientos de hecho que expresamente se señalan en la
demanda, que hacen valer los actores, consiste en la satisfacción

82
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

de una cantidad de **********, derivada de los múltiples trastornos


emocionales ocasionados por el fallecimiento de la menor
**********.

Entendiendo la acción, como el poder jurídico del individuo


para instar al órgano competente para hacer efectiva su
pretensión, se advierte que los actores ********* y **********, así
como ********** y **********, ambos de apellidos **********,
ejercieron la de reparación por daño moral.

Bajo esa tesitura, los menores ********** y **********, ambos de


apellidos **********, cuentan con legitimación para demandar la
afectación que de carácter personal sufren en sí y en su núcleo
familiar, como una consecuencia del fallecimiento de su hermana
**********, con motivo de los trágicos hechos ocurridos el día
primero de mayo de dos mil diez, en la atracción mecánica
“**********” de “**********”, ejerciendo así una acción a título propio
y no en un carácter de herederos de la citada en último lugar,
pues el supuesto normativo en el que se ubica es el que se
contiene en el párrafo primero, del artículo 1916, del Código Civil
para el Distrito Federal, antes transcrito, y no en el que prevé el
párrafo tercero, de dicho numeral, que refiere al caso de ejercer el
derecho de la víctima directa a título de heredero, si es que ésta
fue ejercida en vida.

En ese orden de ideas, si bien esta Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación comparte la conclusión a
la que arribó el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, al resolver el amparo directo **********, en cuanto

83
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

a que los menores antes referidos cuentan con legitimación para


ejercer la acción de daño moral en contra de la ahora recurrente,
se difiere de las consideraciones que sustentaron la misma, pues
con independencia de lo acertado del ejercicio hermenéutico
realizado en torno de los artículos 1°, 4° y 103, de la Constitución
General de la República, se advierte que dicho órgano
jurisdiccional alteró la materia de la controversia como lo reclama
la persona moral recurrente, pues se apreció de forma inexacta la
acción ejercida y el título en que se realizó ésta, ya que se
consideró que los menores actores acudían con el carácter de
herederos a reclamar el daño sufrido a su hermana **********, y
conforme a la interpretación de los citados preceptos de la Norma
Fundamental, y con apoyo en diversos tratados internacionales
suscritos por el Estado Mexicano, así como sentencias de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, determinó el órgano
colegiado que correspondía reconocerles tal carácter; no
obstante, como se ha demostrado en párrafos que anteceden, los
menores acuden a ejercer la acción de daño moral por una
afectación personal en su integridad psico-emocional, con motivo
de la pérdida de un miembro de su familia.

De ahí que asista parcialmente la razón a la recurrente en


cuanto al argumento que expone en su escrito de expresión de
agravios como primer agravio, en el que señala que la
interpretación que realizó el Tribunal Colegiado de Circuito en la
sentencia recurrida, respecto de los artículos 1°, 4° y 103, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es
excesiva y con base en ella, se alteró la controversia natural.

84
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

No obstante resultar esencialmente fundado el segundo


agravio expresado por la persona moral recurrente, no tiene el
alcance suficiente para que se revoque el fallo dictado por el
Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en
el amparo directo **********, sino únicamente para modificar las
consideraciones que la sustentan, en los términos expuestos en el
presente considerando; pues el órgano colegiado en la sentencia
recurrida partió de apreciar la acción ejercida por los actores
conforme a un supuesto diverso del artículo 1916, del Código Civil
para el Distrito Federal, al en que se ubicaban los menores; sin
embargo, arriba a similar conclusión a la de esta Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero por diversas
razones, en cuanto a que los menores ********** y **********,
ambos de apellidos **********, cuentan con la legitimación para
demandar en la vía ordinaria civil de indemnización por daño
moral a la ahora recurrente.

Por lo anterior, lo procedente es modificar la sentencia


recurrida, pues los menores antes referidos cuentan con
legitimación para hacer valer su pretensión y ejercer la acción de
responsabilidad por daño moral, en términos del párrafo primero,
del artículo 1916, del Código Civil para el Distrito Federal, y no
conforme al supuesto normativo que prevé el párrafo tercero, de
dicho precepto legal, como inexactamente lo estimó el Tribunal
Colegiado de Circuito.

Conforme a lo anterior, esta Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, modifica la sentencia recurrida en
los términos antes expuestos; esto es, en cuanto a las

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

consideraciones de la sentencia recurrida en lo que a la materia


de la revisión concierne, más no así en su sentido, y confirma la
protección de la Justicia de la Unión a los menores ********** y
**********, ambos de apellidos **********, para el efecto de que la
Sala responsable deje insubsistente la sentencia reclamada, y
sobre las consideraciones expresadas en esta ejecutoria,
resuelva con plenitud de jurisdicción lo que en derecho proceda.

Por lo expuesto y fundado, es de resolverse y

SE R E S U E L V E:

PRIMERO. Se modifica la sentencia recurrida únicamente


en lo que respecta a sus consideraciones.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a los


menores ********** Y **********, ambos de apellidos **********, en
contra de los actos y las autoridades precisadas en el resultando
primero de la presente ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse


los autos relativos al lugar de su origen. En su oportunidad,
archívese el expediente como asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, por mayoría de tres votos de los señores
Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío
Díaz, quienes se reservan el derecho de formular voto
concurrente y Olga Sánchez Cordero de García Villegas

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1232/2012.

(Ponente), en contra de los emitidos por los Ministros Guillermo I.


Ortiz Mayagoitia y Presidente: Jorge Mario Pardo Rebolledo,
quien se reserva el derecho de formular voto particular.

Firman el Presidente de la Sala y la Ministra Ponente


con el Secretario de Acuerdos, que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA:

MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.

MINISTRA PONENTE:

OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS.

SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA:

LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES.

En términos de lo previsto en el artículo 3°, fracción II, de la Ley Federal de Transparencia


y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la
información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos
normativos.

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