I. Introducción:
A. Mi trasfondo:
TCRS
3 años en Hosp. psiq para adolescentes, muchos de los cuales habían intentado
adultos
1 año servicio de emergencia psiq
8 personas q se suicidaron
como 6 más con el deseo
B. Mi experiencia como consejería
El suicidio es algo de lo cual evitamos hablar en público, y nos preguntamos de ello en
privado. Quizá por haber estudiado psicología y consejería tantos años, yo tomaba las
señales de advertencia del suicidio como algo dado por sentado, que todos ya saben.
Por eso fui sorprendida en gran manera cuando aconsejé por primera vez a una
persona que perdió un ser querido por suicidio. No me sorprendió tanto el hecho del
suicidio—el esposo de mi aconsejada no buscaba consejo, solo había venido una vez
con ella. Apenas lo conocí. Pero lo que ella me contó después es lo que me horrorizó.
Ella mencionó prácticamente todas las señales típicas que nos deben advertir que una
persona está pensando en quitarse la vida. Sentí como si estuviera leyendo un texto
de consejería. Como es el caso con la vasta mayoría de suicidios, él había comunicado
a su esposa en varias maneras su intención de quitarse al vida. De hecho, él le había
dado a su esposa todas los signos clásicos. Pero ella no me había compartido ninguno.
Sin embargo, ahora estaba recordando y entendiendo—demasiado tarde—los signos
que él le había estado dando por casi un año. “¿Cómo pudo ella ignorar tantas
advertencias?” –pregunté. ¿Puede ser que ella quiso que él se quitara la vida, para ser
librada de este matrimonio infeliz? Esa última pregunta no tenía caso, porque al fin,
cada uno es responsable delante de Dios por sus propias acciones. Nadie es
responsable, en el sentido más estrecho de la palabra, por el suicidio de otro.
Entonces, tuve que concluir que ella no había sido educada para reconocer y
responder a las señales que para mí eran tan obvios y familiares. El suicidio no es un
acto al azar. En la mayoría de los casos la persona da pistas notables de sus
intenciones. Entonces parte de lo que voy a hacer hoy es repasar las señales que
indican riesgo de suicidio.
Se habla de “víctimas de suicidio,” pero no es una manera precisa para hablar del
asunto. Casi todos nosotros hemos presenciado el dolor de una persona deprimida,
sufriendo. Sin embargo,
hay la voluntad humana, la voluntad que es libre a decidir, no está “desactivada”
o quitada en tales personas.
Siguen siendo moralmente responsables.
A veces la depresión de alguien está arraigada específicamente en sus propias
decisiones, como en el caso de Caín (Gén. 4:6). Sin embargo, en cada instancia,
inclusive cuando hay un factor biológico, nosotros hacemos sentido de nuestras
circunstancias, y nuestra respuesta a ellos está arraigada en el corazón. Por eso, el
suicidio es una decisión, y es una decisión pecaminosa.
Nos cuesta imaginar que un cristiano pudiera desear suicidarse, y con razón. Pero, por
el otro lado, sabemos que hay una brecha entre lo que creemos y lo que hacemos o
vivimos...y cerrar esta brecha es lo que estamos haciendo, santificación progresiva.
1
Pues esta brecha puede incluir perder la vista de Quién es Dios. De hecho, la
cosmovisión de un Cristiano que comete suicidio y un incrédulo es básicamente la
misma. La experiencia de un dolor insoportable, alineación interpersonal, y la
desesperación son similares. La lucha con “necesidades percibidas” no satisfechas y
la creencia de que no hay soluciones a sus problemas son los mismos. La diferencia
parece ser que los inconversos no tienen ni la luz ni la verdad, mientras los Cristianos,
quienes sí tienen luz y verdad, tienen dificultad en mantenerse enfocados en lo que
creen que es verdad.
En la mera pregunta hay una contradicción: Cree en un Dios que tiene el poder para
condenar por la eternidad, pero no tiene el poder suficiente para rescatarle ahora en
medio de sus problemas. Creo que nosotros líderes pueden compartir la culpa en esto,
si hemos fallado en no enseñar una teología de sufrimiento. La tendencia es enseñar o
implicar que si tú sigues a Cristo, Él te va a solucionar todos tus problemas, mientras
la enseñanza de la Biblia es que vamos a sufrir. 1 Ped tiene las palabras espantosas
acerca de sufrir injustamente: ¡ “para esto fueron llamados”! (1:21) No es que Dios
siempre te va a sacar de los problemas, sino que lo que Dios promete es que te va a
sostener en medio de ellos.
Las creencias que resultan en una decisión de suicidarse fluyen de la misma fuente
que una depresión leve. Las mismas falsas creencias están detrás de la depresión (no
hablando de la minoría de depresión que tenga origen físico) están detrás de la falta
de esperanza menos severa. Y las mismas verdades bíblicas son indicadas.
Sin embargo, la amenaza del suicidio es una emergencia de consejería. Por eso, los
pastores deben saber
(1) los factores o hechos que predicen el suicidio y
(2) procedimientos para intervención en una crisis.
Descripción de los pensamientos que caracterizan la vida interior de alguien que está
contemplando el suicidio
Se nota que descripción no es explicación. Dolor interior extremo, alineación
interpersonal, y la falta de esperanza son lo que se ve en la superficie. Sin embargo,
estas reacciones humanas vienen del sentido que construimos de nuestras
circunstancias. Fundamentalmente, el significado que damos a las cosas es o
teocéntrico—y capaz de dar respuestas --o antropocéntrico, y así falla en ofrecer
explicaciones profundas. Nuestra decisión a interpretar nuestras circunstancias
(incluyendo predisposiciones biológicas) a través de nuestra relación con Jesucristo,
es, según la Biblia, lo que al fin da forma a nuestras experiencias y elecciones. Por el
hecho de que el suicidio es la reacción de un corazón pecaminoso, no puede ser
reducido a experiencias psicológicas. A veces es difícil recordar esto, debido a las
dimensiones trágicas de suicidio. Cuando alguien se quita la vida, buscamos razones
o circunstancias para explicar la decisión. Es un misterio para ser resuelto, y el testigo
principal no puede testificar, y a menudo deja pocas pistas o indicaciones. Así que
frecuentemente hablamos de la descripción como si fuera la explicación: “Se suicidó
porque no tenía esperanza.” “Se suicidó ella porque no podía perdonarse a sí misma.”
Demasiadas veces, sin embargo, fallamos en penetrar el velo de desesperanza para
ver el corazón que ha divagado de la verdad que le trae paz. Por esta razón, la
2
observación de Berkouwer acerca de la insensatez fundamental del pecado es
apropiada:
Por consiguiente, cada esfuerzo para “explicar” o “de-mistificar” el pecado
implica un descubrimiento de un “sentido": donde ningún sentido se puede
encontrar, la mera idea de “explicar” es imposible. Uno no puede encontrar
sentido en lo insensato ...el pecado no puede ser explicado en términos de sus
factores componentes, y no puede ser hecho “explicable.” Hemos visto que todo
intento en esta dirección solo puede terminar, inevitablemente, en auto-excusa.
La insensatez del pecado del hombre es el enigma del pecado, y precisamente
esta carencia de sentido excluye nuestro pecado de la categoría de misterios que
penetramos y solucionamos por medio de análisis. El pecado es enigmático e
inexplicable simplemente porque no tiene presuposiciones, ni causa. 1
descripciones de la mente de una persona suicida no explican el hecho. Debemos
considerar la persona en relación con Dios.
El hombre es un ser que existe en relación de pacto. En 2Cor. 4, Pablo describe los
creyentes como “vasos de barro” como común alfarería, no llamativa, hecha útil y
valiosa a causa de las riquezas de Cristo “contenidas” adentro. Somos hechos
comunes para asegurar que Dios reciba el honor por lo que es hecho (4:7; cf. Jueces
7:2,3), pero también somos sujetos a dificultades. La mayoría de nosotros hemos
experimentado alguna prueba o profunda decepción en nuestras vidas. La mayoría de
nosotros hemos clamado en medio de una noche oscura del alma. Pablo, también,
describe momentos de angustia (4:7-9). No obstante, al fin los llama “leve tribulación
momentánea” (4:17). ¿Por qué? Menciona tres cosas:
1. Su vida entera, inclusive sus pruebas más difíciles, es vivida con propósito
(4:10-12,15). Voluntariamente aguantaba el sufrimiento por causa de la
cosecha de su sufrimiento.
2. Toda su vida vivió en relación al futuro (4:17,18). Aflicción llega a ser “leve” y
momentánea (aguantable) cuando es comparado con el premio que está
ganando: LEERLO: 2Cor.4:17. Tenemos que hacer la comparación: La idea de
que la gloria pesa más que el sufrimiento es algo que primero creemos por fe, y
vamos internalizando más y más. Es aquí, a esta realización, es a donde quieres
que el aconsejado llegue---pero no será pronto, y no por medio de tú
minimizando su dolor. No es necesariamente que nuestro dolor disminuya, sino
que nuestro amor a Dios y fe crezcan en contraste.
3. Pablo vive toda su vida siendo renovado diario por el Espíritu Santo (4:16; Ef.
3:16; Col. 1:11). En otros textos, describe la renovación como algo que le
fortalece y le da poder. Es fortalecido diario para desempeñar los deberes que
Dios le ha dado. Renovación nos capacita para aguantar el sufrimiento por
Cristo. Pablo hace una observación parecida en Fil. 3:10 “Lo he perdido todo a
fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su
resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su
muerte.” Esto es especialmente iluminador dado que el pensamiento suicida
típicamente viene de las decepciones cumulativas de la vida. Nota que Pablo
dice, en adoptar la mente de Cristo, el peso de la prueba mas difícil no le
aplasta; la confusión no acarrea a la desesperación; y la persecución no es
experimentado como abandono (4:8-9). Esto es lo que quiere decir, ser un ser
viviendo en pacto con Dios.
1
G.C. Bekouwer, Studies in Dogmatics: Sin (Grand Rapids: William B. Eerdmans, 1971) pp. 134-
135.
3
El suicidio es un hecho pecaminoso. Dado que es un hecho nacido de dolor o tristeza
te puede dificultar hablar del aspecto pecaminoso con familia y amigos de alguien que
se suicidó. Pero si sospechas que la familia cree que es “el pecado imperdonable” yo
intentaría entablar conversación con ellos acerca de esto. Puedes traer algo de alivio
en explicárselo.
Dice el Dr. Jeff Black, un consejero bíblico, que está muy dispuesto a discutir por largo
tiempo la dimensión pecaminosa del suicidio con un Cristiano deprimido, pero no
primordialmente como una amonestación preventiva. En este aspecto, señalar que el
suicidio es pecado tiene utilidad limitada como un disuasorio. Por el otro lado, como
medio para explorar la cosmovisión del aconsejado, hablar del suicidio como pecado
es oro puro. El hecho de que una persona deprimida y suicida a menudo se ve en el
papel de una víctima impotente, mientras la Biblia lo llama pecado, demuestra el
cambio que tiene que ocurrir en su pensamiento sobre el transcurso de tiempo.
Específicamente mi meta no es llamar al aconsejado a arrepentirse de quebrantar una
ley particular, sino es socavar su pauta de racionalización egocéntrica (y por ende)
pecaminosa. Aunque el suicidio es un hecho profundamente trágico, es al fin una
expresión de egocentrismo, ambos existencialmente y teologógicamente. Este tipo de
egocentrismo está en contra de nuestra posición como criaturas responsables a un
creador.
El egocentrismo existencial se muestra cuando la idea “la vida es insoportable y
necesito escapar” llega a ser el foco del pensamiento. Mientras alguien se mueve
hacia la decisión de tomar su vida, tiene que resolver la ambivalencia acerca de las
consecuencias de su acción. Tiene que minimizar preocupaciones por los miembros
de la familia quienes son dejados a lidiar con la secuela de pérdida personal,
responsabilidad aumentada, culpabilidad, remordimiento, etc. La persona minimiza o
reduce los efectos de la pérdida: “No me necesitan ahora, no me echarán de menos
cuando yo me haya ido.” Él sobreestima la habilidad de los sobrevivientes a lidiar con
la pérdida: “Los niños son fuertes. Lo superarán.” Anula el derecho del superviviente
a experimentar la pérdida: “Ellos entenderán que mi dolor fue insoportable. Harían lo
mismo si estuvieran en mi lugar.” En estas maneras, la persona racionaliza su
decisión a matarse.
Considera esto: Mientras la asociación de la depresión y el suicidio es natural y obvia,
también es verdad que no toda persona que es deprimida es suicida, y no es que cada
persona suicida está deprimida. La amargura, el enojo, y el rehusar a perdonar son
rasgos comunes del pensamiento suicida. En algunos casos, el suicidio llega a ser “la
última palabra” en un argumento. Puede ser un medio de castigar a un cónyuge,
padre, amigo o aun hijo por alguna herida o algún insulto. Si el enojo puede ser una
expresión del enfoque en uno mismo, entonces el suicidio es un hecho agresivo de
[una persona] autoabsorta.2
Este egocentrismo se ve en el hecho de que el suicidio es una expresión extremo de
autonomía. Está en contraste con como la Biblia presenta al hombre: como alguien
que sabe que existe como una criatura viviendo en relación con Dios su Creador. Como
criatura, es diseñado y sostenido por Dios, y pertenece a Dios, no a sí mismo. [Es una
de las maneras en que diferimos de la cultura. La cultura dice, “Es tu vida” y algunos
se dan cuenta de que pueden llegar a ser inconsistentes con su propia filosofía en
decir “No te puedes matar.” De hecho, en mi búsqueda en el internet, encontré una
página web que se llama
El suicidio: un derecho civil
por Lawrence Stevens, J.D.
2
La lógica interior también varia tras culturas, tanto como entre individuos. Infórmate bien.
4
Traducido por César Tort, Ciudad de México, México
Otra vez, nuestra perspectiva es que todo pertenece a Dios y creó todo y sostiene
todo para su gloria, inclusive nosotros.. Pertenecemos a él. Somos sólo mayordomos
de nuestros cuerpos.
El aconsejado suicida tiene que ignorar el testimonio del Espíritu Santo en ese
aspecto. Porque seguramente Dios habla al creyente suicida frecuentemente, no tan
solamente acerca de ser criatura, sino también del pacto hecho por su causa, que ha
sido comprado por sangre y pertenece a Dios (1Cor. 6:19-20). Para enfatizar esto, el
consejero intenta destrozar la idea de que alguien que contempla tomar su vida es
una víctima de la vida, quien es desdichada, herida, y debilitada, y que el suicidio es
una expresión algo noble de su fragilidad y la falla de Dios en no rescatarle.
6
intentos fallados a suicidarse o reclamas para atención y ayuda. Sin embargo, indican
varias razones por las cuales hay que preocuparse:
Primero, tales errores en auto-medicarse puede ser fatales. Pueden pensar que
“más” es mejor o más eficaz en distanciarle lo más posible de su dolor.
Interesantemente, inclusive los aconsejados con un trasfondo en una profesión
médica todavía caen en estos pensamientos distorsionados.
Segundo, escapismo es un rasgo común de la depresión y fácilmente llega a ser
un hábito. El hábito de auto-medicarse así puede hacerle más fácil para el
aconsejado suicidarse si su intención cambia.
El dolor psíquico es difícil a definir e imposible a medir. Sin embargo, el nivel del dolor
experimentado por el aconsejado es un factor crucial para evaluar un intento
suicida. ...(top rt p. 15) (Distinguimos entre dolor psíquico y dolor somático. A menudo
el aconsejado deprimido reportará que su dolor psíquico acarrea al dolor físico, por
ejemplo, dolor de cabeza o nauseas.)
Al intentar identificar el dolor, los aconsejados pueden asociarlo con experiencias
específicas (culpabilidad, vergüenza, soledad, alineación, abandono, desesperanza).
Los aconsejados también describirán su dolor a través de sus efectos debilitantes.
Estos efectos pueden ser internos: falta de concentración, inhabilidad de hacer
decisiones, y nuevos temores de varios tipos. Pueden ser externos: desempleo,
pérdida de un ser querido, quiebra. La perspectiva de que este dolor está arruinando
su vida combinado con la creencia de que su vida será así para siempre son creencias
que desembocan en el suicidio.
Ubica la fuente del dolor por medio de comparar la perspectiva del aconsejado y la de
Dios.
Aconsejados deprimidos que tienen ideas suicidas usualmente asocian su dolor
con alguna necesidad percibida estorbada. Ejemplo: el buen trato de mi
esposo/novio, la libertad de trabajar fuera de la casa...
Segundo, han llegado a creer que no tienen la capacidad de aguantar el dolor de
no tener esta “necesidad” satisfecha.
Tercero, sienten desesperadas y convencidos de que son incapaces de efectuar
cambio en ellos mismos o en sus circunstancias. Esto es una media verdad. Son
incapaces de cambiar el pasado y varias circunstancias actuales, y a sólo son
incapaces de cambiar a sí mismo. Pero en Cristo, somos capaces de crecer y
mejorar. Es la obra del Espíritu santo en nosotros.
El mecanismo que acarrea al suicidio es dinámico. Una crisis usualmente sirve como
catalizador, llegando a ser el punto de enfoque para las emociones y los pensamientos
del aconsejado. Tales crisis incluyen factores que están en el folleto que repartimos,
bajo:
Señales de advertencia
8
Pesimismo acerca del futuro
Ha formulado un plan
Ha obtenido los medios
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1. Problema precipitante: Evaluación de la intención suicida empieza con repasar
el evento de crisis precipitante. Esto es lo que actualmente aflige la persona. A
veces puedes estar inclinado a pasar por alto el evento significante y, en lugar,
hablar de su depresión o ideas suicidas, si crees que la persona está en peligro.
Usualmente esto le frustrará porque para él, el evento es la razón. A menos
que el aconsejado ya ha intentado contra su vida o estaba al punto de hacerlo,
usualmente es una ayuda desarrollar un retrato más extenso de él que incluye
los eventos que le están pesando ahora.
2. Trasfondo: Intenta ubicar la crisis actual dentro del panorama más grande de la
historia del aconsejado: relación con Cristo, pautas de buenas o malas
habilidades de lidiar con problemas, otros problemas además del problema
actual, experiencias de consejería anteriores, breve historia médica, pautas de
sueno alterado, etc.
3. Abuso de sustancias: Hay una conexión fuerte entre el abuso de sustancias y el
suicidio. Datos reportados por los National Institutes of Mental Health (NIMH,
Institutos Nacionales de la Salud Mentl) indican que los factores que más
indican riesgo de intentar suicidio en adultos son la depresión, abuso del
alcohol, uso de la cocaína, y la separación y divorcio. Los factores que más
indican riesgo de intentar suicidio en jóvenes son la depresión, abuso de alcohol
o drogas, y conductas agresivas o revoltosas. Es probable que una persona que
intenta suicidarse tiene un problema preexistente con alcohol o drogas. Los
datos no apoyan la idea de que si alguien tiene un problema con tomar, sea
probable que intente suicidarse. Tampoco dice que hay una conexión causal
entre el abuso de sustancias y el suicidio. Pero date cuenta que frecuentemente
se ven juntos.
4. Además, para nuestros propósitos, los datos acerca del uso de sustancias entre
los Cristianos evangélicos es probablemente menos del uso en la población en
general, y así probablemente menos entre los Cristianos deprimidos o suicidas.
En evaluar el significado de abuso de sustancia como un factor de riesgo con los
Cristianos, se debe considerar lo siguiente:
Uso actual
Tiempo de abstinencia
El grado de la tentación de usar, reportado por el aconsejada.
Involucramiento con grupos de apoyo para usuarios de alcohol o drogas.
Aconsejados con una historia de abuso de sustancias, que reportan haberla usado tan
reciente como los últimos 6 meses puede ser clasificado como de alto riesgo si uso de
es asociado con depresión. Hay que evaluar individualmente el papel que hace el
abuso de sustancias en como el aconsejado maneja el estrés de su ambiente y los
sentimientos de tristeza o angustia. Los aconsejados que usan drogas o alcohol para
perder conciencia cuando sienten mal, ya son hábiles en hacerlo, acostumbrados a
manipular estado de conciencia para lograr el alivio que quieren. Uso frecuente (de
sustancias) también puede exacerbar la depresión, desembocando en un ciclo
peligroso y pecaminoso de irresponsabilidad, culpando el otro, más aislamiento, etc.
Recursos disponibles: Solicita informes del aconsejado acerca de su sistema de apoyo,
incluyendo familia, amigos, hermanos de la iglesia, consejeros anteriores, etc.
Personas que conocen bien a tu aconsejado podrían proveerte información colateral
acerca de previas depresiones, previos intentos a suicidarse, etc. Amigos o miembros
11
de la familia deben ser entrevistado, sin esconder el hecho del aconsejado, pero
tampoco sea que se haga en la presencia de él o ella. A veces ellos pueden ser más
objetivos acerca de las experiencias del aconsejado, y puede ser que te den una
cronología de los problemas del aconsejado. Esto también te ayudará a evaluar
cuanto ayuda ellos podrán ofrecer en el evento de una crisis.
Pensamiento, Razonamiento, e intención suicidas. Evaluar la intención suicida no es
fácil. Las cosas no siempre son lo que parecen ser, aunque es verdad que el
pensamiento precede la acción. No es necesariamente el caso que más pensamientos
de suicidio quiere decir una probabilidad más alta del hecho de suicidio.
Generalizaciones y estadísticas nos pueden servir como marcadores, pero no pueden
sustituirse por la sabiduría y el discernimiento. Clark and Fawcett (1992) proponen
desarrollar un cuestionario “ascendente” de pensamientos y comportamientos
suicidas. Esto quiere decir que el consejero debe empezar con hacer preguntas muy
generales acerca de pensamientos suicidas, a las cuales el aconsejado esté dispuesto
haber pensado, y luego explorar hasta qué grado el aconsejado ha enriquecido estos
pensamientos con detalles y planes.
Dado que el dolor es el ímpetu tras la mayoría de hechos suicidas, Propongo (Jeff
Black) primero evaluar la experiencia emocional del aconsejado. Asignar algun tipo de
valor o número al dolor es un elemento importante en evaluar la probabilidad de
suicidio.
Usualmente pido que el aconsejado asigne un número a su dolor, entre 1 y 10, y que
me dé una descripción para cada número. Frecuentemente le pido que diga
específicamente cuál número iguala “insoportable.”
También usualmente le pide que relacione su grado de dolor con sus estrategias para
resolver problemas. ¿Qué haces cuando estás experimentando dolor de nivel 4?”
¿Qué harías para quitarte el dolor de nivel 4? ¿Cómo podrías reducir el dolor de nivel
6, lo cuál asociaste con perder tu empleo, a nivel 2? Estos tipos de preguntas te
ayudan no tan solamente identificar el grado del dolor, subjetivamente definido, sino
también te ayuda poner al descubierto su creencia subjetiva que el dolor es uno de lo
cual no hay escape. La regla básica en intervenir en una crisis es esta: si el grado de
sufrimiento puede ser reducido un poco, el individuo quizá escogerá vivir.
En evaluar intención de suicidarse, podrías decir esto al aconsejado: “Cuando
personas se sienten como tú dices, no es inusual que piensan que sería mejor estar
muerto, para que el dolor se le quite. ¿Has pensado así alguna vez?” La mayoría de
personas deprimidas piensan en el suicidio de vez en cuando y, por eso, contestarían
afirmativamente.
El segundo paso es determinar la frecuencia de pensamientos suicidas activos y
pasivos, y cuan intensos y apremiantes son. Parte del proceso incluye preguntarle al
aconsejado si alguna vez ha hablado con otra persona acerca del suicidio. Personas
preocupadas con suicidarse a menudo se lo dirán a alguien o directamente o
indirectamente. Su intención también puede ser explorado por medio de preguntar
acerca de cómo él o ella siente acerca de eventos por venir, y por medio de tomar
nota de algún cambio de conducta, como regalar pertenencias valoradas o un interés
repentino en pagar deudas viejas o resolver conflictos.
Planificar un suicidio involucra escoger un método, obtener los recursos para llevar a
cabo el suicidio, y determinar estrategias para minimizar la probabilidad de
interrupción o intervención. El consejero puede pedirle al aconsejado que nombre
todas las maneras en que ha pensado matarse—disparo, ahogarse, sobredosis,
12
ahorcarse, etc. Luego, usando esta lista, el consejero debe hablar con el aconsejado
acerca de cada uno, en el orden en que fueron presentados. El propósito de esto es
explorar cuanto tiempo el aconsejado ha dedicado a planificar los detalles de un
suicidio por tal método. Cuando un aconsejado parece absorto en un “guión mental”
asociado con un método particular, y especialmente cuando ha empezado a tomar los
pasos necesarios o ensayarlos de acuerdo con este guión, el consejero debe
considerar el aconsejado como alguien de alto riesgo. ¿Ha adquirido los medios o
obtenido los recursos para llevar a cabo este plan? ¿Es un plan que lograría minimizar
la posibilidad de interrupción? Al fin, ¿qué tipo de daño físico no letal es probable en
el caso que el intento falla?
El consejero debe también preguntar acerca de experimentos con comportamientos
suicidas. ¿Ha ingerido algunas pastillas, para ver cómo es el efecto, ha atado
cosas alrededor de su cuello, ha manejado auto a alta velocidad, o practicado con
una pistola vacía para ver cómo se siente? Ensayos ayudan al aconsejado a
resolver cualquier ambivalencia que pueda tener acerca del acto de suicidarse.
Algunas de las pistas más significantes que indican que un suicidio es inminente
ocurren en la forma de acciones experimentales o tentativas, con apariencia
benigna. Cuando el aconsejado es preguntado acerca de tales ensayos, está
dispuesto a expresar el otro lado de su ambivalencia (la renuencia), o negar que
las acciones tengan algún significado. Sin embargo, los ensayos deben ser vistos
como conducta altamente predicativa de la intención del aconsejado, y no deben
ser pasados por alto, ni descartados fácilmente.
Un fin noble: En algunas instancias, cuando el aconsejado ha reflexionado acerca del
valor de la vida, razones para vivir, y razones para morir, puede ser que empieza a
desarrollar una noción falsa de la “nobleza” de su acción propuesta. La decisión a
morir le puede parecer un acto autosacrificante, uno que permitiría que su familia y
amigos sean menos cargados, y así poder seguir adelante en sus vidas. Una
aconsejada anoréxica una vez dijo que el suicidio era “un hecho auténtico de control”
sobre su vida. Quería asignar algún tipo de belleza estética a su iniciativa a matarse.
Esto deb ser tomado como un indicador siniestro de intención, y tal aconsejada debe
ser vista como un caso de alto riesgo.
En los años que yo (Jeff Black) he estado involucrado en la consejería bíblica, no he
comprendido por completo la desesperanza y desesperación en un creyente que haga
la muerte más atractiva que la vida. Oro que mi habilidad a ver más allá de lo
abstracto no es meramente la carencia de una empatía verdadera para alguien que
lucha con la depresión. Espero que sea una visión para Cristo y Su reino que mantenga
el “sentido” verdadero del suicidio fuera de mi alcance. Como consejeros bíblicos,
mantenemos la perspectiva personal de Pablo acerca de las luchas y tristezas de la
vida que la iglesia enfrenta, y esperamos que nunca tengamos que ayudar a alguien a
hacer sentido de lo insensato.
Si alguien ha estado deprimido o a punto del suicidio y de repente parece más feliz, no creas que el
peligro ha pasado. Una persona, después de haber tomado la decisión de quitarse la vida, puede
encontrarse "mejor" o sentirse más aliviado por haber tomado esta decisión. Además, una persona
muy deprimida puede faltarle la energía de poner en acción sus pensamientos de suicidio. Una vez
que recupere sus energías, fácilmente puede seguir adelante y hacerlo.
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Es una idea equivocada preguntar a las personas si piensan en el suicidio. El hablar del
suicidio puede darles la idea de que deben hacerlo.
Es posible que la gente crea que es más seguro no hablar del suicidio con alguien que lo está
considerando. Al contrario, el hablar les ayudará a hacer frente con algunos de los problemas
importantes concernientes y aliviar la tensión. La disposición de escuchar indica que la gente
se preocupa y desea ayudar.
Si una persona deprimida o a punto del suicidio se encontrara mejor, esto generalmente
quiere decir que el problema se ha solucionado.
La mayoría de las personas hablan de ello o hacen algo que indique que se van a matar. No
tienes por qué culparte por no haberlo detectado. Pero si estás preocupado por alguien que
conoces no dejes de leer todo acerca de las señales de aviso que puedes apreciar antes de un
intento de suicidio y también entérate lo que puedes hacer para ayudar.
En muchos países, el mayor riesgo de quitarse la vida está entre los hombres de 18 y 24 años
de edad.
Los signos más fuertes e inquietantes son verbales – "no puedo seguir
adelante", "ya nada me importa" o incluso "estoy pensando en acabar con
todo". Los comentarios de esta índole hay que tomarlos siempre en serio.
Otras advertencias comunes incluyen:
Estado de depresión o abandono.
Comportamiento temerario.
Poner orden en los asuntos y regalar posesiones de valor.
Un cambio radical en el comportamiento, actitud o apariencia.
Abuso de drogas o alcohol.
Sufrir una pérdida importante o cambio de vida.
La lista siguiente expone más ejemplos que pueden dar señal de que
alguien esté contemplando el suicidio. Naturalmente, en la mayoría de los
casos estas situaciones no terminan con el suicidio. Sin embargo,
generalmente, cuanto más señales da una persona, mayor es el riesgo del
suicidio.
Situaciones
Abuso sexual o físico.
Historial familiar de suicidio o violencia.
Fallecimiento de un amigo íntimo o miembro de la familia.
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Divorcio o separación marcando el fin de una relación.
Pobres resultados académicos, próximos exámenes o resultados de los
mismos.
Pérdida del trabajo, problemas en el trabajo.
Procesos legales inminentes.
Encarcelamiento reciente o próxima excarcelación.
Comportamiento
Llantos.
Peleas.
Infracciones a la ley.
Irreflexiones.
Auto herirse.
Escritos acerca de la muerte y suicidio.
Comportamiento previo de suicidio.
Extremos en el comportamiento.
Cambios en el comportamiento.
Cambios físicos
Falta de energía
Desequilibrio en el sueño – dormir demasiado o demasiado poco.
Falta de apetito.
Aumento o pérdida repentinos de peso.
Aumento en las enfermedades sin importancia.
Cambio en el interés sexual.
Cambio repentino en la apariencia.
Falta de interés en la apariencia.
Pensamientos y emociones
Pensamientos hacia el suicidio.
Soledad – Falta de apoyo de la familia y amigos.
Rechazo, sentirse marginado.
Profunda tristeza o culpabilidad.
Incapacidad de enfocar las cosas.
Soñar despierto.
Ansiedad y estrés.
Inutilidad.
Pérdida de auto estimación.
Si estás preocupado por un conocido, no dejes de leer nuestras
páginas referentes a cómo ayudar.
Ayuda a un amigo o familiar que esté al borde del suicidio.
Calla y escucha!
Si alguien se encuentra en estado deprimido o al borde del suicidio, nuestra
respuesta inmediata es la de ayudar. Ofrecemos consejos, intercambiamos
nuestra propia experiencia, intentamos buscar soluciones.
Mejor sería callar y escuchar; las personas que están pensando en
suicidarse no quieren oír respuestas o soluciones. Buscan un refugio donde
poder expresar sus temores y preocupaciones, para ser ellos mismos.
16
El escuchar – el escuchar de verdad – no es fácil. Tenemos que controlar el
deseo de decir algo, hacer un comentario, ampliar un relato u ofrecer
consejos. Necesitamos escuchar no solo los hechos que nos está contando
dicha persona, sino también entender los sentimientos que han dado lugar a
los mismos. Necesitamos comprender los acontecimientos desde su punto
de vista, no del nuestro. A continuación se detallan algunos puntos que se
deben tener en cuenta si se está ayudando a una persona que está a punto
de quitarse la vida.
Escuchar
Recibir consejos. Los sermones no ayudan. Tampoco ayuda la sugerencia
de "anímate" o asegurarles que "todo saldrá bien". No analices, compares,
califiques o critiques.
Escuchar
Ser interrogados. No cambies de tema, no compadezcas o condesciendas.
El hablar de los sentimientos es difícil. Las personas al borde del suicidio no
quieren ser apuradas o tener necesidad de defenderse.
Escuchar
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Depresión
La mayoría de las personas se sienten deprimidas en algún período de
su vida, pero para algunas estos decaimientos son más intensos y
duran más tiempo.
Este tipo de depresión no "desaparece" por su cuenta y el decir a la persona
"anímate" o "serénate" no sirve de nada. No es tan sencillo.
Pero hay esperanza. La depresión es una condición médica que por regla
general puede ser tratada. Un médico puede prescribir medicamentos o
terapia – o una combinación de los dos tratamientos.
Lo importante es buscar ayuda.
Estar atentos a los siguientes síntomas:
Temperamento deprimido – la mayor parte del día, todos los días.
Cambios de temperamento – alegre un minuto, triste el siguiente.
Falta de energía y de interés por la vida .
Irritabilidad y agitación.
Desequilibrio en el sueño – dormir demasiado o demasiado poco.
Importante pérdida o ganancia de peso.
Creencias de inutilidad y culpabilidad.
Dificultad en concentración y en pensar con claridad.
Insensibilidad hacia el sexo.
Pensar en la muerte y la opción al suicidio.
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6. El suicidio es más común entre los 6. El suicidio afecta al rico, al pobre y a la
ricos. clase media
por igual.
8. Mejora después de una crisis suicida 8. Cuando una persona suicida empieza a
significa sentirse mejor,
él o ella todavía se confrontará con problemas
que el riesgo suicida se acabó.
y
responsabilidades. Esto puede ser muy difícil y
puede
conducir a un retorno de los pensamientos
suicidas.
Puede tomar meses para sentirse
sistemáticamente
mejor y en control.
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