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Estudio ecográfico de la glándula tiroides.

Poster no.: S-1332


Congreso: SERAM 2012
Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa
Autores: 1 1 1
L. Adrián Lozano , A. Urquia , I. Bayona García , A. Fernández
1 2 1 1
Fernández , S. Martínez Blanco , E. Reguero Llorente ; Burgos/
2
ES, ES
Palabras clave: Patología, Procedimiento diagnóstico, Ultrasonidos-Doppler color,
Tiroides / Paratiroides
DOI: 10.1594/seram2012/S-1332

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Objetivo docente

Mostrar la anatomía y las patologías más frecuentemente encontradas en la glándula


tiroides mediante ecografía y eco-Doppler.

Conocer los diferentes patrones que orientan a benignidad y a malignidad.

Introducción a la PAAF guiada con ecografía.

Revisión del tema

La glándula tiroides tiene dos lóbulos conectados por el istmo. Se localiza en el cuello por
delante de la tráquea, en el espacio infrahioideo, entre el cartílago tiroides y la escotadura
supraesternal. Normalmente en la región posterior de cada uno de los cuatro polos del
tiroides se localiza una glándula paratiroides.

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Fig. 1: Localización de la glándula tiroides y su relación con las estructuras vecinas.
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

El tiroides es una de las glándulas más importantes del cuerpo ya que su campo de
actuación se extiende al aparato cardiovascular, sistema digestivo, SNC, otras glándulas
endocrinas y estimula el crecimiento y el metabolismo basal. Además, su patología
es relativamente frecuente, por lo que el control de los hallazgos mediante analíticas,
exploración física y métodos de imagen es de especial importancia.

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Fig. 2: Glándula tiroides normal en una paciente de 27 años y su correlación con la
anatomía. Se observan con claridad los planos musculares anteriores a la glándula (1
y 2) que corresponden al músculo esternotiroideo y esternohioideo, así como el ECM
(3) más lateral. El esófago también es fácil de identificar (*).
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

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Fig. 3: Entre un 15-75 % de los adultos presentan un lóbulo piramidal como variante
normal.
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

El aumento en el uso de pruebas de imagen y la mejora técnica experimentada en los


últimos años, han provocado un gran incremento de incidentalomas debido a la alta
incidencia de nódulos tiroideos. La prueba indicada para la valoración de la glándula
tiroides es la ecografía, ya que proporciona una alta sensibilidad y permite realizar
punciones diagnósticas si fuesen necesarias.

Existen enfermedades tiroideas difusas en las que existirá una alteración en la


ecoestructura y tamaño de la glándula (bocio) y en el patrón de vascularización, y otras
en las que existirán uno o varios nódulos que habrá que estudiar en función de unos
patrones, y que en muchos casos presentarán características diferentes entre ellos.

1- Las enfermedades difusas son: tiroiditis linfocítica autoinmune (Hashimoto), bocio


adenomatoso o coloide y enfermedad de Graves. En estos casos el diagnóstico no será

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ecográfico pero permitirá estudiar crecimientos asimétricos y realización de PAAF si
existieran nódulos asociados.

Fig. 4
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

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Fig. 5: En la primera imagen se muestra un bocio en un bebé de 3 meses. En la foto
inferior, se ve un importante aumento de espesor a nivel del istmo.
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

Fig. 6: Imagen ecográfica típica de la enfermedad de Hashimoto. Se observa


el parénquima grosero con los pseudonódulos hipoecogénicos y finos tabiques
hiperecoicos entre ellos, con una importante vascularización.
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

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Fig. 7: En la enfermedad de Hashimoto es frecuente la presencia de pequeñas
adenopatías reactivas periglandulares.
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

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Fig. 8: En las imágenes 1 y 2 se observa un tiroides de tamaño normal, con cierta
inhomogeneidad de su parénquima y un quiste coloide situado en el medio del
LTD. 3 y 4: Se ve la marcada vascularización de todo el parénquima, típico de esta
enfermedad y también conocido como "infierno tiroideo".
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

2- En cuanto a los nódulos, debemos tener en cuenta que la incidencia en la población


de los mismos es muy alta y que su prevalencia aumenta con la edad. Así encontramos
que son palpables en un 4-8 % de los adultos, demostrables ecograficamente en un
10-41% y aparecen hasta en un 50% de las autopsias.

A pesar de todo esto, únicamente el 3-7% de todos ellos se pueden clasificar como
malignos.

Lo más importante en estos casos será conocer los diferentes patrones que nos orienten
hacia benignidad o malignidad para poder orientar el clínico en la toma de decisiones
terapéuticas.

Fig. 9
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

Los criterios ecográficos usados para la discriminación de los nódulos y su


categorización como benignos o malignos incluyen diferentes aspectos que hacen
referencia a su ecoestructura, morfología, vascularización, etc. Los más importantes

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son la forma, el margen (liso o especulado), la ecogenicidad y la presencia o no de
calcificaciones que podrán ser centrales o periféricas.

En cuanto al tamaño, debemos tener en cuenta que marcará la precisión del diagnóstico,
pero no será criterio de clasificación.

La presencia de al menos un hallazgo ecográfico sugestivo de malignidad reporta un


83,3% de SS (sensibilidad) y un 74% de E (especificidad) y en función de estos hallazgos
el nódulo deberá ser biopsiado, sometido a seguimiento ecográfico o a observación
clínica.

Sin embargo la combinación de varios de estos hallazgos proporciona una mejor


aproximación diagnóstica, ya que ninguna de las características proporciona por sí
misma un 100% de SS y E, es decir, no existe un hallazgo patognomónico de malignidad.

Es importante que el radiólogo sepa que los hallazgos pueden ser afectados y sesgados
por

• Diferencias en las características técnicas de los equipos utilizados.


• Experiencia del radiólogo y diferencias interobservador inevitables.
• Problemas con la falta de estandarización del léxico a la hora de
caracterizar y describir los nódulos tiroideos.

CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN:

1. Tamaño: > 1cm

1 cm o < 1cm

El tamaño de los nódulos no es un dato predictivo de malignidad ya que la probabilidad


de desarrollar cáncer a partir de un nódulo tiroideo no se modifica en función del tamaño
del mismo (4.).

2. Contenido Predominantemente sólido (>50%)

Predominantemente quístico (>50%)

(En algún artículo se habla hasta de 5 tipos: sólido, predominantemente sólido, mixto,
predominantemente quístico y quístico).

3. Apariencia espongiforme. (Múltiples microquistes que ocupan más de la mitad del


nódulo).

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4. Forma. Redondo-ovoideo (diámetro AP menor o igual

que el transversal)

Más alto que ancho (diámetro AP>transversal)

Irregular (ninguno de los otros dos)

5. Margen. Bien definido

Espiculado

Mal definido

6. Ecoestructura: homogénea o grosera.

7. Ecogenicidad de la porción sólida (respecto al parénquima normal y la musculatura)

Marcadamente hipoecoico

Hipoecoico

Isoecoico

Hiperecoico

8. Calcificaciones (clasificadas según tamaño)

Microcalcificaciones (<1mm)

Macrocalcificaciones (>1 mm)

En anillo / cáscara de huevo

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Fig. 10: Arriba: Calcificaciones en cáscara de huevo. Benignas. Abajo:
Microcalcificaciones. Criterio de malignidad.
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

Microcalcificaciones: el VPP más alto (41-94 %) pero baja sensibilidad (solo aparecen
en el 26-59% de todos los tumores). Están en relación con cuerpos de psamoma
calcificados y no dejan sombra acústica posterior por su pequeño tamaño. Es importante
no confundirlas con los focos ecogénicos con artefacto "en cola de cometa" típicos de
los quistes benignos.

En muchos estudios (2.) se utiliza también el patrón de vascularización intrínseca


respecto al parénquima circundante como criterio de caracterización de nódulos, siendo
en principio criterio de malignidad la existencia de registro Doppler central en lugar de
periférico. La invasión directa de partes blandas adyacentes y las metástasis de uno o
más ganglios (3.) siempre indican un comportamiento agresivo de la lesión.

Se habla de 10 PATRONES:

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1. Espongiforme sin hipervascularización (patrón más común). B
2. Quístico con contenido coloide avascular. B
3. Patrón con áreas / bloques hiperecogénicos separados por finas bandas
hipoecoicas. B
4. Hiperecogenicidad uniforme. B
5. Hipervascularidad intensa.
6. Hipoecogenicidad
7. Isoecogenicidad sin halo
8. Isoecogenicidad con halo
9. Nódulo con intensa vascularización periférica
10. Patrón mixto.

(1-4: Benignos, 5-10: Impredecibles)

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Fig. 11: Nódulo sólido-quístico (1), hiperecogénico uniforme (*) respecto al
parénquima adyacente y quístico con artefactos en "cola de cometa" (flecha).
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

Fig. 12: Nódulos en ambos lóbulos tiroideos de características benignas.


Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

La media de tamaño de los nódulos malignos es inferior a la de los benignos.

La mayoría de los nódulos tanto benignos como malignos tienen un contenido


predominantemente sólido (hasta un 87% de los B y un 98% de los M).

Algunos hallazgos no muestran diferencias significativas: forma irregular, margen mal


definido, ecoestructura, hiperecogenicidad y calcificaciones en cáscara de huevo.

Los nódulos benignos >1 cm con más frecuencia son isoecogénicos y con bordes mejor
definidos que aquellos B de menor tamaño.

La hipoecogenicidad da gran SS pero poca E.

El resto de hallazgos son E xo poco SS.

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Es decir ninguna característica ecográfica tiene por sí misma alta SS y E, por lo que
hay que combinar hallazgos para aumentar la eficacia dx. En particular, un nódulo
predominantemente sólido con microcalcificaciones tiene un 31,6 % de probabilidades
de ser cáncer (4.).

OJO: En los nódulos de menor tamaño (<1 cm) aumentan el número de falsos positivos.

PUNCIONES TIROIDES

Son económicas, seguras y mínimamente invasivas, por lo que se realiza a pacientes


ambulantes.

El resultado de la PAAF es operador dependiente (Las PAAF deben ser realizadas por
pocas personas que realicen al menos 1-5 procedimientos/mes) Si >15% de muestras
no satisfactorias, entrenamiento.

Se repetirá: muestra insuficiente o inadecuada, crecimiento del nódulo, recurrencia del


quiste, sospecha de malignidad a pesar de un resultado negativo.

INDICACIONES:

• Lesión nodular:

Lesiones > o =1 cm con microcalcificaciones o >1,5 cm nódulos sólidos o con


calcificaciones groseras. (Es decir, el tamaño de corte se elegirá en función de las
características ecográficas del nódulo y será menor en aquellos con mayor riesgo).

La asociación americana de endocrinología recomienda PAAF de nódulos incluso <1cm


si tienen alguna característica sospechosa de malignidad.

La presencia de múltiples nódulos (en función de las características ecográficas y no del


tamaño ya que en 1/3 de los casos el tumor asienta sobre un nódulo no dominante (4.)),
aunque existe el mismo riesgo de M si un único nódulo o múltiples (menor por cada uno,
pero globalmente igual).

Nódulo que haya crecido sustancialmente (no hay consenso respecto a cuánto) respecto
a eco previa aunque tenga una PAAF negativa.

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Fig. 13: Nódulo sólido aparentemente bien definido con gran vascularización tanto
central como periférica, del que se realizó una PAAF con guía ecográfica para la
obtención de muestras.
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN
• Lesión difusa:

Tiroiditis de Hashimoto cuando aparece con patrón nodular, para descartar linfoma y
carcinoma papilar (pueden coexistir).

Crecimientos rápidos del tiroides sobre todo en mayores de 50 años para descartar
linfoma, carcinoma anaplásico y mets.

Hay más FN en punciones sin eco que en las guiadas con US.

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Técnica:

• Aspirar mientras se mueve la aguja.


• Mover la aguja sin aspirar, sobre todo en nódulos hipervasculares para
evitar la hemodilución de la muestra. Se toman las células que queden en la
aguja. Algunos autores dicen que esta técnica es mejor (menos traumática)
y que se debería empezar por ella. La otra si esta falla.

Al menos hacer 2 aspiraciones de diferentes sitios del nódulo (lo ideal es entre 1 y 5),
viendo en todo momento la aguja (20-27 G).

Algunos autores dicen que cuanto más fina la aguja mejor (lesiones hipervasculares),
porque con mayores grosores sangra más el nódulo y dificulta el análisis AP.

Es importante dx los carc tiorideos <1cm porque pueden manifestarse como metástasis.
A menudo el material obtenido de estos nódulos es mejor que en nódulos mayores en
los que hay más vascularización y necrosis o areas quísticas.

Fig. 14

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Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
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GANGLIOS (4.): Si son de aspecto patológico se deben biopsiar (exceptuando los
submandibulares). El aspecto patológico dependerá de: tamaño (sospechosos a partir
de 7 mm en el eje corto, aunque es un criterio menos valorable que el resto), forma
(redondos), vascularización y ecoestructura (heterogéneos, con calcificaciones y áreas
quísticas).

Fig. 15: Paciente con antecedente de cáncer de páncreas, que se palpa un bulto en
el cuello. En la ecografía de cuello se evidenció esta adenopatía de características
patológicas.
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
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Fig. 16: En el paciente anterior, se decidió completar el estudio ecográfico con PAAF
guiada con ecografía que confirmó el diagnóstico de metástasis de su adenocarcinoma
de páncreas.
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
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EVITAR AREAS QUISTICAS, DE FIBROSIS Y CALCIFICACIONES. (aspirar contenido


quístico y luego muestrear el polo sólido).

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Fig. 17
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

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Fig. 18: En este tipo de adenopatías necrosadas, la punción para la obtención de una
muestra válida debe hacerse del polo sólido de la misma.
Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

El screening no está indicado debido a la alta prevalencia y el buen pronóstico de los


nódulos tiroideos. Sólo se justifica en grupos de alto riesgo: Irradiación de cabeza o
cuello durante la infancia, MEN o AF de carcinoma tiroideo.

ANATOMIA PATOLOGICA:

1. Nódulos benignos: coloides, hiperplásicos y tiroiditis. No bx. Seguimiento:


Por imagen (no PAAF) si tamaño estable, siguiente control en más tiempo.
2. Nódulos sospechosos: neoplasias foliculares y céls de Hurthle. Bx y
hemitiroidectomía o total recomendada. Tras la Qx 30-65% se confirmará el
cáncer.
3. Carcinoma/hallazgos malignidad (lo mas frecuente: ca papilar). Bx y Qx
porque los FP son raros (<1%).
4. No dx (15-20%).

BX:

1. Nódulos hipoecogénicos con microcalcificaciones.


2. Nódulos hipoecoicos con calcificaciones groseras.
3. Nódulos sólidos, ovoideos y bien definidos con fino halo hipoecoico.

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4. Masa sólida con sombra de sus bordes, sugestiva de fibrosis.

FR para ca de tiroides (alrededor del 10% de los nódulos):

• AF.
• Irradiación de cabeza y cuello.
• Sexo masculino.
• < 30 (<20 en 4.) años o > 60 años.
• AP de MEN2.
• EF que aumenta las probabilidades de malignidad: firmeza del nódulo,
crecimiento rápido, fijación a estructuras adyacentes, parálisis de cuerda
vocal y aumento de adenopatías regionales.

Fig. 19: Tiroidectomía en paciente con antecedente de cáncer de tiroides. Control.


Referencias: L. Adrián Lozano; Complejo Universitario Hospitalario de Burgos -
Hospital General Yagüe, Burgos, SPAIN

Images for this section:

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Fig. 1: Localización de la glándula tiroides y su relación con las estructuras vecinas.

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Fig. 2: Glándula tiroides normal en una paciente de 27 años y su correlación con la
anatomía. Se observan con claridad los planos musculares anteriores a la glándula (1 y
2) que corresponden al músculo esternotiroideo y esternohioideo, así como el ECM (3)
más lateral. El esófago también es fácil de identificar (*).

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Fig. 3: Entre un 15-75 % de los adultos presentan un lóbulo piramidal como variante
normal.

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Fig. 4

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Fig. 5: En la primera imagen se muestra un bocio en un bebé de 3 meses. En la foto
inferior, se ve un importante aumento de espesor a nivel del istmo.

Fig. 7: En la enfermedad de Hashimoto es frecuente la presencia de pequeñas


adenopatías reactivas periglandulares.

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Fig. 8: En las imágenes 1 y 2 se observa un tiroides de tamaño normal, con cierta
inhomogeneidad de su parénquima y un quiste coloide situado en el medio del LTD. 3 y
4: Se ve la marcada vascularización de todo el parénquima, típico de esta enfermedad
y también conocido como "infierno tiroideo".

Fig. 6: Imagen ecográfica típica de la enfermedad de Hashimoto. Se observa


el parénquima grosero con los pseudonódulos hipoecogénicos y finos tabiques
hiperecoicos entre ellos, con una importante vascularización.

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Fig. 9

Fig. 10: Arriba: Calcificaciones en cáscara de huevo. Benignas. Abajo:


Microcalcificaciones. Criterio de malignidad.

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Fig. 11: Nódulo sólido-quístico (1), hiperecogénico uniforme (*) respecto al parénquima
adyacente y quístico con artefactos en "cola de cometa" (flecha).

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Fig. 12: Nódulos en ambos lóbulos tiroideos de características benignas.

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Fig. 13: Nódulo sólido aparentemente bien definido con gran vascularización tanto
central como periférica, del que se realizó una PAAF con guía ecográfica para la
obtención de muestras.

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Fig. 14

Fig. 15: Paciente con antecedente de cáncer de páncreas, que se palpa un bulto en
el cuello. En la ecografía de cuello se evidenció esta adenopatía de características
patológicas.

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Fig. 16: En el paciente anterior, se decidió completar el estudio ecográfico con PAAF
guiada con ecografía que confirmó el diagnóstico de metástasis de su adenocarcinoma
de páncreas.

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Fig. 17

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Fig. 18: En este tipo de adenopatías necrosadas, la punción para la obtención de una
muestra válida debe hacerse del polo sólido de la misma.

Fig. 19: Tiroidectomía en paciente con antecedente de cáncer de tiroides. Control.

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Conclusiones

La ecografía junto con el eco-Doppler es la prueba diagnóstica más sensible para la


valoración de los nódulos tiroideos, el diagnóstico de cáncer de tiroides y la presencia de
metástasis ganglionares. Es una magnífica guía para la PAAF y permite el seguimiento
de los nódulos.

El principal problema que plantea esta técnica de imagen es la falta de consenso y


estandarización en algunos parámetros y en la terminología .

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