1. Yo robot
3. Volver al futuro
4. Doce monos
5. E.T
6. Terminator 2
7. Matrix
8. Spiderman
¿Qué elementos de estas películas hacen que pertenezcan al género ciencia ficción?
Ecología: los equilibrios ecológicos se ven seriamente dañados ante las difíciles
circunstancias por las que atraviesan las sociedades del futuro.
¿Bajo qué temática podrían clasificarse estas películas? (Si no las habían visto
antes, hagan conjeturas a partir de lo que muestran los videos).
¿Qué otras películas de ciencia ficción conocen? ¿Bajo qué temática se ubicarían?
¿Cuáles de ellas presentan una crítica a la sociedad? ¿En cuáles se hace una
advertencia a la raza humana acerca de los peligros que puede llevar el uso
irresponsable de la tecnología?
Es pertinente señalar en este punto las diferencias con otros géneros, como el
fantástico.
Lectura, El cosmonauta, de Ángel Arango
¿Qué elementos nos advierten, desde el principio del cuento, que los personajes
se encuentran en un mundo distinto del conocido por nosotros?
¿En qué momento nos damos cuenta de que Git, Nuí y Mut no son seres
humanos?
ntroducci�n
En efecto, puede leerse en los relatos de ciencia ficci�n la paranoia que ha despertado,
en el imaginario colectivo, el avance acelerado de los descubrimientos cient�fico-
tecnol�gicos desde la Revoluci�n Industrial en adelante.
Esta garant�a, asimismo, habilita los mecanismos de verosimilitud que subyacen a una
pregunta recurrente en la literatura del g�nero: ��Qu� pasar�a si...?�.
No obstante, para que se preserve la l�gica del g�nero y sus relatos conserven su
vigencia, es a su vez necesario que esas conjeturas nunca se cumplan. Esto es as�
puesto que, desde el momento en que las revelaciones imaginadas por la literatura se
vuelven reales, las historias pierden eficacia sencillamente porque el futuro deja de ser
tal.
De all� que, a la luz de los nuevos descubrimientos del siglo XX, las narraciones del
viaje a la luna concebidas por el escritor franc�s Jules Verne (1828-1908) o las historias
tejidas en torno a la hip�tesis de vida extraterrestre en Marte como las de Edgar Rice
Burroughs (1875-1950), creador de Tarz�n y de varias novelas de ciencia ficci�n,
hayan envejecido y se hayan convertido en meras novelas de aventuras.
En cuanto a los temas de los que se nutre, la noci�n cl�sica del g�nero, acu�ada en la
d�cada del 30 del siglo pasado, propon�a agrupar los t�picos en tres grandes grupos:
la vida futura, los mundos desconocidos y los visitantes inesperados.
En otras palabras, la l�gica que gobernaba la ciencia ficci�n de esos primeros a�os era
la l�gica de la otredad: otros tiempos, otros mundos, otras subjetividades.
Habida cuenta de esta caracter�stica que atraviesa gran parte de los relatos de ciencia
ficci�n, se ha sostenido que un cuento como �Tl�n, Uqbar, Orbis, Tertius� (1944), del
escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), bien podr�a pertenecer al g�nero.
Aunque esta afirmaci�n es discutible, en principio trata de mundos paralelos y, en este
sentido, responde a esta l�gica de la otredad. A partir de esta hip�tesis, podr�a ser
interesante discutir con nuestros alumnos si el relato de Borges puede o no leerse desde
esta clave.
En los a�os 60, de la mano del escritor norteamericano James Ballard (1930), se
produce un viraje en el modo en que se entiende el g�nero, al mismo tiempo que la
ciencia ficci�n pasa a tener un inusual protagonismo en �mbitos acad�micos donde,
hasta hac�a no demasiado tiempo, su entrada se hallaba vedada.
Los or�genes
Existe una creencia que sostiene que los primeros relatos de ciencia ficci�n pudieron
haber sido engendrados en el siglo XVII. Aquellos que defienden esta teor�a
mencionan El otro mundo (1657), de Cyrano de Bergerac (1619-1655), como prueba
irrefutable de su hip�tesis. Otra postura sugiere incluso que el origen del g�nero pudo
haber tenido lugar varios siglos antes.
Ya en el siglo XX, con la aparici�n del concepto de �posibilidad ilimitada�, los relatos
de ciencia ficci�n, escritos en su mayor�a en Inglaterra y los Estados Unidos,
comienzan a tener una circulaci�n masiva. A trav�s de revistas como Wonder Stories,
Amazing Stories o Galaxy, se codifica la noci�n del g�nero cuyo autor modelo es
precisamente H.G. Wells. Estas revistas crean a su vez un p�blico lector de aficionados
directamente vinculado a la emergente cultura de masas.