Anda di halaman 1dari 7

RIESGO DE VIH, USO DE SUSTANCIAS Y CARACTERÍSTICAS DE PERSONALIDAD EN

ADULTOS CON ANTECEDENTES DE ENFERMEDAD MENTAL GRAVE

El presente estudio examinó la relación entre las características asociadas con los trastornos de
personalidad, el consumo de sustancias y el riesgo de VIH entre adultos con antecedentes de
enfermedad mental grave. Los participantes incluyeron 103 adultos con trastorno antisocial o límite
de la personalidad, enfermedad mental grave y comportamiento reciente de riesgo de VIH. La
muestra fue predominantemente masculino (64%), diversa (42% afroamericana y 13% hispana) y
sin hogar / con alojamiento marginal (76%). Con el fin de examinar la relación entre las características
de la personalidad y el riesgo, se realizó un índice de riesgo que comprende los síntomas clave de
pacientes con T Antisocial de la personalidad, y de T Límite de la Personalidad (impulsividad,
inestabilidad afectiva e indiferencia por la seguridad de uno mismo / los demás).

Los puntajes del índice de riesgo no predecían el comportamiento de riesgo del VIH y el abuso de
sustancias no media este riesgo. En el análisis del estudio, las mujeres estuvieron involucradas en
comportamientos significativamente más riesgosos que los hombres y que los puntajes de riesgo
fueron un predictor significativo de actos sexuales totales para las mujeres, pero no para los
hombres. Además, el aumento de la disregulación emocional fue un importante predictor de actos
sexuales sin condón para mujeres, pero no para hombres. Finalmente, el consumo reciente de
alcohol y el aumento de la impulsividad se asociaron con más sexo oral sin condón para hombres y
mujeres. Estos resultados sugieren que la relación entre la enfermedad mental grave, el trastorno de
la personalidad, el abuso de sustancias y el género es compleja y requiere de más estudio.

INTRODUCCIÓN

45,000 personas fueron diagnosticadas nuevamente con VIH en los Estados Unidos en 2014.

La incidencia de infección por VIH es elevada entre personas con antecedentes de Enfermedad
Mental Grave y el trastorno de la personalidad (TP), hasta ocho veces más que en la población
general, influyen los factores de riesgo asociados como son la falta de vivienda, exposición a trauma,
abuso de alcohol y otras sustancias.

El TP representa un factor de riesgo para el aumento de riesgo de infección por VIIH: T Antisocial de
la Personalidad (TPA) y el T Límite de la Personalidad (TLP), están asociados con un mayor riesgo
de trastorno por uso de sustancias conductas de riesgo de tipo sexual.

Patrones de comportamiento de riesgo: disregulación emocional, impulsividad, indiferencia


interpersonal

IMPULSIVIDAD Y CONDUCTAS DE RIESGO

TLP: mayor número de parejas sexuales, relaciones sexuales sin condón, probabilidad de
intercambiar actos sexuales por dinero o drogas, y una mayor frecuencia de sexo bajo la influencia
del alcohol u otras drogas)

Antisocial: Mayor número de parejas sexuales y actos sexuales sin protección.

T CONSUMO DE SUSTANCIAS

Los trastornos por consumo de alcohol y otras sustancias son elevados entre los adultos con
enfermedades mentales y trastornos de la personalidad (consumo moderado a intenso en el 50%)

Repercusiones: Mayor probabilidad de participación en conductas de riesgo, particularmente a través


del intercambio sexual casual y comercial (dinero)
TP asociado a T Consumo de Sustancias, predice una variedad de factores de riesgo de VIH:
incluyendo actos sexuales sin condón más frecuentes, mayor número de parejas sexuales.

El uso de drogas inyectables (UDI), es considerado como factor de riesgo primario para la
transmisión del VIH, aumenta el riesgo cuando es comórbido con TP o T Psiquiátrico.

Objetivos específicos

El presente estudio examinó la relación entre las características asociadas con TLP y TPA y
conductas de riesgo en VIH dentro de una cohorte de adultos con enfermedad mental.

Se basó en la hipótesis en que las características conductuales y afectivas específicas consistentes


con TPA Y TLP serían predictores en la probabilidad de participar en conductas de riesgo de tipo
sexual (sexo oral y vaginal sin condón) y consumo de drogas, así como la influencia por género;
siendo mayor el riesgo para el sexo femenino con consumo reciente de alcohol, marihuana, y/o otras
sustancias de abuso.

MÉTODO

Participantes

Los participantes fueron reclutados de un área urbana en Boston considerada una "zona de exceso
de morbi-mortalidad psiquiátrica" como parte de un ensayo clínico aleatorizado (ECA) más grande
financiado por NIH, que examina la prevención del VIH en una población con enfermedades mentales
sin hogar o marginalmente alojada.

Esta área es culturalmente diversa en lo racial/étnico, orientación sexual y factores socioeconómicos.

Los criterios de elegibilidad para el estudio incluyó:

(1) Edad de 19 años o más


(2) Antecedente o síntomas actuales de Trastorno Mental Grave (TMG) y TP (TLP p TPA)
(3) estado mental suficiente para proporcionar un consentimiento informado;
(4) Autoinforme de una o más conductas de riesgo para VIH en los 90 días previos

Criterios para TMG fueron con base a los criterios del DSM-IV-TR para los trastornos del espectro
psicótico actuales o persistentes, T del estado de ánimo, T del espectro de ansiedad; en cuanto a la
gravedad, ésta fue basada con base a la disfunción.

Conductas de riesgo para VIH se definieron como: Relaciones sexuales orales, anales o vaginales
sin condón con una pareja no monógama o portador de VIH+, compartir agujas o UDI sin
procedimientos de limpieza recomendados, y/o participar en cualquier comportamiento sexual bajo
la influencia de alcohol o drogas.

Procedimiento

Todos los procedimientos del estudio fueron revisados y aprobados por la Junta de Revisión
Institucional en el Boston University Medical Center antes del inicio del ECA.
Los participantes potenciales completaron una breve entrevista previa anónima para determinar la
probabilidad de cumplir los criterios de inclusión.

Luego de la finalización de los procedimientos de consentimiento informado, los participantes


completaron una evaluación inicial de detección en dos partes que incluía la evaluación de su
historial psiquiátrico y su historia de actividad sexual reciente. Los participantes recibieron una
modesta compensación por las evaluaciones completadas.
Personal de evaluación

Todos los procedimientos de evaluación fueron administrados por médicos con maestría cuya
capacitación y experiencia fueron consistentes con la mayoría de los proveedores de atención en los
entornos de salud mental de la comunidad. El personal de evaluación completó los protocolos de
capacitación y el supervisor de evaluación lo grabó y lo audió para monitorear la fidelidad del
protocolo.

Instrumentos

Se utilizó un Inventario de Evaluación Demográfica específico del estudio para evaluar variables
demográficas generales relevantes, así como características específicas de las variables objetivo,
incluido el estado serológico del VIH, asesoramiento y pruebas previas del VIH, marcadores de salud
relacionados con el VIH (recuentos de CD4, carga viral), historial de ITS, y la posibilidad
autopercibida de infección/reinfección por VIH.

Diagnósticos de salud mental

Basado con la versión de investigación de la Entrevista Clínica Estructurada para los Trastornos del
Eje I y Eje II del DSM-IV. (SCID, Structured Clinical Interview for DSM IV)

SCID-II

Se incluyeron dos ítems para TLP (comportamiento impulsivo con o sin desprecio por los demás, y
la inestabilidad afectiva) y dos ítems para TPA (impulsividad sin tener en cuenta a los demás/fracaso
en planificar con anticipación, y despreocupación por la seguridad de uno mismo y de los demás).

El total acumulado de estas características comprendió el Índice de Riesgo, con puntajes que van
de 0 a 4.

Comportamientos de uso sexual y de drogas

The Timeline Followback es una estrategia validada y confiable que se usa para evaluar la frecuencia
de las conductas objetivo durante un período de tiempo determinado. Originalmente desarrollado
para usar con alcohol y otras adicciones y más recientemente adaptada para medir el
comportamiento de riesgo sexual.

Las variables de interés incluyeron: la frecuencia de participación en conductas sexuales específicas


,uso de condón y patrones de consumo de sustancias durante los 90 días anteriores.

Plan analítico

Para estudiar la capacidad de las características de personalidad y predecir la frecuencia de


participación en conductas sexuales de riesgo y UDI, se ajustaron modelos de regresión lineal a los
datos, utilizando PROC GLM en SAS.

Dado que las variables de resultado fueron asimétricas, reflejando que solo una proporción muy
pequeña de individuos informaron los niveles más altos de compromiso en conducta de riesgo, se
aplicó una transformación logarítmica a estas variables de resultado de interés para evitar cualquier
violación de las suposiciones del modelo para regresión de mínimos cuadrados.

Cada modelo de regresión incluía, las características de riesgo de TPA, TLP, sexo, y estado de VIH.
El sexo y el estado del VIH se incluyeron en los modelos de regresión porque se encontró que la
asociación con al menos una de las variables del estudia era estadísticamente significativa, por lo
tanto, representan posibles factores de confusión del modelo.

Todos los análisis se realizaron utilizando el software SAS 9.4.


El valor de p <0,05 se definió como estadísticamente significativo.

Resultados

240 adultos participaron en el ECA; 103 cumplieron los criterios para el subestudio. Como se refleja
en la Tabla 1, la edad media de los participantes del estudio fue de 42.8 años, de los cuales la
mayoría eran varones (64.08%).

La muestra diversa en cuanto a etnia y raza, incluidos afroamericanos / negros (41,75%),


caucásicos/blancos (31,07%) e hispanos (12,62%).

Más de la mitad de los participantes (57.28%) informaron tener educación postsecundaria, y la


mayoría (75.82%) informaron que al ingresar al estudio no tenían hogar o vivían en viviendas
especializadas.

La mayoría de los sujetos se identificaban como heterosexuales (65.0%), mientras que las
proporciones más pequeñas se reconocía como bisexuales (24.27%), lesbianas / gay (3.88%) o
inseguros (6.8%) de su orientación sexual. Una minoría significativa (13.59%) informó previamente
que las pruebas dieron positivo para el VIH.

La distribución de estas características demográficas difirió de los participantes elegibles en la


evaluación inicial para el ECA más grande pero no se incluyeron en el presente estudio en tres
2
factores: distribución de género, con una mayor proporción de hombres en la muestra presente (x
D 7.61, df D 2, p < 0.05); nivel de logro educativo, con una proporción menor de la muestra actual
2
que tiene completado la secundaria o más (x D 27.10, df D 6, p < 0.01); y vivienda, con una mayor
2
proporción de la muestra presente que reporta viviendas marginadas (x D 5.87, df D 1, p < 0.05).

La elegibilidad para participar en el ECA del cual se extrajo la muestra incluyó la exposición reciente
en una o más conductas asociadas con un mayor riesgo de exposición al VIH y otras ITS. En
promedio, los participantes informaron participar en casi 25 actos sexuales por mes en los últimos
tres meses, incluidos aproximadamente 10 actos sexuales vaginales (casi el 85% de dichos actos
fueron sin preservativo), 13 actos sexuales orales (97% sin condón), y un acto de sexo anal (entre
los que informaron haber tenido relaciones sexuales anales en los últimos tres meses, el 89% de
dichos actos fueron sin protección).

Aunque estos hallazgos reflejan superficialmente una participación más frecuente en conductas de
riesgo que entre los no incluidos en el presente estudio; estas diferencias no fueron estadísticamente
significativas (Tabla 1).

Una proporción pequeña pero significativa de participantes masculinos (19%) reportó tener sexo oral
con uno o más parejas masculinas, comparado con solo 3 de 49 varones reconocidos como
heterosexuales que informaron tal comportamiento.

Además, mientras que una pequeña proporción de participantes masculinos (9%) informaron haber
tenido relaciones sexuales anales con una pareja masculina, ninguno de los varones heterosexuales
autoidentificados informó tal comportamiento.
Los hallazgos actuales reportan que el sexo femenino reporta una participación significativamente
mayor en los comportamientos de riesgo de VIH que los participantes masculinos. (Tabla 2)

Historial psiquiátrico, Índice de riesgo del Eje II y comportamiento de riesgo

La Tabla 2 proporciona una visión general de los trastornos psiquiátricos en este estudio.
Todos cumplieron los criterios para el trastorno antisocial o de personalidad límite, y al menos un
trastorno del eje I, con una mayoría significativa (68,91%) que cumplían los criterios para más de un
trastorno comórbido en el eje I.

La mayoría de los participantes (88%) presentaba dos o más de los elementos que comprenden el
índice de riesgo de factores de personalidad. Sin embargo, y en contraste con la hipótesis inicial, el
puntaje del índice de personalidad no predijo de forma independiente los niveles de participación en
el sexo oral, anal o vaginal protegido o sin el, ni de la frecuencia del uso de drogas intravenosas
durante el período de 90 días (Tabla 3).

Ninguno de los elementos específicos que comprende el índice de riesgo de factores de personalidad
fue identificado como un predictor significativo de cualquiera de los comportamientos de conducta
de riesgo para VIH.

Índice de riesgo del Eje II, comportamiento de riesgo de género y VIH

Los hallazgos actuales reflejan una relación compleja entre el sexo de los participantes, el índice de
riesgo de factores de personalidad y el comportamiento de riesgo de VIH.

No se observaron asociaciones significativas entre los participantes masculinos, mientras que entre
las mujeres, el índice de riesgo de factores de personalidad fue un predictor significativo de actos
sexuales sin preservativos durante los 90 días previos (b = 0,49, t = 2,23, p <0,05). actos sexuales
orales totales (b=0,64, t= 2,14, p <0,05) y actos sexuales orales sin condón (b=0,67, t= 2,27, p <0,05)
(Tabla 4). Al examinar elementos específicos que comprenden el índice de riesgo, solo la
imprudencia (conducta temeraria) asociada al TPA predijo el la asociación con el total de encuentros
sexuales sin condón entre mujeres participantes (b= 1.36, t=2.24, p <0.05).

Índice de riesgo del Eje II, uso actual de sustancias y VIH

En contraste con la hipótesis planteada, el uso reciente de sustancias no influyó consistentemente


en la asociación entre factores de personalidad y patrones de participación en conductas de riesgo
de VIH. (Tabla 4)

Se encontraron efectos significativos limitados, incluyendo aquellos entre los participantes que
informaron cualquier consumo de alcohol en los últimos 90 días, aquellos que presentaban
impulsividad asociada al TPA o no planeaban practicar sexo oral (b= 0.93, t= 2.16, p <0.05) y sexo
oral sin condón (b= 1.02, t=2.32, p <0.02). De manera similar, entre los participantes que informaron
el uso de drogas recreativas distintas de la marihuana en los últimos 90 días, quienes presentaban
impulsividad asociada a TPA informaron tener más sexo oral (b=0,93, t=2,02, p <0,05).
Discusión

El presente estudio amplía las investigaciones previas de la asociación entre las características de
los T personalidad Antisocial y Limítrofe y las conductas de riesgo asociadas a VIH

La muestra se llevó a cabo en una comunidad de alto riesgo con antecedentes de EMG comórbida
con algún TP

El estudio es uno de los primeros en evaluar la asociación entre estas características de personalidad
distintivas y el comportamiento de riesgo de VIH en una muestra comparable de adultos no referidos

No obstante, y en contraste con los estudios previos, los hallazgos fueron distintos a la hipótesis
planteada.

Las mujeres con T mentales eran sexualmente más activas sexualmente que los hombres

Las características de personalidad antisocial y limítrofe fueron un indicador de algunas conductas


sexuales de riesgo para las mujeres; no así para los hombres.

Las mujeres que participan en prácticas de alto riesgo, no tienen un hogar estable, presentan algún
TP, y que tienen un antecedente de exposición a trauma pueden ser particularmente vulnerables a
las relaciones sexuales transaccionales (a cambio de dinero, drogas u otros recursos tangibles).

Este patrón de vulnerabilidad de estigmatización puede influir en que tengan mayor riesgo de
infecciones de transmisión sexual y dificultades para relacionarse con los sistemas de salud.

Los hallazgos relacionados con el consumo de sustancias, demostró que el consumo reciente de
alcohol y otras sustancias recreativas aumenta la participación en prácticas de sexo oral sin condón,
pero no predijo conductas de mayor riesgo (sexo anal o vaginal, UDI).

Investigaciones futuras, deberán de analizar estas asociaciones y su correlación con el antecedente


de abuso sexual, practica de sexoservicio y antecededente de trauma.

Otros Factores adicionales: El grado de exposición a trauma y/o TEPT (2/3 población lo reifirió),
independientemente de y entre adultos con antecedentes de TP y EMG

La futura investigación sobre la prevención del VIH debería incluir un mayor énfasis en la forma en
que se satisfacen las necesidades instrumentales de individuos con un riesgo similar y cómo influye
en el comportamiento de riesgo del VIH.

Otros comportamientos encontrados en la población fue: búsqueda de novedad, evitación de daños


y dependencia por recompensa.

Finalmente, los resultados de investigaciones previas reflejan una asociación entre definir las
características de los trastornos de personalidad del Cluster C de personalidad y el comportamiento
de riesgo sexual (Ansiedad, Inhibición, Abstinencia y sumisión)  dependencia como predictivo de
mayores tasas de sexo sin condón.

Limitaciones

Las posibles limitaciones incluyen que el presente estudio se basó en una muestra de adultos que
no buscaron tratamiento especializado

Los hallazgos se basan en un autoinformes (sesgo)


Las definiciones de personalidad basadas en DSM son a menudo de naturaleza primordialmente
conductual, en lugar de reflejar el estilo de vida.

TAP y sustancias (sesgo)

Además, los participantes debían informar un historial reciente de participación en una o más
conductas de alto riesgo en los 90 días previos a la evaluación, un requisito mínimo no cumplido por
un porcentaje significativo de posibles participantes seleccionados para el ECA de que estos datos
fueron dibujados Idealmente, examinar la

Al evaluar la Inestabilidad emocional y las conductas de riesgo asociadas a VIH en pacientes con
EMG se podría ampliar un rango mas amplio en cuanto a los criterios de conductas de riesgo

Conclusión

El consumo de sustancias y las enfermedades mentales afectan a un número desproporcionado de


personas con un riesgo elevado de exposición al VIH y otras ITS, incluidos los adultos que tienen
vivienda inestable y aquellos con antecedentes de trauma significativos. Para abordar estas
necesidades, es importante detectar características claves de personalidad e identificar factores
desencadenantes concomitantes

Fondos
Esta investigación fue apoyada por el Instituto Nacional de Salud Mental

Anda mungkin juga menyukai