En los átomos se reconoce la existencia de partículas con carga eléctrica negativa, llamados
electrones, los cuales giran en diversas "órbitas" o niveles de energía, alrededor de un núcleo central
con carga eléctrica positiva. El átomo en su conjunto y sin la presencia de perturbaciones externas es
eléctricamente neutro.
En el centro del núcleo se encuentran otras partículas, los protones, que poseen carga eléctrica
positiva, y los neutrones que no poseen carga eléctrica. Así pues dentro del átomo encontramos:
EL ELECTRÓN : Es una partícula elemental con carga eléctrica negativa igual a 1,602 x 10-19
Coulomb y masa igual a 9,1083 x 10-28 g, que se encuentra formando parte de los átomos de todos
los elementos
EL PROTÓN: Es una partícula elemental con carga eléctrica positiva igual a 1,602 x 10-19 Coulomb
y cuya masa es 1837 veces mayor que la del electrón. La misma se encuentra formando parte de los
átomos de todos los elementos.
A la cantidad total de protones más neutrones presentes en un núcleo atómico se denomina número
másico y se designa por la letra "A".
Si designamos por "X" a un elemento químico cualquiera, su número atómico y másico se representa
por la siguiente simbología:
X
z
₅B 5 11 5 5 6
N-A-
Z
Br 35 45=A- 35 35 45
35
A=80
Ca²+ 20 40 20 18 20
Ne 10 20 10 10 10
C-4 6 12 6 10 6
O-² 8 16 8 10 8
₉F- 9 19 9 10 10
Rayos Catódicos y Rayos Anódicos
Rayos catódicos
Los rayos catódicos son corrientes de electrones observados en tubos de vacío, es decir los tubos de
cristal que se equipan por lo menos con dos electrodos, un cátodo (electrodo negativo) y un ánodo
(electrodo positivo) en una configuración conocida como diodo. Cuando se calienta el cátodo, emite
una cierta radiación que viaja hacia el ánodo. Si las paredes internas de vidrio detrás del ánodo están
cubiertas con un material fluorescente, brillan intensamente.
Una capa de metal colocada entre los electrodos proyecta una sombra en la capa fluorescente. Esto
significa que la causa de la emisión de luz son los rayos emitidos por el cátodo al golpear la capa
fluorescente. Los rayos viajan hacia el ánodo en línea recta, y continúan más allá de él durante una
cierta distancia. Este fenómeno fue estudiado por los físicos a finales del siglo XIX, otorgándose un
premio Nobel a Philipp von Lenard.
Los rayos catódicos primeramente fueron producidos por los tubos de Geissler. Los tubos especiales
fueron desarrollados para el estudio de estos rayos por William Crookes y se los llamó tubos de
Crookes. Pronto se vio que los rayos catódicos están formados por los portadores reales de la
electricidad que ahora se conocen como electrones. El hecho de que los rayos son emitidos por el
cátodo, es decir el electrodo negativo, demostró que los electrones tienen carga negativa.
El refinamiento de esta idea es el tubo de rayos catódicos (CRT), también conocido como tubo de
Crookes (porque fue inventado el 1875 por William Crookes). El CRT es la clave en los televisores,
los osciloscopios, y las cámaras de televisión vidicon.
Los núcleos de los átomos de algunos elementos no son estables, porque tienen un número de
neutrones muy superior al de protones. Para conseguir la estabilidad, estos núcleos emiten
partículas y radiaciones de forma espontánea. Cuando emiten partículas se transforman en núcleos
de átomos de otros elementos. Este fenómeno, que es exclusivamente nuclear, recibe el nombre
de radiactividad y fue descubierto en 1896 por H. Becquerel, con el uranio.
Las radiaciones emitidas por los núcleos de estos átomos tienen la capacidad de impresionar placas
fotográficas, ionizar gases, producir fluorescencia e, incluso, dañar los tejidos de los seres vivos. Estas
radiaciones pueden ser de tres tipos: alfa, beta y gamma.
Los radioisótopos son isótopos radiactivos de un elemento. Por ejemplo, el carbono-14, 146C , es un
isótopo radiactivo del carbono. Otros son el 21986Rn, el 22688Ra y el 23592U.
Un isótopo radiactivo es, desde el punto de vista físico y químico, totalmente idéntico a un isótopo
inactivo. Sin embargo, el radioisótopo es un átomo marcado al cual podemos seguir en todos los
procesos químicos y biológicos gracias a las radiaciones que emite, de ahí sus múltiples aplicaciones.
Medicina
Los isótopos radiactivos se utilizan en medicina para el diagnóstico y el tratamiento de muchas
enfermedades. Los que se emplean para el diagnóstico emiten radiaciones que no dañan los tejidos
vivos. Se suministran a los pacientes disueltos en una sustancia que les permite llegar hasta el órgano
que se va a investigar.
Para el tratamiento se utilizan dosis de isótopo mayores. La cantidad de radiación debe ser
controlada para que destruya únicamente las células dañadas y no los tejidos sanos.
Así, en el diagnóstico del cáncer de tiroides se suministra 132I, cuya radiación no causa problemas.
Sin embargo, en la terapia de este tipo de cáncer se utiliza 131I, que emite partículas que pueden
destruir las células cancerosas.
La teoría cuántica, es una teoría física basada en la utilización del concepto de unidad cuántica para
describir las propiedades dinámicas de las partículas subatómicas y las interacciones entre la materia
y la radiación. Las bases de la teoría fueron sentadas por el físico alemán Max Planck.
En el átomo distinguimos dos partes:
El núcleo y la corteza.- El núcleo es la parte central del átomo y contiene partículas con carga positiva,
los protones, y partículas que no poseen carga eléctrica, es decir son neutras, los neutrones.
Propuso el modelo ondulatorio, en el que se defendía que la luz no era más que una perturbación
ondulatoria, parecida al sonido, y de tipo mecánico pues necesitaba un medio material para
propagarse. Supuso tres hipótesis:
1.- Todos los puntos de un frente de ondas eran centros emisores de ondas secundarias.
2.- De todo centro emisor se propagaban ondas en todas direcciones del espacio con velocidad distinta
en cada medio.
3.- Como la luz se propagaba en el vacío y necesitaba un material perfecto sin rozamiento, se supuso
que todo el espacio estaba ocupado por éter, que hacía de soporte de las ondas.
Es aquel que además absorbe toda la radiación que llega a él sin reflejarla, de tal forma que sólo
emite la correspondiente a su temperatura. A fines del siglo XIX fue posible medir la radiación de
un cuerpo negro con mucha precisión. La intensidad de esta radiación puede en principio ser
calculada utilizando las leyes del electromagnetismo.
Quien logró explicar este fenómeno fue Max Planck, en 1900, que debió para ello sacrificar los
conceptos básicos de la concepción ondulatoria de la radiación electromagnética. Para resolver la
catástrofe era necesario aceptar que la radiación no es emitida de manera continua sino en cuantos
de energía discreta, a los que llamamos fotones.
Consiste en la emisión de electrones por un metal o fibra de carbono cuando se hace incidir sobre él
una radiación electromagnética (luz visible o ultravioleta, en general).