Hombre no por el abdomen y las placas glúteas/ sino por sus corrientes […] hombre-chivo/
hombre con crestas/ con espinas/ en escorzos/ hombre con copete, galvanizando sus andrajos
[…] Deseo que ladra en lo negro es la forma multiforme de ese ser // brazos que parecen
trompas// Alegría de la vida motriz/ que mata la meditación del mal/ no se sabe a qué reino
pertenece/ la hechizante hornada que surge saltando/ animal y hombre […] signos no para
una zoología/ sino para la figura de los demonios desenfrenados (La nuit, 10-18).
Si alguna mente de ese tiempo puede ponerse en contacto con lo que quede de mí, que intente
la experiencia, tal vez todavía haya algo que hacer con mi persona. Prueben.
No me den por muerto porque los diarios hayan anunciado que ya no estoy. Me haré más
humilde de lo que soy ahora. Será preciso hacerlo. Cuento contigo, lector, contigo que me
leerás algún día, contigo lectora. No me dejes solo con los muertos como un soldado en
el frente que no recibe cartas. Elígeme entre ellos, por mi gran ansiedad y mi gran deseo.
Háblame entonces, te lo ruego, cuento con ello.
A menudo se pregunta por qué los jóvenes de esta generación están desesperados. Porque se
dan cuenta de que son sacrificados. Vislumbran la hermosa época. Pero no vivirán en ella.
¿Cuál de ellos no aceptaría detener su vida actual para vivir en el año 2500?
Tal estado de ánimo es nuevo en el mundo; antes no se esperaba del futuro todo lo que
nosotros esperamos (Ecuador, 16)4.