Muchos se siguen preguntando: ¿Por qué no puedo ser prosperado? ¿Si Dios nos ha
levantado para reinar, porque no lo hacemos? ¿Por qué no puedo salir del estancamiento?
¡Dice que todo lo tomaron en guerra! Dios ya les había entregado su herencia, ahora se
tenían que mover para echar fuera a los habitantes de la tierra que YA era de ellos. Por
supuesto que los habitantes de aquellas tierras resistirían salir del territorio que habían
habitado por muchos años. Así que los hijos de Dios actuar con determinación, astucia,
usando principalmente la fe.
¡Tenemos un Dios de abundancia y prosperidad que desea que sus hijos tomen su herencia!
Pero también Dios desea que seamos hijos guerreros. Analicemos estos versículos:
Romanos 5.17
"Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida
por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la
justicia."
Mateo 11.12
"Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y
los violentos lo arrebatan."
¿Se da cuenta? Los hijos de Dios debemos reinar en vida, sin embargo, el reino que
debemos poseer sufre violencia y solamente como hijos violentos lo podemos poseer. Si
deseamos reinar (tener dominio) sobre nuestra salud, finanzas, familia, negocios, trabajo,
debemos actuar con determinación y violencia. ¿Estamos listos para hacerlo?
Sabemos que el trabajo del las fuerzas del mal están organizadas para detener esa herencia,
así que nosotros debemos conocer quiénes son esos principados para combatir contra ellos,
y estar atentos para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos
sus maquinaciones (2Corintios 2.11).
Hay siente espíritus que tenemos que vencer como hijos de Dios.
1. Goliat. Este espíritu produce estancamiento. Recordamos como Goliat estuvo
amedrentando al pueblo de Dios durante 40 días y 40 noches. Durante este tiempo el pueblo
de Dios estuvo estancado y detuvo su crecimiento. Este demonio detiene el crecimiento de
la familia, de las finanzas, amedrenta, causa temor, inseguridad y provoca un espíritu de
cansancio.
¿Cómo lo combatimos? David lo venció con el poder de la unción del Espíritu Santo.
David fue decidido, actuó con determinación y confianza en Dios. El celo de Dios apareció
en la vida de David y “arremetió” con coraje y valentía contra este gigante Goliat.
Goliat fue vencido con una piedra (unción) y David le cortó la cabeza con la espada
(palabra), así que este demonio caerá declarando la palabra de Dios. Una lista de versículo
bíblicos que declaremos en fe derribará ese gigante de estancamiento. Por ejemplo:
Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz
(Job 22.28). ¡Determino que la herencia de Dios es mía y los cielos son abiertos para
bendecirme en plenitud! La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza
con ella (Proverbios 10.22).
También este demonio actúa cuando hay desacuerdos, entonces entra un espíritu de
rebeldía que marca una división con autoridad para luego aprovechar la debilidad de otras
personas y terminar en divisiones. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en
paz con todos los hombres (Romanos 12.18). 14Seguid la paz con todos, y la santidad, sin
la cual nadie verá al Señor. 15Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de
Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean
contaminados (Hebreos 12.14–15).
3. Jesabel. Este demonio es usurpador, significa sin cabeza. Provoca anarquía y su función
es robar y despojar. Se levanta con una autoridad que no tiene. Su poder esta fundado en el
ocultismo y brujería. Esta mujer, esposa del rey Acab tenía sentados a su mesa 850 brujos.
Después de ser vencida por el profeta Elías, ella se levantó de nuevo a intentar recobrar lo
que le habían quitado. El nuevo rey pidió a los eunucos que la echaran del balcón, murió y
su sangre fue lamida por los perros como antes se había profetizado sobre ella.
Profetizaremos sobre este animal rabioso que desea desestabilizarnos, con la palabra que
sale de nuestra boca le venceremos. ¡Espíritu inmundo te ordeno suelta mi casa, suelta mi
vida, suelta mi familia, en el poderoso nombre de Jesús! ¡Deshabilito toda operación de
demonios en mi contra y en contra de mi destino profético en esta tierra!
4. Madián. Este demonio es deborador de las riquezas. Cuando el pueblo de Dios estaba
listo para levantar la cosecha, los madianitas se levantaban para robarles lo que con tanto
esfuerzo ellos habían producido. De la misma manera, este demonio espera que nuestros
proyectos nos estén dando economía, cuando tenemos las finanzas en nuestras manos, viene
y roba. ¿Cómo lo hace? Accidentes, robos, enfermedad, fracaso en los negocios, derrota en
el trabajo, escasez, lo que trae pobreza, miseria y derrota.
¿Cómo lo podemos vencer? Dios levantó a un guerrero llamado Gedeón para defender a su
pueblo. Dios usó tácticas proféticas para destruir un gran ejército de enemigos. Nosotros
actuaremos de la misma manera. Usaremos tácticas y símbolos proféticos para destruir este
demonio que devora las riquezas.
5. Serpiente antigua. Este demonio produce tentación y conduce al pecado. Siempre ha sido
el arma de Satanás la tentación y el pecado. De esta manera mantiene atadas las manos de
prosperidad para nosotros. Esta serpiente produce ataduras en los corazones, odios,
resentimientos, que mantienen el alma atada y lejos de la felicidad.
¿Cómo la destruimos? La Biblia dice que la unción pudre el yugo del diablo. Jesús
reprendió a los demonios y liberó a los oprimidos del enemigo. Necesitamos ser liberados
de toda atadura del enemigo que entró a nuestras vidas a través del pecado.
6. Dragón. Este demonio maneja el engaño. Con su cola arrastró la tercera parte de los
ángeles de Dios en su rebelión. Debemos tener cuidado con este demonio, es demasiado
astuto y labioso, no se mide en el engaño, muestra el principio pero nunca el final. Su forma
de trabajar es bajo una cara de piedad, promete, pero nunca cumple. Al final trae ceguera,
oscuridad, cambia la dirección de las cosas para llevarnos al fracaso.
7. Reina del cielo. La reina del cielo produce idolatría. No estamos pensando solamente en
ídolos de madera, oro, plata, sino en aquello que nos desvía nuestra mirada de nuestro
amado Salvador. Esto tiene que ver con poner nuestra mirada en el dinero, las personas, el
trabajo, los negocios, en fin, de todo aquello que nos desvía la mirada de Cristo.
¿Cómo vencemos este demonio? Debemos revisar nuestra vida con respecto a la idolatría.
Debemos ser liberados de toda atadura de idolatría, pedir perdón para la idolatría de
nuestros ancestros y profetizar libertad, prosperidad sobre nosotros y nuestras familias.
Después de entender contra quien estamos luchando, es necesario entrar en guerra con
decisión y valentía. ¿Cómo podemos vencer estos demonios de una manera general?
1. Un tiempo de ayuno y oración. En este tiempo le pedimos a Dios limpieza en nuestra
vida, que nos revele su santidad para vivirla. Esto traerá unción y autoridad para
levantarnos con violencia en contra de estos demonios.
2. Analicemos a estos demonios. ¿Hasta donde se han metido, que han provocado, que han
destruido, que han robado? Hagamos una lista de todo lo que observamos a nuestro
alrededor que no esta bien, que sabemos que no viene de Dios.