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¿Cómo aprendemos?

Estos son los


modelos y estilos de aprendizaje
Existen más de cien clasificaciones de modelos o estilos de aprendizaje. Son muchos los
psicólogos y pedagogos que han aportado multitud de teorías que, al fin y al cabo, nos
ayudan a entendernos un poco más.

Corrientes más destacadas:


 Conductismo: parte de Paulov como precursor pero otros muchos autores le dieron
forma y más contenido. En esta corriente los tipos de aprendizaje surge cuando hay
cambios de conducta observables.
 Cognitivismo: para este modelo el aprendizaje parte de una codificación interna de la
información que recibimos. La procesamos y reorganizamos para aprenderla. J. Piaget y
A. Bandura son dos de sus grandes precursores.
 Constructivismo: defiende que aprendemos de la interpretación que hacemos de la
información, a causa de las experiencias que hemos vivido. Aquí podemos encontrar
autores conocidos como Vigotsky.

Poco a poco han ido surgiendo durante el siglo XX otros modelos más modernos que
han ido matizando y profundizando más los modelos anteriores. Podemos señalar el
conectivismo (que parte de la era digital), el objetivismo, el behavionismo, el modelo de
Kolb, el de Felder y Silverman étc.
Teoría de las Inteligencias Múltiples

Seguramente uno de los autores que más han influído a la hora de replantearnos estas
cuestiones ha sido Howard Gardner y su Teoría de las Inteligencias Múltiples en 1983.
Este autor identificó diversos tipos de inteligencia que abrían una multitud de opciones a la
hora de categorizar o etiquetar a las personas. Estas inteligencias son: lingüística, lógico-
matemática, musical, espacial, kinestésica, interpresonal y intrapersonal.

En los últimos años, la evolución de la ciencia ha ido en camino de comprender mejor


cómo aprendemos y de esta manera
Sólo retenemos un 10% de lo que leemos

La escuela se va adaptando a ritmo muy


lento a todos estos avances y la educación tradicional sigue predominando en nuestras
aulas. Si analizamos nuestra forma de memorización nos encontramos con que sólo
retenemos un 10% de lo que leemos. En esta pirámide se plasman las capacidades de
retención que solemos tener de media:

Como se puede observar en la imagen, cuanto más activos estemos en el aprendizaje,


mayor y mejor va a ser el mismo. En este mismo sentido, si nuestra actitud en cuanto al
aprendizaje es pasiva la efectividad decae a niveles bajísimos.

A esto también se le suma que cada uno de nosotros y nosotras estamos condicionados por
muchos más factores. Estos factores pueden ser motivacionales, ambientales, de nuestra
personalidad, actitudinales, relacionados con nuestras habilidades, entre otros. Las
clasificaciones vistas desde cada uno de estos elementos pueden ser casi infinitas.
El aporte de la neuroeducación

En los últimos años, la neuroeducación ha querido aportar acerca de este tema. Por
ejemplo podemos clasificar las formas de los diferentes tipos de aprendizaje según los
hemisferios cerebrales. El lado izquierdo funciona con un aprendizaje más lineal,
secuencial y basado en la realidad. Mientras que el hemisferio derecho procesa lo holístico,
aleatorio, fantasioso y concreto.

El Doctor en neurociencia Francisco Mora nos reveló recientemente que el “cerebro


necesita emocionarse para aprender”. La emoción es el impulso que mueve la
curiosidad, la atención y, por tanto, nos permite el aprendizaje. ¿Sabemos darle a la
emoción la importancia que se merece en nuestro sistema educativo? Y no solo
pensemos en las emociones de nuestros alumnos/as, sino también y primero de la de los
adultos, la de profesores/as y maestros/as.
La visión de la Programación Neuro Lingüística (PNL)

No quisiéramos terminar esta revisión sobre el aprendizaje sin pararnos en otra


clasificación que viene de la Programación Neuro Lingüística (PNL). En ella se pone en
valor la manera de procesar el aprendizaje. Cada persona tenemos una vía preferente de
entrada, procesamiento y salida de la información:

 Persona Visual: las imágenes es su manera principal por la que aprende. Este tipo de
aprendizaje suele ser rápido: recuerda la página del libro, los esquemas existentes y
mapas.
 Persona Auditiva: los sonidos son su canal principal de aprendizaje. Puede aprender las
lecciones como secuencias memorizadas. Necesita el silencio para estudiar y prefiere
escuchar a leer.
 Persona Kinestésica: procesa sobre todo a través del tacto, el gusto y el olfato. Percibe
con gran intensidad sensaciones, emociones… Aprende mediante el tacto, el movimiento
y las percepciones sensoriales. Lógicamente se siente mejor en las clases prácticas y
mientras lee o estudia puede estar moviéndose o caminando.

Detectar nuestro canal o vía preferente (o el de nuestros alumnos/as) no es muy


complicado, por ejemplo existen muchos test online. A veces basta con preguntarnos
después de una exposición, o alguna clase, algunas de estas preguntas:

 ¿Qué es lo que mejor he memorizado o retenido?


 ¿Cómo lo he retenido?

Otras preguntas que nos pueden orientar a descubrir


nuestra vía preferente son:
 ¿Qué verbos sensitivos utilizo más al hablar? (mirar, oir, sentir, ver, notar, escuchar…)
 ¿En mis ratos libres me gusta ver la tele o una película, hacer algún deporte o escuchar
música?
 ¿Qué me hace elegir un restaurante y no otro? ¿El ambiente, la presentación de los platos
o el sabor y olor de la comida?
 ¿Qué tipo de exámenes prefiero: orales, escritos o tipo test?
 ¿Qué cosas me suelen distraer más?

Descubrir en nosotros mismos y mismas cómo aprendemos mejor nos ayuda a ser más
efectivos y hace que el aprendizaje sea más satisfactorio. Además como profesores/as y
maestros/as nos hace que podamos ayudar más y mejor a nuestros
alumnos/as. Ofrecerles el contenido desde diferentes vías, ayuda y potencia que la
información sea adquirida y asimilada de manera mucho más efectiva, que el aprendizaje
sea mayor.

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