Anda di halaman 1dari 10

Caracas 25/01/18

Instituto de teología para religiosos-UCAB

III Año de Filosofía

Filosofía Moderna

El Racionalismo
Descarte Padre de la Modernidad vs
David Hume

Profesora:

Oriana Pineda

Estudiante:

Yuder Medina
El racionalismo es una corriente filosófica del s. XVII que se desarrolla especialmente en
Francia, Holanda y Alemania, el filósofo Hegel considera que Descartes es el Padre de la
modernidad y asimismo, del racionalismo. El racionalismo propone a la razón como única fuente
de la verdad, contrariamente a lo que afirma el dogma de la fe, y de lo que nos revelan los
sentidos o la imaginación, que puede ser dudoso. Leibniz, Spinoza, Malebranche son también
importantes filósofos racionalistas.

Las principales características del racionalismo son:

Preocupación gnoseológica (conocimiento) y metafísica.

Absoluta confianza en la Razón como única fuente de conocimiento cierto. Descreimiento en


el valor de conocimiento de los sentidos.

Creencia en las ideas innatas.

Subjetivismo.

Búsqueda del método (inspirado en las matemáticas)

El racionalismo considera que la Razón es la única facultad que puede conducir al


conocimiento de la verdad. No necesita ni de la tradición (escolástico-aristotélica), ni de la fe, ni de
los sentidos, ni de ninguna otra instancia para alcanzar su objetivo. La razón es por sí sola
suficiente. Como vemos, para los racionalistas, el problema fundamental de la filosofía es el del
conocimiento (gnoseología). La razón es el origen del conocimiento. Y sólo los conocimientos que
se basen en la razón son ciertos.

Los sentidos son engañosos, y por lo tanto hay que dejarlos al margen, porque de ellos no
puede provenir ningún conocimiento cierto, sólo aparente. El poder de la razón consiste en la
capacidad de sacar de sí misma las verdades primeras y fundamentales. Estas "verdades primeras
y fundamentales" son las "ideas innatas", ideas a las que el hombre puede llegar a través de la
intuición y, a partir de las cuales, puede deducir todas las demás ideas hasta construir el sistema
de pensamiento que refleje fielmente lo que es el mundo. Lo característico de las ideas innatas es
que son, según los racionalistas, evidentes por sí mismas y no necesitan de demostración alguna.
Se consideran ideas innatas las ideas de: "Yo", "Dios" y "Mundo", por este orden.

Otra de las características del racionalismo, a parte de la absoluta confianza en la razón y la


creencia en las ideas innatas, es el subjetivismo. En efecto, si todo conocimiento es básicamente la
relación entre un sujeto y un objeto, y si para conocer un objeto se necesita un sujeto capaz de
conocerlo, es preciso partir de la base de la existencia de un sujeto, y a partir de ahí podremos
conocer todo lo demás. Pero sin sujeto el conocimiento no es posible. El sujeto para los
racionalistas es fundamentalmente un sujeto pensante.

La búsqueda de un método como única vía segura de conocimiento es otra de las


obsesiones de la filosofía moderna en general. Ante la pluralidad de escuelas filosóficas del pasado
que no conducían sino al escepticismo en cuanto que no habían llegado a un criterio único y
universalmente válido para discernir cuál de ellas era la verdadera, los racionalistas asumen la
necesidad de encontrar un método capaz de suministrarnos un saber universal (válido para todos),
tanto a nivel práctico como teórico. El modelo metodológico que se propusieron seguir fue el de
las matemáticas (deductivas), ya que ellas se distinguen por su claridad y certeza. Tanto Descartes,
como Spinoza y Leibniz pretenden deducir a partir de conocimientos ciertos, claros e indiscutibles,
un sistema de verdades que nos proporcionen información certera sobre la realidad. Sólo el uso
correcto del método podría hacer de la filosofía una ciencia.

Los racionalistas identifican razón y realidad, lo cual significa que podemos conocer la
realidad de un modo absoluto a partir de nuestra razón.

René Descartes 1596-1650 nace en La Haye (Turena) y muere es Estocolmo. Fue educado
en el colegio jesuita de La Flèche, en donde estudió filosofía escolástica. Es considerado
unánimemente como el fundador de la filosofía moderna, independientemente de sus grandes
aportaciones a las matemáticas y a la física. René Descartes afirmaba que el sujeto pensante
puede dudar de todo menos de que está pensando. Al situar la verdad en la propia mente del
individuo, el filósofo abrió las puertas al subjetivismo. También señaló que la naturaleza carece de
propiedades y sentido propio. Su destino es el de ser utilizada en provecho del hombre. De ahí su
defensa de la filosofía práctica, cuyo fin es convertirnos en dueños y señores de la naturaleza,
como proclama su gran obra, Discurso del método. Sobre su época de estudiante dice lo siguiente:

"No hay en ella (en la filosofía escolástica) cosa alguna que no sea objeto de disputa y
que, por tanto, no sea dudosa. En cuanto a las demás ciencias, como toman sus principios de la
filosofía, juzgaba yo que no se podía edificar nada sólido sobre cimientos tan poco firmes me
embargaban tantas dudas y errores que, procurando instruirme, no había conseguido más
provecho que el reconocer más y más mi ignorancia, abandoné completamente el estudio de las
letras y, resuelto a no buscar otra ciencia que la que pudiera hallar en mí mismo, o bien en el gran
libro del mundo, empleé el resto de mi juventud en viajar, en ver cortes y ejércitos, en tratar gente
de diversos humores y condiciones, en recoger varias experiencias, en ponerme a mí mismo a
prueba" [Descartes: Discurso del Método]

Con este espíritu independiente Descartes se lanza a la aventura del pensamiento,


intentando hacer borrón y cuenta nueva con la historia de la filosofía, ante la que experimenta un
cierto escepticismo, dado el desacuerdo entre las diversas escuelas con lo que respecta a la
verdad. Comparando a la filosofía con un conjunto de edificios (sistema) podemos leer:

"Los edificios que ha emprendido y acabado un solo arquitecto suelen ser más bellos
que aquellos otros que varios han tratado de restaurar, sirviéndose de antiguos muros construidos
para otros fines. Mis designios no han sido nunca otros que tratar de reformar mis propios
pensamientos y edificar sobre un terreno que fuera enteramente mío"
Si la filosofía no progresa consiguiendo la unanimidad de las otras ciencias es, según
Descartes, porque le falta un método capaz de encauzar sus pasos. A la búsqueda de este método
se lanza Descartes.

Entre las obras de Descartes podemos destacar:

Discurso del método

Meditaciones metafísicas

Reglas para la dirección del espíritu

A parte de ser el primer filósofo moderno por abandonar los esquemas de pensamiento
escolástico-aristotélicos y dar un giro drástico a la filosofía, fue también un famoso matemático.

A todas estas, Descartes partirá de la creencia en la Unidad del ser: en este sentido, la razón
humana es universal, y aunque se aplica a una gran diversidad de campos, permanece idéntica.
Por lo que hace pensar a Descartes que debe existir un método universal para todas las ciencias.
Aunado a esto, al analizar las operaciones de la mente llega a la conclusión de que básicamente
son dos:

La intuición: que es la actividad intelectual mediante la que se captan los conceptos más
simples emanados de la razón: conocimientos ciertos. Por ejemplo: si pienso en un triángulo
intuitivamente sé que es cierto que esa figura geométrica tiene tres ángulos. Es un concepto claro
y obvio.

Y la deducción: que hace Inferencia necesaria a partir de otros conocimientos ciertos. Por
ejemplo: si digo que "un triángulo no es una circunferencia"; o si digo "Pienso, luego existo" estoy
realizando una deducción verdadera porque es lógicamente contradictorio pensar y no existir al
mismo tiempo.

Estas dos operaciones mentales son continuamente utilizadas en matemáticas, y muy


especialmente en geometría. Pues, justamente por eso Descartes, que aparte de filósofo era
matemático, entiende que el mejor método, el más seguro, es el matemático.

Descartes entonces definirá el método como un conjunto de reglas ciertas y fáciles capaces
de suministrar conocimientos ciertos, así mismo distingue cuatro, a saber:

La Evidencia: Que admite sólo como verdadero aquello que nos aparece de modo "claro y
distinto". Clara es la idea que se me presenta intuitivamente como cierta. Distinta es la idea que se
presenta sin estar mezclada con otras cosas, lo simple.

El Análisis: Haciendo referencia que si tenemos una idea compleja, esta la dividimos en
tantas partes simples como sea posible. Admitiendo como verdaderas las que sean evidentes.
La Síntesis: Conducir por orden los pensamientos, empezando por los más simples hasta
llegar a los más complejos.

La Enumeración y revisión: Se comprueba el análisis: todas las ideas simples que


aparezcan, y se revisa la corrección de la síntesis.

Siguiendo estas cuatro reglas del método es imposible, según Descartes aceptar algo falso
como cierto.

Nuestras ideas pueden ser de tres tipos:

Adventicias o Casual: Las que proceden de los sentidos: árbol, casa, mesa...

Facticias: provienen de la imaginación: unicornio, centauro,...

Innatas: el pensamiento puede llegar a poseerlas por sí mismo, sin que medien los
sentidos o la imaginación. Por ejemplo "Pienso, luego existo". Descartes se refiere a ellas diciendo
que son "ciertos gérmenes de verdades que están naturalmente en nuestras almas"

LA DUDA METÓDICA

Como hemos visto en los textos, Descartes duda de la veracidad de lo que le han enseñado,
por lo tanto prefiere dejarlo a un lado y empezar su "edificio" filosófico desde el principio.

Por otra parte, duda del testimonio de los sentidos, pues en múltiples ocasiones nos
inducen a error y las cosas no siempre son como parecen y, es más, no sabemos siquiera si en
verdad existen las cosas que percibimos porque en sueños experimentamos cosas y
acontecimientos de una manera tan real que parecen ciertos. Y si esto es así surge una
interrogante ¿podemos distinguir realmente la vigilia del sueño?. Ante la imposibilidad de dar una
respuesta clara a este respecto, Descartes duda también de los sentidos y hasta de la existencia
del mundo mismo hasta que no quede suficientemente demostrada.

En tercer lugar, duda de las mismas matemáticas, porque, según Descartes, podemos
imaginar que existe un genio maligno que nos induzca a error cuando pensamos que 2+2=4.
Realmente Descartes no cree en la realidad de esta hipótesis, es simplemente una hipótesis
metodológica, pero es necesario plantearla para que la duda abarque todos los campos. Más
tarde, cuando pruebe la existencia de Dios, Descartes la desechará.

En este sentido la duda se caracteriza por ser:

Metódica: no escéptica. Es decir, la duda es el paso previo a un tipo de conocimiento


probado.

Teorética: afecta a los conocimientos teóricos, así como la física, las matemáticas, la
filosofía, pero no al plano práctico: moral, religioso, político.
Universal: ya que todo se puede poner en duda: experiencia pasada, presente, el
pensamiento mismo y las matemáticas.

Una vez que Descartes descubra mediante la intuición la primera verdad, podrá, a partir de
ella y deducir todas las demás.

Al hacer todo el método, Descartes encuentra tres sustancias fundamentales, y por


sustancia entiende Descartes: "Aquello que no necesita de otro para existir". Las sustancias que se
deducen de su sistema son tres:

Res Cogitans (substancia pensante): El Yo pensante

Res infinita (substancia infinita): Dios

Res extensa (substancia extensa): Mundo

El orden en que las deduce es el que hemos reproducido y tiene su importancia. En efecto,
lo primero que tiene que encontrar Descartes es una verdad innegable cuyas características de
certeza y claridad sirva como modelo a las que les sigan en el proceso deductivo. La primera
verdad es la existencia del Yo.

Pero como aún no se ha garantizado la verdad del conocimiento, puesto que el Yo puede
estar engañado cuando cree conocer algo, es necesario encontrar otra verdad que invalide la
hipótesis del genio maligno. Esa substancia no es otra que Dios. Asimismo, demostrada su
existencia, quedará garantizada la verdad del conocimiento matemático. Sin embargo, queda
pendiente la demostración del conocimiento científico, y más concretamente, el propio de la
física.

La posibilidad de la Física como conocimiento válido se establecerá una vez que se deduzca
la existencia de la tercera substancia: el Mundo.

El yo pensante: Descartes dice que él puede dudar del cuerpo y del mundo porque es algo
que yo percibo por los sentidos, los cuales no son fiables. Da a entender, que no se puede dudar
del alma, ya que en esta tengo todos mis pensamientos y es mi subjetividad. Por eso, la
subjetividad es el conjunto de ideas que fluyen en mi Yo. Entonces, Descartes estaba buscando
salir de esa subjetividad y entrar a una objetividad, es decir, que las cosas también existieran fuera
del Yo.

Dios: Descartes sabe que el Yo pensante no es perfecto, pero éste si tiene la idea de
perfección. Si sabemos esto, es porque al comparar nuestra naturaleza sabemos que hay otra que
es perfecta, por eso la nuestra es imperfecta, porque no alcanza el grado de perfección en el cual
está la otra naturaleza. Descartes dice que la idea de perfección es Dios, que es la realidad divina.

Al hallar esta respuesta, Descartes deja el subjetivismo a un lado y entra al objetivismo,


porque ya Dios es una idea fuera de nosotros, extra mental, es lo que nos permite decir que las
ideas claras y distintas no son engaño.
Mundo: Descartes, al hallar el Yo y a Dios, nos dice, que del mundo no podemos dudar, ya
que Dios creó el mundo y Dios es perfecto, del cuerpo podemos llegar a dudar, pero como es
creado por Dios y Dios no me engaña, las cosas externas y naturales si existen.

En conclusión:

Dios: Es sustancia perfecta y razón perfecta. Sustancia infinita.

Mundo: Es cuerpo extenso y mundo extenso. Sustancia imperfecta.

Yo pensante: Es el Alma. Sustancia imperfecta. Dotada de razón.

Sin embargo, Descarte hablará también de las leyes de la mecánica, que son:

Principio de inercia: todos los cuerpos que están en movimiento continúan moviéndose
hasta que su movimiento es detenido por otros cuerpos.

Dirección del movimiento: todo cuerpo en movimiento tiende a continuarlo en línea recta.

Ley del choque: si un cuerpo se mueve y encuentra a otro cuerpo, tiene menos fuerza para
continuar moviéndose en línea recta, y si tiene más fuerza arrastra consigo al otro cuerpo.

El mundo material o res extensa se reduce a simple extensión, que crece, se mueve y se
transforma siguiendo procesos mecánicos. Por cuerpo entiende Descartes todo lo que puede ser
circunscrito por algún lugar y llenar un espacio, de tal manera que cualquier otro cuerpo sea
excluido de allí; todo lo que puede ser sentido por uno de los cinco órganos sensoriales; lo que
puede ser movido de diversas maneras, no por sí mismo, sino por algo extraño que lo toque. Se
trata del mecanicismo geométrico, que excluye toda cualidad que no sea la extensión y el
movimiento. Así pues, los cuerpos son extensiones movidas, mecánicamente hablando, incluso, el
cuerpo humano. Los animales son máquinas: los fenómenos biológicos se reducirán a fenómenos
físicos, por lo que los seres no pensantes se equipararán a mecanismos puros.

Como ya se ha comentado, a la sustancia la define su atributo principal. Por lo tanto, en el


caso del hombre no se da unión sustancial, porque los atributos de las dos sustancias que lo
componen son distintos entre sí: el atributo de la sustancia pensante es el pensamiento, mientras
que el atributo del cuerpo es la extensión. El hombre no es una sustancia compuesta de otras dos
incompletas, sino enteramente completas. Y en definitiva, tratándose de dos substancias
separadas, el cuerpo no es más que una máquina acoplada al espíritu; o, si se prefiere, la relación
de la mente al cuerpo es análoga a la que existe entre el piloto y la nave de la que suele
mencionar.

Descartes se encuentra en una situación difícil: Por una parte, su aplicación del criterio de
claridad y distinción le lleva a subrayar la distinción real entre alma y cuerpo, que incluso se
representa como substancias completas. Por otro lado, tenía consciencia de los datos empíricos
que manifiestan su mutua interacción. Su negativa a aceptar la conclusión que parecía inferirse de
sus presupuestos, a saber, que el alma está simplemente alojada en el cuerpo, al que utiliza como
una especie de vehículo o instrumento extrínseco, le llevó a intentar encontrar una "solución" que
explicase su mutua "interacción". Así, según Descartes, la comunicación entre ambas se da a
través de los "espíritus vitales o animales", que circulan en la sangre. Estos transmiten a la
glándula pineal, donde se aloja el alma, los mensajes extraídos del cuerpo, de la misma forma que
también ellos transmiten los mandatos del alma a los diferentes órganos corporales.

Frente a la concepción del aristotelismo escolástico, en la que el hombre constituía una


unidad en la que el alma "informaba" al cuerpo, este dualismo cartesiano o el problema de
comunicación de las substancias constituirá uno de los grandes puntos de discordia entre sus
críticos y partidarios.

Es preciso resaltar que Descartes afirma la autonomía del Yo respecto del universo físico,
en el que no cabe la libertad, ya que está presidido por la necesidad, según la concepción
mecanicista de la nueva ciencia, que Descartes comparte.

Dicha autonomía aparece con claridad en la independencia con que la mente la percibe:

"Puesto que, por una parte, poseo una idea clara y distinta de mí mismo en tanto que soy
una cosa que piensa e inextensa, y de otra parte, poseo una idea distinta del cuerpo en tanto que
es solamente una cosa extensa y que no piensa, es evidente que yo soy distinto de mi cuerpo y
que puedo existir sin él" de la sexta (6) Meditación

La trayectoria filosófica de Descartes viene marcada, a lo largo de sus obras, por la duda
metódica y la posterior fundamentación progresiva de los distintos ámbitos del saber: teología,
metafísica, filosofía natural, ciencias concretas. El método cartesiano, ese método que unifica las
ciencias en aras de la construcción de la ciencia universal, también debía ser la base de una ciencia
moral, racionalmente fundada. Sin embargo, hasta que llegase ese momento en el que pudiese
elaborar “la más alta y más perfecta ciencia moral que, presuponiendo un conocimiento de las
demás ciencias, es el último grado de la sabiduría”, era necesario proveerse de unas ciertas reglas
morales, a fin de resolver la vida práctica sin caer en la irresolución. Considera que, como muchas
veces nos vemos obligados a actuar aun en medio de la duda, debemos hacerlo como si los
postulados fuesen absolutamente válidos; lo cual no significa defender la indiferencia o la
comodidad, puesto que el hombre ha de procurar clarificar todos los aspectos relacionado a todo
acto humano. De ahí el sentido de su “morale par provision” (que no provisional), cuyas máximas
presenta ya en su Discurso del método.

Así, en su Discurso del método, antes de aplicar su duda metódica, Descartes plantea una
ética provisional. En síntesis, los postulados o preceptos de dicha ética que propone para sí mismo,
serían los siguientes:

Obedecer las leyes y costumbres de su país,

Ser firme y resuelto en sus acciones, y seguir fielmente incluso las opiniones dudosas
(opiniones aún no establecidas más allá de toda duda), una vez que su mente las ha aceptado.
Tratar de vencerse siempre a sí mismo más bien que a la fortuna y a alterar sus deseos
más bien que tratar de cambiar el orden del mundo.

Y finalmente, resuelve dedicar su vida entera al cultivo de su razón y a hacer tantos


progresos como pueda en la búsqueda de la verdad.

Por consiguiente, Descartes elabora una moral para sí mismo que, si bien puede tener
validez universal debido a su formulación en reglas normativas, no intenta proyectar hacia los
demás. Simplemente expresa el comportamiento que él mismo ha seguido en su vida,
adecuándolo a sus postulados filosóficos, pero sin intentar fundamentarlo con el rigor propio de
una moral auténticamente racional.

Descartes no sólo fue un innovador de la filosofía, sino también el primero en aplicar las
matemáticas a las ciencias físicas, y el iniciador moderno de la concepción mecanicista de la
naturaleza. Las reacciones hacia las doctrinas de Descartes se hicieron notar inmediatamente. Ya
durante su vida se formularon varias objeciones a puntos básicos de su doctrina (Hobbes, Arnauld,
Gassendi, etc.). Pero, tanto materialistas como idealistas, han encontrado apoyo para sus ideas en
Descartes. Unos y otros han visto en él al primer filósofo moderno, impulsor de la subjetividad
racional, al concebir el hombre como razón. De hecho, sus ideas dominaron en el mundo hasta dos
siglos después de su muerte. A partir de Descartes, el pensamiento moderno tomará como punto
de partida el ser mental o el pensamiento del ser, pero no el acto de ser de las cosas reales.

Ahora bien, ya teniendo un panorama más amplio en líneas generales sobre esta corriente
filosófica y de este filósofo importantísimo para la historia, me tomaré un apartado para plantear
la crítica de David Hume, quien no apoyó los pensamientos y argumentos de Descartes.

Con respecto a la duda, si dudas de todo ni siquiera has empezado a dudar. Descartes
parte de una frase "pienso, luego existo". "De eso, dice, no podemos dudar". De la Relación entre
la teoría de la realidad de Descartes (teoría de las 3 sustancias) con la crítica de Hume a la
causalidad y a la metafísica.

David Hume 1711-1776 estudió en un primer momento Derecho, pero pronto se dedicó a
la Filosofía. Su filosofía proviene a la vez del empirismo de Locke y del idealismo de Berkeley. Trata
de reducir los principios racionales (entre otros la casualidad) a asociaciones de ideas que el hábito
y la repetición van reforzando progresivamente, hasta llegar, algunas de ellas, a adquirir una
aparente necesidad. Por lo tanto, las leyes científicas sólo son para los casos en que la experiencia
ha probado su certeza. No tienen, pues, carácter universal, ni es posible la previsibilidad a partir de
ellas. La sustancia, material o espiritual no existe. Los cuerpos no son más que grupos de
sensaciones; el yo no es sino una colección de estados de conciencia.

Descartes piensa que lo primero que conocemos es el cojito; de ahí mediante la razón
podemos llegar a la existencia de Dios y desde éste también a la existencia de los cuerpos lo
primero será Dios, después lo pensante, el cojito y lo extenso, los cuerpos.
Descartes entiende por sustancia lo que existe de tal forma que no tiene necesidad sino de
sí mismo para existir. Esto solo puede ser aplicable a Dios. Según Hume la idea de sustancia no
corresponde a ningún tipo de impresión, es sólo un artilugio de la imaginación para poder explicar
la presencia de las cosas que se nos presentan.

Según Hume la idea de Dios hace de reflexión sobre las operaciones de nuestro propio
pensamiento y de aumentar sin límites nuestras cualidades de bondad y sabiduría.

Hume rechaza la afirmación de que la causalidad es una conexión necesaria y de que haya
una experiencia que produzca esta idea, y da dos argumentos a esta imposibilidad de demostrar la
conexión necesaria: hace falta poseer experiencias sobre el futuro y demostrar que es una
operación de la mente, por lo cual lo contrario a lo demostrado es contradictorio e imposible.

En consecuencia, para Hume la unión constante entre causa y efecto se debe a la


costumbre, es decir, todo conocimiento proviene de la experiencia, y más allá de ella no podemos
afirmar que exista tal conocimiento.

En conclusión, el racionalismo pretende deducir todo conocimiento claro y distinto, con


certeza universal, de las ideas innatas de la mente y el idealismo identifica los objetos del
conocimiento con las ideas. Ambos valoran la capacidad activa de la inteligencia humana, pero
exageran en atribuirle poderes que no tiene: verdades innatas a partir de las cuales se pueden
deducir a priori todas las demás verdades y capacidad creadora de la realidad mental, la única
existente. Fracasan en la explicación de la experiencia del conocimiento, al despreciar el papel de
la sensación y la tendencia natural al realismo. Terminan, en fin, construyendo sistemas a priori a
los cuales la realidad externa debe ajustarse. Desembocan, de este modo, en el solipsismo y en el
relativismo que quieren combatir. Considero que la filosofía cartesiana tiene una cierta
degradación progresiva y que el método cartesiano está muy bien para ámbitos no físicos como las
matemáticas por algo Descarte se le considera como Padre de la Modernidad, aunque a muchos
no les guste, pero en cuanto nos encontremos en ámbitos que tengan en cuenta el mundo
sensible, la filosofía cartesiana no será útil. Por último y como dejé caer al principio, considero a
Descartes un gran filósofo ya que le debemos muchos conceptos matemáticos, muchas
conexiones neuronales y, sobre todo, el inicio del racionalismo.

Anda mungkin juga menyukai