La practicas pedagógicas consideradas como la esencia del logro de los aprendizajes clave en el aula, son uno de los factores que influyen en el proceso de enseñanza-aprendizaje; se definen como las acciones que ejecutan los docentes con el fin de apoyar y lograr la formación integral de los estudiantes, tanto en el aula como fuera de ella. Es por ello que la educación de nuestro tiempo requiere principalmente de una reestructuración de la función directiva, pues hace años la función del director se enfocaba en la gestión de procesos administrativos, dejando de lado el acompañamiento en el fortalecimiento profesional de sus docentes y en el logro de los aprendizajes esperados de los estudiantes. Para mejorar el ejercicio de las prácticas pedagógicas se requiere de un guía, un acompañante en el proceso de profesionalización e inmersión en el ámbito educativo y en la aplicación de conocimientos pedagógicos y didácticos. Las cualidades que de este guía se demandan están enfocadas a su bagaje de conocimientos en un marco normativo-Jurídico, en la gestión de recursos y procesos administrativos, en su experiencia docente e innovación pedagógica para mejorar procesos de enseñanza aprendizaje, pero sobre todo a sus cualidades como observador, orientador, motivador y al ejercicio de su liderazgo efectivo, sin dejar de lado su función de evaluador con la intención de medir avances y mejorar procesos. La nueva propuesta de la función directiva toma como base el coaching desde un enfoque socioformativo, los nuevos enfoques que demanda la sociedad ponen al director como entrenador en una relación de acompañamiento personalizado a cada miembro de la comunidad educativa, pues el término coach tiene una procedencia directa desde el ámbito deportivo y este a su vez de un medio de transporte búlgaro (kocsi secker), es en el entorno empresarial y personal. El método consiste en acompañar, instruir y entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir alguna meta o de desarrollar habilidades específicas. Quien está a cargo del proceso de Entrenamiento Ejecutivo o “Executive Coaching”, es llamado entrenador (coach en inglés), mientras quien lo recibe es el entrenado (coachee en inglés). Como proceso socrático de formación, consiste en conversaciones o diálogos, a través de preguntas y respuestas que mantienen dos personas, el entrenador (coach) y el entrenado (coachee). En este proceso, el entrenador ejerce de mero estimulador, indica el camino y conduce a la respuesta o a una posible solución, pero es el entrenado (coachee) quien debe llegar a ella por sí mismo, ayudándose de la reflexión, el pensamiento, el potencial de desarrollo de la faceta personal y profesional, el cambio de actitudes y aptitudes, la mejora de habilidades y destrezas, el estudio, la observación, la meditación y el desarrollo de talentos y capacidades humanas. Desde esta perspectiva el director ejerce su función desde un enfoque socioformativo aunado al coaching se concluye que para la reorientación de las practicas pedagógicas el acompañamiento que da el director a sus docentes y demás miembros de la comunidad educativa se debe valorar, reorientar, asesorar, apoyar a su colectivo docente en el logro de las metas planteadas, en la solución de conflictos y, principalmente fomentando el trabajo colaborativo. El director debe mediante la transformación del ejercicio de su liderazgo mejorar las practicas pedagógicas buscando que sus docentes autoevalúen sus logros, identifiquen aspectos a mejorar, diseñen proyectos e implementen acciones que tengan impacto en el logro de los aprendizajes esperados de sus estudiantes, mejoren la convivencia, se prevenga el rezago y el abandono escolar.