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SE

CATEGORÍA VALOR FUNCIÓN


GRAMATICAL

Puede desempeñar funciones de objeto directo o indirecto:


reflexivo La niña se lava. [complemento directo reflexivo]
La niña se lava las manos. [complemento indirecto reflexivo]

recíproco Los novios se conocieron en un viaje [complemento directo recíproco]


Los novios se escribían cartas. [complemento indirecto recíproco]

Dativo de interés referido al sujeto, con función sintáctica similar a la del


complemento indirecto, pero sin ser argumental, es decir, sin venir exigido
expresivo
por el verbo:
Se leyó a todos los clásicos.
pronombre Se merece ese premio.
personal de tercera
persona Dativo variante formal de le/les, que sustituye al pronombre personal átono
le/les cuando precede al acusativo lo, la, los, las:
personal
Le devolví el disco que me presto.
Se lo devolví [*le lo devolví].

componente de Función pronominalizadora: modifica el significado de algunos verbos


tercera persona de transitivos o intransitivos (Acordó dejar los estudios. > No se acordó de cerrar la
verbos puesta con llave.
pronominales No desempeña ninguna función sintáctica en la oración cuando no es
reflexivo – no es un mero componente integrado en el verbo y forma con él
un verbo pronominal:
me avergüenzo [no significa ‘yo me avergüenzo a mí mismo’]
me alegro [no significa ‘yo me alegro a mí mismo’, sino que hay algo por lo
que me alegro, que me causa alegría]
El pronombre no es separable del verbo ni desempeña función nominal, ya
que con él constituye el núcleo del predicado.

Con la incorporación de se, un verbo transitivo de cambio de estado pasa a


intransitivo, pierde uno de sus argumentos y se altera el tipo de sujeto que
toma:
intransitivizador
Miguel y Ana se casaron.
El objeto pasa a ser sujeto:
La clase los aburre. > Se aburren con la clases.
El sol derrite la nieve. > La nieve se derrite con el sol.
El verbo deja de ser causativo.

componente o sin valor “No es un reflexivo ni desempeña función nominal, sino que no es ni siquiera
morfema de pasiva pronominal ni pronombre. Es una mera partícula encubridora de «actor».” [Gómez Torrego,
y de funcional L.: Gramática didáctica..., p. 115]
impersonalidad Se venden libros de textos.
Se trabaja mejor en equipo.

LA PARTÍCULA SE
La forma se encierra un gran número de valores gramaticales y aparece en estructuras
sintácticas muy diversas, por lo que resulta una de las piezas más complejas de la sintaxis
española.
Aunque todo pronombre puede desempeñar las mismas funciones que el nombre, se solo
puede ser complemento directo (CD) o complemento indirecto (CI). Por tanto, no se le
debe asignar ninguna otra función, ni siquiera la de sujeto, como con frecuencia se hace
erróneamente.
«Los problemas que plantea la partícula se para un análisis serio y exhaustivo son ya muy
conocidos. Particularmente difícil es aprehender todos sus matices significativos, y aún más
intentar establecer unos pocos valores, o incluso un valor único, a partid e los cuales poder
deducir todos sus matices de sentido.
Su frecuencia de aparición es muy elevada: casi la cuarta parte de las formas verbales que
aparecen en un texto español van incrementadas por se. Y de todas ellas, solo una pequeña
parte puede calificarse como propiamente ‘reflexiva’. La mayor parte de los verbos
incrementados por se indicar un ‘proceso’ desarrollado dentro del sujeto sintáctico. Por otro
lado, el uso de se en la llamada ‘pasiva refleja’ y en construcciones impersonales constituye
también un apartado más numeroso que el de frases propiamente ‘reflexivas’.
Por todo ello, no parece muy acertado afirmar que el valor primario de se es el ‘reflexivo’, y
que todos los demás no son sino extensiones. Por lo menos, en una perspectiva sincrónica, ya
que diacrónicamente, partiendo del latín hasta llegar al español actual, sí parece cierto que el
valor primitivo de se fue el ‘reflexivo’, y que de él surgieron todos los demás.» [Cano Aguilar,
R.: Estructuras sintácticas transitivas en el español actual. Madrid: Gredos, 1987, p. 256]
«Se distinguen básicamente dos tipos: el se paradigmático y el se no paradigmático.
1. El se paradigmático es propio de las oraciones en las que la forma se alterna con
los pronombres átonos correspondientes a otras personas.
Es lo que sucede cuando se es un pronombre reflexivo (Se cuida poco; Me lo puse;
recíproco (Se adoran; Os entendéis); es parte de un verbo pronominal (Yo me canso;
Tú te cansas; Él se cansa), o es un dativo no argumental (Se lo terminó; Te lo comiste).
2. El se no paradigmático aparece en oraciones en las que la forma se no alterna con
los pronombres átonos correspondientes a otras personas. Este uso de la forma se
es característico de dos construcciones: la pasiva refleja o pasiva con se, como en
Las noticias se recibieron ayer (es decir, ‘fueron recibidas’), donde el sujeto las noticias
concuerda en número con recibieron, y la impersonal refleja o impersonal con se,
como en Se vive bien siendo estudiante, con el verbo siempre en singular. En ambas
estructuras se oculta un argumento verbal. Así, en las oraciones No se le trató bien
(impersonal refleja) y Se revisaron todas las tuberías (pasiva refleja) se presenta un
estado de cosas en el que se menciona cierta acción y también la entidad que la recibe,
pero no se especifica el agente que la lleva a cabo.» [RAE: Nueva gramática de la lengua
española. Manual. Madrid: Espasa Libros, 2010, § 41.5.1a-b]

pronombre reflexivo de complemento directo o


indirecto (CD/DI)

pronombre recíproco de complemento directo o


paradigmático indirecto (CD/DI)

alterna con otros pronombres morfema pronominal átono no argumental que no


átonos correspondientes a otras desempeña ninguna función sintáctica con los verbos
personas pronominales

SE se medio de los verbos intransitivos de cambio de


estado o verbos medios cuando son pronominales
(cansarse, secarse)
dativo no argumental o dativo superfluo: dativo de
interés, dativo ético y dativo simpatético

se aspectual o télico: se comió toda la carne

pasiva refleja con morfema de pasiva se


impersonal refleja o impersonal con se, morfema de
impersonalidad
no paradigmático
El se es componente oracional de la pasiva refleja o de
no alterna con los pronombres
la impersonal.
átonos correspondientes a otras
personas Este se ya no es pronombre desde el momento en que
no entra a formar parte del paradigma pronominal
átono; es decir, en su lugar no caben las formas me,
te, nos, os.

variante del dativo le/les ante los acusativos lo, la, los, las

SE PRONOMBRE PERSONAL CON VALOR REFLEXIVO o RECÍPROCO


En una oración cuyo verbo tiene valor reflexivo, sujeto y complemento son correferentes, es
decir, se refieren a la misma persona, que es, semánticamente, agente y paciente al mismo
tiempo, realizador y receptor de la acción. En estas construcciones, el pronombre se –y el
resto de los pronombres reflexivos: me, te, nos, os– funciona como complemento directo o
como complemento indirecto.
Pronombre personal de tercera persona con valor reflexivo (el sujeto realiza la acción, o la
manda realizar, sobre sí mismo) o recíproco (la acción la realizan varios individuos, los unos
sobre los otros). En ambos casos el pronombre se puede desempeñar funciones de
complemento directo o indirecto:
María se pinta (se = complemento directo reflexivo);
María se pinta los labios (se = complemento indirecto reflexivo);
En construcciones como esta última en la que se funciona como complemento indirecto, se
habla a veces de dativo posesivo al admitir la conversión:
María se pinta los labios. > María pinta sus labios.
En las construcciones recíprocas, también los individuos a los que remiten sujeto y
complemente son agente y paciente a la vez, y se funciona como complemento directo o
indirecto; pero la acción de dos o más sujetos es recibida por ellos mismos de forma
intercambiada, de modo que cada uno es receptor de la acción del otro.
Los novios se conocieron en un viaje (complemento directo recíproco);
Ana y Luis se escriben cartas de amor (complemento indirecto recíproco):
Los dos se llaman por teléfono diariamente.
En el uso reflexivo, puede añadirse el refuerzo tónico a sí mismo, siempre que sea el sujeto
quien efectivamente realice la acción:
Se convenció a sí mismo de que podía ganar,
frente a
Se convenció [gracias a los argumentos de otros] de que podía ganar.
En las construcciones recíprocas se puede añadir el refuerzo: el uno al otro; el uno con el otro;
mutuamente; recíprocamente.
Hay verbos que admiten el uso conjunto del se reflexivo en función de complemento directo
y del prefijo de sentido reflexivo auto-.
Tradicionalmente se describen como ‘oraciones reflexivas’ las integradas por un verbo
transitivo, en las que, bien mediante formas específicas en el objeto, bien mediante afijos en
el predicado, se expresa que el agente o experimentador representado por el sujeto de la
oración y el paciente o el receptor del evento denotado por el verbo son una misma entidad,
que ambos papeles los asume, pongamos por caso, una misma persona.
«Algunos gramáticos tradicionales añadían al paradigma de los tipos de oraciones que se
distinguen en función de la naturaleza del predicado las oraciones REFLEXIVAS. No
obstante, estas oraciones pueden ser
transitivas
Se cuida a sí mismo,
intransitivas
Solo confía en sí mismo
y copulativas
Siempre es igual a sí mismo,
en lo que coinciden con las recíprocas.
Así pues, no constituyen una clase distinta, sino clasificaciones cruzadas de los tipos anteriores
[transitivas, intransitivas y copulativas]. En general, predomina en la actualidad la opinión de
que las propiedades específicas de algunos componentes de las oraciones no determinan
necesariamente TIPOS ORACIONALES.» [RAE: Nueva gramática de la lengua española.
Madrid: Espasa Libros, 2009, § 1.13.k]
En este sentido tampoco se puede hablar de ‘verbos reflexivos’, sino de verbos pronominales
que tienen valor reflexivo en el sentido de que la acción que expresan revierte sobre el sujeto:
el referente del sujeto ejerce la acción por sí solo y sin ayuda: autolesionarse, autoengañarse,
autoconvercerse.
«El español deja a menudo abierta la elección entre la interpretación media y la reflexiva de
muchas oraciones construidas con verbos pronominales. La elección entre una y otra es
relevante, pero ha de hacerse a partir del contexto o la situación. Es clásica en la gramática
tradicional española la polémica acerca de si Me lavo (frente a Me lavo a mí mismo) debe
analizarse como oración intransitiva, de forma que me sería la marca del verbo pronominal
lavarse, o bien como transitiva y, en tal caso, me constituiría el complemento directo reflexivo
del verbo lavar. [...] En el español actual Me lavo es una oración transitiva en la que el
pronombre me designa el complemento directo. De este modo, se distinguen claramente en
castellano el uso pronominal del verbo llamar (Así es como me llamo) y el transitivo (Se llama
a sí mismo Campeón). Como en otros muchos casos, el primer uso alterna en la lengua clásica
con la pasiva de participio (Así es como soy llamado).» [RAE: Nueva gramática de la lengua
española. Madrid: Espasa Libros, 2009, § 41.13.g]

Se tiende a pensar que todo verbo que en infinitivo lleva un se enclítico es un verbo reflexivo:
morirse, asustarse, alegrarse. En realidad los verbos reflexivos propiamente dichos no existen.
Únicamente existen verbos utilizados como tales, ya que todos los verbos pueden usarse
también de forma reflexiva cuando el sujeto resulta ser al mismo tiempo el objeto o el
beneficiario de la acción que realiza: Lavarse, afeitarse, peinarse, lavarse la cara, afeitarse la
barba, peinarse el pelo. Cuando no es este el caso, se trata de un verbo pronominal.
MORFEMA PRONOMINAL ÁTONO NO ARGUMENTAL
Se llaman verbos pronominales los que contienen en su conjugación formas pronominales
átonas con rasgos de persona: arrepentirse, cansarse, marearse. Entre el sujeto y el pronombre
átono se establece concordancia de número y persona: Yo me canso; Tú te arrepientes ~ Vos te
arrepentís; Ellas se mareaban.
Los verbos pronominales contienen pronombres átonos como parte de su estructura
morfológica. La RAE evita la denominar estos verbos con el término voz media , ya que los
pronombres átonos no se asimilan a los morfemas flexivos, y prefiere en su lugar la expresión
construcción media aplicada a las oraciones intransitivas que expresan cambio de estado, sea
con verbos pronominales (Se secan los campos) l no pronominales (Crece la hierba).
Hay que distinguir también entre la interpretación medio de una oración refleja (Me mojé
‘Resulté mojado’) y la interpretación reflexiva, de significado activo (Me mojé ‘Vertí líquido
sobre mí mismo’).
Verbos pronominales:
Verbos intransitivos necesariamente pronominales: atreverse.
Verbos pronominales con complemento preposicional: avergonzarse de.
Verbos doblemente pronominales: se me antoja una paella; se me ocurre una cosa.
Un se intransitivizador unido a un verbo transitivo da lugar a oraciones intransitivas
pronominales: pone > ponerse.
Verbos intransitivos que alternan con la forma pronominal sin cambio importante de
significado: caer > caerse.
Al no ser argumental el se de los verbos pronominales, no le corresponde una función
sintáctica y no constituye el complemento directo del verbo pronominal, sino un segmento
que forma parte de la constitución léxica del verbo pronominal.
«El morfema pronominal átono que caracteriza a los verbos pronominales no es argumental,
por lo que no le corresponde propiamente una función sintáctica. Así, el morfema se no
constituye el complemento directo de despertar en El niño se despertó, sino un segmento que
forma parte de la constitución léxica del verbo despertarse. Los mismos pronombres pueden
ser también reflexivos, y en tal caso se interpretan como argumentos. De esta forma, la
oración Se secó puede ser reflexiva (Se secó con una toalla) o media (Se secó al sol).» [RAE:
Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid: Espasa Libros, 2010, § 41.7.1c]
«Muchos complementos de régimen preposicional se construyen con los llamados verbos
pronominales, o verbos que llevan ligado a ellos un morfema verbal que no cumple ninguna
función sintáctica:
arrepentirse (de), avergonzarse (de), apoderarse (de), percatarse (de), negarse (a), apresurarse (a),
empeñarse (en), batirse (con), etc.
La forma pronominal es morfema verbal. Siempre coincide en persona con el sujeto; si se
sustituye por otra no coincidente, la oración es agramatical:
Pedro se arrepintió de su conducta. / *Pedro te arrepintió de tu conducta.
Yo me avergüenzo de ello. / *Yo os avergüenzo de ello.
Se apoderaron del territorio. / *Me apoderaron de él.
Cuando admite sustitución por otra forma pronominal de diferente persona de la del sujeto,
sí suele considerarse pronombre y analizarse como CD:
Se convenció de las ventajas del producto.
La / os / te / nos / los... convenció de las ventajas del producto.
Se defendió del agresor.
Me / te / lo / nos... defendió del agresor.»
[Gómez Manzano, P. et al.: Ejercicios de gramática y de expresión. Con nociones teóricas.
Madrid: Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, 2006, p. 111]
Juan se durmió cuando intentaba dormir al niño. En Juan se durmió, el se sigue siendo
pronombre pues comparte el paradigma de pronombres átonos, pero está despersonalizado
al ser un mero morfema o componente verbal. Son verbos que son intransitivos, o han pasado
a ser intransitivos con se. Son verbos que se han intransitivizado por la inclusión del
pronombre, o bien han pasado a significar algo distinto del verbo pronominal: dormir,
levantar, separar no significan lo mismo con el pronombre que sin él. Hay un solo verbo
dormir y un verbo dormirse, etc. Existen otros verbos pronominales cuyos significados están
aún mucho más lejos de los que poseían los mismos verbos no pronominales: acordar >
acordarse; negar > negarse.
EL SE MEDIO
«Los verbos intransitivos de cambio de estado o VERBOS MEDIOS pueden ser
pronominales (cansarse, secarse) o no pronominales (aumentar, morir). Se forman a menudo
verbos transitivos, llamados causativos, combinando el significado de un verbo de causación
(hacer, causar) con el del verbo medio correspondiente. Se suelen reconocer tres variantes en
las relaciones léxicas que se obtienen:
1. El verbo causativo y el verbo medio se diferencian léxicamente: matar ~ hacer morir.
2. El verbo causativo se diferencia morfológicamente del pronominal en que no
incorpora la forma se: secar ~ hacer secarse.
3. El verbo causativo es idéntico en su forma al verbo medio: aumentar ~ hacer aumentar.
A las alternancias del tipo 1 pertenecen unos pocos pares, entre ellos acallar ~ callar; acrecentar
~ crecer; alumbrar (o dar a luz) ~ nacer; quemar ~ arder. Las del tipo 2 son, en cambio, muy
numerosas. A este grupo corresponden acostar ~ acostarse; enfriar ~ enfriarse; llenar ~ llenarse.
El tipo 3 alude a contrastes como Los comerciantes subieron los precios (variante transitiva) ~
Los precios subieron (variante intransitiva o media). [RAE: Nueva gramática de la lengua
española. Manual. Madrid: Espasa Libros, 2010, § 41.7.3a]
EL PRONOMBRE SE DE LAS PASIVAS REFLEJAS

Las pasivas con se o pasivas reflejas se construyen con verbos transitivos, pero no contienen
participios, sino el morfema pronominal se:

La noticia se publicó en todos los diarios;


Se recibieron los informes y se archivaron.

«Se no es un pronombre sujeto, como lo es on en francés, man en alemán, o como lo fue


omne, ome, en el español medieval, y hombre en el siglo XVI. No solo no se conmuta con
formas nominales o pronominales, sino que ciertos hechos distribucionales le niegan el
carácter de pronombre sujeto: él no quiere a Juana / *se no quiere a Juana, *no él quiere a Juana
/ no se quiere a Juana.

Por supuesto, se no es un pronombre sujeto en se venden botellas, donde la concordancia nos


indica cuál es el sujeto sintáctico, a pesar de que frases como esta tiendan cada vez más a
interpretarse como ‘activas’. Aquí podemos considerar a se como ‘marca de pasiva’; y en frases
como se te quiere mucho podemos llamarlo ‘impersonal’ o signo de indeterminación léxica del
sujeto. Pero la historia de estas construcciones y el sentimiento lingüístico del hablante, o del
gramático, al interpretarlas, parecen mostrarnos que nos hallamos ante un mismo se, aunque
los tipos de frases que constituyen no sean idénticos y les demos denominaciones distintas.»
[Cano Aguilar, o. cit., p. 296]

EL PRONOMBRE SE DE LAS IMPERSONALES REFLEJAS

«El pronombre se de las impersonales reflejas encierra gramaticalmente algunas de las


informaciones semánticas que corresponden a los sujetos. No ocupa la posición sintáctica de
los sujetos preverbales porque es una forma átona o clítica. Como tal, y a diferencia de los
sujetos nominales, se integra morfofonológicamente en el verbo en posición proclítica o
enclítica (§ 16.4.1), lo que explica que no vaya seguido de adverbios: No se come ~ *Se no
come; Nunca se está satisfecho ~ *Se nunca está satisfecho; Se trabajó ayer ~ *Se ayer trabajó.

Se ha señalado en varios estudios que la forma pronominal se posee rasgos de tercera persona
que se manifiestan en la concordancia con el verbo: Se [tercera persona] hablaba [tercera
persona] mucho de política. Este hecho ha llevado a algunos gramáticos, clásicos y modernos,
a interpretar la forma se de las impersonales reflejas como un CLÍTICO DE SUJETO, es
decir, como un pronombre que encierra gramaticalmente algunas de las informaciones
semánticas que corresponden a los sujetos. Desde este punto de vista, el pronombre se de las
impersonales reflejas (Se trabaja poco) constituye la marca o el exponente de un sujeto tácito,
casi siempre de naturaleza genérica, en concordancia con la flexión verbal.
Suele pensarse hoy que la pregunta tradicional acerca de si el pronombre se es o no el sujeto
de trabaja en Se trabaja mucho es imprecisa, en la medida en que está en función de varias
interpretaciones que recibe el término sujeto. El pronombre se no puede ocupar la posición
de los grupos nominales que ejercen esta función sintáctica, ya que es un pronombre átono
(es decir, un pronombre clítico adjunto al verbo). Así, pues, junto a

La gente no trabaja mucho,

no se obtiene

*Se no trabaja mucho (frente al francés On ne travaille pas beaucoup), sino

No se trabaja mucho.

En cuanto que se es un clítico de sujeto (no de objeto) en las impersonales reflejas, el verbo
manifiesta sus rasgos de tercera persona. Algunos autores han propuesto que estas oraciones
contendrían un pronombre nulo o tácito en posición que corresponde a los sujetos nominales
preverbales (por tanto, Ø no se trabaja mucho), lo que tendría la ventaja de distinguir el grupo
verbal de la oración en su conjunto. Otros entienden que este elemento nulo es innecesario,
puesto que el pronombre se identifica por sí solo el argumento del verbo que estas oraciones
requieren.» [RAE: Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Libros, 2009, §
41.10g-h; § 41.5.2b]

SE VARIANTE FORMAL DEL DATIVO LE/LES

Cuando el pronombre de dativo le/les precede a alguno de los pronombres de acusativo de


tercera persona lo, la, los, las adopta la forma se:

Les compré caramelos > Se los compré;

Le puse los zapatos > Se los puse.

El marido le dio un regalo a su mujer.

El marido se lo dio. [se = a su mujer; lo = un regalo]

En cuanto a la transferencia del rasgo plural del dativo invariable se al pronombre de acusativo
que le sigue

Les di un premio > *Se los di.


Aunque es obligatorio que comparezcan las dos formas pronominales –la de complemento
directo y complemento indirecto–, puede aparecer en casos esporádicos un se variante formal
de los pronombres de acusativo lo(s), la(s), sin que concurra un pronombre átono con función
de complemento indirecto:#

Llaman cobarde a María > La llaman cobarde > Se lo llaman.

[la = complemento directo; cobarde = complemento predicativo; se = complemento directo;


lo = complemento predicativo]

Oí a María contar un chiste > La oír contarlo > Se lo oír contar.

Oí a las niñas cantar la canción > Las oí cantar la canción > Se la oí cantar.

«Este se no tiene nada que ver con su homónimo reflexivo, pues, mientras éste procede del
latín se, aquél lo hace de la forma, también latina illi, la cual, asociada con illud, illum, illam,
dio el conglomerado pronominal gelo(s), gela(s), existente en el español medieval, y de aquí se
pasó a se lo.

Pese a tratarse de un se distinto al reflexivo, al se pasivo e impersonal, es curioso notar que es


incompatible con cualquiera de ellos en una misma oración. De ahí que la expresión
impersonal

Se le dio el libro

no pueda convertirse en

*Se se lo dio

por pronominalización de el libro. Al lado de se (dativo) no puede aparecer un pronombre de


primera o segunda persona.

Teniendo en cuenta que el dativo se aparece siempre seguido de una forma de acusativo de
tercera persona [se lo(s), se la(s)], tal vez por esa razón el se impersonal es reacio a juntarse con
esas mismas formas, a fin de evitar así la consiguiente ambigüedad. Compárese

Se lo busca (< Se busca profesor de inglés) / Se lo busca (< Le busca profesor de inglés).

Cabe también la interpretación reflexiva:

Se lo busca para sí.


Esto explica tal vez la tendencia, incluso entre hablantes no leístas, a sustituir la forma de
acusativo con se impersonal, por le(s), sobre todo cuando se refiere a personas. Así,

Se le busca.

Se les ve pasear.

Se le teme.

Con todo, especialmente en el español actual, no es infrecuente el uso de las formas de


acusativo en este caso:

Se la quiere mucho aquí.

Se los vio pasear.» [Porto Dapena, Álvaro: Los pronombres. Madrid: Edi 6, 1986, p. 34-35]

«Cuando el dativo iba unido al acusativo del mismo pronombre, se construía delante de él,
siguiendo la forma latina dat illi illum, al revés que, por ejemplo, en francés (que construye
primero el acusativo: je le lui donne, je la lui donne) o el alemán (ich gebe es ihm); de donde
resultaban los grupos llie llo, llie llos, llie lla, llie llas, que por ley fonética a que se ajusta el
grupo de ll + yod intervocálica, tenían que dar ge lo, ge los, ge la, ge las, claro es que con la
pronunciación de la g a la manera de la francesa, como lo comprueban las formas coexistentes
del leonés ye lo y lle lo. Este ge lo pasó por analogía al plural, y en vez de dat illis illum, que
daba lógicamente da-les-lo, se dijo como en singular da-ge-lo.

En el siglo XIV, la forma ge lo empezó a ser sustituida por se lo, que es la moderna,
generalizada, gracias a la influencia analógica ejercida por expresiones reflexivas como echóselo,
atóselo (a sí mismo), sobre echógelo, atógelo (a otro). La analogía morfológica fue apoyada por
la analogía fonética entre g y s, que se ve en formas como tijeras, quijo, vigitar, en vez de las
formas etimológicas tiseras, quiso, visitar.» [Martínez Amador, Emilio M.: Diccionario
gramatical y de dudas del idioma. Barcelona: Sopena, 1974, p. 1303-1304]
Ejercicios para practicar los valores del SE

1. ¿Cuál es el valor de la partícula SE en las siguientes oraciones?

a) Se donó dinero a los más pobres.

b) Sergio se lavó las manos.

c) Se ha filtrado la noticia.

d) Se vendieron cuatro pisos en esta calle.

e) Marta y María se prestan el maquillaje.

f) Mi hermana se plancha el pelo con una plancha de última generación.

g) Se secó las manos con una toalla.

h) Sé más listo.

i) Los novios se besaron a la salida de la iglesia.

j) En Andalucía se come muy bien.

2. En las siguientes oraciones, la partícula SE presenta un valor enfático (dativo de interés) y


de morfema verbal de verbos pronominales. Señala qué valor y función desempeña en cada
una de ellas.

a) Luisa se bebió todo el agua.

b) Los alumnos se sabían toda la lección.

c) Tus hermanos se arrepintieron de haberse peleado.

d) Los delincuentes se atrevieron a disparar a los policías.

e) El padre creyó las mentiras que le contaron sus hijos.

f) Los perros se escaparon de la perrera ayer por la tarde.

g) Los amigos se pidieron cerveza para beber.

h) Los padres se quejan de las malas notas de su hijo en el colegio.

i) María se ha tragado una espina sin querer.

j) Alejandro se toma un zumo de naranja todas las mañanas.


3. En las siguientes oraciones, la partícula SE puede funcionar con valor reflexivo o recíproco.
Indica su valor y si funciona como complemento directo (CD) o bien como complemento
indirecto (CI).

a) Los amantes se separan al final del libro.

b) Los niños se visten solos para ir al colegio.

c) Los futbolistas se saludan antes de cada partido.

d) Mis hermanas se lavan el pelo todos los días.


Soluciones a los ejercicios de los valores del SE

1.Valores de la partícula SE:

a. Impersonal refleja. f. Reflexiva.

b. Reflexiva. g. Reflexiva.

c. Pasiva refleja. h. Imperativo del verbo ser

d. Pasiva refleja. i. Recíproca.

e. Recíproca. j. Impersonal refleja.

2. SE con valor enfático o como morfema verbal obligatorio:

a. Enfático. f. Morfema verbal obligatorio

b. Enfático. g. Enfático

c. Morfema verbal obligatorio. h. Morfema verbal obligatorio.

d. Morfema verbal obligatorio. i. Enfático

e. Enfático j. Enfático

3. SE con valor reflexivo o recíproco y funciones de CD o CI:

a) Recíproco, CD. c) Recíproco, CD.

b) Reflexivo, CD d) Reflexivo, CI

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