Generalidades
Las enfermedades mentales constituyen el objeto específico de la patología psiquiátrica del
diagnóstico y del pronóstico que el médico debe plantearse a su respecto.
El termino general de psicosis, debería convenir para la definición de todas las enfermedades
mentales.
Todas ellas (psicosis y neurosis) poseen algo en común.
Los psiquiatras estiman que existen numerosas variedades de psicosis que vienen definidas por
la gravedad de los trastornos psíquicos y por las circunstancias de su aparición, ya sean endógenas
o exógenas. En efecto, se designan como neurosis las enfermedades mentales que desorganizan
menos profundamente la conciencia y la personalidad (como demencias, las que provocan una
profunda deterioración de la actividad psíquica) y como estados de retraso mental u oligofrénicos,
las formas congénitas de insuficiencia del desarrollo intelectual.
Para definir estas afecciones es necesario atenerse a la fisonomía clínica y a la evolución de los
trastornos. En este sentido, debe distinguirse entre las enfermedades mentales o psicosis agudas y
las enfermedades mentales o psicosis crónicas.
Lo que caracteriza a las enfermedades mentales o psicosis agudas es el estar constituidas por
síntomas cuya yuxtaposición u organización permiten prever su carácter transitorio. Se trata de
crisis, accesos o episodios más o menos largos que pueden reproducirse, pero que presentan una
tendencia natural a la remisión (psiconeurosis emocionales, manías, melancolías, psicosis
delirantes y alucinatorias agudas, psicosis confusionales, trastornos mentales de la epilepsia).
Lo que caracteriza las enfermedades mentales crónicas es el presentar espontáneamente una
evolución continua o progresiva que altera de manera persistente la actividad psíquica (neurosis,
psicosis esquizofrénicas, demencias).
Los estados de retraso mental forman un grupo aparte en la medida en que se trate de agenesias
(sin origen, sin desarrollo) del desarrollo más bien que de una disolución o desestructuración del
ser psíquico.
Una tal concepción de la clasificación de las enfermedades mentales, consideradas como formas
o estructuras puramente clínicas, separa esta clasificación y los problemas de diagnóstico que ella
implica, del problema de las formas etiológicas. Pero no excluye esta fase final y esencial del
diagnóstico médico: en realidad lo prepara.
Las enfermedades mentales se dividen en dos grandes grupos: las que son primitivas,
constitucionales o endógenas y las que son secundarias, adquiridas o exógenas.
I. El acceso maniaco
A. Circunstancias de aparición
El acceso aparece, por lo general, entre los 20 y los 50 años en sujetos que presentan un biotipo
pícnico y antecedentes similares en su familia. También suele existir noticia de un acceso anterior.
Puede encontrarse, en los días que preceden a su aparición, una causa desencadenante.
B. Formas de comienzo
Su inicio puede estar caracterizado por una fase depresiva o por un estado premonitorio de
exaltación emocional de algunas horas o varios días.
A veces el enfermo que ha presentado anteriormente accesos, pone a los que le rodean en estado
de alerta acerca de su próxima recaída por un síntoma-señal. Otras veces el inicio es brutal y sin
pródromos: la crisis irrumpe de golpe, súbitamente. El enfermo se siente invadido pro un
sentimiento eufórico de bienestar y facilidad, por una necesidad irresistible de actividad y
movimiento. El insomnio es total. Las palabras se hacen cada vez más abundantes y rapidas. El
paciente forma múltiples proyectos, se muestra alborotador, se irrita con facilidad, emplea térmicos
groseros, raros en el y que sorprenden a los que le rodean. Fuma y bebe más de lo habitual o
manifiesta una excesiva excitación sexual.
C. Periodo de estado
1) Presentación. La caracteriza la agitación. El porte del paciente es extravagante y desaliñado.
Su cara esta animada, con ojos brillantes. Habla sin cesar. Declama, canta, grita, vocifera. Es jovial,
bromista. No cesa de estar en movimiento. Puede alcanzar el extremo de furor maniaco.
3) Exaltación del humor. El estado afectivo del maniaco viene caracterizado por la
expansividda y la hipertimia. Estas se manifiestan a través de la euforia y el optimismo. Su
tonalidad afectiva es inestable y así pasa rápidamente de la alegría a las lágrimas pro ejemplo. Casi
siempre existe una excitación erótica.
D. Evolución
La duración actual de un acceso maniaco varia entre algunas semanas y varios meses. Se
resuelve, pero recidiva con frecuencia. Su terminación se realiza de manera brutal o progresiva.
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2) Manía delirante y alucinatoria. En el acceso maniaco franco no existen ni delirio ni
alucinaciones. Sin embargo, en ciertas formas con una desestructuración profunda de la conciencia
se observan experiencias delirantes. Los temas vivenciados acostumbran a ser los de grandeza y
poderío, y mas raramente los de persecución. La mayoría de las veces se trata de fabulaciones
inconsistentes, de un delirio verbal.
3) Manía sobreaguda o furor maniaco. Se caracteriza por una agitación con marcado
oscurecimiento de la conciencia. Puede observarse rechazo de alimentos y signos orgánicos graves
de agotamiento: deshidratación, hipertimia, etc.
B. Formas evolutivas
Las manías crónicas. La manía es típicamente una crisis. A continuación de una o varias crisis
maniacas, se organiza un comportamiento maniaco crónico. Este paso a la cronicidad se observa
con más frecuencia en la mujer, especialmente en la segunda mitad de su vida. Hay una mayor
tendencia a su prolongación con la involución senil.
Estas formas crónicas pueden evolucionar hacia la curación después de varios años (hacia una
cronicidad simple), hacia una atenuación con periodicidad que se muestra como una forma
continua (hacia una forma de delirio crónico), hacia una evolución demencial.
C. Formas etiológicas
El acceso a la manía aguda es una psicosis endógena, que se integra en una entidad clínica
denominada maniacodepresiva. Sin embargo, en algunos casis, el acceso maniaco parece derivar de
factores etiológicos. Se trata de manías sintomáticas.
1) Acceso maniaco senil y presenil. Los trastornos de la nutrición celular o las
autointoxicaciones por insuficiencia de los diversos órganos pueden desencadenar, en el individuo
anciano, acceso maniacos. Estos accesos pueden desaparecer o recidivar. A veces el síndrome
maniaco de los ancianos constituye el inicio de una demencia senil.
2) Acceso maniaco toxico. El alcohol, la cocaína, las anfetaminas, entre otras, pueden dar lugar
a cuadros clínicos de manía.
3) Acceso maniaco postraumático. Sobreviene después de una fase de coma y puede curar o
evolucionar hacia una demencia postraumática progresiva.
4) Estados maniacos en las afecciones del diencéfalo y de la región hipotalámica. Se deben
sobre todo a los tumores de esta región y se caracterizan por una alteración hipertérmica del humor,
en la que predominan la agresividad, la cólera y la excitación eufórica.
A. Estudio clínico
Para la descripción tomaremos como modelo la crisis melancólica franca, aguda, de la psicosis
maniacodepresiva.
a) Circunstancias de aparición
El acceso puede aparecer a todas las edades, pero con mayor frecuencia en el periodo de
involución. Las mujeres son afectadas más frecuentemente que los hombres. Los factores genéticos
y el biotipo pícnico tienen la misma importancia que en la manía. El acceso puede sobrevenir sin
causa ni ocasión aparente. Sin embargo, con bastante frecuencia se encuentran causas
desencadenantes que revelan cíclicamente la personalidad maniacodepresiva. El acceso se
desarrolla con bastante frecuencia después de un shock emocional o en una situación de conflicto.
A veces el periodo depresivo ha venido precedido de circunstancias debilitantes.
El estado melancólico se establece con bastante lentitud. Durante semanas (y a veces meses) el
enfermo acusa astenia, cefaleas, dificultades para el trabajo, falta de interés por todo, insomnio, se
torna preocupado, su humor es sombrío, su actividad profesional o domestica se enlentece.
b) Periodo de estado
1) Presentación. El melancólico permanece sentado, inmóvil, el cuerpo doblegado y la cabeza
flexionada hacia adelanta, su cara esta pálida, triste, los rasgos caídos, los ojos muy abiertos, con la
mirada fija, la frente y el entrecejo fruncidos, no habla, gime o llora.
3) Sentimientos depresivos. Ocupan el primer plano del cuadro clínico. El paciente aqueja
siempre un estado de tristeza profunda. Tiene dificultades en expresar su dolor moral. El fondo de
este esta constituido por sentimientos vitales depresivos. La cinestesia penosa, el conjunto de
sensaciones internas que constituyen el fundamento de la experiencia sensible están perturbadas. El
paciente siente una profunda modificación del humor. Tiene una impresión penosa de
autodepreciacion, de impotencia, de incapacidad, de improductividad, en el terreno de la acción y
en lo moral. Siente una impresión desesperante de anestesia afectiva. Se reprocha el no poder amar.
El pesimismo no se manifiesta siempre a través de una idea o de un sentimiento preciso; constituye
una orientación general de la conciencia hacia la desdicha y la culpa. Este sentimiento de
menosprecio se dirige al sujeto mismo, se convierte sobre todo en una autoacusación. Presenta
ideas de indignidad. La hipocondría, es decir, el termo y el deseo a la vez de la enfermedad, se
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integra con naturalidad en la conciencia melancólica salvo en un punto: no cesa de afirmar que no
se siente enfermo sino en falta.
5) Examen clínico. Los trastornos digestivos son constantes. Anorexia, nauseas, constipación,
despeños diarreicos. Los trastornos hepatobilares no presenta una manifestación clínica evidente.
Perturbación del pulso y de la tensión arterial. Hipotonía vascular en las formas estuporosas e
hipertonía en las formas ansiosas. Amenorrea. Disminución de los reflejos, hipotonía muscular e
hipoestesia. Trastornos neurovegetativos.
c) Evolución
La crisis de melancolía tiene una evolución espontanea de varios meses (generalmente 6 o 7). La
crisis acaba como ha comenzado: con bastante lentitud. En el curso se observan peligrosas
oscilaciones del humor, recaídas imprevistas.
La intervención terapéutica es, a veces, espectacular. El recobrar el sueño y el apetito son signos
capitales del retorno al equilibrio.
B. Formas clínicas
a) Formas clínicas semiológicas
1) Depresión melancólica simple. Domina la inhibición, tendencia a la inacción, astenia,
fatiga. El dolor moral es escaso. Impotencia. Improductividad intelectual. Se siente enfermo y tiene
necesidad de consuelo (melancolía con conciencia).
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6) Formas monosintomáticas. En ocasiones, la crisis se reduce a uno de sus elementos.
Circunstancias de aparición
Estos accesos depresivos sobrevienen generalmente tras unas experiencias vividas como una
frustración.
Se tiene una personalidad neurótica de base, una neurosis infantil que será reactivada pro
experiencias stressantes.
La crisis puede manifestarse en la infancia: depresión anaclitica. Esta no es una condición
necesaria para el desarrollo ulterior de las depresiones neuróticas del adulto.
-Depresión en el obsesivo. El obsesivo corre el riesgo de ver desbordadas sus defensas: se puede
ver una forma monosintomatica de la melancolía en forma de tema obsesivo, una astenia penosa o
el obsesivo puede vivir su depresión como un delirio de tinte melancólico. En otros sujetos hay
formas menores de depresión.
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Cap. 4. Las psicosis periódicas maniacodepresivas
Las psicosis periódica o maniacodepresiva se caracterizan por la tendencia ciclotímica a
presentar accesos de manía o de melancolía.
2) Duración media de las crisis. Ciertas crisis pueden durar tan sol algunos días en tanto otras
se prolongan durante varios años.
3) Duración de las remisiones. Es aun mas variable que la de las crisis. Tienden a acortarse a
medida que van repitiéndose los accesos.
A. Herencia
Es en la afección maniacodepresiva donde resulta mas evidente el determinismo
heredogenetico.
El riesgo maniacodepresivo es en la población media, alrededor de 0,4 %. Para los hijos es de
24 a 50 %, para los gemelos heterocigotos de 12 a 23 % y en los gemelos homocigotos de 75 a 95
%. La psicosis maniacodepresiva depende innegablemente de factores genotípicos.
La herencia de la psicosis maniacodepresiva es de tipo autosómico dominante.
B. Biotipo
A la noción de herencia esta vinculada la de constitución (disposiciones afectivas,
temperamento) o mejor la de biotipo (morfológico, humoral y psíquico).
Biotipo pícnico y carácter sintónico forman en conjunto la constitución ciclotímica.
64 % de los maniacodepresivos son de biotipología pícnica.
2) Factores hormonales.
a. Tiroides. Los accesos maniacodepresivos auténticos, contrariamente a los estados
confusionales o estupurosos, son raros en el curso de los síndromes de tirotoxicosis. La
administración de preparados tiroideos o de tiroxina no ha provocado jamás verdaderos accesos.
b. Hipófisis. Al igual que sucedió con el tiroides, se atribuyo a la hipófisis un papel importante
en la psicosis periódica. Si bien es todavía difícil precisar el papel de la hipófisis en la
determinación de los accesos maniacodepresivos, no esta excluido, sin embargo, el que intervenga
en la vasta sinergia de las funciones hipofisohipotalamicas, reguladoras de todo el sistema
hormonal y humoral.
c. Glándulas sexuales. Se ha observado la existencia de una relación entre las crisis
maniacodepresivas y las etapas sexuales de la pubertad, de la menstruación, del puerperio, de la
menopausia o de la castración, de la edad critica masculina, etc. A pesar de ello, el problema
etiopatogenico no ha sido resuelto.
d. Corteza suprarrenal. La administración terapéutica de cortisona y de ACTH ha provocado
estados de excitación con euforia de tipo mas o menos maniaco y excepcionalmente estados
depresivos. Asignar a las glándulas suprarrenales un papel en la génesis de los accesos
maniacodepresivos parece cosa prematura.
3) Perturbaciones metabólicas
4) Factores tóxicos. Las sustancias que pueden lugar a cuadros de manía son, entre otras, el
alcohol, la cocaína, el protóxido de nitrógeno, las anfetaminas, la atebrina, la hidracida del acido
nicotínico.
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5) Perturbaciones del metabolismo de los mediadores en la psicosis maniacodepresiva.
El criterio mas importante que poseemos de la organicidad de los estados tímicos,
especialmente de las depresiones, nos es suministrado por el estudio del metabolismo de los
grandes mediadores químicos que son la serotonina y las catecolaminas (adrenalina,
noradrenalina).
Se encuentra en los sujetos afectos de depresión endógena un aumento de la eliminación de
los metabolitos de estos dos mediadores.
La serotonina ejerce una acción importante sobre el funcionamiento cerebral.
Medicamentos como la reserpina y el grupo de inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO)
poseen una acción sobre el metabolismo de la serotonina.
La reserpina provoca una liberación de la serotonina a nivel del sistema nervioso. La
depleción tisular en serotonina bajo el efecto de la reserpina se expresa por un aumento de la
eliminación urinaria de su metabolito, el V-H I I A.
Por el contrario, los IMAO poseen una acción inversa a la de la reserpina; disminuyen la
velocidad de degradación de la serotonina de la que provocan un enriquecimiento relativo de los
tejidos.
Los IMAO poseen una acción sobre el metabolismo de la serotonina y de las catecolaminas:
inhiben la monoaminooxidasa que es la enzima encargada de destruir tanto la serotonina como las
catecolaminas, mientras que el Tofranil y otros antidepresores no poseen ninguna acción sobre
estos mediadores.
Existen variaciones del medio interior que provocan una respuesta del sistema nervioso: la
oscilación tímica del humor.
6) Shocks emotivos y factores psíquicos. Es probable que la psicosis no sea jamás totalmente
endógena, sino que sea también mas o menos reactiva, no tan solo a los factores orgánicos sino
también a los factores afectivos.
7) Los factores culturales. Estos actuaran por el tipo de cultura. Especialmente las culturas
integradas en valores morales y aseguradores podrían mas fácilmente conducir a unos tipos de
relaciones familiares propicias al desarrollo de una personalidad premaniacodepresiva. Los otros
factores culturales y sociales son principalmente el nivel económico, la estabilidad social, las
inmigraciones, etc.
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D. Factor de predisposición biotipológica
¿No está inscripta en la forma del cuerpo la predisposición hereditaria? La idea de Kretschmer
ha consistido en la oposición entre la afinidad del tipo pícnico por la psicosis maniacodepresiva y
la afinidad de otro biotipo por la esquizofrenia.
Sobre 175 esquizofrenias estudiadas, 47% son del tipo leptosómico, 34% son del tipo displásico,
17% del tipo atlético, un 3% del tipo pícnico. El tipo leptosómico es el nervioso de Hipócrates,
cerebral de la tipología francesa, longilíneo asténico de la escuela italiana, ectomórfico de Sheldon,
nervioso débil de Pavlov.
F. Factores neurobiológicos
Se han practicado tres clases de investigaciones:
1) Anatomía patológica
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E) Aparato digestivo. Estasis cólica que puede dar lugar a episodios de enterocolitis subaguda
y a una insuficiencia hepatobiliar.
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desarrollo histórico. Ya que la historia y la organización de la persona dependen a la vez de la
acción estimulante del medio y de la integración del organismo.
2) Comienzo pro estados psicóticos agudos. En lugar opuesto a los comienzos progresivos, se
colocan los comienzos agudos.
A) Crisis delirantes y alucinatorias agudas. A veces la psicosis estalla en forma de un brote
delirante, en accesos de delirio.
B) Estados de excitación maniaca
C) Estados depresivos
D) Estados confusionales
3) Las formas de comienzo cíclicas. Son formas de comienzo por asaltos progresivos, cíclicas
o sin termitentes bastante frecuentes.
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4) Formas monosintomáticas. Las más dramáticas son las que están constituidas por los
famosos crímenes inmotivados de los esquizofrénicos. Estos enfermos matan sin poder dar una
explicación de su acto. A un nivel menos trágico, otros comportamientos impulsivos son bruscos
desenfrenos sexuales, agresiones absurdas, fugas, tentativas de suicidio o autocastración, etc. El
polimorfismo de los modos de comienzo y la falta de especificidad crean una dificultad para el
clínico. Este polimorfismo y esta dificultad muestran que la esquizofrenia no está en el comienzo
de la evolución sino al final, ya que consiste en el movimiento de evolución.
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La profunda finalidad de las conductas o manifestaciones afectivas parece ser la de negar la
afectividad, la de destruir la significación. De ahí la indiferencia, el desinterés, la apariencia
desvitalizada de todas las conductas que tiñen la afectividad del esquizofrénico. De ahí el
negativismo (oposición, rigidez, desdén). Todos estos rasgos expresan el retiro interior de los
esquizofrénicos, la discordancia entre el sujeto y el mundo exterior, la pérdida del contacto vital
con la realidad, la interrupción del perpetuo intercambio entre el mundo y el sujeto.
E) La discordancia psicomotriz. El comportamiento catatónico. El comportamiento catatónico
puede dominar todo el cuadro (forma catatónica).
La ambivalencia provoca en los actos una especie de oscilación perpetua entre la iniciativa
motriz entre la ejecución y la suspensión del movimiento. En cuanto a la mímica, se encuentran
paramimias y sonrisas delirantes. En los gestos, manerismos o amaneramiento. Impulsiones al
asesinato. Conductas negativas (negativismo). Estereotipias (conductas repetitivas de actitudes, de
gestos o de palabras que pueden expresar un fragmento de delirio o contribuir una especie de vacía
ritualizacion, de gesticulación automática y vagamente simbólica). Los trastornos catatónicos
ocasionan una cierta momificación de la existencia. Catalepsia.
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esquizofrénico se encierra en un aislamiento total, es decir, en su mundo autístico. La esquizofrenia
está caracterizada por la más completa alienación del Yo.
A. Formas graves
1) Hebefrenia. Es la demencia precoz de los jóvenes. Hay una predominancia del síndrome
negativo de discordancia. Evoluciona rápidamente. El comienzo es insidioso y progresivo. El
enfermo vive en una especie de estado de ensoñación. Incapaz de concentrarse incluso en la
lectura, se lanza a sistemas ideológicos o pseudocientíficos, se ocupa de inventos irrisorios, de
proyectos de reforma grandiosos e inconsistentes, etc. Tiene tres aspectos diversos: a) la forma más
frecuente es la de una apatía progresiva con indiferencia. Un comportamiento pueril y caprichoso,
sobre un fondo de indolencia e inconsistencia en relaciona todos los valores sociales; b) regresión
masiva hacia un estado de decadencia demencial rápida.
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extrema, ensalada de palabras, violencias verbales y de gesticulación, expresiones teatrales); c) el
catatonismo (forma menor de expresión catatónica); d) catatonia periódica.
B. Formas menores
1) La esquizofrenia simple. Corresponde a una evolución que progresa muy lentamente. La
evolución por lo general se hace en diez, quince años o más y termina en una forma de déficit
simple. El fondo esquizoide es el aislamiento, la introversión, la rareza, la rigidez, etc. Los que le
rodean a menudo están alerta. Pero esta fatiga o esta depresión cubren una serie de posiciones
psicóticas ya antiguas: desinterés hacia una actividad perseguida automáticamente, aparagmatismo
sexual, conducta afectiva paradójica. Hay una rareza en el comportamiento. Se trata de una forma
ambulatoria de la enfermedad.
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