Por otra parte, el hecho de que el carbón esté bastante repartido geográficamente,
permite a determinados países (entre los que se encuentran España y otros de la
Unión Europea) rebajar su gran dependencia energética exterior, ya que las reservas
de otros combustibles fósiles (petróleo y gas natural) se concentran en algunas zonas y
países sometidos, a veces, a inestabilidades y vaivenes geopolíticos más frecuentes
de lo deseable.
La minería del carbón ha tenido, y todavía tiene -aunque en menor escala-, una
importancia socioeconómica alta en las comarcas mineras, tanto por el valor de su
producción como por su capacidad de generar empleo directo e indirecto. En Castilla
y León, el carbón tiene especial importancia todavía en las provincias de León y
Palencia.
El carbón es una roca sedimentaria de origen orgánico que se Millones Periodos Formación
de años geológicos del carbón
empezó a formar hace millones de años, a partir de la vegetación
Cuaternario
existente. Los grandes depósitos de carbón se comenzaron a
Cenozoico
generar en el período Carbonífero (hace 350-280 millones de años,
0
aproximadamente). Este proceso de formación de carbón continuó Terciario
durante el periodo Pérmico (280-225 años atrás, aproximadamente)
y “más recientemente” en el Cretácico (unos 100 millones de años
50
atrás).
Hay también carbones más jóvenes formados en la Cretácico
Era Terciaria (hace pocas decenas de millones de 100
Mesozoico
años).
Los helechos y los gigantescos árboles existentes en aquellas
épocas, a medida que morían y se depositaban formando capas, se Jurásico
150
fueron transformando por la acción de hongos y bacterias en un
ambiente pobre en oxígeno, propio de las zonas pantanosas en las
Triásico
que habían crecido. 200
Pérmico
Con el paso del tiempo, estos sedimentos se iban cubriendo por 250
otros, consolidándose por aumento de la presión y de la temperatura,
y por los movimientos de la corteza terrestre. Este proceso ha 300 Carbonífero
servido para formar las capas de carbón que actualmente
explotamos.
Paleozoico
En el proceso de formación del carbón, la desaparición de la 350 Devoniano
Lignito: es un tipo de carbón muy abundante que posee mayor poder calorífico que la
turba, un color negro o pardo (de menor rango que el negro) y una estructura leñosa
o fibrosa. Tiene una elevada humedad y materia volátil y al lignito negro se le
denomina también “carbón subbituminoso”. Es de formación más reciente que la hulla y
la antracita y su poder calorífico en la venta no suele pasar de las 4.000 kcal/kg.
Hulla: tiene un contenido en carbono alto (entre el 75% y el 90%), bastantes volátiles
y un poder calorífico muy superior al del lignito (casi el doble). Se le denomina también
“carbón bituminoso”. Puede utilizarse en la combustión y en la industria siderúrgica.
Este tipo de carbón dio origen a la carboquímica.
Antracita: se trata de un carbón duro, muy evolucionado, que tiene el mayor contenido
en carbono fijo, el mayor poder calorífico y el menor contenido en materias volátiles de
los cuatro tipos citados. Tiene una estructura cristalina y un color negro brillante.
Existe también el carbón vegetal, que se obtiene artifi- cialmente quemando madera
apilada en ausencia de oxígeno para que su combustión sea parcial. El carbón
vegetal se utilizó mucho como combustible, pues tiene más poder calorífico que la
madera.
El grafito es una forma cristalina del carbono que puede obtenerse de forma natural
(en yacimientos en los que ha existido un proceso metamórfico) o de forma artificial
(a partir del coque de petróleo) y puede ser utilizado como lubricante o mezclado
con una pasta para la elaboración de lápices.
UN POCO DE HISTORIA
No se sabe muy bien, pero parece que de forma conocida, el carbón mineral empezó a
utilizarse como combustible en China, hace unos 2000 años. También se dice que los
ingleses conocieron su uso por aquella época y que de ellos aprendieron los romanos. El
antiguo mundo no conoció, o no utilizó, el carbón mineral.
Por el contrario, sí existen referencias muy antiguas del uso del carbón vegetal que, como
se ha dicho, se obtiene por calentamiento de la madera en ausencia de oxigeno. Se tienen
datos de que a partir del siglo XI el carbón mineral ya se utilizaba en Inglaterra, y en el
siglo XIII los ingleses lo explotaban y lo transportaban en barcos a Londres y otros puntos
de consumo para producir calor.
Existe un manuscrito (la Crónica Sajona) donde se menciona el uso de carbón para uso
doméstico y se tienen datos oficiales de una concesión de explotación, en forma de
privilegio concedido en 1.259 por Enrique II a los habitantes de Newcastle, para hacer
excavaciones con objeto de extraer carbón de los campos de su castillo.
A partir de los años ochenta (siglo XX), y hasta nuestros días, la importancia del
carbón es indiscutible; y aunque existe una tendencia a disminuir su participación
relativa en el conjunto de fuentes de energía de los países más avanzados, esto no
ocurre en los que están en vías de gran desarrollo industrial, como China, India,
Brasil, etcétera.
Por lo que se refiere a España, y más concretamente a Castilla y León (existen otras
CCAA con yacimientos de carbón, con su importancia e historia: Asturias, Aragón,
Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia), puede decirse que el despegue de la minería
del carbón tuvo un cierto retraso con respecto a otros países con una industria más
avanzada en el siglo XIX.
En la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, España precisaba
importar carbón, si bien a finales del siglo XIX la minería del carbón ya había logrado
un cierto desarrollo.
El retraso alentado por las facilidades para la entrada de carbón extranjero y la merma
de los costes de los transportes al aprovechar los barcos el retorno a sus puntos de
origen, cargados de cobre del Suroeste de España, aceite y productos agrícolas, se
mantuvo hasta que el incremento de los costes, el fuerte crecimiento de la siderurgia
vasca y el desarrollo del ferrocarril, facilitaron y requirieron de manera clara un desarrollo
de la minería del carbón en España. Entre 1.895 y 1.900 la producción de carbón en
España se incrementó en un 50%, llegando hasta 2,7 Mt/año.
En todo este contexto temporal (segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX)
se pueden encuadrar las minas del Norte de León y Palencia, ligadas al ferrocarril y a
la industria vasca. La Magdalena, Ciñera, Sabero, Valderrueda, Guardo, etcétera,
tomaron cuerpo como cuencas y zonas mineras, en las que algunas empresas
emblemáticas mantienen actualmente su actividad, y sin duda, son depositarias y
transmisoras de grandes conoci- mientos y técnicas mineras, sin dejar de adaptarse a
los nuevos tiempos y necesidades de altas productividades, realizando importantes
esfuerzos e inversiones en tecnología y seguridad para continuar siendo en los
próximos años fuente de empleo y riqueza a la vez que contribuyen a un
abastecimiento energético equilibrado y no excesivamente dependiente de otros
países.
El carbón, durante la primera mitad del siglo XX pasó por diversas vicisitudes sorteando
las crisis de las dos grandes guerras mundiales y teniendo siempre un papel muy
importante como fuente de energía. Tras la segunda guerra mundial, el petróleo le
quitó algo de protagonismo, pero el carbón siempre ha sido muy importante.
En la actualidad, desde una perspectiva general, puede decirse que los países
avanzados que tienen grandes reservas de carbón mantienen su consumo tratando
de utilizar tecnologías más limpias y eficientes, compatibilizando su uso con
energías renovables, gas natural, etcétera. En algunos países, entre los que se
encuentra España, actualmente existe un rechazo social importante a la energía nuclear, y
mientras que no se resuelva el problema de generación de energía no contaminante,
dominada tecnológicamente por el hombre, segura y que esté disponible en cantidades
suficientes el carbón será necesario y se seguirá utilizando.
De los combustibles fósiles más conocidos (petróleo, carbón y gas natural), el carbón
es el más abundante y el que permite mayor seguridad de suministro.
El carbón tiene múltiples utilizaciones, pero existen algunas características del mismo
que le confieren una importancia singular como combustible a gran escala,
especialmente para generar electricidad en las centrales termoeléctricas:
Las reservas mundiales actuales ascienden a cerca de un billón de toneladas (en España,
alrededor de mil millones de toneladas), lo que significa que las reservas de carbón son
casi cuatro veces más que las de petróleo y gas conjuntamente. Además, éstas se
encuentran muy repartidas. Otros combustibles fósiles, como el petróleo y el gas natural,
se encuentran en zonas más localizadas y políticamente inestables.
Por el contrario, se dice que sólo hay petróleo para poco más de 40 años, y gas natural
para unos 70 años.
• Es seguro
• El carbón se presenta en la naturaleza de forma estable siendo, por tanto, el
combustible fósil más seguro de transportar, almacenar y utilizar. Los residuos
que deja no deben causar grandes problemas si se gestionan adecuadamente. Es
fiable en su suministro y es económicamente competitivo
• Es necesario
Aunque existen otras fuentes de energía, el carbón actual- mente es necesario para
abastecernos energéticamente.
El carbón hasta la segunda guerra mundial, ha sido la fuente de energía primaria más
importante del mundo, aunque desde mediados del siglo XX ha compartido
protagonismo con otros combustibles fósiles, con la energía nuclear y,
recientemente, con las cada vez más demandadas y necesarias energías
renovables.
La energía de fusión nuclear, que podría ser la gran opción energética futura, tanto
por sus ventajas de seguridad (ya que no pueden producirse reacciones en cadena)
como por su bajo impacto ambiental (los residuos no son radioactivos) parece que
requiere todavía un plazo muy importante (difícilmente inferior a 50 años, se dice)
para superar las determinadas dificultades tecnológicas para su uso comercial.
El hidrógeno es otra fuente potencial de energía, pero tiene problemas para su uso
en pilas de combustible (que sería una opción limpia, especialmente en el sector de
la automoción), y todavía está en la fase en la que para obte- nerlo se gasta más
energía de la que se puede producir.
RESERVAS Y CONSUMOS
El carbón es muy abundante y está muy repartido en el mundo. Esto hace que, para
abastecerse energéticamente, muchos países no sean excesivamente dependientes de
la situación socio- económica o de conflictos en zonas con reservas energéticas pero
inestables políticamente.
El hecho de que las reservas de carbón estén muy repartidas ha servido para que
haya más estabilidad en los precios del carbón que en otros recursos energéticos,
y que éste contribuya de manera importante al autoabasteci- miento energético de
muchos países.
Desde su localización en los yacimientos, el recorrido del carbón mineral pasa por su
extracción, preparación y concentración para su aprovechamiento, transporte a los
centros de consumo, y uso final. Teniendo en cuenta que actualmente existe una gran
sensibilidad por el medio ambiente, en el recorrido del carbón también hay que considerar
la recuperación ambiental y paisajística de los espacios afectados y la minimización de
los efectos adversos al medio ambiente que pueda producir su utilización, especialmente
las emisiones de gases provenientes de su combustión.
INVESTIGACIÓN DE YACIMIENTOS
En la actualidad se conocen bien los yacimientos de carbón existentes. Además, su
investigación no es complicada, es segura y apenas afecta al medio ambiente.
Las capas de carbón se pueden reconocer en los aflora- mientos, se puedan dar sondeos
que determinan el espesor y la posición de las mismas bajo el terreno, y se pueden
utilizar técnicas geofísicas para contrastar datos y localizar las capas. Además, tanto la
información que proporcionan las antiguas explotaciones como las que están activas,
permiten también conocer bastante bien los yacimientos y determinar su continuidad.
La calidad del carbón se determina fácilmente en labora- torios donde se analizan las
muestras y se obtienen los contenidos en los elementos que dan valor comercial al
carbón.
EXTRACCIÓN
Convencionalmente el carbón se extrae por dos grandes métodos: minería
subterránea o minería de superficie (que se suele denominar también “a cielo
abierto”).
Lo negativo de la minería a cielo abierto es que afecta de manera más visible al entorno
si no se hacen las correc- ciones necesarias. Sin embargo, una vez extraído el
carbón, se pueden rellenar los huecos, recuperar el paisaje, e incluso mejorar el
terreno.
El terreno que debe retirarse para sacar el carbón se mueve con grandes y potentes
máquinas. Si el terreno es muy duro, es preciso utilizar explosivos que se colocan en el
interior de barrenos perforados en la roca.
RETIRADA DE SUELO Y VEGETACIÓN PARA INICIAR UNA EXPLOTACIÓN
Los costes de la minería a cielo abierto suelen ser menores que los de la minería
subterránea; pero el método es aplicable en la parte de los yacimientos relativamente
poco profunda, aunque las máquinas actuales permiten hacer minas a cielo abierto de
varios cientos de metros de profundidad, si la relación entre estéril a mover y carbón lo
permite.
El grisú es una mezcla de gases (principalmente metano) que está presente en algunos
yacimientos de carbón y se desprende al arrancar el mismo. En determinadas propor-
ciones en el aire de la mina (5-15%, aproximadamente) es explosivo y puede producir
fatales accidentes si se genera alguna chispa o fuego. Por ello, las minas con grisú se
ventilan muy bien para evitar esas concentraciones peligrosas de grisú, y requieren
unas máquinas muy bien protegidas para que sus motores no generen chispas que
puedan entrar en contacto con la mezcla.
El acceso a las minas puede hacerse mediante galerías horizontales (que van a buscar
a las capas desde las laderas de las montañas, barrancos o valles), mediante planos
inclinados (galerías inclinadas que se profundizan desde la superficie y se equipan con
cintas transpor- tadoras o algún medio de transporte sobre vías), o mediante pozos
verticales que requieren jaulas de extracción como ascensores. En España y en
Castilla y León hay minas subterráneas con pozos de varios cientos de metros de
profundidad.
PREPARACIÓN Y CONCENTRACIÓN
El carbón se extrae después de ser arrancado en trozos de distintos tamaños y con
impurezas de otras rocas (generalmente en nuestras minas, el estéril está constituido
por pizarras, areniscas, calizas, materiales arcillosos, etcétera). Para su utilización
debe ser tratado adecua- damente, eliminando impurezas y clasificándolo en tamaños
adecuados para su comercialización. Este proceso se llama “lavado”, “concentración”
o “beneficio” del carbón.
En algunos casos, el carbón sacado de la mina puede ser utilizado directamente, o ser
comercializado mediante un simple estrío o cribado; pero no siempre es así, y por eso
se necesitan los “lavaderos” de carbón que dan valor añadido al producto.
Existen diversas tecnologías para el lavado de carbón, que puede ser en seco (con
una clasificación generalmente neumática) o en húmedo (con ayuda del agua
utilizando reactivos, filtros, etcétera) según el tipo de carbón. Las técnicas de
separación del carbón y estéril aprovechan la diferencia de densidad del carbón (más
baja) y la de las impurezas de otras rocas (generalmente denominadas cenizas).
TRANSPORTE Y ALMACENAMIENTO
El carbón tratado y preparado para la venta, debe ser transportado a los centros de
consumo y almacenado, bien en las instalaciones mineras esperando su venta o en
las centrales térmicas que requieren disponer carbón almacenado en previsión de
fallos en el suministro (“stock de seguridad”).
El tráfico de carbón entre puertos de países como China, India, USA, Australia,
Colombia, Sudáfrica (grandes consumidores unos y exportadores otros) o en los
grandes puertos de la Unión Europea que reciben grandes cantidades de carbón,
ocupa una gran parte de las disponibilidades de barcos a nivel mundial.
Es preciso tomar medidas preventivas en cada etapa del transporte para reducir
potenciales impactos ambientales. Aunque el carbón no es un producto especialmente
contaminante y peligroso si se compara con otros combustibles o materiales
radioactivos (eso es un aspecto positivo del mismo), deben tomarse medidas para
evitar el polvo y hacer sencillos tratamiento de las aguas que pueden afectar a los
acuíferos en caso de apilamientos de carbón.
Otra de las ventajas de la utilización del carbón como combustible a gran escala en
centrales térmicas u otras industrias es que por su abundancia y por encontrarse bien
repartido a nivel mundial, una parte muy importante del mismo es consumido a no más
de 50 km de la mina (en el caso de la generación eléctrica, del orden del 60% se
consume en las proximidades de las minas).
UTILIZACIÓN
Generación de electricidad
En el gráfico siguiente se puede ver la importancia del carbón en la generación de
energía eléctrica, pues representa aproximadamente un 40% de los combustibles
utilizados para producir aproximadamente el 37% de la electricidad generada en el
mundo. La Agencia Internacional de la Energía (IEA) ha previsto un crecimiento medio
anual en el consumo del carbón para la generación de Energía Eléctrica del orden del
2,2 % a nivel mundial en el período 2.000-2.030
Producción de acero
Por otra parte, el carbón es indispensable para la industria del acero y del metal.
La producción de cerca de 800 Mt de acero al año, a finales del siglo XX, requerían
unos 600 Mt de carbón.
Otros usos
Tanto el carbón mineral como el artificial tienen otros muchos usos de gran
importancia, aunque las cantidades son mucho menores.
El carbón se utiliza en muy diversas industrias que requieren calor, para obtener vapor
de agua, en la industria cerámica, en la industria del vidrio, en la producción y primera
transformación de productos preciosos y fundición de metales, etc.
El carbón activo tiene una importancia muy grande como filtro y como absorbente de
gases.
El vapor, a alta presión, se lleva a unas turbinas en las que se expande, haciendo girar
el rotor, que es la parte móvil de las mismas. Para aumentar el rendimiento del
proceso, esto puede hacerse en varias etapas de presión.
Una vez que el vapor pasa por la turbina, se condensa utilizando para ello agua
procedente de las torres de refrigeración (las torres anchas de forma hiperbólica por
las que sale gran cantidad de vapor de agua, y que no debe confundirse con los gases
contaminantes como el SO2, NOx, etcétera, que salen con los humos por las
chimeneas más altas que los dispersan y diluyen.) Una vez que el vapor pasa de
nuevo a forma líquida (agua) se recircula para volver a ser calentada.
La electricidad generada pasa por subestaciones de transformación, en las que se
aumenta su voltaje, para facilitar y abaratar su transporte a través de las líneas de alta
tensión, que llevarán la electricidad hasta las cercanías de los puntos de consumo. Una
vez que se llega a las proximidades de los puntos de consumo, la electricidad pasa de
nuevo por una subestación de transformación, en la que se disminuye su voltaje para
posibilitar el consumo, ya que los aparatos y demás aplicaciones domésticas o
industriales, que necesitan de electricidad para funcionar se han diseñado para hacerlo
con tensiones mas pequeñas que las que se utilizan para el transporte de la electricidad.
Las tecnologías limpias del carbón (“CCTs”, abreviatura en ingles de “Clean Coal
Technologies”) pueden definirse como las técnicas a utilizar para mejorar tanto la
eficiencia como la tolerancia ambiental en la extracción, preparación y uso del carbón.
Estas técnicas están encaminadas a:
Por otro lado, el empleo de las técnicas de desulfuración de los gases de combustión
(FGD) puede eliminar entre el 90% y el 97% de los óxidos de azufre contenidos en
los mismos gases de combustión, convirtiéndolos en yeso, que puede usarse en
construcción.
Aunque las principales ventajas de los lechos fluidizados son ambientales (por
reducción de emisiones, al bajar la temperatura de combustión), los lechos
fluidizados a presión (PFBC) utilizados modernamente alcanzan rendimientos del
45%, y, como en los métodos que emplean combustibles pulverizados, se utiliza el
vapor a presión para mejorar la eficiencia de los procesos.
Ciclos Combinados
Una alternativa a la combustión del carbón, es la gasifi- cación. Cuando el carbón
entra en contacto con vapor y el oxígeno, se producen reacciones que generan un gas
combustible (compuesto principalmente por monóxido de carbono e hidrógeno) que
puede quemarse en turbinas de gas apropiadas. Si el calor residual de estas turbinas
se utiliza para producir vapor y mover con él una turbina adicional, la mejora del
rendimiento energético es evidente.
Están también en desarrollo los ciclos combinados híbridos que desarrollan las mejores
características de gasificación y combustión, utilizando el carbón en dos etapas. En la
primera de las etapas, se gasifica la mayoría del carbón destinando el gas al
movimiento de una turbina de gas, mientras que en la segunda etapa se quema el
carbón residual carbonizado, para la producción de vapor. Con este sistema, es
posible alcanzar eficiencias de más del 50%.
Además, las técnicas de combustión limpia del carbón se han orientado también a
utilizar el carbón con otros sistemas generación, en particular a la quema conjunta de
biomasa o residuos junto con el carbón (“co-combustión”). Entre los beneficios que tiene
la aplicación de ésta técnica, se encuentra la reducción de las emisiones de CO2, SOx y
NOx, y el aprovechamiento conjunto de la biomasa para la producción de energía, sin
necesidad de tener una planta dedicada exclusivamente a ello, siendo éste un ejemplo
de compatibilizar la combustión del carbón con las energías renovables y con la industria
de los residuos.
Por otro lado, el uso de células de combustible ha demostrado que para plantas de
hasta 2 MW existen métodos de utilización del hidrógeno para la gasificación del
carbón. Sin embargo, los equipos y el mercado del hidrógeno deben desarrollarse
todavía, para que se lleve a hecho la utilización de esta técnica.
Las mismas previsiones hacen referencia a que en el horizonte del año 2030 el carbón
será fuente de cerca del 28% de la energía primaria mundial, frente a un 34%
proporcionada por el petróleo y un 25% por el gas natural. Esto debe alertar
inequívocamente de que debe darse especial importancia al uso limpio del carbón y a
la eficiencia en su consumo.
Los gases de la combustión en las centrales térmicas son tratados previamente para
disminuir emisiones nocivas y se dispersan mediante grandes chimeneas (las más
bajas desprenden vapor de agua de refrigeración, no contaminante). Cortesía de
SEGYCAL.
Los gases de la combustión en las centrales térmicas son tratados previamente para
disminuir emisiones nocivas y se dispersan mediante grandes chimeneas
Por tanto, el papel del carbón como fuente de energía pasa por las siguientes
medidas:
Para darse cuenta de la importancia del carbón en España y Castilla y León nos
fijaremos en algunos datos, relativos a su producción, influencia en la energía
eléctrica, etc.
Teniendo en cuenta los datos de los dos cuadros anteriores (producción de energía
primaria con fuentes autóctonas y consumo total de energía, cuya relación indica el
grado de autoabastecimiento) se obtiene que España tiene un grado de
autoabastecimiento de carbón del 35,2%, frente al 0,9% del gas natural y 0,5% del
petróleo (la energía nuclear, hidráulica y las renovables, tienen un grado de
autoabastecimiento del 100%). El grado de autoabastecimiento total en España en
2003 ha sido del 24,2%.
Reservas de carbón
También existen reservas de carbón en España para muchos años, siendo ésta la
reserva energética autóctona más importante en la actualidad.
Teniendo en cuenta las producciones obtenidas desde 1992, puede estimarse que en
España disponemos de unos 1.000 Mt de reservas (muy probables) de carbón y más
de 4.000 Mt de recursos totales, perteneciendo unos 275 Mt a Castilla y León.
Producción de carbón
La producción de carbón ha disminuido en España en los últimos años, y también en
Castilla y León. Las minas menos competitivas han ido cerrando y van quedando
aquellas que pueden susbsistir con menos ayudas para garantizar una parte del
abastecimiento energético nacional.
Jean MONNET
Fue el primer presidente de la Alta Autoridad. De aquí surgió la CECA (Comunidad
Europea del Carbón y del Acero) en 1951 integrada por 6 miembros (Alemania,
Bélgica, Francia, Holanda, Italia y Luxemburgo). La CECA tuvo un gran prestigio y en
1957 se firmaron los tratados de Roma creando EURATOM (Comunidad Europea de
la Energía Atómica) y la CEE (Comunidad Económica Europea, que ha derivado en la
actual Unión Europea).