Resistencia filosófica del arte de masas: la tradición mayoritaria

¿Por qué a la esencia de las masas se le considera como implícito un carácter de

inferioridad y no sólo un carácter de posibilidad receptiva?

Considero que el siguiente párrafo contiene una idea que resulta analizable, más allá de su
utilidad como respuesta al argumento de Collingwood sobre la inferioridad del arte de
entretenimiento:

“Probablemente, la noción de fórmula de Collingwood es, en realidad, valorativa y no

descriptiva. Cuando se queja de las fórmulas en el arte de entretenimiento, él, como muchos
otros se refiere a fórmulas aburridas; pero entonces el problema no tiene que ver con las
fórmulas como tales, sino con su uso no imaginativo”

Uno de los puntos en común de las críticas hacia el arte de masas, es el rechazo hacia las
formas de producirlo, pues es innegable que la gran mayoría se crean con base en fórmulas
y métodos específicos, además de pretensiones de receptividad que responden a al fin de
obtener un mayor público. La idea anterior resulta ser entonces, una respuesta a este
problema, en tanto que es compatible con lo que parece ser la esencia del arte de masas, y
un desarrollo creativo, imaginativo y reflexivo que tanto se espera de un arte genuino. Así,
el problema puede ser desviado de la esencia del arte masas, hacia las maneras en que este
puede aportar características, experiencias o implicaciones artísticas en tanto sus elementos
particulares.

Sí bien lo anterior no resuelve el problema del arte de masas con la idea del fin del arte en
sí mismo, el desarrollo de condiciones y fórmulas imaginativas y reflexivas puede aportar
elementos que puedan establecer una concordancia entre la idea del arte por el arte, y las
características que se consideran específicas del arte de masas, pues entre más se desarrolle
este aspecto, más se concebirá la idea de que el arte de masas puede producir elementos
específicos del arte genuino, y por ende pueda formar parte de un Arte en tanto se pueda
rastrear en estas similitudes una condición que forme parte de un principio unificador.