Anda di halaman 1dari 10

Según (Psicoadapta), Una emoción es un sentimiento que surge cuando la persona reacciona

de manera subjetiva al ambiente, generando así un estado afectivo que va acompañado de

cambios físicos puesto que las emociones pueden causar reacciones fisiológicas. Estas reacciones

somáticas causadas por las emociones están controladas por el sistema nervioso autónomo y por

el hipotálamo, por ello se consideran involuntarias (sudoración, ritmo cardíaco acelerado, etc.). Sin

embargo, también podemos decir, que una emoción puede generar comportamientos observables

más o menos controlables como pudieran ser gestos, lenguaje no verbal, expresiones faciales, etc.,

por lo anterior las emociones no se pueden cambiar. Las emociones van de la mano con el

pensamiento por tanto si cambiamos el pensamiento podemos regular nuestras emociones como

nuestras acciones. Debemos tener en cuenta, que las emociones generadas en los jóvenes son

sucesos presentados en el sistema límbico, tiene una duración más corta y una intensidad mayor

que un estado de ánimo. Una emoción se activa a partir de un acontecimiento. Su percepción

puede ser consciente o inconsciente. El acontecimiento puede ser externo o interno; actual,

pasado o futuro; real o imaginario. Un acontecimiento interno puede ser un dolor de muelas

que anticipa la visita al dentista. Aparte de los típicos acontecimientos que activan las

emociones, otro ejemplo es un pensamiento, imaginar un logro que me hace ilusión, una

fantasía, etc. El acontecimiento también se denomina estímulo. El acontecimiento o

estímulo a veces recibe el nombre genérico de objeto. Dentro de los objetos que son

estímulos que pueden generar emociones se encuentra la Inteligencia Emocional, capacidad

referida a la percepción, comprensión y regulación de las emociones expresado por García

et al. (GARCÍA & QUINTERO, 2010), e incluye entre sus competencias, el autocontrol,

entendida como la competencia que consiste en manejar los sentimientos adecuadamente,

es decir, es una capacidad que se basa en la conciencia sobre sí mismo, en el control de los

sentimientos de irritabilidad, ansiedad, melancolía, y también de las emociones positivas.


prender y analizar las emociones empleando el conocimiento emocional. Las señales emocionales

en las relaciones interpersonales son comprendidas, lo cual tiene implicaciones para la misma

relación. Capacidad para etiquetar emociones, reconocer las relaciones entre las palabras y las

emociones. Se consideran las implicaciones de las emociones, desde el sentimiento a su

significado; esto significa comprender y razonar sobre las emociones para interpretarlas. Por

ejemplo, que la tristeza se debe a una pérdida. Habilidad para comprender sentimientos

complejos; por ejemplo, el amor y odio simultáneo hacia una persona querida (pareja, hijos). De

acuerdo con Goleman (2001), las personas emocionalmente desarrolladas, es decir, las personas

que gobiernan adecuadamente sus emociones y que también saben interpretar y relacionarse

efectivamente con las emociones de los demás, disfrutan de una situación ventajosa en todos los

dominios de la vida. Estas personas suelen sentirse más satisfechas. Quienes, por el contrario, no

pueden controlar su vida emocional, se debaten en constantes luchas internas. Así, la inteligencia

emocional se refiere a la capacidad de identificar, comprender y manejar las emociones en uno

mismo y en los demás, es la base de la competencia emocional, entendida como una capacidad

adquirida que puede desarrollarse a través del modelamiento y la educación. Salovey y Mayer

(1990) definen la inteligencia emocional como la habilidad para monitorear los sentimientos y las

emociones propias y las de los demás, para discriminar entre ellas y utilizar esta información como

guía de los pensamientos y las acciones. Conocer las propias emociones: El principio de Sócrates,

“conócete a ti mismo”, se refiere a esta pieza clave de la inteligencia emocional: tener conciencia

de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento en que ocurre. Una

incapacidad en este sentido nos deja a merced de las emociones incontroladas. Manejar las

emociones: La habilidad para manejar los propios sentimientos a fin de que se expresen de forma

apropiada se fundamenta en la toma de conciencia de las propias emociones. La habilidad para

suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las relaciones interpersonales.


Motivarse a uno mismo. Una emoción tiende a impulsar hacia una acción. Por eso, emoción y

motivación están íntimamente interrelacionadas. Encaminar las emociones, y la motivación

consecuente, hacia el logro de objetivos es esencial para prestar atención, auto motivarse,

manejarse y realizar actividades creativas. El autocontrol emocional conlleva demorar

gratificaciones y dominar la impulsividad, lo cual suele estar presente en el logro de muchos

objetivos. Las personas que poseen estas habilidades tienden a ser más productivas y efectivas en

las actividades que emprenden. Reconocer las emociones de los demás: Un don de gentes

fundamental es la empatía, la cual se basa en el conocimiento de las propias emociones. La

empatía es la base del altruismo. Las personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles señales

que indican lo que los demás necesitan o desean. Esto las hace apropiadas para las profesiones de

la ayuda y servicios en sentido amplio (profesores, orientadores, pedagogos, psicólogos,

psicopedagogos, médicos, abogados, expertos en ventas, etc.). Establecer relaciones: El arte de

establecer buenas relaciones con los demás es, en gran medida, la habilidad de manejar las

emociones de los demás. La competencia social y las habilidades que conlleva son la base del

liderazgo, de la popularidad y de la eficiencia interpersonal. Las personas que dominan estas

habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y efectiva con los demás. La

educación emocional es una forma de prevención primaria inespecífica. Entendemos como tal la

adquisición de competencias que se pueden aplicar a una multiplicidad de situaciones, tales como

la prevención del consumo de drogas, prevención del estrés, la ansiedad, la depresión, la violencia,

etc. La prevención primaria inespecífica pretende minimizar la vulnerabilidad de la persona a

determinadas disfunciones (estrés, depresión, impulsividad, agresividad, etc.) o prevenir su

ocurrencia. Para ello se propone el desarrollo de competencias básicas para la vida. Cuando

todavía no hay disfunción, la prevención primaria tiende a confluir con la educación para

maximizar las tendencias constructivas y minimizar las destructivas Según un estudio


realizado El 16 de mayo, se dieron a conocer los resultados de un proyecto de tres años

entre la Universidad del Norte de Barranquilla, el (El Tiempo, 2018) con participación de

Colciencias e investigadores franceses, que buscó entender la regulación emocional de

adolescentes entre 11 y 15 años y hacer comparaciones entre sus distintos entornos.

Colette Sabatier, experta en psicología del desarrollo e investigadora del estudio, planteó

que los primeros tres años de la adolescencia se entienden como “un periodo muy sensible

a la regulación emocional”, debido a cambios biológicos, sociales y cognitivos en las

personas. Su investigación se centró en entender cómo los adolescentes en ese rango de

edad manejan sentimientos como rabia, tristeza, miedo, según los círculos en los que se

desenvuelven. Otro aspecto que estudiaron fue la relación entre estos y sus padres, para

entender cómo los últimos influenciaban el comportamiento e interacciones de los menores.

“El rechazo de los padres está unido a la incapacidad para regular las emociones”, afirmó

Sabatier. Por su parte, Dayana Restrepo, investigadora y estudiante del doctorado en

Psicología de la Uninorte, estudió las estrategias que 288 adolescentes barranquilleros

emplean para lidiar con la rabia, la tristeza y la ansiedad. Los resultados indican que no hay

diferencias en la forma como hombres y mujeres afrontan sus emociones. “En cuanto a la

edad, hay una crisis de control emocional entre los 13 y los 15 años; eso da luces para

plantear programas de intervención para padres y orientadores”, destacó la académica. Por

consecuente, para que un adolescente realice el control de las emociones es importante el

apoyo de los padres en el proceso, puesto que como bien se conoce la adolescencia es ese

paso intermedio de la niñez y la adultez, por tanto si se realiza un acompañamiento

(padres) moderado, orientándolos a objetivos, toma de iniciativas y el poder superar

contratiempos y frustraciones, siendo capaces de ver las cosas desde otra perspectiva.

Generando pensamientos positivos, fomentando técnicas de control, ente ellas, ejercicios de


respiración simplemente inhalando y exhalando con un estado de conciencia, técnica

cognitiva donde al ver un estado negativo suplirlo por un pensamiento positivo, cambio de

perspectiva enfocándose enlistar y equilibrar sentimientos, no alimentar el pensamiento que

causa el daño utilizando las palabras “basta o para” y dejarlo pasar, ensayo mental

visualizando una situación particular que provoca la emoción que no se puede controlar y

razonar cómo actuar ante la situación, Empatía, procurar dejar pasar las emociones que

dependen de las acciones de los demás, reducir la responsabilidades y Mindfulness practica

de ejercicios conscientes para reconocer y controlar las emociones. Y al mismo tiempo

que los y las adolescentes comiencen a aprender de sus propias emociones, empezaran

también a advertir y entender las emociones de los demás. Conforme lo publicado por

Victoria Toro (Toro, 2017) en el artículo, Cómo ayudar a los hijos a desarrollar su inteligencia

emocional brinda seis pasos para poder orientar a los padres para identificar y ayudar a los

adolescentes, los cuáles son: Reconocer en sí mismo tanto las emociones primarias. Este

primer paso lo dan los chicos y las chicas durante su infancia. En sus primeros años aprenden

a reconocer cuando sienten alegría, tristeza, miedo o ira. Pero en algunos casos,

algunos adolescentes tienen problemas para reconocerlo convenientemente, sobre todo el

miedo, la tristeza y la ira. Es bueno que los padres observen si sus hijos están entre ellos. Si

cuando existe un motivo para estar triste, sus hijos adolescentes no parecen estarlo o si no son

capaces de ser conscientes de ello cuando tienen un ataque de ira. Reconocer en sí mismo

las emociones secundarias. La pre adolescencia es el momento de aprender a reconocer las

emociones secundarias: vergüenza, ansiedad y amor. Algunos adolescentes en los que la

inteligencia emocional está más desarrollada son capaces de identificarlas muy rápido pero a

otros les cuesta más. Un buen método para ayudarlos es hablar de ello. Cuando nosotros

observemos que están sintiendo una de estas emociones podemos explicarles lo que es. Y
algo fundamental en este caso es decirles que eso es algo que todos sentimos. Un buen

método para que se sientan seguros es que nos ayudemos con ejemplos, y si se refieren a

nosotros, sus padres, mejor aún. Podemos contarles algo que nos pasó a nosotros en

nuestra adolescencia y que nos hizo sentir esas emociones. Momentos de vergüenza o de

ansiedad o las primeras veces que sentimos amor. Recordando cómo nos sentíamos nosotros

podemos hacer que nuestros hijos se sientan mejor.

Aprender a comunicar esas emociones. La mejor forma de entender las emociones

que se sienten es reflexionar sobre uno mismo y hablar sobre ello. Los chicos y chicas que

son capaces de expresar lo que sienten van a tener una mejor inteligencia emocional.

Aquellos que pueden reconocer sin problemas que algo les da miedo o vergüenza, que saben

que están sintiendo ansiedad en un momento dado o que reconocen el amor cuando lo viven

serán adultos con una capacidad mucho mayor para vivir en sociedad.

Divertirse en familia. Las relaciones familiares son clave para que la inteligencia

emocional se desarrolle en un sentido o en otro. Una familia que está unida, en la que sus

miembros hablan entre ellos de lo que sienten o de lo que les ocurre es un entorno mucho

más proclive al desarrollo de una buena inteligencia emocional. Y una fórmula perfecta para

que la familia esté unida y sus miembros tengan una buena relación entre ellos es que la

familia se divierta junta. Es responsabilidad de los padres buscar actividades que les gusten a

todos los miembros de la familia y hacer que esas actividades sean placenteras para todos.

Observar a los demás. Otra de las actividades que sirven para que los hijos desarrollen su

inteligencia emocional es que aprendan a observar a los demás. Una forma de conseguir que

lo hagan es hablar con ellos sobre las personas que nos rodean: sus hermanos, sus padres, sus

otros familiares, sus amigos. Animarles a analizar si están bien o mal, si los ven tristes, si
están felices o si parecen sentir angustia. Además hay que animar a los adolescentes a que

analicen las causas de esas emociones que sienten los que los rodean y a buscar formas en las

que ellos puedan ayudarles a potenciar esas emociones cuando son positivas o a superarlas

cuando son negativas.

Aprender a negociar. La negociación es la clave de todo. Negociar con uno mismo y con los

demás es la fórmula para que la vida se desarrolle con éxito. Y cuanto antes aprendan los

niños y los adolescentes el adolescente el arte de la negociación, antes empezarán a sentar las

bases de un carácter sólido. La teoría epistemológica en la que se basará la investigación, es

el relativismo, postura que dice que la verdad de todo conocimiento o principio moral depende

de las opiniones o circunstancias de las personas. Como las opiniones y las circunstancias son

cambiantes, ningún conocimiento o principio moral, según esta postura, es objetivo o universal. Es

decir, el relativismo postula que ningún conocimiento o principio moral es verdadero

independientemente de las opiniones de las personas o de sus circunstancias, ni tampoco, por

esa misma razón, es válido para todos en todo tiempo y lugar.

TEORIA DEL RELATIVISMO A la luz del modelo de Kuhn, el análisis del desarrollo científico

muestra que además de las transformaciones profundas en los contenidos de la ciencia y en las

teorías sobre el mundo también cambian las formas en que se conduce la investigación y se

evalúan sus resultados. Pero este cambio en los métodos y valores significa que también

aprendemos a aprender, así como nadie diría que tenemos un conocimiento (universal y

necesario) del mundo de la experiencia tampoco se puede afirmar que sabemos de antemano con

independencia de nuestras prácticas y sus resultados, cuáles son los mejores medios para

aprender a conocer el mundo, pero si esto es así la conclusión necesaria es que la racionalidad

humana también evoluciona históricamente. En este sentido, cuando los procesos de evaluación se
reconstruyen bajo unos lineamientos específicos como los que acabamos de enuncia se puede

sostener que el modelo de Kuhn no conduce a un subjetivismo radical y tampoco resulta

amenazante para la racionalidad científica. Aunque esta tesis supone ciertamente una racionalidad

blanda e incluso flexible, dado que permite el desacuerdo en el nivel de los estándares de

evaluación y con ello da entrada a cierto relativismo epistémico no obstante se puede decir que se

trata de un relativismo limitado o restringido, donde hay siempre un control epistémico sobre la

divergencia de juicios que ejerce la comunidad de expertos. Sobre este punto volveremos más

adelante. El modo en que un conjunto particular de valores compartidos interactúa con las

experiencias particulares que comparte toda una comunidad de especialistas para determinar que

la mayoría de los miembros del grupo, a fin de cuentas, encuentre decisivo un conjunto de

argumentos por encima de otro (Kuhn, 1969).

El relativismo moderado de Thomas Kuhn De ninguna manera podemos negar que las tesis de

Kuhn sobre el cambio científico implican ciertos tipos y matices de relativismo. Sin embargo, decir

que este hecho afecta o hace imposible la racionalidad de la ciencia resultaría exagerada, más aún

cuando hallamos en sus textos argumentos que permiten plantear la existencia de un relativismo

moderado que no impide la comunicación entre teorías opuestas la posibilidad de los acuerdos

racionales y que mantiene un equilibrio entre los factores externos que influyen en la ciencia y el

contenido epistémico de las teorías. Para corroborar los puntos anteriores, creemos que resulta de

mucha utilidad confrontar las tesis relativistas expuestas en el segundo capítulo de este trabajo con

las propias formulaciones de Kuhn. De esa manera, nos podremos dar cuenta de qué tipos de

relativismo efectivamente aparecen en la obra de Kuhn si es el caso, determinar el peso que cada

uno de ellos tiene a favor o en contra de la racionalidad científica. As, estaremos resolviendo el

problema que realmente nos compete: El relativismo en la obra de Kuhn. Por último, dado que las

diferentes tesis relativistas planteadas por los críticos de Kuhn están íntimamente ligadas en
cuanto a su objeto y sus argumentos. En esta teoría se basaría ya que los adolescentes, aunque

todos pueden sentir y pensar de forma diferente, lo cual no puede ser cierto o no, lo importante es

que aprendan a controlarlas, sin generar daño a ellos o a las personas que lo rodean. También se

evidencia que, al no ser comprendidos los sentimientos por parte del padre, o personas a su

alrededor, sienten esa sensación de ira, tristeza y por ello su reacción puede llegar a ser violenta A

adicional las variables que se van a emplear en la investigación, son las dependientes donde

se medirá como los adolescentes controlan las emociones. Y las variables independientes se

espera encontrar los efectos que conlleva a que los adolescentes no controlen las emociones

y así poder determinar que intervención implementar.

Danilo Alberto Caldas Caldas. (1 de SEPTIEMBRE de 2008). EL RELATIVISMO EN LA OBRA DE


THOMAS KUHN. EL RELATIVISMO EN LA OBRA DE THOMAS KUHN. BOGOTA:
http://www.javeriana.edu.co/biblos/tesis/filosofia/tesis27.pdf.

El Tiempo, U. N. (27 de Mayo de 2018). El Tiempo. Obtenido de


https://www.eltiempo.com/vida/salud/estudio-sobre-como-manejan-los-adolescentes-
sus-sentimientos-y-emociones-222846

GARCÍA, D., & QUINTERO, H. y. (7 de Abril de 2010). MULTICIENCIAS,CientíficaRed de Revistas


Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal. Obtenido de
http://www.redalyc.org/html/904/90416328008/

Toro, V. (27 de Julio de 2017). About Español. Obtenido de https://www.aboutespanol.com/seis-


pasos-para-potenciar-la-intelgencia-emocional-de-tus-hijos-23294
Caldas, D (2008) El relativismo en la obra de Thomas Kuhn. Tesis de grado, Pontificia Universidad
Javeriana, paginas 32-42.

https://www.lifeder.com/variables-dependiente-independiente/

https://www.ecured.cu/Relativismo

Anda mungkin juga menyukai