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Introducción
Todos los organismo u organizaciones tienen un origen, tiene un modo de existir y
conducirse, al igual que una meta. Todos buscan cumplir sus sueños y logros, y llegar a cumplir el
propósito por cual fueron creados. Si es una industria textil, ofrecer la mejor ropa, si es de
alimentos, ser los de mejor calidad alimenticia, o si es de medicamentos, ofrecer los mejores
precios del mercado y ser eficientes. Todos tienen un propósito y una razón de existencia; así
mismo la familia es un organismo, tiene miembros, tiene metas y propósitos, y cada uno de los
integrantes comparte más que un ideal, en este caso son sentimientos, metas y hasta la misma
sangre.
Solo que hay muchas diferencias entre organizaciones creadas por los hombres, con la
familia, ya que las compañías trabajan arduas para llegar a su meta, y si lo hacen, muy bien, y si
no, pues van y lo intentan de diferente forma, la familia, por lo contrario, solo tiene una opción,
esta es seguir intentando para obtener los resultados buscados, y saber vivir con los resultados que
tal vez no sean los buscados hay una gran diferencia.
Pero algo se comparte en común con las demás organizaciones, todas tienen competencias,
hay otros organismos que no quieren ver que la familia pueda tener éxito, podemos ver que son
personas, que puede ser un gobierno o leyes, y podemos ver que es el mundo y el enemigo de
nuestras almas, satanás, quienes quiere ver que la familia y sus integrantes fallen y puedan llevar
a cabo su propósito, pero ¿Cuál es su propósito y donde se origina?
I. El origen de la familia
Todas las personas saben que todo lo que existe tiene un propósito y un origen, con la
única excepción de Dios, ya que él es eterno (siempre ha sido). No todos sabemos el origen de
todas las cosas que existen en este Universo, pero hay cosas que, si podemos saber, e incluso
debemos para poder conocer su propósito.
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La familia es una de ellas, Dios creo la familia y el la instituyo como algo bueno. Cuando
vemos en la historia de la creación (Genesis 1:26-31) nos damos cuenta de que el deseo de Dios
era que el hombre a quien creo tuviera la posibilidad de procrear hijos, y también tener una esposa,
todos ellos para que vivieran bajo un mismo techo y bajo un mismo ideal, desarrollarse
compartiendo sentimientos, visiones, metas y necesidades, esto es lo que es una familia, un
organismo de personas de más de dos individuos que mantienen ideales parecidos, mediante lazos
sentimentales o consanguíneos.
El propósito de Dios al crear al hombre y darle descendencia no solo era porque no tenía
nada que hacer, sino que Dios amo tanto a la humanidad que quería que se desarrollara de una gran
manera y que crecieran y aprendieran a amarse de la manera como Dios los amaba, que se cuidaran
los unos a los otros como Dios los cuidaban y que proveyeran, así como él lo hacía, para que así
pudieran ver cuanto Dios los amaba y cuanto ellos podían también amar.
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Es muy necesario establecer y reafirmar lo que dice la Biblia y Dios en cuanto a este
concepto de matrimonio, ya que desde hace muchos años y aun en la actualidad, la definición de
matrimonio se ha visto distorsionada, por el pecado, el mundo y el enemigo. La única forma
aceptable, sana y bíblica del matrimonio es entre un hombre y una mujer (Genesis 1:27) “27 Y creó
Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Es necesario
establecer que solamente existen dos géneros dentro de la especie humana, el género masculino y
femenino, y la interacción fisca entre ellos puede crear a un ser viviente humano. Es la misma
forma en los animales y las plantas.
Por lo tanto, era necesario que el matrimonio que es la unión de dos seres con el fin de
compartir vidas para (1) poblar la tierra, (2) formar una familia y disfrutar del amor de Dios,
debería ser entre dos personas de géneros opuestos que podrían cumplir esta función.
La unión de un hombre con un hombre y una mujer con mujer no concretarían los requisitos
para un matrimonio, y al contrario sería algo horrendo y ofensivo contra la naturaleza pura de Dios.
Por eso no apoyamos ningún otro tipo de unión matrimonial, ni conductas equivocadas en cuanto
al género humano.
Pero es muy importante notar, que no se necesita tener hijos en un matrimonio para que se
les pueda llamar familia, ya que la unión de dos seres que se aman, hombre y mujer, es una familia,
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ya que cumplen con lo fundamental, dos seres que sea aman y comparten sentimientos, lazos de
amor o sanguíneos, en caso de un familiar como sobrino, sobrina, primo, etc.
También es importante establecer que nosotros creemos en los hijos y en la vida desde la
concepción, esto es desde la unión del padre y de la madre es que creemos que comienza a gestarse
la vida. Por lo tanto, no estamos de acuerdo en teorías humanas, científicas y medicas que quieren
permitir los abortos o asesinatos de bebes aun en desarrollo cuando están en el vientre de su madre.
Los hijos son una bendición de Dios que debemos cuidar, amar, disciplinar e instruir en el camino
del Señor.
Por último, debemos entender que, si Dios es el iniciador de la familia, no solo es porque
se le ocurrió, sino que como hemos visto tiene propósitos muy buenos. Uno de esos propósitos es
bendecir a los matrimonios con hijos, y a esos hijos con un desarrollo bueno, y con padres
amorosos que les ayudan en su vida, y así ellos puedan llegar a formar un matrimonio y así
continuar sucesivamente. Pero también el propósito de Dios es que tanto como los papas y los
hijos puedan llegar a conocerlo, saber quién es Dios y porque los creo, y así mismo que disfrutan
de sus vidas bajo las normas de amor que Él les ha marcado en su Palabra, además que le sirvan y
amen, llevan a sus familias con amor a nuevos niveles de crecimiento personal y espiritual.