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UNIDAD III

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Actividades industriales en México y en el mundo.

INTRODUCCIÓN:
La industria manufacturera es dentro de las actividades económicas secundarias la de mayor importancia como creadora de riqueza y de
oportunidades para el trabajo. Algunos fenómenos de la economía mundial permitieron el desarrollo de la pequeña y mediana industrias en países
como el nuestro, también la globalización las grandes empresas que instalan plantas de ensamble o maquila-doras en regiones donde hay
condiciones para obtener más utilidades.

ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
3.1 Realiza las lecturas que se presentan en la unidad.
3.2 Elabora un mapa conceptual de las actividades secundarias de la Economía (energéticos, transportación, extracción).
3.3 Realiza un cuadro comparativo de los tipos de industria que existen en México (extracción, básica o pesada, ligera o de
transformación, manufacturera, maquiladora y de la construcción) considerando su evolución, situación actual perspectivas y factores que
favorecen su desarrollo.
3.4 Elabora una síntesis de una cuartilla acerca de la importancia de la economía en la industria moderna.

Objetivo particular
Analizar los factores que inciden en el proceso de industrialización y correlacionarlos con los hechos reales desde el punto de vista geográfico para
deducir causas y efectos de este sector.

CONTENIDOS

3.1. Importancia económica de la industria.


3.2 Principales tipos de industrias (evolución, situación actual y perspectivas).
3.3 Bases de la industria moderna.
3.4 Factores que favorecen el desarrollo industrial.
3.5 Efectos en el proceso de urbanización por el desarrollo industrial.

Para cubrir la información de los subtemas, consultar las siguientes fuentes:


Fichas bibliográficas de los documentos
Ficha Documento
3.A BASSOLS Batalla Ángel
Geografía Socioeconómica de México
Ed. Trillas. México 2005
Págs. 224-266
3 B COLL-HURTADO, Atlántida
Geografía Económica de México.
Edit. Instituto de Geografía, UNAM, México 2005,
colección: Temas Selectos de Geografía de
México (II.3).
Págs.64-97

3.A BASSOLS Batalla Ángel


Geografía Socioeconómica de México
Ed. Trillas. México 2005
Págs. 224-266

Subtema 3.1 Importancia económica de la industria

11- La industria minera y los energéticos


PANORAMA GENERAL DE LA MINERÍA
Diversas razones de orden geológico ayudan a explicar la importancia que nuestro país ha tenido en la rama de la minería, condicionando la
distribución geográfica de las riquezas y explicando la abundancia de algunas materias y la escasez de otras. En las zonas montañosas se han
explotado, desde hace siglos, grandes yacimientos de diversos minerales, pues fracturas y fallas geológicas ayudaron a que se descubrieran, cerca
de la superficie, las vastas reservas que de otra manera habrían quedado ocultas. Además, en la llamada anticlinal situada en el territorio costero,
junto a las serranías cercanas al Golfo de México, se depositaron considerables concentraciones de petróleo y gas. Las posibilidades de utilizar los
combustibles y el agua de los ríos para producir energía son también relativamente grandes.
Sin embargo, lo anterior no quiere decir que todo el país sea igualmente rico en minerales, sino que existe más bien una gran desproporción
entre las diversas regiones, según lo demuestra la simple comparación de zonas mineras tan famosas como Parral o Cananea con la península de
Yucatán, que no posee minas de ninguna clase debido a su constitución de subsuelo cársico o calcáreo.
Por el hecho de haberse encontrado en anteriores épocas geológicas bajo el nivel marino y por efecto también del clima desértico, diversas
porciones costeras e interiores de México hacen posible el aprovechamiento de importantes salinas. Por otro lado, en algunos estados montañosos
la minería ha sido explotada escasamente a través de la historia, como es el caso de Chiapas y algunas regiones de Tamaulipas, Nayarit o
Tlaxcala. En general, los principales estados y regiones mineras son los que poseen amplios terrenos montañosos, aunque el petróleo, gas y
domas salinos están situados sobre todo en las planicies costeras. Las formaciones de las eras llamadas secundaria y terciaria son las que deben
señalarse como principales etapas creadoras de recursos minerales.
En México se localizan multitud de minerales, desde los que; se emplean en la industria de la construcción, hasta los de importancia industrial
moderna. No obstante, algunos existen únicamente en pequeñas proporciones, en tanto que otros han sido explotados durante siglos y todavía dan
grandes ganancias, al mismo tiempo que se van descubriendo nuevos productos para diferentes usos. Aunque conocido en forma insuficiente, tal
vez lo más acertado sería considerar a México como un país de riqueza mineral considerable, pero muy inferior a las grandes naciones con
territorios mucho más extensos y mejor dotados: Rusia, Estados Unidos de América, China, Brasil, Canadá y Australia.

El investigador Jenaro González Reyna ha bosquejado la división de nuestros recursos


minerales por su volumen, cuando menos de acuerdo con los conocimientos actuales. Estima
que México tiene recursos amplios de plata, plomo zinc; de algunos no metálicos, como grafito y
arcilla de todo tipo, yeso, cloruro de sodio (sal común), carbonatos, sulfato de sodio, materiales
de construcción, mármoles y gas natural.
Hay recursos suficientes de oro, cobre, manganeso, tungsteno, antimonio, vanadio, estaño y
cadmio para ferroaleaciones, mineral de hierro; de algunos no metálicos como magnesio,
arsénico, azufre, petróleo, mica. En realidad, varios de ellos se encuentran en el límite inferior de
esta clase de recursos; por ejemplo, el mineral de hierro. Aunque existen en diversa cuantía, son
deficientes en su volumen las reservas de níquel y selenio; de no metálicos como el cuarzo, talco,
fosfatos, carbón mineral y uranio. En este último caso, se tiene en cuenta para el cálculo la
necesidad de poseer minerales radiactivos en gran escala, que sustituirán a otros combustibles.
Finalmente, son muy escasos o faltan del todo otros elementos y minerales: cromo, bauxita,
cobalto, platino, torio, radio, diamantes y piedras preciosas en general; asbesto, sales de potasio,
nitrato de sodio, silicatos.
En su conjunto, México es un famoso país minero por producir en gran cantidad sólo algunos
minerales o metales obtenidos de éstos, dentro de una gran variedad existente en el mundo
(véase fig. 11.1). Entre ellos, destacan: plata, cobre, plomo, zinc, petróleo, gas, cloruro de sodio,
manganeso y fluorita.
Las reservas totales de hidrocarburos ascendieron, en 1997, a 60 900 millones de barriles,
suficientes para asegurar una producción de aceite y gas similar a la de hoy, durante muchos
años.

Fig. 11.1 Tajos y transporte en una mina de cobre.

La importancia económica de Petróleos Mexicanos para la nación se puede medir desde luego por las siguientes cifras: da ocupación a varias
decenas de miles de trabajadores y paga mejores salarios que en muchas otras industrias; utiliza la capacidad íntegramente de ingenieros y
técnicos mexicanos, impulsando la investigación; solamente en 1996 exportó productos por valor de 10 705 millones de dólares
ENERGÍA ELÉCTRICA
El incremento de la potencia instalada y la producción de energía eléctrica, en las últimas décadas, es uno de los índices que muestran el
progreso económico de México. Esto está ligado, como es natural, tanto al creciente ritmo en el consumo de energía por parte de empresas
industriales, como a la expansión de las ciudades, al acelerado aumento de construcción de edificios y casas-habitación, igual que al paulatino
mejoramiento del nivel de vida de diversos sectores de la población mexicana, que apremian a satisfacer necesidades mayores cada día, entre
ellas la de luz y fuerza. Este crecimiento y desarrollo fueron consecuencia de las reformas sociales que la Revolución Mexicana pudo llevar a cabo
en la estructura del país.
Desde fines del siglo XIX, la iniciativa privada, con capital extranjero principalmente, comenzó a desarrollar los primeros sistemas hidroeléctricos,
en zonas industriales de Veracruz y Puebla (Necaxa), Distrito Federal y otras aisladas del centro y norte del país. Sin embargo, el mayor impulso se
produjo a partir de 1937, cuando fue creada la Comisión Federal de Electricidad, institución oficial destinada a promover una electrificación rápida y
eficiente del país. Entre 1981 y 1996, el aumento en la producción de energía eléctrica fue de 120 %, y también en la capacidad instalada, que
aumentó de 20 kW a cerca de 35 millones de kW, la producción pasó de 5336 millones de kilovatios- hora (kWh), en 1952, a 15 190 millones de
kWh en 1981. El ritmo de incremento anual del periodo 1952-1978 en la producción de energía eléctrica fue de una tasa simple de 9%; mientras
que el ritmo de crecimiento de la tasa media anual de la capacidad instalada, en el mismo periodo, se elevó a 8.8% y a 6% entre 1990 y 1997.
En 1988, la distribución del volumen de generación de plantas que producen la energía se observa predominio de las plantas geotérmicas sobre
las hidráulicas. Así, 85%corresponde a las primeras (donde se incluyen tanto geotérmicas, carboeléctricas y la nucleoeléctrica de Laguna Verde);
14 %, a las hidroeléctricas, y menos de 1 %, a las movidas por el viento (eólicas).
Son de servicio público 95% del total, y 5% para uso privado. La importancia de la industria se refleja en el hecho de que el consumo en
establecimientos fabriles absorbe dos veces más energía que en residencias o comercios. Por otro lado, debe mencionarse el hecho de que hasta
hace pocos años, Estados Unidos de América consumía algunos millones de kilovatios-hora para satisfacer las necesidades de algunas ciudades
fronterizas estadounidenses, desde Baja California hasta Tamaulipas. No obstante, en 2001 sucede lo contrario en la zona fronteriza de Baja
California, debido a la crisis energética en el estado vecino.
Problemas en la distribución de la energía eléctrica
Es patente que el país todavía dista mucho de estar abastecido convenientemente en materia-de energía eléctrica. Todavía queda por atender,
en este sentido, a un 5% de la población mexicana que aún no se beneficia de estos servicios de las plantas nacionales (véase fig. 11.2).Muchas
regiones del sur este, sur y zonas montañosas o desérticas no disponen de este elemental servicio.

Fig. 11.2. Ubicación geográfica de sistemas eléctricos, interconexiones y plantas de energía eléctrica.

En realidad, la red eléctrica está mal distribuida en el territorio nacional, pues en 1997 Veracruz concentraba 4 millones de megawats de la
capacidad instalada en el país; Chiapas, 3.9; Tamaulipas, Baja California, Colima, Estado de México, Sinaloa y Sonora, 1.5 millones de kilovatios
cada uno, en tanto que Coahuila e Hidalgo sólo participaban con 2.3 y 2.7 millones, respectivamente, así como Nuevo León, con un millón. A su
vez, Guanajuato y Nayarit disponían aproximadamente del mismo número de kilovatios; o sea que estos estados constituyen 77% de la cifra
nacional. En el cuadro 11.1 se muestran las plantas de producción de energía eléctrica por entidad federativa.
Es importante mencionar que el gobierno federal adquirió en 1960, mediante compra, las principales empresas eléctricas que hasta entonces
eran de capital privado y, en buena parte, extranjero; unas, pertenecientes a la American and Foreign Power Co.; otras, a la Mexicana Light and
Power Co., y otras más, que eran independientes de éstas. Posteriormente, se ha venido reorganizando la industria eléctrica, con la incorporación
de varias de esas empresas a la Comisión Federal de Electricidad; se unió, durante 1974, a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, la cual
distribuía también energía producida por la CFE. Otras empresas que todavía no han pasado a ser propiedad del gobierno atienden con sus
plantas privadas los servicios propios.
El territorio nacional se ha dividido en regiones de generación eléctrica e interconexión, que en buena medida coinciden con las grandes
regiones geoeconómicas: noroeste, norte, noreste, centro-occidente, central, oriente, sureste peninsular de Yucatán y, en forma especial, Baja
California.
En los últimos años se han construido plantas y sistemas hidroeléctricos de gran importancia, y que también son de interés mundial,
sobresaliendo las obras de las presas de Infiernillo y la Villita, en los límites de Guerrero y Michoacán, así como las de Nezahualcóyotl o Malpaso,
la Angostura, Chicoasén y Peñitas (en Chiapas). Con anterioridad se habían terminado las presas de La Amistad (sobre el río Bravo, entre
Coahuila y Texas).También son importantes las plantas de los sistemas de Necaxa y Lerma-Chapala; además, el conjunto de Valle de Bravo hasta
Tingambato, en el suroeste del Estado de México y los límites de Guerrero. Existen grandes plantas en Temascal (curso del Tonto-Papaloapan),
sobre el bajo río Fuerte y el Yaqui.
Asimismo, deben mencionarse varias grandes plantas termoeléctricas en Tijuana, Monterrey, Lechería, Puebla, Poza Rica, Celaya, Mérida y
Guaymas. Recientemente se han terminado las nuevas plantas de Guaymas, Salamanca, Monterrey y las ampliaciones en la térmica del valle de
México e hidroeléctrica de Infiernillo. Se terminó la planta Aguamilpa (sobre el curso del río Santiago, en Nayarit, una de las más grandes del país).
Esta en operación Cerro Prieto, situada cerca de Mexicali, la cual trabaja a base de energía geotérmica y se construyó la primera planta
nucleoeléctrica de Laguna Verde (en Veracruz), la cual tiene una potencia instalada de 1 308 000 kilovatios(véase fig. 11.3). No obstante que la
producción de energía eléctrica subió de 19 360 (1984) a 35 675 (1999), se requiere cubrir necesidades cada vez mayores (véase cuadro 11.2).
Cuadro 11.1. Plantas eléctricas instaladas en el país, su capacidad y tipo por
entidad federativa, 1997.
Capacidad de planta
(megawatts)
Número
Entidad federativa Total Hidráulica Térmica
De plantas
Aguascalientes - - - -
Baja California 24 1 419 - 1 419
Baja California Sur 22 273 - 273
Campeche 5 164 - 164
Coahuila 21 2 754 - 2 754
Colima 6 1 900 - 1 900
Chiapas 30 3 929 3 929 -
Chihuahua 23 912 28 884
Distrito Federal 4 148 2 148
Durango 10 615 - 615
Guanajuato 7 866 - 866
Guerrero 27 3 781 1 638 2 143
Hidalgo 16 2 278 296 1 500
Jalisco 18 390 390 -
México 40 1 540 348 1 200
Michoacán 39 596 508 88
Morelos - - - -
Nayarit 22 963 962 1
Nuevo León 19 1 004 - 1 004
Oaxaca 15 358 356 2
Puebla 37 471 429 42
Querétaro 5 218 - 218
Quintana Roo 14 256 - 256
San Luis Potosí 7 720 20 700
Sinaloa 20 1 780 777 1 006
Sonora 24 1 451 164 1 287
Tabasco - - - -
Tamaulipas 12 1 231 32 1 199
Tlaxcala - - - -
Veracruz 36 4 070 -91 3 979
Yucatán 11 564 - 564
Zacatecas - - - -
Plantas móviles 153 153 - -
Total nacional 564 34 815 10 034 24 779
FUENTE: Estadísticas del medio ambiente INEGI, 2000.

Fig. 11.3. Ubicación geográfica de la nucleoeléctrica Laguna Verde, en el estado de Veracruz.


Cuadro11.2. Producción de energía eléctrica, 1975-1999.
Producción
Año
(miles de kilovatios)
1975 11 326
1976 12 182
1977 13 955
1978 16 542
1979 16 968
1984 19 360
1999 35 675
FUENTE: Agenda estadística 1986. La economía mexicana en cifras, NAFINSA, 1986.
Anuario estadístico1997, INEGI. Estadísticas del medio ambiente, INEGI, 2000.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA MINERÍA


Las etapas iniciales de la explotación minera, en lo que hoy es México, transcurrieron desde antes de la llegada de los conquistadores. Los
indígenas de la altiplanicie y de los valles o cadenas montañosas (Oaxaca o las costas de Veracruz) trabajaron principalmente el oro y la plata, y
utilizaron el cobre, aunque no pudieron fundir los metales industriales que en el siglo XVI se usaban comúnmente en Europa. Los españoles
colonizaron América atraídos, entre otras cosas, por los metales preciosos como el oro y la plata que los descubridores habían mostrado a su
regreso a Europa. De esta manera, uno de los móviles de la penetración de los exploradores, que llegaron hasta lo más recóndito de las sierras
madres y las Rocosas, fue apoderarse de los yacimientos de metales comerciales.
Con todo, la Nueva España no defraudó a los peninsulares por lo que toca a las reservas de plata, en tanto que el oro fue más abundante en
algunas porciones de Norteamérica y Sudamérica. Las epopeyas de los aventureros españoles, tanto en México, como en Perú y otras porciones
del continente, tuvieron una finalidad netamente utilitaria, que esclarece el carácter de la dominación colonial.
Cuando Alexander van 'Humboldt estuvo en México a principios del siglo XIX, se asombró de las entonces famosas minas de plata de
Guanajuato, Taxco y Pachuca, aunque no pudo llegar a Batopilas (poblado del suroeste de Chihuahua, en la Sierra Tarahumara), Zacatecas,
Parral, Santa Eulalia o San Luis Potosí. El escaso desarrollo económico de la Nueva España impedía la explotación de variados recursos
minerales.
A la búsqueda de los metales preciosos se agregó, después de la segunda mitad del propio siglo XIX, el interés por encontrar otros productos
que pudieran satisfacerlas necesidades de la nueva época industrial. A esto cooperó, y fue una de las causas fundamentales, la era de los
ferrocarriles en territorio mexicano; hecho que se llevó a cabo primordialmente en la etapa del porfirismo, cuando las grandes compañías
estadounidenses, inglesas y francesas adquirieron los derechos para utilizar minas y yacimientos petrolíferos, exportando a Estados Unidos de
América y Europa tanto minerales, como concentrados necesarios para su industria.
Es explicable, por tanto, la forma que tomó la red ferrocarril era, primordialmente destinada a servir a los intereses de las empresas mineras y su
deseo de llegar hasta la frontera o el puerto de Veracruz. Fue entonces cuando comenzó la explotación del cobre de Cananea y Nacozari en el
norte de Sonora, lo mismo que el de Santa Rosalía (Baja California Sur); el plomo y el zinc de los grandes yacimientos en Chihuahua, Zacatecas y
San Luis Potosí.
Después de la etapa militar de la Revolución Mexicana, aparece una nueva época que se caracteriza por el aumento de las labores mineras con
el fin de abastecer las necesidades de las fábricas estadounidenses, pues las compañías europeas fueron desplazadas casi por completo de esta
actividad. Se incrementa la explotación de mineral de hierro y de carbón de piedra, que entonces se concentraba en su mayor proporción en el
cerro de Mercado, Durango (misma que en la actualidad produce pequeñas cantidades de mineral de hierro) y la cuenca carbonífera de Sabinas-
Nueva Rosita, Coahuila.
Posteriormente, se procede a utilizar las reservas de diversas ferroaleaciones (entre ellas, de manganeso, tungsteno, molibdeno, antimonio) y
minerales no metálicos, como grafito, magnesia, fluorita, sal, carbón en escala creciente, arsénico y azufre en proporciones gigantescas. Esto, sin
mencionar el petróleo y el gas, que comenzaron a explotar desde principios de siglo y que han sufrido variaciones en el volumen, antes de la
expropiación llevada a cabo en 1938, y después de ella.
LA GEOGRAFÍA ECONÓMICA EN RELACIÓN CON EL PETRÓLEO Y EL GAS
Cada vez, en mayor medida, el petróleo es la base de la industrialización y del progreso nacionales. Esto es cierto, no sólo porque se encuentra
en cantidades considerables dentro de nuestro territorio, sino porque México es una nación donde no abunda el carbón de piedra, y son escasos
los grandes yacimientos; porque la industria petrolera es patrimonio nacional y porque, en consecuencia, la mayor parte de los productos se
destinan a satisfacer necesidades internas. Esto último diferencia a México de la mayoría de los países productores de petróleo, donde las grandes
compañías extranjeras saquean las riquezas, exportan los productos y limitan el desarrollo interno de las colonias o regiones atrasadas. Tal es el
caso de Venezuela o Arabia Saudita.
La expropiación del petróleo, que es el hecho más trascendental de la política nacional después de la fase armada de la Revolución Mexicana,
se vino preparando desde 1917, al redactarse el artículo 27 constitucional, y se consumó finalmente en marzo de 1938. No es útil para la causa del
petróleo nacionalizado ignorar las fallas que dicha industria tiene, ni tampoco pretender que ha pasado definitivamente el peligro de que vuelvan las
compañías petroleras extranjeras a tener injerencia en su desenvolvimiento. Por lo contrario, debe reconocerse que falta capital para invertir en la
industria petrolera, con el fin de ensanchar sus actividades y lograr un progreso acelerado; ello debe resolverse mediante financiamientos
adecuados que no comprometan la situación futura de Pemex.
Pero, al mismo tiempo, es necesario que se destaquen las enormes ventajas que ha significado para México el hecho de poder contar con sus
riquezas petrolíferas y dedicarlas, en la actualidad, a satisfacer más de 80% de la energía primaria consumida en el país. No es posible pensar en
el progreso industrial, de transportes y otros ocurrido en los últimos 60 años, sin asociarlos al petróleo y al gas, derivados del trabajo de Petróleos
Mexicanos. Además, la nacionalización acabó con la oprobiosa explotación de los obreros y con el crecimiento inaudito del vicio, que fomentaban
las mismas empresas extranjeras.
La gran zona del petróleo en México fue, en un principio, la llamada Faja de Oro, que se encuentra en el norte de Veracruz, entre Tuxpan, Cerro
Azul y Poza Rica; pero, desde hace años, se llevan a cabo numerosas exploraciones para ampliar las zonas productoras. Actualmente, las
principales zonas son (partiendo de la frontera con Estados Unidos de América y terminando en los límites con Guatemala): la región limítrofe
(llamada distrito noreste) de Reynosa, el distrito norte, que comprende desde las vecindades de Ciudad Madero y Tampico hasta Poza Rica,
Tuxpan y Ébano; la zona centro o cuenca del bajo Papaloapan y la sur, entre la planicie del Coatzacoalcos, en las cercanías de Minatitlán, y Las
Choapas (sureste de Veracruz en el istmo de Tehuantepec) y el sur de Tabasco y el norte de Chiapas, además de la región marina (plataforma del
Golfo de México)(véase cuadro 11.3).
Para realizar las transformaciones del petróleo, con el fin de producir gasolina, aceites, amoniaco, grasas y otros artículos, se han construido
recientemente varias refinerías y plantas, o se mejoran viejas instalaciones. Las compañías extranjeras habían creado, hasta 1938, refinerías en
Minatitlan, Poza Rica, Ciudad Madero y Azcapotzalco, principalmente. Hoy existen, además, las refinerías de Reynosa, Salamanca, Tula,
Cadereyta y Salina Cruz.
Cuadro 11.3. Producción de petróleo crudo por zonas y
distritos, 1990-1997(miles de barriles diarios).
Región 1990 1997
Norte 104 95
Sur 650 629
Golfo de 1794 2331
Campeche
Total 2548 3056
FUENTE: Agenda estadística 1997, INEGI.

En varias ciudades importantes, sobre todo del centro y noroeste, se han instalado grandes plantas de almacenamiento y terminales de depósito,
a donde llegan el petróleo o sus derivados, gracias a la flota petrolera, que consta de cerca de 30 barcos de calado regular, algunos de ellos
terminados recientemente en los astilleros de Japón e Inglaterra. Los oleoductos principales van de Poza Rica al Distrito Federal y a Salamanca; de
la propia Poza Rica a Tampico y se prolonga a Monterrey, Chihuahua y Ciudad Juárez, y de Minatitlán a Salina Cruz, así como desde Tabasco y el
istmo de Tehuantepec a Veracruz, Puebla, el Distrito Federal y otras ciudades del centro del país. También los gasoductos se han multiplicado
desde las zonas productoras del este y sureste a las grandes urbes. Es notable el aumento de la longitud de los ductos.
Se ha puesto especial interés en hacer llegar los productos al noroeste (sobre todo, a Sonora, Sinaloa y Baja California), que se encuentra muy
alejado de las refinerías, y que anteriormente importaba en gran cantidad combustible de Estados Unidos de América, lo cual representaba fuertes
erogaciones (este fenómeno se registra también en la faja fronteriza de Chihuahua y Coahuila).Por otro lado, hay gasoductos de Reynosa a
Matamoros, Torreón y Chihuahua, a Monterrey y Saltillo; de Poza Rica a México y de Ciudad Pemex al propio Distrito Federal y a Guadalajara.
Desde hace algunos años se perfora y explota petróleo en terrenos de la, plataforma continental frente a Coatzacoalcos y Tuxpan-Tampico, en
tanto que siguen adelante los reconocimientos en Coahuila, San Luis Potosí, Chihuahua, Puebla, Oaxaca, Baja California y Campeche. Los
principales yacimientos de petróleo y gas no son los que se encuentran en tierra firme sino aquellos situados en la plataforma de Campeche, que
producen más de 80% de los hidrocarburos que son explotados a partir de 1972-1974. Por otro lado, tiene importancia la zona de Tabasco-norte de
Chiapas, que proporciona cerca de 16% de la producción total, en tanto que las antiguas regiones de las huastecas Veracruz a tamaulipeca han
reducido su participación (véase fig.11.4).
Las compañías petroleras extranjeras, que comenzaron a producir combustible desde principios de siglo, elevaron el volumen al máximo en 1921,
pero después descendió la explotación en forma notable debido a razones económicas.
Fig. 11.1. Ubicación geográfica de la industria petrolera (tomado de Estadística del medio ambiente, INEGI, 1999)

A partir de 1938, la producción de crudos y destilados aumentó notablemente, impulsada por los efectos de la Segunda Guerra Mundial y el
crecimiento de la industria nacional, alcanzando en 1998 un total aproximado de 3 millones de barriles diarios, al mismo tiempo que se obtenían 4.4
miles de millones de pies cúbicos diarios de gas (véase cuadro 11.4). El incremento en la producción bastó después para satisfacer las
necesidades internas; se exportaron productos petroleros con valor total de 9920 millones de dólares en 1999. A partir de 1990 ha venido
disminuyendo el porcentaje de exportaciones petroleras en total, ya que en 1998 sólo representaban 6.1 % del conjunto.
La petroquímica ha venido creciendo en forma destacada a partir de 1990 y en buena medida se exporta, llegando en 1997 a 1481 millones de
pesos, aunque las importaciones sumaron 384 millones. Los principales productos de la petroquímica incluyen amoniaco, anhídrido carbónico,
etano, etileno y propileno. A su vez, la industria petroquímica secundaria se especializa en la producción de fertilizantes secundaria se especializa
en la producción de fertilizantes nitrogenados, fibras químicas, resinas sintéticas y productos intermedios.
Entre éstos, se pueden citar el negro de humo, fertilizantes, urea, mentol, acetileno, acetona, etc. De acuerdo con la Ley Reglamentaria del
artículo 27, expedida en noviembre de 1958, la industria petroquímica básica permanecerá en poder del Estado y sólo la producción secundaria
podrá estar en manos de la iniciativa privada. Ya se han formado grandes complejos petroquímicos en Minatitlán, Pajaritos, Salamanca y
Guadalajara; en 1998 existían 468 plantas petroquímicas, 126 de ellas en el Estado de México, 81 en Veracruz y 74 en el Distrito Federal. Las
reservas probadas de hidrocarburos superan los 60 mil millones de barriles, de los cuales 41 000 son de crudo (otras fuentes de la Secretaría de
Energía señalan como reserva petrolera aproximadamente 48 mil millones de barriles).
La industria petrolera requiere hacer grandes inversiones para ampliar su capacidad de producción, refinación y transformación petroquímica;
además, se enfrenta a constantes variaciones en los precios del mercado mundial.
Cuadro 11.4. Producción de gas natural y derivados del petróleo, 1996.
Miles de barriles
Producto
diarios
Gas licuado 62.3
Gasolinas 416.5
Turbosina 61.7
Otros productos terminados
Diesel. 269.5
Combustóleo y residuos 418.0
Asfaltos 23.3
FUENTE: Anuario estadístico 1997, INEGI.

En consecuencia, Pemex deberá disponer de enormes sumas de dinero y someterse a una reorganización completa para liquidar gastos
innecesarios. Aprovechando esa circunstancia, algunos analistas proponen una privatización cada vez mayor de la petroquímica e incluso la
apertura en determinadas ramas de la industria. Lo que resulta evidente es la necesidad de incrementar la eficiencia de Petróleos Mexicanos,
evitando que se repita la situación de 1938.
OBSTÁCULOS QUE ENFRENTA LA MINERÍA
Los problemas que afronta la industria extractiva en nuestro país son muy diversos y complejos. Aquí sólo se consideran los que parecen
básicos para el estudiante de ciencias sociales, especialmente de economía y geografía socioeconómica.
En primer lugar, el hecho de que nuestra minería esté en gran medida sujeta a las condiciones del mercado mundial y a los intereses de los
intermediarios extranjeros, en sus ramas de mayor importancia, representa un grave obstáculo para el sano desarrollo de la economía nacional.
Como se observa en la figura 11.5, México continúa siendo un productor importante de materias primas de origen mineral que únicamente se
extraen y se refinan dentro de nuestro territorio, exportándose en forma de concentrados a Estados Unidos de América o Europa, para ser
transformados allá en diversos artículos que alcanzan precios muy altos y se venden a cambio de divisas en moneda fuerte.
Tres grandes monopolios estadounidenses absorbían, en 1960, la mayor parte de la producción mexicana de interés comercial e industrial:
a) La American Smelting and Refining Co. (ASARCO), que controlaba muchos trabajos en las ricas minas y fundiciones de plomo, zinc,
plata, otro y otros metales de aleación.
b) La American Metal Co., también con intereses en los polimetales, pero dirigida especialmente a labores relacionadas con plomo y zinc.
c) La Anaconda Copper Co., que desde hace varios decenios explota las riquezas de mineral de cobre en Cananea y Nacozari y, que hasta
la fecha, continúa operando en esa región.
Por supuesto, dichas empresas laboraban mediante diversas compañías filiales (como la Cananea Copper, The Fresnillo Mining y otras con
nombres castellanos), lo que les daba un gran radio de acción.
En 1960, 98%del cobre, 90 % del plomo, 97% del zinc, 60 % de la plata y 47% del oro mexicanos eran explotados por compañías extranjeras
radicadas en México. De éstas, la ASARCO producía 42 % del plomo, 47% del zinc y 5% de la plata, en tanto que la American Metal Co.,
alcanzaba 22 % del plomo, 29 %del zinc y 15%de la plata, y finalmente, la Anaconda Copper contribuía con la mayor parte del cobre nacional.
Además, la ASARCO controlaba todas las fundiciones del zinc y 70% de las que trabajaban el plomo.
Uno de los casos más notorios de explotación de nuestros recursos minerales por compañías extranjeras fue hasta hace pocos años el de las
compañías azufreras de compañías azufreras de Texas en el istmo de Tehuantepec. La situación de dominio extranjero cambió a partir de 1961,
con la expedición de la nueva ley minera (que se expone más adelante) para ir "mexicanizando" la minería.

Fig. 11.5. Ubicación geográfica de zonas de explotación minera y de hidrocarburos.

Aspecto histórico del desarrollo


Es importante mencionar que en México se procedía a la transformación completa sólo de una pequeña parte de algunos metales producidos
(como plomo y zinc), y se exportaba, en ocasiones, hasta 90% o más de la producción, para su elaboración en Estados Unidos de América (en
pequeña proporción también a países europeos).
En 1969 se estimaba que se consumían o transformaban en México productos minerales equivalentes a 45% del valor total de la producción.
Toda la del hierro, carbón y estaño se consume en el país y aumenta la demanda interna de zinc, cobre, plomo, manganeso y barita. Pero muchas
de las industrias mexicanas de la transformación son igualmente propiedad de estadounidenses.
La minería mexicana depende, por lo mismo, del nivel de precios que se absorben en el mercado internacional. Éstos se fijan en las bolsas de
valores de Nueva York, Londres, Bruselas, Chicago y otras importantes ciudades del extranjero. Toda variación en los precios del plomo, zinc,
cobre o plata perjudica notablemente la minería y, en general, la economía nacional. Este problema es el de mayor importancia, porque México
recibe directamente los efectos de las crisis económicas del capitalismo.
Es de gran utilidad señalar algunas cifras que muestran esa influencia en el caso concreto de la minería del país. Desde1955 se advirtió una baja
cada vez más aguda en los precios, sobre todo del plomo, zinc y cobre. En el periodo 1955-1963 fue de 37%, 13% y 30%, respectivamente,
aunque después la plata recuperó en buena medida su valor. Como consecuencia de las crisis recurrentes y a partir de 1982, miles de mineros
mexicanos quedaron sin trabajo y el volumen de los principales minerales se redujo. El valor de las exportaciones también ha fluctuado en los
últimos años, de tal manera que entre 1995 y 1999 disminuyó de 545 millones de dólares a 452, excluyendo los productos petroleros.
Los pequeños mineros mexicanos que operan con capital propio no poseen las cantidades suficientes para invertir grandes sumas y competir, de
esta manera, con los monopolios.
Otro obstáculo para el desarrollo de la minería ha sido la deficiencia de las vías de comunicación y de los medios de transporte, a pesar de que
los ferrocarriles fueron construidos esencialmente para servir a la industria extractiva. Hasta la fecha, las vías férreas no responden a las exigencias
de la economía, y los caminos carreteros no resuelven el problema del transporte de minerales. La influencia local de esto puede ser importante,
sobre todo en las cordilleras, donde no penetró el ferrocarril. Cabe agregar la carencia de una flota mercante que impide la exportación directa por
parte de empresas nacionales a Europa, Asia o Sudamérica, y obliga, por lo mismo, a utilizar en gran medida la frontera terrestre; por medio de
barcos extranjeros se llevan a cabo embarques anuales de plata por los puertos del golfo.
CONCENTRACIÓN PRODUCTIVA Y MEXICANIZACIÓN MINERA
Existen grandes empresas que, como la Minera México, Tubos de Acero, Minera Autlán y Peñoles Mexicana, concentran cada vez más la
producción de los principales minerales. En los últimos años se intensificó el proceso de privatización en el caso de compañías como Altos Hornos
de Monclova y Siderúrgica Lázaro Cárdenas-La Truchas, en Coahuila y Michoacán, respectivamente. Las ganancias de las grandes compañías
aumentan debido al bajo costo de transporte por ferrocarril e incluso el fisco deja de percibir grandes cantidades por maniobras de las propias
empresas.
Las grandes compañías mineras son las que se dedican a instalar maquinaria nueva en sus fundiciones, pero el gobierno puede asumir un papel
importante si decide invertir fuertes cantidades de dinero en este tipo de empresas. La entonces Secretaría de Industria y Comercio contaba con la
Comisión de Fomento Minero, cuya finalidad de controlar la explotación sólo se cumplió en aislados casos, como en las antiguas minas de
Angangueo, Michoacán, y Santa Rosalía, Baja California, en donde se encargó de manejar las empresas cuando éstas se encontraban ya en
bancarróta, originada por la explotación desmedida de las vetas, que llevaron a cabo las compañías extranjeras.
En realidad, debería suspenderse totalmente el otorgamiento de nuevas concesiones a los monopolios internacionales, y limitar al máximo los
trabajos de sociedades "mixtas". De esta manera, el Consejo de Recursos Minerales podría encargarse de trabajar todas las nuevas minas,
placeres y explotaciones a cielo abierto que pudieran aparecer en México.
En los últimos años se ha seguido una política que en conjunto se llama "mexicanización" de la minería, habiéndose prohibido, entre otras cosas,
la exportación del carbón y del mineral de hierro, y el gobierno o empresas particulares mexicanas han adquirido más de 90% de las acciones que
anteriormente pertenecían a compañías extranjeras. Estas últimas, debido a los problemas del mercado y precios, prefieren ahora vender sus
antiguas propiedades a mexicanos y retirarse de la mayoría de los negocios mineros.
LA CONSTITUCIÓN DE 1917 Y LA NUEVA LEY MINERA
Por su importancia, se incluyen a continuación unos párrafos del artículo 27 constitucional, que se refiere a la propiedad del suelo y el subsuelo en
México:
Art. 27. La propiedad de las tierras yaguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la
Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de trasmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada.
Las expropiaciones sólo podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante indemnización.
La Nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el
de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una distribución
equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conservación, lograr e! desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de
la población rural y urbana. En consecuencia, se dictarán las medidas necesarias para ordenar los asentamientos humanos y establecer
adecuadas provisiones, usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques, a efecto de ejecutar obras públicas y de planear y regular la
fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de población; para preservar y restaurar el equilibrio ecológico; para el
fraccionamiento de los latifundios; para disponer, en los términos de la ley reglamentaria, la organización y explotación colectiva de los ejidos y
comunidades; para el desarrollo de la pequeña propiedad rural; para el fomento de la agricultura, de la ganadería, de la silvicultura y de las demás
actividades económicas en el medio rural, y para evitar la destrucción de los elementos naturales y los daños que la propiedad pueda sufrir en
perjuicio de la sociedad.
Con este objeto, se dictarán las medidas necesarias para el fraccionamiento de los latifundios; para el desarrollo de la pequeña propiedad
agrícola en explotación; para la creación de nuevos centros de población agrícola con las tierras y aguas que les sean indispensables; para el
fomento de la agricultura y para evitar la destrucción de los elementos naturales y los daños que la propiedad pueda sufrir en perjuicio de la
sociedad.
Los núcleos de población que carezcan de tierras yaguas, o no las tengan en cantidad suficiente para las necesidades de su población, tendrán
derecho a que se les dote de ellas, tomándolas de las propiedades inmediatas, respetando siempre la pequeña propiedad agrícola en explotación.
Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas; de
todos los minerales o sustancias que en vetas; mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los
componentes de los terrenos, tales como los minerales de los que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria; los yacimientos de
piedras preciosas, de sal de gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas; los productos derivados de la descomposición de las
rocas, cuando su explotación necesite trabajos subterráneos; los yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de ser utilizadas
como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos; y el espacio
situado sobre el territorio nacional, en la extensión y términos que fije el derecho internacional.
Son propiedad de la Nación las aguas de los mares territoriales en la extensión y términos que fije el derecho internacional; las aguas marinas
interiores; las de las lagunas y esteras que se comuniquen permanente o intermitentemente con e! mar; las de los lagos interiores de formación
natural que estén ligados directamente a corrientes constantes; las de los ríos y sus afluentes directos o indirectos, desde el punto del cauce en
que se inicien las primeras aguas permanentes, intermitentes o torrenciales, hasta su desembocadura en el mar, lago, laguna o esteras de
propiedad nacional; las de las corrientes constantes o intermitentes y sus afluentes directos o indirectos, cuando el cauce de aquéllas en toda su
extensión o en parte de ellas, sirva de límite al territorio nacional a dos entidades federativas, o cuando pase de una entidad federativa a otra o
cruce la línea divisoria de la República; las de los lagos, lagunas o esteras cuyos vasos, zonas o riberas, estén cruzadas por líneas divisorias de
dos o más entidades o entre la República y un país vecino; o cuando el límite de las riberas sirva de lindero entre dos entidades federativas o a la
República con un país vecinos; las de los manantiales que broten en las playas, zonas marítimas, cauces, vasos o riberas de los lagos, lagunas o
esteros de propiedad nacional, y las que se extraigan de las minas; y los cauces, lechos o riberas de los lagos y corrientes interiores de la
extensión que fija la ley. Las aguas del subsuelo pueden ser libremente alumbradas mediante obras artificiales y apropiarse por el dueño del
terreno, pero cuando lo exija el interés público o se afecten otros aprovechamientos, el Ejecutivo Federal podrá reglamentar su extracción y
utilización y aún establecer zonas vedadas, al igual que para las demás aguas de propiedad nacional. Cualesquiera otras aguas no incluidas en la
enumeración anterior, se considerarán como parte integrante de la propiedad de los terrenos por los que corran o en los que se encuentren sus
depósitos, pero si se localizaren en dos o más predios, el aprovechamiento de estas aguas se considerará de utilidad pública, y quedará sujeto a
las disposiciones que dicten los Estados.
En los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, el dominio de la Nación es inalienable e imprescriptible y la explotación, el uso o el
aprovechamiento de los recursos de que se trata, por los particulares o por sociedades constituidas conforme a las leyes mexicanas, no podrá
realizarse sino mediante concesiones, otorgadas por el Ejecutivo Federal, de acuerdo con las reglas y condiciones que establezcan las leyes.
Las normas legales relativas a obras o trabajos de explotación de los minerales y sustancias a que se refiere el párrafo cuarto, regularán la
ejecución y comprobación de los que se efectúen o deban efectuarse a partir de su vigencia independientemente de la fecha de otorgamiento de
las concesiones, y su inobservancia dará lugar a la cancelación de ésta. El Gobierno Federal tiene la facultad de establecer reservas nacionales y
suprimirlas. Las declaratorias correspondientes se harán por el Ejecutivo en los casos y condiciones que las leyes prevean. Tratándose del petróleo
y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, o de minerales radiactivos, no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los
que hayan otorgado y la Nación llevará a cabo la explotación de esos productos, en los términos que señale la ley reglamentaria respectiva.
Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación
de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se
requieran para dichos fines.
La capacidad para adquirir el dominio de las tierras yaguas de la Nación, se regirá por las siguientes prescripciones:
I. Sólo los mexicanos por nacimiento o por naturalización y las sociedades mexicanas tienen derecho para adquirir el dominio de las
tierras, aguas y sus accesiones o para obtener concesiones de explotación de minas o aguas. El Estado podrá concederle mismo derecho a los
extranjeros, siempre que convengan ante la Secretaría de Relaciones en considerarse como nacionales respecto de dichos bienes y en no invocar,
por lo mismo, la protección de sus gobiernos por lo que se refiere a aquéllos; bajo la pena, en caso de faltar al convenio, de perder en beneficio de
la Nación, los bienes que hubieren adquirido en virtud del mismo. En una faja de cien kilómetros a lo largo de las fronteras y de cincuenta en
playas, por ningún motivo podrán los extranjeros adquirir el dominio directo sobre tierras yaguas.
REGLAMENTODE 1999
En sus primeros artículos, la ley de 1992 afirma que constituyen depósitos minerales la totalidad de los metálicos y no metálicos, exceptuando el
petróleo y los carburos de hidrógeno, las sustancias contenidas en suspensión, o disolución por las aguas subterráneas, las rocas que se puedan
utilizar para fabricar materiales de construcción, los minerales radiactivos y las salinas no formadas directamente por las aguas marinas.
En el artículo 10 se asevera que la exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento de las sustancias minerales se podrán realizar: "por
personas físicas de nacionalidad mexicana, ejidos y comunidades agrarias y sociedades conforme a las leyes mexicanas, mediante concesiones"
otorgadas por la Secretaría de Economía (es decir, incluso a extranjeros, véase artículo 11).
Se establece que las concesiones de exploración "tendrán una duración improrrogable de seis años", pero podrán otorgarse nuevamente; en
tanto que las concesiones de explotación durarán 50 años. La Secretaría de Economía se apoyará en el Consejo de Recursos Minerales para llevar
el inventario de los depósitos minerales y otros aspectos de la ley.
Por decreto del Presidente de la República que aprobó la ley del 24 de junio de 1992, la ley reorganiza las actividades relacionadas con la
minería, en su aspecto técnico; conserva la propiedad privada al mismo tiempo que abre aún más las puertas al capital extranjero en la minería. El
antiguo dominio directo de los extranjeros sobre explotación de los yacimientos minerales en México casi ha desaparecido, pero aquéllos también
continúan siendo decisivos en la comercialización y en los precios que se imponen a escala mundial.
Por otro lado, la nueva Ley minera y su reglamento continúa reservando la exploración, explotación y el beneficio del petróleo y otros carburos de
hidrógeno al Estado mexicano En febrero de 1999 se publicó el Reglamento de la ley minera de 1992.
IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD MINERA
Hasta antes de la última crisis, la minería en México daba ocupación a mayor número de trabajadores, aunque en 1976 el total era todavía de 150
000. Dicha actividad produjo, en 1999, cerca de 1.2% del PIB nacional, y representó 0.33% de las exportaciones. Lógicamente, la tasa de
crecimiento de recursos minerales disminuyó notablemente, de tal manera que la suma en 1999 fue de 3.2 % menor que el año anterior. Según el
Almanaque mexicano ello se debió a: "Los bajos precios mundiales, la falta de crédito y la tecnología obsoleta." Los artículos minerales de
exportación y derivados del plomo, zinc, cobre, plata, oro y azufre representan en conjunto el pequeño porcentaje de la suma de exportaciones,
pues la cifra se reduce considerablemente en años difíciles (se excluye petróleo y gas).
La totalidad del número de unidades cerradas en 1993, incluyéndolos muy pequeños, era superior a 2800, y el valor de su producción llegó a 53
900 millones de pesos, lo que demuestra su importancia. Numerosas poblaciones del interior del país viven parcialmente de los trabajos mineros;
entre ellas, podrían citarse Charcas y Matehuala, en San Luis Potosí; Cananea, en Sonora, y Parral, en Chihuahua.
En el marco mundial, México sobresale como productor de algunos metales, ante todo, en la plata, pues ocupa el segundo, en ocasiones el
primer lugar en el mundo; en la fluorita también ocupa uno de los primeros lugares.
En zinc nuestro país ocupa el cuarto lugar en el mundo (1998), y es prominente también en la producción de cobre, manganeso y plomo. Además,
también es un gran productor de aluminio y oro. No deja de tener cierta significación, sin embargo, la producción de molibdeno, arsénico,
antimonio, bismuto, selenio, barita, estaño y vanadio. Respecto de los minerales no metálicos, destacan el yeso, sílice, azufre y numerosos
materiales de construcción.
Principales regiones minero metalúrgicas
Las zonas de explotación minera han variado, desde la época de la Colonia, cuándo se distinguían como más importantes las de Guanajuato,
Pachuca, Taxco, Zacatecas y sur de San Luis Potosí, junto con algunas de Michoacán, Durango, México y sur de Chihuahua. Ahora van a la
vanguardia los estados del norte y noroeste: Chihuahua, Durango, Sonora y Coahuila. Quedan muy rezagadas algunas entidades como Hidalgo,
Guanajuato, Zacatecas y Michoacán, que anteriormente tuvieron gran importancia (véase cuadro 11.5).
Los efectos de las crisis tuvieron mayores consecuencias especialmente en Zacatecas, Guanajuato e Hidalgo, en donde también se advierte
agotamiento de las vetas por la explotación prolongada y excesiva.
En Chihuahua se cuenta con varios centros mineros importantes; entre ellos, Parral, Santa Eulalia, San Francisco del Oro y La Perla. Hay valiosa
producción de plomo, zinc, plata y oro; parte de estos minerales provienen de sitios montañosos alejados de las fundiciones. La Sierra Madre, en
Durango, es rica en plata, plomo, cobre, zinc y oro, que se extrae de minas de numerosos lugares, desde Tepehuanes a Topia y Santiago
Papasquiaro; además, junto a la misma ciudad de Durango se encuentra el famoso cerro del Mercado, que antiguamente fue gran yacimiento de
mineral de hierro y hoy se explota en escala pequeña. Sonora es conocida, principalmente, por las explotaciones de minerales de cobre en
Cananea y Nacozari, y en el mismo estado también se obtienen diversas cantidades de plata, plomo, zinc y oro. Hay, asimismo, yacimientos de
antimonio en el sitio así denominado; grafito en Moradillas, y otros diversos.
Respecto de San Luis Potosí, tienen fama las instalaciones refinadoras de zinc, plomo, cobre y plata. Además, es un gran productor de fluorita.
La industria minero metalúrgica de Zacatecas se encuentra principalmente en Fresnillo (zinc, plomo, oro y plata); Concepción del Oro ha disminuido
notablemente su producción de plata, que continúa predominando en Sombrerete. En el cuadro 11.6 se muestra la producción de lámina en 1996.
En el centro del país la importancia de los minerales de Pachuca-Real del Monte (oro y plata) ha disminuido notablemente; son importantes
poblados mineros como Zimapán, en Hidalgo; Angangueo, en Michoacán, y diversas zonas de Jalisco y Guanajuato. Por su parte, el sur posee
pequeños centros mineros que aportan cantidades menores de plata, oro, plomo y zinc, tanto en Guerrero como en Oaxaca.
Las más grandes instalaciones para la producción de sal común en México se encuentran actualmente en Baja California; sobretodo, en
Guerrero Negro (desierto de Sebastián Vizcaíno, en el Pacífico, y a los 28° de latitud norte), donde trabaja en grande una compañía de capital
externo y nacional, así como en la isla del Carmen, del golfo de California. Otras empresas salineras existen en las costas de Calima, Veracruz,
Sinaloa, Yucatán y Oaxaca. Cabe mencionar aquí la existencia de grandes, cantidades de yeso en la isla de San Marcos, en Baja California Sur.
Se ha dejado aparte lo referente a cuatro productos mineros de suma importancia: uranio, azufre, carbón de piedra y mineral de hierro, para
prestarles la atención que merecen, por su interés particular y su condición de materiales básicos para la industria nacional casos especiales del
uranio, azufre, carbón de piedra y el mineral de hierro, para prestarles la atención que merecen, por su interés particular y su condición de
materiales básicos para la industria nacional.
Cuadro 11.5. Volumen de producción minerometalúrgica, 1999*.
Producto Volumen (ton)
Metales preciosos1
Oro (kg) 22 285
Plata(kg) 2 337 554
Metales industriales no ferrosoI
Antimonio 273
Arsénico 2 419
Bismuto 559
Cadmio 1 311
Cobre6 321
Estaño 4
Molibdeno 7 962
Plomo6 126
Tungsteno 40
Zinc 321
Metales y minerales siderúrgicos
Carbón mineral2,3 (miles de ton) 8 765
Coque2 (miles de ton) 2 220
Fierro1 (miles de ton) 6 853
Manganeso1,6 169
Minerales no metálicos2
Azufre4,6 460
Barita6 134
Caolín 9 177
Celestita6 150
Dolomita6 407
Feldespato6 262
Fluorita6 561
Fosforita6 927
Grafito6 32
Sílice5,6 1 695
Yeso6 3 767
Wollastonita 44
* Datos preliminares.
1Productos con contenido metálico.
2Volumen de mineral.
3Las cifras se refieren al carbón mineral no coquizable.
4Incluye la extracción minera y el obtenido en la refinación de petróleo crudo.
5Arena para vidrio y cuarzo.
6Miles de toneladas.

FUENTE: Anuario estadístico 1997, INEGI. Estadísticas del medio ambiente, INEGI, 2000.

Cuadro 11.6. Laminación secundaria de fierro y


acero, 1996 (miles de ton).
Producto 1996
Planos y tubulares
Plancha 1081
Lámina en frío* 1753
Lámina en caliente 2101
No planos
Alambrón 1257
Varilla corrugada 2527
Barras macizas 307
Perfiles pesados 344
Piezas fundidas y forjadas 50
Derivados
Tubos con costura 609
*Incluye lámina de acero inoxidable.
FUENTE: Anuario estadístico 1997, INEGI.

Casos especiales del uranio, azufre, carbón de piedra y el mineral de hierro


Respecto del uranio y otros minerales radiactivos, cuyas reservas se calculan en 4.3 millones de toneladas, se han localizado principalmente en
las zonas siguientes: Guadalupe, El Sotolar y Puerto del Aire, Chihuahua; Telixtlahuaca, Oaxaca, y cerca de La Piedad; municipios de Cuatro
Ciénegas, Ocampo, Ocaña, en Coahuila; y otros de Durango, Sonora y San Luis Potosí.
Se cuenta ya con la planta experimental de Salazar, cerca de la capital del país y mula importante central nucleoléctrica de Laguna Verde, en el
estado de Veracruz, que constituye la base de una futura industria mexicana, movida por centrales de energía atómica. Las plantas de energía
atómica representan un potencial peligro y en diversas partes del mundo han ocurrido desastres (como el de Chernobyl), por lo que se requiere
vigilancia constante para evitarlos.
El caso del azufre es muy ilustrativo, la Azufrera Panamericana era una empresa poderosa de capital estadounidense que, hasta 1967, se dedicó
a explotar exhaustivamente las reservas azufreras y exportadas, casi en su totalidad, en tanto que México ha padecido por la falta de fertilizantes
para mejorar la producción agrícola. En 1998 se obtuvo poco menos de un millón de toneladas de azufre, principalmente como subproducto en la
refinación del petróleo crudo en MinatitIán y Poza Rica, Veracruz, y en Reforma, Chiapas, y así como en pequeña escala en los domos salinos de
Jaltipán (Veracruz) que anteriormente se enviaba al extranjero por el puerto de CoatzacoaIcos. A pesar de que la producción de azufre ha
disminuido notablemente, México conserva un lugar importante como productor mundial.
El carbón de piedra de uso industrial se explota primordialmente en la cuenca de Sabinas-Esperanzas-Cloete-Agujita-Nueva Rosita-Palau
(estado de Coahuila), de donde se conduce a las plantas coquizadoras y de subproductos, instaladas en la propia Nueva Rosita, en Monclova y
Monterrey. En esa zona se ha encontrado bastante carbón bituminoso, por lo que su utilidad es muy grande para la siderurgia nacional. Los 3000
millones de toneladas métricas de reservas carboníferas bituminosas, actualmente explotables, de primera calidad, en Coahuila, las colocan entre
las más importantes de América Latina.
El problema consiste en la lejanía respecto de la región central del país y de los yacimientos de mineral de hierro que se exploten en el futuro.
Otras concentraciones de carbón antracita se conocen en la alta cuenca del río Yaqui (San Marcial) y en Consuelo Mixtepec (mixteca de Oaxaca),
en Chihuahua, Chiapas, Guerrero y otros estados.
A partir de 1982 se han construido en Nava, noroeste de Coahuila, varias plantas termoeléctricas a base de carbón mineral no coquizable, del
cual se produjeron cerca de 8 millones de toneladas. Por otro lado, el carbón coquizable es vital para la producción siderúrgica y, para 1996, se
obtuvieron cerca de 2 millones de toneladas, mismas que se utilizan en las grandes plantas del norte y centro del país.
El problema del mineral de hierro .es, en México, otro de los que deberán resolverse de inmediato, evitando la actual explotación de pocos
yacimientos importantes, entre ellos los de Peña Colorada, en Colima, y Las Truchas, en la cuenca del bajo Balsas, Michoacán. Lamentablemente,
los demás son más pequeños y las reservas conocidas son también reducidas. A su vez, los obstáculos son grandes, por la lejanía como por la
falta de capital para invertir.
Sería muy conveniente localizar nuevas bases ferríferas, para combinar su producción con el carbón del norte, en la zona central de la república.
Un ejemplo de nueva planta siderúrgica lo constituye la construcción de la fábrica para explotar los yacimientos de mineral ferrífero de Las Truchas
y Plutón, en la desembocadura del río Balsas, y además a partir de 1974 se comenzó a explotar el yacimiento de Peña en Colorada, Colima.
Uno de los principales minerales de uso siderúrgico es el manganeso, del cual se conocen reservas superiores a 62 millones de toneladas; sobre
todo, en Molango y LolotIa, en Hidalgo, Chihuahua y Sonora.
12. Industrias de la transformación
ORÍGENES
Las industrias de este tipo tienen su origen más remoto en las actividades artesanales, etapa en la que el hombre sólo contaba con sus manos y
su habilidad creadora.
A medida que iban creciendo las comunidades, las empresas comerciales se intensificaron, por lo que hubo necesidad de crear mayor cantidad
de mercancías. Esto fue el principio de la especialización de los artesanos, simultáneamente con la división del trabajo, de ese modo, se
incrementó notablemente la productividad.
El nacimiento de la etapa de industrialización en el mundo coincide con la Revolución Industrial; es decir, la transformación de la estructura
manufacturera que, desde mediados del siglo XVIII se lleva a cabo en Inglaterra, se extiende después a muchos países del continente europeo, y
pasa, posteriormente, a Estados Unidos de América. Dicha transformación fue el resultado de la introducción de la máquina de vapor que sustituyó
a la fuerza humana, pues hasta entonces el hombre había progresado muy poco en la herramienta que utilizaba; así también, remplazó su fuerza
con el uso de agentes naturales. El fenómeno más importante que trajo consigo la Revolución Industrial no fue la mera maquinización, sino la
sustitución parcial de la destreza del trabajador' por la máquina; es decir, la habilidad del obrero quedó supeditada a ella.
Por otro lado, el resultado de las innovaciones de la Revolución Industrial es la especialización de las diversas ramas productivas, y hace
evidentes las relaciones de dependencia entre todas las actividades humanas.
En el México prehispánico ya se desarrollaban las actividades artesanales, sobresaliendo entre ellas la fabricación de bebidas, de alimentos
conservados, de objetos de cerámica, la extracción de material de construcción y la edificación, el tallado de piedras preciosas y la orfebrería, así
como el tejido de algodón y el de plumas.
Con la llegada de los conquistadores, México se convierte en una fuente abastecedora de materias primas para la metrópoli, impidiéndose, en
términos generales, la elaboración de productos industriales, ya que una colonia era útil en la medida en que proporcionara gran cantidad de
materias primas y consumiera muchos géneros y mercancías procedentes de España.
No obstante que no había ninguna ley dictada por la metrópoli que impidiera la creación de industrias en sus colonias, el gobierno no sólo no
estimulaba las manufacturas, sino que empleaba diversos medios para impedir su establecimiento: como casos específicos pueden mencionarse la
seda, el papel y el cristal.
A pesar de los obstáculos que se tenían que vencer, hubo algunos españoles que, al establecerse en la Nueva España, trajeron consigo las
industrias de sus provincias, como la fabricación de telas pintadas y paños finos.
Las industrias del algodón y las lanas estaban establecidas principalmente en Puebla, Querétaro y San Miguel el Grande; posteriormente, se
instalaron en Guadalajara, Lagos y algunas ciudades vecinas. Las de paños se ubicaban en Texcoco, Querétaro y Puebla. La producción de seda
era casi nula; se desconocía la manufactura del lino, cáñamo y papel. La fabricación de tabaco era un derecho de regalía y se encontraban las
empresas más importantes en México y Querétaro. La producción de jabón era considerable en Puebla, México y Guadalajara. También era
célebre la primera de estas ciudades por sus fábricas de lazos y de sombreros. La elaboración de pólvora era, asimismo, un derecho de regalía y la
principal fábrica era la de Santa Fe.
La orfebrería estaba muy desarrollada, sobre todo, se labraban grandes piezas de platería, vasos y ornamentos religiosos. Igualmente se habían
hecho progresos notables en otras industrias de uso suntuario: se fabricaban candelabros y otros adornos de bronce dorado; se producían coches;
en ebanistería, se hacían hermosos muebles de maderas finas; en Durango, se construían clavicordios y pianos. Los indígenas se dedicaban a
producir artículos de madera, hueso y cera.
En general, puede afirmarse que en la época colonial la industria manufacturera estaba muy atrasada, ya que la industria extractiva era
considerada como la única verdaderamente productiva y, por tanto, fue la única actividad a la que se le prestó atención, desde el punto de vista de
las inversiones.
LA INDUSTRIA EN EL MÉXICO INDEPENDIENTE, HASTA EL PORFIRlATO
Después de consumada la independencia, se marcan dos etapas muy claras, por lo que se refiere a la fuente de capital es para darle impulso al
crecimiento del país. La primera, abarca de 1821 a 1880, en que la posición es de desconfianza hacia las inversiones extranjeras; la segunda, de
188Oa 1925, en que la posición es ]a contraria, y se da toda serie de facilidades con el fin de atraer a los inversionistas extranjeros.
Desde la etapa posterior a la Independencia empezaron a surgir ideas y proposiciones en el sentido de promover la industrialización del país.
Algunos decían que la actividad minera debía ser la básica, ya que la tradición así lo exigía; además, la mayoría de los ingresos del gobierno
provenían de esta actividad. Si a ello se aunaba que este sector representaba el más alto valor de la producción y concentraba la mayor parte de la
población económica- mente activa, no cabía duda de que el primer paso que se diera para fomentar la industrialización del país era fortalecer a la
minería.
Otros, afirmaban que se debía dar mayor impulso a la agricultura, ya que los recursos de la minería se agotarían con la explotación y era
imposible renovarlos. Más aún, decían que casi la totalidad de la población se dedicaba a la agricultura y vivía de ella; y que, además, esta
actividad proporcionaría también las materias Primas para abastecer la industria.
Después de observar el desarrollo de otras naciones, Esteban de Antuñano propone que, para que el país lograra un verdadero progreso
económico, el único medio era la industrialización, ya que producía artículos cuyo valor era el más alto y absorbía materias primas procedentes de
otros sectores. Agregó que se debía prohibir la entrada de productos que compitieran con los del país, gravando con altos impuestos los artículos
que se fabricaban en el extranjero.
Lucas Alamán creó, en 1830, el Banco de Avío, cuya finalidad era promover y fomentar el desarrollo de la industria. Este banco era
gubernamental y su capital estaba formado por los fondos que provenían de los impuestos a los géneros de algodón importados. El banco adquirió
en Estados Unidos de América, Inglaterra, Francia y otros países europeos la maquinaria más moderna, y contrató a los técnicos necesarios: pero
el plan fue interrumpido por las luchas intestinas. En 1842, al ser clausurado el Banco de Avío, se pugnó por la creación de la Dirección General de
Industrias, con el fin de que esta actividad pudiera impulsarse.
De 1821 a 1880 poco hicieron los gobiernos en materia de desarrollo industrial, ya que la mayor parte de sus recursos los destinaban al
mantenimiento de los ejércitos que los sostenían en el poder. Por tanto, puede afirmarse que los pequeños progresos que logró la industria fueron
sin la intervención y protección estatal.
Inversión extranjera e industrialización
La construcción de los ferrocarriles, a partir de 1880, marca una nueva etapa, ya que juntó con ella vinieron las grandes inversiones extranjeras.
Éstas se dirigieron a aquellos sectores en que podían obtener mayores beneficios, sin importarles el desarrollo de México. El gobierno porfirista se
limitó a otorgar concesiones, lo que hizo que el país se colocara a la cabeza de los países donde se hacían inversiones extranjeras, concretamente
estadounidenses. La afluencia de capital del exterior ocasionó el desplazamiento de empresas mexicanas y la absorción de los fundas mineros
más ricos; de tal manera que, para 1890, se habían creado ya las más importantes compañías mineras.
Los ferrocarriles tuvieron una influencia deformadora, al participar decisivamente en la conformación agrícola-minera del país, y al facilitar la
exportación de materias primas, pues sus líneas se trazaron de los centros mineros a los principales puertos marítimos y hacia las aduanas
fronterizas.
Estos factores explican el desarrollo que tuvo la industria en esa época y la modernización de fábricas en las ramas más remunerativas que
atrajeron a los inversionistas extranjeros, principalmente las actividades extractivas, como la minería y el petróleo, y las plantaciones agrícolas
comerciales.
Algunas ramas industriales durante el régimen del presidente Porfirio Díaz se fueron modernizando; entre ellas, la textil, alimentaria y siderúrgica.
En 1899, casi todas las fábricas importantes de textiles utilizaban en sus instalaciones energía eléctrica; las de tejidos de lanas también la
empleaban y, en Orizaba, la fábrica de yute introdujo el aprovechamiento de la energía hidráulica.
La industria alimentaria tuvo progresos, como la inauguración dé las primeras fábricas modernas de cerveza y la instalación de otra de aceites
vegetales. En esta misma época, se establecieron las bases de la industria siderúrgica con la formación de la Compañía Fundidora de Fierro y
Acero de Monterrey.
Entre otras empresas que empleaban procedimientos avanzados pueden citarse la fábrica de San Rafael y anexas, que se modernizó en 1890 y
se dedicó a la fabricación de papel para periódico, envolturas y para uso en oficinas; la Vidriera de Monterrey, que fue fundada en 1909, con el fin
de que abasteciera de envases a las fábricas de cerveza de esa ciudad y produjera botellas para vino. En 1902 se fundó la primera fábrica
moderna de calzado, y entre 1892 y 1906 iniciaron sus labores varias empresas modernas de cigarrillos, jabón, explosivos, cemento y tabaco.
El progreso industrial después de 1910
Ya para 1906 existían en México 6338 establecimientos que se dedicaban a las siguientes actividades industriales: alimentarias, indumentaria,
metalúrgica, madera-muebles, textiles, construcción, productos químicos, cueros y pieles, cerámica-vidrio, papel-cartón, tabacos-puros e industrias
varias.
Al estallar la Revolución Mexicana se inicia la liberación de las fuerzas productivas encadenadas bajo el antiguo régimen. Sin embargo, hubo de
transcurrir una prolongada etapa de convulsiones antes de que el país conquistara la estabilidad política necesaria para consolidar el nuevo
sistema. Por esto, la industria, en vez de acelerar su crecimiento, lo redujo en un 4.6 % anual en el periodo de 1910-1918, salvo las industrias de
calzado y textiles que se vieron favorecidas por el movimiento armado.
En la década de los veinte la industria progresa debido a la ampliación de los mercados urbanos, lo que favoreció el establecimiento de nuevas
fábricas, subsidiarias en gran parte de empresas estadounidenses que habían tomado impulso después de la Primera Guerra Mundial. Entre las
más importantes están: la Compañía Ford, en la construcción de automóviles; la Compañía Simmons, fabricante de camas y colchones; General
Popo, en llantas e impermeables; tres fábricas que empacaban y refinaban manteca proveniente de Estados Unidos de América y las de tabaco.
Entre las ramas que entonces lograron mayores progresos debe señalarse la producción de tejidos y géneros de punto de rayón; la de aceite de
ajonjolí; la de hierro y acero y la de vidrio para ventanas. Las industrias del calzado y de muebles continuaron su ritmo ascendente.
La integración de la industria continuó en esta etapa. Dentro de la producción industrial de 1930, correspondía 33% a la rama alimentaria; 28%, a
la industria textil; 26%, a la industria de la construcción, electricidad, madera y muebles; papel, artes gráficas, vidrio, hule, tabaco, peletería, óptica,
joyería, y 13% a la química y siderúrgica.
A causa de la estructuración obtenida en años anteriores la industria pudo sortear en el periodo de 1930-1933 las perturbaciones de la crisis
iniciada en Estados Unidos de América en 1929. De este modo, al dar principio la recuperación mundial, en 1934, contaba con su propia fuerza
que, aunque de escasa Importancia, constituía el punto de partida para su desarrollo.
Durante el gobierno del presidente Cárdenas la industria de la transformación recibió un impulso muy fuerte para su crecimiento, por
consecuencia de las medidas revolucionarias, entre ellas, la reforma agraria; la conversión del ejido en unidad de producción; la reivindicación de
fuentes de energía, como el petróleo, y el aumento en la producción de materias primas vitales para la industrialización de México; sensible
influencia tuvieron también al respecto ]a reorientación de gran parte de los servicios públicos, con el fin de incrementar el progreso nacional y la
aplicación de la inversión pública, como factor de fomento industrial.
Un fenómeno de gran importancia para el incremento de la industria mexicana lo fue, a partir de 1940, la Segunda Guerra Mundial, ya que obligó
a producir en el país muchos artículos que anteriormente se importaban y atrajo de nuevo (con todo lo bueno y malo que puede acarrear) la
inversión extranjera en grande.
La industria de la transformación ha alcanzado ya mayor diversificación e integración, pues este avance no sólo consiste en el adelanto de las
ramas industriales existentes, sino también en su complementación mediante nuevas empresas. Por medio de la diversificación, se logra mejor
aprovechamiento de las materias primas nacionales, de la fuerza de trabajo y la capacidad instalada de las fábricas, así como más amplia
sustitución de importaciones y de diversificación de las exportaciones; sobre todo, de bienes manufacturados.
El ritmo de desarrollo de la industria es muy acelerado, y si se compara el índice de la producción industrial (tomando como base 100 para 1960)
era en 1979 de 400.3 y de 392.4, exclusivamente por lo que toca a las manufacturas excluyendo industrias mineras, petróleo y gas, de construcción
y electricidad. La crisis económica de 1994-1995 afectó en gran medida a la industria de la transformación, que posteriormente ha recuperado el
ritmo en diversas ramas, alcanzando, en 1999, un 37% de aumento en producción, respecto de 1990.
INDUSTRIA SIDERÚRGICA
Como ya se explicó, es tan estrecha la relación entre la minería y la industria que convierte al mineral en hierro y acero, que deben estudiarse en
forma conjunta, sin separación tajante. Pero sólo se anotarán aquí los rasgos principales de la industria siderúrgica, que sirven de base a las
industrias de construcción de maquinaria, automovilística y otras que se estudiarán posteriormente.
Desde principios del siglo XX comenzó a desarrollarse (en pequeño) la fundición de hierro y acero en México. En 1903 se instala el primer alto
horno en nuestro país, que también lo fue en América Latina, al crearse la primera compañía privada que se dedicó a la producción de hierro y
acero, así como de artículos acabados, consistentes en rieles, estructuras y perfiles comerciales. Esta compañía, la Fundidora de Fierro y Acero de
Monterrey, instaló también, en 1943, el segundo alto horno de América Latina; el tercero, el de Altos Hornos de México (empresa gubernamental), y
el cuarto, el de Volta Redonda, en Brasil, en 1945.
El impulso decisivo lo recibió la industria siderúrgica mexicana después de la lucha armada y, propiamente, a partir de la Segunda Guerra
Mundial, que ofreció coyunturas favorables para su progreso. En 1944, por ejemplo, se produjeron 174766 toneladas de acero en lingotes,
obtenidos casi exclusivamente en las plantas de la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey y en Altos Hornos de México, en Monclova. Ya en
1955, había 10 700 obreros empleados en las empresas de esta clase, y sus productos tenían un valor neto de 807 millones de pesos. Para 1961,
sin embargo, el volumen de lingotes producidos llegó a la cifra de 1.7 millones de toneladas, lo cual representa casi 100% de incremento respecto
de 1944. La producción de acero siguió aumentando con rapidez: en 1966, los lingotes sumaron 2.7 millones, y todo el acero producido rebasó los
7.4 millones de toneladas.

En la actualidad, la siderurgia nacional cuenta con aproximadamente 75 hornos: 20


Siemens-Martin y 55 eléctricos (impulsados por energía de plantas diesel o de carbón);
los principales de éstos, que se cuentan entre los más grandes de América Latina,
eran, hasta 1985, la Fundidora de Monterrey (hoy clausurada) y Altos Hornos de
México, a los cuales se han agregado las instalaciones de la Siderúrgica Lázaro
Cárdenas-Las Truchas; TAMSA, en el municipio de Cangrejera, Veracruz(véase fig.
12.1); Hojalata y Lámina, S. A., en Monterrey y Puebla; Aceros Ecatepec y La
Consolidada, así como otras plantas en Piedras Negras, la zona industrial
metropolitana, Monterrey, Torreón y Chihuahua. En verdad, la gran siderurgia mexicana
está concentrada en cuatro zonas: Monclova (centro de Coahuila), Monterrey, capital
de Nuevo León, Lázaro Cárdenas, en la costa de Michoacán, y varios municipios del
Estado de México.
Las importaciones siderúrgicas, en 1996, representaron una salida de divisas de4562
millones de dólares. Los principales productos importados fueron de fundición; también
se importa material relaminable, hierro de primera fusión y lingote de acero, cuyas
cantidades fueron circunstanciales; se espera que para los venideros se reduzca al
mínimo.
Fig. 12.1. Vista panorámica de la siderúrgica TAMSA, en el municipio
de Cangrejera, Veracruz.

El resto de las importaciones estuvo integrado por materiales intermedios y productos finales. En cuanto a los primeros, destacan las compras de
lámina, hojalata y barra para usos diversos, y en lo que se refiere a los productos finales, se importaron cojinetes (baleros), flechas de trasmisión,
etcétera.
Las exportaciones, en 1996, ascendieron a 3084 millones de dólares, incluyendo sólo tubos de hierro o acero, barras y lingotes, estructuras y
perfiles, así como chapas laminadas. Los productos más importantes fueron los tubos de acero, que en su conjunto representaron 27% de las
ventas totales al exterior.
En proporción mundial, la industria siderúrgica de México es de relativa importancia e indica un desarrollo de tipo medio; pero tiene significación
continental, debido al escaso desenvolvimiento de los demás países de América Latina. Sólo Brasil ha superado nuestra producción de acero;
sobre todo, gracias a las famosas fundiciones de Volta Redonda, situadas cerca de Silo Paulo. Sin embargo, el ritmo de avance de esta industria
en México es acelerado, respecto del hierro esponja, como del hierro y acero en barras, alambrón, planchas, lámina y tubos de acero con costura y
sin ella.
Una solución parcial al problema del abastecimiento de productos siderúrgicos es la instalación de nuevas plantas en otras regiones del país; por
ejemplo, en Colima, Jalisco o Michoacán, para utilizar los grandes yacimientos de hierro de Las Truchas, Plutón, Peña Colorada u otros de interés
comercial; podrían usarse también las reservas de carbón de las cuencas de la Mixteca o de Sonora. Otras fábricas podrían construirse en el
estado de Guanajuato de San Luis Potosí, menos distantes de las fuentes de materia prima, principalmente del cerro del Mercado, en Durango
(mineral de hierro), y de la cuenca carbonífera de Nueva Rosita, además de que se surtirían mercados en crecimiento de la Zona central.
El más importante proyecto para la construcción de una nueva planta siderúrgica es el de Las Truchas, que se formalizó enjulio de 1969, y que
comenzó a trabajar en 1976 en el municipio de Melchor Ocampo, Michoacán, muy cerca de la desembocadura del río Balsas. Está alimentada con
mineral de hierro del propio yacimiento Las Truchas y de Plutón (Guerrero), utiliza 1.8 millones de toneladas al año, además de 600 000 toneladas
de carbón y coque de Coahuila, pero fue necesario importar combustible de Australia. Se necesitarían 60 000 toneladas de manganeso de Autlán;
600 000 toneladas de caliza de Ojo de Agua, Michoacán, además de 20.000 toneladas de dolomita, procedentes de El Ocotito, Guerrero, espato
flúor de Coahuila y bauxita de importación. Consume unos 1000 millones de kilovatios-hora para los hornos eléctricos de reducción, ya asegurados
por la terminación de la presa La Villita (José María Morelos), sobre el bajo Balsas.
Desde 1976 existe el puerto Lázaro Cárdenas en la desembocadura del Balsas y un ramal ferroviario de 200 km que va desde Empalme
Coróndiro (sobre la vía Uruapan-Apatzingán) hasta el puerto del Balsas; este último se inauguró a fines de 1979.
Esta gran obra llegó a constituir la más importante contribución al desarrollo económico de las costas de Michoacán y Guerrero, con lo que a la
larga se multiplicarán las industrias y crecerán las ciudades de la zona sur de México.
SITUACIÓN DE LA.INDUSTRIA POR RAMAS DE ACTIVIDAD

Industria textil. Es de las más antiguas en México y ocupa un lugar muy importante en el
sector de manufacturas de artículos para el consumo.
En 1980, según el censo, la inversión fija bruta en esta industria alcanzaba 8657 millones de
pesos, en tanto que las materias primas consumidas llegaron a 22 861 millones.
La producción de textiles de; algodón bajó de 1979 a 1985, de 154000 toneladas a 22 000;
en tanto que la correspondiente a la de fibras artificiales bajó de 269 000 a 61 000; el total de la
industria textil pasó de 662 000 amenos de200 000 toneladas en el periodo señalado (véase
fig. 12.2).
Además, de estas dos grandes ramas de la industria textil de fibras blandas, existen otras
más pequeñas que han ido adquiriendo importancia, de las cuales se deben señalar: la
industria productora de encajes, la de calcetines y tobilleras, la de medias, la rama de telas
industriales y la fabricación de alfombras.
Fig. 12.2. Aspectos de una empresa dedicada a la industria
textil

El número total de establecimientos de esta industria existentes en 1930 era de 578, Y daban ocupación a 53 747 personas. Para 1994, el
número de establecimientos ascendió a 44126, con 547 290 empleados, y el valor de su producción bruta total fue de 39089 millones de pesos. En
1999 las fábricas textiles y de calzado empleaban 15% de los trabajadores y exportaban más de 11 mil millones de dólares
Industria alimentaria. Dentro de la industria de transformación, la alimentaria ocupa un lugar muy importante, tanto por su volumen de
producción como por el número de trabajadores.
Ha crecido enormemente esta industria junto con la de bebidas, pues en 1930 era sólo de 10 115 el número de establecimientos, y daba
ocupación a 45 598 trabajadores; para1955, tenía ya un total de 23 968 establecimientos que daban ocupación a 294 191 personas. Finalmente, en
1994, el número de establecimientos fue de 91 932, y absorbieron a 704 317 obreros y empleados; su valor de producción fue de 126 000 millones
de pesos. En el cuadro 12.1 se muestra la producción y el personal empleado por los principales sectores de la industria ligera de la
transformación.
Industria del tabaco. Esta es una de las más antiguas de México, la cual tenía 154 establecimientos en 1930 que daban ocupación a 6511
trabajadores; en 1994, el número se redujo a 38, con un total de 7778 personas empleadas, y el valor de la producción fue de 6286 millones de
pesos. La reducción en el número de establecimientos y en el personal ocupado es resultado de la modernización de las principales fábricas, que
absorbieron a las pequeñas, ya que esta industria sólo puede operar con plantas medianas y grandes. En conjunto, las industrias de alimentos,
bebidas y tabacos en 1999 representaba 25 % de la producción manufacturera y el de empleados.
Cuadro 12.1. Principales sectores de la industria ligera de la transformación, 1993.
Producción
Personal
Tipo de industria (miles de
ocupado
pesos)
Industria de la carne 40 103 8 169
Leche condensada y otros lácteos 57 281 13 360
Empacado y envasado de frutas y legumbres 44 995 5 492
Empacado y enlatado de pescados y mariscos 15 990 1 675
Molienda de trigo 8 646 2 865
Harina de maíz 1 859 815
Beneficio y molienda de café 2 756 264
Galletas y pastas alimenticias 21 297 2 277
Aceites, margarinas y grasas vegetales 12 194 5 999
Alimentos para animales 14 816 6 915
Malta y cerveza 21 392 8 488
Refrescos, aguas gaseosas y purificadas 105 085 16 697
Cigarros 4 322 6 021
Hilados, tejido y acabados de fibras blandas 116 753 12 127
Prendas de vestir 209 623 10 463
Pastas de celulosa, papel y productos 63 787 13 727
Imprentas y editoriales 133 568 13 728
Plantas y cámaras 10 394 2 638
Abonos y fertilizantes 5 728 2 162
Fibras celulósicas y otras fibras artificiales 14 475 3 804
Pinturas, barnices, lacas y productos similares 11 960 3 208
Jabones, detergentes y otros productos 13 280 5 175
Aceites lubricantes 5 165 2 285
Coque y otros derivados del carbón mineral 2 099 670
Vidrio plano liso y labrado 6 108 1 596
Fibra de vidrio y cristal inastillable 2 158 280
Envases y ampolletas de vidrio 12 668 3 152
Materiales de arcilla para construcción 47 426 3 268
Industria de la madera y productos 168 023 9 343
Almidones, féculas y levaduras 2 994 1 167
Botanas 19 453 4 671
Petróleo y gas natural 26 427 46 974
Producción de minerales metálicos 26 913 4 256
Producción de minerales no metálicos 34 412 2 972
Extracción o beneficio de minerales de hierro 4 358 1 455
FUENTE: Censos económicos 1994, INEGI.

Industria química. En 1930 la industria química registró 149 establecimientos, los cuales se incrementaron seis veces en 1955, Y sumaron
1131. El personal ocupado mostró el incremento más significativo, al pasar de 2026 a 87 776 para los años comparados, respectivamente. La
evolución que se observó en esta industria fue tan favorable que, para 1994, el número de establecimientos ascendió a 7091; el personal ocupado
fue de 380 000; y el valor de su producción bruta total alcanzó la cantidad de 124 mil millones de pesos. En 1999 se hicieron exportaciones por
8000 millones de dólares y se dio empleo a 17% del total en la rama manufacturera.
Productos metálicos, maquinaria y equipo. Esta industria, que es de las más modernas y ha contribuido a la integración industrial del país,
disponía, en 1994, de 44 674 establecimientos y dio ocupación a 781 000 personas, con valor de producción por 70 000 millones de pesos. En
1999 fue la rama más importante en cuanto a las industrias de la transformación con 89 000 millones de dólares en exportaciones y 28% de
empleados.
Construcción, ensamble y reparación de equipos y materiales de transporte incluyendo automóviles y camiones. La industria automotriz
estaba constituida, en 1940, por 37 establecimientos, los cuales, para 1955, ascendían a 1756. El personal ocupado en este último año fue de 19
591 contra sólo 1756 en 1940. En 1994 operaban en esta industria 1572 establecimientos; el número de trabajadores se elevaba a 181 000 Y el
valor de su producción bruta total era de 65 961 millones de pesos.

Construcción y reparación de maquinaria, aparatos, accesorios, artículos


eléctricos y electrónicos. De 1930 a 1955 el número de establecimientos pasó
de 16 a 736. Así también, la mano de obra creció de 120trabajadores, en 1930, a
53220 en 1955. En aumento constante, la industria registró 1944 establecimientos
para 1994, que emplearon 341 000 personas, y se logró un valor de producción
bruta total de 25848 millones de pesos.
De acuerdo con los datos del censo industrial de 1998, las principales ramas
(excluyendo petróleo y gas) fueron, en valor agregado, la de productos metálicos,
maquinaria y equipo; alimentos, bebidas y tabaco, 24.3%; químicos y derivados,
32%; petróleo y plástico, 14.7%.
Sin embargo, respecto del personal ocupado, predominaban los de confección,
equipo electrónico, así como el de automotriz (véase fig. 12.3). El porcentaje de
exportaciones industriales en total ha crecido considerablemente y para 1999 ya
superaba 89%, debido, principalmente, al valor alto de los productos metálicos,
maquinaria y equipo (73 %) y el volumen creciente de químicos, vestido y
calzado(cuadro 12.2)

Fig. 12.3. Hoy día la fabricación de refacciones automotrices es una de las


más importantes desde el punto de vista económico.
Cuadro 12.2. Personal ocupado y producto interno bruto, por principales
divisiones industriales, 1998-1999.
PIB, porcentaje del
Personal
total de
División industrial ocupado
manufacturas
(miles)1
nacionales2
Productos alimenticios, bebidas y tabaco 686 24.4
Textiles, prendas de vestir e industria del 655 8.4
cuero
Madera y sus productos Papel y sus 164 2.7
productos,
imprentas y editoriales 181 4.6
Químicas, derivados del petróleo, 396 15.0
caucho y plásticos
Productos de minerales no metálicos, 157 6.7
excepto del petróleo y carbón
Metálicos básicos 60 5.0
Productos metálicos, maquinaria y 1317 30.2
equipo
Otros 150 2.9
Total nacional 37680 100.0
NOTA: Cifras redondeadas.
1Datos obtenidos en 1998.
2Datos obtenidos en 1999.

FENTES: Sistema de cuentas nacionales de México, INEGI, 2000. Estadísticas del medio
ambiente, INEGI, 2000.

Regiones industriales
En las figuras 12.4 y 12.5 se muestra la distribución por grupo de actividades de las industrias de la transformación. La industria productora de
bienes de alimentación que, tal como se mencionó, ocupa, por su importancia, uno de los primeros lugares en la industria de la transformación, es
una de las que se encuentran más dispersas en México; por tanto, es difícil hablar, de hecho, de una concentración especial en determinadas
regiones del territorio nacional; esto mismo puede decirse también de la industria productora de bebidas.
Las industrias tabacaleras se encuentran ubicadas en Monterrey, que es la más importante ciudad productora del país, Toluca, Naucalpan,
Irapuato, Tepic, Tijuana, Veracruz y Zamora.

Fig. 12.4. Ubicación geográfica de las industrias de la transformación.


Fig. 12.5 Ubicación geográfica de las industrias de la transformación.

Las empresas textiles, asimismo, se encuentran muy difundidas por toda la república; y son sus principales centros: Puebla, Mérida, Naucalpan y
otros municipios del Estado de México, así como Guadalajara, Tenango de Río Blanco, San Luis Potosí, Matamoros y Atlixco,en Puebla.
La producción de calzado y prendas de vestir existe especialmente en el Distrito Federal, León, Guadalajara y Puebla. El desarrollo de esta
industria, en el resto del país, ha sido bastante limitado. . Igualmente, la industria de la madera y el corcho tiene un escaso desarrollo en otras
zonas de la República Mexicana, y se encuentra concentrada en los estados de Chihuahua, Durango, Oaxaca, Michoacán y Guerrero. El núcleo de
fabricación y reparación de muebles está en el Distrito Federal y al norte de éste, en el Estado de México. La otra única región de importancia se
localiza en el área metropolitana de Monterrey.
Son muy poderosas las fábricas de papel y celulosa. Por ello, se construyeron cerca de los lugares donde existe la materia prima, como es el
caso de las empresas en Cuauhtémoc, Chihuahua; Tuxtepec, Oaxaca; Atenquique, Jalisco, o próximas al mercado de consumo, como sucede con
las empresas del Distrito Federal, Estado de México Monterrey.
Las grandes casas impresoras y editoras también se encuentran concentradas profusamente en el Distrito Federal (que absorbe más de 57% de
esa actividad), en las ciudades de Guadalajara, Monterrey y Naucalpan. El resto de la producción se halla relativamente dispersa en todo el país,
principalmente en las capitales regionales.
Las industrias del cuero y piel (excepto zapatos) están escasamente desarrolladas y no pertenecen a las grandes industrias de transformación.
Su producción más sobresaliente se localiza en el Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Jalisco y Nuevo León.
Por su parte, la industria que fabrica y repara artículos de hule se encuentra casi totalmente agrupada en el Distrito Federal y el Estado de
México, sin que deje de ser de gran importancia la de diversos municipios de las grandes ciudades: Monterrey, Guadalajara, Toluca y León; los
niveles de producción en otros sitios son comparativamente bajos.
Localización de empresas de productos químicos y metálicos
La mayor parte de la industria química (excepto la petroquímica), se encuentra, sobre todo, en el Estado de México, la cual absorbe más de 14%
del total. Se localiza también, aunque en menor escala, en el Distrito Federal, en Nuevo León, Jalisco y otras entidades del centro y del norte.
La distribución de la industria productora de derivados del petróleo y del carbón mineral está condicionada en forma fundamental por la
localización de los recursos naturales y los ductos. En petroquímica, sobresalen zonas como el sur y norte de Veracruz, Estado de México, el
Distrito Federal; Tamaulipas, Salamanca, en El Bajío, y Tabasco-Chiapas. A su vez, Coahuila y Monterrey obtienen coque y otros productos del
carbón mineral.
La industria transformadora de productos minerales no metálicos para construcción se encuentra concentrada, en forma importante, en la zona
que forman el Distrito Federal, el Estado de México e Hidalgo y, además, en Monterrey, Guadalajara y otras ciudades del centro, en Lagunas,
Oaxaca y Hermosillo. La producción de cemento es dinámica y alcanza ya más de 25 millones de toneladas.
El grupo de las industrias metálicas básicas es uno de los más importantes sectores industriales y su producción se localiza en Monclova, San
Nicolás de los Garza, TlalnepantIa y Ecatepec, así como en las cercanías del puerto de Veracruz.
La mayoría de las empresas que se dedican a la fabricación y reparación de productos metálicos están en dos regiones principales: la primera
incluye al Distrito Federal, Tlalnepantla, Naucalpan, Ecatepec y Toluca; la segunda, comprende los municipios más desarrollados de Nuevo León:
Monterrey, San Nicolás de los Garza y Guadalupe. En esta región puede incluirse también el municipio de Saltillo.
Zonas de industrias de equipo eléctrico y material de transporte
El grupo de construcción y reparación de maquinaria (excepto la eléctrica) se halla, en 22%, en el Distrito Federal y el Estado de México; también
es importante en la zona industrial de Monterrey y en la región de Saltillo, Coahuila.
El núcleo de la construcción y reparación de aparatos, accesorios y artículos eléctricos se encuentra también en las dos mencionadas regiones:
una, del Distrito Federal y municipios como Tlalnepantla, Naucalpan, Ecatepec y Toluca; otra, formada por Monterrey, Garza García y Guadalupe
en Nuevo León, y Saltillo.
Por lo que toca a la industria constructora, ensambladora y reparadora de equipo y material de transporte, se pueden observar las mismas dos
regiones importantes: Distrito Federal y Estado de México (incluyendo Toluca) y la que abarca los municipios de Nuevo León y Coahuila (Saltillo-
Ramos Arizpe).A esas dos se han agregado últimamente las de Ciudad Sahagún y Puebla, donde se instalaron las fábricas de carros de ferrocarril
y Volkswagen, y Cuernavaca, así como en Chihuahua y Hermosillo, Sonora.
Al hablarse de regiones industriales, debe tenerse en cuenta que en su integración pueden participar numerosas ramas, y cuanto mayor es su
número, tanto más moderno resulta su tipo y más alta la escala de producción, más complicada e interrelacionada se vuelve su estructura. Mientras
que en la mayor parte de la república apenas se conoce la fase inicial del desarrollo industrial, en unas pocas regiones se advierte ya la fase de
madurez y la formación de complejos productivos.
Por lo que se refiere a las regiones industriales, propiamente dichas, el Distrito Federal concentra la más alta proporción del producto y de la
mano de obra manufactureras, y forma, con los municipios vecinos del Estado de México, la más importante región industrial del país. Esta
pequeña área geográfica tiene un producto interno bruto en manufacturas cuyo valor representa alrededor de 36% del total nacional en 1997. En la
figura 12.6 se muestra la ubicación de algunas industrias en la República Mexicana.

Fig. 12.6. Ubicación geográfica de las principales industrias en la República Mexicana

Aunque con una participación relativamente menor de 10%, otra fuerte concentración de actividad industrial se observa en la zona metropolitana
de la ciudad de Monterrey y municipios aledaños, Esta zona y la del Distrito Federal y Estado de México son las únicas del país en que puede
encontrarse una gran diversificación de la actividad industrial, no sólo por participar en casi todos los grupos de actividades, sino porque esta
participación abarca la mayoría de los niveles, desde la pequeña industri..,ghasta los grandes complejos industriales.
Las regiones de Guadalajara, El Bajío, en Guanajuato (León-Salamanca), Orizaba-Córdoba, Puebla-Atlixco, Toluca-Lerma, puerto de Veracruz,
Monclova, Minatitlán-Coatzacoalcos, el bajo Papaloapan, centro de Morelos, valle de Culiacán, Mazatlán y Los Mochis, Tampico, Mérida,
Hermosillo y Querétaro representan regiones industriales menos diversificadas, De manera particularmente rápida están creciendo las regiones
industriales de Guadalajara, Tijuana, Minatitlán-Coatzacoalcos, Hermosillo, Monclova, Saltillo y Puebla
Desconcentración dentro de las mismas zonas
Últimamente se ha venido produciendo el fenómeno llamado de "descentralización" de la industria del Distrito Federal; pero se ha reducido a la
instalación de fábricas en varias ciudades del centro-este, como Ciudad Sahagún complejo industrial de metalurgia, automóviles y maquinaria),
Puebla, Querétaro, Toluca y, en menor cuantía, Cuernavaca, Paradójicamente, este proceso ha hecho que el porcentaje de esta zona económica
en el conjunto nacional de actividades industriales sea ahora más alto que antes.
En los capítulos correspondientes se habló de las diversas industrias derivadas de la producción agropecuaria, así como de la pesca, la minería,
la electricidad y el petróleo-gas, al igual que de la siderurgia, por lo que se habrá de evitar aquí ]a repetición de conceptos: No obstante, debe
insistirse en la importancia especial de la industria azucarera en el bajo Papaloapan, Morelos, suroeste de Puebla, el centro y norte de Sinaloa, El
Mante; la vitivinícola, en Aguascalientes, Ensenada y Parras; la harinera, en Sonora, El Bajío y los valles del centro-sur y, finalmente, la cervecera
en el Distrito Federal, Monterrey, Orizaba, Mérida, Hermosillo, Chihuahua, Guadalajara y Tecate,
PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA INDUSTRIA MANUFACTURERA
Las industrias de la transformación de México (sin incluir la petroquímica y la minerometalúrgica, las cuales se tratan separadamente) se
enfrentan a muy diversos problemas de carácter geoeconórnico para asegurar su sano desarrollo, A continuación se hace un resumen sólo de
algunos de ellos:
1. El bajo nivel general de vida y las crisis que han afectado a la nación imponen restricciones a la producción de diversos artículos que no
encuentran mercado inmediato para su venta y obligan a que muchas fábricas trabajen hasta 50 o 60% de su capacidad, Algunas
mercancías se destinan a reducidos sectores que disponen de altos ingresos.
2. Los capitalistas nacionales no tienen, en muchos casos, la audacia necesaria para invertir en las industrias pesadas, que no les rinden
beneficios inmediatos, pero que son indispensables para la situación futura del país, pues contribuirían a la más rápida independencia de
nuestra economía respecto de muchos productos que hoy deben importarse. Por tanto, la iniciativa privada no impulsa con vigor diversos
renglones del desarrollo industrial, menos aún en las regiones alejadas de los grandes mercados de venta.
3. La creciente importancia del capital extranjero y de poderosas empresas nacionales llega a crear condiciones de competencia altamente
lesiva para las fábricas mexicanas que trabajan en menor cuantía, obligando a muchas de ellas a cerrar o vender los negocios a esos
grandes consorcios.
4. Esto último depende mucho del grado de modernización de la maquinaria fabril que, sobre todo en la industria textil, plantea la necesidad
de fuertes inversiones para evitar una crisis permanente. También es muy costoso disponer de la tecnología moderna y, por otro lado, la
mano de obra requiere buena preparación, ya que nuestro país no ha tenido una tradición industrial prolongada.
5. La falta de planeación de la industria ha sido la causa de esa excesiva concentración de establecimientos en pocas regiones, de la que se
ha hablado anteriormente, y sobre la que se insistirá en el capítulo de carácter regional. Este fenómeno no solamente trae consecuencias
deformadoras en la localización y, en general, en la economía (resultado de las llamadas leyes del desarrollo desigual), sino que, al
mismo tiempo, implica problemas cada vez mayores para las propias empresas ya establecidas en el Distrito Federal, el Estado de
México y Monterrey, debido a la necesidad de disponer de crecientes cantidades de agua, energía eléctrica y materias primas.
Las vías de comunicación se congestionan en las grandes ciudades y alrededor de ellas; los mercados inmediatos se saturan y el valor de los
terrenos y materiales de construcción sube en forma estratosférica. Muchas industrias trabajan sólo para el mercado regional, en tanto que otras lo
hacen para el amplio mercado nacional e internacional, por lo que falta integración entre empresas y ramas diversas.
Muchos recursos naturales se utilizan irracionalmente y, además, las fuentes de materias primas, en ocasiones, se encuentran situadas muy
lejos de las fábricas y del mercado, lo que ocasiona pérdidas importantes por concepto de transporte. También sucede el fenómeno contrario; es
decir, las industrias de Monterrey o del centro no pueden satisfacer adecuadamente las necesidades de amplios núcleos de población en el
noroeste, el sur o Yucatán, que se encuentran muy alejadas de esas regiones industriales. De aquí se derivan dos problemas: por un lado, la firma
del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (1994) facilita la importación en gran escala de productos de Estados Unidos de América y, por
otro lado, el contrabando, que aumenta sobremanera y perjudica a la industria nacional.
Algunas regiones del país no conocen la industria moderna y su escaso desarrollo les impide también constituirse en mercados importantes de
consumo, reduciéndose a una producción artesanal.
6. En general, a la condición de subdesarrollo de México se debe la creación de una estructura industrial deformada, con mayor importancia
en la utilización de la mano de obra por parte de las ramas ligeras y de consumo interno en vez de aprovecharse esa mano de obra
barata para competir (como decía López Rosado) en los mercados internacionales, cuando menos en los más accesibles de América
Latina, Asia y África. Para lograr este objetivo, es menester perfeccionar la calidad de los productos industriales mexicanos y poseer una
flota mercante moderna.
Muchas de las empresas de industria pesada son filiales de firmas extranjeras, y ello complica más aún el panorama, ya que sería necesario que
supeditaran sus intereses particulares a las exigencias inmediatas del país en su conjunto. Lo que ha crecido enormemente es la importancia de las
maquiladoras, sobre todo en los estados norteños.
7. Desafortunadamente, existen todavía graves problemas para asegurar el transporte rápido y eficaz de materias primas y de la
producción, pues en algunas regiones no existen vías férreas, y las carreteras, al mismo tiempo que facilitan el movimiento de
mercancías ligeras, contribuyen a aumentar el costo del transporte de recursos pesados y que se utilizan en abundancia. Los principales
mercados de consumo se encuentran muy lejos de algunas regiones productoras; por ejemplo, de Sonora, Chiapas o Yucatán.
8. Existe, también, un desarrollo disparejo de las ramas industriales, ya que algunas de ellas (siderúrgica, de maquinaria y equipo, química y
alimentaria) sostienen un alto ritmo de incremento anual en la producción, en tanto que otras (como la textil) no pueden alcanzar, en
todos los casos, su nivel máximo de rendimiento.
El país necesita aún importar diversas materias primas o productos acabados, en virtud de que las empresas actuales no bastan para satisfacer
las crecientes necesidades nacionales en artículos de industrias pesadas.
IMPORTANCIA CRECIENTE DE LAS EMPRESAS MAQUILLADORAS
El incremento de las inversiones de capital procedente del exterior, tanto en el comercio como en la industria (incluso en la forma de industria
"maquiladora" instalada en la faja fronteriza con Estados Unidos de América), mostró la urgencia de expedir (1973) una ley de control de las
inversiones extranjeras; las directas ascendían, en 1993, a 42 375 millones de dólares.
Las maquiladoras adquirieron enorme importancia a raíz del Acelerado impulso que tomó el proceso de globalización y, a partir de 1965, cuando
comenzaron a instalarse en las ciudades fronterizas con Estados Unidos de América entre 1990 y 2000, sobre todo después de la firma del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte en 1994, las empresas de maquila aumentaron el número de establecimientos, de 1 703 a más de 3 500.
El personal ocupado aumentó de 446 000 hasta cerca de1 300 000 obreros y empleados. Por su parte, el valor agregado se multiplicó por cuatro
en los mismos años, superando los 36 000 millones de pesos.
La mayoría de las maquiladoras se localizan en los estados septentrionales, pero en los últimos años también se encuentran en ciudades del
Centro del país, así como en Mérida y otras poblaciones del interior. Cabe señalar que los salarios en dichas plantas continúan siendo bajos, a
pesar de los constantes incrementos en la productividad de los operarios.
Por otro lado, también es absolutamente necesario insistir en el hecho de que, a partir de 1926 y hasta los años finales del siglo XX, el Estado
mexicano promovió la industrialización utilizando muy diversos incentivos, los cuales fueron desde la exención de impuestos por muchos años
hasta la construcción de obras de infraestructura que hacían factible el uso inmediato de energía eléctrica barata, vías de comunicación y otras
facilidades para el desarrollo industrial. Nacional Financiera, principalmente, sirvió mucho para impulsar, desde 1934, la creación de numerosas
empresas, utilizando también préstamos extranjeros para ese fin.
Sin embargo, en las últimas décadas del siglo XX comenzaron a decrecer, tanto la intervención del Estado en la vida económica general, como
sus inversiones en ramas industriales. Se procedió a privatizar la gran mayoría de las empresas públicas y como consecuencia, para el año 2001
sólo se conservan en manos estatales algunas ramas, entre ellas las de extracción y transformación básica de hidrocarburos, y la generación de
energía eléctrica para servicio público.
La falta de planeación y las condiciones generales de subdesarrollo entorpecen el adecuado y armónico crecimiento industrial del país, tanto en
sus aspectos de localización regional, como en los de índole estructural, y en el tipo de ramas que predomina en dicha actividad productiva, tan
importante para el desarrollo económico acelerado del país en los próximos años.
Por otro lado, se acelera el proceso de concentración del capital en las industrias de la transformación, así como su localización espacial
aquellas regiones socioeconómicas más convenientes para una producción global izada, principalmente en las franjas fronterizas con Estados
Unidos de América y en el centro de la República Mexicana. A ello obedeció, por ejemplo, la instilación de grandes plantas automotrices en
Hermosillo y Chihuahua, así corno la ampliación de los establecimientos en el Estado de México, Guadalajara, El Bajío, etcétera.

3B COLL-HURTADO, Atlántida
Geografía Económica de México.
Edit. Instituto de Geografía, UNAM, México
2005, colección: Temas Selectos de
Geografía de México (II.3).
Págs.64-97

Subtema 3.2 Principales tipos de industrias

II LA PRODUCCIÓN DE ENERGÍA.
LA INDUSTRIA
En el esquema tradicional del proceso económico se denominaban actividades secundarias aquéllas que se dedicaban a la transformación de las
materias primas, así como a la producción de ciertos materiales y equipos que eran, a su vez, fundamentales para la producción de otras
mercancías o manufacturas. Estas actividades se basan en la producción primaria, es decir, en la agricultura, la ganadería, la caza y la pesca, así
como la explotación forestal En el pasado se mantuvo también en este renglón a la minería, por considerar que era una actividad encaminada a la
producción de materias primas. No obstante, debido a la sofisticación que ha alcanzado, ya no puede "ser considerada como una simple obtención
de minerales, sino que implica una primera transformación a bocamina, con la consiguiente infraestructura compleja. Actualmente se llegan a incluir
en las actividades industriales, como ya se ha visto, todo tipo de trabajos, como los servicios a las empresas, así como la "industria sin chimeneas",
el turismo, que también es un servicio.
Aquí se van a considerar como actividades industriales aquéllas que se dedican a la transformación de ciertas materias primas en energía y en
otros materiales, o en manufacturas. De lo anterior se deduce que en el rubro de industria se engloban tanto la producción de energía como las
labores propiamente de transformación: minería, algunas industrias de las denominadas pesadas, industrias ligeras y maquiladoras, así como la
industria de la construcción.
Los energéticos
La producción de energía depende, en primera instancia, de los recursos que se destinan a ese fin. Los hay de dos tipos: renovables y no
renovables, lo que incide en la perspectiva a futuro de la actividad. Los primeros, fuente de las energías alternativas, son el viento, la luz solar y la
energía procedente de la biomasa; otros dos recursos de este tipo son el agua y el calor interno de la Tierra. Las fuentes no renovables son las de
los combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón, así como el uranio. La generación de energía a partir de los recursos renovables es
aún de poca monta en el país, si bien es muy importante por representar posibilidades de sustituir el petróleo. Tienen el inconveniente de que las
centrales o los sistemas de generación deben ser localizados en el lugar mismo en donde se hallan las fuentes. Así, la producción de energía
eólica es de unos 2.2 MW en la central ubicada en el Istmo de Tehuantepec, en La Ventosa; la producción utilizando el calor interno de la Tierra
corresponde a campos geotérmicos concretos, de los que los más importantes desde ,el punto de vista de generación son los de Cerro Prieto en
las cercanías de Mexicali, Baja California con 620 MW, Los Azufres en Michoacán con 90 MW y Los Humeros en el estado de Puebla con una
generación de 15 MW (Torres, 1993). El determinismo geográfico es también notable en las centrales de generación hídrica, ya que deben
emplazarse sobre los cursos de grandes ríos o en las compuertas de sistemas de represas. Del mismo modo, las carboeléctricas se ubican
cercanas a los yacimientos del mineral, como en el norte de Coahuila o a los puertos de desembarque de las importaciones de carbón, como es el
caso de la central dual de Petacalco, Guerrero, ubicada en las cercanías del puerto de Lázaro Cárdenas en Michoacán.
Por sus características específicas en cuanto a producción, generación y distribución, es conveniente separar el análisis de la energía eléctrica
de la producción de petróleo y gas, ya que estos últimos, además de ser energéticos, son utilizados como materias primas en otras actividades
industriales
La energía eléctrica
Es un sector de valor estratégico para la economía de cualquier país; la posesión de los recursos necesarios para generar energía permite la
independencia económica del mundo exterior. Por ello, en la historia económica de México hay dos momentos fundamentales: 1938, cuando el
Gral. Cárdenas expropia el petróleo de manos norteamericanas e inglesas, y 1960 cuando el presidente López Mateos nacionaliza la producción de
energía eléctrica, hasta entonces dominada por el capital anglosajón. Hoy estamos en la controvertida disyuntiva de la privatización de ambos
medios energéticos ante el embate de las nuevas normativas del Banco Mundial y del neoliberalismo: ¿Dejarán de existir, Petróleos Mexicanos,
Pemex, y la Comisión Federal de Electricidad, CFE, como tales? Un primer paso se ha dado en años anteriores al escindir la paraestatal Pemex en
varios organismos independientes entre sí: exploración y producción, refinación, petroquímica básica y petroquímica secundaria, lo que permite la
entrada de capitales extranjeros vía licitaciones anticonstitucionales y concursos de obra.
En lo que concierne a la energía eléctrica, ya están produciendo energía varias compañías extranjeras, en particular las de capital español,
como lberdrola y Unión Fenosa, las norteamericanas como Enron y la Applied Energy Services; de Japón, Mitsubishi: y de Francia, Eléctricité de
France: así como empresas de Alemania, Canadá y Suiza. España controla el 43% de la capacidad instalada de los productores independientes de
energía eléctrica; Francia el 21% y Estados Unidos el 18% (Sánchez-Salazar et al., 2004a).
La privatización tanto de la generación de energía eléctrica como del petróleo y sus derivados, ha ocasionado numerosas fricciones y
discusiones en el ámbito nacional. Al respecto, James Petras, reconocido científico social norteamericano, opina que:
Si México permite la apertura al capital privado de su industria eléctrica, el efecto será catastrófico: deterioro del servicio, aumento
indiscriminado de los precios de consumo, descenso significativo del empleo, especialmente calificado, y reducción de los ingresos del
Estado (…) Hablan de eficiencia, pero si uno compara la distribución de electricidad por el sector público y el privado, el primero es
mucho más eficiente y estable en su costos y beneficios, ya que puede retener un porcentaje de sus ingresos para mejorar y modernizar
la producción de electricidad, Mientras que la empresa privada retiene sus ingresos para invertirlos en el mercado financiero,
desatendiendo las necesidades vitales de infraestructura, mantenimiento y alta calificación de la mano de obra (Martínez, 2003).
La generación, distribución, transmisión y comercialización de la energía eléctrica en México está a cargo de la CFE y de Luz Fuerza del Centro
(LFC). Además se cuenta con la generación producida por los productores independientes y por Pemex, que cubre sus propias necesidades en
algunos casos, como en el de las plataformas marinas y en las instalaciones petroquímicas. La capacidad instalada total para 2004 es de 50 679
MW. De esa capacidad instalada total, el 68.1% proviene de las plantas termo-eléctricas; 21% es generado por las centrales hidroeléctricas, el
5.7% por las carboeléctricas, el 2.98% por la núcleoeléctrica1 y a las plantas geotermoeléctricas y eólicas les corresponde un 2.1 y 0.005%
respectivamente. El consumo de esa energía está distribuido de la siguiente manera: 58.7% va a la industria, 24.8% al servicio doméstico; 8% a los
comercios, 4.5 % a la agricultura y 3.8% al servicio público (SENER, 2004).
La mayoría de los mecanismos para generar energía eléctrica son e altamente contaminantes, de ahí la preocupación por buscar métodos más
limpios, como es el proceso de ciclo combinado que emplea gas natural como combustible y que ha sido puesto en marcha desde la década
pasada. El principal problema es que México debe importar el gas que consume ante la falta de una producción propia suficiente para cubrir la
demanda.
Las centrales importantes del país se ubican junto a las grandes presas y en las terminales de ductos, ubicadas en la proximidad de los centros
de consumo las cuales generan una energía que cubre las necesidades de casi la totalidad de la población nacional; solamente queda sin atender
el 5% del total que habita en una serie de pequeñísimas localidades de menos de 100 habitantes, para las caes la CFE considera como viable a
futuro la generación de energía a partir de la luz solar, ya que requiere de una infraestructura mucho más sencilla que los otros medios. Las
mayores plantas, que generan de 1 200 a 2 100 MW, son Carbón II en Coahuila, Francisco Pérez Ríos en Tula, Hidalgo; Tuxpan y a nucleoeléctrica
de Laguna Verde en Veracruz, la de Infiernillo sobre el río Balsas entre Michoacán y Guerrero y el sistema de Malpaso en Chiapas. Otras centrales
que generan entre 600 y 1 200 MW son Altamira en Tamaulipas, San Luis Potosí en la ciudad capital del estado, Salamanca en Guanajuato,
Manzanillo I y II en Colima, Huinalá en Nuevo León, Aguamilpa en Nayarit, y Río Escondido en Coahuila (Figura 23).
El petróleo y el gas
Los combustibles fósiles son los más utilizados actualmente como fuente energética, a pesar de los avances que hay en la producción alternativa
de energía. Sus principales productos son el petróleo crudo y sus derivados (gas LP, gasolina, dieseI, turbosina, combustóleo), así como el gas
natural. Se utilizan para la generación de energía eléctrica, como combustibles para industrias, para la agricultura y para el uso doméstico. También
se utilizan como materias primas para la industria petroquímica básica. Esta última transforma los hidrocarburos en materias intermedias como
etano, metano, amoniaco y benceno, así como en fertilizantes nitrogenados, resinas sintéticas, fibras químicas, elastómeros, negro de humo y otros

1La planta de Laguna Verde entró en funcionamiento en 1990 la primera parte, y en 1995 la segunda unidad. Tiene una capacidad instalada de 1 300 MW que se conectan al sistema
nacional de distribución (Serment, 1995).
productos. Es la industria base para el posterior desarrollo de industrias como la química de transformación, la farmacéutica, la del plástico, la textil
y la de alimentos.
México posee enormes yacimientos de petróleo que lo colocan entre el séptimo y el noveno productor mundial según el año en particular en la
costa oriental y en el Golfo de México, así como en los estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, en el caso de la Cuenca de Burgos para el
gas natural. Las regiones productoras son clasificadas por Pemex como Región Norte, desde la frontera del río Bravo hasta la porción central de
Veracruz; la Región Sur conformada por el resto de este último estado y Tabasco; y las Regiones Marina Noreste y Marina Suroeste en la Sonda
de Campeche.

Figura 23

La producción del energético ha estado controlada por el monopolio estatal Petróleos Mexicanos, desde su nacionalización en 1938 hasta la
década de los años 1980, como se ha mencionado más arriba (Martínez, 2004), en que se dio la apertura a la inversión extranjera gracias a la
reestructuración que se hizo de la empresa. Para 2002 se tenían en operación 301 campos con 4 185 pozos en explotación y 185 plataformas
marinas. El crudo era transformado en seis refinerías: Cadereyta, en Nuevo León; Madero, en Tamaulipas; Tula, en Hidalgo; Salamanca, en
Guanajuato; Mínatitlán, en Veracruz y Salina Cruz, en Oaxaca. (Pemex, 2002). Los procesos industriales del petróleo se concentran en los diversos
complejos petroquímicos que se ubican, fundamentalmente, en el sur de Veracruz en la vega del río CoatzacoaIcos, centro neurálgico y estratégico
del país. Estos complejos son Cosoleacaque, La Cangrejera, Morelos, Pajaritos, Independencia. Los complejos de Camargo y Tula se ubican en
Chihuahua e Hidalgo, respectivamente (Figura 24).
De la producción total, 3 177 millones de barriles diarios de petróleo y 4 423 millones de pies cúbicos diarios de gas, una parte es consumida
por el propio país en las refinerías y en los complejos petroquímicos, y otra parte es para exportación (Tabla 4; Figura 25).
El petróleo es el producto de mayor importancia en lo que respecta al comercio exterior de México. En 2003, la exportación total fue por 18 595
milIones de dólares, de los cuales el 78% proviene de los Estados Unidos de Norteamérica, y un 11% de diversos países europeos, en particular de
España. Por el contrario, fue necesario importar gas natural por 1 526 millones de dólares y también se importaron refinados, como gasolinas y
combustóleo, por cerca de 2 500 millones de dólares (Pemex, 2003).
En 2003, Petróleos Mexicanos daba ocupación a 142 725 personas, de las cuales 125 316 tenían contratos definitivos y 17 409 eran
temporales. Del total, el 34% corresponde a las fases de exploración y producción; otro 33% está representado por los ocupados en refinación; el
8.7% corresponde a la producción de gas y petroquímica básica y el 10.4% a los empleados de la. Petroquímica. El corporativo de Pemex ocupa al
13.5% de los empleados totales, entre los que se cuentan los empleados en los servicios médicos de la empresa.
Figura 24 Infraestructura petrolera

Tabla 4. Producción y comercio exterior del petróleo y gas

PRODUCCION 2002. COMERCIO EXTERIOR, 2002.

PETROLEO Y GAS (Mbd) Hidrocarburos líquidos 1 577


Petróleo crudo 3 177 Petróleo crudo 1 664
Gas Natural 4 423 Petroquímicos 832
Asociado 3 118
No asociado 1 305 IMPORTACIÓN
Gas natural (MMped) 592
PETROLIFEROS (Mbd) Petroquímicos 197
Gas LP 236
Gasolina automotriz 398
Diesel 267 Mbd: miles de barriles diarios
MMped: millones de pies cúbicos diarios
Combustóleo 450 Mt: miles de toneladas
Turbosina 57
Otros 74
Fuente: PEMEX 2003.

Fuente: PEMEX, 2003 Elaboro: Ma. De


Lourdes Godínez Calderón.
Fig. 25. Producción de petróleo y gas, 2002

El combustible que hoy día tiene la mayor importancia es el gas natural; el crecimiento en su consumo se ha disparado, sobre todo a partir del
establecimiento de las plantas generadoras de energía eléctrica de ciclo combinado, gracias a que es un combustible de alta eficiencia y de muy
bajo impacto ambiental. También se utiliza en diversas industrias como la del vidrio, la textil y la del cemento, por lo que se convertirá en el
segundo energético más importante después del petróleo.
Los yacimientos de gas en México se ubican en la Región Norte, en la Cuenca de Burgos, un 57% del total; la cuarta parte corresponden a la
Región Sur y el resto a las Regiones Marinas. Predominan los depósitos de gas asociado al petróleo y no los de gas seco, por lo que el gas se ha
explotado como un producto complementario a la producción petrolera, y se desperdicia al ser quemado por falta de infraestructura adecuada para
su tratamiento y distribución.
La explotación del combustible se hace a través de contratos de servicios múltiples, vigentes a 20 años, y también se permite la participación
de empresas extranjeras, las cuales cuentan con autorizaciones para construir terminales de almacenamiento de gas licuado para su
regasificación.
La distribución del gas se hace por medio de ductos que han sido construidos para surtir a las principales zonas industriales, como las del
centro del país, o bien en la región fronteriza del norte y hacia Tamaulipas y Veracruz, en relación con las plantas de generación de energía
eléctrica. Las principales terminales marítimas de gas licuado, que se importará de Perú, Bolivia, Venezuela, Australia, Rusia e lndonesia, se
construirán en Altamira, Tamaulipas; en Ensenada, Baja California; en Lázaro Cárdenas, Michoacán. En ellas participan empresas como la Royal
Dutch-Shell, anglo-holandesa, la Total Fina Elf, francobelga; las compañías Sempra Energy Global Enterprises y Chevron-Texaco de los Estados
Unidos y Repsol de España, empresas que han recibido los permisos y autorizaciones correspondientes de la Comisión Reguladora de Energía
(Sánchez-Salazar el al., 2004b).
México es uno de los productores de petróleo y gas que no pertenece a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, por lo que
se mantiene fuera de las cuotas de producción que controlan los países miembros; a la vez, depende de manera importante del mercado
norteamericano y no tiene un margen de maniobra. La dependencia de facto de un solo mercado y las presiones para abrir la producción,
transformación y distribución del mineral a la iniciativa privada se hacen cada vez más fuertes, sobre todo en momentos de crisis como los
actuales2 en los que los precios del petróleo mundial se han elevado hasta rebasar los 50 dólares por barril (la mezcla mexicana se ubicó por
encima de los 40 dólares por barril, no obstante, se dio un precio preferencial más bajo a los Estados Unidos), precios que responden a la inestable
situación mundial: crisis por la guerra en Irak, problemas en Nigeria, uno de los principales productores de petróleo del mundo, alteración de los
ritmos de producción por causas naturales, etc. Al mismo tiempo, hay una fuerte oposición interna a los intentos oficiales de privatizar Pemex: el
futuro es incierto.
La industria
El largo proceso de industrialización del país mediante la política de sustitución de importaciones, entre los años 1940 y 1980, permitió el
surgimiento de unos espacios industriales íntimamente ligados al crecimiento urbano; se ubicaban en algunas de las grandes urbes del país: la
Ciudad de México, en primerísimo lugar, Guadalajara y Monterrey, en segundo, y algún que otro centro como Puebla, Veracruz, Ciudad Sahagún,
etc. Más adelante, el programa de desarrollo fronterizo para ocupar la mano de obra bracera que ya no podía pasar al otro lado permitió el
surgimiento del proceso maquilador en las entidades de la frontera norte. La descomposición del sistema fordista y la entrada en vigor de los
nuevos sistemas de producción industrial derivados de la economía global, también denominados sistema toyotista o de producción flexible,
provocaron una desterritorialización de ciertos espacios industriales de México y una reterritorialización de otras regiones en las que se
desarrollaron nuevas industrias, en particular, las maquiladoras.
Junto con ello, ha habido una modificación de los viejos esquemas de división internacional del trabajo y la nueva división permite que haya
muchos países maquiladores, por ejemplo, que producen mercancías semejantes a precios desiguales, con lo que la competencia por los
mercados se agudiza. Esto es particularmente cierto a partir de los últimos años, con la entrada en el concierto internacional de China, cuya
producción está dominada por unas relaciones laborales totalmente inequitativas con las de los demás países, aun cuando éstos sean productores
de mano de obra barata. Y a pesar de nuestra cercanía con el mercado de los Estados Unidos, la competencia de esos otros productores incide en
el devenir de la industria nacional dando lugar a la obsolescencia de viejos espacios y al surgimiento de nuevos territorios industrializados.
No obstante, las viejas zonas productoras siguen manteniendo un peso específico importante en el contexto nacional; así, el centro dominado
históricamente por el Distrito Federal y el Estado de México proporciona el 34% del producto bruto industrial, y los estados de Jalisco y Nuevo León
contribuyen con cerca de otro 16%. Las entidades que han entrado de lleno al concierto industrial son Baja California, Chihuahua y Coahuila en la
frontera norte y Puebla y Veracruz, todas con 5% del PIB industrial respectivamente (Figura 26). El comportamiento de la producción industrial se
refleja en el de la masa laboral, ya que son precisamente el Estado de México y el Distrito Federal los que ocupan a la mayor proporción de
trabajadores, mientras que los estados mencionados más arriba les siguen en importancia (Figura 27). Del mismo modo, el valor agregado
industrial se concentra en el Estado de México, el Distrito Federal, Nuevo León y Jalisco (Figura 28). Es decir que a pesar de los cambios que han

2 Otoño-invierno de 2004.
tenido lugar en las últimas dos décadas, la producción industrial se sigue concentrando en las cuatro entidades tradicionales del país.
Uno de los elementos que permiten seguir los cambios en el impacto territorial de la nueva industria es el del crecimiento de los denominados
parques y corredores industriales, es decir, aquellos espacios que han sido dotados de la infraestructura necesaria para que la industria de diversos
tipos pueda desarrollarse. Estos parques y corredores han crecido sobre todo en la frontera norte y en entidades del interior del país como Jalisco,
Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato y Querétaro, Tlaxcala, Puebla y Veracruz. Se calcula que para el 2000 había cerca de 300 parques y
corredores, en los que trabajaba la quinta parte de la población industrial de México (INEGI, 1999). Muchos de estos parques corresponden a los
espacios maquiladores (Figura 29).

Figura 26 Producto interno bruto del sector industrial, 2001

Figuran 27 Trabajadores en la Industria


*excluyen mineral y petróleo
Fuente: INEGI, 2001b Elaboro: Ma. De Lourdes Godínez Calderón.
Figura 28. Actividad industrial*. Valor agregado, 1999

La evolución de la industria mexicana también se refleja en la participación de cada una de las ramas, tanto en lo que concierne al
personal ocupado como al valor agregado que generan. En 1999, la industria dio ocupación a 4 175 400 personas. Cerca de la mitad corresponde
a las industrias tradicionales denominadas ligeras: alimentos y bebidas, textil e industria de la confección, industria del cuero y de la madera y la
del papel, pero una cuarta parte se ocupó en las industrias de productos metálicos y en la fabricación de maquinaria y equipo y de material
electrónico, es decir en la industria maquiladora de punta. Esta última rama es la que proporciona el mayor valor agregado (Figura 30). La otra
industria importante es la de la construcción.
La minería
Es una de las industrias con mayor peso histórico y, a pesar de la riqueza en recursos mineros con que cuenta el país, ha perdido la importancia
que tuvo en otros tiempos. Los altibajos del mercado internacional, la caída de los precios de los minerales, la elevación de costos de ciertos
insumos como los energéticos, la baja de la inversión extranjera directa, son algunos de los factores que inciden en la contracción de la actividad y
en la aleatoriedad de la misma (ColI-Hurtado et al., 2002).
La producción minera de México se concentra históricamente en los minerales preciosos. No obstante, el volumen extraído de minerales
preciosos cayó en 2003 aun cuando el valor de la producción creció respecto al año anterior. En gran parte la reducción de la producción se debió
a
... la imposibilidad de las empresas para invertir en la preparación de las minas, primero como consecuencia de los bajos precios que
prevalecieron en los últimos años, y segundo por el fuerte incremento que han venido registrando los principales insumos del sector, sobre todo
la energía eléctrica, el gas y el combustóleo (Camimex, 2004:9).

Figura 29. Parques y ciudades industriales.


Fuente: INEGI, 2001ª e INEGI, 2001c. Elaboro: Ma. De Lourdes Godínez Calderón.
Figura 30

Otro grupo, el de los minerales no ferrosos como el cobre, el zinc, el plomo, el molibdeno y el cadmio, se ve afectado por las alteraciones de
los precios internacionales y por diversos problemas laborales como los de las minas de Cananea, Sonora. Uno de los minerales que ese mismo
año tuvo una participación importante fue el fierro, ya que se consolidó el mercado de los Estados Unidos y se abrió el mercado chino. No sucedió
lo mismo con el carbón que ha perdido parte considerable en los mercados nacionales sobre todo a partir de que la Comisión Federal de
Electricidad "Por exigencias del TLC,... podría verse obligada a dejar de comprar 3.3 millones de toneladas anuales de carbón, en perjuicio de
3,500 pequeños productores del estado de Coahuila" (Camimex, 2004: 11). Un grupo de minerales de importancia económica es el de los no
metálicos entre los que se encuentran materias primas de valor estratégico como la celestita, la barita, las tierras raras el manganeso.
De todos los minerales; el cobre representó, en 2003, el 20.4% del valor total producido; la plata, el 16.5% el zinc, el 13.1%; y el oro, el 9.2%.
En general, los minerales son trabajados por las grandes empresas mineras, muchas de ellas con fuertes inversiones de capital extranjero; tal es el
caso del grupo Minera México, de Industrias Peñoles, de Frisco. Debido a la complejidad del laboreo minero, de las actividades de exploración y del
posterior beneficio de los minerales, ya no puede considerarse a esta industria más que en manos de la gran empresa, e íntimamente ligada a la
industria metalmecánica (Figura 31).
Las industrias básicas
La base del proceso de industrialización del siglo XX fueron las industrias denominadas pesadas o básicas, o bien generadoras de bienes de
capital. La producción de acero fue uno de los pilares de la industrialización de México, pero el proceso de globalización ha modificado su
participación en el contexto global, debido fundamentalmente a la necesidad de las empresas de internacionalizarse mediante asociaciones o
alianzas estratégicas con productoras de acero de otros países. Así, la industria paraestatal fue privatizada en la pasada década como sucedió con
la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas que fue vendida al Grupo ViIlacero, a su vez, asociado con empresas norteamericanas y otras
centroamericanas y alemanas (Rueda, 2002).
Figura 31

La industria del acero mexicana, representada fundamentalmente por la propia Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, en Michoacán, por
el Grupo Hylsamex, y por Altos Hornos de Monclova, Coahuila, ha sufrido cambios profundos en las últimas décadas, además de los procesos de
privatización ya mencionados. Las modificaciones debidas a los cambios en la división internacional del trabajo dan lugar a nuevos métodos y
tecnologías aplicadas a la producción acerera, así como a la entrada al mercado de nuevos productores en detrimento de la producción nacional.
El principal problema que enfrentan los productores nacionales de bienes de capital para su modernización es el alto costo de las tecnologías,
que deben ser pagadas con divisas, por lo que se llega a fases de desindustrialización. La mayor parte de las empresas, intentan sobrevivir
mediante asociaciones con el capital extranjero, con intensificación del trabajo, con cambios en la organización de los trabajadores, es decir,
mediante la aplicación de la llamada tecnología blanda, "…compuesta por los círculos de calidad, los grupos de trabajo, la producción justo a
tiempo, la calidad total, etc. Todos estos métodos intentan crear una nueva cultura del trabajo donde la lucha de clases sea eliminada..." (González,
1996:8).
Hoy día, esta producción se confunde con la industria metalmecánica, dominada en gran parte por grandes empresas: MetMex Peñoles,
Cuprum, Deacero, Nacobre, Trinity Industries de México, Tamsa, todas firmas que ocupan un gran número de trabajadores, ubican sus plantas en
los principales centros industriales: Monterrey y su zona metropolitana, Monclova y Ramos Arizpe en Coahuila, Gómez Palacio en Durango,
Veracruz, Puebla y Querétaro (Mercamétrica, 2004).
Íntimamente ligada se encuentra la industria metalmecánica, conformada, también, por un cierto número de grandes empresas, y sobre todo,
por la industria maquiladora, dedicadas a la fabricación de maquinaria y equipo, electrónica y equipo informático y de consumo personal. Firmas
como General Electric, Condumex, Hewlett Packard de México, Philips Mexicana, Controladora Mabe o Acros- Whirlpool son algunas de las que se
destacan entre las 500 mayores empresas del país (Expansión, 2004). Todas ellas tienen relaciones con el capital extranjero, fundamentalmente
con Estados Unidos, aun cuando algunas lo hacen con el capital alemán o de los Países Bajos, como en los casos de Siemens o de Philips,
respectivamente.
Dentro del grupo de las industrias básicas además de la petroquímica ya señalada más arriba está la industria química, en particular la que se
dedica a la fabricación de anilinas y pinturas o a la farmacéutica y la industria de los cosméticos. Muchas de estas empresas, entre las que
destacan Aventis, Avon Cosmetics, Bayer, Comex, Procter and GambIe, DuPont de México, Grupo Roche-Syntex, etc., se ubican cerca de la zona
metropolitana de la Ciudad de México en el corredor Toluca-Lerma o en la periferia norte de la propia capital nacional.
Las industrias básicas ocupan al 42% de la PEA industrial. De ellas, destaca la producción de productos metálicos, maquinaria y equipo, con
más de la mitad de los trabajadores en esta subrama. De éstos, siete entidades concentran el 70%: Chihuahua, en primer lugar, seguido por Nuevo
León, el Estado de México y Baja California, así como por el Distrito Federal, Tamaulipas y Jalisco. En segundo lugar de importancia por el número
de trabajadores se encuentra la industria química, con 479 855 personas. Cinco entidades, Distrito Federal, Estado de México, Jalisco, Nuevo León
y Veracruz, representan al 65% de este grupo (Figura 32).
La industria automotriz
Una de las industrias que desempeñó un papel fundamental en el diseño de los espacios industriales del mundo occidental (Harrington and Warf,
1995), es sumamente compleja por el número de partes individuales que entran en la composición de su producto final. Es intensiva en capital y en
fuerza de trabajo y está dominada por las grandes empresas extranjeras.
Está conformada por dos sectores principales, íntimamente relacionados entre sí: la fabricación de automóviles y la fabricación de autopartes en la
cual es fundamental la industria maquiladora. En un principio, era una industria localizada en el propio centro de consumo más grande del país, es
decir, la Ciudad de México. En una segunda fase se ubicó en las vías de comunicación más importantes: la vía a Veracruz, en donde está situada
la planta de la Volskwagen, y en la vía a Acapulco en donde se encuentra la primera planta de la Nissan. El otro centro de fabricación de
automotores y, en particular, de equipos de transporte, es Ciudad Sahagún, en el estado de Hidalgo, una de las ciudades industriales que se
crearon en los años 1950. La globalización dio lugar a la conformación de nuevos centros de esta industria, más cercanos a la frontera con los
Estados Unidos: Hermosillo, Chihuahua y Aguascalientes, Saltillo y Ramos Arizpe.

Fuente: INEGI, 2001ª Elaboro: Ma. De Lourdes Godínez Calderón.


Figura 32 Industrias básicas. Personal ocupado.

Hoy día mayores empresas fabricantes de automóviles son General Motors, Volskwagen de México, Ford Motor Company y Nissan Mexicana,
así como Daimler Chrysler. La fabricación de equipos de transporte y de auto partes recaen en empresas como el Grupo Alcoa, de capital japonés,
el Grupo Bocar, de capital alemán, Gonher de México, Delphi Corporation, Kenworth Mexicana (Mercamétrica, 2004 y Expansión, 2004). Su
ubicación corresponde a los principales centros maquiladores del norte del país, así como a algunos corredores industriales de importancia, tales
como el Toluca-Lerma o la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca.
General Motors cuenta con 13 000 trabajadores y tiene plantas en Coahuila, Guanajuato y el Estado de México; es una empresa ciento por
ciento norteamericana. Volkswagen, de capital alemán, ocupa a unos 14 000 trabajadores y su planta principal se encuentra cerca de la ciudad de
Puebla. La compañía Ford, también norteamericana, con unos 6 000 trabajadores, tiene diversas plantas cerca de la frontera norte, en Chihuahua y
Hermosillo, así como otra al norte de la Ciudad de México. En el caso de la compañía Nissan, japonesa, las plantas de ubican cerca de
Cuernavaca, la primera edificada, y más tarde construyó otras en Aguascalientes y en el corredor Toluca-Lerma. En este último lugar también se
encuentra una de las plantas de Daimler-Chrysler, mientras que la otra está en Coahuila. De capital alemán y norteamericano, ocupa a cerca de 8
000 trabajadores.
Las manufacturas
Las industrias de transformación, denominadas ligeras o simplemente manufacturas, ocupan a la mayor cantidad de obreros industriales, el 41% de
la PEA secundaria, y se extienden de hecho por todo el país, en las ciudades medias e incluso en pequeñas localidades, ya que el 83% de las
empresas son micro y pequeñas (Secretaría de Economía). La manufactura participaba con el 19.3% del PIB total en 2001. Las ramas principales y
más significativas son la industria alimenticia y de bebidas, la industria textil, la confección y la industria del cuero y el calzado; la industria de la
madera y el mueble, y la industria papelera y de imprenta (Figura 33).
La industria alimenticia está íntimamente relacionada, geográficamente, a dos instancias: por una parte a las regiones productoras de las
materias primas, por lo que se confunde muchas veces con las agroindustrias; por otra parte se relaciona directamente con el mercado, de ahí que
se localice en las cercanías de los grandes centros de consumo. Comprende la industria de la carne y los lácteos, el beneficio y molienda de
cereales, la molienda del nixtamal y la elaboración de tortillas, la fabricación de aceites y grasas comestibles, la industria azucarera y la del cacao,
los alimentos balanceados para animales. La elaboración de bebidas incluye la industria refresquera, la cervecera y la vitivinícola. A esta rama se
suma generalmente la producción de tabaco. Ocupa en conjunto a 791 297 personas, de las cuales el 45% se encuentran en tan sólo cinco
estados del país: Distrito Federal, Estado de México, Jalisco, Veracruz y Guanajuato.
Si bien es grande el número de empresas micro y pequeñas como se ha señalado más arriba, la industria alimenticia, de bebidas y de tabaco
es una de las ramas en las que se da una enorme concentración empresarial y son significativas las grandes empresas que la controlan. Así,
Bachoco controla una parte importante de la producción de pollo y huevo; con más de 18 000 empleados, tiene plantas en Jalisco, Yucatán,
Guanajuato, Puebla y Sinaloa. La producción de leche y sus derivados corresponde a empresas como Nestlé, Alpura o Danone, esta última de
capital francés. Ciertas agroindustrias, en particular en Sinaloa, tienen una participación muy importante en el procesamiento de hortalizas: jitomate,
pepino, pimiento rojo y verde. La industria de la conserva de frutas y verduras es sinónimo de Industrias Herdez o Del Fuerte, localizadas también
en Sinaloa, en el Distrito Federal, Baja California, Veracruz y San Luis Potosí. La producción de azúcar se sitúa en las zonas agrícolas debido a
que los ingenios tienen que estar muy cerca del área de cultivo de la caña. Esta industria ha sufrido una serie de altibajos debido a que ha estado
bajo control del Estado y ha sido privatizada para volver, en parte, a manos estatales. Otro problema es la eficiencia en fábrica por obsolescencia
de los equipos: las tres cuartas partes de la capacidad instalada tiene más de 60 años de antigüedad. El sistema azucarero estaba controlado,
hacia el año 2000, por unos trece grupos empresariales entre los que destaca el Consorcio Azucarero Escorpión, el Grupo Azucarero Mexicano,
GAM, y el grupo Machado. Las principales zonas productoras de azúcar son el estado de Veracruz, con 36.8% del total seguido por Jalisco, con el
12.12%, y Oaxaca y San Luis Potosí con 8.3 y 7.9%, respectivamente (Galindo. 2003). El ingenio más productivo es el de San Cristóbal, en
Veracruz.

Fuente: INEGI, 2001ª Elaboro: Ma. De Lourdes Godínez Calderón.


Figura 33

En la industria harinera y panificadora sobresale el grupo Bimbo con presencia de hecho en todo México y con más de 63 000 empleados,
además de sus filiales en otros países del mundo. Asimismo, el grupo Maseca, Gruma, controla la producción de harina de maíz y la fabricación de
tortillas ya que:
... la urbanización del país y el crecimiento demográfico han desplazado la tortilla de autoconsumo... [lo que] ha propiciado el surgimiento y
desarrollo de las grandes fábricas de harina de maíz que, bajo la égida de Maseca, se han lanzado a la apropiación del mercado nacional de
ese producto y a la globalización mediante su extensión a los Estados Unidos de América y a otros países (Torres, 1996).
La industria refresquera está dominada por los dos gigantes Coca Cola y Pepsi Cola, quienes controlan, además, la producción de agua
embotellada y parte de la industria de las botanas. Por su parte, la producción de cerveza, tanto para consumo nacional como para exportación,
está en manos de dos grandes grupos: la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, que es filial de Femsa-Cerveza (Femsa siendo de Coca Cola) y que
cuenta con el 30% de su capital proveniente de Canadá, y el grupo Modelo, con 35% de capital norteamericano.
La industria textil se divide en diversas subramas: la fabricación de telas de muy diversos tipos y la utilización de esos materiales en la
confección de prendas de vestir, la fabricación de alfombras, el tapizado, el revestimiento de partes de automóviles, como aislantes, etc. Las
materias primas pueden ser las fibras blandas, tradicionales, como el algodón, las fibras duras como el henequén, y, las fibras sintéticas derivadas
del petróleo. Es una industria intensiva en trabajo que, hasta hace pocas décadas, buscaba para su emplazamiento los lugares en donde existía
una tradición artesanal. Con 894 005 personas ocupadas en 1998, seis entidades representan el 55% de ese total: Guanajuato, Puebla, Estado de
México, Distrito Federal, Jalisco y Coahuila. Es una industria que se monta y desmonta fácilmente por requerir bajos costos de instalación y, en el
caso de la industria de la confección, se confunde con la industria maquiladora, de ahí que en este aspecto se localice sobre todo en la zona
fronteriza norte, pero también se la encuentra en el Distrito Federal, Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo. Las grandes empresas tienen
entre 3 000 Y 5 000 trabajadores e incluso algunas no tienen plantas por utilizar la maquila a domicilio. Es una de las industrias que requieren de
mano de obra poco calificada y, por tanto, ha sido tradicionalmente una de las más explotadoras de la fuerza de trabajo (Harrington and Warf,
1995).
La industria del cuero y del calzado, otra de las manufacturas importantes por cuanto a la mano de obra que ocupa, se caracteriza por su bajo
nivel tecnológico: más de la mitad de las empresas se encuentran a nivel artesanal y sólo el 8% cuenta con alta tecnología (Iglesias, 1998). Tanto
la producción de calzado como la curtiduría se encuentran en crisis a partir de la apertura comercial del país y de la entrada, muchas veces de
contrabando, del calzado chino. El principal centro zapatero del país es el estado de Guanajuato, en la ciudad de León; también son importantes
Guadalajara en la fabricación de calzado para dama, otras empresas del Distrito Federal y de San Mateo Atenco en el Estado de México, así como
de Mérida y Ticul en Yucatán. En el norte del país destacan Monterrey y Ciudad Juárez.
Otra de las subramas manufactureras a reseñar es la de la industria del papel y las editoriales. En el primer caso destaca la compañía Kimberley
Clark de México, con un 48% de su capital norteamericano, que cuenta con diversas plantas en Coahuila, Estado de México, Michoacán, Puebla,
Querétaro, Tlaxcala y Veracruz. La industria editorial, por el contrario, está fundamentalmente localizada en la Ciudad de México y su área
metropolitana, tanto en lo que se refiere a la producción de libros como en lo concerniente a la elaboración de publicaciones periódicas. Ocupa a
222 609 trabajadores concentrados fundamentalmente en el Distrito Federal, Estado de México y Nuevo León.
Las maquiladoras
Expresión actual del país, la maquila "... es un eslabón de la cadena industrial transnacional, por lo que no se ha podido convertir en un motor de la
industrialización del país..." (Morales, 2000:34). Si en un momento, hace cuatro décadas cuando empezó a establecerse en el país este tipo de
empresas, se consideró que sería un aliciente importante para el desarrollo nacional, su propio carácter de industria ensambladora, de fácil montaje
y de aún más fácil desmantelamiento, la han hecho un fenómeno único pero, como dice Morales, no en un eslabón en una cadena de
desenvolvimiento industrial nacional. Un elemento importante a considerar es que el 96.8% de los insumos que consume la industria maquiladora
de exportación en el país proviene del extranjero, debido a las facilidades legales brindadas a este tipo de empresas. Tan sólo el 3.2% restante es
de procedencia nacional, lo que señala su muy escaso impacto en la producción industrial mexicana.
La maquila es una industria sumamente lábil ante los avatares de la coyuntura, como ha podido verse en primeros años del siglo XXI en los
que la crisis norteamericana y el rápido crecimiento de China han obligado al cierre o a la transferencia a ese país de múltiples empresas que antes
encontraban un nicho preferencial en nuestro país con la consiguiente pérdida de empleos y de divisas.
China es el principal competidor de las maquiladoras mexicanas, ya que mientras que ese país paga salarios 4.5 veces más bajos que México
(50 centavos de dólar la hora, contra 2.67), la mano de obra disponible supera más de 10 veces a la de México... China es además el principal
destino de la inversión extranjera directa en escala mundial y en sectores como calzado, textiles y juguetes es el principal productor del mundo
(Carrillo y Gomís, 2000:325).
No todas las maquiladoras son iguales. Si bien antes eran simplemente ensambladoras de partes importadas, en los últimos años, los cambios
del modo de producción han dado lugar a diversos tipos de plantas: las denominadas de primera generación o tradicionales, cuyo mejor ejemplo es
la maquila de la confección; las de segunda generación en las que ya hay procesos de producción flexibles, control de calidad y algunas máquinas
semiautomatizadas como ocurre en el estampado automotriz o en la electrónica. El otro tipo son las maquilas de la tercera generación que "... es la
que realiza actividades de diseño, investigación y desarrollo" (Morales, 2000:30).
Las actividades maquiladoras más dinámicas y de mayor nivel tecnológico son las de la fabricación de autopartes y la electrónica pues
proporcionan más de la mitad del empleo y del valor agregado total. La maquila de las autopartes ha pasado de ser intensiva en mano de obra a
ser intensiva en tecnología, mientras que otras industrias como la fabricación de televisores hoy elabora productos de alto valor como televisores
de pantalla plana, digitales y de alta definición (Carrillo y Gomís. 2003). A la industria textil se dedicaba el 22% del personal ocupado en la maquila
y le corresponde el 30% de los establecimientos; esta es una de las ramas que han sido más afectadas por la competencia de otros países
productores.
La maquiladora es, por su propia definición, una industria de capital extranjero, como lo demuestra el hecho de que el 66% de los
establecimientos (en 1999) y el 73.7% de los trabajadores correspondían a empresas norteamericanas; a diversos países asiáticos, en particular
Japón, le correspondían el 7.2% de los establecimientos y el 11.40% de los trabajadores, y a diversos países europeos tan sólo el 2.4 y 3.05%
respectivamente. El capital nacional controlaba al 23.3% de los establecimientos y al 11% de los trabajadores (Solunet, 1999). El principal mercado
de los productos maquilados es Estados Unidos, en particular los centros industriales y urbanos del este y noreste de ese país: Raleigh, Knoxville,
Memphis, Nueva York, Boston, Milwaukee, Minneapolis, Detroit (Geofile on line, 2001).
De la PEA total de las maquiladoras de exportación en el 2000, 1 285 007 personas, el 80.9% eran obreros, de los cuales poco más de la
mitad eran mujeres. Ha sido notable el incremento del trabajo técnico para la producción en la última década, lo que va acorde a la especialización
tecnológica de algunas empresas. En los estados de la frontera norte es donde se concentra el mayor número de trabajadores: Chihuahua, Baja
California, Coahuila y Tamaulipas. En otras entidades del centro del país hay también ejemplos de esta población industrial hasta llegar a Yucatán,
última expresión en el tiempo de la maquiladora en México cuya presencia se debe a la cercanía de la que podemos denominar la "tercera frontera"
hacia el Caribe y la península de Florida (Figura 34; INEGI, 2001 b).
La industria de la construcción
Importante motor de la economía, la industria de la construcción aporta el 4.5% del PIB bruto a principios del siglo XXI. Su impacto estriba en el
consumo que hace de productos y materiales provenientes de otras actividades económicas: minerales no metálicos como arenas, gravas. arcillas;
cemento y concreto; productos de madera; pinturas; productos de plásticos, como tubos, losetas, linóleos; productos químicos, como el asfalto, la
dinamita, el oxígeno o el acetileno; productos metálicos, estructuras, puertas, ventanas, escaleras, tanques; productos de alambre; equipo eléctrico
y accesorios; así como otros materiales de terminados y decoración. De todos estos insumos, los derivados del cemento y el concreto significan
casi la tercera parte del valor de las obras ejecutadas, y los productos metálicos y de alambre, un 20% del total (INEGI, 2001 d).
Con poco más de diez mil unidades de producción, entre contratistas principales y subcontratistas, la industria de la construcción daba
ocupación en 1999 a 620 997 trabajadores de los cuales el 87% eran obreros. Es una industria intensiva en mano de obra y, a pesar de los
avances tecnológicos significativos, ocupa básicamente una gran fuerza de trabajo eventual no calificada, por lo que suele pagar salarios también
muy bajos. Sus ritmos de trabajo dependen de las inversiones que se realicen en el sector, en gran medida derivados de los planes oficiales, ya
que es el Estado uno de los principales clientes de las empresas constructoras puesto que es él quien lleva a cabo las obras de infraestructura en
vías de comunicación, vivienda, construcciones petroleras, irrigación, etc. De hecho, casi la cuarta parte del valor de las obras ejecutadas en 1999
correspondió a infraestructura destinada a la producción de petróleo: plantas, plataformas marinas, ductos, perforación de pozos. La construcción
de vías para el autotransporte representó el 12% del valor total, mientras que la construcción de viviendas unifamiliares y multifamiliares alcanzó el
18% de ese valor (INEGI, 2001 d).

Fuente: INEGI, 2001b Elaboro: Ma. De Lourdes Godínez Calderón.


Figura 34 personal ocupado en la maquila 2000

Entre 2004 y 2005, la industria de la construcción tendrá un repunte gracias a obras como las viales desarrolladas en el Distrito Federal, a la
construcción de tramos carreteros en diversas partes del país y de plataformas marinas de Pemex, la construcción de la presa El Cajón y la
ampliación de la refinería de Minatitlán (El Universal, 2005).
La ubicación geográfica de la industria de la construcción responde a esos planes tanto oficiales como de empresas privadas y no presenta un
patrón de comportamiento definido. Por ejemplo, hay una cierta centralización en el Distrito Federal y el Estado de México en lo que se refiere a la
construcción de vivienda y de edificaciones para el comercio y los servicios, que responde a la concentración de población en esas dos entidades.
Por el contrario, las obras petroleras se ubican en Campeche y Tabasco o sur de Veracruz. Otras entidades que tienen una importancia relativa son
Nuevo León en lo que concierne a la construcción de vivienda y de plantas industriales, Puebla en obras para el autotransporte, y Baja California en
diversos rubros.
En la industria de la construcción se hallan representadas grandes empresas como ICA, u organismos estatales como el Instituto del Fondo
Nacional de la Vivienda de los Trabajadores, INFONAVIT, o la banca de desarrollo conocida como Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos,
Banobras.
GUIAS DE AUTOEVALUACIÓN
Preguntas abiertas

Responda a los siguientes cuestionamientos


1. Explica el concepto de industria

2. Menciona el tipo de industria que se encuentra en México.

3.- Señala 5 beneficios y 5 efectos que ha provocado el desarrollo industrial en México.

4.- Explica la evolución que ha registrado la industria manufacturera en México en los últimos años y su contribución en el Producto Interno

Bruto sectorial.

5.- Explica brevemente qué son los corredores industriales y su efecto en el proceso de urbanización.

Opción múltiple

Elija la respuesta correcta


1.-La rama económica del sector industrial que genera un mayor número de empleos es:
a) La manufacturera.
b) La de la construcción.
c) La alimentaría.
d) La energética
2.- En las economías globalizadas que tipo de industrias presentan mayores expectativas:
a) Microempresas.
b) Pequeñas empresas.
c) Mediana empresa
d) Gran empresa.
3.- Principal competidor de las maquiladoras mexicanas:
a) Venezuela
b) Brasil.
c) China
d) Japón
4.- Factor que ha favorecido el desarrollo industrial en México:
a) Importación de materias primas de bajo costo.
b) Mano de obra barata.
c) Exportación de la producción hacía países con los que se tienen tratados comerciales.
d) Bajos impuestos.
5.- Causas por las que se reduce la producción de minerales preciosos:
a) Imposibilidad de invertir y altos costos de insumos
b) Consolidación del mercado de Estados Unidos.
c) Complejidad del laboreo minero
d) Modificación del contexto global.

Falso-Verdadero

Responda FALSO o VERDADERO según sea el caso


1.-La agroindustria es un factor para el desarrollo del campo mexicano: __________
2.- La industria automotriz está conformada por dos sectores principales: la fabricación de automóviles y la fabricación de autopartes: __________
3. La industria pesada o básica está integrada por la producción energética: _________
4.- Todas las maquiladoras de nuestro país son iguales: __________
5.- Si existe un rezago en la construcción de infraestructura será posible un crecimiento económico en la región, localidad, etc.: __________
6. La industria alimenticia está íntimamente relacionada, por un lado a las regiones productoras de las materias primas y por otro se relaciona
directamente con el mercado: __________

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
 BASSOLS BATALLA, Ángel. 2002. Geografía socioeconómica: Aspectos físicos y eco-nómicos por regiones. Ed. Trillas, México, pp
266
 MÉNDEZ, Ricardo. 1997. Geografía económica. Ed. Ariel, Barcelona, España, pp. 207-319
 http://www.itcomitan.edu.mx/tutoriales/esmexico/UNIDAD4.htm#3
 Instituto de Estadística Geografía e Informática (INEGI)
Banco de Información Económica
http://dgcnesyp.inegi.gob.mx/cgi-win/bdieintsi.exe (Disponible en red)
Fecha de revisión 20 Junio 2011.
 http://web.usal.es/~jomarel/archivos/industria.pdf
 La industria manufacturera dentro de la estructura y la dinámica de la economía oaxaqueña
Martín Carlos Ramales Osorio
http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2004/mro-oax.pdf (Disponible en red)
Fecha de revisión 20 Junio 2011

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