Ideología en:
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Desde la tradición marxista de este filósofo provee una interpretación “ontológica y social-
histórica” de la ideología. Su concepción busca descubrir el conflicto real y concreto que
constituye y sostiene al sistema social capitalista, y desde allí, debatir la necesidad de una
crítica de la distorsión que opera en la realidad para pensar en el ejercicio de una auténtica
praxis revolucionaria1. Lukács nos permite acercarnos a una reflexión de la naturaleza de
la ideología, de su función y su papel en la reproducción social-humana.
La geografía, desde esta perspectiva comprendería el fundamento ontológico donde “lo real
existe y tiene una naturaleza, y esta existencia y naturaleza son capturables
intelectualmente […] de modo que la realidad puede ser aprehendida y por ende
transformada por la acción […] ideológica y conscientemente impulsada por el hombre"
(Vaisman, 2010, p. 45). Se reconoce que lo “real” no es una mera ilusión de nuestros
sentidos y que desde este plano de la percepción es posible alcanzar el conocimiento de la
realidad para “transformarla”.
De modo que, tanto la ideología como el fenómeno geográfico suceden sobre una base
material objetiva y realmente existente, sin embargo, actualmente, todos los conflictos y
problemáticas de la sociedad así como todas las acciones y estrategias tomadas para
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Lo anterior encuentra su relación con la geografía en términos de “praxis geográfica” o “prácticas
espaciales”.
resolverlas parecen estar inexorablemente relacionadas al modo de producción capitalista,
un modo de producción histórico que se expande y profundiza por el mundo como una
estructura “incorregible” e “incontrolable”. Este autor señala recuperando a Marx que la
lógica del capital es una estructura histórica de “control” que totaliza lo social y somete a
todas sus relaciones sociales a ajustarse a su lógica.
En términos geográficos los sujetos están relacionados a este sistema dependiendo del
“lugar” donde sean interpelados por la lógica del capital, “lugar” que es expresión concreta
de la jerarquización capitalista que todo lo atraviesa y que se cristaliza en una realidad socio
espacial fragmentada, siempre en conflicto con los intereses de clase, sin embargo, este
orden social busca su “justificación” y esta ocurre por medio de operaciones ideológicas
que resultan fundamentales para en su sostenimiento.
Marx y Engels (2002) sostienen que los hombres reproducen sus condiciones materiales
de existencia desde un espacio conformado por un conjunto inseparable pero contradictorio
de objetos y sistemas de acción que nos deja una noción del entendido no de forma aislada
sino como marco único donde tiene lugar la historia de las sociedades humanas, es
“…a través de la presencia de estos objetos técnicos: centrales eléctricas, fábricas, granjas
modernas, puertos, autopistas, ferrocarriles, ciudades, el espacio está marcado por estas
adiciones, dándole un contenido muy técnico. El espacio es ahora un sistema de objetos
cada vez más artificial, poblado de acciones igualmente imbuidos de sistemas de
artificialidad, y cada vez más dirigido para fines distintos del lugar y sus habitantes. (Santos,
2006, p. 39).
Por lo tanto, la praxis geográfica en general actúa bajo este constructo artificial constituído
históricamente por las sociedades y sus modos de producción y en capitalismo esto
determina entonces la gama de posibilidades a los que los sujetos y clases sociales pueden
acceder.
Una de las características de la noción de ideología en Adolfo Sanchez Vazquez nos explica
Luis Villoro, responde a la concepción filosófica particular que el filósofo posee sobre el
marxismo crítico, a decir, ASV asume que el marxismo es una filosofía crítica y libertaria,
“desmitificadora de las ideologías opresoras”, sin embargo, contempla también que en
determinado momento ésta filosofía se convierte en ideología, es decir, se convierte así
misma en concepción del mundo y de la vida, presentándonos un enfoque único del
universo de problemas filosóficos de la realidad y entonces ya no es “crítica de las
creencias” sino “doctrina que inculca las creencias”.
ASV retoma particularmente la discusión de ideología desde una reflexión bastante “amplia”
donde fundamentalmente: 1) responde a intereses, aspiraciones o ideales de una clase
social en un contexto social dado: y 2) guía y justifica un comportamiento práctico de los
hombres acorde a esos intereses, aspiraciones o ideales, falsedad o falta de justificación. "
(Villoro, 19)
Una de los aspectos más importantes que reconocemos de la propuesta de ASV sobre la
Ideología es su fundamentación “materialista” en tanto que el concepto de ideología se
define en función a las relaciones sociales que lo caracterizan y no en relación al
universo de creencias, saberes o conocimientos en sí mismos, es pues una noción que
se define por sus relaciones sociales específicas y tiene un papel también específico en
proceso de reproducción social. Así que, Ideología no es en ASV un concepto
"gnoseológico" y sobre todo no está en función directamente a la falsedad o veracidad de
sus premisas porque ideología para ASV no depende esencialmente de ningún proceso de
validación del conocimiento, como sí sucede con el conocimiento científico, sin embargo, la
ideología contribuye asumiendo un papel crucial: "fijar el espacio que en ella ocupa el
saber (o conocimiento)", así como determinar "el modo de ocuparlo”.
Esta reflexión sobre la ideología en ASV vale tanto para cualquier ciencia que para la propia
filosofía que reflexiona la ideología, en tanto este papel de “marco” ciñe los límites de todas
formas de interpretación el mundo, entre ellas la ciencia en varios sentidos, por ejemplo,
estableciendo sus puntos de partida, intereses, sus problemáticas y métodos incluso logra
“imponer su marca en el significado de los conceptos científicos”. De modo que la ideología
en ASV no refiere propiamente a un “conocimiento de la realidad”, ideología no es
conocimiento en tanto que no responde a un proceso de justificación y validación de sus
“creencias”, como explica ASV la ideología es aquello que fija previamente “el espacio del
conocimiento” y por ello debe entonces referir a “otro tipo sistema de creencias” que no
responde a los mismos criterios o grados de justificación que la ciencia.
[...] no cualquier filosofía puede asumir la tarea de crítica y demarcación de las ideologías,
sino sólo aquélla que, consciente de su propio carácter ideológico y apoyándose en una
teoría científica de la ideología, está en condiciones de eliminar sus efectos perturbadores
y, de esta manera, enfrentarse crítica, objetiva y fundadamente a otras ideologías. (Sánchez
Vázquez).
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Especificar…
tratamiento particular de la ideología: no todas las creencias “no científicas” son ideológicas
en el sentido de responder específicamente a intereses de clase, su definición no
comprende todas las creencias no-científicas, así que la ideología en términos “negativos”
acota este concepto identificándolo a la particularidad de la lógica de clase y en función al
mantenimiento de un orden social, lo que ayuda a romper con las posturas
“panideologístas” y delimitar así su concepción. Otro punto a considerar es que el
planteamiento de ASV comprende mejor la realidad del pensamiento “disruptivo” en tanto
que las creencias “no científicas” pueden ser concomitantes también gran número de
creencias (ideológicas) potencialmente emancipadoras, por ejemplo, aquellas que
favorecen los intereses de las clases explotadas o reflexiones que resultan de tradiciones
morales, filosóficas o políticas que no responden precisamente a un razonamiento “teórico-
formal” pero que expresan una postura de resistencia contra hegemónica.
ASV entiende que no toda ideología tiene un carácter totalmente “negativo” incluso pese a
responder a intereses de clase, pero advierte Villoro que este análisis resulta peligroso
cuando se pretende la total politización del universo de “creencias” pues señala que desde
ahí se suele cae en una lógica “condenatoria” e “intolerante” de las creencias propiamente
no revolucionarias pues existen muchas creencias que no representan o expresan
relaciones de dominación pero son expresiones del universo heterogéneo de lo humano,
sin embargo, pueden ser consideradas “de dominación” a no plantearse “contra la
dominación”. Otro rasgo que hay que considerar desde el peligro de la generalización y
totalización que supone el concepto de ideología es el “empobrecimiento” de la
particularidad al detectar en ella la marca de la ideología, pues en la totalización que ejerce
la ideología se suele ocluir la heterogeneidad de las creencias constitutivas de la
subjetividad de modo que se corre el riesgo de reducir todas las creencias de los sujetos a
un mismo rasgo “negativo” de la ideología.