Quito
la mayoría de las veces
se filma a los pueblos
para quitarles la palabra
Didi-Huberman
El presente ensayo busca esbozar algunas reflexiones sobre las maneras en las cuales
la fiesta, en este caso, la Yumbada de Cotocollao, se expresa en la ciudad de Quito
como un espacio de ‘supervivencia’ (Didi-Huberman 2009) de la cultura popular
frente al discurso de la historia oficial. Para esto entenderemos ‘cultura popular’ como
un campo de fuerzas y disputa de memorias y sentidos: “un espacio de producción,
circulación y consumo que atravesaba a distintas clases, etnias y grupos sociales,
aunque no necesariamente haya sido vivida del mismo modo por todos” (Kingman
2009, 48). En la yumbada puede expresarse en elementos visibles (gestuales,
materiales) y no visibles (lingüísticos, espiritualidades, sueños) que han ido
sosteniendo a la fiesta como lo deciden sus miembros, a pesar de las imposiciones de
una cultura hegemónica que busca transformar estas manifestaciones en productos
patrimoniales y turísticos, generando una imagen que les quita la palabra.
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de Cotocollao puede entenderse en palabras de Fine-Dare:
Esta cuestión de si es folclor o es más folclorizada, para mí no es importante. Es lo
que es para la gente, lo que sienten, lo que necesitan y los porqué de salir, de vestirse.
Y si el Municipio quiere tomar fotos para hacer propaganda, está bien pero esto no
quiere decir que es menos sino que es diferente. El siglo XXI es para esto2.
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sostenido interesantes redes de solidaridad que se manifiestan en el cotidiano. Por
esto, comprender las dinámicas de la cultura popular implica un verdadero
compromiso de: “desplazarse hacia ellos, confrontarse con sus maneras de tomar
figura, implicarse en sus modos de tomar la palabra y de enfrentarse a la vida” (Didi-
Huberman, 196). La Yumbada de Cotocollao además de ser una fiesta llena de
memorias tradicionales, es una experiencia actual que vincula a muchos de sus
participantes con otras dimensiones profundas como los sueños, que deben
comprenderse en su complejidad.
La Yumbada de Cotocollao tiene dos dimensiones: una pública y una privada, siendo
la mayor parte de la fiesta realizada para el público pero sin un espacio reconocido
por el propio barrio. Entendiendo lo público como algo que “era y es una ficción. No
existía ni existe, más que como representación relacionada con los espacios y
símbolos patrios o los símbolos religiosos” (Kingman, 63), fue gracias a
negociaciones con la municipalidad que la Yumbada de Cotocollao que se logró la
modificación y toma de la Plaza de Cotocollao como el espacio central para la fiesta
de la Yumbada de Cotocollao. Conquista que demuestra nuevamente cómo los grupos
denominados ‘suburbanos’ en términos de Salomon son una comunidad con una
3 No se puede deslegitimar como procesos nacionales y globales como el movimiento
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existencia y dinámica viva frente a los grandes centros políticos y económicos y por
tanto con su propia lógica y voz:
El indígena suburbano (sea en tiempos incaicos, sea en la actualidad) cuando mira
hacia el centro de Quito ve un poder imperial, civilizador, expansionista,
centralizante: y cuando toma su vista hacia las afueras, ve una realidad contraria:
ajena al gobierno estatal, ajena a la civilidad, extremadamente descentralizada,
insumisa y libre (Salomon, 471).
Frente a una historia de Quito que ha buscado siempre contarse desde la historia
oficial como moderna, señorial y blanco-mestiza dado que la historia oficial ha
empatizado inevitablemente con el vencedor (Benjamín, 21) y ha logrado el
desaparecimiento de muchas ‘luciérnagas’ en términos de Didi-Huberman, la
Yumbada de Cotocollao se configura como un espacio material, corporal y lingüístico
de una historia diversa, compleja, suburbana, que persiste y que combina lo mestizo
con lo indígena, lo urbano con lo rural, la tradición y lo contemporáneo, reflejando
esta realidad de ‘discontinuum’ que tiene la vida social auténtica, en palabras de
Benjamín, y que refleja la misma complejidad que envuelve a la ciudad de Quito en
otros aspectos. Los grupos olvidados se convierten en ‘sujetos del conocimiento
histórico’ en su combate a través de la danza (Benjamín, 25) y evitan a su manera que
la cultura sea convertida “en un instrumento de la barbarie totalitaria, confinada como
está en el reino mercantil, prostitucional, de la tolerancia generalizada” (Huberman,
5
30).
BIBLIOGRAFÍA:
• Benjamín, Walter. 2005. “Sobre el concepto de historia”. En Tesis sobre la
historia y otros fragmentos. Contrahistorias: México.
• Didi-Huberman, Georges. 2014. Pueblos expuestos, pueblos figurantes.
Argentina: Manantial.
• Didi-Huberman, Georges. 2009. La supervivencia de las luciérnagas. Madrid:
Abada Editores.
• Kingman, Eduardo. 2009. Cultura popular, vida cotidiana y modernidad
periférica. Quaderns 25. Disponible en:
http://www.raco.cat/index.php/QuadernsICA/article/viewFile/193723/328575
• Salomon, Frank. 1992 [1981]. “La Yumbada: un drama ritual quichua en
Quito”. En Ciudad de los Andes: visión histórica y contemporánea. Quito:
FLACSO.