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TÉCNICAS PARA ESTUDIAR


10 técnicas de estudio vitales para aprender más
¿Cómo estudiar y recordar mejor todos los datos? Te explicamos varias claves para el
aprendizaje.
La etapa escolar y universitaria se caracteriza por provocar muchos nervios, estrés y ansiedad
entre los estudiantes.
Muchos se preguntan: ¿cómo puedo afrontar el estudio para optimizar mi rendimiento
académico? ¿Existen algunas estrategias o técnicas de estudio que puedan ayudarme?
Técnicas de estudio que te ayudarán a aprobar los exámenes
Está comprobado que memorizar textos enteros de arriba abajo no es eficaz en absoluto,
tradicionalmente se ha considerado que esta era la manera de estudiar, pero esta idea está
totalmente desfasada.
Afortunadamente esto ya no es así, en la actualidad disponemos de técnicas más modernas
que ofrecen mejores resultados, además son mucho más dinámicas y entretenidas. Estas
técnicas mejoran el rendimiento y capacidad de aprendizaje.
A continuación te ofrecemos algunas de estas técnicas, un total de once estrategias efectivas
para estudiar mejor.

1. Subraya siempre: La más conocida y simple consiste en destacar, con un rotulador o bien
un lápiz, la parte del temario más importante. Esto no quiere decir eliminar información sino
sintetizarla, separar la paja del grano.
Además podemos usar distintos colores si lo preferimos, así nos resultará más fácil organizar la
lectura. Primero debemos leer el texto globalmente para extraer su sentido y posteriormente
subrayar lo más relevante para después continuar con el estudio.

2. Haz tus propios apuntes: Otra técnica muy habitual junto con subrayar es realizar
apuntes. Consiste en resumir el texto extrayendo lo más importante, anotando todas las partes
clave. Podemos utilizar nuestro propio lenguaje de forma que así resultara más fácil el
entendimiento de lo que hemos apuntado. Puedes usar lápiz y papel o si lo prefieres un procesador
de texto.

3. Realiza tu mapa mental: Organiza y sintetiza las ideas creando un mapa mental. Un mapa
mental bien hecho nos ayudará a administrar mejor el tiempo que invertimos en el estudio y a
asentar nuestras ideas eficazmente.

4. Dibuja: Asociar conceptos con dibujos facilita la memorización de estos, es un buen


consejo para las personas con buena memoria visual. Es una gran idea para la mayoría de
asignaturas y un método mnemotécnico genial. Además puedes complementar estas imágenes

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junto con tu mapa mental antes mencionado, esto multiplicará tu capacidad de asimilación a la
hora de estudiar.

5. Elabora un fichero: Utiliza fichas de estudio, son notablemente efectivas para absorber
datos concretos, por ejemplo números, palabras o fechas. De esta manera el aprendizaje es
mucho más dinámico y sencillo puesto que pueden ser consultadas fácilmente.

6. Utiliza reglas mnemotécnicas: Un método o regla mnemotécnica es relevantemente útil en


el momento de memorizar listas de palabras o conjuntos. Este método consiste en asociar un
o concepto o bien una lista de palabras a un término más fácil de recordar y que nos es más
familiar.
Hay un sin fin de reglas mnemotécnica, prácticamente como personas. Un truco por poner un
ejemplo sería utilizar la palabra inventada “CHON” para recordar los elementos químicos
esenciales para la existencia de vida, es decir, Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno.

7. Haz ejercicios prácticos: Muy a menudo la teoría se hace más comprensible si la


ilustramos con un caso práctico en concreto. Este sistema es esencial para materias como las
matemáticas, la física, química o la lógica, y en general todas aquellas asignaturas que contengan
números, símbolos o problemas.
Así que conforme aprendemos la teoría es aconsejable complementar con un caso práctico en
cada momento para poder entender cómo se aplica. Como lo problemas lógicos.

8. Realiza tests para evaluar tus conocimientos: Al final de todo es muy interesante ponerte
a prueba realizando tests. Los test nos ayudarán a identificar aquellas partes que llevamos más
flojas, de esta manera podremos focalizar área que debemos fortalecer.
Además si realizamos exámenes de prueba o si mejor los intercambiamos con algún compañero
podremos cerciorarnos que puntos hemos dejado por alto. De manera que crear test, hacer
exámenes de prueba e intercambiarlos como método final antes de examinaros.

9. El “Brainstorming”: Esta técnica podemos realizarla en grupo y resulta muy divertida.


El brainstorming, también conocida como "lluvia de ideas" y literalmente “reunión creativa”,
consiste en juntarse con otros compañeros para añadir cuestiones e ideas relativas a una área en
concreto.
Es importante cuando realizamos un trabajo en grupo, de esta manera tenemos en cuenta todas
las perspectivas. No obstante puede servir de la misma manera para prepararse un examen,
intercambiando los papeles de examinador y examinado, especialmente si la prueba es oral. De
todas maneras, utilizar un mapa mental (ver técnica 3) es ideal para organizar mejor las ideas.

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10. Realiza un plan de estudio: Por último es imprescindible organizarse a través de un plan
de estudio. Habitualmente, muchos estudiantes no tienen esto en cuenta cometiendo un error
descomunal.
Crear un calendario de estudio teniendo presente los objetivos previamente marcados y la
disposición de tiempo. Por decirlo de alguna manera es una forma de administrarse. De igual
manera que un alpinista no asciende de un tirón el Everest, debes establecer tus campos base y
determinar objetivos concretos en un plazo para así finalmente llegar a la meta. Este es el primer
paso y la clave para tener éxito en cualquier materia.

11 trucos para recordar mejor al estudiar


¿Tienes exámenes? Estas estrategias de memorización pueden ayudarte a aprobar con
nota.
Durante la mayor parte de nuestra vida, la mayoría de personas está continuamente
aprendiendo cosas nuevas.
Teniendo nueva información podemos ser capaces de adaptarnos mejor al ambiente y a los
cambios constantes propios de la sociedad actual. Si bien este proceso de aprendizaje es
continuado a lo largo de todo el ciclo vital, es especialmente visible durante procesos de formación,
en que adquirimos la mayor parte de conocimientos generales y actitudes que luego iremos
aplicando, profundizando, contrastando y modificando a lo largo de la vida.
En dicha formación es frecuente tener que memorizar gran cantidad de información en periodos
relativamente cortos de tiempo. Por este motivo, en este artículo van a proporcionar algunos
trucos para recordar mejor al estudiar.

Estudiar, una actividad extenuante


Existen muy diversos tipos de aprendizaje, pero todos ellos se basan en la adquisición, sea de
forma voluntaria o involuntaria, de información a partir de una fuente (sea externa o interna,
experiencial, vicaria o incluso imaginaria) y su posterior retención.
Toda aquella persona que haya tenido que estudiar en profundidad sabe que esta es una
actividad que puede ser extenuante. El aprendizaje y memorización de material especialmente
técnico o complicado puede suponer un verdadero quebradero de cabeza para aquellos que deben
aprenderlo. Si bien no siempre se requiere un gran esfuerzo (sea por preferencias personales, vía
por la que llega la información, actitud o habilidad hay personas que retienen más fácilmente
determinadas informaciones), en general suele requerir la repetición de una serie de conductas o
informaciones hasta conseguir una habituación o dominio de la temática tratada.
En cualquier caso, si queremos mantener en la memoria los conocimientos adquiridos hemos de
ser capaces de dotarlos de un sentido para el aprendiz, de modo que este sea capaz de
generalizar y aplicarlos a otros contextos. Sin dotar de sentido un aprendizaje este se va a
volver mecánico, no siendo tan provechoso para la adaptación al medio.

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Sin embargo, muchas veces lo aprendido es olvidado con gran velocidad, aplicándose unas pocas
veces a lo sumo y luego desapareciendo de nuestras vidas. ¿Por qué olvidamos este material?

La curva del olvido


La memoria y la pérdida de información retenida en ella con el tiempo han sido objeto de estudio.
Con el paso del tiempo, las huellas de memoria se deterioran, provocando que la información se
vaya perdiendo. Esto puede ser debido, entre otras posibles explicaciones, a que las nuevas
informaciones que se van adquiriendo se van superponiendo a las antiguas con lo que la
información antigua sufre un deterioro progresivo debido a la interferencia que el nuevo material
produce.
Herman Ebbinghaus es famoso por sus estudios relacionados con la memoria. A partir de
sus investigaciones esbozó lo que hoy en día se conoce como la curva del olvido,a la pérdida de
información retentiva en el tiempo. Según dicha gráfica, que describe el proceso de olvido de la
información en ausencia de un repaso consistente de ésta, la cantidad de material retenido va ir
disminuyendo exponencialmente.
Si el primer día se retiene un 100% del material el segundo, si no se repasa, tal porcentaje se
podría reducir a la mitad, y tras varios días más la cantidad de material retenido es cercano a
cero. Sin embargo, es importante resaltar que el repaso de la información a aprender permite
recuperar la información memorizada con mayor celeridad que si empezamos de cero. Cuanto más
se acerquen en el tiempo el momento del aprendizaje y el repaso de éste menos inversión de
tiempo será necesaria para recuperar el material almacenado.
Con el fin de retener la información y ayudar a agilizar y mantener el proceso de retención se
recomienda emplear una serie de trucos y estrategias mnemotécnicas, como algunas de las que se
explican a continuación.

Algunas técnicas mnemotécnicas útiles


A continuación vamos a contemplar algunas técnicas mnemotécnicas útiles para retener la
información y facilitar el estudio y repaso.

1. Construcción de una historia: Esta técnica mnemotécnica se basa en elaborar una


pequeña historia que vincule todos los elementos a memorizar. Se puede utilizar para recordar
fechas, nombres y elementos de un listado.
La historia en sí debería ser breve y significativa, ya que se trata de facilitar la memorización de
unos datos, y no de presentar un estímulo demasiado complejo que suponga un aprendizaje extra.
De este modo, se teje una narración que va manteniendo conectados entre sí los elementos a
recordar.
Este es uno de los trucos para recordar más eficaces, ya que cada parte de la historia contiene
elementos que anticipan la siguiente. Sin embargo, su principal desventaja es que requiere algo de
esfuerzo y de creatividad.

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2. Utilizar acrónimos: De gran utilidad para recordar fórmulas y listados, esta técnica
mnemotécnica básicamente se basa en utilizar las iniciales de las palabras para formar otra
que permita el recuerdo de todas. Se basa pues en utilizar pistas muy concretas para rememorar
la información.
De este modo, la sonoridad de un acrónimo nos da pistas que nos llevan con mayor facilidad hacia
las palabras y conceptos que tratamos de recordar.

3. Crear una ruta imaginaria: Se trata de un truco mnemotécnico conocido si bien puede ser
complejo si las asociaciones no se hacen bien. Su funcionamiento es simple, se trata de crear
una ruta imaginaria en la cual vinculemos los diferentes puntos de referencia a los nombres
o elementos que estudiar. Para que sea efectiva es necesario tener en cuenta que tenemos que
ser capaces de recordar la asociación (por ejemplo que sea el lugar donde se compra, tengan un
color parecido, etc.).
4. Uso de rimas, palabras o frases semejantes: Emplear palabras que rimen con las de aquellos
elementos que queremos aprender puede permitir recordar mejor un material concreto. Dividirla
en fragmentos más pequeños y más fáciles de memorizar también puede ser útil.
Básicamente se trata de poder asociar la palabra, número o conocimiento a aprender con otro
elemento que nos sea más accesible.
Este truco para recordar, por cierto, puede ser utilizado combinándolo con el de la creación de
acrónimos.
5. Emplear el sentido del humor y la imaginación: Los estados emocionales positivos
facilitan la memorización. Por este motivo intentar vincular humor y estudio, siempre que se
realice en su justa medida y con unos conocimientos previos suficientes, puede ser de gran utilidad
para recordar mejor lo estudiado. El uso de pequeños juegos, así como adivinanzas, puede
resultar provechoso.
6. Utilizar tus gustos y hobbies: Otra técnica mnemotécnica que facilita la consolidación del
material en nuestra memoria es salpicar el proceso de estudio con cosas que te gusten. Por
ejemplo, intenta vincular el material a estudiar a tus series, películas o libros favoritos, o
intenta imaginar una relación con las cosas que te apasionen, tus hobbies.
7. Vincula lo nuevo a lo viejo: Para poder aprender de manera fácil y efectiva es necesario ser
capaz de dotar de sentido a la información que nos dan. La mejor forma de hacer esto es
relacionar el material a aprender o retener con conocimientos previos o experiencias vividas. Así, la
información nueva no debe crearse de cero, sino que se vuelve una profundización de cosas que
ya hemos visto o vivido con anterioridad, necesitando menos esfuerzo para codificar el material y
memorizarlo. Estamos hablando del aprendizaje significativo.
Siguiendo esta misma lógica, si lo que se quiere recordar mejor es un texto con ideas relativamente
complejas, repasar es indispensable y, aunque parezca mentira, muy eficaz. Leer una segunda o
tercera vez un texto no solo sirve para ver otra vez aquello que hay que recordar; también nos

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permite ver relaciones entre las ideas que aparecen al principio y al final del texto. Esto nos permite
entender mucho mejor lo que estamos leyendo, y la comprensión es la clave a la hora de recordar,
porque significa integrar todos los datos en un sistema coherente de información donde no hay
“piezas sueltas”.

Estrategias para el aprendizaje


Al margen de las técnicas anteriormente mencionadas, resulta esencial aplicar algunas de las
siguientes estrategias para lograr el buen mantenimiento en la memoria del material a
recordar.

8. Repasa lo aprendido: Quizás no parezca una técnica mnemotécnica demasiado elaborada,


pero teniendo en cuenta que a lo largo del tiempo vamos perdiendo gran parte del material
aprendido se trata de una de las principales recomendaciones si se quiere recordar el material.
Cada vez que repasamos un contenido, este recuerdo va quedando más consolidado en nuestro
cerebro.

9. Haz resúmenes y esquemas: El hecho de realizar esquemas y resúmenes de un temario


concreto ayuda a ejercitar la mente y obliga a focalizar la atención con lo que es un buen truco o
estrategia para recordar mejor al estudiar. De este modo establecemos categorías con la
información a memorizar, habiendo de priorizar unos contenidos sobre otros, establecer jerarquías
y en general trabajar con la información a nivel cognitivo.

10. Utiliza diferentes vías para procesar la información: A menudo pensamos en estudiar como
una actividad en que básicamente nos quedamos sentados leyendo un contenido concreto hasta
que se grabe en la memoria. Si bien se trata de un método para aprender, también pueden
utilizarse diferentes tipos de ayuda. La visualización de videos, el uso de audios y ejercicios a
través de los cuales poner en práctica los conocimientos adquiridos son de gran ayuda.

11. Explica a otros el material/ Estudia en grupo: De igual modo que en los dos casos
anteriores, el hecho de tener que exponer ante otros el material a memorizar fuerza a trabajar
con la información, de modo que su retención es mayor. Además, el hecho de trabajar de manera
colaborativa hace que la visión del tema pueda enriquecerse con las perspectivas de otros y ayuda
a adoptar otros puntos de vista.
Asimismo también facilita tomarse el estudio de una manera más relajada o seria, según el tipo de
persona que nos acompañe, pudiendo motivar al estudio o rebajar el nivel de tensión. Sin embargo
también se corre el riesgo de desviarse demasiado o de mantener posturas demasiado opuestas al
respecto de un tema específico, de modo que debe valorarse el tiempo disponible y el tipo de
vinculación con la otra persona.

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5 trucos para evitar los nervios antes de un examen


Consejos para ir psicológicamente preparados a las pruebas de evaluación.
Cuando se aproxima la fecha del examen que tanto nos asusta, no es raro que algunas
sensaciones como el estrés o la ansiedad se apoderen de nuestra mente.
Para evitar que los nervios generados por el miedo al examen te traicionen en el momento en que
debes plasmar tus conocimientos, toma buena nota de los cinco trucos y estrategias
psicológicas que te ofrecemos a continuación.

5 trucos para evitar los nervios antes de un examen


Ha llegado el gran día en que debes realizar ese examen tan importante por el que te has estado
preparando tanto. Después de semanas o incluso meses de intenso estudio, hoy es el día en que
debes reflejar todo lo que has aprendido y lograr el objetivo de aprobar. Sin embargo, para muchas
personas este momento de estrés puede tornarse en una pesadilla: se quedan en blanco, les
tiembla el pulso, empiezan a sudar, se olvidan de las respuestas... y todo el esfuerzo puede irse al
traste.
El estrés psicológico es normal en estos momentos, pero puede llegar a jugar en nuestra contra si
no aprendemos a gestionarlo. Si durante un examen estamos demasiado alterados, no seremos
capaces de razonar y recordar datos con la misma precisión que cuando estamos serenos y
calmados. Para evitar estas situaciones de nervios antes de un examen (o para por lo menos
aprender a controlar estas situaciones), hoy vamos a conocer cinco trucos para
llegar psicológicamente preparados a la prueba.

1. El día antes del examen: El día anterior a la prueba, lo ideal es no abrir ningún libro. No
debes estudiar: simplemente dedícate a otras actividades que permitan que tu mente se relaje.
Intentar estudiar el día antes del examen puede conducirte a aumentar la tensión que sientes, y tu
cerebro no está preparado para empaparse de conocimiento bajo esas circunstancias.
En cuanto a los minutos antes de la prueba, el consejo va por la misma línea: aunque es frecuente
que veas a todos los estudiantes repasando a última hora sus notas y apuntes mientras esperan
que se inicie formalmente la prueba, muchos de ellos no son conscientes que esto solo les reporta
un estado de ansiedad mayor.
Además, es altamente probable que no puedas aprender nada nuevo en esos cinco o diez
minutos de repaso: piensa que tu preparación ha de haber empezado semanas y hasta meses
atrás, y todos los conocimientos e información que has ido adquiriendo están bien consolidados en
tu cerebro.

2. Sé puntual: No te olvides de la importancia de ser puntual, y más en este día de examen. Si


llegas al centro temprano, tendrás un tiempo extra para preparar tus herramientas, y en caso
de que surja algún imprevisto tendrás margen de maniobra y podrás solventarlo. En caso de que
llegues tarde al centro, tu sensación de nervios aumentará, desde el momento en que sales

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estresado de casa viendo que vas con el tiempo justo, pasando por el instante en que llegues al
centro con prisas: esto repercutirá negativamente en tu estado mental durante el examen. Además,
ten en cuenta que en la mayoría de facultades e instituciones donde vas a examinarte, llegar tarde
a la prueba puede ser motivo suficiente para que te suspendan directamente.
Por tanto, calcula bien los tiempos (piensa que puede haber imprevistos de todo tipo) y así podrás
organizarte mejor para llegar al centro con un margen de tiempo suficiente que te permita estar
tranquilo.

3. Hablar con otros alumnos: cuidado… Durante la espera previa al examen, hay dos tipos de
personas: las que se recluyen en sí mismas para meditar o repasar sumariamente algunos
apuntes, y las que empiezan a preguntar a los demás y a mostrarse inusualmente comunicativas.
Aquí debes hacer una autorreflexión y decidir cuál es la estrategia que es mejor para ti.
Si por ejemplo eres una persona un pelín obsesiva y tiendes a ponerte nervioso antes de un
examen porque tus pensamientos te secuestran, quizá te convenga entablar algunas
conversaciones cordiales con otros alumnos en torno al examen que estáis a punto de hacer: eso
puede ayudarte a quitarte los nervios de encima y entrar al aula con la mente más despejada. Por
el contrario, si has notado que empezar a hablar con los demás alumnos antes del examen te
sumerge en un mayor grado de tensión (no es infrecuente que habléis sobre temas que van a salir
en el examen, e igual te da la sensación de que vas menos preparado de lo que creías), plantéate
tomar la estrategia contraria y recluirte más en ti mismo/a, intentando focalizar tu mente en un
estado óptimo. Lo ideal es que, sigas una u otra estrategia, trates de estar tranquilo y huyas de las
fuentes de estrés.

4. Piensa sobre dónde vas a ir después del examen: Después de entregar el examen
terminado, notarás una sensación de relajación y alivio: la suerte está echada. Si piensas en
algo satisfactorio para hacer cuando hayas salido del centro, tu cerebro relativizará la importancia
del examen y esto te ayudará a que tus nervios se disipen. De este modo, te será más sencillo
responder las preguntas de la prueba más tranquilamente y la ansiedad no te bloqueará.

5. La importancia de pensar en positivo: Para todas las facetas tu vida en general y para
preparar exámenes en particular, es esencial que pienses en positivo. Si te enfocas hacia el
logro y trabajas lo necesario para aprobar ese examen al que tanto temes, estarás cimentando tus
posibilidades de éxito. La mente tiene un gran poder en la consecución de nuestros objetivos.
Confía en tus opciones, estudia lo necesario y así llegarás al examen mucho más calmado y
enfocado hacia el éxito.
Si sigues estos cinco trucos, estoy seguro que tus exámenes serán un éxito total. ¡Mucha suerte!

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10 métodos para estudiar antes de un examen


Varias técnicas y estrategias para sacar el máximo rendimiento a tus horas de estudio.
En los sistemas educativos de la mayoría de países, el examen es ese momento en el que
nuestro aprendizaje se transforma en una tarea de todo o nada.
Días o incluso semanas de asistencia a las clases y de estudio por cuenta propia pueden fracasar
si a la hora de realizar las pruebas que se nos ponen en los exámenes, fracasamos. Es por eso
que dominar bien los métodos de estudio es algo muy importante a la hora de sacar el
máximo partido de nuestros conocimientos y capacidades.
Afrontando exámenes difíciles
España es un país con un grave problema en su sistema educativo; tanto en primaria como en
secundaria no enseñan a los alumnos formas efectivas para estudiar, algo que debería ser clave
en el proceso de aprendizaje. En mi primer año en la universidad solo me limitaba a memorizar,
tarea que se me hacía harto tediosa, así que comencé a buscar otros métodos para estudiar de
cara a los exámenes.
En cuanto tuve dominadas estas nuevas metodologías (pues no hay una única infalible) mis
calificaciones mejoraron mucho; en la mayoría de materias subí hasta más de tres puntos (en
exámenes sobre una puntuación máxima de 10). La verdad es que dudo que hubiera sacado tan
buenas notas sin estas técnicas de estudio; la Universidad es dura y en esa época debía
comprender y asimilar mucha información. Estaba claro que los métodos de estudio me
funcionaron, y creo que también pueden ser de utilidad para cualquier persona que necesite
superar exámenes. Por eso me he decidido a compartirlos.

Las mejores técnicas y métodos de estudio


Los consejos que explicaré te servirán para cualquier asignatura: exámenes para oposiciones,
inglés, etc. No obstante, estos métodos de estudio no son la panacea ante la vagancia: ¡el
esfuerzo y la constancia son la base del éxito!

1. Premios: Pensar en la imagen de que tienes 2-3 horas de estudio por delante es, digamos,
poco... estimulante. Pero hay una forma de hacerlo menos pesado:
Tómate un descanso cada 50-60 minutos y haz alguna actividad que te guste durante 10
minutos: ver la televisión, leer, hacer ejercicio, etc. Es cuestión de que sepas que el esfuerzo no
va a ser sobrehumano, más bien todo lo contrario; se trata de compaginar el esfuerzo dedicado al
estudio con actividades placenteras o de ocio, así asociamos inconscientemente el estudio con
algo positivo y llevadero.

2. ¡Fuera distracciones!: ¿Eres el clásico estudiante que está en clase mirando el facebook
cada minuto o garabateando en la libreta? No temas, de esos los hay muchos. Son los mismos
que estudian 1 hora de cada 4.

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Esto se debe a que para llegar a un estado pleno de concentración se tardan casi 10 minutos.
Llegados a este punto, si por activa o por pasiva este proceso de concentración es interrumpido,
tendrás que reiniciar el proceso.
¿Y qué podemos hacer para evitar distraernos? Evitar redes sociales, esconder el móvil o
apagarlo, alejarse de la TV, etc. Son pequeños detalles que aunque parezcan insignificantes,
importan. Este método de estudio puede resumirse así: cuando te toque descansar, descansa y no
te compliques la vida, pero cuando sea momento de estudiar, no te dediques a otra cosa.

3. Música para concentrarse: Estaremos de acuerdo que ponerse canciones de heavy metal o de
electrónica para estudiar le funciona a muy pocas personas… pero a pesar de la creencia popular
de que a la hora de estudiar no hay que escuchar música, hay ciertas melodías y sonidos que
pueden ayudar a entrar en estado de relajación. Puedes probar, por ejemplo, con piezas
musicales para meditar.
Otros consejos en torno a la música a la hora de estudiar:
Evita poner la típica canción pegadiza, o una que te guste mucho.
Elige una lista de reproducción de como mínimo 50 minutos, así no te verás en la necesidad
de buscar canciones al cabo de un rato.
La radio no sirve. La voz de los presentadores puede llegar a ser irritante a la hora de estudiar.

4. Estudia con antelación: En la carrera nunca estudiaba el día antes del examen, ni tampoco
el mismo día. Tampoco para los exámenes más importantes como los finales. La clave estudiar
con meses de antelación, un poco cada día. Si estudias un examen que tienes dentro de dos
meses durante una hora o dos al día tienes el éxito asegurado.
La información se estructurará en en tu mente a largo plazo, se conservará durante mucho
tiempo y podrás hacer uso de ello cuando lo necesites. Si estudias de forma apurada el día antes,
o dos o tres días antes, puede que apruebes, pero el conocimiento no quedará bien fijado y lo
acabarás por olvidar. Las cosas se te pondrán difíciles en el futuro, cuando los profesores den por
supuesto que recuerdas los contenidos de lecciones anteriores.

5. Mapas mentales: Un mapa mental es una imagen esquematizada usada para representar
palabras, ideas o conceptos vinculados alrededor de una idea central. Los mapas mentales son un
método muy bueno memorizar información. ¡Lo recomiendo!

6. Haz ejercicio físico: Aunque no lo parezca, el ejercicio puede formar parte de los métodos de
estudio. Según un estudio de la Universidad de Illinois, hacer 20-30 minutos de ejercicio antes
de un examen mejora la concentración. Muchas veces, antes de un examen he ido al gimnasio
para desestresarme, al fin y al cabo había estudiado con mucha antelación y podía permitirme el
lujo (a modo de premio).

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Desde mi punto de vista es un gran error pensar que el día del examen o el día antes hay que
pasarlo estudiando hasta el último minuto. Hay que darse un margen para descansar y entrenar los
músculos para estar en el mejor estado físico posible antes de someternos a la presión de un
examen. ¡Somos humanos!

7. Cambia los lugares de estudio: Si vas cambiando lugares donde estudias mejorarás tu
concentración y podrás retener más datos. Esto se debe a que estudiar en un mismo sitio, por
activa o por pasiva, nos acaba por irritar. Introducir nuevas variables en el estudio rompe esa rutina
y nos aporta un balón de oxígeno para estudiar.
Una buena opción sería alternar entre tu casa y diversas bibliotecas públicas.

8. Come bien y sano: El hambre hará que estés sin energía y distraído. Te recomiendo que
comas algo antes de estudiar, especialmente almendras (al contener fenilalalina, que estimula las
neuronas) y la remolacha (el monofosfato de uridina ayuda a mejorar las capacidades cognitivas).

9. ¡Mantén un espíritu positivo!: La mentalidad positiva es de gran ayuda a la hora de


obtener buenas calificaciones. Muchos compañeros, al darle excesiva importancia a los
resultados, se preocupaban de manera desmedida por lo que hacen y experimentan arrebatos de
ansiedad antes de los exámenes, cosa que les condiciona y les mantiene distraídos (la profecía
que se autocumple). Por eso es importante mantener la calma y tener una actitud positiva.
Además, ser pesimista acerca de los resultados que vamos a obtener nos da una excusa para
dejar de esforzarnos. Es un fenómeno similar a lo que se conoce como indefensión aprendida.

10. Haz simulacros de exámenes: Imitar un examen mediante un simulacro es muchas veces
más útil que leer o subrayar. Te replanteas posibles preguntas lógicas (que posiblemente
coincidirán con las del examen real) y ayudarás a regular la ansiedad previa, pues el examen
“real” solo será uno de tantos.
Además, realizar simulacros de exámenes es uno de los métodos de estudio más útiles, porque te
ayuda a descubrir lagunas y puntos flacos en tu conocimiento.

5 trucos para aprobar un examen tipo test


Existen varios trucos psicológicos que pueden ayudarte a ser más efectivo en los exámenes
test.
Vaya por delante que desde Psicología y Mente no queremos promocionar la holgazanería. La
mejor forma de aprobar un examen, sea tipo test o no, es ponerse a estudiar de forma seria,
aprenderse bien la lección, presentarse al examen y disfrutar respondiendo. Notar como todo el
esfuerzo invertido en estudiar una asignatura se materializa en una buena nota es siempre una
sensación muy buena.

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Sin embargo, habrás percibido que hay personas a las que se les dan muy bien los exámenes
tipo test y otras personas que se ponen a temblar cuando tienen que enfrentarse a una prueba de
estas características. Los exámenes tipo test tienen la particularidad de que suelen ser más
favorables a aquellas personas que gozan de una buena intuición. Por contra, las personas
que tienden a ponerse nerviosas durante los exámenes suelen obtener calificaciones por debajo de
lo esperable. Y todo esto a pesar de que, de hecho, no exista ninguna diferencia en los
conocimientos que han adquirido unos y otros.
¿Por qué a algunos les encantan los exámenes tipo test y otros los detestan?
La clave, aparte de en la intuición más o menos desarrollada de cada persona, está en
algunos trucos que algunas personas conocen y les permite ser más efectivos en las respuestas
múltiples del examen tipo test. Estos trucos no solo forman parte del repertorio de recursos del
estudiante avispado sino que también tienen un fundamento científico.
De hecho, fue el escritor William Poundstone con su libro Rock Breaks Scissors, A practical guide
to Outguessing and Outwitting Almost Everybody ("Tijeras rompe rocas: Guía práctica para adivinar
y burlarse de todo el mundo") quien detectó algunas tendencias importantes que los docentes
cometen a la hora de elaborar los dichosos exámenes tipo test.
Una vez conocidos estos trucos (basados en los heurísticos y en otras tendencias psicológicas
sobre cómo los profesores redactan los tests y pruebas) podemos decir que existen una serie
de tips que pueden ayudarte decisivamente a aprobar estos exámenes de respuesta múltiple…
¡aun cuando no hayas podido estudiar lo suficiente!

1. Sospecha de las respuestas categóricas: Por norma general, las respuestas en los exámenes
tipo test que incluyan palabras como “nunca”, “siempre”, “todos” y “ninguno” suelen ser opciones
incorrectas. ¿Por qué? Bien, porque lo normal es que pueda haber alguna excepción a la norma
que invalide la afirmación categórica. El profesor raramente se arriesgará con una opción correcta
que deje tan poco margen de maniobra.
Pero cuidado: las opciones de respuesta que contengan las expresiones “ninguno de los
anteriores”, “todas las anteriores son correctas”... son la opción correcta en el 52% de los casos.
Si no tienes más elementos para decidirte porque ignoras completamente de qué se está hablando
en el enunciado, deberías decantarte por este tipo de respuesta, puesto que te ofrece muchas más
probabilidades de acertar que si contestas al azar. No es un seguro de vida, pero la estadística
estará a tu favor.

2. El examen en su conjunto puede darte respuestas a preguntas concretas: Es importante


que te leas todo el examen de principio a fin antes de responder a cualquier pregunta. La razón: es
probable que haya respuestas “ocultas” (o no tan ocultas) en otras preguntas del examen.
Poundstone detectó que es bastante común que las opciones de respuesta aparezcan en
varias preguntas distintas a lo largo del examen.

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En realidad, un examen bien elaborado por parte de los profesores no debería tener este error
garrafal. Es decir, que haya respuestas ocultas o deducibles a través de la redacción de las
preguntas es un fallo grave en la redacción del examen por parte del profesor en cuestión. En un
puro ejercicio de lógica, puedes llegar a resolver varias preguntas gracias a la información que te
brinda el resto del examen, aprovechándote de estos deslices que a veces cometen las personas
que diseñan el examen.

3. Las respuestas más largas suelen ser las correctas: En términos generales, debes tener en
cuenta que las respuestas más largas suelen ser las opciones correctas. Esto es debido a que
“los docentes que crean el examen deben asegurarse de que las respuestas correctas
son indiscutiblemente correctas. Habitualmente, esto precisa de una enunciación más larga y
rigurosa”, explica el autor de la investigación. ¿Queda claro, no?
Por tanto, ya lo sabes: si no tienes ni la más remota idea de cuál es la respuesta acertada y hay
una opción que sobresale por su longitud… esa es la que tiene más papeletas para ser la
correcta.

4. Las respuestas incongruentes suelen ser incorrectas: Algunos exámenes tipo test se
generan con programas informáticos que generan algunas respuestas de forma automática, y por
tanto al azar y sin seguir ningún tipo de patrón lógico. Estas respuestas acostumbran a ser muy
incongruentes respecto a las demás, y obviamente son opciones erróneas.
Cuando detectes este tipo de respuesta incongruente, no solo tendrás más posibilidades de acertar
la pregunta en cuestión (ya que habrás descartado una de las opciones de respuesta), sino que
también tendrás en cuenta de que, a lo largo del examen, puede haber más opciones de
respuesta generadas automáticamente y, por tanto, incorrectas. Sácale todo el partido que
puedas.

5. Los exámenes tipo test son para mentes frías: Si eres de esas personas que se ponen
nerviosas durante las pruebas, debes cambiar esta mala dinámica. Cuanto más relajado y lúcido
estés mientras respondes las preguntas del examen, más probabilidades de que seas capaz de
utilizar todos tus recursos (conocimientos y trucos) para salir exitoso de la prueba.

Referencias bibliográficas.
González, R. (2004). Estrategias y Técnicas de estudio. Editorial Pearson Prentice Hall, Madrid,
España.
Hernández, F. (1990). Aprendiendo a aprender. Métodos y Técnicas de estudio para alumnos de
E.G.B.- B.U.P.- F.P. Murcia: Grupo Distribuidor Editorial.
Manzanero, A.L. (2008): El olvido. En A.L. Manzanero, Psicología del Testimonio (pág. 83-90).
Madrid: Ed. Pirámide.

Psic. Jaime A. Tut Cauich

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