Anda di halaman 1dari 2

BUDDHA.

La historia de Siddhartha, conocido más bien como Buddha, empieza como cualquier otra: alejada
de la realidad…

La historia de, el “Iluminado”, es la de un pequeño príncipe, que al vivir con todos los lujos
posibles, nunca debió enfrentarse, hasta que ya fue mayor, al día a día de las personas comunes y
corrientes en donde el sufrimiento humano era algo de lo más normal; cosa que finalmente, al ser
notada por éste, lo arroja bruscamente a la realidad y hace que resuelva que hasta el fin de sus
días buscaría una salida para este problema que aqueja a toda la humanidad.

El camino tomado por Siddahartha se basó primeramente en el abandono de todo tipo de religión,
de método, de creencia, para empezar con algo nuevo, donde el creer sería reemplazado por el ver
y donde la palabra desigualdad no existiría, ni siquiera remotamente.

Podríamos decir que el hecho de que él nunca se haya considerado más que un simple humano
hizo de la doctrina del budismo algo tan aceptado, tan acorde a la idea de que no necesitamos más
refugio que nosotros mismos; que la individualidad y esa emancipación que tanto anhelamos
depende únicamente de nosotros, de la búsqueda de una verdad propia que sea capaz de guiarnos
en nuestra vida.

Según una de las muchas y grandes enseñanzas del Buddha, el fondo de todo mal es la ignorancia,
es el aceptar algo simplemente por el hecho de que un “grande” lo dijo, o en su opuesto, el
reverenciar únicamente a la religión que creemos verdadera. Un hecho que considero realmente
trascendental en cuanto a este tema es el que “no importa si el buddhismo es considerado religión
o filosofía, pues los nombres no son las dos cosas”; palabras que al leerlas con detenimiento
revelan una gran verdad: los hombres o son capaces de ver o simplemente tienden a esa
predisposición de creer ciegamente, de dejar a un lado el conocimiento y la comprensión por algo
más sencillo como lo es una creencia.

A lo largo de la vida de Siddahartha podemos ver como una y otra vez éste hace hincapié en que
no es importante el como se llega a conocer la verdad, sino en llegarla simplemente a conocer,
que la fe no tiene valor alguno, pues al aparecer la visión, esta fe ciega desaparece al ahora haber
encontrado una auténtica convicción que tiene bases sólidas como es la comprensión de la verdad
y el saddha. Ahora bien, al hablar del saddha estamos hablando de esa confianza, que una vez
mas no es nacida de la fe, sino de la convicción que mencionamos hace un momento; que como
mencionó Asagna, gran filósofo buddhista, tiene tres aspectos importantes: * absoluta convicción
de que existe tal o cual cosa, * alegría por las cualidades positivas y * deseo de alcanzar una meta
propuesta.

En cuanto a otro aspecto importante en la forma de concebir al buddhismo tenemos lo que una
vez dijo el Buddha a sus discípulos: “Oh bhikkhus, aunque esta opinión es tan pura y clara, si os
apegáis a ella, si os encariñáis con ella, si la guardáis cual un tesoro, ello significa que no habéis
comprendido que la enseñanza se asemeja a una balsa que está destinada para cruzar a la orilla
opuesta y no para llevarla continuamente”; texto que sin lugar a dudas necesita ser leído más de
una vez para llegar a comprenderlo en verdad, pero que al hacerlo es capaz de llevarte un poco
más cerca del entendimiento, pues es en estas 4 líneas que se esconde un gran consejo de vida,
que considero puede ser adaptado a cualquier realidad sin dificultad alguna, al ser está totalmente
verdadera, porque ¿cómo es posible que muchas veces, todos y cada uno de nosotros, crea que al
guardarnos algo que un día nos ayudó estamos haciendo algún bien?, ¿Qué el retenerlo, que el
llevarlo con nosotros es la más sabia decisión? , cuando claramente es todo lo contrario y lo
verdaderamente justo es el dejarlo ir para seguir con nuestro camino, para no tener cargas de
ningún tipo, para llegar a esa vida santa, que muchas veces nos puede parecer inalcanzable a la
mayoría de nosotros; pero que sin embargo, es simplemente esa sabiduría de la que tanto hemos
estado hablando y cuya base repito, es la sabiduría.

Para finalizar lo único que me queda por decir es que no existen palabras suficientes para expresar
lo que el Buddha enseñó; sin embargo ahora al haber leído un poquito más sobre el tema, he
llegado a comprender aunque sea una pequeña parte de esta enseñanza que como todo en esta
vida tiene la base en el aprehender, en el saber dejar ir las cosas buenas y con mayor razón las
malas; en el saber llegar a tener esa paz por medio del ver, en el no poner etiquetas despectivas a
ese algo que es diferente de lo nuestro, en el poder ser libres y no tener ningún tipo de ataduras a
esas cosas que creíamos eran irrepetibles y les teníamos un gran respeto por no decir veneración,
y que por mucho que queramos saber y comprender todo lo que nos rodea esto no es para nada
practico ni bueno, pues una vez más estamos torturando nuestra alma, estamos buscando caminos
que no nos llevarán al desapego, a la tranquilidad, a ese Nirvana que todos buscamos aunque aún
no lo sepamos.

Puedo decir en pocas palabras que lo que el Buddha trató de enseñarnos fue el llegar a creer en
una verdad propia que se ajuste a nuestra vida y que pueda ser con la que vivamos conformes y
felices por el resto de nuestras vidas, sin momento alguno de titubeo.

Bibliografía:

Rahula, W. (The Gordon Fraser Gallery). Lo que Buddha enseñó . Bedford: 1959.

Anda mungkin juga menyukai