Indice
Como se salv6 Wang-F6
Como se salvé Wang-F6 ....-- 13
Ta sontisa de Marko 3 35
La leche de la muerte ...-- + 51
El Gltimo amor del principe Genghi 69
El hombre que amé a las Nereidas.. 87
Nuestra Sefiora de las Golondrinas . 101
Ia viuda Afrodisia .-. pares
Kali decapitada . era
La muerte de Marko Kral ievitch 143
Ta tristeza de Cornelius Berg .---- 153
Post-Scriptum .....+2+++E) anciano pintot Wang-Fo_y su dis-
Gipulo Ling ctraban por los caminos del reino
de Han.
Avanzaban lentamente, pues Wang-F6
se detenia durante la noche 2 contemplat los
asttos y durante el dia a mirar las libélulas
No iban muy cargados, ya que Wang-Fé
amaba la imagen de las cosas y no las cosas
en si mismas, y ningtin objeto del mundo
Ie parecia digno de set adquirido a no set
pinceles, tarros de laca y rollos de seda o de
papel de arroz. Eran pobres, pues Wang-F6
trocaba sus pinturas por una tacién de mijo
y despreciaba las monedas de plata. Su dis-
pul Ling, dobléndose bajo el peso de un
saco leno de bocetos, encorvaba tespetuosa-
mente la espalda, como si levara encima la
boveda celeste, ya que aquel saco, a los ojos de
Ling, estaba leno de montafias cubiertas de
nieve, de rios en primavera y del rostro de la
luna de verano.
15Ling no habia nacido para correr los
caminos al lado de un anciano que se apo-
deraba de la aurora y apresaba el creptiscu-
lo. Su padre era cambista de oro; su madre
era la hija Gnica de un comerciante de jade,
que le habia legado sus bienes maldicién-
dola por no ser un hijo. Ling habia crecido
en una casa donde la riqueza abolia las in-
seguridades. Aquella existencia, cuidadosa-
mente resguardada, lo habia vuelto timido:
tenia miedo de los insectos, de la tormenta
y del rostto de los muertos. Cuando cum:
lis quince afios, su padre le escogié una ¢s-
posa, y la eligié muy bella, pues la idea de la
felicidad que propotcionaba 2 su hijo lo con-
solaba de haber llegado a la edad en que la
noche solo sirve para dormir. La esposa de
Ling era fragil como un junco, infantil como
la leche, dulce como la saliva, Salada como las
lagrimas. Después de la boda, los padres de
Ling llevaron su discrecién hasta el punto de
morirse, y su hijo se quedé solo en su casa
pintada de cinabrio, en compaftia de su joven
esposa, que sonrefa sin cesar, y de un ciruelo
que daba flores rosas cada primavera. Ling
amé a aquella mujer de corazén limpido igual
que se ama a un espejo que no se empafia
nunca, 0 a un talisman que siempre nos pro-
tege. Acudia a las casas de té pata seguir la
moda, y favorecia moderadamente a bailari-
nas y actObatas.
Una noche, en una taberna, tuvo por
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compafiero de mesa a Wang-Fo. El anciano
habia bebido, para ponerse en un estado que
le permitiera pintar con realismo a un borra-
cho; su cabeza se inclinaba hacia un -lado,
como si se esforzara por medir la distancia
que separaba su mano de la taza. El alcohol
de artoz desataba la lengua de aquel arte-
sano taciturno, y aquella noche, Wang habla-
ba como si el silencio fuera una pared y las
palabras unos colores destinados a embadur-
narla, Gracias a él, Ling conoci6 la belleza
que reflejaban las caras de los bebedores,
difuminadas por el humo de las bebidas ca-
lientes, el esplendor tostado de las catnes la-
midas de una forma desigual por los lengtle-
tazos del fuego, y el exquisito color de rosa
de las manchas de vino esparcidas por los
manteles como pétalos marchitos. Una rifaga
de viento abrié la ventana; el aguacero pe-
netré en la habitacion. Wang-Fo se agaché
para que Ling admirasc la livida veta del rayo
y Ling, maravillado, dejé de tener miedo a
las tormentas.
Ling pagé la cuenta del viejo pintor;
como Wang-Fé no tenia ni dinero ni mora-
da, le ofrecié humildemente un refugio. Hi-
cieron juntos el camino; Ling llevaba un farol;
su luz proyectaba en los chatcos inesperados
destellos. Aquella noche, Ling se enteré con
sorpresa de que los muros de su casa no eran
ojos, como él crefa, sino que tenfan el color
de una naranja que se empieza a pudrir
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