La Topografía, pues, se puede entender como una ciencia geométrica aplicada a la descripción
de la realidad física inmóvil circundante. Consiste en plasmar en un plano la realidad vista en
campo, en el ámbito rural o natural, de la superficie terrestre; en el ámbito urbano, es la
descripción de los hechos existentes en un lugar determinado: muros, edificios, calles, entre
otros. Es la ciencia que estudia el conjunto de procedimientos para determinar las posiciones
de puntos sobre la superficie de la tierra por medio de medidas según los tres elementos del
espacio. Estos elementos pueden ser: dos distancias y una elevación, o bien una distancia, una
dirección y una elevación.
Se puede dividir el trabajo topográfico como dos actividades congruentes: llevar "el terreno al
gabinete" (mediante la medición de puntos o relevamiento, su archivo en el instrumental
electrónico y luego su edición en la computadora) y llevar "el gabinete al terreno" (mediante el
replanteo por el camino inverso, es decir, desde un proyecto residente en la computadora a la
ubicación del mismo mediante puntos sobre el terreno). Los puntos relevados o replanteados
tienen un valor tridimensional; es decir, se determina la ubicación de cada punto en el plano
horizontal (de dos dimensiones, norte y este) y en altura (tercera dimensión) mediante las tres
coordenadas cartesianas rectangulares X, Y, Z.
La Topografía no sólo se limita a realizar los levantamientos de campo en el terreno, sino que
posee componentes de edición y redacción cartográfica para que, al confeccionar un plano, se
puede entender el fonema representado a través del empleo de símbolos convencionales y
estándares previamente normados para la representación de los objetos naturales y
antrópicos en los mapas o cartas topográficas.
Historia:
Los primeros registros sobre la topografía los encontramos en la civilización babilónica cerca del
año 3000 a.C., puesto que ya utilizaban cuerdas y cadenas para sus mediciones. Pero es durante la
civilización egipcia, hacia el año 2600 a.C. cuando éstos inventan el que podría ser el primer aparato
topográfico, la plomada egipcia, con la que construyeron sus fabulosas pirámides. Heródoto nos
informa acerca del reinado del faraón Sesostris (aproximadamente en el 1400 a.C.), quien dividió el
imperio egipcio en diferentes lotes para el pago de impuestos. El río Nilo inundaba -como es bien
sabido- anualmente sus márgenes, y de esta forma se designó a los topógrafos para restablecer las
orillas y linderos. Se les denominaba estiracuerdas, por ser éste el sistema que utilizaban aquellos
para realizar su labor.
Los griegos utilizaron también otros aparatos además del gnomon como la dioptría, para medir
ángulos y el corobates, que consistía en una regla con un surco que se llenaba con agua y hacía la
función de nivel. Se puede considerar como antecesor del teodolito el astrolabio de Hiparco, que fue
contemporáneo de Ptolomeo.
Los romanos, portadores de los conocimientos griegos por Europa, utilizaron un aparato que se
descubrió en Bavaria y que se llamaba la Groma, para observar y establecer líneas y ángulos rectos.
Era una especie de alidada, que proyectaba rectas o plomadas trabajando sólo en el plano horizontal,
o sea, sin diferencias de cota. Como los romanos construían sus ciudades, colonias o campamentos
basados en planos ortogonales siguiendo el modelo clásico, éste era el aparato perfecto para
establecer las alineaciones de caminos, calles y las parcelaciones de sus centuriaciones. Su
inconveniente principal era el viento, pero este aspecto meteorológico también nos ha venido
afectando a los topógrafos en siglos posteriores y, por cierto, con mucho mejores aparatos a nuestra
disposición. Vitruvio hace referencia a los carros medidores de distancias por medio de contadores
de vueltas, y fue el constructor de la primera escuadra y cartabón aplicando el fundamento derivado
del triángulo rectángulo de Pitágoras (lados de 3-4-5 metros).
Posteriormente, los árabes apoyándose en los conocimientos de los griegos y romanos, usaban
astrolabios divididos en 5 minutos de arco. Usbeke Biruni diseñó hacia el año 1000 d.C., la primera
máquina para la graduación de círculos. Sobre el año 1300, descrito por Levi Ben Gershon, se conoce
un curioso mecanismo empleado para la medida indirecta de distancias, posteriormente conocido
como la “barra de Jacob”, mediante el movimiento de una barra perpendicular a otra principal
graduada, que proporcionaba así los ángulos paralácticos.
Más tarde, ya en Europa occidental, en el S-XIII, se mejoran los trabajos topográficos a partir de
la invención de las cartas planas, la aplicación de la brújula (inventada por los chinos) y su desarrollo
posterior por Leonardo Da Vinci y Schmalcalder, como instrumento precursor del teodolito.
El siglo XX es el de los grandes fabricantes y de la óptica, con Carl Zeiss con el anteojo de enfoque
interno y Heinrich Wild el nivel de coincidencia, el micrómetro de coincidencia y la estadía invar, tal
como ahora la conocemos. Los limbos de cristal fueron fabricados en serie poco antes del año 1936,
mejorando así la graduación en el propio limbo.
En las últimas décadas el avance en la instrumentación topográfica ha sido poco menos que
vertiginoso, con la aparición de los sistemas electrónicos, pasando rápidamente de los
distanciómetros y las semi-estaciones, a los teodolitos digitales y a la concepción de la actual estación
total, las estaciones motorizadas y robotizadas, para efectuar levantamientos taquimétricos y
replanteos. Debemos añadir también los colectores de datos, los colectores de tarjetas de registro y
los colectores internos en la propia estación, debiendo conectar ésta al ordenador para su descarga
y procesamiento. Por último, aparecen los modernos sistemas G.P.S. con su estacionamiento en
tiempo real o diferido, con las altas precisiones que se están obteniendo últimamente.
Levantamiento topográfico:
Se define como tal el conjunto de operaciones ejecutadas sobre un terreno con los instrumentos
adecuados para poder confeccionar una correcta representación gráfica o plano. Este plano
resulta esencial para situar correctamente cualquier obra que se desee llevar a cabo, así como
para elaborar cualquier proyecto técnico. Si se desea conocer la posición de puntos en el área
de interés, es necesario determinar su ubicación mediante tres coordenadas que son latitud,
longitud y elevación o cota. Para realizar levantamientos topográficos se necesitan varios
instrumentos, como el nivel y la estación total. El levantamiento topográfico es el punto de
partida para poder realizar toda una serie de etapas básicas dentro de la identificación y
señalamiento del terreno a edificar, como levantamiento de planos (planimétricos y
altimétricos), replanteo de planos, deslindes, amojonamientos y demás. Existen dos grandes
modalidades:
Todo levantamiento topográfico tiene lugar sobre superficies planas, limitándose a pequeñas
extensiones de terreno, utilizando la denominación de “geodesia” para áreas mayores. Sin
embargo, debemos puntualizar que en la topografía clásica, para dar coordenadas a un punto,
no se utiliza directamente un sistema cartesiano tridimensional, sino que se utiliza un sistema
de coordenadas esféricas que posteriormente nos permiten obtener las coordenadas
cartesianas.
Brújula:
La brújula es, después del mapa, el elemento más importante para ser capaz de orientarse en
un territorio desconocido. Su funcionamiento se basa en la atracción magnética que ejerce la
Tierra sobre los objetos imantados, de forma que la aguja (imantada), siempre indique la
dirección del norte magnético. La precisión de la brújula es mayor en bajas altitudes que en
alturas superiores.